IV Amigos
Avanzó rápido. No quería detenerse ni por un solo minuto. Analizó la situación detenidamente y notó un movimiento en el pasillo superior. Caminó mucho más de prisa y con toda la intención del mundo brincó en el jardín. Dobló al final de uno de ellos y se adentró al conjunto de árboles. Dio un largo suspiro mientras escuchaba una conmoción en el otro lado. Se había escapado.
Fujino Shizuru había escapado del asedio de su grupo de fans. No era común que hiciera eso, pero últimamente había empezado a cansarle. Caminó un poco más y se detuvo bajo la sombra de uno. Una persona había llegado antes que ella a ese lugar. Dormitaba plácidamente, sin nada que enturbiase su sueño.
Shizuru le contempló largo rato sin articular palabra. No sabía si también era de su club de fans porque tenía una pequeña toalla cubriéndole el rostro. Un sonido empezó a escucharse en ese momento y la mano de la chica se dirigió a su bolsillo del interior de la chaqueta y contestó el teléfono tras deslizarlo por debajo de la toalla.
- Si? Ah…no es necesario que me lo recuerdes…si…no lo he pensado.
Shizuru sonrió lentamente mientras reconocía la voz. Era la misma chica de la Sala del Consejo estudiantil.
- Natsuki-san? – le interrumpió.
Natsuki se incorporó tan rígida como una tabla al escuchar su voz. Últimamente le daban sustos de muerte, pensó mientras miraba a la dueña de la voz.
- Fujino-sempai…
Shizuru sonrió dulcemente. Mientras la mayoría la trataba como un ser celestial, esta persona la trataba como su superior. Mientras había estado en Kyoto, había recibido un trato similar y no sabía porqué había tanta diferencia en Fuuka.
Kuga Natsuki. Esa chica se comportaba con ella como desearía que lo hicieran las demás. Para ella no era alguien celestial, simplemente era Fujino-sempai.
Una sensación de alivio surgió del corazón de Shizuru. Tal vez ella fuera la única estudiante de primer grado con la que hablaba de esa manera. Las demás chicas se veían influenciadas por haberla conocido en el curso anterior.
- Lamento haberte importunado.
- No, no ha sido…nada importante.
A Natsuki se le hacía difícil hablar. No sabía porqué. Tal vez era una debilidad, no sabía exactamente el qué. Sólo se sentía así, terriblemente hechizada.
Observó a la chica de Kyoto sonreír y se disculpó con su interlocutor telefónico. Cortó la comunicación y espero. Shizuru le preguntó si podía sentarse a un lado suyo, a lo que Natsuki sólo pudo asentir.
Natsuki no era de las personas que pudiese estar mucho tiempo quieta. Así que decidió atacar.
- Fujino-sempai…
Shizuru volteó a verla. Natsuki tuvo que controlarse en ese momento. Parecía como si Shizuru quisiera leer dentro de sus pensamientos.
- Si?
- Yo, bueno…me preguntaba si sempai tiene familiares en esta ciudad – lo había dicho suavemente, mientras le sostenía la mirada.
Shizuru pareció no entender todo de repente. Pero contestó con la mayor tranquilidad posible.
- No entiendo porqué Natsuki-san me pregunta sobre ello. Me parece bastante precipitado preguntar cosas personales tan de repente, cuando ni siquiera hemos tenido una cita – dijo con seriedad.
- Yo no lo he preguntado de esa forma!!!- contestó Natsuki. Shizuru definitivamente le estaba gastando una broma.
Shizuru soltó una risa ligera mientras miraba a Natsuki sonrojarse de esa manera.
- Lo siento Natsuki-san, pero tu rostro se ha visto tan lindo de esa manera…- dijo en una forma que a Natsuki no hizo más que ponerla más roja de lo que ya estaba.
- No…no estoy acostumbrada a bromear de esa manera…- contestó mientras empuñaba las manos sobre las rodillas y bajaba la cabeza.
A Shizuru ese gesto le pareció…lindo. Últimamente no sabía que estaba pasando en su interior. Si bien era cierto que la asediaban montones de chicas, ésta que no lo hacía le llamaba mucho la atención.
Desvió la mirada del rostro de Natsuki mientras contemplaba los árboles de cerezo. Pronto florecerán, pensó Shizuru, pero no florecerán igual en todo el país. Las flores de cerezo cayendo le daban cierta nostalgia. Una que no entendía.
Natsuki contempló a una pensativa Shizuru mientras sentía que podía escuchar latir su corazón en los oídos.
Shizuru sonrió en ese momento y respondió.
- Soy la única de mi familia que vive en Fuuka – la miraba en ese momento – tengo demás familia, claro, pero por el momento no hay nadie más conmigo.
- Ya veo – contestó Natsuki – así que Fujino-sempai vive sola.
- Si. Pero no se lo cuentes a nadie más – le respondió mientras le guiñaba un ojo – o de lo contrario tendré que castigarte.
El rostro de Natsuki se ruborizaba en ese momento mientras se sentía un poco cohibida.
El timbre anunció una próxima clase y se incorporó lentamente.
- Es hora de volver, Natsuki – dijo mientras le tendía una mano.
- Huh. – contestó a su vez mientras le tomaba la mano. Una sensación que recorrió su cuerpo de manera inusual le hizo entender que había algo raro en todo ello. Y no sabía exactamente que era. Sólo entendía que la sonrisa de Shizuru era tan enigmática como el encanto de sus ojos.
- Fujino-sempai…
- Si?
- Por qué una persona como Fujino-sempai me llama por mi nombre?
Shizuru pareció pensarlo un momento antes de dedicarle una sonrisa a Natsuki y responder.
- Porque eres la única persona que me llama Sempai – suspiró Shizuru – A veces…a las personas nos gusta saber que somos personas…no lo crees así? Na-tsu-ki.
- Yo… - Natsuki se sentía un poco cohibida ante la serenidad de la chica de Kyoto. No sabía porqué, pero presentía que dentro de si, Fujino-sempai quería ser una persona más en el Fuuka Gakuen – Fujino-sempai permitiría que yo la llamase por su nombre también?
- Por mi nombre? – preguntó sorprendida.
- Si. Fujino-sempai, no me pregunte el porqué, pero presiento que podemos ser buenas amigas.
- Amigas… - Shizuru sonrió de esa forma, la forma que dejaba sin defensa alguna a Natsuki – Si Natsuki lo dice de esa manera, me encantará serlo.
- Ah…yo…estoy segura que si…Shizuru…
Shizuru recordaba esa plática mientras permanecía en el Consejo Estudiantil revisando peticiones escolares.
La que más le incomodaba era la petición del capitán de Kendo. La reincorporación de Tate Yuuichi al equipo. Dejó escapar un largo suspiro mientras evaluaba la situación. Tate Yuuichi. El as bajo la mano de Fuuka se encontraba renuente debido al nombramiento de Takeda Masashi como capitán del equipo de Kendo tras la renuncia de Kanzaki Reito.
Kanzaki Reito, al ser el sobrino de la directora Himeno Fumi, era el subdirector del consejo estudiantil. Aún no entendía bien la diferencia entre el subdirector y la Presidencia, ya que Reito-kun más bien parecía un observador.
Kanzaki Reito había dejado el equipo de Kendo argumentando que no podía ocuparse de dos cosas al mismo tiempo. Takeda Masashi había subido al cargo por ser del mismo grado escolar y un participante más antiguo. Tate Yuuichi era un talentoso del Kendo, pero tenía una fidelidad impresionante hacia Kanzaki, quién lo había guiado como su sempai y entrenador en el mismo. Por que lo Tate se sentía como un samurai al servicio de un shogun.
- Supongo que así deben ser los amigos…fieles a sus ideas y compromisos.
Lo otro era lo del festival escolar que se acercaba. Una de las cosas que Shizuru tenía como gusto pero que este año en particular se le pedía como dirigente en varias cosas, desde ser la cantante invitada en el Karaoke, hasta ser la encargada de la casa del té. Lo de la casa de té lo encontraba interesante, siendo una de sus habilidades, lo del karaoke lo estaba dudando mucho, no porque no supiese cantar, sino porque seguro no podría ni respirar después.
Una petición que no la incluía era la del club de pintura, solicitada por un estudiante de nuevo ingreso, que se encargaría de realizar los decorados para la entrada del colegio.
Okuzaki Akira. Un estudiante prodigio. Así lo había catalogado Ishigami-sensei a su ingreso. Si bien era cierto que los estudiantes del Fuuka casi eran genios, este chico de 14 años era un diamante a su escasa edad.
Bueno, eso era fácil de aceptar, así que lo aprobaría y ya no tendría que encargarse de organizar un grupo para ello.
Una campanada se escuchó en ese momento. Shizuru detuvo su trabajo en ese momento. Haruka se había marchado con Yukino hace media hora y Reito también. Así que acomodó sus cosas, las puso bajo llave y salió del lugar.
Mientras tanto una dudosa Natsuki se encontraba oculta tras los árboles mientras esperaba a Shizuru. La vió descender las escaleras rumbo al estacionamiento.
- Por fin! – dijo – todas mis sospechas estarán comprobadas.
Y justo en ese instante un motociclista irrumpió en el estacionamiento.
- Qué demoni…! – exclamó Natsuki mientras veía a Shizuru saludarlo y subirse en el asiento trasero. La motocicleta arrancó y se alejó de allí dejando a una estupefacta Natsuki con la boca abierta.
La motocicleta era la misma del chico de los ojos carmesí…la misma moto en la cuál se había subido Shizuru.
Shizuru y el chico con los ojos del mismo color que ella se conocían. Pero de qué? Acaso en verdad era un familiar de Fujino Shizuru?
Natsuki quedó en ese momento con la firme idea de consultar las fotos de Shizuru donde le había dicho Chie que estaban. Salió de allí mientras hacia una llamada telefónica.
- Muchas gracias – dijo Shizuru mientras se sostenía a la espalda del motociclista.
- No hay de qué, Shizuru – le contestó la voz.
Shizuru se apoyó en esa espalda y pudo sentirse tranquila. Confiaba en esa persona como si fuese ella misma. Una parte de si.
Fujino Shizuru había escapado del asedio de su grupo de fans. No era común que hiciera eso, pero últimamente había empezado a cansarle. Caminó un poco más y se detuvo bajo la sombra de uno. Una persona había llegado antes que ella a ese lugar. Dormitaba plácidamente, sin nada que enturbiase su sueño.
Shizuru le contempló largo rato sin articular palabra. No sabía si también era de su club de fans porque tenía una pequeña toalla cubriéndole el rostro. Un sonido empezó a escucharse en ese momento y la mano de la chica se dirigió a su bolsillo del interior de la chaqueta y contestó el teléfono tras deslizarlo por debajo de la toalla.
- Si? Ah…no es necesario que me lo recuerdes…si…no lo he pensado.
Shizuru sonrió lentamente mientras reconocía la voz. Era la misma chica de la Sala del Consejo estudiantil.
- Natsuki-san? – le interrumpió.
Natsuki se incorporó tan rígida como una tabla al escuchar su voz. Últimamente le daban sustos de muerte, pensó mientras miraba a la dueña de la voz.
- Fujino-sempai…
Shizuru sonrió dulcemente. Mientras la mayoría la trataba como un ser celestial, esta persona la trataba como su superior. Mientras había estado en Kyoto, había recibido un trato similar y no sabía porqué había tanta diferencia en Fuuka.
Kuga Natsuki. Esa chica se comportaba con ella como desearía que lo hicieran las demás. Para ella no era alguien celestial, simplemente era Fujino-sempai.
Una sensación de alivio surgió del corazón de Shizuru. Tal vez ella fuera la única estudiante de primer grado con la que hablaba de esa manera. Las demás chicas se veían influenciadas por haberla conocido en el curso anterior.
- Lamento haberte importunado.
- No, no ha sido…nada importante.
A Natsuki se le hacía difícil hablar. No sabía porqué. Tal vez era una debilidad, no sabía exactamente el qué. Sólo se sentía así, terriblemente hechizada.
Observó a la chica de Kyoto sonreír y se disculpó con su interlocutor telefónico. Cortó la comunicación y espero. Shizuru le preguntó si podía sentarse a un lado suyo, a lo que Natsuki sólo pudo asentir.
Natsuki no era de las personas que pudiese estar mucho tiempo quieta. Así que decidió atacar.
- Fujino-sempai…
Shizuru volteó a verla. Natsuki tuvo que controlarse en ese momento. Parecía como si Shizuru quisiera leer dentro de sus pensamientos.
- Si?
- Yo, bueno…me preguntaba si sempai tiene familiares en esta ciudad – lo había dicho suavemente, mientras le sostenía la mirada.
Shizuru pareció no entender todo de repente. Pero contestó con la mayor tranquilidad posible.
- No entiendo porqué Natsuki-san me pregunta sobre ello. Me parece bastante precipitado preguntar cosas personales tan de repente, cuando ni siquiera hemos tenido una cita – dijo con seriedad.
- Yo no lo he preguntado de esa forma!!!- contestó Natsuki. Shizuru definitivamente le estaba gastando una broma.
Shizuru soltó una risa ligera mientras miraba a Natsuki sonrojarse de esa manera.
- Lo siento Natsuki-san, pero tu rostro se ha visto tan lindo de esa manera…- dijo en una forma que a Natsuki no hizo más que ponerla más roja de lo que ya estaba.
- No…no estoy acostumbrada a bromear de esa manera…- contestó mientras empuñaba las manos sobre las rodillas y bajaba la cabeza.
A Shizuru ese gesto le pareció…lindo. Últimamente no sabía que estaba pasando en su interior. Si bien era cierto que la asediaban montones de chicas, ésta que no lo hacía le llamaba mucho la atención.
Desvió la mirada del rostro de Natsuki mientras contemplaba los árboles de cerezo. Pronto florecerán, pensó Shizuru, pero no florecerán igual en todo el país. Las flores de cerezo cayendo le daban cierta nostalgia. Una que no entendía.
Natsuki contempló a una pensativa Shizuru mientras sentía que podía escuchar latir su corazón en los oídos.
Shizuru sonrió en ese momento y respondió.
- Soy la única de mi familia que vive en Fuuka – la miraba en ese momento – tengo demás familia, claro, pero por el momento no hay nadie más conmigo.
- Ya veo – contestó Natsuki – así que Fujino-sempai vive sola.
- Si. Pero no se lo cuentes a nadie más – le respondió mientras le guiñaba un ojo – o de lo contrario tendré que castigarte.
El rostro de Natsuki se ruborizaba en ese momento mientras se sentía un poco cohibida.
El timbre anunció una próxima clase y se incorporó lentamente.
- Es hora de volver, Natsuki – dijo mientras le tendía una mano.
- Huh. – contestó a su vez mientras le tomaba la mano. Una sensación que recorrió su cuerpo de manera inusual le hizo entender que había algo raro en todo ello. Y no sabía exactamente que era. Sólo entendía que la sonrisa de Shizuru era tan enigmática como el encanto de sus ojos.
- Fujino-sempai…
- Si?
- Por qué una persona como Fujino-sempai me llama por mi nombre?
Shizuru pareció pensarlo un momento antes de dedicarle una sonrisa a Natsuki y responder.
- Porque eres la única persona que me llama Sempai – suspiró Shizuru – A veces…a las personas nos gusta saber que somos personas…no lo crees así? Na-tsu-ki.
- Yo… - Natsuki se sentía un poco cohibida ante la serenidad de la chica de Kyoto. No sabía porqué, pero presentía que dentro de si, Fujino-sempai quería ser una persona más en el Fuuka Gakuen – Fujino-sempai permitiría que yo la llamase por su nombre también?
- Por mi nombre? – preguntó sorprendida.
- Si. Fujino-sempai, no me pregunte el porqué, pero presiento que podemos ser buenas amigas.
- Amigas… - Shizuru sonrió de esa forma, la forma que dejaba sin defensa alguna a Natsuki – Si Natsuki lo dice de esa manera, me encantará serlo.
- Ah…yo…estoy segura que si…Shizuru…
Shizuru recordaba esa plática mientras permanecía en el Consejo Estudiantil revisando peticiones escolares.
La que más le incomodaba era la petición del capitán de Kendo. La reincorporación de Tate Yuuichi al equipo. Dejó escapar un largo suspiro mientras evaluaba la situación. Tate Yuuichi. El as bajo la mano de Fuuka se encontraba renuente debido al nombramiento de Takeda Masashi como capitán del equipo de Kendo tras la renuncia de Kanzaki Reito.
Kanzaki Reito, al ser el sobrino de la directora Himeno Fumi, era el subdirector del consejo estudiantil. Aún no entendía bien la diferencia entre el subdirector y la Presidencia, ya que Reito-kun más bien parecía un observador.
Kanzaki Reito había dejado el equipo de Kendo argumentando que no podía ocuparse de dos cosas al mismo tiempo. Takeda Masashi había subido al cargo por ser del mismo grado escolar y un participante más antiguo. Tate Yuuichi era un talentoso del Kendo, pero tenía una fidelidad impresionante hacia Kanzaki, quién lo había guiado como su sempai y entrenador en el mismo. Por que lo Tate se sentía como un samurai al servicio de un shogun.
- Supongo que así deben ser los amigos…fieles a sus ideas y compromisos.
Lo otro era lo del festival escolar que se acercaba. Una de las cosas que Shizuru tenía como gusto pero que este año en particular se le pedía como dirigente en varias cosas, desde ser la cantante invitada en el Karaoke, hasta ser la encargada de la casa del té. Lo de la casa de té lo encontraba interesante, siendo una de sus habilidades, lo del karaoke lo estaba dudando mucho, no porque no supiese cantar, sino porque seguro no podría ni respirar después.
Una petición que no la incluía era la del club de pintura, solicitada por un estudiante de nuevo ingreso, que se encargaría de realizar los decorados para la entrada del colegio.
Okuzaki Akira. Un estudiante prodigio. Así lo había catalogado Ishigami-sensei a su ingreso. Si bien era cierto que los estudiantes del Fuuka casi eran genios, este chico de 14 años era un diamante a su escasa edad.
Bueno, eso era fácil de aceptar, así que lo aprobaría y ya no tendría que encargarse de organizar un grupo para ello.
Una campanada se escuchó en ese momento. Shizuru detuvo su trabajo en ese momento. Haruka se había marchado con Yukino hace media hora y Reito también. Así que acomodó sus cosas, las puso bajo llave y salió del lugar.
Mientras tanto una dudosa Natsuki se encontraba oculta tras los árboles mientras esperaba a Shizuru. La vió descender las escaleras rumbo al estacionamiento.
- Por fin! – dijo – todas mis sospechas estarán comprobadas.
Y justo en ese instante un motociclista irrumpió en el estacionamiento.
- Qué demoni…! – exclamó Natsuki mientras veía a Shizuru saludarlo y subirse en el asiento trasero. La motocicleta arrancó y se alejó de allí dejando a una estupefacta Natsuki con la boca abierta.
La motocicleta era la misma del chico de los ojos carmesí…la misma moto en la cuál se había subido Shizuru.
Shizuru y el chico con los ojos del mismo color que ella se conocían. Pero de qué? Acaso en verdad era un familiar de Fujino Shizuru?
Natsuki quedó en ese momento con la firme idea de consultar las fotos de Shizuru donde le había dicho Chie que estaban. Salió de allí mientras hacia una llamada telefónica.
- Muchas gracias – dijo Shizuru mientras se sostenía a la espalda del motociclista.
- No hay de qué, Shizuru – le contestó la voz.
Shizuru se apoyó en esa espalda y pudo sentirse tranquila. Confiaba en esa persona como si fuese ella misma. Una parte de si.
haaaaa!!! muy bueno el fic
ResponderEliminarsigue asi me tienes muy metida en la historia
xfAAAA NO TARDES!!!!
weeeeeeeee esto se pone supr interesante xfis contiiiiiii plis!!!nu tardes KTsubasa sta chido tu finc y sobre tooo el xico q maneja la moto donde sta shizuru¬¬kien ser??
ResponderEliminarxfa continualo nu tards
bye besos cdt^-^
Eso ya está desarrollado Ushio y claro que se sigue puesto que el fanfic está avanzadito...por cierto, a los anónimos, se vale dejar nombre eh????
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