domingo, 20 de junio de 2010

Princesa Azul a domicilio - Capítulo 4

Feliz domingo Bauler@s!

Estoy terminando de ver el partido de la mañana y mis felicitaciones para tod@s l@s paraguay@s, su selección está haciendo un gran papel. ¡¡¡Y esta tarde juega la canarinha!!! Lih querida, si te pasas por acá hoy, ¡¡¡Muita força!!! y antes de eso, veré qué hace la azurra en un rato XD

Dejando a un lado el fútbol, hoy en Venezuela y en algunos países se celebra el día del Padre. Así, quiero desearles a los buenos padres muchas felicitaciones (y si alguno me lee, espero que lo hagan por distraerse y no por ver qué miran sus hij@s XD). Ahora, también quiero felicitar a las madres que tienen que cumplir ambos papeles, ellas también deben sentirse orgullosas en este día.

Les dejo la continuación de este fanfiction, espero que la disfruten y dejen muchos comentarios.

Besos!

Autor: KaoriD
Capítulo 4: Después de un buen gusto…

Habían logrado, entre besos y caricias, abrirse paso hasta caer en la cama. En la posición en que se encontraba la morena, no pudo sino tragar saliva, tenía los pechos de Shizuru prácticamente a un palmo de su nariz y que rico aroma desprendía el cuerpo de la castaña. Natsuki levantó la mirada, para ver a Shizuru con gesto suplicante, entonces la castaña se separó un poco de ella para sacarse la blusa, con eso claramente le concedía su aprobación para continuar.

La morena comenzó a besarla despacito, queriendo disfrutar del contacto de sus labios con la piel suave de esa chica como tantas veces imaginó que hacía. Shizuru se dejaba besar y acariciar, buscando tener el cuerpo de la morena más cerca del suyo. Así estuvieron toda la noche, sintiéndose la una a la otra, amándose y entregándose todo lo que por tanto tiempo sólo podían darse en sueños.

Y llegó la mañana, afuera se sentía el ruido de un mundo que empezaba la jornada, mientras ellas apenas si habían dormido un par de horas. La morena de forma perezosa abrió un ojo y luego el otro. Giró y ahí estaba al otro lado de la cama, la imagen más bonita del mundo, esa chica semi cubierta con las sábanas que escondían lo justo. Se dedicó a admirarla, con el deseo de despertarla llenándola de besos y caricias… y por qué no, con ganas de repetir lo de hacía apenas unas horas.

Entonces, Shizuru abrió los ojos lentamente regalándole una dulce sonrisa aderezada con una mirada lasciva al ver su torso desnudo. La morena se sonrojó, pero no tuvo tiempo de nada más, porque sintió como el cuerpo de la castaña hacía peso sobre el suyo. Parecía que le hubiese leído la mente y sonriendo internamente se dejaba poseer.

Continuaron amándose durante el resto de la mañana, hasta que sus cuerpos exhaustos reposaban abrazados en la cama.

-¿Natsuki está feliz? –preguntaba abrazándose más a la chica.
-¿Es broma? Siento que estoy en el paraíso.
-Natsuki no sabe cuántas veces me imaginé estando así con ella. –ante esta confesión la morena abrió mucho los ojos.
-Shizuru, ¿eso es cierto? –sus ojos se llenaron de lágrimas y la castaña la miró enternecida. –Yo pensaba que te gustaba Nat.
-¿Ara? Por tu hermano siento mucha gratitud, pero sólo lo veo como un buen amigo y nunca le he dado motivos para pensar otra cosa.
-Ahora que lo dices, es verdad –pensaba Natsuki, con ganas de auto zapearse. Había sido una tonta al pensar que a Shizuru le gustaba como chico.
-Yo soñaba con Natsuki desde la primera vez que la vi en la universidad, pero cada vez que intentaba acercarme, salías huyendo. Llegué a pensar que no te agradaba, aún así, esperaba que un día pudiésemos hablar.
-No-no era así, de haberlo sabido antes yo… no habría esperado hasta lo del accidente para hablarte y no tendría que fingir que tengo un hermano. –no habría huido de ti esas veces.
Las chicas volvieron a besarse una y otra y otra vez. Entonces, Natsuki se apartó mirando fijamente a la castaña.
-Shizuru… yo te… -pero fue interrumpida por un sonido proveniente de su estómago, luego de eso, experimentó una de sus ya acostumbradas subidas de color.
-Ara ara, creo que mejor vamos a comer algo o Natsuki no aguantará el siguiente round. –estas palabras ruborizaron aún más a la chica de ojos verdes.
-Shizuru… siempre dice cosas para avergonzarme. –haciendo pucheros.
-Ese gesto –pensó la castaña, pero luego sonrió tiernamente y la besó. -Podemos desayunar en el restaurante de la familia de mi amiga Akane, ahí también trabaja tu amiga Mai, ¿no? –Shizuru sonreía bastante animada.
-Si, así es. Me parece bien, vamos. -Luego ésta levantó para comenzar a vestirse, mientras era admiraba en todo su esplendor por su amante.
-Perfecto entonces. –Natsuki sonrió ampliamente y Shizuru le devolvió la sonrisa más hermosa que haya visto nunca, pero dicha sonrisa súbitamente desapareció, la morena se asustó al ver el semblante serio de su amante y su mirada estaba clavada en ella.
-Natsuki, ¿cómo te hiciste esa cicatriz? –preguntó señalando a su rodilla derecha.
-Yo… es que… mira, Shizuru… ya no puedo mentirle más… déjame explicarte ¿si?
-No puede ser… -la castaña palideció, pero no más que la chica que tenía enfrente. –Natsuki… ¿O debo decirte Nat?... Debes haberte divertido mucho con tu juego.

La morena estaba asustada.

-No, no ha sido así, por favor Shizuru déjame explicarte.
-Habla, te escucho. –lo dijo de una forma que helaba la sangre.
Natsuki, aún a medio vestir, se sentó al borde de la cama y comenzó a contarle a Shizuru toda la verdad, desde que la vio en la universidad por primera vez, cómo la seguía a todas partes, lo mucho que se interesaba por saber y conocer más de ella, hasta el día del accidente cuando la salvó, le habló de la llamada que le hizo a Nao y de lo angustiada que estaba de que le gustase como chico y no como ella misma. Shizuru la escuchaba atenta, mirándola fijamente con rostro inexpresivo.
-Y esa es toda la verdad, tienes que creerme, nunca quise hacerte daño. Sólo deseaba tanto estar contigo, porque yo te…–La expresión de Shizuru no cambió.
-Termina de vestirte y vete. –fueron las palabras que salieron de esos labios que hasta no hace mucho la besaban con pasión.
-Shizuru no… yo… por favor… entiende…-suplicaba en vano.
-Déjame sola, no me llames ni vuelvas a acercarte a mi –fue lo último que dijo antes de envolverse en la sábana y salir de la habitación rumbo al cuarto de baño.

La morena se vistió y salió del apartamento, se fue corriendo hacia el único lugar donde podría desahogarse, con la única persona en el mundo que la podría consolar.

Cuando recibió la llamada sintió pánico al escuchar la voz de Shizuru, en todos los años que tenía de conocerla jamás algo la había perturbado lo suficiente como para ponerse en ese estado. La rubia salió de su mansión rápidamente.

Al llegar al apartamento de su amiga, pudo ver un cuadro que nunca imaginó. Shizuru se encontraba en un rincón acurrucada, abrazando sus rodillas y cubierta sólo por una sábana. El corazón de la dura Haruka se arrugó al ver a su "archirival" consumida por el dolor. Lentamente se acercó a ella y la abrazó, sólo ahí Shizuru pudo llorar como nunca antes.

Estuvieron así mucho rato, hasta que la castaña sintió que se le habían agotado las lágrimas. Entonces, la rubia la ayudó a ponerse de pie y la llevó hasta el baño, Shizuru era como una muñeca sin voluntad. Después de estar metida en la bañera unos quince minutos, Haruka la ayudó a salir y vestirse, luego la condujo hasta a su habitación pero la castaña se detuvo apartando a su amiga.

Se acercó a la cama y empezó a quitar las sábanas, después tranquilamente salió y las arrojó a la basura. Cuando entró nuevamente al apartamento, la rubia se encontraba sentada frente a la mesita de centro con dos tazas de té.

-Muy bien, ahora si, podrías explicarme ¿qué rayos te sucede Bubuzuke? –la mirada de la rubia era de sincera preocupación.
-¿Haruka conoce la teoría del Big Bang? –Al ver la cara de desconcierto de la chica, continuó hablando –una gran explosión que se dice dio origen al universo. Es lo que los científicos conocen como el génesis, origen y evolución de todo. Una destrucción que significó un comienzo. –Ahora la cara de la rubia pasaba del desconcierto al terror, Shizuru estaba divagando.
-Bubuzuke, ¿te sientes bien?
-No Haruka, evidentemente, no me siento bien. –entonces, se sentó frente a la rubia. Estuvieron en total silencio, sólo vaciando el contenido de sus tazas.
No muy lejos de ahí, Natsuki llegaba casi sin aliento a la entrada de una casa, ignorando al akita negro que salía a recibirla, empezó a tocar la puerta desesperadamente.
-Voy, voy, por qué tanto escándalo… Natsuki hija mía, ¿qué tienes? –al acercarse, la morena se le lanzó encima llorando. Lloró en los brazos de su madre hasta quedarse dormida en el sofá.

Cuatro horas después la despertó el aroma que provenía de la cocina, perezosamente se levantó y sólo entonces cayó en cuenta de lo hambrienta que estaba. Minutos más tarde apareció su madre sosteniendo una bandeja con un tazón lleno de caldo de pollo y tostadas.

La buena mujer dejó la bandeja en manos de su hija y se sentó a su lado silenciosamente. Saeko sabía que Natsuki hablaría cuando se sintiera lista para hacerlo, así que ella no preguntaría nada que la chica no quisiera contarle.

Natsuki devoró la comida en poco tiempo, estaba realmente hambrienta, a pesar de que se sintiera terrible por todo lo ocurrido. Cuando terminó de comer su madre la acuñó en su regazo como si fuese una niña pequeña. Pasaron algunos minutos así, la chica ya se sentía con ganas de contarle a su madre lo ocurrido y así lo hizo.

Saeko escuchó atentamente a su hija sin pronunciar palabra. Ninguna madre está preparada jamás para escuchar que su hija está enamorada de otra chica, pero Saeko confiaba en que había sido una buena madre, sabía que esa chica que ella crió era capaz de decidir por si misma lo mejor para sí, y si era feliz ella también lo sería.

Pero en este momento su pequeña estaba sufriendo y mucho, había cometido un error y confiaba en que si la otra chica era lo suficientemente inteligente y la quería de verdad lograrían arreglar las cosas y así se lo hizo saber.

-Ojalá madre, pero no lo se, estaba tan dolida y la entiendo pero si me da una segunda oportunidad yo… -no pudo contener el llanto.
-Está bien Natsuki, está bien. Mejor cuéntame, ¿cómo es ella?
-Es… es –emitiendo un sonoro suspiro –simplemente perfecta.

Y así siguieron hablando madre e hija, un poco más animadas, Natsuki no estaba muy segura de si sería perdonada pero hablar con su madre siempre era un consuelo.

Continuará

4 comentarios:

  1. Wooooooo TT.TT me dio pena la ultima parte Shizuru ¬¬* pobre Natsuki T.T

    Amo este fic
    Siga asi

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  2. me encanta este fic, pobre nat, ya quiero leer el siguiente capitulo para ver que pasa. sigue asi

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  3. noooo!!!pobre natsuki y shizuru...tienen q arreglarlo, aunq entiendo lo de shizuru creo q en principio todos ariamos lo mismo. pero natsuki necesita otra oportunidad!!!
    espero con ansias el siguiente cap!! (^.^)

    *Mery-san*

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  4. waa *-*! está genial!!

    espero pronto la continuación =)

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