Jibun no Unmei - Capítulo X

Autora: KTsubasa

X Día doce.

Había pasado ya una semana desde el día en que Shizuru le había dado un beso y su miedo era tal que prefería no quedarse con ella a solas. Si bien charlaban un poco más abiertamente, ninguna de ellas parecía tomar una iniciativa. Esperaban que la otra tomara la palabra.

Natsuki se marchaba antes de que todos los miembros del Consejo se retiraran.

- Ocurrió algo entre ustedes dos? – preguntó Nagi.

- A qué te refieres? – La mirada carmesí fue fulminante. Parecía decirle “Métete en tus asuntos y en los míos no interfieras”.

- Bueno – siguió Nagi sin tomar en cuenta la mirada – es que anteriormente ustedes dos parecían ser tan cercanas. Y ahora…es como si no quisieran mirarse.

- No sabía que parecíamos ser tan cercanas, Nagi –contestó una vez más.

- Ju. Si Shizuru-sama dice que no, es no – finalizó mientras se encogía de hombros y seguía revisando sus papeles.

- Nagi…

- Si?

- No, nada. Es sólo que…

- Si Shizuru me lo quiere contar me sentiré muy honrado. Pero sabes? – Se había acercado lo suficiente como para que ella se viese reflejada en los ojos de Nagi – No olvides que sé esperar.

- Lo sé – Shizuru miró un instante a esa persona frente a ella. Homura Nagi sabía todo acerca de ella. Desde la fecha de nacimiento hasta las cosas que solían desagradarle. Desde lo que ella aparentaba, hasta lo que realmente era. Inclusive supo de ella…la primera chica que le interesó.

Había sido hace dos años y su escasa relación fue más bien platónica. Nunca supo en si que le había atraído. Pero Homura Nagi supo de ella. Más que un pariente cercano, Nagi era como el hermano confidente que nunca había tenido.

- Hay que ver lo que sucede en este mundo – suspiró Nagi mientras miraba su obento – a veces no sé si quiere matarme de verdad o me lo dice sólo por ser pesada.

- Mashiro te ha dado otra cosa inservible no es así?

- La verdad no entiendo aún porqué cocina para mí si no sabe – seguía Nagi mientras depositaba el contenido de su bento a la basura – la cafetería cocina mejor.

- Por qué simplemente no le dices lo que sientes Nagi? Sería mejor que aparentar que sólo es por el compromiso.

- Bromeas??? – contestó un exaltado Nagi – mira esto! – le señalaba el bote de basura – si le digo que realmente quiero estar con ella de por vida…se acortará drásticamente!!

- El qué?

- Pues de qué estamos hablando Shizuru?? – decía Nagi mientras miraba a Shizuru y se señalaba a sí mismo – de mi vida!

- Pero hubiera valido la pena, no es así? El estar con la persona que amas vale cada minuto…

- Shizuru…

Nagi calló por un momento mientras la miraba. Se notaba cansada. Kuga debería haberla mantenido a raya. Cosas como esa eran difíciles de ver. La Presidenta del Consejo Estudiantil tenía tantas admiradoras como admiradores. Presidentes de clase, deportistas distinguidos, chicas de alta sociedad y promedios excelentes habían sido rechazados uno a uno por ella.

En dos años sería la cabeza de la familia Fujino. Destinada a su educación para ello. Día tras día había sido forjada de manera tan incesante que podía mostrar una de las más hermosas sonrisas mientras sentía nada. Pero el lo sabía. Sabía cuáles sonrisas eran reales y cuáles falsas.

- Creo que por primera vez debes ser el ratón, Shizuru – habló por fin – no creo que sea tan fácil si decides ser el gato.

- Ser el ratón…interesante, Nagi – sonrió por fin. Una sonrisa sincera.

- Verdad? No hay nada mejor que esperar a ver sus reacciones. Y si quieres, te ayudo con otra cosa, Shizuru…

El resto de la plática fue yendo normalmente, mientras Shizuru pensaba que hacer. No la acorralaría. Esperaría a ver sus reacciones. Casi siempre había atacado. Era hora de dejarse atacar.




- Akira-kun!

- Te he dicho que me llames por mi apellido!

- Lo siento…Okuzaki-kun!

- Y ahora que ocurre, Tokiha? – preguntó Akira mientras sostenía un pequeño libro en sus manos.

- Otra vez te ha llegado una declaración!

- Ahhhh! – exclamó Akira mientras se veía profundamente contrariado.

- A…Okuzaki-kun… - decía Takumi mientras lo miraba detenidamente.

- Mmm?

- Qué harás para San Valentín…Okuzaki-kun…

- Qué…quieres…decir???? – preguntó Akira mientras el susto le hacía cambiar los colores del rostro.

- Si las cartas y declaraciones aumentan…cuantas recibirás en San Valentín? – preguntó por fin Takumi mientras miraba las cartas que Akira acababa de enviar al bote de basura.

- No tienes que preocuparte por eso…realmente…realmente no me interesan en absoluto…- contestó Akira mientras su rostro se opacaba ligeramente.


Takumi lo miraba mientras no entendía del todo que pasaba. Pero no era el único familiar de los Tokiha preocupado por San Valentín…

- Moo!! Natsuki!! Deberías ayudarme un poco a preparar este chocolate!!

- Chocolate? – preguntó Natsuki mientras miraba a Mai batallar con los ingredientes.

- Si. Con este chocolate – decía Mai mientras le mostraba la receta – quiero hacer uno tan bueno como este!

- Mmm – murmuró la chica que estaba tumbada en la cama boca abajo – Deberías dejarte de problemas. Por qué mejor no compras uno si tantas ganas tienes?

- Este! – continuaba Mai mientras le señalaba la receta – no es un chocolate cualquiera!!

- Ah no? – la chica se estaba enfadando visiblemente.

- Es un chocolate especial para Reito-san!

- Un chocolate especial para Reito…Mai… - Natsuki se incorporaba ligeramente de la cama – Para qué quieres hacer un chocolate para Reito-san?

- Es evidente no? En ese día se regalan chocolates.

- En ese día? – Había olvidado inclusive que día era.

- Moo, Natsuki. En verdad que te veo muy mal – Se había acercado a la ojiverde – Puedes decirme qué te ocurre?

- Yo…

- Se trata de kaichou-san…verdad?

Natsuki la miró verdaderamente sorprendida. Mai lo sabía? Quién se lo había dicho? Ella nunca dijo nada. Shizuru? No, rara vez había visto a Mai.

- Cómo es qué…

- Cómo es que lo sé? – Mai se sentó a un lado suyo – Soy tu amiga, Natsuki. Te conozco desde que éramos pequeñas…te conozco muy bien.

- Yo… - Natsuki rompió en un ligero sollozo que se hizo más intenso. La presión que estaba consumiéndola encontró un escape en el sincero y comprensivo abrazo de Mai. Su amiga lo sabía y había esperado a que confiara en ella, como tantas otras veces en sus travesuras.

Esta no era una, pero Mai verdaderamente le había dado una esperanza al castigado corazón de Natsuki que no sabía que hacer.

Mai preparó un café mientras Natsuki empezaba a desahogarse.

Fue una noche muy larga, demasiado para ser pensada, pero Natsuki amaneció con mucho mejor ánimo después de pensarlo y relajarse.

- Creo que necesitaremos un poco más, no? – le preguntó a Mai.

- Un poco más de ingredientes para prepararlos. O piensas comprar giri-choco? (el giri choco es el chocolate que se le da a las personas por amistad o compañerismo).

- Mmmm. Creo que con lo que tengo será suficiente. Sólo elaboraré uno para Reito-san. Para los demás lo compraré. Claro que también haré uno para ti, Natsuki. Después de todo eres mi mejor amiga.

Natsuki se sonrojo ligeramente mientras le agradecía. Mai era una estupenda amiga y estaba agradecida de tenerla como tal. Pero no era sólo por Reito.

- En realidad – comenzó – quería darle uno a…Shizuru… - se sonrojó – le dije que lo pensaría y creo que…mi mejor respuesta sería…

- Mayormente se le da a los chicos…Natsuki..

- Ya lo sé! – se ofuscó – pero será especial…no crees?

- Bueno, Natsuki, entonces saliendo de clases tendremos que apurarnos para comprar lo que nos hace falta…ahora que recuerdo…tú no cocinas.

- Ouch – golpe directo – si, lo sé. Pero te pondré toda la atención posible…-contestó mientras salía de la habitación – Por cierto, qué fecha es hoy?

- Hoy es doce de febrero – respondió Mai mientras cerraba.

- Bien, Entonces tendré que esforzarme.


Mientras tanto. Fujino Shizuru empezaba a temer que sucedería dentro de dos días. El año anterior había recibido tantos chocolates que no cabían en su pequeño portafolio. Por esas fechas ya era conocida, pero actualmente era el rostro más popular junto con Reito de todo el campus de Fuuka. Eso era verdaderamente aterrador.

- Shizuru-san…

- Ahhhh! Reito-kun! – contestaba Shizuru con el corazón saliendo por su pecho – me asustaste!

- Lo siento, Shizuru-san. Te noto bastante nerviosa.

- Lo estoy. Acaso tú no? – le preguntó mientras Reito tomaba los libros de los que llevaba en la mano y los cargaba - No sé como vaya en esta ocasión – susurró Shizuru – al menos espero terminar sin mucho agobio.

- Esperemos que si… - murmuró Reito – Será un día muy difícil. Aunque es sorprendente ver la cantidad de chocolates que recibes tú.

- Oh! Eso es envidia, Reito-kun? – sonrió pícaramente.

- No, no, Shizuru-san. Es sólo que esta vez…en verdad me interesa un chocolate…

- Ah!! Lo dices por Tokiha-san, no es verdad?

- Shizuru-san, desde cuando lo sabes? – pregunto Reito.

- Natsuki me ha comentado varias cosas…sólo fue intuición…

- Natsuki-san es una persona muy interesante, verdad?

- Si. Lo es – contestó Shizuru mientras pensaba que por el momento, esa persona tan interesante se estaba volviendo inalcanzable.


Las personas en Fuuka se estaban poniendo nerviosas. Unas por recibir y otras por dar, en un día visiblemente comercial, algunos estaban esperando algo más sentimental

Y mientras horas más tarde una triste Shizuru veía las horas pasar sin la presencia de su princesa andante, dentro del cuarto compartido entre Mai y Natsuki, ésta batallaba con una cacerola y aquella corría a buscar un extinguidor que había en el pasillo.