Hola gente!
Espero que tengan un gran fin de semana. Pues si, se que es algo increíble pero acá está la continuación de este fanfic, espero que dejen sus comentarios, son lo que alimenta este blog.
Enjoy!
Autor: KaoriD
Capítulo 13: Quien miente es el ladrón
Mientras veía a la morena, unas ganas inmensas de darle un beso se apoderaron de ella. Quería al menos rozar sus labios, necesitaba saber lo que se sentiría ahora que estaba segura de que amaba a esa chica. Estaba suficientemente cerca, tanto que podía sentir la cálida y pausada respiración de Natsuki, habría sido tan fácil en ese momento. Pero algo la detuvo, ese sentimiento que nos indica cuando estamos a punto de hacer algo que no está bien.
En ese instante, la castaña notó que alguien se acercaba por el pasillo, alcanzó a separarse de la cama y acto seguido la puerta se abrió de forma brusca. Era Nao, que apartándola de un empujón se sentó al lado de Natsuki, mientras le tomaba la mano y adoptaba una pose exageradamente afligida. Todo esto produjo en Shizuru una rabia nunca antes experimentada, la garganta se le secó y sentía un sabor amargo recorrer desde el paladar, lengua, garganta y bajaba hasta su estómago creándole una sensación de ardor.
Lentamente la morena abrió los ojos, estaba aún desorientada, pero cuando notó el amarre de su mano con la de Nao, reaccionó instintivamente retirando inmediatamente la suya, este gesto dibujó una sonrisa en el rostro de la castaña. Trató de levantarse pero el dolor en su hombro izquierdo le hizo abandonar la idea.
-¿Qué pasó, dónde estoy? –preguntaba.
-¡Oh no! Ha perdido la memoria, no sabe que le pasó, hay que llamar al medico –Nao sobreactuaba cada palabra, Natsuki y Shizuru la miraban con cara de cierto fastidio, sobretodo la castaña, quien no se preocupó por disimular.
Mientras ella se dedicaba a gritar pidiendo a una enfermera, doctor o cualquier otro ser humano que trabajara en ese hospital. Shizuru se acercó, sentándose en la cama y hablándole suavemente a la morena.
-Natsuki, ¿se encuentra bien? No sabes lo que me preocupé –lo dijo en un tono dulce y con una mirada de llena de preocupación pero también de alivio.
La belleza de ojos verdes no pudo más que sonrojarse y toser un poco, para luego girar el rostro fingiendo molestia, era lo que Shizuru conocía como el típico gesto de la princesa de hielo.
-Eh… Si, estoy bien. –dijo casi en un susurro.
-Natsuki tuvo mucha suerte de que los neumáticos de la barrera amortiguaran el golpe, pudo ser mucho peor.
-¿Peor que quedarse lisiada? ¿Y no volver a competir? –hablaba Nao.
-¡¿QUÉ? –gritó Natsuki.
-No estás lisiada, han sido daños menores –se apresuró a explicar la castaña, lanzándole una fiera mirada a Nao -claro que Natsuki podrá volverá a competir, sólo tendrá que guardar reposo algunas semanas –calmándola.
-Todo esto ha sido tu culpa Shizuru –la aludida se quedó fría al escuchar tal acusación. –Sino hubiera estado pensando en ti… De haber tenido mi casco de la suerte, esto no me habría pasado. –Shizuru la miró incrédula.
-¿Natsuki sabe lo absurda que es esa acusación? –respondió ofendida la castaña.
-No, no lo se. –respondió sin mirarla. Nao tenía expresión triunfante.
-Si Natsuki asume esa actitud tan inmadura, creo que mejor me retiro hasta que se le pase el enojo. -la castaña no lo pensó dos veces y aguantándose las ganas de llorar, usó una de sus sonrisas falsas y salió de la habitación.
La morena quiso detenerla pero, como siempre, su orgullo fue mayor. Sabía de sobra que la culpa del accidente había sido únicamente suya por no atender a las explicaciones de Takeda y estar distraída. Por supuesto, Nao no perdió la oportunidad para intentar despotricar contra la castaña, pero también fue despedida por la chica alegando que se sentía muy débil. Así que la pelirroja tuvo que salir de la habitación de muy mal humor.
ooOoo
Reito estaba en la oficina junto a Sakomizu, habían convertido el lugar en un escenario para la "cita perfecta". El más joven mostraba a su jefe lo que denominaban "el arte de la seducción". El moreno explicaba ciertos trucos que debía seguir para no caer en esos típicos errores que hacen que las mujeres salgan huyendo después de la primera cita.
- Cielos, no sabía que tener una primera cita fuese tan complicado. –dijo el hombre a la vez que se dejaba caer sobre uno de los muebles.
- Y yo no sabía que enseñarle fuese tan complicado -pensaba -No es tan difícil, lo ha hecho muy bien, sólo no olvide lo que practicamos y todo estará bajo control necesitará un milagro y yo un nuevo trabajo. –Reito se sentaba un tanto desanimado.
-Muy bien, si un galán como tu lo dice, me dejas más tranquilo. –sonreía el todopoderoso Sakomizu.
Reito usaba una de sus tantas sonrisas falsas, tal y como lo hacía cierta castaña de ojos carmesí.
- Que mal que Kuga-san cancelara su cita por lo del accidente de Natsuki-san. –dijo el moreno.
-Si, pero la comprendo, es una madre ejemplar. Suerte que la joven Kuga sólo nos diera un susto. Pronto estará dando guerra nuevamente.
–Es cierto, Saeko adora a su hija y Natsuki a ella, aunque no lo parezca… espero que Natsuki no se entere de lo que hago o querrá asesinarme –pensó, aflojándose el nudo de la corbata. -Ah, casi lo olvidaba, esta parte es muy importante al momento de la despedida. ¡Nunca! diga lo bien que la pasaron. Tampoco vaya a llamarla a los cinco minutos después de despedirse, debe darle su espacio y no parecer desesperado… aunque claramente lo está, pobre Kuga-san.
- ¡Oki doki! –respondió Sakomizu mostrando los pulgares hacia arriba.
-Oh por Dios, está perdido –el moreno reía de una forma que parecía más bien que lloraba.
ooOoo
Cuando en el hospital dieron el visto bueno, Natsuki fue llevada a su apartamento por Takeda y el equipo médico que los patrocinantes (los más interesados en la recuperación de la chica) enviaron. La corredora tendría tiempo suficiente para descansar y pensar mucho sobre lo que estaba haciendo.
Al entrar en el apartamento, encontró a Shizuru leyendo un libro con Juliet tendida bajo sus pies, al parecer la chica de Kyoto usaba al akita a modo de bolsa caliente dado el frío que comenzaba a inundar el ambiente. Natsuki al verla quiso disculparse, pero una vez más las palabras se le quedaron atoradas en la garganta.
-Hola Shizuru –saludaba tímidamente.
-Hola, Saeko-san llamó dice vendrá esta noche a ver cómo estás. –respondió escueta.
-Eh, está bien. –sentándose junto a la castaña, compartiendo el silencio.
Y los días pasaron, Natsuki como era de esperarse se volvió completamente dependiente de Shizuru para que la ayudara en todo lo que necesitaba. Por suerte, la castaña ya había adelantado suficientemente su trabajo como para poder dedicar la mayor parte de su atención a la morena.
Un sábado por la mañana sonó el timbre y Juliet como si presintiera algo, en lugar de correr hacia la puerta como solía hacerlo, fue a esconderse bajo la silla donde estaba sentada la castaña que se encontraba haciendo algunas correcciones a sus partituras.
-Ara ara Juliet ¿está asustada por algo? –decía sonriente la chica, mirando como el animal mantenía la cola entre las patas.
Al segundo timbrazo la castaña se levantó perezosa, haciendo a un lado al akita e ignorando las protestas de la misma. Luego se arrepentiría, al ver la melena pelirroja y la sonrisa gatuna que tanto detestaba.
- Juliet tiene un detector de brujas, la próxima vez le prestaré más atención. –pensó la castaña.
-¿Dónde está mi bebé? –preguntó, con la voz más melosa que pudo. Luego corrió, sin esperar respuesta, hasta donde se encontraba Juliet que al verla también corrió pero a esconderse bajo el piano con sus patas delanteras tapándose el rostro.
Shizuru no sabía si reír por la escena que estaba presenciando o sentir pena por la pobre Juliet.
-¿Por qué hacen tanto escándalo? –la morena salía de su habitación desperezándose, ya se había acostumbrado al cabestrillo y podía servirse café ella solita (no así todas las demás labores que recaían en la castaña) –Nao, ¿qué haces aquí? –preguntó entre sorprendida y emocionada.
-Hola Kuga, estaba pasando por aquí y quise venir a visitar a mi bebé –refiriéndose a Juliet quien ahora le lanzaba la misma mirada de desconfianza que la castaña. –quisiera sacarla a pasear. ¿Te gustaría venir con nosotras Kuga? El aire fresco te hará bien.
-Este…yo…
-Perfecto, ve a lavarte la cara y tú –hablándole a Shizuru -¿puedes ponerle el collar a Juliet? Es que acabo de arreglarme las uñas.
La castaña estuvo a punto de decirle algunas cosas a la pelirroja, sin embargo, viendo el rostro emocionado de Natsuki una repentina tristeza se apoderó de ella, sumado a las súplicas en forma de gemidos que daba la pobre Juliet. Shizuru no tuvo más remedio que ir a colocarle el collar y el paseador al akita, para así evitar quedarse ahí presenciando lo animada que se mostraba la morena por la visita inesperada.
Pocos minutos después que se marcharan (Nao tuvo que usar todas sus fuerzas para lograr que el animal le obedeciera) sonó el celular de Shizuru.
-Diga –contestaba de no muy buena gana.
-¿Shizuru-san?-una voz masculina se escuchaba al otro lado.
-Ah, Reito-san. ¿Sucede algo, a qué debo tu llamada?
-Veras es que yo… ¿quería saber si has planeado hacer algo hoy? Seguramente si, pero me gustaría poder pasar unos minutos a verte, ¿será posible? –el hombre intentaba no sonar demasiado ansioso.
-Ara ara, Reito-san es mi jefe, puede disponer de mi tiempo si así lo requiere.
-Shizuru-san es mi mejor empleada, aún así hoy es tu día libre, no suelo ser un jefe tirano. Mi llamada no es por razones laborales, quizá me expresé mal. –dijo en un tono algo apenado que produjo un poco de culpa en la chica.
-Lo siento, si gustas podemos vernos en el café del otro día en una hora después de todo me hará bien salir. -Pensó al final.
-¿De verdad Shizuru-san no tiene planes para hoy? –preguntaba sorprendido.
-¿Ara, por qué habría de tener planes? –algo desconcertada.
-Oh, ya veo. Te lo diré después. Nos vemos en una hora Shizuru-san. –luego cortó la llamada.
-Hoy ciertamente es un día bastante extraño. –dijo en voz alta la belleza de Kyoto, luego se encaminó al cuarto de baño.
ooOoo
A pesar de ser sábado, es bien conocido el espíritu trabajador de los japoneses que ni los fines de semana paran, Haruka se encontraba siguiendo las indicaciones de Shizuru dándole algunos toques a la escenografía y supervisando el sonido. Estaban a apenas seis semanas del gran estreno de la obra y todo debía ser perfecto.
- Haruka-chan, no deberías estar haciendo todo esto, es trabajo de Fujino-san –decía con su vocecita.
- Sino lo hago yo, no quedará perfecto. Además, bubuzuke me confió esta labor. –Yukino puso los ojos en blanco, realmente le fastidiaba escuchar a SU Haruka hablar de la castaña con tal veneración.
-Bien, esto ya quedó bien. Llamaré mañana a bubuzuke para avisarle que…
-¡Basta! no quiero escuchar nada más de Fujino… trabajo.
-Yukino… está bien, te invito a comer. –dijo finalmente la rubia.
-Te prometo Haruka-chan que pronto tendrás el lugar que mereces, estarás por encima de Fujino. –dijo la chica que sonrió tiernamente al mirar a la rubia.
-¿Eh, a qué te refieres con eso Yukino?
-A nada en especial, sólo que si te sigues esforzando así, seguramente pronto reconocerán tu esfuerzo.
-Eso espero yo también, aunque trabajar para Fujino no está tan mal, es una digna rival.
La chica de los lentes extraños tuvo que contener la rabia y en cambio mostrar una cándida sonrisa a su amada Haruka.
–bien, quiero comer Sushi, conozco un buen lugar. –dijo cuando dejó de morderse la lengua.
-Que "truculento" suena.
-Se dice suculento Haruka-chan.
ooOoo
Nao y compañía caminaban por el parque. Juliet estaba comportándose medianamente sociable con la pelirroja, para extrañeza de la morena. Quizá sería por las palabras que susurró Shizuru a su oído mientras le colocaba el collar. "Perdóname que te deje ir con esa bruja, pero confío en que cuidarás de Natsuki y no dejarás que se meta en problemas".
- Y bien Kuga, ¿cómo llevas lo de tu hombro? –preguntaba la pelirroja mientras que se sentaba en una banca, sin soltar el paseador de la akita.
-Pues, ya me siento casi recuperada, pero por precaución aún debo utilizar esta cosa –refiriéndose al cabestrillo. –el médico me dijo que…
-¿Y cómo vas con el plan para sacar a Shizuru de mi camino? –interrumpiendo a la morena.
-Este yo… -bajando la mirada –así que por eso querías salir conmigo –pensó tristemente. –sigo con mi plan, mantengo ocupada a Shizuru y así ella no te molesta.
-¡Kuga, la quiero fuera de mi camino! –dijo algo exaltada, lo que sobresaltó a la morena y puso en alerta a Juliet.
-No creo que eso sea necesario, Shizuru tiene derecho de estar ahí, hace un gran trabajo.
-No puedo creer que te escuche decir eso Kuga. Ya veo que tu lealtad ha cambiado y te importa más ella, lo entiendo, es que ella es tu novia y yo sólo la amiga.
-¡Ella no es más importante para mi que tu! –algo exasperada.
-Volvemos a lo mismo Kuga, necesito saber que no es así.
-Entonces ¿qué diablos quieres que haga? –ya de mal humor.
-Ya te lo he dicho, Shizuru es un obstáculo para mí. Mientras ella siga ocupando esa posición privilegiada en el proyecto no permitirá que yo surja como actriz. Pero creo que me has malinterpretado, no es necesario que ella salga de Estrella Roja EC.
-¿Ves? Eso suena más razonable de tu parte. –decía aliviada la morena.
-Con que pierda la confianza de Sakomizu y Reito-san, será suficiente. Mira, se que la chica tiene lista un par de partituras muy importantes, lo anduvo presumiendo por los pasillos. Por eso anda tan relajada y claro, con eso tiene muy contentos a los jefes. Si esas partituras desaparecieran…
-¿Quieres que yo robe esas partituras? –preguntó sorprendida la morena.
-Robar es una palabra muy fuerte Kuga, puedes entregármelas, y yo las guardaré hasta que falte muy poco para la premier. Luego aparecerán por ahí, no pasará nada pero la chica quedará como irresponsable. No la echarán, pero ya no tendrá el mismo estatus que ahora.
-Entiendo, no lo se Nao, no me parece…
Entonces, algo pasó con Juliet. La akita levantó la cabeza y de repente arrancó a correr, tirando consigo de Nao quien aún sostenía el paseador. La chica fue arrastrada con mucha facilidad por el animal que corría sin descanso por el pasto, los charcos, entre las personas que se apartaban a su paso, por la arena de los juegos infantiles, destrozando los montículos de hojas secas,... Siguiéndolas de cerca iba Natsuki, quien le gritaba a Nao que se soltara, pero ésta parecía no escuchar. Claro, dado los gritos que pegaba la pelirroja, qué podría escuchar.
En un momento abandonaron el parque y cruzaron la calle, milagrosamente el semáforo indicaba el paso de peatones, así recorrieron unos cuantos metros más, hasta que Juliet se detuvo en seco, provocando que por el impulso Nao chocara contra unos cartones y papeles apilados en una esquina, seguramente esperaban ahí para su reciclaje.
Minutos después apareció Natsuki y rápidamente ayudó a Nao a ponerse de pie, ésta era un completo desastre totalmente sucia, llena de ramas, charco, tenía raspones y escupía un poco de arena. La morena tuvo que servirle de apoyo porque la chica no se estabilizaba, si fuese una caricatura seguramente se habrían visto los pajaritos volando alrededor de la cabeza de Nao.
-¿Natsuki? ¿Juliet? –se escuchó una voz femenina con un suave acento de Kyoto.
-¿Nao-san? –habló el hombre que se acercaba a ellas.
-Oh por Dios, esto no puede estar pasando. –pensó Nao, con muchas ganas de abrir un hoyo en el pavimento y meterse en él.
Continuará…
yehi!!!!
ResponderEliminarme encanto!!!!
jajaja!!! comete esa Nao!!!
gracias por seguir publicando
... que Nat se ponga celosa y haga un puchero bien lindo!>///<!
espero con ansias el próximo capitulo
excelente cap, gracias por publicar Akari ^^, felicidades a Kaori D
ResponderEliminaryeiiiiii!!!!!!entrealla roja ec alfin de nuevo juntoas...espero q nopase demasiado tiempo para vernos de nuevo TT.TT
ResponderEliminarq bien grcias por la conti aunque tardado esta genial espero q pronto continues y no nos dejes esperando animo
ResponderEliminar*-*! muy buen capi n,n, me encantó :D. Espero ansiosa la continuación ^^
ResponderEliminarjajajaja ahora si ke le salio el tiro por la kulata a Nao jijijiji (~^.^)~
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