Jibun no Unmei Cap XXI

Buen día mis estimadas pervers consentidas, por hoy, sé que corresponde shoujo Sect, pero por causas de fuerza mayor, sólo puedo postear el fic...ya saben, la cordura es hoy inadmisible en mi estado físico, jejeje

XXI El día después .

Su pecho se sentía extraño, sabía que algo había de raro entre esa sensación de paz. Era algo cálido. Shizuru tardó un poco en darse cuenta de que la calidez que sentía era una pausada respiración.

Sonrió ligeramente mientras recordaba los pasados momentos y una sonrisa de satisfacción se mostró en sus labios. La dueña de esa respiración aún dormía sobre su pecho. Shizuru acarició su oscuro cabello. No podía ver más allá de dónde iluminaba una lámpara de noche. Las ropas de Natsuki y de ella misma estaban tiradas a un lado de la cama.

Se llevó una mano al la frente hasta rozar su cabello mientras se incorporaba lentamente y la contemplaba. El cuerpo de Natsuki, entre los colores otorgados por la lámpara de noche tenía un extraño color.

Miró el reloj. Las 21:30. Aún no era tan tarde. Sintió un ardor en el estómago y recordó que aún no había consumido alimentos desde aquella mañana en que su mente nadaba en confusión.
Pasó a ducharse mientras Natsuki seguía durmiendo. Al salir, aquella chica tan explosiva estaba incorporada en la cama mientras cubría su desnudo cuerpo con la sábana y estaba ligeramente avergonzada.

-Natsuki…


La voz de Shizuru le hizo voltear. Natsuki se sentía confusa a pesar de haber pasado los momentos previos antes de dormirse acariciando y besando el cuerpo de la chica que ahora tenía enfrente. Una toalla cubriendo su cuerpo y otra en el cabello. Shizuru acababa de salir de la ducha y Natsuki pensó que era el ser más hermoso que hubiese visto. Era un aspecto tan íntimo de la chica de Kyoto que no pensó ver jamás.

Shizuru saliendo de la ducha. Una imagen tan sensual y eróticamente cargada que incitaba al deseo. Natsuki tragó saliva dificultosamente mientras trataba inútilmente de apartar la vista de ese candoroso cuerpo frente a sí.

Shizuru sonrió felinamente. El instinto sexual de Natsuki había despertado y estaba increíblemente sorprendida de cuanto cambiaba esa belleza morena en esa vorágine. A pesar de ello, se sentía gustosamente satisfecha de haber sido la persona que detonase esa bomba.
Se acercó a ella mientras le besaba la mejilla y le susurraba al oído.

-Me gusta Natsuki. Me gusta tanto que ganas no me faltan de quitarte esa sábana y cubrirte con besos por completo.

Natsuki enrojeció desde la raíz del cabello hasta la punta de la nariz.

-Pero… - Shizuru parecía pensar detenidamente antes de sonreír y mirarla de nueva cuenta – estoy tan hambrienta que por ahora prefiero obtener energía para devorarte después.

Natsuki rió perezosamente. Era la peor comparación de comidas que había escuchado, pero entendía perfectamente el punto que Shizuru quería decir. Ella tampoco había probado alimentos desde esa tarde. Miró el reloj.

-Oh por dios! Shizuru! Por qué no me habías dicho que era tan tarde! Mai! Mai me va a…!

-Tranquilízate Natsuki. Antes le he hablado a Tokiha-san. Si quieres puedes quedarte aquí conmigo esta noche.

-Quedarme con Shizuru…toda la noche…

Natsuki no dijo más. Su rostro se tiñó de un rojo que Shizuru contempló evidentemente satisfecha.

-Ara, Natsuki ha tenido una idea bochornosa? – le preguntó inocentemente – espero que no hayas pensado cosas pervertidas de mí!

-Shizuru!!! – Natsuki sentía una pequeña venita saltar en su frente.

-Natsuki es tan linda cuando se enfada…

-Oi…ese no…

-Pero aún así, si Natsuki las ha pensado intentaré complacerla en lo posible…

-Shizuru!!!!

-Será mejor que te duches, Natsuki, mientras prepararé la cena… - dijo mientras le guiñaba un ojo.


Ese día Natsuki llegó pasada la media noche a su apartamento. Entró de puntillas mientras trataba de no hacer ruido. Ignoraba que Mai no dormía aún y que sonrió por lo bajo al escucharla darle las gracias y posteriormente ir a ver a Dhuran en su cesta.

Dhuran la miraba a pesar de la oscuridad. Natsuki había observado el destello de sus ojos en la oscuridad. Le lamió el rostro mientras movía la cola.

-Lo siento, Dhuran…lamento haberte dejado solo, pero entiendes que había algo que hacer verdad?

El cachorro pareció ser cómplice de la situación mientras agitaba la cola feliz. Natsuki sonrió. Cada vez estaba más gordo y grande.

-Prometo levantarme temprano para sacarte a pasear mañana…

Y tal como había prometido, durmió brevemente y llevó a su paseo matutino a Dhuran. En el camino se encontró a Akira, quién corría a trote leve y a gran velocidad, pasó junto a ella y le dirigió un pequeño saludo. Después siguió Takumi, a quién Akira había dejado rezagado con facilidad. Y en el estacionamiento de ese parque vio el auto de Haruka estacionado. Haruka no daba una al igual que Yukino para correr siquiera una vuelta, así que sólo caminaban. Natsuki a veces se preguntaba cómo Yukino soportaba el ritmo de la hiperactiva Haruka. Una pareja dispareja, pensó. Aunque se preguntaba si aquella situación no era tan evidente. Claro que tratándose de Susuzhiro, todo mundo la tiraría a loca. Sonrió con pensarlo. A veces Shizuru platicaba de más.

Después de recorrer brevemente el pequeño parque cerca del campus regresó a desayunar con Mai, quién parecía estar de muy buen humor.

Su llegada al campus fue dentro de lo normal. Ese día no se saltó la clase. La chica que sustituía al tutor original era más accesible. Y sus clases más llevaderas. Su nombre era Sugiura Midori. Aunque a todos les había pedido que le dijeran Midori-chan.

-Qué clase de persona pide algo como eso a su edad? – murmuró Natsuki.

-No lo sé – contestó Mai – pero parece muy agradable.

-Eso lo sé – respondió Natsuki mientras miraba por la ventana al edificio de frente, donde Shizuru estaba. Una aglomeración y ruido se escuchó en el pasillo.

Nadie sabía ciertamente quién lo causaba. Al terminar las clases se dieron cuenta de la sensación que causaba la chica del cabello rojizo con la que había tropezado durante el festival. Si Shizuru tenía una horda de estudiantes tras de sí. La chica esta tenía una manada de estudiantes. Desde luego. Todos hombres. Pasó frente a Natsuki mientras le sonreía burlonamente.

-Quién se ha creído? – barbotó Natsuki después de verla desaparecer.

-Es Yuuki Nao. – sonó una voz tras de sí.

-Nagi…

-Ahh – suspiró Nagi – parece que el campus últimamente se ha llenado de hormonas.

-Cierto – sonó Chie – Yuuki Nao…la misma edad que nosotros, mismo grado. Aparentemente le gusta la vida…nocturna…y salir con muchas personas al mismo tiempo. Aunque nunca nadie dura más de una cita con ella.

-Ju – continuó Natsuki – vaya estilo de vida tan agitado…

-Bueno…es del tipo de personas con las cuáles no me relaciono – concluyó Chie – por cierto, Kuga-san… - su voz cambió de tono.

-Qué se te ofrece, Harada?

-Podrías decirme…quién es este sujeto?

Natsuki volteó a ver a Chie y miró las fotos que tenía tomadas. Cómo decirle y explicarle las cosas.


-Oi! Eso es…!
-Escuché de Takeda-sempai que es el novio de Kuga-san! – siguió Chie mientras sus lentes tenían un brillo intrigante.

-Takeda…!

-Y aparte…corren rumores – musitó en voz baja – de que no se despegaron en todo el día y que se fueron los dos juntos del campus.

-Quién fue capaz…?! – de reojo miraba a todos lados mientras veía a Nagi irse lentamente y en silencio – Nagi!

-Lo siento Kuga-san! – decía Nagi mientras corría a toda velocidad – nos vemos!

-Kisama!!!!!!


El grito de Natsuki retumbó en el campus mientras Shizuru miraba través de su ventana.

-Ara…creí escuchar gritar a Natsuki….