MAHUCUTAH

Hola Bloggers; tenía pendiente la publicación de éste post, una historia yuri basada en la mitología Maya escrita por una gran amiga Sakti del blog bodega del manga.
Atendiendo a la realidad estoy muy interesada porque se trata de la mitología que menos conozco, asi que aprendamos algo de historia con ésta gran aventura.

Os dejo con las palabras de Lady Sakti (muchisimas gracias por permitir que suba tu obra aquí, desespero por la continuación)

Mahucutah


Estimados Bodegueros:


Hace mucho, mucho tiempo, vino a mi una historia que me mantuvo gastando mis dias de vacaciones tanto en secundaria, preparatoria, y la carrera. Y digo que vino a mi porque la historia comenzo como una idea sinsentido, pero que al momento de escribirse termino por redactarse sola. Simplemente fui la antena y las manos por las cuales se colo hasta el mundo que conocemos. Se llama Mahucutah, que en Maya significa "La nada." Aquellos mas familiarizados con la historia mexicana, y mas especificamente, con las leyendas y mitos aztecas, recordaran la desgarrada figura de Coyolxauhqui, la Princesa de la Luna, cuando fue encontrada enterrada en piedra en la Ciudad de Mexico.



Mahucutah es la historia de esa Princesa. De su nacimiento y de su muerte, pero mas que nada, de aquello que sigue al mito azteca, cuando fue asesinada por su propio hermano Huitzilopochtli, el dios de la guerra. Es una historia que refleja mis propias dudas de la vida, de la muerte, y de que hay mas alla de estos contrastantes conceptos. Es una historia que no se estanca solo en la mitologia mexicana, sino que auna a sus filas de guerreros a todos aquellos que la humanidad a adorado.



Escribo de esto aqui porque a pesar de los anios esta historia solo ha sido leida por mis amigos mas cercanos. Quisiera atravesar por ese doloroso proceso de buscar editores, publicadores, encontrar un mercado, y demas sangrados absurdos que meyan la publicacion de primeros autores, pero en realidad pienso ahora que el mundo no es para hacerse dificil, sino para hacerse bonito. Al cuerno con el editor, el publicista y el mercadologo, si mi historia es leida y gustada sera la mejor paga que tenga.



Por eso mismo, y despues de mucho tiempo, he decidido colocar el primer capitulo de esta historia, con el unico deseo de despertar en ustedes, queridos lectores, las ganas de comentar sobre la historia, si les agrada o no les gusta, si es siquiera notable de despertarles aquel deseo de seguir leyendo, de no dejar de pasar la hoja hasta llegar al final.



Me sera, en muchos sentidos, benefico y gratificante.



Con mis sinceros deseos,



Sakti



MAHUCUTAH


Esta es la primera relación, el primer discurso. Todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil, callado, y vacía la extensión del cielo. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión.



Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu Gucumatz, los progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz. De grandes sabios, de grandes pensadores era su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que este es el nombre de Dios. Así contaban.



Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre.



Popol Vuh

II



De entre los hermosos arcos de Labná, una bella ciudad cerca de Chichén Itzá, surgieron las figuras de cuatro centenares de soldados ricamente ataviados. Capas de pieles de jaguar, aunados a tocados de oro y plumas de quetzal componían su atuendo, y a juzgar por su apariencia, poseían una fuerza extraordinaria, escondida tras sus rostros serenos. Eran dioses, estrellas del cielo guiadas por un astro superior.



Al frente de la armada iba una hermosa joven cuya blanca piel hacia inevitable el no verle pasar entre las calles de aquella ciudad. La belleza de su ropa, su rostro y sus ojos hacía honor a su título de Princesa de la Luna.



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Labná es una ciudad maravillosa, el diseño de sus arcos es algo que no tenemos en nuestras tierras



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Así es Coyolxauhqui, Princesa y hermana nuestra. La gente que sigue a Quetzalcóatl en esta región ha crecido en todos los aspectos, lo mismo sucedió en el origen tolteca



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->¿Aun sigue en pie Tula?



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Sí Princesa, pero regida por la maldad y sustentada por el miedo de sus últimos habitantes



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Es la decadencia lo que persigue nuestros pasos, por eso he venido a hablar con Quetzalcóatl



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Hermana nuestra, nosotros, las cuatrocientas estrellas Centzon Huitznahua, estamos para serviros en cualquiera de vuestros deseos



La gente salió de sus casas sorprendida al ver la caravana de guerreros cruzar por las calles de Labná. Al ver a la Princesa al frente, los aldeanos abrían paso admirando la belleza de aquella mujer.



A una orilla del camino estaba una anciana sentada sobre una roca, desgranando maíz. Su aspecto era el de una mujer humilde, pero de una forma mágica llamó la atención de Coyolxauhqui, la Princesa de la Luna, quien se acercó a ella y cortésmente la saludó.



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Buen día Abuela, os saludo respetuosamente, mi nombre es Coyolxauhqui, hija de Coatlicue



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Enhorabuena hija mía, conozco vuestro rostro, Princesa de la Luna, pero decidme, ¿qué es lo que os hace saludar a esta anciana? ¿Soy acaso digna de que me hable una diosa?



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Abuela mía, vuestra existencia comenzó antes que la mía, vuestra sabiduría es la que ha llamado mi atención, pues es ésta la que se adquiere en el paso por la vida. No existe ninguna diferencia entre nuestros pueblos. Por igual nos oye el Corazón del Cielo



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Veo que en vuestro corazón no existe malicia alguna Princesa Coyolxauhqui, pero si vuestro poder es grande, ¿por qué lleváis tan elevada escolta a tus espaldas?



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Ellos son mis hermanos Abuela, los Centzon Huitznahua, las cuatrocientas estrellas muertas por uno de los hijos de Vucub-Caquix, pero resucitados por el Corazón del Cielo cuando Hunahpú e Ixbalanqué se convirtieron en Sol y Luna. Así mis hermanos ganaron sus insignias.



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Muy noble es el que vuestros hermanos os protejan, Princesa, pero, ¿qué es lo que hacéis por estas lejanas tierras?



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->He venido a conocer al dios Quetzalcóatl, quien fue expulsado injustamente de Tula. Un momento de debilidad hizo que los toltecas olvidaran todos los años de bonanza que llevó a su ciudad. La infinidad de historias que he escuchado sobre sus milagros y su sabiduría me han motivado a buscarle, puesto que requiero de su consejo



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Debo confesaros, hermosa Princesa, que esta anciana que tenéis aquí conoce a quien buscáis.



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Abuela ¿Quetzalcóatl sigue en Chichén Itzá como nos fue contado a mis hermanos y mi? Hace una semana que partimos del Templo de Coatepec, pero no le hemos encontrado



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Hija mía, Quetzalcóatl al que buscáis se encuentra allá en Chichen Itzá, el Reino del Sur, desde hace varios meses. Él formó la ciudad con un pequeño campamento, pero sus enseñanzas y milagros llamaron la atención de la gente, mismos que hicieron crecer el lugar



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Espero encontrarle pronto



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Hermosa Princesa, ¿qué es lo que aflige vuestro corazón?



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Comenzó hace algún tiempo, mis ojos se llenan de lágrimas y de pronto llegan a mi mente visiones de destrucción y muerte



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Tomad estos granos de maíz y sostenedlos por un rato, después voltearéis el rostro hacia el cielo y los regaréis sobre la tierra



Coyolxauhqui tomó siete granos de maíz de la mano de la anciana. Por un minuto los sostuvo, miró al Cielo y extendió su brazo, abrió el puño y los granos cayeron. El hecho sorprendió a la Abuela: los granos amarillos y blancos se habían tornado negros. La Princesa retrocedió un paso y miró preocupada a la anciana y a sus hermanos, quienes atónitos clavaban su vista en aquel augurio de terribles calamidades.



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Hija mía, por ventura buscaréis a Quetzalcóatl, él es gran adivino y conoce al arte de echar itzaes. Bien sabéis lo que indican estos presagios. Id, y decid que os mando yo, la abuela a quien encontrasteis en Labná, él os recibirá con gusto



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Muchas gracias Abuela mía, recibid estos presentes como agradecimiento



Coyolxauhqui hizo una señal a sus hermanos, quienes mostraron a la anciana pieles preciosas y plumas de todos colores. Y se fue la caravana con la Princesa al frente. La Abuela permaneció en su lugar, y ante ella se postró Quauitlicac, uno de los hermanos de Coyolxauhqui.



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Decidme abuela mía lo que tengo que hacer, ordenadme, gran Abuela Ixmucané.



La abuela le miró un rato; recogió los granos de maíz del suelo y los tornó a su color original.



<!--[if !supportLists]-->· <!--[endif]-->Esto, hijo mío, será lo que haréis.
http://mangalamanga.blogspot.com/2011/10/mahucutah.html