Un mundo ideal - Capítulo 17

Hola Bauler@s

Había planificado publicar un post que llevo como dos semanas redactando XD pero creo que much@s de ustedes agradecerán el cambio, pues hace un par de días nuestra buena Utena93, que tenía algunos problemas familiares, retomó la escritura de su magnífica historia. Así que hoy viernes, adorado y maravilloso viernes, tienen la continuación de Un mundo ideal.

Yo me retiro que hace un calor así como para recibir visitas, cazar unicornios azules y luego ir a elegir un regalo de cumpleaños apropiado (no me hagan caso, el exceso de trabajo me hace delirar).

Besos y feliz fin de semana!

Autor: Utena 93

Capítulo 17

Desperté de aquel horrible sueño empapada en sudor, me incorporé sin apenas poder abrir los ojos, las sábanas revueltas y ningún atisbo de vida más que la mía. Suspiré, maldita pesadilla que me atormentaba cada noche tras mi salida del hospital… Ana había muerto hace mucho, era imposible que aquella llamada fuera realmente suya, no podía ser.  Me dejé caer nuevamente en la cama, no podía dejar de darle vueltas al asunto, seguro que se habían confundido de teléfono y sólo era una coincidencia, sí eso era. Seguro. Si, si seguro… ¡Que sí, que era eso! ¡No podía ser otra cosa! Me levanté de un salto.

-         ¡Café! Necesito dejar de pensar.

Si, como una auténtica loca andaba gritando por la casa mi necesidad de cafeína. Bien, necesitaba pensar en otras cosas, distraerme como fuera y Sophie en el trabajo, si es que lo mío no es normal. Como una auténtica cabra vamos. Estaba histérica, nerviosa, de todo menos cuerda… finalmente me decidí a salir un rato, el aire podía llegar a ser hasta sano.  Terminé, milagrosamente, sana y salva, en un pequeño parque vete tú a saber dónde.

-         Vale, retomemos una vieja costumbre Elenita. ¿Cómo estás? Bien ¿y tú? Bien. – sí, estoy hablando conmigo misma. – Vale… ya me he metido en situación.

Allí me quedé hablando con mi persona… Bueno, no en alta voz, ya lo que faltaba es que  me tomasen por loca…

Recapacitemos, Ana había muerto hace 11 largos años, era técnicamente imposible que me hubiese telefoneado hace algo más de un mes, a no ser, claro está, que hubiese resucitado pero claro, eso no podía ser, entonces ¿qué otra cosa podía ser? Llegados a este punto me di cuenta de que en un parque alejado de la mano de dios, hablando con mi persona, poco iba a conseguir.

Llegué a casa algo cansada después de la tremenda caminata, ¿cómo podía haber llegado tan lejos?, maldito café… Por el camino no había parado de darle vueltas al asunto, no encontraba la forma de comenzar a indagar… ¿y si sólo fue una equivocación? Habría que intentarlo al menos… ¡El teléfono! ¡Claro! ¿Por qué no se me ocurrió antes? Si Sophie no le ha borrado el registro de llamadas es muy posible que aun siga ahí su número.

-         Haber… 22 de Marzo… 4 de Marzo… ¡Ajá! 17 de Febrero.

Vale, tengo que ser valiente… en teoría al menos…, y casi sin darme cuenta mi dedo pulsó el botón de llamada y tenía el auricular pegado a la oreja. Sonaron varios tonos antes de que una voz femenina lo cogiera.

-         ¿Diga?

Me quedé paralizada al oír aquella voz familiar, conocida, aunque había madurado un poco su tono…

-         Em…

-         ¿Sí?

-         Emm… hola. – Mis labios no parecían responder a mis pensamientos.

-         Hola, ¿con quién hablo?

-         Soy Elena… ¿eres Ana?

-         ¿Elena? – preguntó sin comprender.

-         Si… llamaste preguntando por mí hace algo más de un mes.

El silencio se apoderó del otro lado del teléfono, pensé que había colgado.

-         Hola… - Contestó al rato.

-         Mira, yo no sé si esto es una broma y de muy mal gusto por cierto, pero Ana lleva muerta 11 años.

-         No, Elena, todo tiene una explicación. Escúchame. – suplicó – Por favor.

-         …

-         Yo no sé qué te dirían tus padres entonces... pero yo no morí aquel día, entré en coma por la fuerza del impacto.

-         ¡Mentira! Yo te vi… estabas muerta…

-         No… me he llevado 8 años en coma, desperté encerrada en el cuerpo de una mujer y con tu recuerdo en mi mente.

No conseguía articular palabra, todo me parecía demasiado surrealista…

-         Después de despertarme mis padres me prohibieron ponerme en contacto contigo, me explicaron que habían pasado 8 años y que tú ya te habrías olvidado de mí. – dijo apenada – Mi padre me dio una formación un poco acelerada y consiguió colocarme en un bufete de abogados como encargada de los archivos… Pero por mucho que pasen los años sigo teniendo 15 y… no he podido olvidarme de ti.

-         No puede ser…- mi mente no era capaz de procesar tanta información de golpe.

En menos de 5 minutos las barreras que tenía protegiéndome, mi mente, mi corazón… se habían derrumbado, no era capaz de entenderlo… pero sabía que decía la verdad.

-         Elena, he crecido sin quererlo, sigo anclada en aquel día de hace 11 años… lo recuerdo como si hubiese pasado ayer mismo.

Suspiré.

-         Quiero verte. – suplicó.

Ese comentario me cogió totalmente desprevenida.

-         ¿Qué?

-         Quiero verte, ¡Te amo!

El mundo se paró de repente, llevaba esperando oír esas palabras desde hace 11 años, mi sueño se encontraba frente  mí… y no sabía qué hacer. Tanto había esperado… ¿pero por qué? Ahora que lo tenía superado, lo recordaba con cariño y nada más, ¿por qué ahora? Tener que enfrentarte a una decisión que tenías clara desde hace 11 años… pero que no era real…

-         Está bien… - acepté.

-         Bien… emm… ¿te viene bien mañana? – parecía contenta.

Sin embargo, yo me sentía confusa…

-         Si… claro, ¿a eso de las 12 te va bien?

-         Si, perfecto, ¡Nos vemos mañana! – paró unos segundos e insegura dijo… - te amo.

-         Adiós.

Colgué el teléfono… me senté en el sofá, completamente rendida… No sabía qué hacer, no podía pensar con claridad… 11 años, ¡Han pasado 11 años! ¿Qué podía hacer? Si no me aseguraba de que era ella… ¿me quedaría con la duda el resto de mi vida? Realmente no se si esperaba que fuera un malentendido o que de verdad fuera realidad… Como se pueden llegar a complicar las cosas en poco tiempo…

La puerta se abrió de repente.

-         Hola cariño – sonrió una joven de pelo rubio. – He salido antes de trabajar y te traigo una sorpresita.

Seguía en estado de shock.

-         Hola… - e intenté sonreír de forma convincente.

-         ¿Te pasa algo? – No se le escapaba ni una…

-         No… es solo que casi me estaba quedando dormida.

-         Desde luego… bueno, ¡mira lo que te he comprado! – y saco un paquete de su bolso - ¡Ábrelo!

Le quité el envoltorio y apareció una pequeña portada de CD en a que se veían unas cuantas palmeras, un piano de cola y un señor mayor.

-         ¡Anda! El último de Michael Camilo… gracias amor.

Me levanté y la besé, un beso corto, sin sentimiento… ¿qué me pasaba?

-         No te ha hecho mucha ilusión ¿eh?

-         No es eso Sophie… es que hoy no estoy tan animada como siempre, ya sabes, unos de esos días que inevitablemente te entra el bajón…

-         ¿Ha pasado algo? – preguntó preocupada.

-         No, nada de importancia – la tranquilicé.

-         Bueno… me tocará mimarte hoy, así que relájate que yo preparo la comida.

-         Eres un cielo.

Me volví a desplomar sobre el sofá… no tenía ganas de nada… y encima le estaba ocultando algo a Sophie no me sentía bien… ella no sabía nada de nuestra historia… no sabía nada de mi pasado, nunca preguntó…

Duele demasiado tener sentimientos encontrados… Amo a Sophie pero mi sueño está a tan solo unas horas… No sé qué hacer.

Continuará...