Mensaje grabado:
Hola gente!!!
Ni idea de qué estaré haciendo hoy, a esta hora seguro que durmiendo o haciendo algo productivo como escuchar música o leer todo lo que llevo atrasado desde las últimas vacaciones.
En fin, continuamos alegrando sus días navideños con otra buena dosis de Un mundo ideal, escrito, dirigido, producido, protagonizado (esto me lo inventé), por nuestra querida y estimada Utena93 quien se disculpa por el ritmo de escritura que lleva (no se por qué se disculpa si el fic va genial, pero en fin, yo cumplo con comunicarlo).
Ahora sí, a leer y por amor a Rodolfo el reno, dejen sus comentarios.
Autora: Utena93
Capítulo 15.
Su rostro era un poema, no sabía qué hacer y tampoco podía moverse demasiado en aquel minúsculo espacio.
- Pero que… - susurró
Rápidamente la callé con otro beso.
- Shhh…
Su mirada escondía tanto odio como asombro y temor, supongo que si el espacio se lo hubiese permitido me habría abofeteado... Aparté mis brazos del lavabo donde me dejaba caer para estar más cómoda y rodeé su cintura, se la veía ligeramente incómoda, apartó su vista… parecía… ¿triste? Al ver esto volví a mi posición original, sus ojos alarmados me miraron inquiriendo algún tipo de explicación. ¿Qué era lo que esa chica quería de mí?
- Bien, si no les importa tengo que hacer una llamada. – Dijo un hombre de voz grave al otro lado de la puerta del baño.
Una melodía comenzó a sonar donde nos encontrábamos nosotras… El móvil de Sophie.
- ¡Mierda!
La puerta se abrió de golpe, un hombre de avanzada edad, de pelo canoso y barba, nos observaba con su teléfono en la oreja. En esos momentos sólo quería que la tierra me tragase.
- Hola papá. – Dijo la chica aún abrazada a mí.
El hombre rompió a reír. Increíble.
- No te esperaba en este sitio – dijo entre carcajadas. – Anda sal de ahí.
Inexplicablemente así fue como conocí a mi futuro suegro. Desde aquel día no volvimos a hablar de esta escena…
La oscuridad de la noche se cernía sobre las calles, el ambiente era festivo a mí alrededor, sabía que algo iba a ocurrir. Nada pude hacer para evitar las luces que hacia mí se dirigían…
- ¡NO!
Empapada en sudor y lágrimas, desperté incorporada en la cama de la misma impresión. El mismo maldito sueño.
- Cariño ¿Estás bien?
Aún sobresaltada miré hacia mi izquierda y encontré sus ojos verdes asustados.
- Si… estoy…bien.
No parecía convencida… pero volvió a dormirse rápido.
Escape una vez más de mi cárcel particular para verla.
- ¿Ana?
- ¡No! ¡Vete de aquí! – gritó.
- ¿Qué?
- Vete, por favor. – suplicó.
Antes de que pudiese replicar me cerró la puerta en las narices. ¿Pero qué pasaba? Estaba claro que tenía que salir de allí corriendo y no lo dudé. Bajé el tramo de escaleras a la carrera y justo cuando llegaba al final logré escuchar…:
- ¡¿Era ella no?!
- ¡No, no, mamá, por favor!
No podía ser… no era posible… Lo sabían. Huí de aquel lugar y me derrumbé. El simple hecho de pensar que le esperaba un calvario igual o peor que el mío me estremecía. Era capaz de aguantar las peleas, las sesiones con el psicólogo, era capaz de aguantarlo todo si ella estaba bien… y ahora… El teléfono móvil sonó.
- ¡Elena!
- ¿Ana?
- Tenemos que dejar esto.
- ¿De qué estás hablando?
- ¡No puedo enfrentarme a mi familia por ti!
- …
- Entiéndeme.
- ¡¿Y por quién he luchado yo todo este tiempo?!
- ¡No es lo mismo! – contestó irritada.
- ¡Entiéndeme tú a mí por una vez! ¡No puedo dar el 100% de esta relación siempre!
- Adiós Elena.
El único apoyo que me quedaba desapareció en ese instante… Llegué a casa. Vacía. Sola. La rabia se apoderó de mí, grité, maldije y sobre todo lloré, lloré durante horas… días, semanas. Así transcurrieron los meses, en mi habitación, tumbada en la cama… Mis padres no hacían nada por ayudarme, si no quería comer, les daba igual, si no quería salir, tampoco les importaba. ¿Qué más da todo eso si ya no estaba con ella? Lo abandoné todo, estudios, amigos, familia, piano… y me confié a aquel frío cuarto pequeño con la esperanza de consumirme en algún momento.
Antes de terminar así era una chica alegre, risueña, activa… todo menos en lo que me he convertido. Quizás por eso odio a esta persona que soy.
El verano pasó lento, muy lento, y fui mejorando poco a poco. Mi cuerpo no soportaba tanta tristeza y de alguna forma me rogaba un respiro pero por desgracia olvidé todo lo que me hacía feliz, ahora todo carecía de sentido. Los médicos lo llamaron depresión, yo simplemente prefiero llamarlo amor verdadero. Me sentía morir por dentro cada noche, cada lágrima clavaba aún más la estaca de mi corazón y cada recuerdo lo destrozaba más y más. No fui capaz de olvidar nada, incluso ahora mismo los recuerdos siguen en mi cabeza, inalterables, inmutables en este tiempo… Pero aunque no fuese una persona fuerte, mejoré. Y decidí ver la luz del sol otra vez.
- Emm… Voy a… salir… ¿vale?- pregunté temerosa a mis padres.
- Haz lo que quieras.
Un ambiente demasiado hostil para que yo mejorase. ¿Tanto daño les causé?
Hacía calor pero corría una ligera brisa que lo hacía más llevadero. Las cosas no parecían haber cambiado mucho. Anduve ojeando las nuevas tiendas o recordando cosas que ya no estaban, parecía una ciudad nueva para mí. Pero seguía sola.
- ¡No me lo puedo creer! – Escuché decir a mi espalda. – ¿La ermitaña se ha atrevido a salir?
- Cris déjate de tonterías. – reconocí. – Encima de que te vengo a buscar.
- Vale, vale. Me alegro de que te hallas decidido a salir un poco.
Me abrazó con fuerza, realmente estaba contenta de que superase un poco mis problemas.
- ¿Estás bien? – pregunto triste.
- A ti no te puedo mentir… Estoy, simplemente estoy.
- Bueno, habrá que hacer algo divertido para alegrarte ese careto de muerta que llevas.
- Vaya, yo también te quiero ¿lo sabías?
- Lo sé – sonrió.
Quizás la mejor manera de solucionar tus problemas sea rodearte de amigos. Cris fue la única capaz de recoger lo que quedaba de este estúpido corazón y colocarlo en su sitio, la única capaz de hacerme olvidar las cosas que tanto daño me causaban… y la única que podía hacerme sonreír como parecía que había olvidado.
Este nuevo paso me parecía gigante… volver a tener vida social me hacía sentir rara, pero no estaba preparada para las grandes multitudes, me asfixiaba, las paredes parecían encoger y el suelo se tambaleaba. Me limité a salir algunos días a la semana por sitios tranquilos junto a Cris… Hasta que llegaron las fiestas. En verano solían celebrarse fiestas por la ciudad, y, dios sabe cómo, la población se triplicaba esa semana. Cris se empeñó en que teníamos que ir, que era una buena oportunidad para buscar un novio o simplemente pasarlo bien. Yo no estaba tan segura…
- ¡Mírate! ¿Es qué no piensas arreglarte un poquito?
- ¿Para qué? Te he dicho que no quiero un novio. – repliqué.
- Pues para verte bien. – defendió Cris.
- Bah, tonterías. Suficiente que has conseguido convencerme para ir.
- Que sosa te has vuelto.
Un poco molesta me adelantó y caminó a buen ritmo, suspiré, más cabezota que ella no las había. Aquello estaba repleto de gente… era imposible caminar sin pisar o molestar a alguien. Comenzaron a entrarme nauseas.
- Cris… me parece que paso… no me encuentro bien.
- Ah no, no te vas a escapar ahora.
- Cris…
- Mira, inténtalo, sólo te pido media hora, si te sigues encontrando mal, te vas. ¿Vale?
Asentí. Nos adentramos en el gentío, procuré no perderme. Después de ver algunos puestos, unas cuantas atracciones y poco más… necesitaba descansar. Estaba reprimiendo mis ganas de salir corriendo por Cris, realmente quería estar allí y no iba a ser yo quien le aguase la fiesta. Tiré de su brazo hasta encontrar un lugar más tranquilo.
- ¿Podemos quedarnos aquí un momento? Sólo un rato. – pregunté.
Imagino que no debía de tener muy buena cara puesto que Cris parecía preocupada.
- Claro. Voy a por algo de beber.
Por lo menos allí se estaba más tranquilo… sólo se veían algunas parejas huyendo de la claridad de los focos para tener algo más de intimidad. Miré hacia otro lado, era incluso doloroso mirar a los demás, pero lo que encontré al girarme fue lo más triste de todo.
Después de meses sin verla poco había cambiado, su pelo había crecido y parecía más delgada… lo que realmente me partió el corazón… es el chico que la abrazaba. Parecía mayor que ella, mucho mayor y… obviamente tenía que ser su novio. Me habían llegado los rumores pero fui incapaz de creerlos… que ingenua ¿verdad?
Un rayo partió mi corazón cuando él la besó… aparté la vista, mi corazón no aguantaría tal imagen mucho tiempo. Bueno, no sería nada nuevo volver a vivir con ese sentimiento que tenía encadenado mi pecho a una mera ilusión…
- ¿Elena?
Su voz dulce, fina, encantadora, preguntaba por mí… supongo que en algún momento de mi vida tuve que hacer algo muy malo para que ahora el destino me hiciera sufrir de esta manera… ¿De verdad merecía todo aquel sufrimiento?
Aún abrazada a aquel chico me observaba.
Continuará...
Hola gente!!!
Ni idea de qué estaré haciendo hoy, a esta hora seguro que durmiendo o haciendo algo productivo como escuchar música o leer todo lo que llevo atrasado desde las últimas vacaciones.
En fin, continuamos alegrando sus días navideños con otra buena dosis de Un mundo ideal, escrito, dirigido, producido, protagonizado (esto me lo inventé), por nuestra querida y estimada Utena93 quien se disculpa por el ritmo de escritura que lleva (no se por qué se disculpa si el fic va genial, pero en fin, yo cumplo con comunicarlo).
Ahora sí, a leer y por amor a Rodolfo el reno, dejen sus comentarios.
Autora: Utena93
Capítulo 15.
Su rostro era un poema, no sabía qué hacer y tampoco podía moverse demasiado en aquel minúsculo espacio.
- Pero que… - susurró
Rápidamente la callé con otro beso.
- Shhh…
Su mirada escondía tanto odio como asombro y temor, supongo que si el espacio se lo hubiese permitido me habría abofeteado... Aparté mis brazos del lavabo donde me dejaba caer para estar más cómoda y rodeé su cintura, se la veía ligeramente incómoda, apartó su vista… parecía… ¿triste? Al ver esto volví a mi posición original, sus ojos alarmados me miraron inquiriendo algún tipo de explicación. ¿Qué era lo que esa chica quería de mí?
- Bien, si no les importa tengo que hacer una llamada. – Dijo un hombre de voz grave al otro lado de la puerta del baño.
Una melodía comenzó a sonar donde nos encontrábamos nosotras… El móvil de Sophie.
- ¡Mierda!
La puerta se abrió de golpe, un hombre de avanzada edad, de pelo canoso y barba, nos observaba con su teléfono en la oreja. En esos momentos sólo quería que la tierra me tragase.
- Hola papá. – Dijo la chica aún abrazada a mí.
El hombre rompió a reír. Increíble.
- No te esperaba en este sitio – dijo entre carcajadas. – Anda sal de ahí.
Inexplicablemente así fue como conocí a mi futuro suegro. Desde aquel día no volvimos a hablar de esta escena…
La oscuridad de la noche se cernía sobre las calles, el ambiente era festivo a mí alrededor, sabía que algo iba a ocurrir. Nada pude hacer para evitar las luces que hacia mí se dirigían…
- ¡NO!
Empapada en sudor y lágrimas, desperté incorporada en la cama de la misma impresión. El mismo maldito sueño.
- Cariño ¿Estás bien?
Aún sobresaltada miré hacia mi izquierda y encontré sus ojos verdes asustados.
- Si… estoy…bien.
No parecía convencida… pero volvió a dormirse rápido.
Escape una vez más de mi cárcel particular para verla.
- ¿Ana?
- ¡No! ¡Vete de aquí! – gritó.
- ¿Qué?
- Vete, por favor. – suplicó.
Antes de que pudiese replicar me cerró la puerta en las narices. ¿Pero qué pasaba? Estaba claro que tenía que salir de allí corriendo y no lo dudé. Bajé el tramo de escaleras a la carrera y justo cuando llegaba al final logré escuchar…:
- ¡¿Era ella no?!
- ¡No, no, mamá, por favor!
No podía ser… no era posible… Lo sabían. Huí de aquel lugar y me derrumbé. El simple hecho de pensar que le esperaba un calvario igual o peor que el mío me estremecía. Era capaz de aguantar las peleas, las sesiones con el psicólogo, era capaz de aguantarlo todo si ella estaba bien… y ahora… El teléfono móvil sonó.
- ¡Elena!
- ¿Ana?
- Tenemos que dejar esto.
- ¿De qué estás hablando?
- ¡No puedo enfrentarme a mi familia por ti!
- …
- Entiéndeme.
- ¡¿Y por quién he luchado yo todo este tiempo?!
- ¡No es lo mismo! – contestó irritada.
- ¡Entiéndeme tú a mí por una vez! ¡No puedo dar el 100% de esta relación siempre!
- Adiós Elena.
El único apoyo que me quedaba desapareció en ese instante… Llegué a casa. Vacía. Sola. La rabia se apoderó de mí, grité, maldije y sobre todo lloré, lloré durante horas… días, semanas. Así transcurrieron los meses, en mi habitación, tumbada en la cama… Mis padres no hacían nada por ayudarme, si no quería comer, les daba igual, si no quería salir, tampoco les importaba. ¿Qué más da todo eso si ya no estaba con ella? Lo abandoné todo, estudios, amigos, familia, piano… y me confié a aquel frío cuarto pequeño con la esperanza de consumirme en algún momento.
Antes de terminar así era una chica alegre, risueña, activa… todo menos en lo que me he convertido. Quizás por eso odio a esta persona que soy.
El verano pasó lento, muy lento, y fui mejorando poco a poco. Mi cuerpo no soportaba tanta tristeza y de alguna forma me rogaba un respiro pero por desgracia olvidé todo lo que me hacía feliz, ahora todo carecía de sentido. Los médicos lo llamaron depresión, yo simplemente prefiero llamarlo amor verdadero. Me sentía morir por dentro cada noche, cada lágrima clavaba aún más la estaca de mi corazón y cada recuerdo lo destrozaba más y más. No fui capaz de olvidar nada, incluso ahora mismo los recuerdos siguen en mi cabeza, inalterables, inmutables en este tiempo… Pero aunque no fuese una persona fuerte, mejoré. Y decidí ver la luz del sol otra vez.
- Emm… Voy a… salir… ¿vale?- pregunté temerosa a mis padres.
- Haz lo que quieras.
Un ambiente demasiado hostil para que yo mejorase. ¿Tanto daño les causé?
Hacía calor pero corría una ligera brisa que lo hacía más llevadero. Las cosas no parecían haber cambiado mucho. Anduve ojeando las nuevas tiendas o recordando cosas que ya no estaban, parecía una ciudad nueva para mí. Pero seguía sola.
- ¡No me lo puedo creer! – Escuché decir a mi espalda. – ¿La ermitaña se ha atrevido a salir?
- Cris déjate de tonterías. – reconocí. – Encima de que te vengo a buscar.
- Vale, vale. Me alegro de que te hallas decidido a salir un poco.
Me abrazó con fuerza, realmente estaba contenta de que superase un poco mis problemas.
- ¿Estás bien? – pregunto triste.
- A ti no te puedo mentir… Estoy, simplemente estoy.
- Bueno, habrá que hacer algo divertido para alegrarte ese careto de muerta que llevas.
- Vaya, yo también te quiero ¿lo sabías?
- Lo sé – sonrió.
Quizás la mejor manera de solucionar tus problemas sea rodearte de amigos. Cris fue la única capaz de recoger lo que quedaba de este estúpido corazón y colocarlo en su sitio, la única capaz de hacerme olvidar las cosas que tanto daño me causaban… y la única que podía hacerme sonreír como parecía que había olvidado.
Este nuevo paso me parecía gigante… volver a tener vida social me hacía sentir rara, pero no estaba preparada para las grandes multitudes, me asfixiaba, las paredes parecían encoger y el suelo se tambaleaba. Me limité a salir algunos días a la semana por sitios tranquilos junto a Cris… Hasta que llegaron las fiestas. En verano solían celebrarse fiestas por la ciudad, y, dios sabe cómo, la población se triplicaba esa semana. Cris se empeñó en que teníamos que ir, que era una buena oportunidad para buscar un novio o simplemente pasarlo bien. Yo no estaba tan segura…
- ¡Mírate! ¿Es qué no piensas arreglarte un poquito?
- ¿Para qué? Te he dicho que no quiero un novio. – repliqué.
- Pues para verte bien. – defendió Cris.
- Bah, tonterías. Suficiente que has conseguido convencerme para ir.
- Que sosa te has vuelto.
Un poco molesta me adelantó y caminó a buen ritmo, suspiré, más cabezota que ella no las había. Aquello estaba repleto de gente… era imposible caminar sin pisar o molestar a alguien. Comenzaron a entrarme nauseas.
- Cris… me parece que paso… no me encuentro bien.
- Ah no, no te vas a escapar ahora.
- Cris…
- Mira, inténtalo, sólo te pido media hora, si te sigues encontrando mal, te vas. ¿Vale?
Asentí. Nos adentramos en el gentío, procuré no perderme. Después de ver algunos puestos, unas cuantas atracciones y poco más… necesitaba descansar. Estaba reprimiendo mis ganas de salir corriendo por Cris, realmente quería estar allí y no iba a ser yo quien le aguase la fiesta. Tiré de su brazo hasta encontrar un lugar más tranquilo.
- ¿Podemos quedarnos aquí un momento? Sólo un rato. – pregunté.
Imagino que no debía de tener muy buena cara puesto que Cris parecía preocupada.
- Claro. Voy a por algo de beber.
Por lo menos allí se estaba más tranquilo… sólo se veían algunas parejas huyendo de la claridad de los focos para tener algo más de intimidad. Miré hacia otro lado, era incluso doloroso mirar a los demás, pero lo que encontré al girarme fue lo más triste de todo.
Después de meses sin verla poco había cambiado, su pelo había crecido y parecía más delgada… lo que realmente me partió el corazón… es el chico que la abrazaba. Parecía mayor que ella, mucho mayor y… obviamente tenía que ser su novio. Me habían llegado los rumores pero fui incapaz de creerlos… que ingenua ¿verdad?
Un rayo partió mi corazón cuando él la besó… aparté la vista, mi corazón no aguantaría tal imagen mucho tiempo. Bueno, no sería nada nuevo volver a vivir con ese sentimiento que tenía encadenado mi pecho a una mera ilusión…
- ¿Elena?
Su voz dulce, fina, encantadora, preguntaba por mí… supongo que en algún momento de mi vida tuve que hacer algo muy malo para que ahora el destino me hiciera sufrir de esta manera… ¿De verdad merecía todo aquel sufrimiento?
Aún abrazada a aquel chico me observaba.
Continuará...
noooo!!!! que mal exelente trabajo el q haces al escribir
ResponderEliminargracias! ^^
ResponderEliminaraladin un mundo ldeal
ResponderEliminarno manchesssssssssss que mala onda
ResponderEliminarpero bueno espero la continuacion
si de ahi viene el titulo de la cancion XD
ResponderEliminarJajajaja, que fuerte coincido con el anonimo.. y... Ostia... pa cuando sale el siguiente XD
ResponderEliminarme encanto... simplemente es hermoso muy bien hecho me encanta como escribes espero que no tardes mucho en hacer el otro ^^
ResponderEliminarwwooow balla.. va muy bn, siento tan cercano su dolor, muy moe bn Utena deberas sigue, por sierto me encantan tus juegos de tiempo, ;) creo k ya te lo habia dicho en fin sigue me muero por saber como terminara ( tali XD )
ResponderEliminarok ok, creo q despues de disfrutar un poco (muuucho xD) de mis vacaciones toca volver a concentrarse en otro cap... (no tengo ganas... pero mi conciencia dice q lo tengo q hacer... xD)y Feliz año a todas!
ResponderEliminarnoooooooooooooo... como lo dejas ahi!!!... x(
ResponderEliminarutena... te fascina dejarnos sin uñas verdad?!... que trauma con elena... me pega su dolor XD!...
muy bueno de verdad XD
¡feliz año nuevo!... a no... es mañana ¬¬
Bye~