miércoles, 4 de marzo de 2009

El Fic sin título - Cap VIII

Bueno, para quienes ya lo han leído, pues ya saben q pasa así que no es mucha sorpresa. Para quienes no, ruego leer el cap de abajo primero para q no digan después q fue un spoiler. Un beso a Tod@s, nos vemos.
Ali Dagos






Capítulo VIII: Oscuro secreto…

Era la tarde del viernes. Estaba cálido, pero algunas nubes en el cielo amenazan con una tenue garúa. Mai estaba sentada en su escritorio haciendo sus tareas, al igual que Mikoto, pero las hacía en el suelo. La puerta del dormitorio se abrió suavemente. Mai giró un poco la cabeza para ver a Natsuki ingresar a la pieza.
- ¿Qué tal, Natsuki?
- ¡Bah! Espero me haya ido bien en mi último examen…es mi última oportunidad… - Natsuki llevaba una cara de cansancio y una cruz muy grande a sus espaldas, una cruz invisible para alguno, visible en el rostro de la chica para otros.
- Estoy segura que has dado un buen examen, Natsuki.
- Siiii, Natsuki-chan es muy inteligente – afirmó Mikoto para darle ánimos a la chica. Natsuki solo llegó a su cama y se recostó en ella.
- Estoy…….estoy muy cansada………ahora solo me queda esperar – todo quedó muy silencioso y en la habitación solo se escuchaba el rasgar del lapicero contra el papel y la respiración relajada de las tres chicas – “Por fin paz y tranquilidad….en días” – Natsuki cerró los ojos pero esa tranquilidad fría se hacía insoportable. Natsuki podía escuchar cada vez mas fuerte el rasgar de las hojas, la respiración de Mai y Mikoto, el tic tac del reloj de la pared, el suave bullir del agua puesta para el té, el viento de fuera de la habitación……… La tetera pitó indicando que el agua estaba hervida; y Natsuki pitó con la tetera - ¡¡¡¡Aaaaahhhhhhhhhhh!!!





- ¡¡¡¿¿¿Qué pasa Natsuki???!!! – Mai volvió la cabeza con el lapicero en la boca y los ojos muy abiertos. Mikoto despertó del reciente sueño que se apoderaba de ella.
- Hay……..hay – Natsuki recuperaba el aliento – Hay…demasiada tranquilidad………
- ¿Te sientes bien Natsuki? – preguntó Mai.
- Si…estoy bien… - terminando esto, se recostó nuevamente en la cama, pero empezó a fastidiarse de nuevo, como si todo el cuerpo le picara, así que se paró y fue a su armario.
- ¿Natsuki-chan? – Preguntó Mikoto con cara obviamente confusa.
- Saldré un momento – sentenció con una mirada firme sin ser ruda, antes de que Mai o Mikoto volviesen a preguntar algo.
- Bueno… Ya hay agua para hacer la cena…. ¿vendrás a comer?
- Ehhh… Si Mai, solo saldré a dar una vuelta por el campus, para relajarme… - dijo mientras se quitaba el chaleco del uniforme y la falda, poniéndose un jean.
- Esta bien, te esperaremos entonces, Natsuki – sonrió Mai.

Nao caminaba por los jardines de la academia. Era muy agradable sentir los últimos rayos de luz que ya se escondían y la brisa con el aroma de las hojas de los árboles. A pasos lentos uno podía perderse e inmiscuirse en esa realidad de la naturaleza.
- “Tenías razón Shizuru” – pensó Nao mientras tomaba una bocanada de aire – “Los jardines de Fuuka Gakuen son realmente hermosos” – Nao continuaba su camino, mientras observaba por el rabillo del ojo el sol q ya casi terminaba su descenso. El día anterior había visto de nuevo a Shizuru en el centro de la ciudad. Habían hablado largo y tendido. A Shizuru le gustaba oír algunas historias de los pobres hombres que Nao victimaba, le divertía y no le reprochaba en nada su proceder. Nao, por su parte, amaba escuchar de cómo era la vida de Shizuru en la Universidad de Fuuka, de lo mucho que odiaba tener admiradores y admiradoras por todas partes; sin embargo, cada vez que Shizuru hablaba de Natsuki, su corazón se partía en mil pedazos de manera silenciosa, sabía que no tenía ninguna oportunidad. El corazón de Shizuru estaba ocupado por otra persona. Nao se sentó en la ladera bajo las primeras estrellas del firmamento. Estiró sus piernas y las cruzó echándose luego en la hierba, para poder observar el cielo de añil oscuro – “Natsuki… Natsuki Kuga… tienes mucha suerte de ser la dueña de ese corazón… pero ¿No te das cuenta que siempre la lastimas?” – los ojos de Nao se llenaron de lágrimas silenciosas, silenciosas igual que su amor no correspondido – “No puedo ver a Shizuru-san sufriendo… no lo permitiré” – Unos pasos la regresaron a la tierra. Nao se sentó violentamente y con un brazo limpió sus lágrimas. Volvió la cabeza para ver quien era – “¿Nina? – Nina caminaba cerca de ahí, como llevaba por el viento. Estaba lejana y distante. De pronto giró la cabeza para ver a Nao. Las dos miradas se cruzaron por un instante, pero las chicas lo sintieron como algo muy largo.
- Nao… Yuuki… - Nina tenía la voz tan suave, que Nao apenas pudo escucharlo. Nao cambió su rostro de mínima sorpresa a una gran mueca de sorna.
- ¿Qué estas haciendo aquí, Wong?
- Nada en especial – contestó Nina sin muestras de rudeza en su voz. Simplemente indiferencia. Para Nao, esto fue peor que un insulto, pero la siguiente pregunta le sorprendió hasta el punto de olvidarse de su enojo - ¿Puedo sentarme contigo?
- ¿Ehhhh? “¿Qué diablos le pasa a esta niña?” – Nina no espero a una respuesta y se sentó al lado de Nao – “está muy extraña… mmmm”
Ninguna de las dos dijo nada por varios minutos. Nina miraba al ya oscuro horizonte mientras Nao la veía a ella y como sus ojos de miel se perdían en un punto lejano. Nao percibía que Nina estaba físicamente sentada ahí, pero su mente estaba en otro sitio, muy lejos de ahí. Nao se animó a romper el silencio.
- ¿Te pasa algo, Wong?
- No… - dijo en un hilo de voz, pero rectificó su respuesta – No recuerdo mucho de ni esta semana ni la anterior…
- ¿Hmmm? Que extraño…
- Todo es muy confuso.
- ¿No recuerdas nada?
- No, no es eso… - Nina apoyo su frente en sus rodillas e hizo un evidente esfuerzo por recordar algo – siento que partes de mi memoria se hubieran borrado… pero no es la primera vez que pasa.
- ¡Vaya, vaya! No te preocupes tanto… tal vez, solo estás estresada.
- ¿Ehh?
- Estresada, necesitas descansar tal vez……
- ehh., puede ser... – Ambas chicas se recostaron en el pasto y comenzaron a conversar de sus propias cosas, de sus vida.

Natsuki caminaba lentamente por el jardín en donde había conocido a Shizuru. Tocaba con las yemas de sus dedos las muchas flores que ahí había y se detuvo en una flor específica. La flor que ella alguna vez quiso matar, posiblemente su “descendencia”
- “No dejo de pensar en ti, Shizuru…….”….. pero tampoco puedo dejar de pensar en ella….. Nina…… “no la he visto en días… ¿Qué es ese ruido?” – Natsuki escuchó la voz de Nina y sintió que el corazón se le aceleraba – “¿Por qué?.....” – Natsuki se llevó la mano al pecho y se retiró del lugar, caminando sin mucha prisa y sin mucho ánimo, tratando de distraer su mente – “Mai y Mikoto deben estar esperándome para cenar”



- Y bueno… Aaahhhhmmm (bostezo) eso fue lo que los médicos dijeron… - Nao tenía los ojos entrecerrados, el sueño ya le estaba ganando la batalla - ¿Sabes Wong…?
- Llámame Nina.
- Haber dicho antes que podía tratarte con tanta confianza. Dime Nao…
- Esta bien…
- Cuéntame algo de ti… de tus padres…… que se yo…
- Pues vivo con mi padre… Serguey Wong… mi madre… - Nao giró su cabeza para ver que a Nina le vencía el sueño al igual que ella.
- Bueno… no importa… ya es tarde… vamos a dormir…




- “Fuego…fuego hasta donde alcance la vista. Destrucción, destrucción…..más destrucción, ¿Yo lo hice?......Veo cuerpos… ¿son personas?...... ¿yo lo hice?......están mutilados, cercenados, partidos en mil pedazos…… ¿yo lo hice?...... Si…… fui yo…pero todo…… todo fue por ella…… por Natsuki…Nat…suki… Mi Natsuki…… ella me pertenece……El fuego… está abrasando mi piel, la tierra por la que camino es fuego vivo, pero a cambio de mi dolor estoy haciendo feliz a alguien…con el dolor de otros, con el sacrificio de otros… hago feliz a Natsuki… es todo lo que deseo… nada más me importa… pero… yo… yo… yo no le importo… ella me odia…… no importa lo que haga… no lo ve… se aleja… se aleja mas de mí… No lo permitiré… son ellos los que nos alejan… no nos permiten estar juntas… Natsuki es mía y haré lo que sea por ella…… Nadie puede interponerse… entre ella… y yo… Veo unos ojos que me observan de cerca… ¿Quién eres, extraño?... ¿dónde estás? No te escondas… nada quedará en pie cuando termine lo que vine a hacer… (¡Detente Shizuru!) Esta voz… (¡Detente Shizuru!) ¡NO!... si me detengo… no obtendré lo que quiero…No te escondas, extraño… te encontraré tarde o temprano, no importa como…serás destruido junto con todo…¿Hmmm? ¡Ahí están! Quieren quitarme a mi Natsuki... (¡¡¡ZAAAASSSSS!!!)…pero…no son el extraño…puedo sentir tu mirada clavada en mi nuca………… ¡Ja! ¡Ahí estás maldito!... ¿Quéeeeee? ¿Natsuki? ¡NOO!” ¡¡¡AAAAAAAAHHHHH!!! – Shizuru despertó sudando frío. Vio que era medianoche en el reloj que tenía al lado. Todo su cuerpo temblaba de espanto – Todo fue un sueño…solo un sueño Shizuru – se dijo a sí misma para calmarse – Ya pasó… “No quiero ver esto nunca más, pero…” me persigue…sé que tengo que vivir con esto a cuestas…pero… - Shizuru abrió los ojos enormemente, luego puso una mano en su corazón, estaba muy acelerado – No… debe ser una confusión… estoy malinterpretando las cosas…, sí es eso… - Shizuru salió de la cama y se dirigió al cuarto de baño para lavarse la cara, refrescarse un poco. Se miró al espejo y a través de sus ojos pudo ver algo que le producía espanto… vio un monstruo, una asesina de sangre fría, amante del dolor ajeno - ¡NOOOOO! Esto no es así… todo fue un error… - Volvió a mirar al espejo, armada de valor. No vio nada, solo se vio a ella, con la cara mojada, el cabello revuelto y alguna lágrima asomada a sus ojos de atardecer. Se echó un poco de agua fría a la cara, de nuevo. Miró una vez más el espejo….. Nada – Necesito dormir…… Shizuru fue a dormir. Al día siguiente se alejaría un poco para practicar con su naginata. Así quitaba ella su estrés.



El cielo estaba claro y despejado. Nina se levantó de buen humor, aunque la mañana estaba algo avanzada, quería salir a dar un paseo. Tomó una ducha, se cambió y preparó algo para desayunar. Ya saliendo de su habitación, se cruzó con Natsuki.
- ¡¿Natsuki?!
- ¡¿Nina?! – Natsuki sintió de nuevo ese palpitar acelerado. Nina sintió una punzada en la parte baja de su espalda, al lado izquierdo. Natsuki sintió lo mismo - ¡ah! ¿A dónde vas, Nina?
- Voy a pasear por el bosque ¿Quieres acompañarme? – Nina sonrió a Natsuki abierta y escuetamente. Natsuki asentó. Nina aún se frotaba la espalda, pero no le dieron mayor importancia.
Las dos chicas salieron, hacía calor y era un día excelente para caminar. Nina empezó a caminar un tanto por delaten, mientras que Natsuki, como una hermana mayor la observaba andar.
- ¿Có….Cómo ha estado tu…. Tu semana? – tartamudeó un poco, Natsuki, aún sentía su corazón estrellarse contra su pecho a cada instante – “¡Vamos! ¡Detente!” – Natsuki no podía pararlo.
- ¿Hmmm? – fue todo lo que Nina respondió.
- Bueno, digo… porque no te vi en toda la semana – Nina solo sonrió y preguntó:
- ¿Me extrañaste?
- ¡Sí! – Natsuki contestó impulsivamente y casi de inmediato, bajó la cabeza sonrojándose por su escueta respuesta – Este…. Quiero decir…. Que yo, bueno… yo… me extrañé al no verte, digo, que no estuvieras…….¡ayyy! – suspiró, dándose por vencida.
- Yo también te extrañé, Natsuki.
- ¿Dónde estuviste? ¿Con tu padre?
- Ehh, si, bueno, estaba tratando la herida en mi brazo…….. ¿Ves? Está mucho mejor que antes – Nina sonrió, mostrándole a Natsuki que su herida había casi desaparecido.
- Eso es muy bueno Nina… - al decir el nombre de la chica, se sonrojó un poco. Nina sonrió. La expresión de Natsuki era tan delicada, se veía muy tierna. Nina le abrazó por un brazo. El perfume de Natsuki era muy sutil y se notaba que su sudadera tenía suavizante pues estaba en términos más coloquiales “apachurrable”.
A Nina le encanta estar así con ella y no sabía porque. Ya se había dispuesto a no huir de Natsuki, pero no tenía claro aún el sentimiento que tenía hacia ella.
Las dos caminaban hasta que Nina decidió decirle algo a Natsuki.
- Nat… Natsuki…
- Dime Nina – Natsuki siguió mirando al frente, solo empezó a caminar mas lento.
- Este… algo extraño me está pasando…
- ¿Qué quieres decir?
- No puedo recordar algunas cosas de la semana pasada… tampoco recuerdo haber estado en el hospital o que curaran mi herida…
- ¿Qué?... ¿Será efecto de alguna medicina?
- Pueda ser… pero sabes que no es la primera vez que me pasa… cuando mamá murió…
- Nina… - Natsuki se puso de rodillas y se puso a su altura, le sujetó por los hombros y respiró hondo – pensar que tú fuiste culpable no te hará sentir mejor; es posible que tu mente quiera olvidar eso…… ¿Humm?
- ¿Qué es eso? – Natsuki y Nina buscaron por los alrededores del bosque de donde podía provenir el ruido que escuchaban. Cada vez el sonido se hacía más fuerte. Ese sonido, como si el viento fuese cortado, asustaba a Nina. Natsuki hizo a un lado algunas hojas y pudo ver a Shizuru entrenando y practicando con su naginata.
Inconscientemente Nina y Natsuki se ruborizaron un poco al ver a Shizuru.
- “No lo entiendo……” – pensó Nina y llevó su mano derecha a su corazón.
- “Shizuru……” – pensó una Natsuki embelesada.
- “¿Humm? Esa sensación……esa mirada, como aquella vez” – Shizuru volteó frenética buscando esa mirada que tanto le incomodaba. Shizuru empezó a obsesionarse. Sentía esa mirada clavársele en la nuca. Era incómodo, era acusador, como una mirada acusadora que delataba sin quererlo su horrible crimen. Sentía una aprensión en el pecho, la culpa, el sentimiento de culpa se la comía y no se detendría hasta que ella se librara de esos ojos, de esa cruz.
Shizuru empezaba a perder la cordura y cada vez más se parecía a la asesina que alguna vez tomó su cuerpo por asalto.
- “Shizuru… ¿Qué demonios…?” – Natsuki tomó a Nina por el brazo y salieron de entre las hojas, en el preciso instante que Shizuru dio con ellas.
- “Ahí estás extraño, esta vez…” – Shizuru dio un salto rápido y se lanzó en contra de la silueta más pequeña – “…¡¡¡¿¿¿NINA???!!!...¡¡¡NOOOO!!!” – El tiempo pareció congelarse, mientras que Shizuru veía a Nina que la observaba con el cuerpo inmovilizado y una expresión de horror en los ojos. Shizuru tenía los ojos muy abiertos y siento un escalofrío recorrerle la espina dorsal, como un choque eléctrico al reconocer en Nina a la niña que había atacado en el primer distrito. De quien había dejado inconsciente a su padre; y asesinado a la madre, recordó todo de golpe. Los cuerpos, el fuego, el sufrimiento y el dolor. Era esa, una niña, una de sus víctimas, parte de su crimen y una persona inocente del desamor de Shizuru.
- ¡¡¡Shizuru!!!¡No!¡¡¡Nina!!! – Natsuki tiró a Nina al suelo, mientras que Shizuru cambió de dirección asestando el golpe a un inocente y desafortunado árbol - ¡¡¡SHIZURU!!! ¡¡¡¿¿¿Qué diablos te sucede???!!!
- ¡¡¡NOOOO!!! ¡¡¡AHHH!!! – Shizuru lloraba, impotente ante la cruel verdad, a la realidad de la que acaba de dar cuenta. Sus puños golpeaban el suelo y las rocas. Quería descargar su ira, su rabia, su frustración, su desamor, su pasado, su delito, el infortunio de encontrarse en esa terrible situación. Como no se había dado cuenta antes. Era ella. Era Nina aquel extraño que le miraba de forma acusadora. De repente, sintió una mano en su hombro. Era Natsuki, quien no entendía nada de esto. Shizuru quitó su mano con violencia sin decir nada y siguió mirando al suelo con las lágrimas tibias emanando de sus ojos carmines. Un grito la sacó de su ensimismamiento.
- ¡¡¡TÚ!!! – Nina, a quien le regresaba el alma al cuerpo se levantó iracunda y corrió hacía Shizuru golpeándola contra el suelo. La tomó por el cuello, presionando con el peso de su cuerpo y sus manos.






- ¡¡¡NINA!!!¡¡¡¿¿¿Qué haces???!!! ¡Quítate! – Natsuki sujetó a Nina por la cintura alejándola de Shizuru que se incorporaba poco a poco tosiendo. Nina se resistía, pero Natsuki le impedía moverse.
- ¡¡¡Tú mataste a mi madre!!!¡¡¡¿¿¿Por qué???!!!¡¡¡¿¿¿Por qué lo hiciste???!!!¡¡¡Maldita!!! – Nina tenía los ojos llenos de lágrimas que desbordaban por sus mejillas. En su llanto se podía escuchar cuanto dolor llevaba por dentro. Nina se deshizo en brazos de Natsuki quien la aferró con fuerza y levantó la mirada para ver a Shizuru. En los ojos de Natsuki, Shizuru pudo leer el miedo que esos ojos verdes ahora le prodigaban. Shizuru vio toda la escena, vio a su amada aferrando y siendo el apoyo de otra persona, de otra chica. Sintió lástima por ella misma. Pronto una mueca, una sonrisa cínica apareció en su rostro. Shizuru empezó a reírse y Natsuki le miró indignada, igual que en el carnaval. Nina la miraba con odio.
- ¡Shizuru! ¡Basta, Shizuru! – dijo Natsuki.
- ¡¡¡AHHHGGGRRRR!!!¡¡Maldita!!¡¡Tú me hiciste esto!! – Nina descubrió la herida de su brazo. Aunque Natsuki sabía que estaba mejorando, se podía ver la marca del corte limpio de la naginata de Shizuru. Una marca larga, un estigma. Shizuru se sobresaltó al ver la gran herida en el brazo de la chica que tenía delante, luego de un instante, su mirada se tornó sombría - ¡¡¡Ojala de pudras en el infierno, Shizuru Fujino!!! – Shizuru volvió a reír cínicamente.
- No te preocupes, Nina…a mi alma ya la condenaron hace mucho. Las llamas del infierno ya lamen y degustan el sabor oscuro de mi interior…de mi alma, de mi persona... - los ojos miel de Nina y los carmesíes de Shizuru se entrelazaron en una mezcla de sentimientos. Natsuki sintió en la mirada de Shizuru, la misma locura que ya había visto antes, así que se puso como barrera entre Nina y Shizuru, mientras esta última tomaba su naginata. Shizuru vio esto y las lágrimas regresaron a inundar sus ojos, su alma y su corazón. Su vista se nubló y se sintió la persona mas desdichada del mundo, pero luego fijó su mirada en Nina y supo con seguridad que si era la persona mas desdichada, no tenía nada – ya no tengo nada, todo me lo quitaron, todo lo perdí – Shizuru dio media vuelta y salió corriendo, dejando a Natsuki y a Nina en ese claro del bosque.
- “¿Por qué Shizuru?... ¿Por qué tuvo que pasar esto?... ¡No te vayas!” – Natsuki quiso decirle que regresará, pero su voz no salía. Cayó de rodillas al suelo. Natsuki quería que Shizuru volviese, pero su corazón también sufría por Nina. Natsuki se acercó a ella y le abrazó mientras Nina continuaba llorando contra el pecho de Natsuki.
- “¡Mamá!..... ¿Por qué?...... ¿Por qué tuvo que ser ella?..........”
- “Así que estuviste en el primer distrito, Nina…… yo……”
Nina se separó calladamente de Natsuki y la miró fijamente a los ojos. Las dos chicas se incorporaron y empezaron a caminar saliendo de ahí.
Estaban caminando fuera del bosque cuando Nina se detuvo y bajó la mirada. Aún se podían escuchar sus sollozos. Dijo quedamente.
- Ahora… Solo te tengo a ti, Natsuki…
- Nina…… - Natsuki recibió un beso de Nina quien le pasó los brazos por el cuello. Sintió las lágrimas tibias de Nina en sus mejillas y ese beso desesperado, a esa persona desesperada por amor. Natsuki abrazó a Nina por la espalda y la atrajo más hacia sí. Pasó sus manos por el cabello violáceo de la chica mientras sus lenguas jugueteaban y danzaban juntas. Se separaron lentamente.
- Solo… solo me queda mi amor por ti, Natsuki. Te amo – y sin esperar respuesta la besó de nuevo, con mas pasión que antes. Natsuki no lo rechazaba, pero no entendía sus sentimientos. Las dos cayeron hacía atrás quedando Nina encima, sin separarse. Por las comisuras de sus labios desbordaba un poco de saliva, que caía en finas y pequeñas gotas.














Continuación capítulo VII

Shizuru caminaba por el centro de la ciudad de Fuuka. Caminaba sin rumbo, ya no le importaba nada y solo quería irse, cuando la voz de su conciencia le reprimió.
- “¿Queriendo huir?”
- “No, no pretendo huir, solo…… solo alejarme”
- “¿No es lo mismo?... Solo quieres huir”
- “Debes tener razón… ahora no tengo porque quedarme aquí, no tengo nada…”
Shizuru levantó el rostro, no distinguía a nadie entre la gente y siguió caminando sin importar que la gente la empujará. Estaba ya cerca de un callejón cuando escuchó unos gritos desde ahí.
- “¿Qué es eso?” – Shizuru entró cautelosa y vio un bulto retorcerse entre unos cartones desechados. Era un hombre amarrado por fuerte y gruesas sogas a modo de una telaraña – “Nao” – pensó inmediatamente. Shizuru siguió caminado, sabía que la encontraría en los callejones.
- Vaya, vaya… este tipo esta más quebrado…… - decía Nao mientras sacudía la billetera del infortunado para ver si algo había - … aunque hoy hice un buen botín….¡Jajajaja…..! ¿Quién anda ahí? – Nao se paró rápidamente asiendo firmemente una soga, la cual manejaba muy bien para asaltar a los hombres que caían en su trampa - ¿Shizuru-san? – La expresión defensiva de Nao cambió drásticamente, pero se llenó de incertidumbre al ver el rostro deslucido de Shizuru, despojado de la máscara y luminosidad que siempre llevaba - ¿Estás bien, Shizuru-san?
- Ehh Sí, Nao-chan… - intentó mentir.
- No me mientas Nao… No soy tonta…
- Es cierto, lo siento… no quise… - Shizuru detuvo sus palabras, si hablaba de más no podía dominarse, ni a ella ni a sus sentimientos.
- ¿Por qué mejor no salimos del cal…..?¿Shizuru-san? – Shizuru tomó a Nao por el brazo.
- No…… si salgo, solo haré daño a la gente… no sirvo para otra cosa…
- ¿Shi…zuru? – Shizuru la soltó y dio media vuelta, caminó un poco y se sentó en unos cajones. Puso su naginata a un costado y se dobló abrazándose a sus rodillas y empezó a llorar silenciosamente…
- ¿Qué pasó? – Nao trataba de averiguar lo sucedido, con mucho tacto…
- …Yo… no soy más que una asesina… - Shizuru miró sus manos, las sentía manchadas de sangre. Sus recuerdos le traían el hedor a muerte de ese fatídico día – Tengo las manos manchadas de sangre y el alma mancillada en dolor, en el dolor de otras personas, en el dolor ajeno… - Nao entrecerró los ojos y su expresión se tornó muy seria. Odiaba ver a Shizuru sufrir de esa manera. Disimuladamente llevó una mano a su pecho. ¿En qué momento se había enamorado de ella? Tal vez en el mismo momento en que ella le había demostrado su superioridad, o cuando vio que era capaz de todo por quien amaba, o cuando se hicieron amigas; no lo sabía.
- Shi…zuru… eres… la persona más maravillosa que… que he conocido…… No quiero… No quiero que hables así… - Shizuru levantó la cabeza para ver a Nao. Sus ojos verdes le recordaban a los de Natsuki por el color, pero la mirada era otra, podía leer cosas tan distintas en esas miradas; y a la vez tan cálidas – Cuando estoy contigo… ya… ya no me siento sola… - Nao caminó hasta donde estaba Shizuru y se detuvo cuando estuvo a su lado, sin quitarle la mirada de encima. Shizuru se incorporó lentamente, mirando a su vez a los ojos de Nao. Había algo en ellos. Gritos desesperados de amor, compañía, cariño. Se veían tan solos, con una fortaleza lejana que la protegía cuando lo necesitaba y no dejaba ver su alma por completo. Shizuru se sintió como una saqueadora que quería saber que guarda ese corazón.
- “¿Qué es lo que quieres proteger, Nao Yuuki? Me dejarás ver en tu corazón…… ¿Qué estás guardando?” – en ese momento cayó en la cuenta de las palabras de Natsuki, cuando la chica que tenía delante fue protegida por ella.

*Flash Back*
- ¡Ya basta, Shizuru!
- ¿Natsuki? – Shizuru estaba ahí parada, con su naginata roja en mano y Kiyohime detrás de ella.
- Nat…suki… ¿Por qué? – Nao, desde el suelo, miraba sorprendida la actitud de Natsuki.
- Porque ambas somos muy parecidas – respondió Natsuki, luego mirando a Shizuru – porque tú y los demás no me dejaron, fue por eso que no me convertí en una persona como Nao……

*fin flash back*

Shizuru comprendió ahora, las palabras de Natsuki. Miró fijamente a Nao, y puso una mano en su mejilla.
- Nao… - murmuró suavemente y la besó. Nao abrió los ojos como platos y sus lágrimas se mezclaron con las de Shizuru, quine abrazó a Nao y acarició su cabello. Nao no se movía.
- “¿Por qué eres tan cruel conmigo, Shizuru?” – pensó.

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