viernes, 19 de octubre de 2012

Tenshi no pocket (Un ángel en el bolsillo) Cap 7 y 8

Buenas!! Esta semana como la cosa va de ángeles os traigo la continuación de esta historia, són dos capítulos así que disfrutadlo! ;)


Tenshi no pocket (Un ángel en el bolsillo)
Autor: Ricchan
Capítulo 7. No hay nada que hacer


Hundida, sin saber qué hacer, Natsuki daba vueltas por el jardín de la residencia Takeshi. El primo de Shizuru se encontraba igual que la joven de ojos verdes, pero él se mantenía pensativo en su despacho, dilucidando la manera de alejar a Shizuru de Nishiki.

Fumi, Yukino, Nao y Miyu se encontraban en sus respectivos cuartos en el ferri que las llevaba de camino a Hokkaido y que tardaría algunas horas en llegar a puerto.

En la residencia Kobayashi, Shizuru seguía encerrada en la habitación que había sido puesta a su disposición. Estaba triste y pensaba en Natsuki, en que no la volvería a ver y en lo mucho que la amaba. No deseaba otra cosa que todo por lo que estaba pasando fuera una pesadilla y que pronto se despertaría al lado de la chica que se había llevado su corazón y su alma.

Ya de noche, frente a una mesa estaban Yamada, Natsuki y Take cenando o al menos intentándolo. Era un delicioso asado perfectamente decorado que olía de maravilla y tenía una pinta deliciosa. A penas comieron del él Take y Natsuki; Yamada repitió asado.

La peliazul y el joven primo de Shizuru se quedaron observando atónitos el voraz apetito del hombre tan siniestro que estaba con ellos. Después Take tomó una copa de vino y la bebía, mientras miraba a la nada.

La joven de esmeralda mirada observó por unos momentos al chico que tenía casi al lado. Era un joven atractivo, de cabello negro y ojos tan rojos como los de Shizuru. Ambos primos se parecían un poco, pero ella no podía decir nada más acerca de Take, pues no sabía cómo era interiormente, de hecho, supo cómo era Shizuru interiormente hacía dos meses. Ello le dolía. Había estado tan absorta en sí misma, que no se había percatado de lo que sentía su mejor amiga.

Unos golpes en la puerta, hicieron que tanto Take como Natsuki, salieran de sus propios mundos internos. Una empleada del hogar, pedía paso. Take se lo concedió y ella entró al comedor acompañada de un hombre de mediana edad uniformado al que le seguía un joven que no debía llegar a los veinte años.

-¡Ustedes perdones señores y señorita! – Dijo la empleada. – el ebanista acaba de instalar la puerta nueva señorito Takeshi .

-Muchas gracias, Keiko-san. Señor pase por favor. Dígame cuánto es la factura.

-Sí, señor. Debido a que era a última hora y según lo tarde que es… le tengo que cobrar más caro.

-Por supuesto. Sólo diga cuánto es y se lo daré.

En cuanto el ebanista y su ayudante cobraron, Take pidió que cenasen el resto del asado y que les acompañasen el personal de la casa que aún no había cenado. Mientras, Take, Natsuki y Yamada, marcharon al despacho del primo de Shizuru.

Los tres se pusieron en torno a una mesa de caoba iluminada por una lámpara de estudio.

-Los Kobayashi y mi tío llegarán en dos días e irán a la oficina del Grupo Kobayashi que tienen en el centro de Kioto, en el distrito de Kamigyo-ku. Sospecho que las reuniones que han tenido durante estos días sólo son para hacer efectivo el futuro contrato que unirá a nuestras firmas y lo harán en esa oficina que es el centro logístico de todas sus actividades. Yo figuro como número dos en la empresa de mi tío. Lamentablemente aquí son muy tradicionales y prefieren a un hombre al frente de los negocios; no obstante eso nos beneficia, pues mi tío no podrá hacer firme el contrato con los Kobayashi si yo no estoy de acuerdo y con ese motivo aparente iré al distrito de Kamigyo-ku. Allí pediré reunirme con mi tío antes que ellos. Yamada, usted debe provocar un tumulto o algo que distraiga la atención de los Kobayashi para que yo pueda sacar a mi tío de esa oficina y trasladarlo a un lugar seguro.

-Tu plan falla, Take. – dijo Natsuki. – Para sacar a tu tío sí es un buen plan, pero deberíamos sacar a Shizuru y a tu tío al mismo tiempo del lado de esta gentuza o tendríamos problemas.

-Ahí es donde entra Tsubaki. Cuando yo haya sacado a mi tío de la oficina, haré una llamada a Tsubaki y él tiene que sacar a mi prima del lugar y llevarla a un sitio seguro que le diré.

-¿Y qué harás con Nishiki? Porque no le será nada fácil a Tsubaki sacar a Shizuru de ahí sin que no lo sepa Nishiki.

-Eso es cosa de Tsubaki. Nadie mejor que él conoce los horarios de Nishiki y puede sacar a mi prima de ahí.

-Nat-chan tiene razón. No le será sencillo a Tsubaki porque cuando se desembarace de Nishiki, quedan más esbirros por el lugar… Es bueno en cuanto a sacar al señor Fujino del lado de los Kobayashi, pero no hay manera de librar de esas bestias a Shizuru-san…. Señor Takeshi… necesitamos más gente… Somos insuficientes.

Natsuki bajó la cabeza en cuanto Yamada terminó de hablar. El primo de Shizuru arrojó el plan al suelo y también la silla que tenía detrás. A eso le sucedieron largos minutos de silencio por parte de todos.

Hacia las 4 de la madrugada, Natsuki estaba en un cuarto que había puesto a su disposición Takeshi. Yamada estaba en otro y el propio Take en el suyo.

Habían estado horas pensando la manera de salvar a los Fujino de las garras de los Kobayashi, pero fuera cual fuera el plan, el resultado era el mismo siempre: eran pocos.

Rendida y sin apenas esperanzas, Natsuki estaba tumbada en la cama. Todo estaba en silencio y ella miraba la luna llena. Por un momento, le pareció ver la estrella roja a un lado de la luna, lo que hizo que se incorporara de golpe y fuera hacia la ventana, pero había sido un reflejo de algo, porque no había tal estrella.

La joven de cabello oscuro permaneció mirando al cielo por la ventana. Estaba en ropa interior a pesar de que fuera hacía frío. Lo notaba por lo helados que estaban los cristales del vano.

Durante un segundo, deseó volver a ser HIME; al menos si lo fuera, podría entrar con Duran donde estaba Shizuru y rescatarla, claro que si ella fuera una HIME, Shizuru también lo sería y con Kyohime podría destruir la casa Kobayashi, pero ya no eran HIME’s : ya no estaba Duran ni Kyohime ni los “elements”…. Ni siquiera Shizuru… esa chica elegante, indómita, de cabellera cobriza y ojos de rubí, tan segura de sí misma, tan calmada… tan buena actriz porque todo era una tapadera; Shizuru era una joven muy insegura, pasional, quebradiza… y suya. La mujer que todas y todos deseaban era suya. Toda Shizuru le pertenecía. Ella era la dueña de su verdadera sonrisa y de su verdadero ser, la dueña de sus ojos…. de sus labios… y recordó aquel beso que ella misma le diera en las ruinas de la iglesia de Fuuka Gakuen y cerró los ojos. Dos lágrimas cayeron por sus mejillas y se descubrió llorando gracias al reflejo de su rostro en la ventana.

Momentáneamente, notó que algo se movía. Una cosa se acercaba a la mansión Takeshi. Natsuki se limpió las lágrimas enseguida y abrió la ventana. Lo que se acercaba producía un ruido de motor: era un coche oscuro y se fijó muy bien en él.

En cuanto llegó a la entrada de la casa, Natsuki se vistió apuradamente. Salió de su cuarto con una recortada en la mano y marchó hacia la calle.

Corrió tanto como pudo y durante el trote, vio descender del vehículo a cuatro personas. Una de ellas desprendió un tono plateado y al segundo, la verja que cerraba la mansión emitió una serie de chispas y al instante, la verja cayó.

La chica de la que había salido el destello plateado se puso frente a Natsuki en un segundo. Era Miyu que con su espada había destrozado la verja.

La alarma sonó y el personal de seguridad acudió en un suspiro a la entrada de la mansión. También arribaron al lugar Take y Yamada ataviados con batas y en pijama.

-¡Natsuki! ¿Estás bien? – preguntó Fumi.

-Sí. ¿Qué hacéis aquí? ¿Cómo supisteis dónde estaba? –preguntó sorprendida la joven de cabello azulado.

-Digamos que después de cometer varios delitos gravemente tipificados por la ley. – respondió cínicamente Nao.

-¿Qué? – preguntó Natsuki extrañada

-Eso no importa ¡¿No te dije que esperaras antes de hacer alguna locura?! – inquirió Fumi.

-Habla la que más locuras nos ha obligado a hacer… - comentó burlonamente la de cabellos rojizos.

-¡Cierra la boca, Nao!- gritó Yukino. Las demás quedaron estupefactas.

-¿Quiénes son ellas? – preguntó Take asombrado.

-Son de confianza – respondió Natsuki.

-¡Mierda! ¡¿Qué problemas tenéis los de Hokkaido con las puertas?! – demandó Take mirando hacia la verja. Mientras ellas y ellos conversaban, la entrada a la mansión se había llenado de gente.

Finalmente la situación se aclaró y ahora se hallaban los siete conversando en el despacho de Take.

-Ara, ara… ¿Y ahora cómo llamo a alguien para que me arregle la verja con lo tarde que es?

-Pon a Kikukawa. Nadie espera ver en la puerta a un gamo en celo chillando. – dijo sarcásticamente Nao. Todos los demás con excepción de Take que se sorprendió, miraron a Nao con ganas de partirle la cara. Ella bosquejó una estúpida sonrisa.

-¡No puedo creer que hayáis hecho todo eso! – exclamó Natsuki.

-Yo tampoco…

-¡Nao! – dijeron las chicas.

-¿Qué? ¡Es verdad! De mí, de esta…- dijo señalando a Natsuki-…o de Mai y Mikoto se podría pensar, pero ¿Quién se lo imaginaría de la chacha de una HIME y de una mosquita muerta como Yukino? … ¡Qué cierto eso de “las apariencias engañan”! – Las chicas se miraron unas a otras, tenían que darle la razón a Nao. Sin embargo, Natsuki sonrió y se sintió feliz porque…

-Take-san, ahora sí tenemos gente para ejecutar tu plan. – Dijo Natsuki. Las siete personas que se hallaban en el lugar sonrieron. Sólo había que esperar unos días hasta que llegase el momento y hasta entonces podrían pensar detenidamente en todos los detalles.

En Kioto, a varios kilómetros de la mansión Takeshi, Shizuru estaba aún despierta. Tsubaki se encontraba con ella en la misma habitación.

-Fujino tienes que comer o morirás.

-¿Acaso eso te importa?

-A mí no, pero a mi jefe sí.

-¡Ah, es verdad! Debo vivir para casarme con tu jefe… No sé qué es mejor…

-…Mi jefe no es quien piensas.

-Ara…¿No es Kobayashi?

-Ahora ya no. – Shizuru observó a su captor con estupefacción. – Mi jefe ahora es otro. Me cansé de limpiar la mierda de Kazunori y de su puto hijo y de estar siempre escondido haciendo todo lo que me dice ese cabrón, como un puto perro…. Jamás quise esta vida… Tan sólo quería ser un simple guardaespaldas… y no supe serlo. Cuando incumples una vez la ley, debes incumplirla otra vez para tapar la mierda de la primera vez y después otra vez para tapar la mierda de la segunda …. Y así y así entras en un puto bucle de mierda del que no puedes salir… Tengo una mujer y tres hijos en Fushimi-ku que apenas me conocen y no puedo mirarlos a los ojos sabiendo que soy un mierda. Ellos no saben a qué me dedico.

-¿Por qué me cuentas todo esto?

-No lo sé… Cómete de una puta vez eso… seguro que hay gente que te quiere viva, no les jodas. – y en cuanto dijo eso, se fue del cuarto de Shizuru y lo cerró con llave.

Más tarde Tsubaki se fue a su cuarto. Se desnudó y preparó el baño. Cerró los ojos y se puso a pensar en su mujer y en sus hijos. Después un disparo con silenciador llenó de sangre la bañera de Tsubaki.

-¿Ya te deshiciste del traidor? – preguntó Nishiki a la persona que acaba de entrar en su habitación.

-Así es y no sabes cómo sangró el cabrón – contestó Ahn Lu.

-Jajajaja… Ven a la cama… Mañana tengo que avisar a Kazunori de lo de Junya.

Ambos apagaron las luces y durmieron. Mañana se desharían del cadáver de Tsubaki.



Capítulo 8. Futuro incierto



Esa noche el personal de la Casa Takeshi a penas durmió. Tuvieron que despertarse durante la noche, ver como arrasaban la verja de la entrada, luego la policía y por último preparar los cuartos de cuatro personas más.

A las 7 de la mañana, se despertaron las primeras empleadas para preparar el desayuno de los invitados. Take se levantó, mientras todos los demás seguían durmiendo.

El primo de Shizuru desayunó y después reunió a todo el personal en la cocina. Les dijo que debido a todo el ajetreo que hubo en el día anterior, les daba el día libre a todos.

Tras ello, él se marchó a su despacho y decidió llamar a Tsubaki, para conocer el estado de su prima, pero Tsubaki no respondía al móvil. Take entonces, pensó que estaría aún durmiendo o no podría responder; ya le avisaría más tarde, de momento fue a la cocina a preparar el desayuno de sus invitados.

Desde pequeño le habían marcado los patrones de las labores que debía hacer un hombre y las que debía hacer una mujer, por ello, él tuvo que estudiar duramente, asistir a kendo y a demás actividades consideradas masculinas y por el contrario, su prima debía asistir a ceremonias del té, Ikebana… sin embargo, cuando los primos se reunían, se enseñaban una a otro lo que habían aprendido en sus actividades. Para Take, Shizuru era su hermana y no su prima, pues desde niños, siempre habían estado juntos.

La relación cambió hace varios años cuando Shizuru fue llamada a estudiar en la prestigiosa academia Fuuka Gakuen. Durante ese tiempo apenas la veía puesto que ella ya no iba mucho a Kioto. Él lo entendía. La familia Fujino siempre fue dura en la educación de sus vástagos, pero con las mujeres era aún más rígida si cabía. Según los cánones Fujino, la mujer debía ser perfecta: saber cocinar con exquisitez, ser elegante, fina, educada. Una mujer se debía a su marido en cuerpo y alma y debía satisfacer todas sus necesidades así ella no lo quisiera, en definitiva: ser floreros muy caros. Muchas veces Take vio los severos castigos a los que Shizuru había sido llevada, por querer ser una niña como las demás o cometer el error de jugar cuando debía asistir a alguna ceremonia…A menudo la pequeña Shizuru estaba encerrada en un cuarto para que aprendiera la lección. Con él todo era menos rígido: él era un hombre. Take vio cómo su prima olvidaba ser una niña y se convertía en una muñeca de porcelana perfecta con todas las habilidades que a él le suponían innecesarias…

Sin embargo, algo ocurrió en Fuuka que logró romper los esquemas que le inculcaron con dolor y hacerla más perfecta, hacerla sentir, vivir, cosa que se le había olvidado a aquella niña de ojos rojos hacía tiempo. Take no sabía nada en realidad, pero ello tenía que ver con que había encontrado amigas diferentes: Natsuki y que quizás se habría enamorado… seguramente sería de ese chico, también de Kioto de la familia Kanzaki.

-¡Vaya! ¡No sabía que cocinaras! – exclamó Nao.

-Ara… ¡qué silenciosa! ¿Llevas mucho tiempo ahí? – observó Take.

-Acabo de llegar… Sinceramente, pensé que los hombres Fujino no hacían “cosas de mujeres”

-Jajajaja y en realidad no las hacemos… - dijo guiñándole el ojo.

-¿Eso quiere decir que te sientes mujer o cómo es la cosa?

-Eres muy ocurrente… Digamos que soy un Fujino diferente. Es más, ni siquiera me apellido Fujino, esa es mi madre. Mi padre es de otra raza.

-¿Te enseñó a cocinar tu padre?...¡Qué raritos sois en tu familia!

-¿Acaso está mal que un hombre cocine?

-La rareza recae en que eres un tipo rico, con una familia riquísima y eres un tio. Es raro que cocines. – afirmó Nao sentándose a la mesa y comiendo su porción de todo lo que preparó Take.

-En eso tienes razón, pero cocinar me ayuda a tener los pies en la tierra, no sentirme superior y a no morir de hambre cuando no están los empleados en casa. – Nao simplemente asintió y Take continuó cocinando.

Poco a poco llegaron el resto de las invitadas y comenzaron a desayunar. Take se sentó para acompañarlos y tener unas risas. El primo de Shizuru pensó para sí que esa casa jamás había estado tan llena de gente y le encantaba esa situación.

Después se levantó de la mesa, se disculpó por ello y salió fuera de la cocina.

Ya solo, decidió llamar a Tsubaki para saber cómo estaba Shizuru.

-¡Hola!- la voz que se escuchó al otro lado del teléfono no era la de Tsubaki. - ¡Qué ganas tenía de hablar contigo para decirte que la persona a la que llamas no se encuentra disponible en este momento, debe estar tragando barro en alguna laguna!

-¿Qué? ¿Quién eres tú?

-Shunsuke Nishiki y por cortesía deberías decirme quien eres tú, pero ¿sabes? Eso no me importa. La rata a la que llamas está muerta y te manda recuerdos jajajajaja… - después colgó.

Take fue absorbido por una gran tristeza, desesperación y frustración. Tiró el móvil al suelo con toda la fuerza que pudo y se echó a llorar. Cuando estuvo un poco más calmado, fue a la cocina.

-Tengo algo que deciros… - las otras personas se le quedaron mirando a la espera de que dijera aquello que debía contarles-…Tsubaki está muerto.

-¡¿QUÉ?! – preguntó Natsuki. Las demás la miraban. -¡¿Cómo que está muerto?!

-Esta mañana le llamé y no me contestó… Ahora cuando me fui volví a llamarlo y contestó Nishiki diciéndome que estaba muerto…

-¿Y qué hacemos ahora? ¡¿Qué cojones hacemos ahora?! – preguntó Natsuki a Take casi llorando. Luego abandonó la cocina dando un portazo tan fuerte que tiró un cuadro de la pared y abandonó la Mansión. Anduvo durante un tiempo hasta que llegó a un jardín trasero.

Allí sola, decidió dejarse llevar por sus sentimientos y lloró amargamente. Yukino la siguió y la observó a lo lejos, pero pronto regresó sobre sus pasos, sabía que debía dejarla sola…

En la Casa Kobayashi la puerta del cuarto de Shizuru se abrió de golpe, asustando a la joven de rúbeos ojos.

-¡Hola pequeña zorra! ¿cómo estás hoy? – Shizuru no contestó. – En fin… la verdad es que me da igual cómo estés… Quiero que sepas que yo estoy ¡pletórico! ¿sabes por qué?

-¿Acaso soy adivina?

- Buena respuesta. A ver que me respondes a esto: tu amigo Tsubaki ha muerto esta noche… Disfruta de tu estancia en esta casa hoy porque mañana ya vienen los Kobayashi y seguro que se toman su tiempo para ver el estado de la mercancía y… son muy concienzudos para revisarla… - dijo y guiñó el ojo -… tú ya me entiendes… - terminó y salió del cuarto cerrando la puerta tras él. Shizuru bajó la cabeza y comenzó a llorar pronunciando en bajo: Natsuki…

Natsuki no había querido comer. Se había encerrado en sí misma de nuevo y se mantenía alejada de la gente.

El sol ya comenzaba a esconderse y hacía frío, sin embargo, ella estaba en los jardines de la Mansión Takeshi, perdida en sus pensamientos.

Nao la encontró y se sentó a su lado.

-Kuga… Todos estamos mal y sobre todo, Take. Él es el primo de Shizuru-san.

-¿Ahora es Shizuru-san para ti?

-¿Acaso eso importa?

-…Todo lo que tenga que ver con Shizuru me importa, Nao. Y ya no aguanto más. Voy a ir esta noche a esa casa y voy a coger a Shizuru.

-Me parece bien y ¿Tienes alguna sustancia que te vuelva invisible? Porque no creo que pases desapercibida entre tantos cabrones con pistolas que pueden mataros a las dos. – Natsuki no dijo nada. Tenía que darle la razón a Nao. – Si yo no estoy sola, tú tampoco. Deberías dejar de ser tan egoísta y de cometer locuras por la gente a la que le importas y sobre todo por Shizuru ¿cómo se sentiría si se enterase de que has muerto por ir a rescatarla de forma inconsciente? ¡Joder, Kuga! ¡A veces pienso que tanto hielo te ha congelado el cerebro! - Dicho eso, Nao se fue y dejó sola a Natsuki que se quedó observándola hasta que se perdió de su mirada. Luego centró sus esmeraldas en una estrella del nocturno cielo.

Mientras en las noticias, había salido el cadáver de Tsubaki rescatado de un lago anexo al templo de Kinkaku-ji, símbolo de la ciudad de Kioto.

En un avión de de la línea JR West, que regresaba a Kioto desde Corea, el móvil de un hombre delgado, de estatura normal, moreno y tez oscura, sonaba. El ruido despertó a otro hombre que iba a su lado, un hombre de intensos ojos rojos, y a otro bastante más joven que los anteriores, de cabello moreno y tez oscura con ojos negros.

-¡Kobayashi Kazunori desu! Hola Nishiki… Entendido. Me parece un gran sitio para deshacerse de esas cosas. Supongo que habrá salido en televisión… Me agrada enormemente. Un gran trabajo, Nishiki, felicita a Ahn Lu de mi parte. Ha realizado un gran trabajo…. Estaremos en unas horas allá. Iremos directos a Kamigyo-ku . Llévala allá y enciérrala en algún departamento de la oficina…. Cuando lleguemos, te haré una llamada, pero preferiría que ya estuvieseis allí… Sí, a las 8 de la mañana estaremos allí. Ven a recogernos al aeropuerto de Kansai… que se ocupe de la “señorita” Ahn Lu. Hasta la vista Nishiki. – colgó el móvil y lo guardó en el bolsillo de su americana y acto seguido se dirigió a su hijo - Riju, Tsubaki era un traidor que ha sido asesinado. Mañana tendrás tu deseo. – E n la cara de Riju se formó una sonrisa triunfal. Taki Fujino estaba un poco asustado.

Mientras tanto en la Mansión Takeshi, preparaban la manera de entrar en la Casa Kobayashi y lo harían esta noche.

1 comentario:

  1. la haces mucho de emoción Ricci =( ... me dejas con ganas xD... espero tu pronta continuación
    Gracias por tu esfuerzo, y al staff del Baúl por públicarlo =)

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