Un Mundo Ideal - Capítulo 9

Hola Bauler@s!

Martes 13, cuidado con los gatos negros y las escaleras mal colocadas XD

Les comento que estoy contenta pues han llegado un par de colaboraciones muy interesantes para los amantes del manga/doujinshi, además de algunas recomendaciones de lectoras que pronto atenderemos. Mil gracias, como expresábamos en el mensaje de voz, son ustedes yurifans nuestro mayor apoyo ^^

Ahora, a lo que vinimos, acá les dejo con la continuación de este Fanfiction, si lo ven muy cortito, no sufran, pronto eso cambiará ¿verdad Utena93? ;)

Ah, casi lo olvidaba, debo mencionar que la parte que viven los protagonistas de este fic durante la adolescencia, está basada en hechos reales, ¿qué tal? qué esperan entonces... a cotillear!!! cof cof digo, a leer! :P

Un abrazo!

Autora: Utena93

Capítulo 9.-

La claridad de la mañana me obligó a abrir los ojos y despedirme de mi profundo sueño, como un zombi me encaminé hacía la cocina de donde, intuí, se escuchaba algún sonido lejano.

- Mhnos…ias… - Dije bostezando.

- Buenos días dormilona.

Me desplomé sobre la pequeña mesa, era TAN difícil despertarse… Cerré los ojos y escuché algunas frases sin sentido.

- Mmmmvale…- Contesté intuitivamente.

No me había enterado de nada…, escuché un golpe sordo a lo lejos, ¿la puerta? Abrí los ojos y ante mí se encontraba un papel…

“He tenido que ir al hospital, me han surgido algunas emergencias. Si necesitas algo llama al departamento de cirugía y te pondrán en contacto conmigo. Te quiero.

Sophie.”

Como siempre atenta a todo, Sophie trabajaba de cirujana en el Hospital General de la ciudad, era una de las mejores pero odiaba hablar de su trabajo y sobre todo, de su posición social. Su padre era el director de dicho hospital así que… tenían mucho dinero.

- Bien… hoy tengo muchas cosas que hacer…- Curiosa manía la de hablar conmigo misma.

Me preparé un café bien cargadito, no podía empezar el día así de dormida. Después de media hora ordenando y limpiando la casa, sonó el teléfono.

- ¿Diga?

- ¡Tita! – Gritó una voz aguda.

- ¡Lucy! ¿Y mamá? ¿Te ha dicho que me llames?

- Zí.

- ¡Muy bien! Ahora dale el teléfono a mamá ¿vale?

- ¡Mamiiii! – la voz se alejó del auricular.

- Cris al aparato.

- No pienso hacer de canguro.

- ¿Cómo lo sabes? – preguntó sorprendida.

- La niña lo está gritando a los cuatro vientos, como para no escucharla.

- Venga – Suplicó – Hoy viene Albert de su viaje…

- Esta vez me la pagas. – juré

- ¡Sí! Te prepararé la cama para esta noche. ¡Te quiero!

Colgué enojada, ¿Cuántas noches había cuidado de Lucy?, Sophie me iba a matar…

Marqué una serie de números en el teléfono y esperé.

- Departamento de Cirugía, ¿Puedo ayudarle?

- Hola, quería hablar con la doctora Rose.

- La doctora se encuentra en quirófano, si lo desea podemos pasarle la llamada a través del manos libres.

- Sí, por favor.

- Espere unos minutos.

Pasados unos segundos una voz familiar respondió al teléfono.

- Aquí la doctora Rose.

- ¿Sophie?

- Oh, Elena, por fin despertaste. – comentó divertida.

- ¿Cuántas personas hay escuchando?

- Unas…cinco

- E imagino que tu padre también está.

- Hola.- Saludó una voz grave.

- Hola Señor Rose.

- Tengo a un paciente abierto en canal en estos momentos…- dijo Sophie.

- Ah sí, lo siento – me apresuré a decir – Em… que… esta noche no dormiré en casa.

- ¿¡Qué!?

- Me ha llamado Cris… y bueno… tengo que hacer de canguro…por qué Albert acaba de llegar… - en esos momentos temía por mi vida y la del paciente en sus manos.

Escuché como inspiraba y expiraba profundamente.

- Está bien, pero de alguna forma me tendrás que devolver todas estas noches.

Las personas, para mí completos desconocidos, que se encontraban con ella, rompieron a reír. Yo no le veía la gracia… Sophie estaba muy cabreada en esos momentos…

- Te quiero – me apresuré a decir antes de que me colgara.

Era mujer muerta… Sophie podía ser muy buena, pero era mejor no enfadarla y ahora, tenía motivos para estarlo. Después de pasar una noche irrepetible la volvía a dejar sola…

Recogí mis cosas y me encaminé hacía la casa de Cris.

Conduciendo a toda velocidad sobre mi radiante moto pensé…:

¿Todo lo que había perdido? O… ¿Todo lo que había ganado?

Continuará...