miércoles, 1 de abril de 2009

La rosa y el picaflor - cap II

Hola hola, buenos días y a levantarse mis querid@s Bloggermaniac@s. Hoy les traigo recién salido del horno (xq lo fresco es lo mejor) el segundo cap de La rosa y el picaflor.
Espero sus comentarios, muchos besos y ya me voy a la universidad T__T
Ali Dagos







No era raro para mi despertar antes que ellas, después de todo solía dejarlas solas antes de que siquiera se diesen cuenta.
Me dolía un poco la cabeza, así que me acomodé lo mejor que pude sobre la almohada. Al girar mi cuerpo, pude ver su silueta finamente delineada por la luz de luna que entraba por la ventana y fue que me sorprendí a mi misma esbozando una sonrisa, era cierto, la quería, pero……no tengo excusas.
Pasé suavemente mis manos por sus hombros. Su piel suave me hacía estremecer cada vez que la rozaba, no importaba cuantas veces hubiera sido mía, cada toque era especial y se grababa en mis manos.





- Mmmm… - esa piel y ese suave aroma entre fresco, ácido y dulce; era un aroma grabado en el fondo de mis sentidos y lo reconocería donde fuera. Todo lo tenía ella.
Mi mano continuó lentamente su recorrido hacia su cintura rozando un poco sobre la sábana su vientre y sentí como Lauren se estremecía, era una chica cosquillosa.
Atraje sus caderas hacia las mías, me moría por tenerla una vez más. Hundí mi cabeza en su cuello mientras aspiraba su aroma, el cual empezaba a activarme. Recuerdo besar su cuello y escuchar sus risitas nerviosas entre sueños como respuesta.
- Lauren – le susurré al oído – eres mía ¿verdad?
- Hmmm ¿Dana? – Ella se desperezaba mientras se giraba hasta estar las dos, cara a cara.
- Eres mía ¿verdad? – me repetí, arrodillándome en la cama, empezando a sentir cierto frenesí decorado de pasión y lujuria. Sabría que mis apetitos impacientes por ti, arremeterían y entrarían en acción en cualquier momento…
Y en eso te incorporaste aún cubierta por las sábanas, me miraste directamente clavando tus pupilas en las mías.
- Dana… ¿eres mía? – y sentí toda la culpa sobre mi espalda. Pidiendo lo que no podía dar.







Fue como si comprendieras la verdad del universo. Me miraste estupefacta mientras tu usual posición de “ataque” se desvanecía. Esos ojos de animalito perdido, tan usuales en ti.
Intentaste desaparecer entre las sábanas, pudiera ser que te sintieras avergonzada por pedirme algo que tu no me podías ofrecer, pero era cierto.
- Pero…sí soy tuya Dana – giraste violentamente y tomaste la sábana que me cubría.
- Me alegra que me lo digas – me dijiste ya teniéndome en tus brazos.
- ¿Y eso?¿Por qué te alegra? – Sabía que no responderías, pero aún así esperaba que lo hicieras.
Solo me besaste como respuesta.
Y poco a poco la intensidad de ese beso, primero lleno de ternura, se fue incrementando; me tomaste el rostro entre tus manos y yo tan solo podía dejarme llevar.
¿Por qué nunca podías quedarte? Esas ganas de huir, aún hoy en día no entiendo tus razones, pero aprendí con el tiempo a respetarlas y saber que tienes un mundo aparte. Me acostumbré a ser solo un puerto al cual vienes a descansar, antes de volver a partir, de volver a zarpar sin mí; aprendí a soportar que soy solo eso, pero tengo el consuelo de ser el puerto que más te gusta… al menos, tú me lo dijiste así.



- Lauren, siento tanto deseo por ti…eres especial para mí – esas palabras salían de tu boca con una facilidad increíble, que siempre temía que fueran discurso ya estudiado varias veces y escuchado otras tantas. Me aferraba a la cruel esperanza de que fueran reales… ¿lo eran, verdad?

Y lo entendí; y entonces sentí el firme y a la vez tímido deseo de decirte cuanto sentía por ti, de decirte que deseaba que te quedaras a mi lado y que deseaba un futuro contigo.
Me había mordido la lengua y atorado con mis propias palabras tantas veces y tú habías tomado ventaja de ello, dando rienda suelta a nuestras bajas pasiones, ya me conocías, ya te conocía… era como que tuvieses un radar para estas cosas, siempre me callabas con un beso antes de que yo pudiera disparar las balas llenas de verdad y ungirte con mis propios deseos, fantasías e ilusiones.
Esta vez, sería diferente…
- Y tú para mí…Dana, yo…
- ¿Sí? – tus ojos ya empezaban a detectar el “peligro”. No me engañas, te pusiste tensa.
- Dana… Te amo…




Me estaba volviendo loca, de seguro…sí, eso ero porque no podía ser…
- Disculpa…me quedé absorta por un instante…¿Qué fue lo que dijiste?
- Ya me escuchaste – te sobresaltaste en ese momento y tus palabras salieron casi chillando – Dana, te am…
- ¡Shhh! Calla…Yo…
Estaba espantada… eso era… Tantas veces había escapado de situaciones así, pero esto era diferente.
- ¿Tú…?
- Yo… - y te miré – tengo que irme. Tomé mis cosas y empecé a vestirme lo más rápido que mi cuerpo me lo permitía. Tú hiciste igual.
- Dana…no puedes… - me decías mientras me perseguías, yo solo oía una voz que revoloteaba - ¡Dana! – y esta vez tuve que hacerte caso – No puedes escapar cada vez que te sientes comprometida.
- Yo…
- Tú que, Dana… No me traigas el cuento de que no puedes comprometerte, no otra vez con eso…
- Ya hemos pasado por esto… Dame mis llaves…
- No…¿A qué le temes tanto?
- Dame las llaves Lauren…
- Que no...
- Bien me iré a pie entonces, te regalo el auto…
- No seas idiota…
- Sabes que no puedo…
- ¿Y por qué demonios no? – Excelente pregunta – vamos, por favor, no tienes que irte así, no te estoy pidiendo que te cases conmigo, solo dije que te amo ¿Por qué te afecta tanto? – otra buena pregunta, pero no tenía respuesta.
Golpeé la cama y me dejé caer, solo pude ponerme a llorar de frustración, tal vez por no poder decirte, tal vez por no poder irme, realmente no lo sabía.

4 comentarios:

  1. Me encanta este fic, desde el primer momento te engancha, sigue así espero la continuación pronto!! ^^

    Un beso!!

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  2. vaya es muy hermoso,pobre picaflor ya te atraparon jajajaja siguela rapido.

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  3. ahh zep eztoi de acuerdo contigo, iia la atraparon!!!
    ii ezto me recuerda a algo parezedo ame vida jajaja weno, mui buena iztoria!!
    zigue azi!!

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  4. Va muy bien, aunque con aire nostálgico, me ha gustado y también esperaré la continuación.

    Un abrazo!

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