¡Hola Yurifans!
Feliz Halloween :)
Pues no, sus ojos no les engañan... tenemos continuación de Café à Paris *aplausos* y nuestro agradecimiento a Utena93 por continuar con esta historia que confieso es de mis favoritas.
No entretengo más, así que ¡a leer!
Autora: Utena93
Capitulo 6:
Días después de ese
malentendido, o lo que quiera que fuese, las cosas marchaban francamente bien.
Nos turnábamos en las tareas del hogar, salíamos de compras… Llevábamos una
perfecta vida de pareja, pero sin sexo.
-Oye
tú. Hora de levantarse. – Le dije a Inés.
-¿Y
tú qué haces despierta? – me preguntó somnolienta.
-Pues
prácticamente me has echado de la cama ocupándola tu sola.
-Es
una cama muy pequeña para dos personas…
-Es
una cama normal de matrimonio, a saber a qué tipo de camas estás acostumbrada, pero
si lo prefieres duermes en el sofá.
-Prefiero
dormir contigo...
-No
me cambies de tema, venga, ¡arriba!
Esos comentarios suyos
me desconcertaban bastante… llevaba días así. Que si prefiere dormir conmigo,
que si se le ha olvidado la toalla, que si estoy mona cuando me pongo nerviosa…
Yo creo que lo hace a propósito. Porque sé que es hetero, que si no… Alguien me
rodeo la cintura mientras cavilaba en mis cosas.
-¿Qué
haces…? – pregunté.
-Abrazarte.
La miré perpleja.
-¿Qué?
– preguntó – Vivimos juntas como cualquier pareja, estas cosas son normales… -
dijo haciendo un pucherito.
-Pero
es que resulta que no somos pareja. – contesté rápidamente.
Inés me miró enfadada.
-No
lo somos porque tú no quieres.
Y tan tranquila se sentó a la mesa a devorar el
desayuno que le había preparado.
-¿Qué?
¿Cómo que yo no quiero?
-Pues
eso, porque tú no quieres.
Muerta. Me dejó muerta. Respiré hondo.
-¿Y
cómo se supone que me tengo que tomar eso?
-Tómalo
como quieras. Me voy a la ducha ¿me acompañas?
Me quedé mirándola un segundo sopesando el no tan
grande que me decía mi cabeza y el sí desesperado que me gritaban otras partes
de mi cuerpo.
-Pues tú
te lo pierdes. Si quieres algo ya sabes dónde estoy.
Y así sin más, me
suelta una bomba como esa… Y lo peor de todo es que se queda tan tranquila. Me
acababa de insinuar poco menos que fuese su novia y que la acompañase a un
idílico mundo de placer y desenfr… a la ducha. Ya no sé qué creerme o qué no…
En ese mismo momento, en el que yo recogía, un poco alelada por la conversación,
los restos del desayuno, apareció Inés tapada, si se puede decir así, con una
minúscula toalla. Minúscula no, lo siguiente. Pienso que si se me pudiese haber
desencajado la boca y haber caído al suelo lo hubiese hecho.
-Perdona
Louise… ¿Me acercarías al trabajo en tu moto? Es que después no encuentro
aparcamiento si llevo el coche… - me suplicó.
Asentí por inercia viendo como se acercaba a mí
poco a poco y me daba un tierno beso en los labios.
-Gracias.
– sonrió.
Y aquí fue señoras y
señores donde me caí redonda al suelo y me di tal golpe en la cabeza que me
desperté. Tal y como pensáis, era un sueño, un precioso sueño que no hubiese
acabado si esa maldita usurpadora de camas no me tirase de ella todas las
mañanas. Debía de dejar de tener esos sueños… sobre todo porque cada vez me
cuesta más resistirme a los impulsos que me piden a gritos que la devore viva…
Ducha de agua fría sin duda, pero antes…
-Tú
– le dije a Inés. – Oye tú, despierta que ya es hora. Además luego querrás que
te acerque al trabajo y me toca esperarte. Venga.
-Déjame
en paz.
-¿Cómo
que te deje en paz? Venga.
-Hoy
no tengo que ir a trabajar… le cambié el turno a Vir… - contestó cabreada.
Suspiré. Tenía muy
malas pulgas por la mañana… niña pija mimada… Decidí dejarla dormir antes de
que me matara por abrir la boca otra vez. Pero justo antes de salir de la
habitación la Bella
Durmiente se dignó a hablarme con normalidad, más bien con
súplica.
-Louise…
¿me harías un favor? – preguntó con una dulce voz.
-Depende.
-Bueno…
es que le prometí a Vir… que ya que yo no iba a ir y que tu pasas por la
escuela, bueno, pues que la ibas a llevar a trabajar. – todo esto lo decía
mientras se acercaba a mí de una forma muy, repito MUY, insinuante – Te prometo
que te lo recompensaré.
Gruñí por lo bajo,
maldita niña pija… sabía cómo convencerme. A saber qué era para ella
recompensármelo, seguro que no tenía nada que ver con la idea que yo tenía en
la cabeza. Visto lo visto la dejé durmiendo y me dediqué a mis cosas, el
desayuno, recoger un poco, una ducha y salir pitando a recoger a su amiguita
del alma… Virginia. A ver, la chica me caía bien y además era muy guapa, pero
no hace gracia ser la taxista de nadie, que la gasolina corre de mi cuenta… y
así, refunfuñando, me marché. Pues nada, no me quedaba otra que poner rumbo a
casa de Virginia… un par de calles a la derecha, la siguiente toda recta, gira
a la izquierda y fin del trayecto. No había nadie. Genial, encima tenía que
esperar con ese cielo amenazante de lluvia.
-¡Lo
siento! – escuché a mis espaldas – se me ha hecho un poco tarde. De verdad que
lo siento.
-No
te preocupes, anda su…
En ese preciso
instante en el que iba a pronunciar la última sílaba de la palabra me giré para
ver a mi copilota… Recordaba bien cuando la conocí, sí, cuando pasó aquello
entre Inés y yo… pero no la recordaba tan… así, tan sumamente preciosa. Llevaba
unos shorts blancos, sencillos, ligeramente transparentes, que dejaban adivinar
su deliciosa ropa interior, el conjunto iba acompañado de una camiseta de
encaje rosa palo que combinaba perfectamente con las botas estilo militar y la
cazadora de cuero, ambas en color camel. Su pelo oscuro desafiaba a la gravedad
con cada rizo y sus grandes ojos grises parecían un trozo de aquel cielo
parisino siempre encapotado, y sin duda, su sonrisa era la más bonita que había
visto jamás. Me miraba risueña, divertida, con una expresión de tranquilidad
difícil de explicar con palabras.
-Sube –
completé.
Con un gracioso
saltito se colocó detrás de mí y, rodeando mi cintura, se agarró con fuerza
dejando su cabeza reposar sobre mi espalda, permitiéndome oler aquel
maravilloso perfume de lavanda con el que había impregnado todo su cuerpo. La
sensación que estaba experimentando era simplemente maravillosa, aquel aroma,
ese abrazo cálido y esta chica preciosa resguardándose del viento tras mi
espalda… Cuando me quise dar cuenta ya habíamos llegado a su destino, sin
cruzar palabra siquiera, y teniéndonos que resignar a una despedida inminente.
-Muchas
gracias por traerme. Ha sido todo un detalle por tu parte. – dijo agradecida.
-Le
plaisir est pour moi. Si alguna vez
necesitas ir a algún sitio puedes contar conmigo, me refiero, con la moto…
Bueno, que puedes…
-Que me acercarías encantada. – concluyó sonriendo
– Lo tendré en cuenta.
Con esa breve despedida era momento de galopar hacía
mi humilde labor como directora.
-Louise – Virginia reclamaba nuevamente mi
atención – me preguntaba… si serías tan amable de venir a buscarme.
-Oui,
bien sûr. – respondí inmediatamente y con los ojos como
platos.
-Merci
Beaucoup. Para agradecerte el favor te invito a una
copa esta noche, o tal vez dos.
Y con una sonrisa dibujada en la cara me marché,
dejando a aquella profesora novata con sus jóvenes alumnos. Estaba deseando que
pasara el día rápidamente para volver a ver a esa preciosidad y conocerla un
poco mejor. Aquel humor maravilloso se me notó durante toda la tarde, en el
rodaje, con los actores y actrices e incluso con mis compañeros de trabajo,
seguramente, hacía años que no me veían así.
-¡Eh! Louise ¿qué demonios te pasa hoy?
-¿A mí? Nada.
-Estás canturreando. Llevas todo el día
canturreando como un pajarillo. – dijo un extrañado Paul – Ah… no me digas que
ya has tenido fiesta con tu amiguita… - sonrió.
-¿Fiesta? ¿Cómo que fiesta?
-Ya sabes… fiesta, sexe.
-¡¿Qué?! ¡No! Para nada.
-Cualquiera lo diría viéndote así de feliz.
– su sonrisa picarona me decía que la conversación no iba por buen camino -
¿Qué tal es ella en la cama? ¿Es buena? Porque si es así no nos vendría mal una
actriz española… algo diferente ¿sabes?
-Paul… como no cierres la boca te la cierro
yo ¿entendido?
-Entendu. ¿Entonces por qué estás así?
-He quedado. Y no, no te voy a decir nada
más. Buenas noches Paul.
Dejando a mi jefe y amigo con la palabra en la boca
me marche a lo que sería mi cita… ¿cita? ¡Sí! Era una cita, toma, toma, tom… Relax. A buscarla se ha dicho, sí, que
ilusión, parecía un chiquillo con zapatos nuevos. Llegué como unos veinte
minutos antes de tiempo, pero no importa, la recompensa merecía la pena. ¿Qué
pasaría esa noche? Deseando estaba que pasasen esos veinte minutos… Uy mira, un
gato. Coches que pasan. La noche que cae lentamente. El cielo que ruge. Las
luces de la calle se encienden. Más tráfico. Una señora paseando a su perro.
Una pareja que sale de un portal. Una madre que regaña a su hijo por correr. Un
autobús. Más tráfico. El viento que aúlla. Música que se escapa de alguna
ventana. Un timbre suena… y ella sale.
-¡Hola! – sonrió.
-Hola – le tendí el casco mientras sonreía -
¿A dónde vamos?
-Al Picorer.
-Pero eso es un pub de…
-Lesbiennes,
oui. ¿No te importa no?
-Pas
du tout.
Continuará...
Oh, después de tanta espera por fin otro capítulo *_* odio cuando en toda historia siempre entra otra persona x_x te dejan con la intriga de: ¿con quién se quedará?
ResponderEliminarEn fin, muchas gracias por postear la continuación de esta historia, esperando con ansias la siguiente :)
*w* woow!!!!
ResponderEliminarquedo genial este capi
al principio me quede con la boca abierta!!!!
y resulto que era un sueño xDD
no puedo esperar x el prox capi xD
me pregunto que pasara en el pub *w*
Good Job Utena93!!!
Ja-ne
Holis:3 Apenas ayer empezé a leerla y para mi sorpresa que la hayan continuado<3 Gracias de verdade:3 Oigan podrían agregarme a Facebook:$ Soy Darinka Madariaga n.n Porfavor<3
ResponderEliminarpobre louis demasiada tentacion
ResponderEliminarS'il vous plaît continua este genial!
ResponderEliminarlo espero pronto...
merci!
Tout simplement fantastique!!!! J'ai hâte au prochain chapitre *u*
ResponderEliminarMe alegro de que os haya gustado!! Siento el retraso de verdad, pero apenas tengo tiempo libre para dedicarme a escribir... prometo sorpresas para el próximo capi y os ruego un poquito de paciencia!! Muchas gracias por el apoyo!
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