domingo, 2 de noviembre de 2008

Jibun no Unmei Cap. VII

Pues bien, al final, después de meditarlo, decidí subir el fic y en la próxima entrega concluiré el shoujo sect :)




VII Encuentro con Okuzaki Akira.


- Tohika Takumi?

- Tokiha Takumi, Haruka-chan – corrigió Yukino.

- Y qué tiene de especial su ingreso? – preguntó una Haruka que cada vez tenía el cabello más alborotado de lo normal.

- A pesar de que su familia tiene un edificio de departamentos ha preferido quedarse en las habitaciones del colegio – contestó Reito mientras bebía su té.

- Pensé que se mudaría pero insistió en quedarse – continuó Shizuru – sin duda es un chico interesante. Pero le explicaste que por el momento hay una zona en reparaciones, Reito-kun?

- Si y no le ha importado compartir habitación. Desafortunadamente sólo queda disponible la habitación con Okuzaki Akira-kun.

- Okuzaki Akira? – preguntó Shizuru quién había dejado de beber su té en ese instante.

- Sucede algo, Shizuru-san? – preguntó Reito – quién vió tensarse un momento a Shizuru.

- Había olvidado notificarle que se aceptaba su propuesta para el festival– dijo calmadamente Shizuru mientras volvía a dar un pequeño sorbo a su té.

- Oh, ya veo.


Y mientras Yukino pasaba los reportes del día, Haruka empezaba a dormirse y Reito se relajaba en compañía de Shizuru y lo ameno del día.


- Takumi – dijo Mai – seguro que es aquí?

- Es la referencia que Kanzaki-sempai me dio – contestó Takumi.

- Eh, Natsuki. No te parece demasiado grande para ser un cuarto de colegio?

- La verdad es que todavía me pregunto si esto es de cuartos de colegio… -contestó Natsuki mirando los pasillos. El decorado era demasiado sencillo pero elegante. Habían llegado a la puerta, tras lo cuál Takumi deslizó una tarjeta y se abrió para dejarles paso. Un pequeño recibidor estaba presente y cubierto con unos tapetes. Lo extraño era que no parecía que hubiese alguien dentro. Tenía una pequeña sala decorada con un buen gusto y había un bastidor cerca de la ventana. Lo cubría una manta de color blanco. Una nota en el escritorio le daba una fría bienvenida mientras le indicaba el cuarto que le correspondía. El apartamento estaba diseñado para compartir la sala y el comedor. Cada cuarto era individual, con baño incluido, por lo tanto Okuzaki Akira bien podía estar encerrado en su habitación y no tomarse la molestia de verlos.


- Presiento que esto será un poco más difícil, ne-chan – dijo Takumi mientras terminaba de desempacar sus cosas.

- Tranquilo, Takumi. No parece ser mala persona. Debe estar ocupado.

- Si. Puede ser que tenga otras cosas pendientes – dijo Natsuki mientras miraba el exterior.

- Así que esto es lo que desea… - Si. El sobre tiene toda la información que requieras saber de él por el momento. Trata de ser cortés. Y sobre todo, relájate un poco.

- Bien. - Puedes marcharte. Es todo lo que debías saber.

- Como usted ordene.


Okuzaki Akira caminaba en los pasillos mientras recordaba esa plática. A veces, esa persona podía sacarle de quicio, era verdad. Pero tenía que cumplir con su deber.


Entró a la habitación y escuchó voces dentro. Así que su compañero de cuarto había llegado.


Caminó perezosamente hacia la habitación contigua. Tenía que ser todo lo cortés que pudiera. Dos chicas y un chico. El chico tenía que ser Tokiha Takumi. La chica del cabello claro debía ser su hermana y la otra…no recordaba el nombre pero la había visto.


- Buenas tardes. Los tres miraron hacia la puerta mientras un estudiante de cabello oscuro las veía. Natsuki le miró de forma extrañada y Takumi sonrió alegremente.

- Buenas tardes, Akira-kun – contestó Takumi mientras tendía la mano.

- Prefiero que me llames por mi apellido – contestó mientras daba un apretón.

- Lo siento Okuzaki-kun…susurró Takumi. Akira sonrió.


Así que este era el chico con habilidades deportivas en natación. Se veía inocente y aparentaba mucha franqueza.


- Bien, en un momento te ayudaré con lo que haga falta, Tokiha-kun. Necesito cambiarme.

- Muchas gracias, A…Okuzaki-kun!

- Bueno, entonces yo me encargaré de la cena – dijo Mai.

- Yo te ayudo – contestó Natsuki – hay una receta muy buena con…

- Nada con mayonesa, Natsuki!

- No iba a decir eso – contestó Natsuki mientras se cruzaba de hombros.


Y mientras las chicas discutían el menú de esa noche. Akira le preguntaba a Takumi.


- La discusión es por la mayonesa?

- Natsuki-san es una fanática de ese aderezo occidental.

- Ya veo. Debe ser estresante verla comer algo con eso todos los días…

- Okuzaki-kun…

- Si?

- Perdona las molestias.

- No hay problema. Lo único que te pido es que no entres a mi habitación sin avisar. – contestó Akira mientras se disponía a entrar a su cuarto.


La cena se sirvió rápidamente y transcurrió de manera tranquila.


- Hace mucho que no probaba la comida casera de otra persona – dijo Akira.

- De otra persona? – preguntó Mai.

- Tengo la costumbre de preparar mis propios alimentos - contestó Akira.

- Ohhh!!! – murmuraron los tres mientras Akira sentía enrojecer sus mejillas.

- No tiene nada de raro! – dijo.

- Que un chico de tu edad cocine, si…- dijo Mai.

- Sólo es tradición – contestó Akira mientras terminaba – Gracias por la comida.

- Por cierto, Okuzaki-kun – interrumpió Natsuki – en la cocina ví que llevas dos obentos…

- Eso es porque como el doble de lo normal!

- Vaya…- siguió Natsuki – pensé que cocinabas para alguien más.

- No – contestó – no cocino para nadie más.


Natsuki le contempló un rato. Okuzaki Akira. Tenía el mismo color de los ojos de Shizuru. Pero no era tampoco el motociclista. Había algo oculto, podía sentirlo. Okuzaki ocultaba algo, pero no podía darse una idea de qué. Habían pequeños retratos de él como campeón en disciplinas tales como Tae kwon do, Karate, Kickboxing, inclusive Kendo. ¿Por qué ya no estaba en alguna de ellas?


Pensó en todo esto antes de asistir a clases al día siguiente y comentárselo a alguien más.


- Y eso fue lo que pasó, Shizuru…

- Es decir que te intriga el porqué Okuzaki Akira no compite por Fuuka siendo un excelente peleador?

- Lo sabías? – preguntó Natsuki verdaderamente intrigada. Había ido donde Shizuru se ocultaba del club de fans y la encontró leyendo un pequeño libro sobre cocina.

- Okuzaki Akira ingresó a mediados del último bimestre en el curso anterior. Es un alumno relativamente nuevo. Una lesión le obligó a dejar su anterior afición, aunque descubrió otra…

- La pintura…

- Ara, cómo es que Natsuki sabe eso?

- Había un bastidor en la sala de esa habitación…no pude ver que era…pero seguro que es una pintura…

- Y a ti, Natsuki, qué es lo que más te gusta? – preguntó Shizuru en un tono relativamente intrigado.

- Yo…no sé…que me guste – musitó Natsuki mientras la miraba.

- Con tus impresionantes calificaciones podrías ser un ingeniero, sabes?

- Ya. Papá siempre dice eso – contestó mientras bajaba la cabeza y la apoyaba sobre sus rodillas.

- Y tú Shizuru, qué es lo que más te gusta? – preguntó a su vez.


La chica de Kyoto calló un momento mientras en su mirada había un extraño brillo. Miró a Natsuki antes de dedicarle una linda sonrisa y contestar.

- Hay muchas cosas que realmente me gustan, Natsuki. Pero a veces me pregunto si podré realizar alguna de ellas.

- Y puedes decirme alguna de ellas?

- Si te dijera, tal vez mi deseo no se haga realidad – contestó Shizuru mientras le guiñaba un ojo.


Natsuki sonrió. Shizuru tenía un encanto que no podía ocultarse ni negarse. Era evidente que por si sola había logrado mucho, pero qué sería aquello que Shizuru realmente anhelaba? Sólo hasta ese momento Natsuki reparó en que cada vez deseaba saber más y más de esa chica. La brillante Presidenta del Consejo Estudiantil.

1 comentario:

  1. que bonito fic la verdad que mis respetos jajaj espero que pronto se vea algo am que solo las mirada que bueno la verdad no me quejo poruqe todoo esta mu bueno jajaja espero que lo continuen pronto esta muy bonito gracias por publicarlo asta luego espero ver pronto la continuacion XDDD

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