Gente del Baúl!!! Hoy es un día especial pues iniciamos con nuevo material de lectura. Tengo el orgullo de presentarles una historia original, cargada de emociones y drama, que trata de la vida misma y lo complicado de las relaciones humanas. Un amor con todo en contra, que deberá luchar contra la intriga y la estrechez de mente.
Katsumi Takashi viene a España de intercambio directamente desde Japón... Durante su estadía en el país conocerá el amor...el verdadero amor, pero su precio puede ser demasiado alto... ¿Podrá Katsumi sobreponerse a una de las peores dificultades de su vida?
Si desean leer más de su autora, les recomiendo visitar su blog personal: El rincón ficticio de Eli. Ahora sin más preámbulo, que lo disfruten.
Autora: Eli
Capitulo 1: ¿Quién es ella?
A lo lejos la vi. Iba caminando, cruzando por el patio enorme con sus amigas. Su pelo castaño y corto se revolvía con el viento suave de primavera, estaba sonriente y conversaba animada con sus acompañantes.
Desvié mi atención totalmente de la conversación que tenía con mis compañeras hacia esa mujer. Era delgada, una figura increíble, no tan alta, pero tampoco baja... tenía el tamaño justo para mi. La miraba atentamente, casi al acecho, con una mirada seria, pero que se notaba embelesada.
Observé que sus caderas se movían coquetamente mientras caminaba, era su forma natural de caminar, siempre era así, lo sabía porque llevaba mucho tiempo observando sus movimientos, incluido aquel movimiento tan sexy que hacía con la mano para acomodarse el cabello cuando lo tenía desarreglado.
Una amiga notó mi silencio, me miró y notó de inmediato la razón, siguiendo la dirección de mi mirada.
Se acercó a mi oreja lentamente y me susurró para que nadie más oyera:
- Deja eso ya, sabes que ella está fuera de tu alcance. – aunque este comentario suene un poco cruel, mi amiga tenía razón, la mujer a la que miraba no estaba cerca de fijarse en mi.
- Lo sé, sólo déjame mirarla – le respondí también al oído, pues ninguna de las otras chicas del grupo sabía de mi amor platónico.
Seguí observando a la mujer, ella y sus amigas se habían detenido en un lugar con pasto y se acomodaban allí para seguir conversando, ella quedaba justo frente a mi. La veía riendo y comentando algo que las demás a su alrededor encontraban divertidísimo.
Mientras la observaba, me propuse hablarle ese día, sin demora, estando en la misma clase con ella todos los miércoles por la tarde, no podía ser tan complicado hablarle.
Miré mi reloj. Faltaban 20 minutos aún para que empezara la clase que compartíamos ella y yo. Lo cual era mucha suerte, pues con seguridad podría seguir observando a mi pretendida desde lejos durante ese tiempo para armarme de valor y después al entrar a clases podría acercarme a ella para hablarle.
Por desgracia, 20 minutos pasan volando y ella y sus amigas se pararon y se fueron para entrar a clases. También yo me puse de pie entonces y me marché, tomando mi bolso, sin decir nada a nadie.
Caminé rápidamente tratando de no perderla de vista y entré a la sala de clases pocos segundos después de ella. Sus amigas se fueron directo al fondo del aula, eran bastante desordenadas, pero ella no, ella se sentaba siempre al frente para apuntar todo lo importante y por lo que sé siempre sacó buenas notas.
La vi caminar hacia el lado contrario al de sus amigas, se sentó en la tercera fila de asientos; la miré asombrada... ese asiento... ese asiento no era otro, para mi sorpresa, que el mismo que ocupaba yo todos los miércoles en la tarde.
Me detuve (por supuesto iba caminando hacía mi lugar habitual cuando sucedió lo antes descrito) y la miré con mi corazón palpitando a su máxima capacidad, tenía la excusa perfecta para ir a hablarle. Tomé una bocanada de aire y caminé hasta su lado.
- Disculpa – le dije tímidamente -: te has sentado en el lugar que yo utilizo en esta clase.
Ella levantó la vista y me miró con simpatía.
- Lo siento, no sabía que estaría ocupado. – dijo con una voz grave que para mi era un tono de voz perfecto.
- No pasa nada – dije -: me siento aquí, es casi lo mismo.
Puse mi cuaderno en el lugar a su lado, precisamente a su derecha, y me senté con un aire desenfadado totalmente inusual en mi, en algún momento dejé la timidez de lado para atreverme no sólo a hablarle sino también a sentarme a su lado, sabiendo que eso le valdría algunos comentarios de sus amigas.
Tú que lees esto debes saber que ella y yo somos de estilos diferentes, ella es más bien una joven normal, mientras que yo soy parte del 20% de la población que está loca, por lo que la gente cree que soy una persona extraña, no soy el tipo de persona con la que quieres esta si eres popular.
Estuvimos en silencio un rato, mientras los alumnos entraban y llenaban los asientos. Ella estaba muy concentrada leyendo sus apuntes de la clase anterior, miré su cuaderno, su letra era pequeña y ordenada, lo cual me llamó la atención pues la clase era bastante rápida, no había muchas personas que lograran tener buenos apuntes y menos aún tan ordenados.
- Que cuaderno tan ordenado – le dije distrayéndola de su estudio. Ella me miró y sonrió volviendo la vista a sus notas otra vez.
En ese momento entraban mis amigas al aula. Me miraron con perplejidad, yo solía llegar siempre tarde a clase y siempre me sentaba con mi grupo en los lugares que ahora ocupábamos ella y yo.
Y bueno, entró el profesor y comenzó la clase como todos los miércoles con una pequeña introducción llena de interrogantes que esperaba que sus alumnos respondiéramos. Luego entró en la materia propiamente tal. Silencio absoluto hasta una hora y media más tarde.
Mientras todos salían después de clase, ella se demoró un poco más en su asiento ordenando algunos papeles dentro de una carpeta. Yo estaba a punto de salir cuando se me ocurrió una idea. Volví sobre mis pasos y me acerqué otra vez a ella, justo antes que aparecieran sus amigas, le dije:
- No me he presentado, soy una maleducada. Mi nombre es Katsumi Takashi – me miró un momento y me tendió una mano.
- Mucho gusto, yo soy Eileen Johnson.
Autora: Eli
Capitulo 1: ¿Quién es ella?
A lo lejos la vi. Iba caminando, cruzando por el patio enorme con sus amigas. Su pelo castaño y corto se revolvía con el viento suave de primavera, estaba sonriente y conversaba animada con sus acompañantes.
Desvié mi atención totalmente de la conversación que tenía con mis compañeras hacia esa mujer. Era delgada, una figura increíble, no tan alta, pero tampoco baja... tenía el tamaño justo para mi. La miraba atentamente, casi al acecho, con una mirada seria, pero que se notaba embelesada.
Observé que sus caderas se movían coquetamente mientras caminaba, era su forma natural de caminar, siempre era así, lo sabía porque llevaba mucho tiempo observando sus movimientos, incluido aquel movimiento tan sexy que hacía con la mano para acomodarse el cabello cuando lo tenía desarreglado.
Una amiga notó mi silencio, me miró y notó de inmediato la razón, siguiendo la dirección de mi mirada.
Se acercó a mi oreja lentamente y me susurró para que nadie más oyera:
- Deja eso ya, sabes que ella está fuera de tu alcance. – aunque este comentario suene un poco cruel, mi amiga tenía razón, la mujer a la que miraba no estaba cerca de fijarse en mi.
- Lo sé, sólo déjame mirarla – le respondí también al oído, pues ninguna de las otras chicas del grupo sabía de mi amor platónico.
Seguí observando a la mujer, ella y sus amigas se habían detenido en un lugar con pasto y se acomodaban allí para seguir conversando, ella quedaba justo frente a mi. La veía riendo y comentando algo que las demás a su alrededor encontraban divertidísimo.
Mientras la observaba, me propuse hablarle ese día, sin demora, estando en la misma clase con ella todos los miércoles por la tarde, no podía ser tan complicado hablarle.
Miré mi reloj. Faltaban 20 minutos aún para que empezara la clase que compartíamos ella y yo. Lo cual era mucha suerte, pues con seguridad podría seguir observando a mi pretendida desde lejos durante ese tiempo para armarme de valor y después al entrar a clases podría acercarme a ella para hablarle.
Por desgracia, 20 minutos pasan volando y ella y sus amigas se pararon y se fueron para entrar a clases. También yo me puse de pie entonces y me marché, tomando mi bolso, sin decir nada a nadie.
Caminé rápidamente tratando de no perderla de vista y entré a la sala de clases pocos segundos después de ella. Sus amigas se fueron directo al fondo del aula, eran bastante desordenadas, pero ella no, ella se sentaba siempre al frente para apuntar todo lo importante y por lo que sé siempre sacó buenas notas.
La vi caminar hacia el lado contrario al de sus amigas, se sentó en la tercera fila de asientos; la miré asombrada... ese asiento... ese asiento no era otro, para mi sorpresa, que el mismo que ocupaba yo todos los miércoles en la tarde.
Me detuve (por supuesto iba caminando hacía mi lugar habitual cuando sucedió lo antes descrito) y la miré con mi corazón palpitando a su máxima capacidad, tenía la excusa perfecta para ir a hablarle. Tomé una bocanada de aire y caminé hasta su lado.
- Disculpa – le dije tímidamente -: te has sentado en el lugar que yo utilizo en esta clase.
Ella levantó la vista y me miró con simpatía.
- Lo siento, no sabía que estaría ocupado. – dijo con una voz grave que para mi era un tono de voz perfecto.
- No pasa nada – dije -: me siento aquí, es casi lo mismo.
Puse mi cuaderno en el lugar a su lado, precisamente a su derecha, y me senté con un aire desenfadado totalmente inusual en mi, en algún momento dejé la timidez de lado para atreverme no sólo a hablarle sino también a sentarme a su lado, sabiendo que eso le valdría algunos comentarios de sus amigas.
Tú que lees esto debes saber que ella y yo somos de estilos diferentes, ella es más bien una joven normal, mientras que yo soy parte del 20% de la población que está loca, por lo que la gente cree que soy una persona extraña, no soy el tipo de persona con la que quieres esta si eres popular.
Estuvimos en silencio un rato, mientras los alumnos entraban y llenaban los asientos. Ella estaba muy concentrada leyendo sus apuntes de la clase anterior, miré su cuaderno, su letra era pequeña y ordenada, lo cual me llamó la atención pues la clase era bastante rápida, no había muchas personas que lograran tener buenos apuntes y menos aún tan ordenados.
- Que cuaderno tan ordenado – le dije distrayéndola de su estudio. Ella me miró y sonrió volviendo la vista a sus notas otra vez.
En ese momento entraban mis amigas al aula. Me miraron con perplejidad, yo solía llegar siempre tarde a clase y siempre me sentaba con mi grupo en los lugares que ahora ocupábamos ella y yo.
Y bueno, entró el profesor y comenzó la clase como todos los miércoles con una pequeña introducción llena de interrogantes que esperaba que sus alumnos respondiéramos. Luego entró en la materia propiamente tal. Silencio absoluto hasta una hora y media más tarde.
Mientras todos salían después de clase, ella se demoró un poco más en su asiento ordenando algunos papeles dentro de una carpeta. Yo estaba a punto de salir cuando se me ocurrió una idea. Volví sobre mis pasos y me acerqué otra vez a ella, justo antes que aparecieran sus amigas, le dije:
- No me he presentado, soy una maleducada. Mi nombre es Katsumi Takashi – me miró un momento y me tendió una mano.
- Mucho gusto, yo soy Eileen Johnson.
wooo muy buen capitulo creo que algo interesante va a salir de aqui
ResponderEliminarespero el proximo capitulo XD
y de la mejor pareja para mi es la de natsuki con shizuru son las mejores esas dos
Hey =) genial
ResponderEliminarSe ve muy bien mi fic publicado aqui...
Espero que les guste mucho a todos y que dejen muchos comentarios, me encantan los comentarios =)
Saludos Akari-chan, gracias por publicarlo.