Hola yurimaníacas.
No, no es una broma, aun falta para el día d elos inocentes. Solo puedo decirles que estuve en exámenes y fueron horribles (vamos, como todos los exámenes de todo el universo)
Pero aquí les traigo un nuevo cap de este fic, que para ser sincera, ya deseo terminar, pero hay un elemento faltante, mi escáner (si de verdad lo estoy odiando tanto) porque deseo hacer las ilustraciones respectivas al caso.
Como muestra de que estoy desesperada, el dibujo de abajo que se ve mucho mejor en papel (lo juro jajajajaja) pero por falta de escaner (mas cam de última) pues bueno jajajajaja.
Les dejo un beso.
Ali
Capítulo XIX: Sangre azulRespiraba con dificultad. La verdad era que sentía mucho miedo, probablemente era como enfrentarse al mismo infierno. ¿Por qué hacía esto? Solo seguía órdenes. Cuando tomó ese trabajo, no pensó que algo así podría pasar.
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No me pagan lo suficiente como para esto – Pensó.
No podía cargar nuevamente su arma. Apretó los dientes y se aferró a esta, intentando, nuevamente controlar sus temblorosas manos y colocar la munición en el lugar correspondiente.
Sentía que las balas se le resbalaban de las manos, además de las gotas de sudor que resbalan por sus sienes.
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No puede ser, no puede ser, no pu…¡Bien!El arma estaba cargada. Apuntó y disparó, hasta vaciar sus municiones. Ni siquiera sabía si había dado en el blanco, pero como él, todos disparaban al mismo lugar, esperando acertar algún tiro y así acabar con todo.
La polvareda se disipó.
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No puede ser – lleno de incredulidad, veía como una chica con lo que parecía una lanza muy grande para ella, bajaba su arma y detrás de ella, una chica algo más pequeña, tenía dos objetos extraños en sus manos. Brillaban con tono amenazador.
Se levantó, como llevado por una fuerza invisible, que solo le decía que vaya a buscar refugio. Los estruendos en el aire, el sonido de las balas, el olor a sangre, esos eran los únicos signos del camino de muerte que había en el recinto, pues las pobres almas no tenían ni tiempo de gritar.
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Un herido – un pobre muchacho que seguramente, al igual que él, se preguntaba que diablos había salido mal, que era lo que sucedía. Lo arrastró hasta un pasillo extrañamente desierto y se escondieron detrás de un contenedor. Su rifle era inservible, así que tomó su pistola y la sostuvo contra su pecho.
- A-agh…
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Diablos…Silencio, muchacho – le tapó la boca, rogando por que no lo hayan escuchado.
Todo se puso extremadamente tranquilo y se le heló la sangre al escuchar unos pasos detrás de él. Cerró sus ojos, esperando lo inminente, pero nada sucedió. Miró tímidamente hacia un costado y al instante deseó nunca haberlo hecho. Esos ojos rojos terminaron por llevarse el poco de alma que aún tenía en el cuerpo. Volvió a temblar inconteniblemente. Era su fin…¿o no?