Jibun no Unmei Cap XVII

XVII.- Recuerdo, idea y objetivo

Autora: KTsubasa

- Dios esto es agobiante – susurraba Mai mientras seguía preparando algunas cosas – debimos haberlo encargado…

- No tendría chiste, Mai – contestó Chie – todo esto es para nuestro grandioso festival escolar!

- Moo!! Yo quería pasear con Reito-san un poco más.

- Vaya vaya! Así que esa es la expresión de una joven enamorada cuando la separan… -musitó Chie - que cansado.

- No se trata de eso!!!


Aoi y Chie sonrieron ampliamente mientras interrogaban más a Mai que no buscaba donde esconderse.


- Uh! Esto es lo más aburrido que puede pasar – comentaba un chico mientras llevaba los brazos tras su cabeza – no entiendo porqué debemos estar aquí.

- Esto es para verificar que todo esté yendo perfectamente, Nagi. Un error a última hora pondría en entredicho la capacidad del Fuuka Gakuen.

- Shizuru-san tiene toda la razón. Bueno, creo que debo dejarlos en esta parte, me toca inspeccionar que los fuegos artificiales funcionen a la perfección.

- Ah! Esto es de locos, en verdad…

- Tranquilo, Nagi, he reservado una mesa especial para ti en el salón de té.

- Una mesa especial? – preguntó Nagi visiblemente interesado.

- Y tendrás una atención especial…si el cliente no se siente satisfecho…se las verá conmigo…

- Mmm – sonreía burlonamente – creo que tendré que darme un paseo por allí entonces …Shizuru…

- Por cierto, trajiste lo que te pedí?

- Mmm, la verdad es que no. Esta vez le pedí ayuda a alguien más…

- Qué quieres decir? – Se extraño Shizuru.

- Esta vez…Shin-sama se verá realmente como Shin-sama…



Podía recordarlo. Si. Había alguien más con ella en esa ocasión. Shizuru-sama tendría entonces como seis años…y…si. Era alguien con un carisma especial, alguien que se veía como ella ahora. El mismo color de ojos, el mismo color de cabello y una voz diferente. Sus rasgos eran tan delicados que fácilmente pudo haberle confundido hasta que le escuchó hablar. Era un chico…


- Aniki…podemos irnos ya…

- De acuerdo, Shizuru-chan…- sonrió el aludido mientras tomaba de la mano a la pequeña y se retiraban del lugar.


Si. Era el hermano de Shizuru. La palabra “Aniki” sólo se empleaba en los hermanos muy mayores, por lo cuál…ese chico ahora sería un hombre adulto. Entonces porqué ahora era hija única?

Okuzaki cerraba los ojos de nuevo, mientras en su mente recordaba el encanto de la chica con aspecto de princesa de Kyoto que le rescató en esa ocasión. Qué planeaba ahora?

Nagi le había hecho describir como iría un chico perfectamente vestido para una salida ocasional si tuviese que comportarse como Okuzaki.

- No tengo porqué responder esa pregunta – musitó.

- Bueno…esto es una petición de Shizuru-sama.

- De Shizuru-sama???! – se intrigó Akira – por qué Shizuru-sama quiere vestirse de chico?

- No tengo porqué responder esa pregunta – contestó Nagi mientras le devolvía la pelota – sólo limítate a elaborar una lista, por cierto, nada espectacular…Shizuru-sama desea que todo sea entre los límites.


Y así, Akira se había quedado hasta tarde mientras pensaba como solucionar el asunto de la larga cabellera de Shizuru.

- Baka Onna…

- Decías algo, Akira-kun?

- No! – contestó secamente. Tokiha otra vez. No cesó hasta que aceptó que lo llamaran por su nombre. Ese chico a veces era una verdadera lata.

- Vaya, perdona que me meta, pero…no tenías que estar en la sala de pintura ya?

- Eh? – musitó Akira con la boca abierta mientras veía el reloj – Las nueve de la mañana!!! Takumi!!! Maldita sea por qué no me avisaste?!

- Te ví tan concentrado que no quise interrumpirte, Akira-kun..

Y así, Akira olvidó momentáneamente sobre qué pretendía Shizuru con esas ropas mientras salía a toda velocidad de la habitación.

- A veces me sorprende la velocidad y habilidad que tiene – decía Takumi mientras lo miraba saltar desde el primer piso. En fin.


Okuzaki Akira era un gruñón de primer nivel. Asediado por las chicas al por mayor. Aparentemente no sabía nadar, pues nunca se aparecía por la piscina a pesar de todas las veces que le había invitado ir a verle ganar. Podría decirse que era en lo único que podía ganarle.

Tenía dos hermanos mayores. Al menos eso decía él. Y aparentemente eran una clase degradada de la familia de Fujino Shizuru al unirse con una familia de bajo nivel, actualmente ya no existía parentesco alguno entre ellos. Así que Okuzaki era como el guardaespaldas de Fujino-san.

Ahora sabía que diario le preparaba un obento a Shizuru-sama y que cuando regresaba tarde de clases, era porque vigilaba que llegase con bien a casa, donde terminaba su misión encomendada.

Dibujaba de maravilla. Por eso era actualmente el decorador oficial del Fuuka Gakuen. Aunque dicho sea de paso no imaginaba como un chico podía dedicarse a ello. Ah, también tenía un peluche de león en su cama. Pero eso era un secreto. Lo descubrió cuando por error derramó un vaso de jugo y el agua se filtró al interior del cuarto de Okuzaki. Entró a limpiar y encontró un peluche allí.

Al final acabó soltando la lengua y Akira lo tomó del uniforme y estrellándolo con la pared lo interrogó. Takumi se defendió diciendo que no esperaba que el hombre más rudo del Fuuka tuviera afición por los peluches. Akira respondió que ese peluche se lo había regalado una persona muy especial. Increíblemente su rostro se había coloreado de rojo.


- Una chica?

- Una muy especial… - contestó Akira en esa ocasión



Y entonces, a las diez de la mañana, Fujino Shizuru dio el inicio del festival escolar, en el cuál se harían actividades de todo tipo y mientras todo mundo se iba para otras partes, ella misteriosamente llegó al consejo estudiantil y procedió a cerrar las ventanas, cortinas y asegurar la puerta.

Abrió lentamente la bolsa y encontró las ropas que Akira había escogido. En el interior encontró pantalones de vestir, camisas, un saco y zapatos a combinación.


- Oh! Akira tiene un buen gusto – dijo a voz alta mientras en otro lado Akira estornudaba.


Procedió a cambiarse y acomodarse la ropa mientras leía las instrucciones que Nagi había dejado. Escaparse de toda la jauría de chicas que la perseguirían era su objetivo y de también el de pasear con Natsuki sin que nadie más interviniese. Ahora el problema era…el cabello…


- Shizuru-sama

- Ahhh! – gritó Shizuru mientras se cubría la cara, el verle vestida así era algo privado, pero había olvidado que Akira tenía la habilidad de aparecer a sus espaldas cada vez que quería.

- Lo siento Shizuru-sama. Las chicas de su club de fans se dirigen a este edificio, tenemos que darnos prisa.

- Oh, por Dios! Y yo vestida así! ¡Rápido Akira haz algo!

- Si..


Akira tomó el cabello de Shizuru y después de batallar un poco logró elevarlo y dejarlo oculto bajo una peluca que había sacado quién sabe de donde. El color era un poco más oscuro que el suyo pero pensó q serviría, estaba un poco largo para darle un toque algo adulto y descuidado, sin dejar de ser elegante.

Le acomodó el pantalón a la altura de las caderas para que no se notasen sus femeninas curvas y le acomodó un pequeño chaleco debajo del polo blanco que llevaría Shizuru bajo el saco. Absorta en su transformación, Shizuru notó que estaba faltando algo…


- Con este traje tengo que tener un poco más de altura, no es verdad?

- Lo he solucionado para usted, Shizuru-sama – Akira sacó los zapatos y junto con ellos un aditamento que dentro de los mismos y un poco de elevación en la suela le dieron a Shizuru un incremente ligero pero notable en su estatura. Akira asomó ligeramente por la ventana – Ya están en la entrada del edificio – decía mientras de su bolsillo sacó un pequeño estuche.

- Eso qué es?

- Esto es algo que Miyu-san me entregó exclusivamente para usted – contestó – ahora por favor, siéntese y no se mueva – decía mientras se acomodaba cerca del rostro de Shizuru.


- Uhh. Estos son…pupilentes…

- Miyu-san dijo que era una buena opción…


Shizuru sonrió por dentro mientras batallaba por aguantar lo incómodo que estaba resultando tenerlos puestos. No era la primera vez que usaba unos pero si era verdaderamente fastidioso para ella.

Y así, mirando a su reflejo frente al espejo Shizuru enmudecío. Era otra persona, más que ello, parecía un hombre. Una malsana idea pasó por su cerebro en ese momento.

- Me pregunto si Natsuki podrá reconocerme…

- Eh?

- Nada en especial, Akira, muchas gracias…ahora donde pongo esto? – preguntó mientras señalaba su ropa.

- Deje eso en mis manos – dijo Akira mientras metía la ropa de Shizuru en una pequeña mochila y se la colgaba. Las voces de las chicas empezaban a escucharse cerca.

- Parece que estamos a tiempo – le susurró Shizuru. Akira asintió.

- Espero que haya practicado una voz para esta ocasión, Shizuru-sama…


Y Shizuru cayó en la cuenta de que no había hecho eso. Akira pareció notarlo porque su gesto lo dijo todo. Sacó una pequeña banda de su bolsillo y se la colocó a Shizuru al nivel de las cuerdas vocales.

- Y esto para qué es? – preguntó Shizuru mientras el club de fans entraba por la puerta sin la menor anticipación.

- Shizuru-sama!!!!

- Shin-sama – dijo Akira cortando a las voces desenfrenadas – no es bueno que hable recién operado de la garganta…


Y Shizuru, entendiendo la idea sólo asintió. Akira permanecía inmutable y siguió hablando mientras se encaminaba a la puerta.


- Bien. Aquí termina el recorrido, Shin-sama. Será mejor que nos unamos al festejo. Shizuru sonrió mientras inclinaba ligeramente la cabeza para saludar a las chicas y salió tras Akira sin que ninguna de sus férreas perseguidoras notara la sutil presencia de la chica de Kyoto. Sin embargo, esa transformación no pasó desapercibida para ninguna de ellas, puesto que disfrazada o no, el atractivo de Shizuru en su aura era innegable, y así…


- Es tan lindo!!! – gritaron las adolescentes cuando dejaron la habitación. Pese a ello, para Shizuru no existía nada más importante en ese momento que una sola persona.


- Natsuki…