Tenshi no pocket (Un ángel en el bolsillo)
Autor: Ricchan
Capítulo 9. Descontrol
Hacia las doce de la noche, Anh Lu entra en el
cuarto de Shizuru, quien ya se encontraba en la cama, donde había estado todo
el día.
-¿No sabes llamar? – pregunta Shizuru.
-Sí. – responde la mujer de ojos grises y
dibuja en su rostro una sonrisa burlona. – Te traigo esto. – continuó posando
sobre una silla un kimono muy vistoso en tonos azules y violáceos. Shizuru lo
miró con desgana – Hoy llegan tus futuros esposo y suegro y debes estar
presentable. Han pedido que los recibas con kimono.
Tú y yo nos iremos en un
coche hasta Kamigyo-ku, a las oficinas centrales del Grupo Kobayashi y les
esperaremos allí muy tranquilas…- dice Anh Lu. – Más te vale que estés lista
para esa hora o tendré que venir a recogerte. Eso nos retrasaría y sería un
grave problema, sobre todo para ti. Así que se lista y no hagas gilipolleces.
¡Ciao, bella! – dice y se despide lanzándole un beso a Shizuru.
Una hora después, Nishiki estaba en cama. Había
empezado a llover y hacía viento.
Dos vehículos se aproximaban a la Mansión
Kobayashi. Uno era un furgón gris y otro, un coche de gama alta, negro. Ambos
vehículos llegan al muro que separa los terrenos de la mansión del exterior y
permanecen parados en un punto.
Los perros hacía tiempo que habían empezado a
ladrar y aún seguían haciéndolo. Varios miembros del personal de seguridad de
la mansión salieron a escrutar los terrenos. En total suponían un número de 6
personas. En el interior de una caseta anexa a la propia mansión se encontraba
el personal de vigilancia que eran 6 personas más.
Esa caseta estaba llena de ordenadores que
controlaban las distintas cámaras de vigilancia que había por toda la extensión
del terreno circundante a la mansión.
Existían dos cámaras en la verja, cada una
apostada sobre las columnas que formaban el umbral de entrada. Otras dos
cámaras se encontraban en la puerta de la mansión y varias más, colocadas en
las esquinas de los muros y otras dependencias como el garaje o los jardines
traseros.
Otros ordenadores controlaban los sensores de
movimiento apostados también por todos lados.
Tanto el personal de vigilancia como el de
seguridad se hallaban expectantes y un tanto nerviosos debido a los ladridos de
los perros, pero ellos no habían escuchado nada y no se veía ningún movimiento
en la verja, pues las cámaras no captaban ninguna oscilación en todo el
terreno.
Veinte minutos después, un coche negro
destrozó la verja de entrada y continuó sin pararse y a gran velocidad hasta la
mansión.
-¡¿Qué fue ese ruido?! – pregunta un miembro
del personal de seguridad al puesto de vigilancia, mientas corre hacia donde se
produjo el ruido.
-¡No lo sabemos! ¡Las cámaras no han grabado
nada y los sensores de movimiento tampoco han detectado nada! – respondieron
desde el puesto de vigilancia.
El coche impactó virulentamente y de forma lateral
contra una fachada de la mansión, destruyendo gran parte de la pared.
El primer ruido hizo que Shunsuke Nishiki se
despertara de golpe y se vistiera lo más deprisa posible. Cogió su calibre 44 y
un cuchillo militar y salió de su cuarto a carreras y a medio vestir.
Del interior del coche surgieron cinco
personas. Tres se quedaron en el exterior: una chica de cabello gris, una mujer
de pelo rosado y un chico joven. Las otras dos personas salieron por el lado de
dentro de la mansión.
Miyu, Take y Fumi estaban quietos, observando
a los hombres que acababan de llegar a su posición. El viento hacía que la
lluvia fuera incisiva, era como si se
clavase en la cara y dificultaba la visión. Los hombres sacaron sus armas y se
acercaban despacio a los jóvenes, apuntándoles con el cañón de sus pistolas.
En el interior de la mansión, una joven de
cabello rojizo y otra de esmeralda mirada estaban preparadas para actuar.
-¡Nao! ¡Úsala si es necesario! – gritó Natsuki
a la joven de cabellos rojizos, mientras le pasaba una pequeña pistola de
calibre reducido. Ella por su parte, llevaba su recortada. Nao asintió y se
separaron. La de cabello oscuro subió al piso de arriba, mientras que la otra chica
se quedó en el de abajo.
Fuera, Fumi, Miyu y Take habían formado un
círculo y en el medio se encontraba la cyborg. Cuando los miembros de seguridad
de los Kobayashi estaban lo suficientemente cerca, la robot, con un rápido
movimiento, los desarmó. Take y Fumi aprovecharon la sorpresa para golpearles y
abalanzarse sobre los nuevos hombres que llegaban al lugar con intención de
apresarlos.
En el interior, Natsuki había empezado a
recorrer todos los cuartos en busca de Shizuru.
Al final del corredor, en el lado derecho,
encontró una puerta cerrada. Tomó su recortada y desvencijó la cerradura,
dejando trozos de puerta en el suelo. Encendió la luz y vio sobre la cama, ropa
de Shizuru.
Encima de la mesa había un plato de comida que ni siquiera había
sido probado. Despacio, miró en todos los lugares del cuarto para darse cuenta
de que Shizuru no estaba. Llena de ira tiró la mesa al suelo, arrojando a éste,
todo lo que había sobre ella y luego se puso a buscar pistas por todo el cuarto
que le dijeran donde podría haber ido la de rúbeos ojos.
En la parte baja de la casa, Nao se metió en
la última habitación que le quedaba por mirar. Abrió deprisa la puerta y
encendió la luz. Despacio se introdujo en el interior del cuarto. Era una
pequeña habitación, seguramente perteneciente a alguno de los empleados que
ahora se encontrarían en la residencia oficial de los Kobayashi.
Iba a escrutar el baño cuando un ruido la
alertó, pero antes de que se diera la vuelta, unos brazos le oprimieron el
torso y su mano fue golpeada con fuerza contra el marco de la puerta haciendo
que su arma cayera al suelo. Nao gritó, pero una mano la amordazó.
-¡Cierra el pico o te rompo el cuello! – dijo
una voz tras ella con marcado acento de Kioto. Nao cerraba los ojos y apretaba
los dientes; la mano le dolía mucho. Nishiki apretaba con fuerza los brazos de
Nao contra el torso de ella, impidiendo que los moviera. -¿Duele verdad? –
preguntó Nishiki refiriéndose a la mano de la joven.
La chica de cabellos rojizos forcejeó, pero su
captor tenía más fuerza.
-¡Qué no te muevas, pequeña zorra! – le
amenazó el esbirro de Kobayashi. Nao aprovechó el pequeño desconcierto formado
por el forcejeo para asestar con el
talón un fuerte golpe en la tibia de Nishiki, lo que hizo que éste gritase y se
tambaleara soltando una mano. Entonces Nao sacó un cuchillo que había cogido
antes de marchar de la cocina de Take que portaba en el cinturón de la falda y
se lo clavó en el muslo a Nishiki; después hizo girar el filo del mismo en el interior del muslo del hombre.
Nishiki gritó y cayó al suelo. En ese momento,
Nao le pateó el estómago repetidas veces. En ese instante, Natsuki entró en el
cuarto y vio a Nishiki en el suelo, sangrando e inconsciente.
Nao respiraba muy alterada y miraba con odio
al hombre que yacía en el suelo. Al segundo, entraron Miyu, Fumi y Take.
Un tiempo después, Shunsuke Nishiki se
despertó. Le dolía la pierna enormemente. Estaba de pie y tenía atadas las
manos a la espalda con una cuerda que bordeaba una viga del techo y bajaba de
nuevo hasta las manos de una chica de cabello gris.
-¡Nishiki! ¿me oyes? – el nombrado miró a
quien le habló y asintió - ¿Dónde está Shizuru? – preguntó Take.
-No lo sé… - respondió abatido por el dolor.
Natsuki muy enfadada, pateó la herida de la pierna de Nishiki, haciendo que
éste fuera al suelo. Sin embargo, tuvo que volver a ponerse de pie, pues la
cuerda que lo sostenía podía romperle los brazos. Nishiki gritó de dolor.
-¡¿DÓNDE ESTÁ SHIZURU?! – preguntó la joven de
cabello añil.
-¡No lo sé! – Natsuki apretó con una mano la
herida de la pierna de Nishiki - ¡AAAAAAH! ¡NO LO SÉ, NO LO SÉ, NO LO SÉEEE! –
gritaba el esbirro de Kobayashi roto de dolor.
-¡NATSUKI PARA! – le gritaron sus amigos. La
joven miró al hombre que estaba al borde del desmayo y luego vio su mano
manchada de sangre.
-Yo…no…- balbuceó la joven. Fumi la abrazó.
-No digas nada… – le dijo la de pelo rosado y
la sentó en una silla. Natsuki de pronto sintió una sensación extraña. Se dio
cuenta de que había perdido el control, de que la furia la había cegado. De
pronto, dejó de escuchar la conversación que las personas de su alrededor
mantenían y pensó si había sido el sentimiento que ella había experimentado
hacía unos segundos, lo que condujo a Shizuru a destrozar el Primer Distrito y
se dio cuenta de que en realidad, no supo porqué le hizo eso a Nishiki…
-Yo… no lo sé… Ella estaba encerrada… en un
cuarto de arriba. Hoy tenía que reunirse con Kazunori y Riju en las oficinas
del Grupo Kobayashi en Kamigyo-ku. Yo debía ir… al aeropuerto de Kansai a
recoger a los Kobayashi y al señor Fujino y llevarlos a las oficinas.
-¿Y quién tenía que llevar a mi prima?
-…Ella… Ahn Lu.
-¿Qué? ¿La profesora que estaba en Fuuka
Gakuen? – preguntó Natsuki cuando se repuso
un poco.
-Sí. Ella en realidad trabaja para los
Kobayashi. – respondió Miyu. Natsuki se sorprendió enormemente. Jamás habría
pensado que aquella mujer tan tranquila y simpática fuera en realidad una
zorra.
-Y ¿Dónde están ahora? – pregunta Fumi.
-No lo sé…
-Soltémosle. Ya no nos sirve para nada. – dijo
Take.
-¿Por qué? Yo lo dejaría ahí… - respondió Nao.
Fumi y Take lo soltaron y lo dejaron en el suelo.
-¿Qué hay si dice algo a la policía? –
pregunta Natsuki.
-Aunque diga algo, no hay pruebas contra
vosotras. – afirma Yamada que venía acompañado de Yukino.
-Cierto. Las cámaras no grabaron vuestra
entrada en la finca. Los sensores de movimiento tampoco dieron señal y nadie se
creería que un grupo de siete personas, redujo a más de doce hombres en menos
de una hora. – advierte Yukino.
- De cualquier manera, esta gente está
vinculada a actividades delictivas y no llamarían a la policía. Además, a
partir de esta noche, nadie querrá ver su nombre unido al de los Kobayashi
porque pronto se conocerá la verdad sobre esta familia.- comenta Yamada.
Nishiki estaba tumbado en el suelo, mareado
por la pérdida de sangre y el dolor. Era incapaz de mirar hacia arriba. Sólo
pudo escuchar unos pasos que se alejaban antes de desmayarse.
Natsuki y los demás sí que lo miraron a él con
repudio.
Más tarde, Nao, Natsuki y los demás
abandonaron la mansión Kobayashi y se dirigieron en el furgón a la Casa Takeshi
ya que el coche había quedado inservible.
-Por cierto, Yukino, Yamada, gracias por
desarticular las cámaras y demás dispositivos de seguridad. – agradeció
Natsuki.
-De nada – respondieron ambos al unísono.
En la furgoneta, en el compartimento trasero
se encontraban Yukino, Take, Miyu y Nao; en la parte delantera: Natsuki, Fumi y
Yamada.
Nadie decía nada; se sentían frustrados por no
poder rescatar a Shizuru . Se miraban unos a otros unas veces y otras, miraban
a la nada, medio iluminados por los ordenadores y demás mecanismos con los que
habían desarticulado los equipos de vigilancia de la Casa Kobayashi.
En la parte de delante, la radio llenaba el
silencio con una canción de Gantz. Fumi miraba a Natsuki de vez en cuando. Ella
sabía que la Princesa de Hielo, ardía
por dentro al igual que todos. Esa noche el sentimiento de frustración fue más
patente que ningún otro día desde que esta odisea había comenzado.
Tiempo después todos estaban en sus cuartos.
Debían dormir algo antes de enfrentarse a los Kobayashi de una vez por todas.
Cuando se recompuso un poco, Nishiki observó
que tenía hecho un torniquete por encima de la herida. Tambaleándose, cogió un
coche del garaje de los Kobayashi y marchó a Kamigyo-ku.
En una casa antigua que estaba cerca de las
oficinas del Grupo Kobayashi, le recibió Ahn Lu.
-¡Dios Santo! ¡¿Shunsuke qué te ha pasado?! –
exclama sorprendida Ahn Lu.
-¿Dónde está Fujino?
-Está encerrada en el sótano, pero ¿Qué ha
ocurrido?
-Las amigas de esa zorra que tienes encerrada
casi me matan.
-¿Les has dicho algo?
-Sólo el plan que había para entregar a Fujino
a los Kobayashi en Kamigyo-ku… ¿Puedes ayudarme a sentarme? ¡Estoy hecho una
basura!
-Sí, claro. –responde Anh Lu, ayudando a
Nishiki a tomar asiento. Cuando él está sentado, de pronto ella saca una colt
con silenciador y le descerraja un tiro entre ceja y ceja – Como tú mismo has
dicho, estás hecho una basura y de la basura, hay que deshacerse…
Shizuru escuchó un ruido extraño, pero no supo
qué era. En la cama que ahora tenía en la casa de Ahn Lu, miraba al techo y
recordaba los hechos que la arrastraron a estar donde ahora se hallaba.
Continuará...
gracias por la historia.... me encanta cuando escriben shiz-nat.....
ResponderEliminarDisculpa esta historia la terminaran x k la verdad esta muy buena y me gustaria que seguiera
ResponderEliminarcuando será el siguiente capitulo???... me encantaría que continuara... la vdd esta muy buena... kiero saber k sigue
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