viernes, 10 de octubre de 2008

Jibun no Unmei - Capítulo I

Este el el primer fic que escribo con respecto a shoujo ai y el segundo en mi haber. El título es "Jibun no unmei" y significa mi propio destino.

Sin más preámbulos, inicio mi aporte a nuestro blog con el primer capítulo de mi fic.


K.Tsubasa



I Encuentros inesperados.


“El amor tiene formas extrañas de presentarse, pero el tuyo sin duda tiene el color de la sangre de por medio. No lo conocerás de la forma más común que encuentres, pero también te será difícil entenderlo.”

Después de todo qué es el amor? Ahora que lo pienso, no logro recordar el significado de esa palabra. O tal vez es que no lo entiendo perfectamente-

- Vamos, Natsuki, no me dirás que ahora crees en esas cosas – comentaba una chica de cabello naranja a su compañera.

-No es que crea en esas cosas, es sólo que me parece un poco raro, además – contestó mientras miraba a su compañera con el ceño fruncido – si mal no recuerdo, tú fuiste quién insistió, Mai.

- Eso es porque Chie me dijo que una fuente suya asistió y lo que le dijeron sucedió.

-Y de qué fuente me hablas? – Natsuki se preguntaba sobre que persona que Harada Chie conocía tenía dudas para acudir a ese tipo de cosas, después de todo era la fuente informativa del Fuuka Gakuen; algo así era una verdadera noticia.

- Ahora que lo dices…es un secreto – susurró – Chie tampoco me dijo algo al respecto - dijo en voz mucho más baja.

-Baka! Eso no es cierto! – exclamó Natsuki en voz alta – Harada Chie nunca puede mantener la boca cerrada!

-Shh!!! Que te escucharán –siguió Mai – Nunca sabes donde tiene Chie las orejas.

-Ahhh!!! – suspiró Natsuki mientras cruzaba los brazos – y pensar que por una tontería como esa puedes ir a un lugar de adivinación. Menuda pérdida de tiempo.

- Pero fue divertido, no Natsuki? Llevamos apenas dos meses en este lugar y ya nos acoplamos perfectamente, sin duda fue algo muy positivo venir aquí.

- Acoplarnos? Ahh! – Natsuki dio un largo suspiro – no se que tan divertido sea para ti aburrirte en las clases de historia…son un…fastidio.

- Vamos Natsuki, tienes que tranquilizarte, después de todo no pasas desapercibida.

-Qué quieres decir? –preguntó Natsuki visiblemente sorprendida.

- Ese chico no deja de observarnos desde hace rato.

- Ah – musitó sin interés – el idiota de la espada de bambú.

Mai se extrañó ante el comentario de Natsuki y preguntó porqué se expresaba así de él.

- Es de esas personas que no aceptan un no como no, precisamente.

Mai miró a Natsuki detenidamente. Ciertamente no era modelo pero parecía una. Medidas perfectas y todo perfecto a excepción de un carácter que ella entendía. Suspiró largamente mientras se preguntaba que tipo de chico era el que podía interesarle a alguien como ella.

Natsuki empezó a caminar lentamente y Mai la siguió. Esperaba que algún día su amiga encontrara una persona que la hiciera salir de su rutina y continuo mal humor. Cuando estaba feliz, Natsuki verdaderamente era otra persona.


Las clases habían finalizado dos horas antes, pero Natsuki continuaba allí. A veces le gustaba estar a solas y ese hábito se estaba haciendo terriblemente constante, además de escapar del idiota del bambú.

Caminó despacio, últimamente se le había hecho costumbre esperar la puesta de sol en el corredor, no porque le gustara, sino que era la única manera de escapar del molestoso de la espada de bambú mencionado anteriormente.

Se detenía en la puerta de la biblioteca mientras miraba como los alumnos empezaban a marcharse lentamente. Sin duda sólo unos cuantos se quedaban allí, así que era un buen lugar para permanecer allí mientras mataba el tiempo leyendo revistas sobre motos en la sección de la hemeroteca. Golpe bajo al idiota del bambú.

La encargada de la biblioteca, si bien era tutora en algunas clases, permanecía dos horas tres veces a la semana allí.

- Oh, Kuga-chan, has terminado por hoy?

- Si, he terminado, Yukariko-sensei – contestó Natsuki mientras se preguntaba el porqué la tutora les llamaba a todos los alumnos por el chan… - qué acaso no tiene hijos a los cuáles llamarles así? - musitó por lo bajo.

- Ocurre algo, Kuga-chan? – preguntó Yukariko.

- No, nada en particular, sólo estoy cansada – contestó Natsuki con la mayor indiferencia posible. No convenía criticar ciertas cosas de la maestra en esas situaciones.

- Ve con cuidado – dijo Yukariko cuando Natsuki atravesó la salida.

Natsuki asintió y le dio la espalda. Hoy fue un día de los extraños, afortunadamente pronto tendría edad suficiente para conducir un deportivo y salir de allí todas las tardes a dar un paseo. Sus padres habían acordado que en vez de la moto, que era lo que Natsuki había pedido originalmente, le comprarían un auto. El modelo sería el que ella quisiese. El precio no parecía serle importante al sr. Kuga, después de todo le iba bastante bien siendo dueño de algunas agencias de los mismos.

El Fuuka-Gakuen, si bien era una escuela con altos índices de selección, también era para aquellos que pudiesen pagarlo. Después de todo era la atípica escuela para inteligentes con dinero y no la que aceptaba cualquier tonto con él en sus filas. “Trabajando para un próspero futuro”. Maldita sea – decía Natsuki al recordar ello. Un folleto llegó a manos de su padre y él decidió que era bueno para su pequeña estar en un lugar tan recomendado como ello.

Pero Natsuki se enteró de todo algunos días después, de lo contrario no hubiese resuelto el estúpido examen que un “empleado fallido” no logró resolver durante un turno. Y Natsuki había caído.

- Lo puedes creer? – dijo su padre en esa ocasión – Es un examen que seguramente ni tú fallarías a esa edad Natsuki.

- Mmmm. No lo sé. Seguro que puedo resolverlo? – preguntó mientras miraba a su padre. Las primeras preguntas eran sobre termodinámica y continuaban con algunas de física. Tal vez si resultaba bastante buena su padre la dejara estudiar algo relacionado con motos y no con autos…era agobiante saber tanto de ellos.

- Hija, no sé si podrás…- dijo su padre con cierto desenfado. Es nivel de un estudiante graduado de preparatoria.

- Bueno, me servirá de precedente. –contestaba Natsuki mientras se sentaba a resolverlo frente a su padre – el sr. Kuga sonrió disimuladamente mientras bebía su taza de café. Una videocámara estaba posicionada a sus espaldas y registraba cada movimiento de Natsuki. Si bien era cierto que algunas cosas le resultaban raras, de lo demás podía darse una ligera idea. Cuatro horas después se marchó del lugar mientras le entregaba el examen a su padre y le decía que le esperaría para la cena. Su padre sonrió mientras le decía que necesitaba hablar con el sr. Tokiha.

- Ah. – dijo Natsuki – si, está bien. Cenaran hoy con nosotros? Mai no me dijo nada.

- No cariño, tengo que hablar algunas cosas con él. Algo sobre un nuevo producto.

Natsuki sonrió y dio media vuelta. Mai era su amiga desde el jardín de niños. La única amiga real que tenía. Inclusive Takumi-kun, el hermano menor de Mai, era bastante agradable. Un chico vigoroso y lleno de energía. La familia de Mai era una de las más sobresalientes junto con la suya en esa ciudad. Sin embargo, ninguno de ellos era asiduo a comportarse dentro de esos estándares que tanto fascina a los demás de su mismo nivel social.

Y después de ello…pasaron tres semanas y…

Natsuki sólo vió una sombra caer sobre ella. Soltó un pequeño grito mientras caía sentada y lo que sea que fuese también porque escuchó un golpe y un ahogado quejido de dolor. Lo que la hizo olvidar sus recuerdos en ese momento de forma abrupta.

El suyo propio de por si ya era grande. Miró al frente. Si, era una persona. Tenía la pinta de un repartidor de pizzas desaliñado. Gorra gris sobre la cabeza, camiseta negra, una chamarra negra también, pantalones de mezclilla y tenis…si, tenis blancos. Una horrible combinación.

Natsuki se olvidó de eso para acordarse del tremendo golpe que se había dado y miró de nueva cuenta al chico que buscaba en el suelo los lentes oscuros que estaban tras de sí. Natsuki se acercó a él y lo tomó del cuello de la camiseta.

- Hey! Es que ni siquiera pides disculpas a una chica por lo que acabas de hacer?! – musitó encolerizada. El tipo ni tenía la cortesía de ayudar en nada.

Una sorprendida mirada se dirigió a sus ojos verdes y Natsuki sintió su cuerpo paralizarse. Eran los ojos con el color más extraño que hubiese visto. Eran carmesí. Natsuki no supo que ocurrió dentro de si. Esa mirada la había paralizado por completo. El dueño de esos ojos parecía pasar el mismo dilema, movía la boca queriendo articular palabra pero ninguna salía de su boca. Natsuki le miró a los ojos nuevamente y el chico aprovechó ese momento para soltarse de su agarre y tomar los lentes que por error y suerte había tocado al ser sujetado por ella. Se los colocó rápidamente y miró de nuevo a la chica que continuaba molesta.

- Lo siento, discúlpeme, no me dí cuenta, mil disculpas – decía mientras se inclinaba ante ella de una forma un tanto inusual para alguien vestido de esa manera. Posterior a ello el chico se retiró rápidamente mientras se dirigía hacia los arreglos florales y el parque escolar.

Natsuki se quedó mirándolo irse y escuchó a lo lejos un motor. Sonrió extrañamente, era una motocicleta. Sin duda alguna era un repartidor de pizzas. Pero que hacía un repartidor de pizzas en el techo del corredor? Se preguntó Natsuki mientras en su mente quedaba el recuerdo de esos ojos. No sabía porqué, era la primera vez que alguien saltaba sobre ella…al pie de la letra…y también la primera vez que alguien la sorprendía con esa manera de mirar.

- Ojos color rubí…es la primera vez que veo unos…me pregunto si son reales… -suspiró Natsuki mientras veía el sol empezar a ocultarse a través de la montaña del Fuuka Gakuen – a veces el sol…tiene el mismo color…

1 comentario:

  1. EN LO PARTICULAR ME GUSTAN LOS FICS D NATSUKI Y SHIZURU Y TODO MAI HIME JAJAJA Y ESPERO Q SEA UN BUEN FIC ASI COMO EMPEZO AH SI Q ADELANT Y ANIMO.

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