Hola Yurifans!
Espero que estén pasando un buen fin de semana, sé que el blog no ha estado tan activo como nos gustaría y las excusas sobran, pero tenemos un par de proyectos entre manos, algunos nuevos otros son continuaciones que -aunque han sufrido algo de retraso- esperamos pronto poder compartir. En cuanto a las historias que están pendientes, repito, no está en nuestras manos; sólo podemos confiar en que sus autores pronto podrán continuarlas.
En fin, el material que hoy les traigo es sobre la pareja consentida del yuri: ShizNat. Seguro muchos recuerdan el Fanficion Estrella Roja Entertainment Company, pues bien, Kuga & Fujino es una pequeña secuela de dicha historia.
Espero que la disfruten y sigan pasando un buen sábado.
Autora: KaoriD
Kuga & Fujino
Capítulo 1: En mi lado del sofá
Absurdo.
Si tuviese que definir lo que estaba sucediendo en ese momento y cómo llegó a esa situación, esa sería la palabra.
Mientras se daba vuelta por enésima vez, echando al suelo otro cojín de aquel incómodo sofá, trataba de hacer memoria sobre qué exactamente torció las cosas hasta llegar a ese punto…
Habían ido a cenar con la "Pareja Colgate", como Natsuki usualmente llamaba a Reito y Mai, puesto que desde que eran marido y mujer no paraban de sonreír. Era la primera vez desde la boda que compartían un momento todos juntos como viejos conocidos. A Reito le costó que Natsuki aceptara que el pasado era pasado, pero gracias a la insistencia de Mai y a la buena disposición de Shizuru, la morena firmó la tregua con su ex rival. Finalmente, pudieron hacer coincidir sus agendas y se citaron en un acogedor restaurante.
La comida iba relativamente normal hasta que la pelirroja tuvo la brillante idea de empezar a hablar de su época en la secundaria, recordando cuando la morena y ella eran compañeras de clase.
-Hey Natsuki ¿y qué sería de la vida de aquel chico, el que fue tu novio? –luego de esa inoportuna y reveladora pregunta, Reito y Shizuru –quienes para horror de Natsuki a veces tenían gestos muy similares- evitaron elegantemente escupir sus respectivas bebidas.
-¿Natsuki tuvo un novio? –preguntaron en coro y la morena no pudo hacer más que mirar a la pelirroja con cara de asesina serial.
-Oh si que lo tuvo –continuó hablando, ignorando el gesto amenazante de la morena -aunque duraron muy poco, cómo era que se llamaba… Takeshi, Takamachi,… ah ya recuerdo, ¡Takeda! –comentó alegremente.
-Espera un momento… -inició Shizuru.
-Takeda como tu… -continuó el moreno.
-¿Ex Manager? –finalizó la castaña.
Ahora Reito y Shizuru completaban la frase del otro, esto comenzaba a ser realmente incómodo para la gran ex campeona mundial de motocross.
-Si, ese Takeda, gracias Mai por recordarme aquel episodio de mi vida.
Por supuesto, como era de esperarse, la cena culminó rápidamente. Más no así la curiosidad de la castaña que en verdad no entendía cómo la morena había ocultado tal información. Se sentía absolutamente segura de su relación y más aún, estaba cien por ciento convencida de que si fuese remotamente posible que su novia se fijara en alguien más, no sería Takeda así tuviese en su poder el último frasco de mayonesa del mundo. Además, sabía que el hombre llegó a ser el manager de Natsuki por decisión de terceros y no de ésta.
El problema realmente vino cuando, una vez a solas, Natsuki se negó rotundamente a hablar del asunto y contarle cómo fue que llegó a ser novia de Takeda durante su época escolar. Intentó de todas las maneras conocidas por ella a la hora de persuadir a su amante, sin embargo, fracasó olímpicamente.
Siendo esta la primera vez que le fallaban sus artes, una muy frustrada Shizuru optó por comunicar a su novia que prefería dormir sola esa noche y sutilmente le recordó que en el armario del pasillo había sábanas limpias.
-¡Es inútil! –exclamó, después de dejar caer el último cojín del sofá.
Se levantó de golpe y encendió la lámpara de la mesita junto al mueble. Luego fue hasta la biblioteca y después de mucho buscar, sacó un libro forrado en cuero, era un viejo álbum de fotos de su época como estudiante y comenzó a hojearlo. Llevaba varios minutos recordando sus tiempos en la academia, cuando sintió unas pisadas familiares.
-¿Me haces un lugar? –preguntó tímidamente.
La morena se hizo a un lado sin decir palabra, ni mirar a la castaña que claramente llegaba agitando bandera blanca.
-¿Qué pasa, te aburres en esa cama King size con colchón doble, semi-ortopédico y resortes independientes? –dijo, con un tono más duro del que esperaba.
-Hace casi tres años que no puedo dormir en esa cama King size con colchón doble semi-ortopédico y resortes independientes si no tengo a Natsuki junto a mi… lo comprobé durante la última temporada en que competiste.
-¡Ah! ¿por eso me diste la sorpresa en Osaka y te quedaste conmigo el resto del campeonato? –preguntó un poco más animada, recordando cuando entró a la habitación del hotel y encontró a Shizuru desnuda entre las sábanas de su cama.
"Enfoca Natsuki, no la dejes ganar tan fácilmente" pensó sacudiendo la cabeza un par de veces.
-Y si… –Shizuru también parecía haberse perdido momentáneamente en aquellas memorias, pero luego continuó –Natsuki, siento mucho lo de hace rato, no se qué me pasó.
-Yo si, piensas que no confío en ti lo suficiente como para contarte mi pasado –el silencio de la castaña fue suficiente afirmación –Mira, esta era yo durante mi último año de preparatoria –dijo en forma casual, señalando una de las fotos.
-Oh, pero que precioso y sexy cachorrito con cara de enojado.
-¡Shizuru!
-Lo siento, llevo catorce horas con veintitrés minutos sin tocar a mi Natsuki, mis hormonas hablan.
-Eh… si bueno eso… -dijo, sonrojándose.
-El punto es que exageré, lo siento y respeto que no quieras contarme.
-Está bien, no pasa nada –dijo, dándole luego un corto beso en los labios –sabes que confío en ti como en nadie más. Te contaré, sólo no me juzgues ¿vale?
-Te lo prometo, no te juzgaré.
-Bien, fue durante mi último año de preparatoria, Nao empezó a salir con un jugador de basket cuyo mejor amigo era un lerdo del club de kendo al que yo le gustaba. Entonces, el idiota novio de Nao, le pidió arreglar una cita doble.
-Y tu aceptaste porque te lo pidió Yuuki, ¿cierto? –Shizuru se tensó un poco ante la reaparición de ese nombre en sus vidas y comenzó a entender por qué su novia no había querido contarle. Sin embargo, recordó su promesa y al ver la mirada culpable de la morena, le hizo un gesto tranquilizador indicándole que continuara.
-La cita doble fue un desastre. Me aburrí horrores, Nao desapareció con el larguirucho ese y Takeda pasó el resto de la noche intentando hacerse el galán. Cuando comprendimos que Nao y compañía no regresarían, me llevó a casa. Al día siguiente me lo encontré saliendo de mi última clase, estaba al pie de las escaleras con un ramo de rosas y en cuanto me vio se puso de rodillas y gritó a todo pulmón que si quería ser su novia.
-Oh, pero que tier…
-¡No lo llames tierno! Ha sido la experiencia más traumática de mi adolescencia.
-Perdón, –dijo sonriendo dulcemente ante el monumental sonrojo de su chica, -entonces… le dijiste que si.
-¡No!... Bueno... la verdad es que no lo recuerdo, estaba a punto de bajar a partirle la cara cuando sonó la campana y todos salieron de las aulas encontrando la escena y comenzaron a gritar a coro "dile que si, dile que si,… que se besen, que se besen" –ahora Natsuki estaba acurrucada en su lado del sofá meciéndose ligeramente -¡incluso los profesores nos animaban!… no estoy muy segura de lo que pasó luego, cuando me fijé iba sola en un taxi abrazando un ramo de rosas. Al llegar a casa me encerré en mi habitación y grité a mi madre que no estaba para nadie.
-Normal, Natsuki entró en shock –dijo conteniendo la risa ante la imagen mental.
-El caso es que durante los siguientes dos días, según el tarado de Takeda, fui su novia.
-¿Por qué dos días?
-Fácil, era viernes y no volví a ver al imbécil hasta el lunes, sino habrían sido dos horas, cuando mucho. Lo peor es que el resto del curso en toda Fuuka creían que nos casaríamos al terminar la preparatoria –dijo y terminó dando un hondo suspiro –Bueno, ya te conté, ¿podemos ir a la cama ahora?
-Nop –la morena empezó a sentir cierto temblor en su ojo.
-Natsuki está castigada, no puedo revocarte la sentencia.
-Pero… pero… si dijiste que no podías dormir sin mi –dijo, con pose de cachorro abandonado.
-Es cierto.
-¿Entonces?
-Tendré que sacrificarme y quedarme acá con Natsuki.
-Pero el sofá es muy incómodo para una sola, ¡imagina dormir juntas!
-¿Quién dijo que quiero dormir? Te recuerdo… –dijo, consultando el reloj en la pared -quince horas y doce minutos…
-Shi-zu-ru…
Y sin poner mayor resistencia Natsuki se dispuso a disfrutar de su castigo.
Continuará...
Takeshi, Takimachi...¡Tamagochi! jajaja hubiese quedado mejor ;)
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