viernes, 18 de diciembre de 2009

Un Mundo Ideal - Capítulo 14

Hola Bauler@s!

Un nuevo viernes ha llegado, estamos cada vez más cerca del 2010, como siempre los días previos a la Navidad son mucho más pesados, quiero vacaciones pronto. Espero que tod@s los que ya estén disfrutando las suyas tengan felices fiestas :)

Nuestra encuesta ya ha cerrado, no rompimos el record histórico pero la participación fue masiva, gracias. Las cosas quedaron a favor de Girl Friends de Milk Morinaga, historia que nos hace comernos las uñas para saber si sus protagonistas llegarán a meterse mano alguna vez XD siguiéndole el paso en la votación, la divertidísima Strawberry shake de Shizuru Hayashiya (creadora tb de HayatexBlade) y completando el podio nuestro manga perver consentido Maka maka de Kishi Torajiirou... tratando de ver convertido en realidad uno de mis sueños guajiros, creo que en lugar de un anime de Maka maka yo pediría un live action!!! muajajaja porque siempre la carne es apetecible...Disculpen, la falta de descanso me hace delirar.

En fin, con ustedes la tan esperada continuación de Un mundo ideal, escrita por nuestra apreciada Utena93. Desde acá le mandamos un fuerte abrazo y espero que los estudios hayan dejado algo de ella XD

Autora: Utena93
Capítulo 14.-


Pasada una semana más en el hospital me dieron el alta. Me había recuperado bien y recibí visitas de todo tipo, antiguos compañeros de clase, familiares totalmente desconocidos, compañeros de trabajo… Pero ni una visita de mis padres.

Mi vida desde los 15 años a los 18 fue un autentico calvario, alcanzada la mayoría de edad me fui de casa, sin más explicación que un simple adiós. Esos 3 años fueron los peores de mi vida, los pasé de psicólogo en psicólogo buscando alguna cura para mi “enfermedad”, las peleas en casa eran continuas, mi aislamiento no cesó exceptuando ocasiones especiales… Sólo me limité a vivir y aguantar un poco más…

El día de mi 18 cumpleaños hice las maletas y me largué de aquel antro al que tenía que llamar hogar. Con algo de dinero ahorrado, mis estudios incompletos y completamente sola, me lancé en la búsqueda de algún trabajo… así terminé de camarera en un restaurante familiar de mala muerte.

Saboreaba la libertad en todos sus aspectos, era joven, tenía un trabajo estable, un pequeño apartamento… ¿Qué más podía pedir? No mucho la verdad… Me esforzaba en el trabajo y cada noche una chica nueva se despertaba a mi lado por la mañana. No recuerdo el nombre de ninguna de ellas.

Ahora que puedo mirar atrás… pienso cuanto podía haber cambiado, cuantas cosas hice mal… pero nada de esto tiene arreglo.

Los años pasaron hasta llegar a los 24, ninguna relación estable, un mísero aumento de sueldo, sin apenas una relación con mi familia. Como durante tanto tiempo, me limité a vivir, quizás porque no era lo suficientemente cobarde para quitarme lo único que tenía o lo suficientemente valiente para hacerlo. Llegados a este punto, todo resultaba monótono.


Hasta que la conocí a ella.


Era la 1 de la mañana, los bares estaban llenos de gente, me encontraba demasiado cansada para buscar una presa hoy. Encendí un cigarrillo, y observé las estrellas desde aquel parque desierto.

- Es malo fumar.

Una chica se encontraba frente a mí, rubia de ojos verdes, una sonrisa en el rostro, las manos cruzadas a la espalda y balanceándose sobre sus pies.

- Lo sé. – contesté.

Su sonrisa se ensanchó aun más ante mi respuesta.

- Entonces, ¿por qué no lo dejas?

- Buena pregunta…

- ¿Puedo sentarme?

Asentí. Aquella extraña chica de rostro juvenil se sentó a mi lado, alzó la vista al cielo y simplemente esperó.

- ¿Qué haces por aquí? – pregunté.

- Probar suerte – sonrió – pero esta noche creo que no.

- Ya veo…

- Oye, ¿no tienes frío? – pregunto extrañada.

Ahora que lo pensaba, estábamos a mediados de enero y llevaba una simple cazadora como abrigo… Ella por el contrario vestía un hermoso abrigo que cubría hasta sus rodillas y una bufanda a juego.

- Bueno, no tengo ni frío ni calor.

- Vaya…

Quedamos en silencio observando el cielo estrellado sobre nuestras cabezas. El tiempo fluía lento y tranquilo a nuestro alrededor…

- ¿Sabes dónde está Orión? – Me atreví a preguntar.

- ¿Orión?

- Es una constelación… Mira.

Pasé mi brazo por sus hombros y la atraje hasta mí, junté nuestras cabezas y señalé tres pequeños puntos luminosos en el cielo.

- ¿Ves esas tres estrellas? Forman parte del cinturón de Orión, más arriba tenemos los hombros, la espada, la rodilla…

- Es un poco difícil de ver. – comentó divertida.

- Puede que sí. – sonreí.

- Está bien chica astrónoma… ¿Cómo te llamas?

- Elena.

La chica simplemente sonreía, una sonrisa perfecta, unos labios carnosos… Se levantó de un saltó sacándome así de mis pensamientos.

- Se me ha hecho tarde. Tengo que irme.

- Eh… oh… vaya. – tartamudeé – Hasta otra.

- Toma… me gustaría volver a hablar contigo, podrías darme clases de astronomía. – sonrió.

Me entregó una pequeña tarjeta y se marchó… Doctora Sophie Rose. Así que era médico…

Era una chica bastante interesante.


Lancé una sonrisa a la oscuridad de la noche, nuestra conversación había sido un tanto extraña pero tenía la sensación de que la conocía de hace mucho tiempo, me resultaba demasiado familiar.

Llegué a casa después de un largo paseo, me despojé de mi ropa y me desplomé sobre la cama…Observaba la pequeña tarjeta en mis manos…

- Sophie Rose… - murmuré. - ¡Ah! ¡Mimi! Me haces cosquillas.

Mi pequeña gatita callejera ronroneaba dulcemente frotándose contra mis pies. Me agaché para recogerla.

- ¿Qué te pasa chiquitina?

Sus inmensos ojos castaños me observaban alegremente mientras seguía ronroneando. La coloqué sobre la cama para jugar un poco con ella, le encantaba perseguir el pequeño plumero que había comprado…


- ¿Qué te ocurre chica? – preguntó Sarah, la dueña del restaurante.

- Hay algo que me tiene distraída…

- Y apuesto lo que sea a que tiene nombre de mujer.

La miré molesta… Me había ganado muy mala fama por el restaurante, aunque bien merecida.

- Tómate el día libre y haz lo que tengas que hacer – dijo – Hoy no tenemos mucho trabajo.

- Gracias.

Dejé el uniforme y lo demás en la taquilla… Encendí un cigarrillo… ¿Qué podía hacer ahora? Llamarla, ¿qué si no? Saqué la tarjeta de mi bolsillo y marqué los números inscritos en ella. Esperé.

- ¿Diga?

- ¿Sophie?

- Sí, soy yo. ¿Quién es?

- Em… Elena.

- ¡Vaya! La chica astrónoma.

- La misma. – comenté divertida. – Me preguntaba… si te apetecería tomarte algo conmigo.

- Mmm… es que ahora mismo no puedo…

- Bueno, otro día será.

- Espera, ¿sabes dónde está el Hospital General?

- Claro.

- ¿Te importaría venir a buscarme? Es que tengo que terminar unos informes…

- No hay problema, aunque tardaré un poco.

- Pregunta en recepción por mí y te dirán como encontrarme. Nos vemos luego.

Parecía bastante entusiasmada… Suspiré, no me llevaría mucho tiempo llegar allí en moto. La fachada del hospital era enorme, rodeado de jardines y centros de interés… Imponía un poco, la verdad. El interior era muy amplio y cuidado, la recepción se encontraba justo en el centro de la sala.

- Perdone… - Me aventuré a decir.

- ¿Qué desea?

- Estoy buscando a la doctora Rose.

- ¿Tiene cita previa?

- Eh… no.

¿Cita previa? ¡Me llevaría esperando horas!

- ¡Elena!

Me giré y allí estaba, la misma chica de rostro juvenil del parque… He de reconocer que su uniforme no le quedaba nada mal.

- ¡Por fin llegas!

- Eh…

- Ven. Gracias Margaret. – dijo sonriendo a la recepcionista.

Tiró de mi brazo, me arrastro hasta la 3ª planta, donde me mostró un despacho enorme…

- ¿Este es tu…?

Al ver mi cara de asombro contestó entre risas:

- No, es la sala de reuniones de mi padre.

- ¿Tu padre?

- Es el director del hospital.

Imposible… En aquel momento pensé que me estaba tomando el pelo… Antes de que pudiera reaccionar se escucharon pasos que se acercaban… miles de pasos.

- ¡No! – exclamó Sophie

En menos de 1 segundo me vi empujada hacia el interior de un minúsculo baño… Sophie me abrazaba fuertemente para que no nos sintiéramos aplastadas y su rostro quedó a escasos centímetros del mío… En aquel momento no sé qué fue lo que se me pasó por la cabeza pero…


La besé.


Continuará…

5 comentarios:

  1. increible me encanta como escribes espero que la continues rapido!!! me muero con tus finales XD

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  2. OH! que malas!!!!

    porque tienen que dejarlo todo a medias!!!!!
    D:<!!!!

    bueno... continua pronto porfa...
    me dejaste en ascuas

    XD

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  3. creo q lo q mas me gusta es dejarlo asi (por fastidiar un rato) XD naaa es broma! no os preocupeis q ya estoy reuperada de esos malditos examenes asesinos q casi acaban con mi vida huajajaja pero no pudieron conmigo!! XD dedicare mis vacaciones a escribir como una loca! y empezare por hoy ^^!

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. jajajajajj wooo O.O estoy aprendiendo a manejar el pc por fin XD....
    oye utena k te creees ?? jajajaja como dejas siempre los finales asi ???
    jjejejejej oye vas muy bn espero k sea verdad k te pondras a escribir por k se esta poniendo buenisimo jejejejej

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