Aya y Nadine (Oneshot)

Feliz domingo gente!

Hoy quiero compartir con ustedes un hermoso relato que nos ha enviado nuestra querida Ricchan, quien tiene una vena romántica incurable ^^

Me ha encantado la alusión a la mitología, a manera de guía he dejado algunos links explicativos dentro del escrito.

Espero que lo disfruten tanto como yo y dejen sus comentarios,

Autora: Ricchan

Aya y Nadine

En un tiempo muy lejano, donde el valor tenía nombre de escudo y se forjaba a espada, existía una joven hada, cuyo nombre Nadine, recorría con suavidad el aire y en su perfume las flores brotaban llenas de colores. Era una hada hermosa, como todas diréis, sólo que ella no era todas, ella era la única, la única que miraban mis ojos, la única con la que mi corazón se perdía. Yo no era hada, tampoco flor y mucho menos humana, yo solo era una pequeña duende que escondida entre el verde de mis ropas, solapada por los tallos, no hacía otra cosa que mirarla. Volaba como ninguna, ni siquiera tocaba el aire, sólo tañía el viento esbozando una tenue, pero bella melodía. Sus ojos carmín y su pelo cobrizo, su piel blanca en la noche brillaba más que la luna y su rostro, esculpido con ternura, sonreía a la naturaleza. Mi nombre Aya , una simple duende de ojos verde claro y cabello azulado, no podía más que mirarla y desearla con pasión, sintiendo cada vez que se alejaba un profundo odio por no poder volar y seguirla sin cesar. Lo único que me quedaba era escribirle poemas de amor cada 4 días, como siempre desde hacía 9 años, cuando yo tenía 12 y esconderlos en una pequeña gruta al lado del lago. Mi cobardía no me dejaba entregárselos en persona, ni decirle que la amaba.

Una noche de luna llena salí a buscarla. Sólo con verla volar ya me conformaba, pero no la hallaba. No supieron nada de ella durante dos días. Corrían rumores de que se había enamorado del dios Eolo, por su forma de besar el viento con las alas, también decían que había huido porque la diosa Perséfone la desterró de su reino o que la diosa Afrodita se vengó de ella por ser aún más bella que la propia diosa. Pensando en todo ello me senté en el suelo de un claro del bosque donde la hierba era fresca y tenía un perfume maravilloso. Una suave brisa acariciaba mi rostro y las estrellas brillaban tranquilas en el firmamento. De pronto un dulce canto se apropió de mis oídos y busqué a quien tan bella melodía daba sonido. El camino me resultaba conocido y el aroma a agua me decía donde estaba. Era el lago y en la gruta donde yo escondía mi amor había una luz. Corrí y corrí temiéndome que alguna malévola criatura descubriera mi secreto y lo que vi me dejó sin palabras. Era Nadine. Me escuchó penetrar en la cueva, alzó su mirada y me sonrió. Yo no pude sino, sonrojarme.

-¿Eres tú quien escribe tan hermoso? – me preguntó.

-Sí hermosa hada, soy yo – dije arrodillándome ante ella llena de vergüenza y temor por si me prohibía volverla a mirar.

-Mírame, como haces cada noche escondida entre los tallos de las flores,… – yo instintivamente, miré hacia ella, ¿cómo conocía mi secreto? –…mírame y dime si eres tú la que me escribe cada 4 días poemas de amor. – yo no entendía cómo podía saberlo todo – Una noche, cuando tenía 14 años volé hasta el lago para verlo. Estaba sentada frente a él y de pronto, escuché un ruido. Giré la cabeza y te vi, saliendo a toda prisa de aquí. Mi curiosidad pudo más y cuando tú te fuiste, vine aquí y leí el primer poema y aún hoy lo hago cada 4 días, leyendo todo lo que me escribes desde hace 9 años, intentando encontrarte otra vez aquí, pero nunca pude dar contigo de nuevo. Por eso vuelo todas las noches, buscándote sin poder hallarte para decirte que yo también te amo y besarte como lo voy a hacer ahora y como espero hacerlo para el resto de la eternidad…..

Fin