Linea 4
Hacía horas que el sol se había ocultado en el horizonte del cielo de Madrid, descubriendo una noche que yo imaginaba estrellada a pesar del humo y los reflejos de las luces de neón que inundaban las calles.
Me despedí de Pablo con un rápido beso y corrí a alcanzar el último metro de la noche, cuando pasé por delante de un escaparate que me tentó:
- “la una treinta y cinco, me da tiempo” pensé, entregándome a mi dosis de vicio servida en un vaso mediano de cartón acompañado de nata y canela
- “ummmmm moka blanco del starbucks” dije al tiempo que salía dando un sorbo al café visiblemente satisfecha.
Bajaba corriendo las escaleras cuando las puertas del metro comenzaron a pitar, salté y me colé por el hueco mientras éstas se cerraban; di un fuerte suspiro aliviada y me froté los ojos levantando la montura de mis gafas
- “eso estuvo cerca…. Café malo, café malo” me reprendía hablando para mí misma;
Eché un rápido vistazo a ese último vagón mientras buscaba mis auriculares en aquél caótico bolso que siempre me acompañaba, cuando mis ojos se encontraron con una estampa que capturó mis pensamientos el resto del trayecto.
…..
En unos asientos situados a unos escasos metros de mí se encontraba una pareja, el chico quien se encontraba visiblemente perjudicado por los efectos del alcohol trataba torpemente de besar el cuello de una hierática chica; podría parecer una escena muy común que no llamaría la atención de no ser porque se trataba de un “chico bien” de veintipocos años regordete,todo vestido de prendas oscuras de Lacoste y con peinado a lo Fernando Alonso, con la gran diferencia que éste trataba de ocultar una incipiente calva en la coronilla bajo aquella maraña de pelo; un chico que objetivamente resultaba bastante feo, una fealdad que quedaba todavía más patente si lo comparábamos con su pareja; una muñeca de porcelana con grandes labios rosados y pelo rubio, corto, rizado; una imagen que te chocaba menos de 5 segundos, los suficientes para que una sinapsis te descubriera la verdad.
El chico era sin duda el paria de su grupo, alguien que no solía ligar nunca, y objeto de burla de sus amigos, una persona que reunió litros de alcohol en sangre disfrazados de valor para para contratar, sí comprar, los servicios de aquella chica.
….
Ella obviamente se trataba de una prostituta, altos zapatos de tacón, falda mínima y abrigo de pieles nada acordes a su edad… una imagen que había aprendido a ignorar cada vez que bajábamos por Montera para disfrutar de copa y concierto en el Costello; Por primera vez en mi vida miraba directamente a los ojos de una de ellas en lugar de evitarlas al vislumbrar su llamativa ropa, su maquillaje sobrecargado o sus gestos y frases sugerentes en busca de clientes….
Eran unos ojos de color indefinido, que podrían ser azules o quizás de color mar teñidos del ambiente que la rodeaba, unos ojos que ahora estaban grises como la tormenta que se desataba en el interior del cuerpo de aquella muchacha.
El pobre chico tomaba su mano y acariciaba sus nudillos intentando probablemente ser considerado con aquella imperturbable estatua que permanecía sentada a su lado y que le abandonaría tan pronto como hubiera cobrado el trabajo; ¿pero cómo ofrecer amor a quien simplemente había comprado a proxeneta un rato de compañía con el cuerpo de una mujer?;su mente al igual que su mirada se hallaban ausentes, viajando miles de kilómetros rumbo al este, remontándose unos años atrás en su pasado, buscando refugio en un recuerdo que le alejara de ese momento, de ese lugar, de un hombre que como muchos alimentaban este negocio y que transformaban a mujeres en mera mercancía.
Creo que eso fue lo que me impactó, nunca había visto unos ojos tan tristes como aquellos, la mirada de quien ha perdido todo, sus ojos mar….reflejándolo todo, un alma perdida en una tempestad que mareaba mis sentidos,.
El altavoz comenzó a sonar
- “próxima estación Serrano”- indicó la voz metálica al tiempo que el muchacho tiraba del brazo de la chica indicando que era allí donde bajaban.
Me quité las gafas y en un desesperado intento clavé mi mirada color tierra en la suya grisácea, tratando de anclar ese barco a la deriva que era su cuerpo, tan perdido…a la seguridad del vagón del metro
- “no vayas, quédate, no vayas, no vayas, no vayas”- decían implorantes mis ojos, pues las palabras habían quedado trabadas en mi garganta.
Las puertas se cerraron al igual que el trato entre los dos y yo no pude más que girarme y verlos marchar juntos por el andén; golpeé indignada el cristal agachando la cabeza mientras nos adentrábamos en el túnel, entonces todo el exterior se hizo oscuridad, pero ésta no era comparable a aquella en la que se encontraba sumida la muchacha.
diciembre 2009
Pequeña guía para entender la historia
En el metro de Madrid la líneas no tienen nombre, van numeradas hay 12 más los trenes ligeros;
el caso es que la protagonista va montada en la linea 4 que cruza uno de los barrios más señoriales de Madrid y una de sus estaciones es Serrano.
Montera es una calle muy centrica de Madrid que comunica La Gran Vía (una de las arterias de la ciudad) con La Puerta del Sol que es el centro de España, pero en realidad por lo que se le conoce a esta calle es porque siempre hay prostitutas ofreciendo sus servicios.
El Costello es un bar de copas que me gusta frecuentar que está en una perpendicular a la calle Montera; es un sitio con dos ambientes, en la parte de arriba es todo blanco y tienes asientos para quedarte ahí tirado tomando copas y escuchando chill out o puedes bajarte a los sótanos y escuchar un concierto en vivo de Rock en un ambiente de cueva o caverna
Espero que con estas notas se comprenda mejor la historia; agurrrrrrrr
Recuerdo nuestra charla sobre este escrito, además me reía imaginando las caras de tus compañeros e instructora, seguro la misma de nuestros lectores XD
ResponderEliminarMe gusta tanto tu forma de escribir, gracias por compartirlo, te deseo te diviertas mucho en tu viaje...
(8)Como e' bella ce' la luna brille e' strette
strette como e' tutta bella a passeggiare
Sotto il cielo di Roma(8)
Besos guapa!!!
trillado...sobrexplicado...toma un curso de cocina...
ResponderEliminarPedro Avila.
la verdad es k esos kuentikos pekeños, k son tan cotidianos pero k a la ves contienen un toke de realismo magico me encantan.... me ha gustado mucho tu historia arena....
ResponderEliminartbn me gusta k se sale un poko de los finales felices y las historias evidentes.... me gusto mucho n.n
Wow! ahora que he tenido oportunidad de leerlo... me ha encantado!*_*
ResponderEliminarBuen relato, gracias por compartirlo :)
ResponderEliminar