El Pacto - Cap. 10 Situaciones

Hola a todos nuestros lectores (o quizá sea a todas XD ). Me la he llevado larga estos días. Horarios complicados en el trabajo (duden de aceptar trabajar dos turnos cuandosu instinto se los diga) aunque una muy buena paga (algo bueno debía tener).

Y ya trayéndoles el siguiente cap de El Pacto. He convencido a Kaoru de que nos haga unas ilustraciones (por fin se digna) pero a esperar por si surge algún otro inconveniente. Y sé que muchas de ustedes andan un tanto desesperadas por el siguiente capítulo de delirium (me incluyo), pero tenemos que comprender que la autora realmente hace unos capítulos muy largos y sumamente interesantes (sin contar su vida personal que también toma tiempo) así que sean un poco pacientes :) tenemos que esperar un poco más.

En fin, yo me despido y nos vemos en el siguiente capítulo :) 

“En todas las partes de una vida, hay negro y hay blanco. Y realmente pocas personas pueden decir que tienen el gris”

Cap. 10  Situaciones

  Jamie se reincorporó lentamente de la cama. Su cabeza realmente se encontraba dando zumbidos. Miró detenidamente el colgante que pendía de su cuello. Se incorporó tambaleante y dió algunos pasos hasta lograr tenerse firmemente en pie.

“Aún es pronto andreakis”

- Calla Momo, estoy perfectamente bien, sólo es un poco de  mareo, ya se me pasará.

“Aún sigo pensando qué...”

- No digas más. Estoy bien, necesito tomar una ducha.

“¿Quieres que llame a María?”

- Estoy bien, en verdad - dijo mientras iba directo al baño.

“Me temo que tu pelo aún no está listo”

  Jamie miró su reflejo en el espejo del cuarto de baño. Momo tenía razón, su cabello aún se encontraba ligeramente largo. Sonrió mientras dejaba el agua correr en la regadera, sólo sería cuestión de tiempo en que volviese a la normalidad.

  Pensó detenidamente en las cosas que tenía pendientes. Rebecca Jones. La amiga íntima de Jessie. Era una persona interesante. Una mirada verdaderamente cargada, un atractivo visual definitivamente. Movió negativamente la cabeza mientras se decía que por el momento no. Ya tendría oportunidad más adelante...quizá.

  Por otro lado, Jessie no había logrado conciliar el sueño tras hablar con Becca. Sus ideas innovadoras muchas veces eran un dolor de cabeza. La fotografía era genial en ella, pero su decoración exigía demasiado. Tenía mucho que pensar tras lograr que todos se reuniesen para llegar a un acuerdo.Dió un suspiro y cerró los ojos nuevamente. Quería descansar siquiera dos horas más. Dió media vuelta en la cama hasta quedar boca abajo. Cerró los ojos y en su mente recordó el suave cuerpo de Julieta. Hacía mucho que no despertaba con ella ni nada suyo alrededor.

  Realmente extrañaba a esa zorra. No, se corrigió mentalmente. Becca le estaba pasando sus malas frases, palabras y demás. Aunque le hubiese puesto el cuerno, Jessie sabía perfectamente que dentro de sí, Julieta aún movía montañas. Y por eso mejor se mantenía un poco distante de todo.

  Dió una vuelta más sobre la cama y pensó que lo mejor era levantarse ya. se sentó al borde de la cama mientras se daba un estirón. Era tan relajante. Esa era la noche del viernes que había estado esperando. Tenía que elegir perfectamente que llevar. Aunque ahora que lo pensaba mucho mejor. Era más rentable salir y comprar algunas cosas nuevas y no había nada mejor que las tiendas de Oxford Street.

  Pasó a ducharse y arreglarse ligeramente. Se saltaría el desayuno, ya comería algo por allí. Bajó las escaleras tranquilamente mientras tarareaba algo incoherente. Y se detuvo en seco al pie de las escaleras. Jamie Andreakis se encontraba cómodamente sentado en el recibidor leyendo algunas noticias recientes. Y Jessie instintívamente supo que ese era el Jamie que ella conocía.

- ¡Hola! le saludó alegremente.

- Hola Jess - respondió Jamie mientras dejaba el periódico a un lado para mirarle - ¿vas a algún sitio?

- Pensaba ir a comprarme algo de ropa. Saldré con unos amigos hoy por la noche y me parecía bastante buena la idea de tener algo nuevo en el guardarropa.

- Es lógico pensarlo - le sonrió - ¿puedo acompañarte? no tengo nada que hacer por el momento.

- ¿Es tu día libre? - le preguntó Jessie.

- Bueno, ayer llegué en las peores condiciones que me he logrado ver, así que hoy me he tomado el día, que es diferente. Supongo que me lo merezco.

- Eres el jefe - suspiró Jessie

- No le veo diferencia alguna. Por cierto, la señorita Jones es bastante simpática.

  Los focos se encendieron en el cerebro de Jessie. Jamie realmente le desconcertaba a veces. ¿Realmente había estado con ellas el día anterior?

- Becca tiene ese atractivo.

- No dejo de pensar en las ideas de decoración que sugirió. Aunque en verdad me parecen algo exóticas. No pude prestarle la atención debida. Me sentía fatal. Afortunadamente hoy estoy muchísimo mejor - le sonrió nuevamente mientras le guiñaba un  ojo.

- Esa es una buena noticia - contestó Jessie mientras intentaba sonreír. Nuevamente se encontraba confundida ¿qué diantres estaba pasando con ella? ¿se estaba volviendo loca?

- Entonces...¿nos vamos? - preguntó Jamie mientras le ofrecía el brazo izquierdo.

  Jessie sonrió, se sentía como en alguna película de esas antiguas. Donde el galante caballero esperaba a la dama para invitarle a algún baile en alguna pista rodeada de mesas. Sólo que el galante caballero estaba vestido de una forma bastante informal.

- Este es un gesto muy galante Jamie - le comentó mientras se tomaba del brazo - pero sabes perfectamente mis preferencias ¿verdad?

- Señorita - contestó Jamie - por ningún momento las he olvidado - le aclaró mientras sonreía de la misma forma que Sara y Jessie sabía que eso era algo mucho más confuso que todo lo anterior.

  Sin embargo se extrañó totalmente al notar que no había auto alguno en el estacionamiento. Sólo se encontraba el suyo.

- ¿Me dejarás llevarte por fin? - le preguntó con una mirada traviesa. En alguna ocasión le dijo acerca de conducir ella pero Jamie se negó.

- No en esta ocasión - sonrió - Salieron del estacionamiento y ya fuera de la casa, Jamie se encaminó hacia el sendero que llevaba a la playa.

  Jessie le siguió sin saber muy bien de qué se trataba hasta que vió un muelle pequeño que no se lograba divisar desde la casa y detenido allí un yate. Inmediatamente soltó una risa que extrañó demasiado a Jamie.

- ¿Ocurre algo?

- Ayer me preguntaba cómo habías llegado si no había auto alguno estacionado.

- Ahhh - contestó Jamie - dejé el auto en un depósito del puerto. Muchas veces es mejor dejar a la prensa un poco desubicada.

- ¿La prensa?

- Si. Estuve en una cena de negocios hace dos días. Y una persona totalmente desconocida era bastante empalagosa. Ya luego me enteré que era una modelo - explicaba Jamie mientras le hacía subir al yate - no me la pude quitar toda la velada de encima - abrió la puerta - tuve que pedirle ayuda a mi traductor para decirle que tenía que retirarme.

- ¿No le dijiste que no te interesaba?

- Hay personas que no entienden razones - se encogió de hombros  mientras avanzaba y encendía el yate - ten cuidado.

- Si estaba detrás de tí dudo que te dejara abandonado a tu suerte tan fácilmente.

  Jamie sonrió pícaramente antes de responder.

- Bueno, eso es cierto. Pero las personas tenemos nuestros métodos para perder a las gentes que no nos interesan.

- Es raro que un hombre desprecie a una mujer guapa. Sobre todo si es una modelo - dijo Jessie mientras le miraba suspicazmente.

- ¿Realmente lo crees? - le preguntó Jamie mientras le sostenía la mirada - a mí no me parece extraño - se encogió de hombros - cuando tienes otros intereses las otras personas pasan a segundo término.

- No sabía que tenías una novia.

- No es nada mío....aún - contestó Jamie mientras miraba el mar - nos estamos acercando. Así que si quieres ponte unas hermosas gafas de sol - le guiñó el ojo - es hora de tomar otro atajo.

  Jessie comprendió a lo que Jamie se refería muy pronto, atracaron en el puerto vestidos como una pareja regresando de un corto paseo en yate. Incluso tenía preparado un sombrero para el sol y una cesta vacía que simulaba haber estado llena.

- Sonríe querida. Deben estar esperando que saquemos un auto pero en realidad tomaremos un taxi como cualquier otra persona - le dijo mientras entregaba las llaves del yate a una persona tras pagarle la renta. Jessie casi se carcajeaba cuando notó que la persona que tomaba el dinero del arrendamiento del yate era Adrián. ¿A qué demonios jugaba Jamie?

  La respuesta le vino inmediatamente cuando notó que dos personas se empezaban a retirar frustradamente al no hacer intento alguno de ir al depósito de autos y detener a un taxi que abordaron.

- Parece que has tenido mucha diversión últimamente.

- No te imaginas cuanta, cariño - seguía Jamie con una voz algo cansada - así que preferiría no ir hoy a casa de tu madre a comer.

- Y yo que quería pasar el día con ella - contestó Jessie mientras sonreía.

  El trayecto fue breve mientras llegaban a un lugar bastante rápido. Le pagaron al taxista que se alejó mientras ellos caminaban un poco. Jamie llegó a una casa pequeña y tras abrir la puerta entraron. Jessie estaba un poco intrigada. Pero luego comprobó que en ese lugar no vivía absolutamente nadie. Era una fachada que Jamie estaba utilizando para desplazarse dentro de la ciudad sin ser visto.

- ¿Cuando has hecho todo esto? - le pregunto.

- Unos días antes - se encogió de hombros . ¿nos vamos? - le preguntó mientras le tendía la mano para llevarle al pequeño estacionamiento.

  Jessie no podía evitar reírse de las cosas que este individuo se ingeniaba para salir a hurtadillas de los lugares. El auto que se encontraba allí era diferente del que ella recordaba.

- ¿Al menos puedo saber cuantos autos tienes?

- No, a menos que por cada uno de ellos te decidas a darme un beso como castigo - le contestó mientras encendía el motor y la pequeña entrada se despejaba para salir.

- Entonces no me digas nada - le contestó ella un poco confundida.

- ¿Ves? - continuaba Jamie - siempre encuentro la manera de evitar las cosas que no quiero decir - terminó divertidamente mientras la miraba - ahora si, es hora de irnos.

  Era de cierta manera extraño mirar las calles junto a una persona que no fuese una chica. Pero también de cierta forma, Jamie estaba portándose más como un hermano mayor que nunca había tenido y ella iba suponiendo que ciertamente era esa la manera en la cuál era vista.

- La otra vez entré a tu habitación - soltó ella de forma repentina.

- Lo sé.

- Y ví a alguien se que parece a tí.

- Eso no es secreto para mí.

- ¿Quién es el chico detrás de tí? - soltó ella de una forma que no dejaba a dudas que estaba considerándole como una chica.

- Es mi hermano mayor - respondió Jamie sin ningún rastro de duda o temor en su voz.

  Jessie volteó a verle en ese momento. Ahí estaba. Realmente había dos Jamie. Una Jamie mujer y una Jamie hombre ¿pero qué significaba eso?

- Entonces tú... ¿eres una mujer?

- No he dicho en momento alguno que lo sea - respondió - y tampoco tengo afán de darte esa respuesta ahora.  

- ¿Eso qué significa? - preguntó Jessie aún más confundida que nunca.

- Lo que es - respondió Jamie mientras tomaba una curva - El llevar un vestido no te hace una mujer, así como llevar pantalones no te hace un hombre. Es algo lógico.

“Andreakis, esas frases tuyas debes tenerlas bajo derechos de autor” - sonaba la voz en su mente -  “la chica realmente te ha pillado en un momento bajo y tú decides contarle del otro Jamie”

  Jamie se mantenía con la mente tranquila mientras le respondía a momo, que era una manera de mantener a Jessie alejada de la habitación donde el otro Jamie dormía tranquilamente.

“Vaya manera que tienes de mantener alejada a la gente de las cosas” soltó momo, visiblemente contrariado.

- Realmente no sé qué decirte - terminó de decir Jessie - tú eres una verdadera caja de sorpresas.

- Me halaga la buena impresión que tienes de mí - le contestó Jamie mientras sonreía pícaramente.

  Jessie volteó en ese momento a ver a otro lado. Ciertamente con la respuesta de Jamie sobre su persona, ya no estaba segura de que Jamie, éste Jamie, fuese el hermano mayor lindo y encantador que ella esperaba. Visiblemente andrógino, en diferentes circunstancias tan femenino. Jessie se encontraba virtualmente noqueada por la avalancha de situaciones que se estaban desencadenando. Porque recordaba perfectamente que María había dicho “la hermana del joven Jamie”.  Así que este Jamie era mujer y estaba completamente segura ya, de que la persona que había conocido Becca era el verdadero Jamie Andreakis.

  Las pequeñas piezas del rompecabezas empezaban a tomar parte en su mente. Becca conoció a una chica que no era la persona que estaba en la casa del la playa. Becca. Se le iluminó el rostro. La persona del bar que Becca había conocido, era quién estaba sentada a su lado en ese momento.