viernes, 10 de octubre de 2008

Si echo la vista atrás, recuerdos de Kaichou-sama - Capítulo 1

Tengo el honor de publicar el primer fanfiction del Baúl, se trata de una joya escrita por un miembro del equipo, Arena. Inspirada en el anime Mai Hime. Cuenta cómo el personaje de Fujino Shizuru recuerda los acontecimientos previos que la llevaron a convertirse en una hime y más adelante desatar los hechos que todos conocemos (bueno, si viste la serie sabes a qué me refiero).

Akari
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Si echo la vista atrás, recuerdos de Kaichou-sama

Capítulo 1.

La ceremonia de graduación había sido un éxito, mi discurso fue uno de los más aclamados que se recuerdan, pero…. no es satisfacción lo que siento, el frío se ha instalado en mi pecho... tengo que sobreponerme, ser fuerte como siempre, me miraré en el espejo y fijaré en mi rostro una sonrisa, debo hacerlo…., le prometí a Mai que iría con el resto de HIMES al karaoke, tal vez sea la última vez que vea a Natsuki,,-suspiro- mi princesa de hielo….. si echo la vista 3 años atrás puedo ver el comienzo de todo…

Recuerdo cómo sonó el despertador, tenía exactamente 5 minutos para ser yo misma antes que vinieran las chicas del servicio, 5 minutos antes de ponerme mi máscara… ese día me enfrentaba a mi primer año de preparatoria en la prestigiosa Academia Fuuka, resulta gracioso pensar que en ese momento, no deseaba volver allí, verme rodeada, observada y juzgada, prefería quedarme allí en la maravillosa mansión de verano de mi familia, un enorme caserón que me permitía pasar largos periodos de tiempo sola sin fingir ser la hija perfecta… pero debía volver era lo que se esperaba de Fujino-sama. Sonó la puerta y dio comienzo la función, mi rostro cambió y adoptó una maravillosa sonrisa que regalé a mi joven sirvienta Hanna-chan, ésta me miraba sonrojada mientras chapurreaba nerviosa sobre mi marcha a Fuuka, lo cierto es que no la escuchaba, tan sólo asentía con amabilidad, tan sólo recuerdo oír “la echaremos de menos, sobretodo yo….”, pobre, mi pequeña Hanna-chan otra linda abejita revoloteando a mi alrededor, alguien que me admira porque no me conoce…

Sentada en el gran salón central los ojos carmesí de mi padre me escrutaron detenidamente, se le veía satisfecho ante mi impecable aspectote alumna de preparatoria, al otro lado de la mesa permanecía en silencio sentada mi bella madre, una muñeca de porcelana cuyo rostro sin vida tan sólo revelaba una sonrisa pintada, una expresión que aprendí de ti y que llegué a perfeccionar. Aquel desayuno se desarrollo con normalidad, con mi padre hablando de lo que se esperaba de mi en Fuuka , mi obligación de llevar un comportamiento ejemplar…. Recuerdo como mi antecesor hablaba y hablaba, la marioneta de mi madre asentía y asentía, y yo mientras interpretaba el papel de buena hija. Se hizo un silencio y los ojos se mi padre se clavaron en los míos de rubí, la tragedia se palpaba…. Sus palabras se me clavaron como dagas, mi progenitor me instaba a formalizar una relación con Reito-san, chico que según mis pro generes era adecuado para mi “de buena familia, buen estudiante, atento… juntos seríamos los más admirados de la escuela”, me sentí desmayar, me vi obligada a hacer acopio de todas mis fuerzas para no derrumbarme y hábilmente escapar de aquella conversación, me estremecí, tenía ganas de llorar, me pedían renunciar al amor, pero ¿qué era el amor? No. No lo sabía pero sospechaba que no era lo que sentía por Reito-san, yo ansiaba conocer ese sentimiento, descubrirlo por mí misma.

El desayuno terminó y tras despedirme de todos me acomodé perfectamente en el asiento trasero del coche que me llevaría a Fuuka, subí el cristal tintado y me desplomé sobre el sillón de cuero, me restaban 35 minutos de libertad, a través del techo solar, relajada permití que el sol bañara los ojos de mi padre… pronto empezaría el segundo acto.

El chofer bajó la luna tintada miró por el retrovisor, allí estaba yo nuevamente perfectamente sentada, me anunciaba que ibamos a entrar en Fuuka.

Bajé del coche y sentí como docenas de miradas me escaneaban, debía ser fuerte, pronto Reito y Takeda-san se aproximaron y comenzaron a hablarme amable y aburridamente, yo les sonreía siguiéndoles la corriente…. De repente con caminar decidido una adolescente morena con un bellísimo rostro serio pasó junto a nosotros, una colegiala cuyo uniforme comenzaba a insinuar la gran belleza que sin duda sería algún día; no pude evitarlo, no sabía porque pero allí me quedé como una tonta mirando, ¿acaso era porque fue la única que ignoró la pareja que protagonizábamos Reito-san y yo, o quizás fue por esa inquietante mirada de desden con la que miró a Takeda-san? Un rostro con unos grandes ojos esmeralda que parecían querer mostrar su enfado con el mundo, los ojos de una persona que tan vez se sentía tan sola como yo……

Fue una situación muy embarazosa, Reito-san se dio cuenta de mi desconcierto al observar a esa chica, me explicó que era una alumna nueva que llevaba allí un par de días, los suficientes para tener un encontronazo con el subcapitán de Kendo Takeda-san, éste nos contó que él tan solo había tratado de guiarla y que en cambio ella lo había mandado al cuerno…. Reito-san y yo reímos al escuchar su historia.

Esa fue la primera vez que la vi y ya se había quedado grabada en mi pensamiento….

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