Crónicas de un recuerdo

Bueno, chicas, originalmente la entrada iba a ser otra, pero quise compartir este escrito, que ganó el segundo lugar en el foro del MMR. Personalmente, no esperaba quedar en este sitio, puesto que a mi consideración habían muchas más historias para ocupar este lugar, todas ellas escritas de forma fabulosa e increible.

En fin, aquí les dejo ese escrito.


Crónicas de un recuerdo.


Mientras recorro el álbum de recuerdos, una rosa marchita se desliza. Sonrío al ver la página de nueva cuenta. Una sonrisa llena de vida y ansia, cómo la primera vez.


- Hola, si que hace calor aquí, eh?


Mi penumbra en pleno sol, mi tristeza en pleno día, mientras un niño que asustado huía de su sombra en esa playa, yo veía el atardecer caer. Tu sonrisa entró como un suspiro que inflamó cada uno de mis sentidos sin saber que decir de más. Recuerdo tu carisma, hablándome de tu patria y tu cultura, de cosas que yo no siquiera tenía en cuenta y mi coraza desapareció. Adolescencia e instinto, había algo raro en tan cercana charla que sólo el anochecer fue capaz de interrumpir. Mi ansiedad esa noche se hizo presente, fui incapaz de conciliar el sueño sin que tu presencia me acompañase, sabía que era una idea inútil pero que más daba esperar?


Fue al día siguiente que por inercia llegué a ese mismo lugar en el que te había conocido. Y tal, como mi mente había imaginado la noche anterior, apareciste a mi espalda y sonreíste una vez más. La amistad que había comenzado en ese día caluroso y salado frente al mar, pensé que se extinguiría prontamente pero no fue así.


- Sabes? Qué esto ha resultado extraño, pero crees que podamos escribirnos?
- Quieres que te escriba? – pregunté con el corazón latiendo a mil.


Y esa amistad se volvió añeja, entre las cartas que iban al otro lado del océano y viceversa; entre las cosas personales que cada vez se hacían una charla más íntima y secreta, tomó matices diferentes y otro sendero, perdiendo un sentido terrenal.


Llenaste mi existencia de alegrías, llenaste mi amargura de consuelo y algunos vacíos en amor. Transformaste mi patética existencia y sacaste de mi persona lo mejor. Recuerdo también esos lejanos días en los cuáles preguntaste.


- Por qué confías en otras personas antes que en mí?
- Hay cosas que a quienes quieres mucho no les puedes confiar.
- Entonces me quieres mucho?


Esa pregunta me causó un caos primero, pero luego ya no fue tanto, recuerdo que los colores llenaron mi rostro antes de asentir.


Y así como llegaste, años después te fuiste. Sin que me quedara en recuerdos algo tan personal como esa flor. Lloré en la desgracia mucho tiempo mientras renegaba de lo injusta que es la vida. Me sumí de nuevo en mi pasado y no quise ver más de la realidad.


Caminé sin rumbo fijo muchas veces, mientras mi mente aún recuerda esa calidez de tu boca y la suavidad de tu piel, mientras mi cerebro enloquecía con tu voz y mis recuerdos. Si, lo acepto, en ese tiempo enloquecí.


Y fue que en mi ironía, en mis desvelos, tropecé con ella, con esa sonrisa cálida que me ofreció amistad sincera y el mundo para mí dejó de ser gris. Sonreí nuevamente, anhelé otra vez y por segunda vez amé.


Fue por eso que decidí abrir este álbum. Este álbum que dejaré ir en San Valentín. Se irá como todos mis recuerdos, se irán como se ha ido todo lo tuyo y tu descanso por los cielos. Espere mucho para cumplir la promesa que te hice ese invierno.


- Este anillo, quítatelo cuando dejes de amarme, mientras tanto tenlo contigo.


Hoy puedo decirte que he cumplido con mi promesa, que daré de nuevo lo mejor de mí este catorce y que por primera vez estoy viviendo la vida como me enseñaste, a cada instante y sin complicaciones.


Ahora que miro tu sonrisa otra vez en esta foto, me doy cuenta de lo que quisiste decir, “cuando una persona ama es imposible ignorarlo, nace en el corazón y sale por nuestros poros.”
En ese entonces te ame y hoy te amo como un recuerdo.


KTsubasa