miércoles, 8 de abril de 2009

El Fic sin título - Cap XI (parte dos)

Segunda Parte.....ejem ejem




Capítulo XI: segunda parte


Hacía frío esa noche. El agua caliente calmaba un poco la tristeza que sentía por dentro.

- ¡Vamos Natsuki! ¡Ya estuviste cuarenta y cinco minutos ahí dentro! – Mai tocaba la puerta del baño.
- ¿Natsuki? – preguntó Mikoto - ¿estás bien?
No hubo ninguna respuesta. De repente dejó de escucharse el agua de la ducha y la puerta se abrió. Natsuki salía envuelta en una toalla. Se topó con las miradas preocupadas de Mai y Mikoto.



- Estoy bien… - dijo antes de que preguntarán algo. Mai y Mikoto solo se miraron. Nadie dijo nada por un largo rato hasta que Mai vio que Natsuki ya vestida se acercaba a la puerta.
- ¿Natsuki? ¿A dónde vas?
- Solo voy a salir un momento –dijo la morena sin siquiera voltear. Su voz denotaba tristeza, estaba apagada.
- Pero ya es muy t…. – replicó la pelirroja siendo cortada por Natsuki.
- No es tu problema ¿verdad? – Y salió. Mai solo miró el espacio blanco de la pared que se veía a través de la puerta que Natsuki había dejado abierta.
- ¡Mai!
- ¿Qué pasa, Mikoto?
- Natsuki se llevó su arma – Mikoto mostraba la caja metálica, vacía en ese momento. Mai salió corriendo de la habitación; y Mikoto tras ella.



- “¿Por qué me llama ahora?” … ¿Aló?
- Nina, estoy yendo a recogerte.
- Pero no es fin de semana.
- Tú solo espérame, es necesario que vaya
- ¿Pasa algo malo?
- No, pero quiero que estés en casa unos días.
- ¿Algo en especial?
- No vamos de viaje el fin de semana.
- Que buena noticia – respondió sin mucho ánimo, su cabeza seguía con Nao.
- Bueno, me esperas l…
- ¿Qué?
- lista…¿Nina?
- ¿Papá…. Qué pasa?
- ¿Qué? No puedo…..escuchar……
- ¿Papá? – Nina tenía el horrible presentimiento de que algo malo estaba pasando - ¡¿Papá?!
- Ni….na….. no….. pue…..*clic* - la llamada se cortó.



- ¿Qué demonios está pasando? – Serguey seguía manejando cuando vio un auto negro detrás del suyo. Lamentablemente, le era familiar – “¿La corporación?.... No puede ser…..” – Se dio cuenta. Iban a prescindir de él. Habían intervenido el teléfono.
Sintió un fuerte golpe en la parte posterior del vehículo, así que solo puedo acelerar para intentar perderlos, pero con cada golpe, su auto perdía fuerza.
*******
Pasaban por los frondosos bosques que rodeaban todo el campus de Fuuka Gakuen. El auto no podía acelerar más y aquel vehículo le pisaba los talones.
- “¿Esto hicieron contigo, Saeko?” – Sintió otro golpe y el auto zigzagueó unos metros antes de recibir el golpe que lo haría volcar. Serguey solo pudo pensar en Nina. El auto dio varias vueltas de campana antes de quedar a un lado de la carretera destrozado.
Sentía sangre en la cara, se había golpeado con el volante ¿no estaba muerto?... Intentó moverse y un dolor tirante en su pierna izquierda, le indicó que si intentaba salir, saldría sin ella. Escuchó unos pasos cerca, pero el dolor era demasiado como para intentar moverse otra vez. Todo se puso negro.


*Farmacias Iwasaka*

- …Muy bien, ya veo… bueno… no tiene importancia…tráiganlo entonces…*clack* - El presidente colgó la llamada. La oficina quedó en silencio por un momento y simplemente se dedicó a revolver su copa y a encender un cigarrillo. Después de unos momentos, tomó de nuevo el teléfono – Sanada… ¿Cómo están esas dos?............... Pronto estará aquí…… te llamaré cuando se dirijan con ella para allá…..*clack* - El presidente volvió a colgar.
Abrió un cajón de su escritorio y sacó una foto. Estaba con las puntas dobladas y rotas, los bordes rasgados, en mal estado, pero la fecha escrita en el reverso indicaba que la foto no tenía más de veinte años.
Sus penetrantes ojos grises se posaron en el rostro blanquecino de una joven de cabello oscuro, de la foto. La chica llevaba gafas, un suéter cuello de tortuga, sus libros bajo el brazo, un café en la otra mano. Tenía una gran sonrisa. Detrás de ella, un chico alto, tez blanca, el cabello un tanto revuelto. Tenía un cigarro en la mano y sus libros en el otro, sus vivarachos ojos grises claro eran tan opuestos a los que observaban aquella escena inmortalizada en papel.
- “Saeko… pudimos haber logrado grandes cosas juntos…… Pero no tuviste lo necesario…Ahora, será Mi gloria…” – el presidente puso la foto nuevamente en su cajón y lo cerró de un golpe.






- ¡Natsuki!¡Natsuki!¡Detente! – Mai corría hacia ella, hasta llegar al claro donde Natsuki siempre estacionaba - ¿Qué demonios planeas? – Mai se detuvo a recuperar el aliento después de haber corrido para alcanzarla.
- Tengo que encontrar a Shizuru… - respondió sin prestarle mucha atención y colocándose el casco. Mai la miró y exasperada se acercó a ella. Le sacó el casco en un arrebato de cólera – Ahhhh…… ¿Mai? – una bofetada marcó su rostro al segundo siguiente.
- ¡Mai! – gritó Mikoto sorprendida por la reacción.
- ¿Quieres que te maten? – Mai tenía toda la impotencia acumulada en sus ojos – Entiende que no puedes hacerlo sola…
- Pero ¿Quién me va a ayudar?... ¡Nadie puede hacerlo!¡Ya no tenemos poderes, Mai!
- ¿Y por eso piensas que puedes hacerlo sola? – Los violáceos ojos de Mai se quedaron fijos en los de Natsuki. El silencio que reinaba se quebraría ante el sonido estruendoso de un golpe que marcó el rostro de Natsuki – ¡No actúes como una estúpida!



Un fuerte golpe abrió la puerta. Nina giró la cabeza y se encontró con un hombre uniformado de riguroso negro.
- Nina Wong, tenemos órdenes de llevarle a la corporación enseguida.
- ¿Y mi padre? – Nina ya sospechaba que algo extraño sucedía. Debía ganar tiempo.
Un guardia entró a la habitación y encañonó a Nina.
- Vamos… basta de preguntas y jueguitos… ¡Sal de una vez! – Nina solo cerró los ojos tranquilamente y salió de la habitación. No serviría de nada el intentar escapar.
- “Vaya, son tan buenos en su treta… nadie sabe que está pasando” – pensó Nina al ver las puertas de otras habitaciones.



Mai y Natsuki se sostenían la mirada y el ambiente comenzaba a ponerse tenso, cuando…… los sonidos de balas las hicieron reaccionar. Natsuki saltó de la motocicleta y echó al suelo a Mai y Mikoto. Levantó la mirada buscando a su agresor y vio que cerca de un auto, unos hombres de negro encañonaban sus pistolas.
- ¡Natsuki Kuga!¡Si cooperas, nadie resultará herido! – gritó él que parecía ser el líder - ¡Natsuki Kuga! – repitió.
- ¿Quién es? – dijo Mikoto en un susurro.
- No tengo idea – respondió Natsuki, sacó el arma de su cintura, debía usarla ahora – debe ser de la corporación – Mai y Mikoto miraron el arma en la mano de Natsuki y abrieron los ojos con espanto, como que Natsuki pudo ver – No… voy a darles pelea – la determinación de Natsuki se veía en sus ojos – “ellos podrán llevarme hasta ti…”
- ¡Natsuki Kuga!¡Nadie saldrá herido si cooperas y vienes con nosotros! – gritó el hombre por tercera vez.
- “¿Por qué me tiembla tanto la mano?” – Natsuki se veía decidida, pero esa decisión desaparecía mientras la morena empezaba a sudar levemente – “Vamos, ya he disparado antes… Yo puedo…puedo manejar esta cosa” – Natsuki aferró lo mas firmemente posible que podía la K-500. Pasó un poco de saliva, ahora sí lo haría.
- ¡Solo queremos que…! – Natsuki se exasperó y se paró en un impulso apuntando el arma con una mano firme.





- ¡Aquí tienen su cooperación, malditos! – Solo puso algo de fuerza en su índice, cuando un haz de luz salió del arma. Pero no fue como la luz de cuando se disparó la primera vez. Fue una bala luminosa, limpia y rápida, que empezó a rebotar contra el auto y los árboles, desarmando a algunos hombres. Otros dispararon. Natsuki que solo quería protegerse, disparó de nuevo y la luz formó una barrera que detuvo la balas – “¿Qué demo…?¿Qué rayos es esto?” – se preguntó mirando el arma en su mano. No podía perder más tiempo - ¡Mai, Mikoto!¡Corran! – pero fue muy tarde, en menos de lo que pudieron darse cuenta, habían llegado más automóviles, estaba rodeadas.
- ¡Danos el arma y entrégate!
- Demonios…. No tengo opción.
- Natsuki…
- ¿Mai? – Natsuki giró un poco la cabeza sin bajar la guardia.
- Ni se te ocurra rendirte.
- ¡Mai! ¿Qué vas a ….?¡MAI! – Mai corrió hasta uno de los hombres que cerraban el paso por atrás y lo golpeó, Natsuki sabía que Mai tenía determinación, pero incluso esta reacción le sorprendió. Natsuki subió a su moto y ordenó a Mikoto subir también. En un segundo, las dos estaban sobre el vehículo y Natsuki arrancaba - ¡Abran paso! – Natsuki disparó un par de veces para causar confusión - ¡Mai, dame tu mano! – Mai extendió su mano hacia la de Natsuki y se aferró como pudo, pero una bala las separó.
- ¡AHHHHH! – Mai cayó en el suelo, con la mano envuelta en sangre.
- ¡MAI!¡NOOO! – Mikoto estaba apuntó de saltar de la motocicleta, cuando escuchó la voz de Mai.
- ¡NO!¡Váyanse ya!
- ¡MAI! – Natsuki se detuvo y giró velozmente para poder ir por Mai.
- ¡QUE SE VAYAN! – las balas no tardaron en golpear la armadura metálica de la motocicleta.
- ¡No dejen que escape!¡Vamos, vamos, vamos! – los hombres subieron a Mai a uno de los autos y arrancaron tras Natsuki.
Habían perdido a Mai, Natsuki no se arriesgaría a disparar con ella dentro de esos autos. Solo aceleró lo más que pudo, pero ahora tenía la plena certeza de quienes se habían llevado a Shizuru y a Nao.



Cada vez que te veo, sabes que mi corazón se vuelca, se llena de emociones. Aún recuerdo cuando te vi por primera vez, mucho antes de dirigirte la palabra siquiera. Estabas ahí sentada, en la hierba. El viento agitaba tu cabello. Tu semblante, se veía apartado de todo, pero me capturó enseguida y por un momento mis oídos se cerraron de cualquier otro sonido que no fuera el viento agitando esa melena oscura y sedosa, hipnotizante. Ya no escuchaba a todo el foro de chicas que estaban detrás de mío. Ni siquiera notaste mi presencia.
*******
Tus mejillas sonrojadas por una ligera vergüenza. Un pétalo acariciaba tu mano en el momento que volteaste. Tus ojos llenos de sorpresa y curiosidad y al mismo tiempo, esa expresión de querer salir huyendo de ahí. Es una escena que guardaré siempre en mi corazón. Aquel día en los jardines de la academia.
- No deberías hacer eso – Te congelaste por un momento – Las flores debe ser amadas. Ellas florecen con toda la fuerza de sus cortas vidas (*Nota de la autora: Esta escena ya es legendaria entre los fans de mai hime y sobretodo de esta pareja verdad??? ^^)
- ¿Eh? – Dos ojos verdes se clavaron como estacas de hielo en mí. Te ruborizaste, estabas apenada por ello. Esos ojos, pude ver calidez en ellos, mientras superficialmente se veían fríos. Trataste de medirme, con esa mirada inquisitiva.
Fue ese el momento, como si algo se activará dentro mío. Sentí que mi corazón latía con más fuerza, pensé que se saldría de mi pecho, pensé incluso que tú podrías escuchar ese fuerte latir y me avergonzaría por ello, jamás me había pasado, jamás lo había sentido por nadie. Me enamoré de ti Natsuki.
*******
- Eh…. ¿Dónde…? – Shizuru estaba abriendo sus ojos y rápidamente los cerró de nuevo. Había mucha luz, le lastimaba. Intentó abrir los ojos de nuevo, poco a poco. Giró la cabeza y vio a Nao, desnuda en lo que parecía una camilla. Tenía suero en un brazo – Na…Nao…. – Shizuru intentó estirar un brazo hasta ella y se dio cuenta que estaba atada a una camilla y también desnuda. En frío comenzaba a afectarle. Lentamente, quedó inconsciente.



*******
Cuanto me complacía correr la puerta del aula del consejo y encontrarte ahí sentada. Frente al computador, con esa mirada de concentración; y en algunas ocasiones dormida, donde podía apreciar tu rostro en calma, en paz, acariciar tus cabellos, deleitarme al escuchar tu respiración.
*******
- Nat…su…ki…

*******
Tantas veces intenté aprovechar las pequeñas oportunidades que se me presentaban, sobretodo cuando dormías, pero, mi respeto y amor por ti pudieron por un tiempo, más que el propio deseo de tenerte, pero solo por un tiempo. Fui como una bomba de tiempo y cuando el tiempo se acabó, exploté de pasión por ti. Ya lo sabes, lo descubriste aquella noche.
*******
Una luz muy fuerte alumbraba en sus ojos, pasaba del uno al otro. Solo escuchaba murmullos, no entendía mucho…
- ¿Qué pasó?
- No sabemos señor, solo quedó inconsciente.
- Trabajo con un grupo de inútiles que no s……. – ya no pudo escuchar más, sus pensamientos la asaltaron de nuevo.

*******
Aquella noche te vi llegar corriendo. Tu rostro se veía feliz. Ya desde un tiempo se te veía así.
- ¡¡¡ESPERAAAAAAAAAAA!!!¡¡¡SHIZURU!!! – Eran las 10:15 de la noche. Todo dejó de importarme al verte venir corriendo hacia mí gritando mi nombre
– No quería que te fueras sin despedirme - Yo tampoco quería irme sin verte, es la verdad, tú lo sabes.
Preguntaste a dónde me iría, no importaba mientras estuviera cerca tuyo.
Recuerdo que aquella noche volví a explotar, te besé sin permiso, sin aviso, sin vergüenza. Tan solo sentir de nuevo la calidez de esos labios, de tu cuerpo, descontrolaba mis pensamientos.
Te dejé ahí porque no quería enfrentarte, así que salí huyendo.
- Perdona mi egoísmo, Natsuki – Te dije. De verdad Natsuki… soy tan cobarde…
*******

- Está despertando, doctor… - Solo vio que una sombra que la miraban desde detrás del vidrio. Estaba de nuevo en la celda. Se incorporó con esfuerzo. Llevaba ropa de nuevo. Todo le daba vuelta y tenía un sabor horrible en la boca… ¿Qué era?.... Shizuru se llevó una mano a la boca y tocó apenas sus labios.
- “¡¿Sangre?!” – No sentía los labios rotos, ni siquiera partidos. El brazo que apenas la sostenía, Shizuru sentía que se partiría así q se sentó sobre sus piernas y pasó un vistazo rápido a la celda pasando por alto a todo ese grupo con pulcros guardapolvos blancos. Nao estaba ahí también, en el suelo…. Pero había alguien más…. - ¡¡¿¿Mai??!!
- ¡¡Shizuru-san!! – Mai levantó la cabeza, estaba sentada, apoyada contra la pared. Todavía no se encontraba en el estado deplorable de las otras dos. Mai se levantó y corrió hacia ella. Shizuru pudo ver que Mai tenía raspadas las rodillas. Mai cayó al suelo. Estaba más débil de lo que aparentaba.
- ¡Mai!
- No es nada – la tranquilizó con una dulce y sincera sonrisa. Una sonrisa que Shizuru sabía interpretar a la perfección pero de manera vacía. Pensó inmediatamente en Natsuki, pero no podían hablar ahí, no hasta que esas personas se fueran y dejarán de observarlas.
- Demasiada conversación señoritas – Ese hombre de nuevo, parado frente a ellas con aquella risa burlona y sarcástica. Miraba profundamente en los ojos carmesí de Shizuru.
La castaña se incorporó con toda las fuerzas que su cuerpo podía proporcionarle. Mai se puso a su lado, pero Shizuru hizo que retrocediera.
- Ve con Nao, por favor – Shizuru se plantó frente a ese hombre que en tan poco tiempo repudiaba como a nadie. Shizuru solo sonrió como aquella vez, aquella vez que pensaba que todo se interponía entre ella y su amor, como aquella vez que peleó con Yukino y que sin compasión eliminó a la persona que ella más amaba. Esa sonrisa de nuevo se dibujo en su rostro. Se veía fuerte de nuevo.
- ¿Qué se propone ahora?
- Vaya señorita Fujino. Que fuerza admirable la suya. El estado en el que está y todavía puede hacerse la valiente. Hace que me interese mas en usted – el presidente bajó la voz – Aprenda cual es su lugar – seguido de esto un fuerte golpe marcó sus ahora pálidas mejillas. Tuvo la fuerza suficiente para quedar en pie – Que me propongo lo sabrá ya pronto. Tenga paciencia que solo faltan algunos invitados a la fiesta para que está pueda comenzar.
Unos golpes en el vidrio hicieron que voltearan sus cabezas a esa dirección.
- Presidente, parece que ya llegó una de las invitadas de honor – dijo el doctor Sanada a sus espaldas – Nina estaba al otro lado de esa celda, custodiada por dos hombres. Sus ojos de miel se cruzaron inmediatamente con los rubíes de la castaña.
- ¡Shizuru! – Nina abrió los ojos grandes como dos platos.
- ¡Nina! – Shizuru estaba más que sorprendida. ¿Qué hacía ella ahí?
- ¡Nao! – Nina se percató de la pelirroja que yacía inconsciente en brazos de Mai.
- ¡Nina! – Mai estaba confundida.
- ¡Mai! – Todo el ambiente se puso muy tenso.
- Bueno señoritas, tengo que hacerme cargo de esta niña personalmente, si los experimentos funcionan en ustedes, pues ella pasará por lo mismo.
- ¿Qué? – Shizuru salió de su sorpresa - ¡No puede hacer eso!
- Puedo y lo haré, ahora, disfruten su noche, seguro será muy placentera – El presidente no terminó estas palabras cuando.
- Ahhh – Shizuru entrecerró los ojos. Ese dolor, como un fuerte punzón, capaz de hacerle perder el equilibrio, de nublar su vista, de hacerla caer. Ese dolor, hace mucho que no lo sentía, pero no se olvidaría de él jamás. Ese dolor punzante en su costado estaba de nuevo ahí.



- Natsuki……
- Dime… - el semblante de aquellas dos chicas no se veía nada bien. La tristeza las embargaba.
- ¿Crees que las encontraremos?
- Debemos intentarlo – al ver la pena reflejada en los ojos de sol de la chica agregó – Ellas aguardarán a que nosotras lleguemos. Mai y las demás son muy fuertes.
- Si…. – asintió vagamente – tengo frío.
- Lo sé, yo también… pero no podemos hacer fuego, tal vez nos sigan buscando.
- Lo sé…tu motocicleta pesa – Mikoto y Natsuki arrastraban la motocicleta de la última por una ladera. Habían perdido a los hombres y se habían internado en un bosque, así que apagaron el motor para no hacer ruido, pues llevaban las de perder. Llegaron a un lugar cerca de un pequeño arroyo y con los árboles era un lugar propicio para ocultarse.
- No podemos regresar…. Aquí estaremos bien por ahora – Natsuki se sentó en una piedra dejando la moto aparcada contra un árbol. Mikoto hizo lo mismo. Ninguna dijo nada más hasta escuchar unos ruiditos extraños.
- Creo que tengo hambre - dijeron las dos al unísono. Se miraron y se rieron cuando sus estómagos volvieron a rugir. Poco a poco ese semblante sombrío se apoderó de ellas de nuevo.
- El sonido del agua es relajante – dijo Mikoto. Se echó en la hierba y miró el cielo.
- Tienes razón – Natsuki levantó la vista – el cielo es hermoso.
- ZzzzzzZZzzZzZzzzzzz…..
- ¿Mikoto? – Natsuki bajó la vista y vio que Mikoto se había quedado dormida de inmediato. No pudo contener una risa tierna, risa que solo conocían unos pocos. Fue entonces que…. – Ahhhh – ese dolor punzante en su espalda otra vez


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