lunes, 7 de diciembre de 2009

Jibun no unmei Cap XLIII

Bueno, me he ido tardando y es que a veces olvido que rayos ando subiendo o_O y he notado que aún no concluyo esto. Por favor, fanáticas de Shizuru abstenerse los próximos capítulos XD Y solicito ayuda a Akari por cualquier evento :)

En fin, continua la parte engorrosa el fic, la parte aburrida ha finalizado (siempre tiene que haber una parte aburrida) y falta la parte esa donde mucha gente se queda criticando el guión (mi favorita XD ).

En fin, que ya es tarde, les traigo la continuación del fic. Hasta la próxima.



Jibun no unmei Cap XLIII Secuestro


Entre el hilarante delirio de lo que ocurría. Natsuki no podía evitar sentirse preocupada y a la vez un tanto desolada.


-Shizuru…


Su voz únicamente podía susurrar el nombre. Se movía entre oscuros callejones intentando respirar con dificultad. Su paseo habitual se había tornado en pesadilla mientras dos autos comenzaron una persecución frenética de ambas.


Shizuru había logrado evitar durante media hora un desmedido ataque contra ambas. No las querían muertas, eso era seguro, al menos por ahora.


Un violento golpe en el lado del conductor había obligado a Shizuru a dar un volantazo que le hizo impactarse contra la pared. Natsuki se había deslizado fuera del auto luego de que la bolsa de aire se rompiese mientras miraba a su acompañante. Le sangraba la cabeza. Ahogó un ligero grito de pánico al verle herida mientras abría la puerta y le ayudaba a quitarse ese cinturón de seguridad, tomó un vidrio de los muchos q habían y rompió la bolsa de aire que aprisionaba el cuerpo de Shizuru. Estaba inconsciente. El conductor del otro auto como su acompañante estaban inconscientes también.


No dudó ni por un instante en tomar el cuerpo de Shizuru y arrastrarlo fuera de ahí. Empezaba a entrar en pánico. Su mirada se centró en tratar de buscar ayuda, pero en ese lugar, todo mundo parecía haber desaparecido.


Sacó su móvil mientras intentaba llamar a Mai. Tardó en reaccionar que tenía la pantalla fundida y era inoperable. Buscó entre las ropas de Shizuru pero no lo encontró.


-Piensa maldita sea, piensa!


Tomó como pudo el cuerpo de Shizuru y comenzó a alejarse de aquella escena, estaba segura que el segundo auto no tardaría en pasar. Su lento y pesado andar le hacía parecer un par de personas embriagadas.



Arrastró a Shizuru lentamente. Escuchó el auto llegar a donde habían estado. Dos disparos sonaron en ese momento. Su corazón dio un vuelco. Tenía la certeza de que los dos hombres inconscientes ya estaban muertos.


-No te detengas Natsuki….no te detengas… - musitaba lentamente mientras esuchó el auto arrancar nuevamente. Con los locales cerrados a esa hora, las calles estaban desiertas y todo parecía estar en silencio.




-Moo… Natsuki está llegando tarde – bufaba Mai de extremo a extremo de la habitación.

-Ne-chan – le miraba Takumi – si sigues así abrirás un hoyo en el piso.

-Pero ya es tarde Takumi! – contestó Mai.


Lo que verdaderamente le preocupaba era que Natsuki nunca dejaba de faltar a una cena con ellos cuando habían quedado y si alguna cosa se presentaba, Natsuki avisaba con tiempo, su celular estaba muerto, eso era verdaderamente lo que le preocupaba, no tenía como contactar con ella.


-Si tan sólo pudiese contactar a Shizuru-san…

-Bueno, ne-chan, eso hubiese sido más fácil – contestó Takumi.


Mai lo miro marcar despreocupadamente en su teléfono celular.


-Ah, Akira-kun? – alejaba el celular de sus oídos – sólo necesitaba preguntarte una cosa..qué estás ocupado? Pero….


Takumí miró su teléfono mientras la llamada había terminado.


-Akira-kun…

-Y bien? – preguntó Mai muy cerca de ella.

-Akira-kun…está ocupado – contestó Takumi mientras miraba a Mai más preocupada.


La mirada de Mai fue nuevamente al reloj, eran las dos de la madrugada, Natsuki llevaba retrasada cinco horas y no era nada agradable saberlo. Dio un largo suspiro mientras intentaba pensar con claridad.



Y mientras ella pensaba en el porqué su amiga no había llegado tan atrasada media hora como siempre, la otra se encontraba arrastrándose lentamente entre las sombras de una ciudad muerta.


Su corazón latía tan fuerte que sentía los latidos inclusive en la cabeza, algo caliente resbalaba entre sus dedos y Natsuki no tenía que ser genio para saber que la Cabeza de Shizuru seguía sangrando. Desgarró su blusa en la parte baja mientras miraba desconfiadamente a todos lados. Un ruido seco y sordo se escuchó en ese momento y tardó en reaccionar que ya se encontrada frente a ese taller de motos que viese tanto tiempo atrás.


Meditó lentamente mientras estaba pensando que ocurría. Tardó en reaccionar de que había alguien parado tras ella. Justamente cuando volteaba un golpe le hacía perder la consciencia. Natsuki sentía su mirada nublarse, no pudo ver el rostro de la persona que le había noqueado, lo último que alcanzó a ver fue el cabello de Shizuru teñido con el rojo de su sangre. El calor que sentía en las manos, estaba desapareciendo y Natsuki sabía que cuando abriese los ojos, todo su escenario podía ser distinto.


Quería gritar, pedir ayuda, pero ningún sonido podía escapar de su boca. De pronto todo lo que conocía quedó en silencio y un absoluto silencio y luego…nada.



Despertó con la sensación de que el techo se movía. Todo oscilaba mientras un sentimiento nauseoso se hacia presente y con más fuerza. Comenzó a ver a su alrededor y notó que estaba en un cuarto, no era un hospital. Era un cuarto que ella conocía a la perfección. Era su habitación. Sus ropas habían sido cambiadas y entonces recordó.


-Shizuru! –Se movió fuera de la cama y su cuerpo cayó pesadamente mientras notaba que las fuerzas en su cuerpo se hallaban ausentes – Shizuru…


La puerta del cuarto se abrió con rapidez mientras Shin entraba apresuradamente a la habitación.


-Natsuki! – exclamó al verla fuera de la cama y tirada en el suelo de la habitación – vuelve a la cama, te aplicaron un calmante.

-Shizuru…Shizuru! – decía Natsuki una y otra vez mientras sujetaba firmemente a Sei.

-Tranquila, Natsuki – luchaba este para quitársela de encima – necesito que te tranquilices un momento – seguía forcejeando.

-Natsuki! – interrumpió una voz tras él.

-Mai, Mai! – el sollozo de Natsuki empezaba a ser evidente.

-Qué le estás haciendo a Natsuki? – bufaba la otra mientras un sorprendido Sei no atinaba a que decir.

-Solo ayúdame a quitármela de encima –musitó al fin.


Luego de un largo rato de hablar. Natsuki ponía a Mai y a Sei sobre aviso de lo que había ocurrido. Sin embargo al preguntarle a Sei, este informó que Okuzaki Akira se había comunicado con él para decirle que había localizado a Kuga-san tras largo rato de búsqueda.


Sin embargo, Natsuki no entendía mucho de esto. Cómo por ejemplo el hecho de que Akira hubiese llegado tan atrasado a rescatar a Shizuru si siempre andaba pegado a sus talones.


Había algo que no encajaba bien. Natsuki lo sabía. Sólo habían tomado a Shizuru. Después de una persecución que se extendió a altas horas.


Los padres de ella llegarían ese mismo día. Sei se había encargado de informarles lo sucedido. Y aunque trataba de aparentar serenidad, Natsuki sabía que fingía mucho de lo que aparentaba entonces.


Pruebas? Ninguna. Sólo la sensación de que sabía más de lo que aparentaba saber y eso era algo que una intuición siempre tiene parte de razón y más cuando era el único perjudicado con la muerte de Shizuru.

Un vuelco más, de dónde había sacado semejante estupidez. Shizuru no podía estar muerta, eso era imposible.


Rió histéricamente ante una preocupada Mai. Un nuevo sedante y Natsuki perdió la conciencia nuevamente.


Mai le miró pensativa, mientras Sei se retiraba silenciosamente del cuarto. Se retiró del lugar hasta encerrarse en su auto y pisar el acelerador furiosamente. Una voz sonó en el asiento trasero cargada de burla.

-No necesita fingir tanto, Sei-sama.

-No me fastidies Nagi, a veces es mejor estar fuera de los escenarios.

-Lo sé, por eso he salido de él – contestó Nagi con la sonirsa burlona dibujándose en su rostro – creo que sería conveniente que Sei-sama también salga de escena por un tiempo.

-Eso…es algo que no necesitas decirme…


Sei aceleró el auto mientras se dirigía a un rumbo desconocido. Había una sensación extraña de cierta aprehensión y melancolía. Sabía inconscientemente que sólo podía darle un nombre: Efecto Fujino.

2 comentarios:

  1. Gracias Kt, nunca nos defraudas!!!

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  2. Tengo que mantener a las fanáticas a raya no? creo que le pediré prestado a Ali D su tazer.

    Gran capítulo KT muy emocionante, nos dejas intrigadas y expectantes.

    Besos!

    PD: siempre te recordaré.

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