martes, 28 de abril de 2009

Jibun no Unmei cap XXXIV

Por fin me digno a subir el fic, mil perdones he andado algo ocupada estos días *para no variar* y bueno, disculpen la espera. Gracias.


Jibun no Unmei Capítulo XXXIV Sei.


Podía verlo con claridad. Aquella persona estaba muy alto, junto a esa moto tan fantástica. Parecía parte de la moto misma. Cómo se diría? Un centauro? Si, probablemente uno volador. Abrió la boca mientras observaba completamente incrédulo ese vuelo.


Fuego. Si. La moto se incendió al caer mientras el cuerpo del desafortunado sujeto era envuelto por las llamas. No podía creerlo. Avanzó hacia él, mientras veía la gente correr lejos de esa pesadilla y de pronto estalló. Pedazos salieron volando mientras él perdía la conciencia. Algo le había dado.


Sei recordaba una y otra vez ese sueño que no acababa de irse nunca. Con el paso del tiempo empezaba a pensar que era algo extraño que sólo recordase a partir de allí. Su tío por parte de su madre fallecida, le decía constantemente que ese accidente había marcado definitivamente todo su destino. Y había sido para bien.


Y creía que era cierto. La fortuna de la fundación se había elevado impresionantemente desde hacía 3 años y no dejaba de crecer. El último paso casi estaba listo. Un enlace provechoso y ventajoso desde el inicio. Sobretodo, porque dejaría de ser enlace apenas concretarse y así. Sería la cabeza número dos de la fundación.


Se incorporó lentamente mientras se acercaba a la ventana y contemplaba el exterior. Su mirada se desvió ligeramente a su izquierda. Kuga Natsuki y Fujino Shizuru. Tomó las impresiones mientras las miraba una y otra vez. Sin duda el rostro de Fujino era más dulce en los momentos en los cuáles se encontraba con esa persona. Una idea recorría su cabeza constantemente.


Su mano se dirigió al teléfono y marcó. Unos timbres antes de que la persona a la cuál hubiese llamado contestara.


-Sakomizu. Necesito que reunas ciertos datos para mí.



Colgó el teléfono y silencio una vez más. Su celular sonó en ese instante. Miro el nombre y contestó.

-Sei.


La charla se volvió bastante larga y al colgar, notó que ya estaba atardeciendo.


La pila de papeles en su escritorio estaba revisada desde un día antes y no tenía nada más que hacer. Era momento de hacer una pequeña visita.


Nagi se encontraba perezosamente instalado en su cómodo sofá cuando el timbre en la puerta sonó.


Se acercó lentamente y abrió sin mirar. Sonrió felinamente mientras miraba a la persona que había llamado.


-Se me hace tan raro verte por aquí…qué se te ofrece? – preguntó con esa mordacidad y sagacidad que siempre lo caracterizaba.

-Tengo una petición que quiero hacerte, contestó su interlocutor.

-De acuerdo, pero sabes que no doy información gratis, verdad? – sonrió.

-Si es por dinero no hay problema, tengo el suficiente – contestó Sei burlonamente mientras sonreía.

-Vaya! –contestó Nagi fingiendo preocupación – y qué debo hacer por Sei-sama en este momento?

-Simplemente responderás mis preguntas.

-Como Sei-sama ordene.


Nagi asintió mientras se inclinaba ante Sei de una forma servil, mientras aquél sonreía lacónicamente.


Natsuki se encontraba dormitando brevemente, esos días con Shizuru en la playa habían sido verdaderamente agotadores. No sólo por el calor, sino porque al final habían acabado escalando montaña arriba para tener la mejor vista del lugar.


Sin embargo, Shizuru no se quejó en absoluto del fin de semana, a pesar de tener pendiente su viaje a Kyoto para hablar con su padre.


Shizuru había partido ese día con mucho pesar. Se encontraba verdaderamente segura de lo que diría, por lo que Natsuki no podía más que esperar los resultados.


La susodicha se encontraba hablando con Akira detenidamente. Había estado siguiendo a Nagi de forma continua por orden de ella y ahora le traía reveladoras imágenes.


Nagi había estado conversando con Sei durante largo rato mientras caminaban en las calles transitadas de Fuuka. Sei se mostraba con excesiva confianza con su primo lejano mientras caminaban, inclusive cenaron juntos ese día mientras Nagi parecía tener un amplio conocimiento de lo que iba explicando, puesto que señalaba constantemente en las anotaciones que Sei mostraba.


Shizuru tenía el ceño levemente encorvado, algo extraño en su mirada, pero Akira suponía que tenía una muy buena y excelente razón. Nagi, era el confidente más cercano de Shizuru y si ahora tenía tratos con Shin, definitivamente había un problema, lo cuál era verdaderamente preocupante.


Shizuru tomó la evidencia y dejó la sala mientras le daba las buenas noches a Akira. Se dispuso a ir a su cuarto, mientras marcaba el número telefónico de Natsuki, con quién se pasó varias horas charlando antes de colgar y con el alma tranquila.


-Shizuru-san se mostraba muy segura hoy, no es así, Natsuki? – preguntó Mai en ese momento.

-Si. A decir verdad no creo tener la fuerza que tiene ella en estas cosas – dio un largo suspiro antes de continuar – sin duda eso me alivia mucho.

-Ya veo – contestó Mai mientras se cepillaba el cabello – suele ser un complicado, pero espero que todo se solucione aprisa.

-Si, yo también susurró Natsuki – mientras se dormía nuevamente.



Mai sonrió. La fierecilla era un cordero benévolo y sonriente. Shizuru-san había logrado un milagro. El aguerrido sentido de su mejor amiga, sin duda no existía cuando Shizuru estaba a su lado, hasta la comida le sabía diferente y la mayonesa a algo tan exquisito como sublime.


Sonrió y contuvo una carcajada. A veces Natsuki comparaba las cosas que le gustaban en una escala con su amor a la mayonesa. Aunque en propias palabras de Natsuki, Shizuru y su mayo no tenían comparación entre ellas, aunque podía olvidar algunas veces la mayo si Shizuru quería.


Salió del cuarto y cerró lentamente la puerta. Inclusive ella tenía que dormir. Mañana sería un día con Reito. Debía descansar.




Shizuru meditaba profundamente el asunto que se hacía extraño, Fujimoto Sei y Nagi. Fujimoto Sei era una persona ambiciosa y sin freno alguno en cuestiones de negocios, alguien que sin duda su padre aprecia. Nagi,, era en todo caso, el heredero de la familia si algo le ocurría.

Había algo tan maquiavélico en esa reunión que asustaba. Dio un largo suspiro mientras abrazaba su almohada. Mañana sería otro día.



-Sei, lograste averiguar algo?

-Si, así es tío. Fue una información verdaderamente valiosa.

-Ya veo. Esto ha sido verdaderamente excepcional. Me alegra mucho el saberlo – contestó de nuevo la voz con el toque quedo.


Sei sonrió mientras miraba a su tío. Un hombre ambicioso y lleno de secretos, era por ahora el líder de la fundación que ostentaba el nombre de su abuelo.


Le miró detenidamente, había pasado poco tiempo desde que hablase con él, puesto que no recordaba nada desde su accidente.


Era un hombre nada imponente, pero si ambicioso y muy inteligente. Su nombre era John Smith.

1 comentario:

  1. Mmmm me dejaste pensando en algo, sobretodo en esa aparente traición de Nagi.

    Espero la conti ^^

    Un abrazo!

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