domingo, 7 de abril de 2013

Delirium - Capítulo 14

Hola Bauler@s,

Si, acá con ustedes está la tan esperada continuación de Delirium...

Que la disfruten :)

Autora: Aru

Capítulo 14: Nuevos sentimientos, viejos recuerdos 

Shane entró totalmente desconcentrada a la sala de estar después de ver a una preocupada Lily desaparecer por las escaleras, y si no fuese sido por la mano de Alice, guiándola en el corto sendero, de seguro se habría estrellado contra la pared.


-¿Dónde habías estado?-reprendió la platinada, queriendo decir más bien: “¿Dónde habías estado con ella?”
-Resolviendo unos asuntos gerenciales del restaurant-Mintió con voz seria, evitando por esa noche cualquier discusión que Alice pudiera demandarle. Su cabeza no estaba en la tierra en ese momento, y mucho menos para encuentros tontos con su compañera, más bien, divagaba entre todos los hechos, y en cómo su mente calculadora la había traicionado. Necesitaba seriamente sentarse a replantear todo lo relacionado con Lily, porque muy en lo profundo, y aunque ella misma lo negase, algo definitivamente no era igual. ¿Desde cuando Lily se había vuelto importante, tan demandante en su mente? Al principio de todo no hubiese tenido problema alguno para asestarle un balazo en la cabeza cuando tuvo la oportunidad de hacerlo, sus instintos afinados nunca flaquearon ante el avistamiento de una necesaria muerte. Y recordó cómo de alguna manera, la Sarah confinada en su interior la imposibilitó de hacerlo.

Sarah, eres la culpable de todo eso” Gruñó en su interior, recordando con algo de amargura lo sucedido aquella noche, y todo los problemas que se habría ahorrado de haber podido matar a la rubia en aquél mismo instante.

Definitivamente, ese ente oculto misteriosamente en su interior era el responsable de que Lily viviera, pero ¿Por qué? Por más que se repitiera esa pregunta incesante en su mente, no podía hallar la respuesta. ¿Por qué Sarah emergió para proteger a Lily?

Ella no es Anna, Sarah” Pensó con algo de dolor, esperando que su subconsciente pudiese escucharla y entenderla.

Su mente volaba a mil por segundo mientras una parlanchina Alice le comentaba a la familia de cómo su cita en Francia había sido pautada, y que debía tomar un vuelo a París en unos días.

Me has metido en un jodido problema. Teníamos un trato, ¿recuerdas?” Seguía reprochando en su interior, como si alguna parte dentro de ella misma le escuchase.

Sinceramente, ya no había nada que hacer con respecto a la introducción de Lily a la vida de la familia Taylor, las cosas habían salido tal y como el destino las había acomodado y Shane tenía que mover las piezas que tenía en el tablero como mejor pudiese. Al final de todo, matar a Lily ya no era ni una remota opción.

“Tampoco quiero hacerlo…”

Ese profundo pensamiento salido de los confines más inhóspitos de la oscura alma de la vampiresa le tomó seriamente por sorpresa.

Lily representaba un pequeño rayo de luz que cobraba cada vez más fuerza dentro de la espesa niebla que siempre rodeó a Shane desde su nacimiento. La rubia cobriza era más que una chica común, y eso había encantado y disgustado a la pelirroja desde un principio, esos orbes mieles completamente desafiantes ante la imponente e intimidante figura de Shane, esa actitud de “vete al diablo”, y la indiferencia de “me importa un comino quién seas”. Nadie nunca había tenido el valor de enfrentársele, nunca nadie la había tratado así sin recibir un balazo como premio.

Hasta la misma oscuridad siempre tuvo temor a Helena.

Definitivamente había encontrado la horma de su zapato, una hermosa horma inteligente, correcta.

Shane se había dado cuenta a lo largo de los meses como ellas dos representaban un blanco y un negro bastante contrastante. 

Y no importa si no me escuchas, eres una malnacida ¿Has entendido? Una malnacida.”

Si, estaba bien, Lily le gustaba, quizás demasiado para  lo que se consideraría prudente.

Se revolvió un poco en su asiento y luego de unos momentos Charles depositó en su mano una pequeño vaso de cristal, lleno generosamente de whisky con un par de cubos de hielo. Shane agradeció enormemente el cómo el señor podía leerle la mente con tal perfección.

-¿Te pasa algo? Te noto algo cansada-Comentó Will desde su asiento al notar que Shane escuchaba todo con aparente atención, pero sus ojos cerrados y la cabeza apoyada en su mano dejaban ver una cierta indiferencia. El tintineo suave del hielo contra el vaso de cristal comenzaba a tranquilizar a Shane.
-La mafia acabará con mi vida. Los humanos son cada vez más inútiles-Volvió a mentir, mientras dejaba escapar un suspiro de cansancio y cruzaba las piernas. Ambos hermanos alzaron una ceja.
-Vaya, no sé si sentirme ofendida con ese comentario-Replicó Alice, con una media sonrisa en el rostro.
-No deberías, hace mucho que te hice dejar de ser humana.-Sonrió Shane con algo de malicia, aún con una pesadez en sus ojos, miraba con pereza. Alice se enrojeció violentamente, mientras Will y Charles sólo rieron un poco.
-Eres una idiota, ¿Lo sabías?-Soltó en algo de defensa. Pero su hermano no la dejó continuar.
-¿Qué ha pasado con ese añorado estacionamiento que querías? No te he visto poner nuevamente las manos sobre el asunto.

Shane se acomodó en su asiento, como si de una nube se tratase, y recostó su cabeza en el espaldar-Esos problemas ya los resolví, y me costaron un viaje a Hawái cinco estrellas con todo pago para el gerente y su la familia, más 50.000 dólares. Me fue difícil quitárselo al gobierno, pero creo que el esfuerzo lo vale. Esperaré a que ese regordete infeliz vuelva de gastarse mi dinero para firmar los papeles de propiedad.

-Y será tu nueva pista de Hot Wheels…-Completó Williams con una sonrisa.
-Puedes apostarlo-Rio un poco la vampiresa.

Estuvieron charlando alrededor de una hora, y luego de que Alice se fuese a dormir, y Will partiera para otra de sus fiestas, quedó por fin solo Shane, a solas con sus pensamientos, aderezados con una buena capa de meditación.

Asuntos como esos necesitaban un trato especial, Lily se lo había ganado después de todo, así que después de resolver que necesitaba aire fresco, aunque congelado lo tuviese, abrió su expensa privada de reservas especiales y sacó una botella de The Macallan 1926 , un whisky tan ostentoso como ella misma. Tomó una caja de cigarrillos, un abrigo, una copa, y junto con su añorado licor, salió a refugiarse en la espesa niebla descendiente del jardín trasero y un frío que le congeló los huesos le dio la bienvenida con los brazos abiertos.

Caminó hasta una de las sillas de sol posadas junto a la recubierta piscina, y confiada de que del frío el whisky se encargaría rápido, prendió ágilmente un cigarrillo y dejó que su mente volase por todo lo alto.

Estuve a punto de besarte, Princesa…”

Luego de recordar levemente ese momento; el haber tenido tan cerca al hermoso rostro de la rubia, visto sus labios tan de cerca, y sentido su delicada y acelerada respiración, su corazón dio un violento tumbo dentro de su pecho, y una fugaz corriente atravesó la base de su espalda, para terminar en un fogoso calor que se esparció por todo su rostro.

“¿Me estoy… sonrojando…?”

Se sorprendió a sí misma en esas circunstancias.

No, no podía ser, definitivamente no podía ser cierto lo que por su cabeza estaba pasando, de ninguna manera, imposible.

Su mente le traicionaba,  traviesa, jugándole bromas pesadas e inoportunas, haciéndole recordar el momento en que la había visto en el campus leyendo un libro, escribiendo en su notebook, charlando con su amiga; recordaba el cómo le pareció sumamente hermosa luego de detallarla en aquél examen, lo irreverente que fue luego de descubrirla en ese departamento en ruinas luego de aquella pelea, el desafío que propuso ser cuando la trajo por primera vez a su casa. Ese fuego en sus ojos que nunca parecía apagarse sin importar qué.

Pero por más que pensara en cuán maravillosa era Lily, no podía desviar su vista del objetivo. El secreto de los vampiros siempre había sido un delicado hilo el cual Shane se vio en la obligación de proteger a toda costa, pero con lo que nunca contó fue con atravesarse con un par de ojos hermosos y con una Sarah protestante que no la dejó actuar según sus instintos la vez que fue descubierta por rubia.

Matar a Lily no fue una opción desde el principio. Sarah se mostró interesada en ella en el comienzo de todo y era algo que la vampiresa debía averiguar, el por qué tal interés por una desconocida.

¿Debería intentar matar a Lily una segunda vez?

El sólo pensar en eso hacía que algo dentro de Shane se retorciera en dolor y agonía, casi como si un agujero se tragase sus entrañas. Una segunda alarma contra lo impensable que rondaba por su astuta mente.
“No, no puedo permitirme sentir algo por ella” Se demandó.

El amor para los vampiros mucho más que ser sólo amor, se trataba de un lujo extremadamente peligroso y arriesgado por el que muchos de su especie habían muerto.  Permitir a Lily entrar aún más en la vida de Shane significaba no menos que un giro de 360º. Significaba el replantear siglos de una estrategia y forma de vida que habían garantizado tanto la supervivencia de su familia, como la de ella.

No estaba segura si algo podría pasar con Lily, no estaba ni siquiera segura de caerle bien, pensaba las cosas casi instintivamente siempre con tendencias hacia lo peor y por un momento no se dio cuenta de que daba por sentado que Lily ganaría más terreno.

Que todo dentro de Shane pasase a ser de un celeste ártico, a un dorado intenso era un cambio que simplemente le ponía reticente, pero una voz de auxilio dentro del alma de la vampiresa clamaba por algo de luz, y podía sentirlo claramente en su interior, pujando, martillando, volviéndose cada vez más fuerte y viral. La figura dorada emergía de su mente casi inconscientemente.

 Algo en ella quería eliminarla, sacarla de su vida para que todo volviese a ser como antes, pero así como los pensamientos oscuros estaban, protestaban aquellos que deseaban seguir conociendo a Lily, adentrarse en esos orbes color miel, y sentir algo de la luz cálida que emanaba de ellos. Sentía que estaba en un verdadero problema. Su mente luchaba en contra de los tumbos de su pecho sin poder darle tregua al encuentro.

Por primera vez en su vida, Shane libraba una guerra consigo misma.

Charles no pudo evitar observar desde dentro de la casa y con algo de preocupación, la osadía con la que Shane se encontraba sentada junto a la piscina, abrigada hasta al cuello, con una botella de whisky a un lado, y con una caja de cigarrillos al otro, más pensativa de lo normal, más preocupada de lo normal. Viendo la inmensidad del cielo y la serenidad del agua, sus ojos celestes dejaban ver una ligera bruma de confusión que el señor sólo había visto pocas veces en ella.

Deslizó suavemente la puerta al jardín trasero y el frío inmediatamente se hizo sentir, los perros aullaron levemente ante la incomodidad y corrieron rápidamente escaleras arriba al que ahora era uno de sus lugares favoritos, la habitación de Lily.

Charles avanzó hacia afuera sin mucha molestia y con su característico paso señorial hacia la vampiresa.

-Noche fría la de hoy…-Comenzó el señor-Tal parece que habrá pronto una ventisca, y muy fuerte. Prepararé su sangre en dado caso que sea necesario un abastecimiento extra…
Shane no se inmutó y Charles guardó un breve silencio para comenzar a hablar nuevamente.
-Señorita…, no he podido evitar notar que hay algo que le molesta desde que volvió de su reunión… ¿Puedo aventurarme a pensar que se trata de la señorita Lily?

Al escuchar su nombre, la pelirroja cerró sus ojos y soltó un suspiro cansoso que no pasó desapercibido por Charles; se llevó la mano del cigarrillo a la frente, masajeándola con los dedos. El señor le conocía tan bien que era un experto en adivinar con certeza qué cosas rondaban por su mente.

-Veo que he acertado.
-Que terrible problema…
-¿De que se trata?
-Estuve a punto de besarla, Charles…-Aventuró a decir Shane, añorando ese dulce néctar que hacía un par de hora estuvo a punto de degustar, y sintiendo con amargura una frustración que le carcomía el corazón desde dentro-Por un momento… todo dejó de importarme, el plan, la distancia, la prudencia, todo; sólo la vi y como si mi cuerpo actuase por su cuenta, comencé a acercarme a ella. Y no sólo quería satisfacer un deseo, Charles, de verdad yo… de verdad deseaba besarla...

Sus últimas palabras detonaron más que su significado, una carga de preocupación y deseo fluyeron a través de ellas, terminando en un ligero silencio de expectación.

Charles guardó un leve pausa, las preocupaciones de Shane siempre habían significado las de él, pero ésta vez, debía confesar que el que eso fuese todo lo que tuviese a su señora preocupada, en vez de los licántropos, era un enorme alivio.

Podía comprender los enredos de la vampiresa a la perfección, sin embargo…

-¿Podría ser que usted…?
-No lo digas. Por favor no lo digas.-Cortó Shane inmediatamente, con un tono suplicante y negando con su cabeza.-No quiero pensar que yo…
-¿…Está enamorándose de la señorita Lily?

Shane guardó un silencio sepulcral al oír tales palabras que resonaban como un vago eco en su mente, pero que al parecer podían materializarse en la vida real y causarle un vuelco en el corazón que se sentía más bien como un hueco en su pecho.

-No, no creo Charles, de verdad no lo creo-Cortó inmediatamente.
-Señorita, si me permite que lo diga, siempre ha mantenido la distancia prudente con el sexo femenino, viéndolas hasta ahora como un mero pasatiempo, pero a decir verdad, nunca la había visto tan interesada en una mujer desde-
-Anna, lo sé, lo sé.-Atajó en el aire con algo de recelo. De dio una calada a su cigarrillo más un trago de whisky.
-Es absolutamente válido pensar que la señorita Lily fue especial desde un principio… Para ambas… Es decir, definitivamente algo vio Sarah en ella que la separó del resto de las chicas, no sé exactamente a qué se referirá, pero ella ha tenido desde siempre, una impresión más detallada de las personas que usted.
-Y es por eso que la odio.-espetó Shane con voz amarga-Tuvo una oportunidad de enamorarse, disfrutó la vida, y lastimosamente las cosas no salieron como esperaba. ¿Qué me quiere decir con la presencia de Lily? ¿Qué ve en ella lo mismo que vio en Anna? ¿Qué quiere regresar de nuevo para volver a vivir otra historia de amor? Definitivamente no, eso no pasará. Ya tuve suficiente con los acontecimientos de la primera vez…
-No creo que Sarah pretenda regresar, señorita. Porque de así serlo, ya habría dado mayores indicios de violencia.
-No quiero ni pensar en la otra posibilidad…
-Pero es así, señorita Shane. Ambos sabemos los verdaderos motivos de Sarah al intervenir entre Lily y usted.

Otro silencio como muchos otros en esa noche se apoderó del ambiente, pero ésta vez uno pensativo, de reflexión, de iluminación.

-Sarah quiere que me enamore de Lily…-Soltó Shane casi en un suspiro de resignación, como aquél fantasma que sale de un cuerpo, como ese último aliento.
-Exactamente.-Corroboró Charles, quién había dado con esa conclusión hacía mucho tiempo atrás.
-¿Pero para qué…?
-Creo que ambos también sabemos la respuesta a esa pregunta, señorita…
-… Malnacida.
______________________________________

La distancia existente entre la puerta principal y la puerta de su habitación habían supuesto menos de milímetros cuando se dio cuenta de todo lo que estuvo a punto de pasar hacía unos instantes.

Luego de cerrar con cerrojo el umbral tras ella, y estar de nuevo en la seguridad de su habitación, Lily no pudo hacer más que sólo intentar recobrar el aliento. Se tiró en su cama de un solo brinco y llevó sus manos a su rostro ‘¿Qué estuvo a punto de pasar allá abajo?’ Se regañó así misma sintiendo su corazón tan acelerado que casi podría haber salido disparado de su pecho. ‘Estuviste a punto de besarla, eso fue lo que pasó tonta’ Seguía aseverándose a sí misma.

De alguna manera no podía creer por más que lo intentase que estuvo a nada de cometer el error más grave que pudo cruzársele por la mente. ¿Besar a Shane Taylor? ¿Era una broma acaso?

Su cuerpo y mente le habían traicionado por completo, más sinceros que esquivos, sus ojos quedaron conectados por décimas a los de Shane,  y sin premeditarlo, sus labios ansiaron encontrarse con los de ella.
-¿Me gusta? No puede ser que me guste, no, no lo creo. Imposible.

Al igual que Shane, Lily se negaba rotundamente a darle esa explicación a sus extrañas acciones y reacciones. En la vida podría imaginar jamás que una persona como la vampiresa podría colarse en su correcto corazón.

‘Tan arrogante, tan egocéntrica, tan vehemente, tan… hermosa… Espera, ¿Qué?’

‘Hermosa’ definitivamente no era la palabra con la que hubiese querido culminar. Gruñó en descontento y se levantó precipitada de la cama, dando grandes zancadas en círculos por toda la habitación, lista para un monólogo consigo misma.

-¿En qué estabas pensando, Lily? ¿En qué estabas pensando? De todas las personas que podrían haberte atraído, tuviste que elegir a Shane Taylor ¡Shane Taylor, por Dios Santo! Quizás el único ser viviente de todo el mundo incapaz de amar. Quiero decir, si, es hermosa, inteligente, divertida, y de alguna manera, su arrogancia la hace ser algo encantadora…. Pero eso no quiere decir que puedas sentir algo por ella. ¡Definitivamente no!

Luego de regañarse, demandarse y sermonearse, soltó otro gruñido de exasperación y se tiró nuevamente en la cama, ésta vez, aferrándose a su enorme almohada y hundiendo su rostro en ella.

Lily estaba convencida de que si bien la imagen de Shane para ella había cambiado, no lo habían hecho las circunstancias y los hechos. Ella seguía siendo vampiro, era una asesina y mafiosa cuyo don principal era doblegar y manipular a los demás a su voluntad.  Totalmente su opuesto y sin mencionar, mujer.

¿Desde cuándo se había vuelto tan normal en el mundo el amor entre personas del mismo sexo?

De verdad que ella nunca se proyectó con una mujer. Era cierto que nada había resultado con los chicos con los que salió alguna vez, y que había sentido atracción por una que otra chica, pero llegar a casa de su familia con una tomada de la mano era simplemente ridículo, incluso si de Shane se tratase.

Además de eso, ¿cómo saber que la vampiresa no estaba simplemente bromeando cuando estuvieron por besarse? Ese pensamiento tenía bases muy sólidas en cuanto a antecedentes. Shane estaba acostumbrada a tenerlo todo con solo desearlo, un mero beso no significaría más que otro en la lista. Lily podía verse a sí misma como un ínfimo capricho, no más que eso.

-Pero ¿Y si realmente deseaba besarme?

Pensar que Shane Taylor podría sentir algo por ella le acongojaba, pero hacia a unas pequeñas mariposas en su estómago estremecer.

Entre pensares y pensares, su mente corría a mil por segundo, mientras podía sentir como su rostro no dejaba de ruborizarse aún escondido entre la almohada. Estando ahí revolcada sin saber qué hacer, comenzó a hacer una necesaria retrospectiva de la situación.

¿Cómo fue que el rechazo se convirtió en atracción?

Desde que podía recordar, Shane siempre fue una rompecorazones. El hecho de que sus conocidas enloquecieran al verla por el campus le resultaba como una mosca en la sopa, y nunca fue capaz de sentir eso que sentían las demás, sin embargo no pudo negar cuán bella era la pelirroja. Todo su físico encajaba en un cuadro de dedicación perfecta a la belleza, era casi irreal.

Siempre le molestó su actitud altanera, la misma con la que los niños de su infancia le habían tratado durante toda su niñez; luego del incidente no le parecía más que una asesina despiadada y poco después de notar el interés que Shane tenía en ella, sólo pensó que la veía como un objeto de deseo.

¿Pero por qué ahora sentía las cosas diferentes?

Le había conocido mejor, eso había ocurrido.

Después de Shane haberle dado la suficiente confianza como para permitirse el poder conocerse, se dio cuenta que todas las capas que ella odiaba en la vampiro habían sido, sin darse cuenta, delicadamente retiradas, dejando por fin ver el centro de su personalidad.

La Shane que había conocido esa noche era divertida, cariñosa, gentil, interesante, carismática y conversadora; era todas esas cosas que siempre supo valorar en alguien que es auténtico. Eso le había impresionado, pero gustado enormemente al mismo tiempo. 

‘Las flores…’

Recordó de repente el racimo de flores que le había hecho llegar a su oficina con uno de sus poemas favoritos. Nadie nunca se había tomado la molestia en concederle tal detalle, pensó por segunda vez ante ese gesto. Había sido algo tan bonito, tan detallista, y aunque Shane pudo no haberlo hecho con intenciones románticas, y la mismísima Lily no haberlo apreciado en su momento, ahora se daba cuenta lo que la vampiresa podía llegar a hacer cuando estaba interesada en alguien.

Por más que intentara negarse a sí misma que los hechos del pasado sólo habían sido cosas arbitrarias y hasta algo infantiles, esa parte de ella que revoloteaba ante la esencia del cuero exclamaba todo lo contrario. 
Nuevamente, no podía creer que sentía atracción por Shane Taylor.

Al concluir eso, un gruñido gutural se coló fuera de la almohada, y con algunas patadas infantiles al aire, se incorporó nuevamente, recordando que ni siquiera se había desvestido y que procuraría tomar un baño caliente para desocupar su mente.

Entró al baño y abrió la llave añorando ya que la tina se llenase para sentir el tibio roce del agua tibia contra tus tensos músculos. Las prendas que cubrían su delicado cuerpo bajaron de ella suaves y sedosas, lentamente, quitaba cada parte con cierta meditación, aun pensando en todo lo pasado esa noche, aun pensando en Shane.

Alzó su rostro para verse en el espejo, su maquillaje yacía ya un poco desgastado, y su cabello había perdido con medida su perfecta forma. Preguntándose el tiempo que estuvo así de imperfecta durante la compañía de a vampiresa, una leve preocupación colmó su mente, más bien, una cierta vergüenza.

La tina por fin se llenó, y casi como si de la fuente de la juventud se tratase, sintió el efecto inmediato del agua caliente en su cuerpo, se recostó, cerró los ojos y suspiró profundamente.

Por más que tratase no podía sacar de su mente a la pelirroja. No paraba de imaginar qué habría sentido y pasado si se hubiesen besado. Toda su muralla se vendría abajo sin ya una razón para estar ahí ¿Hubiese querido más? No lo sabía, ni quería saberlo. ¿Y luego de eso qué? ¿Volver a ignorarse como si nada hubiese pasado? Para Shane probablemente hubiese sido así, pero Lily era de las personas que no se tomaban un beso a la ligera. Muy probablemente luego de pasado un tiempo habría pedido una explicación, pero ¿La posibilidad de que Shane le dijera de manera amena que sólo había sido un beso sin importancia? Sería como pensar que ella misma no valía como tal, esas probables explicaciones vanas le hacían molestar con sólo pensarlo.

Con sus manos masajeó sus ojos suavemente.

-Tranquilízate Lily, no contabas con esta carta, pero debes pensar qué hacer…-Se decía así misma mientras el agua caliente trataba de hacer su efecto, cuando de repente-… ¡La carta!

Entre tantos atavíos, pensamientos, acciones y palabras, se le había olvidado por completo que había tenido consigo la carta de T.M. durante toda la noche, y que en ningún momento recordó el tener que mostrársela a Shane.

-Perfecto, ¿ahora qué se supone que hare? ¿Fingir que nada pasó y mostrársela con mi mejor cara actuada?
De verdad que en esos momentos no se le ocurría ni siquiera como mirar a Shane al día siguiente, ignorarla, hablar con ella, eran dos posibilidades totalmente opuestas entre sí, que sabía que no importaba cuál escogiera, ninguna podría terminar en una solución permanente.

Luego de pensar qué hacer durante unos veinte largos minutos que duró su baño, no resolvió nada. Se vistió para dormir, secó su cabello, cepilló sus dientes y se acostó en la suave y acolchonada cama que la recibió con cariño.

Demasiadas cosas habían pasado en esos últimos meses, tantas que con ellas podría escribir un libro perfectamente. Escribir… hacía tiempo no venía a ella algún buen poema, por lo menos no uno que valiera la pena ser escrito; había dejado más de una docena inconclusos y ese era un buen momento para pensar en cómo terminarlos ya que, luego de todo lo agitado de ese día y su mente aun trabajando al ciento por ciento, sabía que se le haría prácticamente imposible conciliar fácilmente el sueño.

Buscó en su mesa de noche un lápiz y su libreta de poemas, hasta que se topó con un objeto que había olvidado por completo.

-El diario de Anna…-susurró por lo bajo-¿Cómo pude olvidarlo?

Inmediatamente sus planes de escribir poemas fueron totalmente obviados para darle paso a un repentino y olvidado deseo por seguir averiguando quién había sido Sarah, y su relación con Shane.
Abrió el libro viejo en la página en donde lo  había dejado por última vez.

Leyó por dos horas aproximadamente y todo relataba lo mismo de siempre, una lucha diaria por soportar el dolor de la pérdida de un ser querido. Sarah no aparecía por ningún lado hasta que, repentinamente, una nota llamó finalmente su atención.
2 de febrero de 1830
Ayer pasó algo increíble, no, algo mucho más que increíble, extraordinario. Pero creo que tendré que comenzar desde el principio…

Últimamente algo extraño había estado pasando en todo París, repentinamente gente comenzó a desaparecer, ruidos extraños en los techos de las casas, inmensos estruendos provenientes de todos lados, destrozos de edificios y propiedad pública sin razón aparente…, lo más extraño es que todo sucede en la noche. En el día, la ciudad esta tan agitada como siempre lo ha sido, pero en vista de los extraños sucesos inexplicables que nadie ha podido resolver se estableció un toque de queda hasta la seis de la tarde para ‘proteger la seguridad civil’, las autoridades hacen rondas nocturnas, puedo escuchar sus pasos desde la ventana de mi departamento.
Como sea, realmente nunca me imaginé que algo pudiese pasarme, soy una chica parisina común y corriente que escribe su diario en inglés para no perder la práctica que mi madre tanto insistió que mantuviera. Salgo a trabajar y regreso antes del anochecer, incluso a los doctores y enfermeras se les ha prohibido regresar a sus casas o ir al trabajo luego de la puesta de sol, en parte me preocupa, la incertidumbre de no saber qué pasaba carcomía la mente de los ciudadanos.
No nos quedaba más que hacer que acatar órdenes.
El día de ayer debo decir, fue un día diferente, me refiero a que luego de levantarme de mi cama, sentí que ése día no sería como los otros, se leerá algo extraño, pero fue así.
Después de mi habitual desayuno me preparé y me dirigí a mi trabajo, el día transcurrió con normalidad, salvo uno que otro percance con los pacientes. La tarde cayó rápidamente, más de lo que pude haber previsto, y antes de darme cuenta, todos ya se había ido mientras yo daba un baño al señor Dupont (Cosa que me tomó no menos de una hora y media, el hombre es muy testarudo).
Tal como se nos había indicado, luego de la puesta de sol, ya no se podía salir. Al principio maldecí un poco, no quería quedarme toda la noche en el hospital, no es de los mejores lugares para que los trabajadores descansen. Además de eso, el lugar estaba tan vacío y tan tétrico como un cementerio. Las lámparas de los pasillos ya habían sido apagadas, no había ni una sola alma en pie y definitivamente no iba a quedarme ahí a esperar que le día llegase.
Me aventuré a salir por la parte trasera del hospital, las calles estaban muy silenciosas y por lo que podía escuchar, no habían guardias portando cerca de allí.

Corrí lo más rápido que pude, mi casa no quedaba muy lejos de mi sitio de trabajo; sinceramente no me preocupaba que esos extraños sucesos que acontecían en París me afectaran a mí, mi apuro era que había olvidado colocarle comida al gato, y ya para esos momentos habría destrozado la casa en busca de algo qué comer. Aparte de eso, me habría metido en un lío si las autoridades me hubiesen encontrado andando por las calles.
Corrí y corrí, mis tacones contra el empedrado eran lo único que podían escucharse por toda la ciudad. De repente unos ligeros sonidos se alzaron de entre el silencio, como si se acercaran desde las lejanías, haciéndose cada vez más fuertes y más agresivos. De inmediato mi corazón dio un vuelco ¿Podría ser esa mi suerte? De que lo que fuese que estuviese causando destrozos ahora se encontrara viniendo directamente hacia mí. Me paralicé del miedo, esperando que esos extraños sonidos de… pisadas, se fuesen desvaneciendo exactamente como llegaron.
Mi desgracia fue mayor cuando vi sombras, ágiles, corriendo sobre los edificios, quebrando las tejas y provocando ruido. Mi corazón se congeló, era incapaz de moverme, estaba muerta del miedo. En mi interior empecé a rezar para que alguien apareciese en mi ayuda. Pero nadie apareció.
No sé qué pasó ni cómo, pero lo único que recuerdo es ver a alguien cayendo desde el cielo estrepitosamente, haciendo que el empedrado se quebrara, y luego, algo que nunca, ni en mis más locos sueños pensé que vería: lobos gigantes.
Mis piernas desfallecieron y caí al piso, viendo como esos monstruos molían a golpes a la persona que había caído. Temblaba sin control y mis lágrimas brotan solas. Y aún no se habían dado cuenta de mi presencia.
De repente, la figura se alzó casi como un milagro y fue cuando me di cuenta que estaba en medio de una batalla.
Blandiendo una hoja afilada y con fuerza sobrehumana arremetió contra los tres monstruos que arremetieron contra ella, nunca había visto tal cosa, estaba aterrada e impresionada. La velocidad en que pasaban las cosas era fugaz y yo sólo podía estar tirada ahí, rozando para que no me notasen, y que la guardia apareciera en cualquier momento.
Enormes cantidades de sangre comenzaron a cubrir el suelo, con cada mortal estocada las bestias aullaban de dolor y de alguna manera, eran incapaces de alcanzar a la mujer que les estaba ganando. Una de las cosas que recuerdo ver fueron la gran cantidad de heridas en su cuerpo, tanta sangre en su rostro, sus extraños ropajes rotos… No sé cómo seguía con vida.
Antes de que pudiese darme cuenta había matado a dos de ellos, quedando uno sólo restante. Pelearon como dos perros rabiosos, colmillos contra hoja de acero, esa chica parecía no temerle a nada. Los dos estaban sumamente heridos, pero no cederían hasta que uno no muriese.

De repente la bestia furiosa lanzó una zarpada, y acertó, arrojando como una bala a esa mujer directo hacia el muro, quebrándolo. Luego de unos leves segundos, nada en el ese hoyo se movió y fue cuando me di cuenta que la pelea había terminado y que, para mi desdicha, estaba sola con una bestia infernal.
Retrocedí como pude, pero el sonido de mi llanto le hizo voltear.
Nunca había visto tanta furia en toda mi vida… el terror paralizó mis músculos, comencé a llorar y a rezar por mi vida ¿Ese era mi final? ¿Devorada por un monstruo? Me miró y gruñó como perro embravecido, su pelaje se encrespó, tensó sus músculos, y ahí fue cuando supe que había llegado mi fin.
Se abalanzó contra mí y yo sólo cerré mis ojos cuando entonces, escuché un estruendo, seguido de un alarido. Aún no estaba muerta, lo comprobé al sentir como sangre caía en mi piel pero… no sentía dolor.

Me aventuré a abrir mis ojos lentamente… y ante mi vi a la criatura paralizada ante la hoja que le había atravesado el corazón, justo frente a mí, estando a punto de matarme. El enorme cuerpo cayó a un lado mientras brotaba sangre sin control. Lo vi caer, y luego alcé mi rostro hacia esa persona, esa chica, que yacía de pie a duras penas, tambaleante, herida, su rostro cubierto en sangre pero… con los ojos más penetrantes que vi jamás. Ella… Ella me había salvado la vida.
Luego de esos leves momentos en donde nuestros ojos se encontraron, su mirada se desvaneció y cayó desmayada a mis pies. Yo aún no podía digerir todo lo que había pasado, pero volví en sí al escuchar en las lejanías pasos apresurados a donde yo me encontraba. La guardia venía en camino, y si me encontraban allí, iba a tener más que problemas, muchas, muchas cosas más que sólo problemas.
Como pudo mi cuerpo reaccionó y me dispuse a huir.
Si  encontraban allí a esa chica la matarían la verla entre esos monstruos. Así era mejor, las desapariciones, el miedo y la angustia desaparecerían de París pero… La mirada de esa pelirroja había quedado clavada en mi mente, el cómo me había salvado… Mi mente me decía que la dejara ahí, pero mi corazón no… Batallé por segundos dentro de mí misma mientras me alejaba del lugar, y no pasó mucho tiempo cuando me maldije a mí misma y regresé para auxiliarla.
Para mi impacto, las bestias habían desaparecido y en su exacto sitio se encontraban muertos tres hombres, normales, de carne y hueso y sin ningún colmillo o garra que asomase por sus cuerpos, pasé de ellos, sabía que estaban muertos. La guardia se acercaba cada vez más y me moría de miedo. Llegué hacia donde había dejado a la chica y verifiqué que siguiera con vida. Lo estaba, apenas; incluso se encontraba medio consciente.
Como puede le grité que se levantase, y coloqué su brazo sobre mis hombros, fue extremadamente difícil, era mucho más alta que yo, sin mencionar más pesada. Milagrosamente y creo que sin ella misma darse cuenta, me ayudó a cargarla, le arrebaté el arma de su mano y la arrojé, era peso muerto.
Los pasos de los guardias se hacían cada vez más nítidos, vislumbré un pequeño callejón oculto en la oscuridad y nos dirigí hacia allí, mi casa no quedaba muy lejos, era imperativo llegar cuanto antes. No sé si fueron mis nervios, pero el camino, dejando de lado lo dificultoso que fue cargar a alguien más pesado que mi misma, se hizo corto. Salté de callejón oscuro a callejón oscuro, esquivando cualquier luz que supusiera la presencia de alguien y antes de que pudiese darme cuenta, estaba a las puertas de mi departamento, con una total desconocida agonizante y herida.
Entré apresuradamente e intentando ser lo más silenciosa posible cerré la puerta tras de mí, mi primer impulso fue recostarla en mi cama y quitar su ropa. Tenía heridas por todo el cuerpo, nunca había visto algo así, que alguien tuviese tal cantidad de daño y seguir vivo. Tomé los insumos médicos que pude encontrar y comencé a tratarle de emergencia. Suturar tal cantidad de cortes no fue una tarea fácil. Luego de asegurarme de haber cubierto lo que era más urgente, lavé su cuerpo con agua…
… Fue en ese momento de silencio en donde pude detallar su cuerpo…, era hermoso y fuerte. Tal fue mi sorpresa al quitar la sangre de su rostro y averiguar que era quizás la mujer más bella que había visto jamás. Por un momento quedé hipnotizada por su belleza.”
No nos quedaba más que hacer que acatar órdenes.
El día de ayer debo decir, fue un día diferente, me refiero a que luego de levantarme de mi cama, sentí que ése día no sería como los otros, se leerá algo extraño, pero fue así.
Después de mi habitual desayuno me preparé y me dirigí a mi trabajo, el día transcurrió con normalidad, salvo uno que otro percance con los pacientes. La tarde cayó rápidamente, más de lo que pude haber previsto, y antes de darme cuenta, todos ya se había ido mientras yo daba un baño al señor Dupont (Cosa que me tomó no menos de una hora y media, el hombre es muy testarudo).
Tal como se nos había indicado, luego de la puesta de sol, ya no se podía salir. Al principio maldecí un poco, no quería quedarme toda la noche en el hospital, no es de los mejores lugares para que los trabajadores descansen. Además de eso, el lugar estaba tan vacío y tan tétrico como un cementerio. Las lámparas de los pasillos ya habían sido apagadas, no había ni una sola alma en pie y definitivamente no iba a quedarme ahí a esperar que le día llegase.
Me aventuré a salir por la parte trasera del hospital, las calles estaban muy silenciosas y por lo que podía escuchar, no habían guardias portando cerca de allí.
Corrí lo más rápido que pude, mi casa no quedaba muy lejos de mi sitio de trabajo; sinceramente no me preocupaba que esos extraños sucesos que acontecían en París me afectaran a mí, mi apuro era que había olvidado colocarle comida al gato, y ya para esos momentos habría destrozado la casa en busca de algo qué comer. Aparte de eso, me habría metido en un lío si las autoridades me hubiesen encontrado andando por las calles.
Corrí y corrí, mis tacones contra el empedrado eran lo único que podían escucharse por toda la ciudad. De repente unos ligeros sonidos se alzaron de entre el silencio, como si se acercaran desde las lejanías, haciéndose cada vez más fuertes y más agresivos. De inmediato mi corazón dio un vuelco ¿Podría ser esa mi suerte? De que lo que fuese que estuviese causando destrozos ahora se encontrara viniendo directamente hacia mí. Me paralicé del miedo, esperando que esos extraños sonidos de… pisadas, se fuesen desvaneciendo exactamente como llegaron.
Mi desgracia fue mayor cuando vi sombras, ágiles, corriendo sobre los edificios, quebrando las tejas y provocando ruido. Mi corazón se congeló, era incapaz de moverme, estaba muerta del miedo. En mi interior empecé a rezar para que alguien apareciese en mi ayuda. Pero nadie apareció.
No sé qué pasó ni cómo, pero lo único que recuerdo es ver a alguien cayendo desde el cielo estrepitosamente, haciendo que el empedrado se quebrara, y luego, algo que nunca, ni en mis más locos sueños pensé que vería: lobos gigantes.
Mis piernas desfallecieron y caí al piso, viendo como esos monstruos molían a golpes a la persona que había caído. Temblaba sin control y mis lágrimas brotan solas. Y aún no se habían dado cuenta de mi presencia.
De repente, la figura se alzó casi como un milagro y fue cuando me di cuenta que estaba en medio de una batalla.
Blandiendo una hoja afilada y con fuerza sobrehumana arremetió contra los tres monstruos que arremetieron contra ella, nunca había visto tal cosa, estaba aterrada e impresionada. La velocidad en que pasaban las cosas era fugaz y yo sólo podía estar tirada ahí, rozando para que no me notasen, y que la guardia apareciera en cualquier momento.
Enormes cantidades de sangre comenzaron a cubrir el suelo, con cada mortal estocada las bestias aullaban de dolor y de alguna manera, eran incapaces de alcanzar a la mujer que les estaba ganando. Una de las cosas que recuerdo ver fueron la gran cantidad de heridas en su cuerpo, tanta sangre en su rostro, sus extraños ropajes rotos… No sé cómo seguía con vida.
Antes de que pudiese darme cuenta había matado a dos de ellos, quedando uno sólo restante. Pelearon como dos perros rabiosos, colmillos contra hoja de acero, esa chica parecía no temerle a nada. Los dos estaban sumamente heridos, pero no cederían hasta que uno no muriese.

De repente la bestia furiosa lanzó una zarpada, y acertó, arrojando como una bala a esa mujer directo hacia el muro, quebrándolo. Luego de unos leves segundos, nada en el ese hoyo se movió y fue cuando me di cuenta que la pelea había terminado y que, para mi desdicha, estaba sola con una bestia infernal.
Retrocedí como pude, pero el sonido de mi llanto le hizo voltear.
Nunca había visto tanta furia en toda mi vida… el terror paralizó mis músculos, comencé a llorar y a rezar por mi vida ¿Ese era mi final? ¿Devorada por un monstruo? Me miró y gruñó como perro embravecido, su pelaje se encrespó, tensó sus músculos, y ahí fue cuando supe que había llegado mi fin.
Se abalanzó contra mí y yo sólo cerré mis ojos cuando entonces, escuché un estruendo, seguido de un alarido. Aún no estaba muerta, lo comprobé al sentir como sangre caía en mi piel pero… no sentía dolor.

Me aventuré a abrir mis ojos lentamente… y ante mi vi a la criatura paralizada ante la hoja que le había atravesado el corazón, justo frente a mí, estando a punto de matarme. El enorme cuerpo cayó a un lado mientras brotaba sangre sin control. Lo vi caer, y luego alcé mi rostro hacia esa persona, esa chica, que yacía de pie a duras penas, tambaleante, herida, su rostro cubierto en sangre pero… con los ojos más penetrantes que vi jamás. Ella… Ella me había salvado la vida.
Luego de esos leves momentos en donde nuestros ojos se encontraron, su mirada se desvaneció y cayó desmayada a mis pies. Yo aún no podía digerir todo lo que había pasado, pero volví en sí al escuchar en las lejanías pasos apresurados a donde yo me encontraba. La guardia venía en camino, y si me encontraban allí, iba a tener más que problemas, muchas, muchas cosas más que sólo problemas.
Como pudo mi cuerpo reaccionó y me dispuse a huir.
Si  encontraban allí a esa chica la matarían la verla entre esos monstruos. Así era mejor, las desapariciones, el miedo y la angustia desaparecerían de París pero… La mirada de esa pelirroja había quedado clavada en mi mente, el cómo me había salvado… Mi mente me decía que la dejara ahí, pero mi corazón no… Batallé por segundos dentro de mí misma mientras me alejaba del lugar, y no pasó mucho tiempo cuando me maldije a mí misma y regresé para auxiliarla.
Para mi impacto, las bestias habían desaparecido y en su exacto sitio se encontraban muertos tres hombres, normales, de carne y hueso y sin ningún colmillo o garra que asomase por sus cuerpos, pasé de ellos, sabía que estaban muertos. La guardia se acercaba cada vez más y me moría de miedo. Llegué hacia donde había dejado a la chica y verifiqué que siguiera con vida. Lo estaba, apenas; incluso se encontraba medio consciente.
Como puede le grité que se levantase, y coloqué su brazo sobre mis hombros, fue extremadamente difícil, era mucho más alta que yo, sin mencionar más pesada. Milagrosamente y creo que sin ella misma darse cuenta, me ayudó a cargarla, le arrebaté el arma de su mano y la arrojé, era peso muerto.
Los pasos de los guardias se hacían cada vez más nítidos, vislumbré un pequeño callejón oculto en la oscuridad y nos dirigí hacia allí, mi casa no quedaba muy lejos, era imperativo llegar cuanto antes. No sé si fueron mis nervios, pero el camino, dejando de lado lo dificultoso que fue cargar a alguien más pesado que mi misma, se hizo corto. Salté de callejón oscuro a callejón oscuro, esquivando cualquier luz que supusiera la presencia de alguien y antes de que pudiese darme cuenta, estaba a las puertas de mi departamento, con una total desconocida agonizante y herida.
Entré apresuradamente e intentando ser lo más silenciosa posible cerré la puerta tras de mí, mi primer impulso fue recostarla en mi cama y quitar su ropa. Tenía heridas por todo el cuerpo, nunca había visto algo así, que alguien tuviese tal cantidad de daño y seguir vivo. Tomé los insumos médicos que pude encontrar y comencé a tratarle de emergencia. Suturar tal cantidad de cortes no fue una tarea fácil. Luego de asegurarme de haber cubierto lo que era más urgente, lavé su cuerpo con agua…
… Fue en ese momento de silencio en donde pude detallar su cuerpo…, era hermoso y fuerte. Tal fue mi sorpresa al quitar la sangre de su rostro y averiguar que era quizás la mujer más bella que había visto jamás. Por un momento quedé hipnotizada por su belleza.”
Corrí lo más rápido que pude, mi casa no quedaba muy lejos de mi sitio de trabajo; sinceramente no me preocupaba que esos extraños sucesos que acontecían en París me afectaran a mí, mi apuro era que había olvidado colocarle comida al gato, y ya para esos momentos habría destrozado la casa en busca de algo qué comer. Aparte de eso, me habría metido en un lío si las autoridades me hubiesen encontrado andando por las calles.
Corrí y corrí, mis tacones contra el empedrado eran lo único que podían escucharse por toda la ciudad. De repente unos ligeros sonidos se alzaron de entre el silencio, como si se acercaran desde las lejanías, haciéndose cada vez más fuertes y más agresivos. De inmediato mi corazón dio un vuelco ¿Podría ser esa mi suerte? De que lo que fuese que estuviese causando destrozos ahora se encontrara viniendo directamente hacia mí. Me paralicé del miedo, esperando que esos extraños sonidos de… pisadas, se fuesen desvaneciendo exactamente como llegaron.
Mi desgracia fue mayor cuando vi sombras, ágiles, corriendo sobre los edificios, quebrando las tejas y provocando ruido. Mi corazón se congeló, era incapaz de moverme, estaba muerta del miedo. En mi interior empecé a rezar para que alguien apareciese en mi ayuda. Pero nadie apareció.
No sé qué pasó ni cómo, pero lo único que recuerdo es ver a alguien cayendo desde el cielo estrepitosamente, haciendo que el empedrado se quebrara, y luego, algo que nunca, ni en mis más locos sueños pensé que vería: lobos gigantes.
Mis piernas desfallecieron y caí al piso, viendo como esos monstruos molían a golpes a la persona que había caído. Temblaba sin control y mis lágrimas brotan solas. Y aún no se habían dado cuenta de mi presencia.
De repente, la figura se alzó casi como un milagro y fue cuando me di cuenta que estaba en medio de una batalla.
Blandiendo una hoja afilada y con fuerza sobrehumana arremetió contra los tres monstruos que arremetieron contra ella, nunca había visto tal cosa, estaba aterrada e impresionada. La velocidad en que pasaban las cosas era fugaz y yo sólo podía estar tirada ahí, rozando para que no me notasen, y que la guardia apareciera en cualquier momento.
Enormes cantidades de sangre comenzaron a cubrir el suelo, con cada mortal estocada las bestias aullaban de dolor y de alguna manera, eran incapaces de alcanzar a la mujer que les estaba ganando. Una de las cosas que recuerdo ver fueron la gran cantidad de heridas en su cuerpo, tanta sangre en su rostro, sus extraños ropajes rotos… No sé cómo seguía con vida.
Antes de que pudiese darme cuenta había matado a dos de ellos, quedando uno sólo restante. Pelearon como dos perros rabiosos, colmillos contra hoja de acero, esa chica parecía no temerle a nada. Los dos estaban sumamente heridos, pero no cederían hasta que uno no muriese.
De repente la bestia furiosa lanzó una zarpada, y acertó, arrojando como una bala a esa mujer directo hacia el muro, quebrándolo. Luego de unos leves segundos, nada en el ese hoyo se movió y fue cuando me di cuenta que la pelea había terminado y que, para mi desdicha, estaba sola con una bestia infernal.
Retrocedí como pude, pero el sonido de mi llanto le hizo voltear.
Nunca había visto tanta furia en toda mi vida… el terror paralizó mis músculos, comencé a llorar y a rezar por mi vida ¿Ese era mi final? ¿Devorada por un monstruo? Me miró y gruñó como perro embravecido, su pelaje se encrespó, tensó sus músculos, y ahí fue cuando supe que había llegado mi fin.
Se abalanzó contra mí y yo sólo cerré mis ojos cuando entonces, escuché un estruendo, seguido de un alarido. Aún no estaba muerta, lo comprobé al sentir como sangre caía en mi piel pero… no sentía dolor.

Me aventuré a abrir mis ojos lentamente… y ante mi vi a la criatura paralizada ante la hoja que le había atravesado el corazón, justo frente a mí, estando a punto de matarme. El enorme cuerpo cayó a un lado mientras brotaba sangre sin control. Lo vi caer, y luego alcé mi rostro hacia esa persona, esa chica, que yacía de pie a duras penas, tambaleante, herida, su rostro cubierto en sangre pero… con los ojos más penetrantes que vi jamás. Ella… Ella me había salvado la vida.
Luego de esos leves momentos en donde nuestros ojos se encontraron, su mirada se desvaneció y cayó desmayada a mis pies. Yo aún no podía digerir todo lo que había pasado, pero volví en sí al escuchar en las lejanías pasos apresurados a donde yo me encontraba. La guardia venía en camino, y si me encontraban allí, iba a tener más que problemas, muchas, muchas cosas más que sólo problemas.
Como pudo mi cuerpo reaccionó y me dispuse a huir.
Si  encontraban allí a esa chica la matarían la verla entre esos monstruos. Así era mejor, las desapariciones, el miedo y la angustia desaparecerían de París pero… La mirada de esa pelirroja había quedado clavada en mi mente, el cómo me había salvado… Mi mente me decía que la dejara ahí, pero mi corazón no… Batallé por segundos dentro de mí misma mientras me alejaba del lugar, y no pasó mucho tiempo cuando me maldije a mí misma y regresé para auxiliarla.
Para mi impacto, las bestias habían desaparecido y en su exacto sitio se encontraban muertos tres hombres, normales, de carne y hueso y sin ningún colmillo o garra que asomase por sus cuerpos, pasé de ellos, sabía que estaban muertos. La guardia se acercaba cada vez más y me moría de miedo. Llegué hacia donde había dejado a la chica y verifiqué que siguiera con vida. Lo estaba, apenas; incluso se encontraba medio consciente.
Como puede le grité que se levantase, y coloqué su brazo sobre mis hombros, fue extremadamente difícil, era mucho más alta que yo, sin mencionar más pesada. Milagrosamente y creo que sin ella misma darse cuenta, me ayudó a cargarla, le arrebaté el arma de su mano y la arrojé, era peso muerto.
Los pasos de los guardias se hacían cada vez más nítidos, vislumbré un pequeño callejón oculto en la oscuridad y nos dirigí hacia allí, mi casa no quedaba muy lejos, era imperativo llegar cuanto antes. No sé si fueron mis nervios, pero el camino, dejando de lado lo dificultoso que fue cargar a alguien más pesado que mi misma, se hizo corto. Salté de callejón oscuro a callejón oscuro, esquivando cualquier luz que supusiera la presencia de alguien y antes de que pudiese darme cuenta, estaba a las puertas de mi departamento, con una total desconocida agonizante y herida.
Entré apresuradamente e intentando ser lo más silenciosa posible cerré la puerta tras de mí, mi primer impulso fue recostarla en mi cama y quitar su ropa. Tenía heridas por todo el cuerpo, nunca había visto algo así, que alguien tuviese tal cantidad de daño y seguir vivo. Tomé los insumos médicos que pude encontrar y comencé a tratarle de emergencia. Suturar tal cantidad de cortes no fue una tarea fácil. Luego de asegurarme de haber cubierto lo que era más urgente, lavé su cuerpo con agua…
… Fue en ese momento de silencio en donde pude detallar su cuerpo…, era hermoso y fuerte. Tal fue mi sorpresa al quitar la sangre de su rostro y averiguar que era quizás la mujer más bella que había visto jamás. Por un momento quedé hipnotizada por su belleza.”
De repente la bestia furiosa lanzó una zarpada, y acertó, arrojando como una bala a esa mujer directo hacia el muro, quebrándolo. Luego de unos leves segundos, nada en el ese hoyo se movió y fue cuando me di cuenta que la pelea había terminado y que, para mi desdicha, estaba sola con una bestia infernal.
Retrocedí como pude, pero el sonido de mi llanto le hizo voltear.
Nunca había visto tanta furia en toda mi vida… el terror paralizó mis músculos, comencé a llorar y a rezar por mi vida ¿Ese era mi final? ¿Devorada por un monstruo? Me miró y gruñó como perro embravecido, su pelaje se encrespó, tensó sus músculos, y ahí fue cuando supe que había llegado mi fin.
Se abalanzó contra mí y yo sólo cerré mis ojos cuando entonces, escuché un estruendo, seguido de un alarido. Aún no estaba muerta, lo comprobé al sentir como sangre caía en mi piel pero… no sentía dolor.
Me aventuré a abrir mis ojos lentamente… y ante mi vi a la criatura paralizada ante la hoja que le había atravesado el corazón, justo frente a mí, estando a punto de matarme. El enorme cuerpo cayó a un lado mientras brotaba sangre sin control. Lo vi caer, y luego alcé mi rostro hacia esa persona, esa chica, que yacía de pie a duras penas, tambaleante, herida, su rostro cubierto en sangre pero… con los ojos más penetrantes que vi jamás. Ella… Ella me había salvado la vida.
Luego de esos leves momentos en donde nuestros ojos se encontraron, su mirada se desvaneció y cayó desmayada a mis pies. Yo aún no podía digerir todo lo que había pasado, pero volví en sí al escuchar en las lejanías pasos apresurados a donde yo me encontraba. La guardia venía en camino, y si me encontraban allí, iba a tener más que problemas, muchas, muchas cosas más que sólo problemas.
Como pudo mi cuerpo reaccionó y me dispuse a huir.
Si  encontraban allí a esa chica la matarían la verla entre esos monstruos. Así era mejor, las desapariciones, el miedo y la angustia desaparecerían de París pero… La mirada de esa pelirroja había quedado clavada en mi mente, el cómo me había salvado… Mi mente me decía que la dejara ahí, pero mi corazón no… Batallé por segundos dentro de mí misma mientras me alejaba del lugar, y no pasó mucho tiempo cuando me maldije a mí misma y regresé para auxiliarla.
Para mi impacto, las bestias habían desaparecido y en su exacto sitio se encontraban muertos tres hombres, normales, de carne y hueso y sin ningún colmillo o garra que asomase por sus cuerpos, pasé de ellos, sabía que estaban muertos. La guardia se acercaba cada vez más y me moría de miedo. Llegué hacia donde había dejado a la chica y verifiqué que siguiera con vida. Lo estaba, apenas; incluso se encontraba medio consciente.
Como puede le grité que se levantase, y coloqué su brazo sobre mis hombros, fue extremadamente difícil, era mucho más alta que yo, sin mencionar más pesada. Milagrosamente y creo que sin ella misma darse cuenta, me ayudó a cargarla, le arrebaté el arma de su mano y la arrojé, era peso muerto.
Los pasos de los guardias se hacían cada vez más nítidos, vislumbré un pequeño callejón oculto en la oscuridad y nos dirigí hacia allí, mi casa no quedaba muy lejos, era imperativo llegar cuanto antes. No sé si fueron mis nervios, pero el camino, dejando de lado lo dificultoso que fue cargar a alguien más pesado que mi misma, se hizo corto. Salté de callejón oscuro a callejón oscuro, esquivando cualquier luz que supusiera la presencia de alguien y antes de que pudiese darme cuenta, estaba a las puertas de mi departamento, con una total desconocida agonizante y herida.
Entré apresuradamente e intentando ser lo más silenciosa posible cerré la puerta tras de mí, mi primer impulso fue recostarla en mi cama y quitar su ropa. Tenía heridas por todo el cuerpo, nunca había visto algo así, que alguien tuviese tal cantidad de daño y seguir vivo. Tomé los insumos médicos que pude encontrar y comencé a tratarle de emergencia. Suturar tal cantidad de cortes no fue una tarea fácil. Luego de asegurarme de haber cubierto lo que era más urgente, lavé su cuerpo con agua…
… Fue en ese momento de silencio en donde pude detallar su cuerpo…, era hermoso y fuerte. Tal fue mi sorpresa al quitar la sangre de su rostro y averiguar que era quizás la mujer más bella que había visto jamás. Por un momento quedé hipnotizada por su belleza.”
Me aventuré a abrir mis ojos lentamente… y ante mi vi a la criatura paralizada ante la hoja que le había atravesado el corazón, justo frente a mí, estando a punto de matarme. El enorme cuerpo cayó a un lado mientras brotaba sangre sin control. Lo vi caer, y luego alcé mi rostro hacia esa persona, esa chica, que yacía de pie a duras penas, tambaleante, herida, su rostro cubierto en sangre pero… con los ojos más penetrantes que vi jamás. Ella… Ella me había salvado la vida.
Luego de esos leves momentos en donde nuestros ojos se encontraron, su mirada se desvaneció y cayó desmayada a mis pies. Yo aún no podía digerir todo lo que había pasado, pero volví en sí al escuchar en las lejanías pasos apresurados a donde yo me encontraba. La guardia venía en camino, y si me encontraban allí, iba a tener más que problemas, muchas, muchas cosas más que sólo problemas.
Como pudo mi cuerpo reaccionó y me dispuse a huir.
Si  encontraban allí a esa chica la matarían la verla entre esos monstruos. Así era mejor, las desapariciones, el miedo y la angustia desaparecerían de París pero… La mirada de esa pelirroja había quedado clavada en mi mente, el cómo me había salvado… Mi mente me decía que la dejara ahí, pero mi corazón no… Batallé por segundos dentro de mí misma mientras me alejaba del lugar, y no pasó mucho tiempo cuando me maldije a mí misma y regresé para auxiliarla.
Para mi impacto, las bestias habían desaparecido y en su exacto sitio se encontraban muertos tres hombres, normales, de carne y hueso y sin ningún colmillo o garra que asomase por sus cuerpos, pasé de ellos, sabía que estaban muertos. La guardia se acercaba cada vez más y me moría de miedo. Llegué hacia donde había dejado a la chica y verifiqué que siguiera con vida. Lo estaba, apenas; incluso se encontraba medio consciente.
Como puede le grité que se levantase, y coloqué su brazo sobre mis hombros, fue extremadamente difícil, era mucho más alta que yo, sin mencionar más pesada. Milagrosamente y creo que sin ella misma darse cuenta, me ayudó a cargarla, le arrebaté el arma de su mano y la arrojé, era peso muerto.
Los pasos de los guardias se hacían cada vez más nítidos, vislumbré un pequeño callejón oculto en la oscuridad y nos dirigí hacia allí, mi casa no quedaba muy lejos, era imperativo llegar cuanto antes. No sé si fueron mis nervios, pero el camino, dejando de lado lo dificultoso que fue cargar a alguien más pesado que mi misma, se hizo corto. Salté de callejón oscuro a callejón oscuro, esquivando cualquier luz que supusiera la presencia de alguien y antes de que pudiese darme cuenta, estaba a las puertas de mi departamento, con una total desconocida agonizante y herida.
Entré apresuradamente e intentando ser lo más silenciosa posible cerré la puerta tras de mí, mi primer impulso fue recostarla en mi cama y quitar su ropa. Tenía heridas por todo el cuerpo, nunca había visto algo así, que alguien tuviese tal cantidad de daño y seguir vivo. Tomé los insumos médicos que pude encontrar y comencé a tratarle de emergencia. Suturar tal cantidad de cortes no fue una tarea fácil. Luego de asegurarme de haber cubierto lo que era más urgente, lavé su cuerpo con agua…
… Fue en ese momento de silencio en donde pude detallar su cuerpo…, era hermoso y fuerte. Tal fue mi sorpresa al quitar la sangre de su rostro y averiguar que era quizás la mujer más bella que había visto jamás. Por un momento quedé hipnotizada por su belleza.”
Estaba san absorta en lo pensamientos de Anna, que ahogó un gritillo de susto cuando sintió un golpear repentino en la puerta de su habitación, seguido por unos arañazos y algunos gemidos. Suspiró enormemente de alivio al saber que eran los perros.

Ocultó el diario bajo su almohada sólo por si acaso y se dispuso a abrir la puerta, dejando a la manada de perros entrar tosca y abruptamente por el umbral entreabierto. Los cuatro animales saltaron sobre ella, haciéndola caer en amorosas lametadas de cariño, agradeciéndoles el placer de pasar la noche junto a ella, no pudo hacer más que sólo reír ante el encanto animal.

 -Basta, basta-Dijo entre risas y lamidas-Chicos, suficiente.

Luego se incorporó como pudo y los perros tomaron su cómodo lugar encima de su cama, ocupándola casi por completo.

-Bueno, por lo menos puedo usarlos de almohadas esta noche-Sonrió, y resolvió seguir su lectura en el escritorio.

Una vez estuvo acomodada nuevamente, prosiguió.

“… ‘¿De dónde es esta mujer?’ pensé de inmediato.
Cuando salí de mi trance y digerí por fin todo lo que había pasado, me di cuenta de todo el peligro y riesgo que corrí al traer a tal desconocida a mi casa. Quiero decir, es una persona peligrosa, ya sabía lo que era capaz de hacer… Pero el verla allí, herida en mi cama, despertó una compasión que hizo que esté a su lado, velando porque sigua viva.
Y aquí me encuentro, escribiendo en este diario, con una taza de café en mano, a la espera de que esta misteriosa chica despierte…
Veremos qué pasa.”

Cerró el diario con sus ojos agotados luego de comprobar que pasaban de las tres de la mañana. Por fin, Sarah había aparecido, luego de mucho tiempo y de una forma inesperada y casi accidentada. Lamentó luego de varias páginas más que Anna no hubiese dado muchos más detalles sobre la misteriosa mujer pelirroja, sólo el hecho de todas las cosas que pasaron por su mente toda esa noche. El dolor de cabeza y ojos no le permitía seguir leyendo, así que concluyó que una vez descansada, seguiría con su búsqueda.

Frotó sus ojos con sus manos, y volteó para ver su cama aun completamente tomada por los terranovas. Suspiró con algo de agotamiento mental y bajó silenciosamente a buscar un vaso de leche tibia, estando casi segura que Shane no se encontraba en casa.

Todo estaba inusualmente silencioso, calmo y con un cierto aire a soledad que Lily de momento solo pudo atribuírselo a las cosas que pasaban por su cabeza. Bajó despacio las frías escaleras hacia la oscuridad de la cocina y agradeció enormemente que estuviera más sola que un desierto. Suspiró entonces, un poco aliviada.

Sacó la leche de la nevera, encendió una de las hornillas de la cocina y puso a calentar lentamente el líquido ya vaciado en un recipiente.

Su mente necesitaba descansar de tanto revoloteo, ese había sido un día que quería zanjar, pero no podía hacerlo hasta comprobar cómo seguirían las cosas con Shane. Aún le parecía sumamente erróneo ese asomo de sentimientos amorosos hacia la vampiresa.

-¿Qué voy a hacer?-Se decía a sí misma en voz baja mientras pasaba una mano por su espesa cabellera.-Vivo en la casa de aquella persona que una vez odié, pero que ahora me gusta. Bien por ti Lily, tu doble moral sí que es ejemplar.

¿Hubiese querido besar a Shane? En su momento sí, ya no tenía duda de eso. Pero estaba segura que había sido por las meras circunstancias. Es decir, no es como si en cualquier momento la hubiese besado, no es como si se estuviese muriendo por hacerlo, no es como si fuese de verdad algo importante. Pero una curiosidad y un deseo interno dentro de ella la incitaban a seguir imaginando de alguna manera, aquella descarga de reacciones corporales que hubiese causado besar a Shane Taylor.

Menos mal que nada pasó, pensaba nuevamente y tomando otro factor en cuenta que no había metido en la cuenta: Alice.

Ni los millones de volcanes de la tierra estallando todos al mismo tiempo habrían sido comparables con la furia y la explosión si Alice las hubiese visto besarse. No tenía claro qué pudo haber pasado luego de ese momento.

Estuviese en el hospital seguramente” Pensó Lily con algo de gracia, imaginando a Alice abalanzarse contra ella.

La leche calentaba con lentitud, lo que daba tiempo a la rubia a seguir maquinando cosas que hasta ella misma concluía no tenían caso, pero esa parte masoquista oculta en cada quién continuaba insistiendo en su tortura, hasta que un sonido la sacó de sus pensamientos, y le hizo brotar un respingo de susto.

La puerta trasera corrediza se abrió, dejando mostrar una figura que entró con algo de pesadez, pero que hizo morir de miedo a Lily. Las luces tenues de la entrada trasera se encendieron, y dejaron ver que no era ni más ni menos que Shane, quién entraba casi congelada y más pálida de lo normal, sus ropajes mojados y con una botella vacía en mano. Sin aún darse cuenta de la presencia de la rubia, se quitó sus zapatos y los tiró a un lado, luego su abrigo, la bufanda, los guantes y sin pensarlo mucho más, su camiseta, quedando sólo con sus pantalones negros y el sujetador. Sacudió un poco su cabeza para quitar la nieve y el agua mientras hablaba un poco consigo misma. Se le veía algo incómoda por el frío externo, pero ya agradecida por entrar a la calidez de su hogar.

De repente, se paró en seco, y olfateó el aire, sintiendo el aroma a leche tibia, su mirada se digirió instintivamente hacia la cocina, dándose cuenta de Lily, cuya presencia era amparada por la oscuridad. De inmediato se incorporó y su semblante cambió. Lily maldijo su suerte al ver a la pelirroja caminar hacia la cocina sin camiseta, dejando ver su torso definido adornado con tatuajes. Un calor subió hacia sus mejillas, y sólo la presencia de su compañera hizo que su corazón empezase a desvariar, debía con todas sus fuerzas evitar verla a los ojos, intentar no detallar su cuerpo con cierta avidez; Shane se daría cuenta al instante del más mínimo gesto.

-Pensé que estabas dormida, pero veo que no has podido conciliar el sueño-Comenzó la vampiresa, intentando ser amena, pero un tono extraño se colaba entre sus palabras. Miró la leche ya caliente en el recipiente y se dirigió al refrigerador en busca de una bolsa de sangre.
-Estaba leyendo…-Respondió escasa la rubia. De alguna manera, había una cierta sequedad en las dos, producto de algún rechazo hacia lo que sus corazones asomaban, y de lo que se culpaban entre sí. Tomó la leche tibia y la vertió en una taza. De inmediato fue a refugiarse en una distancia segura, en la mesa de desayunar.
-Ya veo…, espero hayas disfrutado tu lectura.-Continuaba Shane mientras abría un pequeño orificio a la boquilla de la bolsa y comenzaba a beber. Se le notaba pensativa, ambivalente, confundida.
-Por supuesto.

Shane intentaba no observar a Lily, perderse en su rostro, en sus ojos, en sus labios, en su cuerpo. Estaba al borde de perder la poca cordura que le quedaba y ciertamente el tener a esa chica muy cerca luego de lo de esa noche, no era de ayuda; sus deseos rogaban por su boca, su tacto aún inexplorado.

Mientras tanto Lily intentaba no ver lo sensual y endemoniadamente atractiva que podía ser Shane, incluso sin querer.

Dios, que se ponga la camiseta, que se la ponga.

Una vez quebrantado un poco de ese alto e impenetrable muro, lo demás era fácil de derrumbar.

La rubia se vio así misma sorprendida ante todo lo que Shane provocaba en ella y que antes le daba igual. El desdén se había convertido en atención.

-Escucha… acerca de lo que pasó ésta noche…-Comenzó Shane, algo avergonzada sin saber cómo empezar ni terminar, pero fue parada en seco por una Lily orgullosa.
-Iba a ser un accidente, entiendo, no pasa nada. Fue culpa de las dos, olvidémoslo y ya.-Las palabras salieron algo atropelladas de su boca, unos nervios inesperados vinieron a ella. Intentando parecer tranquila, llevó la taza a sus labios.
-Lo siento, no quise hacerte incomodar-Continuó la pelirroja, aún algo sumisa en sus disculpas.
-Tranquila, no lo has hecho. No fue nada.-Las defensas de la rubia intentaban ser impenetrables.
-¿Estás segura?
-¿Por qué no habría de estarlo? Entiendo que los besos no son la gran cosa para ti.
Algo en el ambiente de detuvo.
-Espera, espera un momento… ¿Qué has dicho?-Ante las palabras de Lily, Shane se paró en seco, y su mente dio un total reinicio ante su respuesta. Hizo un ademán con su mano en indicación de espera, y su cara se tornó ligeramente sorprendida e incrédula ante tan insensibles palabras. Avanzó unos pasos sin darse cuenta.
-Vamos Taylor, ¿de verdad esperas que una persona que ha tenido tantos encuentros sexuales con mujeres pueda ver un beso como la gran cosa?-La taza de leche tibia no tenía fin, y no sabía tan bien como Lily se lo imaginaba; ni tampoco gozaba de su efecto relajante.
-¿Tú crees… que yo tomo los besos a la ligera? Vaya, parece que crees que soy más miserable de lo que imaginé.-La vampiresa daba indicios de estar ciertamente ofendida, cosa a la que Lily no estaba preparada; su reacción la tomó por sorpresa, y entre unos leves instantes, no supo qué decir.
-Oh, vamos. Estuviste a punto de besarme.-Soltó con brío.
-¿Y qué hay con eso?
-Y es obvio que yo no significo nada para ti, Shane. Así como ibas a hacerlo conmigo, lo habrás hecho con miles más.-Por primera vez decía su nombre ante un avistamiento de discusión. El llamarla así delataba que la situación era algo más personal que todo lo demás, y se preocupó a sí misma que sus respuestas fueran más reveladoras de lo que calculó. 
-¿De verdad piensas eso? ¿Esa es la imagen que tienes de mí?-La pelirroja avanzaba cada vez un poco más, medio inconsciente, medio consciente. Débil ante Lily y sus palabras, molesta por no poder hacer algo al respecto y una impotencia que empezaba a asomar lentamente en su pecho.
-Seamos realistas ¿Quieres?-Lily subió un poco la severidad de sus palabras, no cedería terreno en primer lugar, mientras veía a una Shane cada vez más sorprendida acortar distancia, se levantó bruscamente, en señal de querer encarar el peligro que suponía la presencia de su compañera-No ves a las mujeres como seres humanos con sentimientos, sino como… objetos sexuales de un solo uso. ¿Qué soy yo dentro de todo tu mundo erótico? Sólo una más.-Esa rabia oculta y reprimida empezaba a aflorar en forma de confesiones inconscientes; estaba diciendo por fin todo lo que su cabeza había concluido en esos últimos meses de vida en la casa Taylor. Su actitud reservada se estaba viniendo abajo.
-Cielos… de verdad crees que soy así de miserable. Ya le encuentro explicación a tu comportamiento hostil hacia mí. Piensas que soy una depredadora de mujeres que sólo busca sexo.-Siguió avanzando, para poder sentir esa molestia reflejada en aquellos ojos dorados. Si discutirían, sería de frente, no de extremo a extremo. La pelirroja era cada vez más irritada ante la posición de la chica más pequeña, y su frustración incrementaba al ser consciente de que no podía hacer nada al respecto.
-Eso es lo que has demostrado ser.
-¿Lo que he demostrado ser? ¿Cuándo has visto que yo me aproveche de una chica?
-Nunca tomas a ninguna en serio.-Lily no retrocedía en temor. La figura de la vampiresa era poderosa e intimidante, pero se negaba a ser una más de los miles de seres que se han rendido ante su dominio. No importa lo que pasase, ella no cedería ni un centímetro de su terreno. Ya la leche tibia había desaparecido de la taza sin mucho afán y sin causar algún síntoma; la conversación cada vez más caldeada había bloqueado sus efectos, y aquellos dos hermosos cuerpos parecían dispuestos a colisionar entre sí.

Lily notaba como Shane se acercaba poco a poco, y con cada vez menos distancia entre ellas, sus sentidos comenzaban a desvariar.

-¡No tengo relaciones amorosas porque no puedo! ¿Crees que puedo salir, conocer a alguien y enamorarme? Eso en mi raza es un lujo Princesa, un lujo peligroso.-Por fin, Shane avanzo lo suficiente como para enfrentar frente a frente con aquella pequeña figura hermosa tan retadora, que no retrocedía ni un solo milímetro de terreno-Soy un vampiro, recuérdalo. Siempre he tenido que mantener mi distancia en cuanto a los humanos, y más que una simple distancia, he tenido que apartar mi corazón.-La vampiresa puntualizaba cada palabra con ademanes, señalaba su pecho con sus manos, y oscurecía la figura de Lily con su alta en imponente sombra- No sabes cuán peligroso y riesgoso es el que yo pretenda tener una relación con alguien, siquiera intentar introducirla a mi vida… Sin embargo lo he hecho contigo, y mira en qué aprieto estoy.-Las ofensas parecían aumentar de nivel.

Estas palabras dolieron el Lily más de lo que pudo prever. Se sintió rechazada. Nunca había sido su plan vivir y regodearse ante gente tan aparentemente superficial, y que ahora luego de aceptar todas esas bolas que el destino le lanzaba, tener a Shane frente a frente, reprochándole por algo que no era su culpa; de nadie en realidad. Pero más que todo eso, le dolía impresionantemente ver a Shane, expresándose de ella como una simple piedra en el zapato. Su corazón dio un salto en su pecho, cayendo al vacío y quitándole el aliento por leves instantes. Unas lágrimas querían salir de sus ojos, retenidas por su ya desgastado orgullo.

-Si tanta molestia soy para ti…,-Comenzó con dificultad, sus ojos se tornaban cristalinos.- debiste matarme cuando tuviste oportunidad.-Dio una fuerte palmada a la mesa y se volvió en sus talones, totalmente decidida a retirarse y al no seguir siendo lastimada por las palabras de Shane. Se daba cuenta de que no podía soportar tal cosa viniendo de ella.

Estaba dispuesta a todo, a dejar a su jefa hablando sola en la oscuridad, a mandarle al diablo, a salir de esa casa a la mañana siguiente sin mirar atrás. Pero el destino tenía preparado para ella otra cosa.

Mientras sus pies le dirigían fuera de la presencia de Shane, sintió como una firme pero amable mano le retuvo por su muñeca, añorando su compañía, y negándose a dejar las cosas así. Ya no más.

Se volvió, algo sorprendida, sus ojos entornados dejaban todo pensamiento escapar, y lo único que encontraron fue a otro par de orbes, hermosos celestes, débiles, quebrantables, sumisos ante su dorada presencia. Vacilaban ante el querer y el deber, debilitados cada vez más por aquella hermosa mujer de carácter fuerte. El frío ártico se volvía cada vez más cálido.

Esa mirada ya la había visto antes. 

-Siento haberte dicho eso…-Soltó Shane casi en un susurro que no concordaba con su imponente persona. Había dejado todo su poder atrás, para otorgarle a Lily solo el frágil interior, aquél delicado centro lleno de heridas y cicatrices.
-Comprendo si es lo que piensas…-La rubia bajó la mirada con cierto tono amargo, debilitada por Shane y sus intenciones de disculparse, no podía contra ella, resistirse a ella.- Sé que he sido una molestia desde el principio. Es verdad, debiste matarme cuando tuviste la oportunidad, y así no estarías pasando por todos estos enredos-Una lágrima bajó por su delicada mejilla y se dispuso a irse ante el silencio sepulcral de Shane. Tal parecía, la conversación había terminado.

Esos instantes de silencio duraron años para las dos; y cuando Lily por fin fue capaz de bajar al mundo terrenal y darse cuenta de que nada más sería dicho en esa noche, se dio media vuelta para retirarse, dolida por todas las palabras que fueron cruzadas.

Pero aún a pesar de todo lo implícito, una mano segura se negaba a dejar ir su muñeca. Shane permanecía impasible, silenciosa ante las acciones de una Lily algo impresionada ante la persistencia de su compañera. Sus mejillas se encontraban tan rojas como era posible y sus lágrimas empezaban a brotar de a poco.
La pelirroja alzó una mirada decidida y su ceño se frunció en un gesto de descontento.

-Debí haberte matado, pero no lo hice…,-Se acercó un poco más a la rubia, bajando la presión de su delicado agarre -Has significado para mí un millón de problemas, discusiones y enredos, pero no me arrepiento. Agradezco el no haber hecho lo que debí hacer aquella vez, pues pude conocerte.-Una cierta vacilación se coló en ella, pero la flama en su interior se convirtió en una ola de decisión- Esa noche vi algo en tus ojos que me paralizó, y me di cuenta algo tarde de que quería seguir siendo víctima de aquella mirada que me mandaba al diablo cada vez que tenía la oportunidad… Corrí riesgos infinitos al darte a conocer todo mi mundo, y ahora me alegro de que seas parte de el, incluso si es contra tu voluntad, incluso si muero por esa causa. Por primera vez en mi vida siento que no tengo control sobre mí, y estoy confundida. Pero hay algo que tengo claro…; ésta noche intenté besarte, pero no fue porque te haya visto como un objeto de deseo, ni porque los besos signifiquen poco para mí.

La rubia se paralizó en el acto ante tal impresionantes palabras.

-Shane…Yo…-Comenzó Lily sin saber qué decir o hacer. Sus sentidos rogaban por Shane, su corazón latía a mil por segundo y su respiración se volvió pesada-Yo…

Con cierta timidez, impropia de su persona, y temiendo lastimarse con las doradas espinas, la pelirroja avanzó con cautela hacia su compañera, perdiéndose en sus hermosos ojos, la suavidad de su rostro y la textura de sus delicados labios. Por un momento la rubia ahondó en la belleza de la vampiresa, deleitándose con la profundidad de su mirada, su esencia a cuero y el sabor desconocido de su boca. Sus alientos comenzaron a acercarse, nuevamente, con señales esperanzadoras de un cierre deseado. Shane acarició delicadamente la mejilla de la rubia con su mano y luego acomodó dulcemente un mechón de cabello rubio tras su oreja, analizando todo de ella, el celeste se perdía entre el dorado, y la mirada fría se volvió tierna y suave; por un momento todo desapareció y sólo quedaron ellas, envueltas entre sus pensamientos, entre sus deseos, entre sus ojos y labios.

Shane sentía que su corazón explotaría, nunca había experimentado tal cosa. El aliento entrecortado de Lily se colaba en sus sentidos. Ninguna de las dos decía nada. Ya la rabia había desaparecido, sus pulsos latían acelerados y sus sentidos se encontraban al mil. Con una delicadeza propia de las circunstancias, Shane se apoderó suave y lentamente de los labios de Lily, aprisionándolos entre los suyos, sintiendo ese dulce sabor que tanto había querido degustar y un choque eléctrico por todo su cuerpo que pensó la mataría. Convenciéndose así misma que no existía un cielo que se sintiera igual que aquellos labios, no pudo evitar emitir un leve suspiro que se coló entre su respiración algo entrecortada. Lily le había aceptado.

Sus labios comenzaron a danzar en un ritmo lento y tímido, algo torpe. Incluso en ese momento sus mentes les decían que era momento de parar, pero aquella dulce sensación era de las drogas más efectivas.

Lily sintió su cuerpo estremecer mientras probaba el calor del tacto de la vampiresa, sus labios acariciando los suyos de manera insegura, ambas tenían sentimientos y pensamientos contradictorios. Sus manos temblaban descontroladamente, estaba asustada, pero nada del mundo podía superar los tumbos que su corazón daba dentro de su pecho, aquella sensación que no había experimentado jamás. Volaba por los aires y casi podía jurar que estaba sumergida en uno de sus sueños más profundos.

Ante toda la carga de emociones que formaban una tempestad dentro de sí misma, sus piernas y brazos comenzaron a desvariar, y fue entonces cuando Shane sujetó sus manos dentro de las suyas de una manera firme y algo tranquilizadora.

Por fin, el beso que duró instantes pero que para ella fueron horas, terminó, y la pelirroja se separó de ella con lentitud aún sin querer hacerlo, aún inmersa en los efectos embriagantes de sus labios, y molesta en su interior de no poder seguir bebiendo del néctar de la misma vida.

Sus ojos se abrieron con lentitud, y fueron conscientes del silencio y la oscuridad profunda que les rodeaba. Se miraron fijamente.

Lily aún no podía creer lo que acababa de pasar, mientras que su cuerpo no digería el revoloteo de cosas en su interior. Su mente estaba completamente en blanco, y por momentos, no supo qué decir.

-No eres como cualquier chica,-Continuó Shane con voz suave, sus ojos blanquecinos se tornaron solemnes, como si un dolor dentro de su pecho le estuviese carcomiendo. El rostro duro e intimidante se desencajó - No eres para mí cualquier chica…, tu… Me gustas…, Lily….

Lily solo pudo oír con claridad esa última parte, y cómo su ser entero se colaba dentro de aquellos profundos ojos celestes, perdiendo por completo la noción del tiempo y espacio…
_________________________________________________________________

La antigua mansión siempre se quejaba y crujía ante el inclemente viento invernal que traía consigo esa noche advertencias de una ventisca. Sus desvencijados maderos viejos y ruines se tiñeron de negro con el pasar de las décadas hasta darle la tétrica apariencia que ahora le envolvía. Enredaderas abrazaban las que alguna vez fueron delicadas cornisas que adornaban los enormes ventanales, y el esplendoroso jardín había dado paso a un espacio de hierba seca y suciedad y desahucie. La vieja mansión siempre se quejaba.
Pero a pesar de todo, ahí, plantada entre la soledad del campo y la oscuridad de la noche, un vestigio de vida asomaba por entre las viejas cortinas, dejando ver entre ellas un pequeño velo de luz intermitente, que parecía tan dependiente del oxígeno como el cuerpo mismo. Ahí, unas cuantas velas posadas entre las viejas propiedades de la casa eran lo único que alumbraban tenuemente el polvo, los escombros, y las personas que se encontraban allí.

Casi como monstruos, casi como invasores que los espíritus querían fuera de allí, un grupo de personas llevaban acabo una reunión que se estaba basando más en contacto visual que en palabras.

Un hombre de una belleza excepcional se encontraba sentado en un viejo mueble ubicado en el vestíbulo, se le veía tranquilo y sereno, sus ojos celestes admiraban a la chica que se encontraba de rodillas al suelo, practicándole sexo oral. Disfrutaba de la sensación, era algo de nunca acabar, la mujer no contaba como tal, esa noche en aquella casa, sólo era un objeto para proporcionar placer.
Luego volvió su mirada seria a sus dos acompañantes.

Al lado de él, un señor de porte noble, rostro apacible, vestido elegantemente, de pie junto al sillón, más como una escolta que como un acompañante; silenciosamente, aguardaba a que su amo terminase su habitual faena, ya era de lo más común. Sus ojos se posaban en el tercer hombre, sentado frente a ellos de forma cansosa y poco formal, de unos cincuenta y tantos, con ralladuras en sus gestos y arrugas en sus ojos. Vestía ropajes sucios, de presidiario, desaliñado, sus canas se confundían entre el sucio y largo cabello rubio, aquella barba que dejaba ver su indecencia, y esa mirada oscura y sucia en sus ojos que delataba su  morboso deseo de venganza. Y sabía que ese asqueroso chupasangre que tenía en frente podría ayudarlo a lograr su propósito.

-Espléndida noche la de hoy ¿No, France? La luna está llena-Comenzaba el hombre hermoso con tono casual, volteó a ver a señor parado junto a él.
-Ciertamente, Señor.-Sonrió un poco.
-¿Y A ti Abraham? ¿No te parece una excelente noche?-
-Hablemos de negocios de una buena vez. –Cortó totalmente el hombre rubio sentado frente a ellos.
-Vaya, quieres ir directo al punto…-Luego dirigió sus ojos claros hacia su invitado. Una media sonrisa se curvó en sus labios, medio en burla- Veo que tus años en prisión y el tiempo perdido te han hecho un poco impaciente.
-A la mierda la prisión, no he soportado todo lo que he tenido que soportar en vano.-Contestó Abraham con voz tranquila, pero tono amargo.
-Ciertamente. De no ser así no estaríamos aquí reunidos.

Una leve pausa se hizo en la habitación, mientras sólo se escuchaba el sonido de succionar de la mujer.

-Ambos tenemos algo que nos interesa del otro. Requiero tus servicios, eres la persona exacta para el trabajo, y tú… Bueno, tú-.
-Quiero mi venganza-Soltó, impaciente, sin perder su terrorífico semblante, los mechones de su cabello ocultaban parcialmente sus ojos, se incorporó y unos rasgos familiares asomaron de entre su sombra facial.

Abraham no estaba allí para hablar de vanidades, para perder el tiempo. Esa reunión tenía un fin muy específico. Su sangre hervía de deseos de lastimar y causar dolor una vez más. Aquella persona que tanto había llamado con sus deseos por fin estaba a su alcance, por fin, él era libre. Sus instintos desesperados rogaban por todo lo añorado durante tantos largos años.

-Tu venganza es algo que me interesa, y por eso pienso ayudarte. Pero quiero que tengas claro una cosa: aquí el que dará las órdenes seré yo…-Habló el hombre hermoso, y luego se incorporó un poco.- Te utilizaré sólo para mi propósito, luego de eso, no me interesa nada de lo que hagas. Y si te atreves a desobedecerme… te mataré.

Luego otro silencio se hizo.

-Ambos buscamos la misma cosa Abraham, venganza. Pero yo, aparte de los deseos que tengo de ver a esa persona sufriendo, quiero algo más… Redención…. Si estás dispuesto a unirte a mí y a serme fiel, te otorgaré el mayor de los poderes que alguna vez hayas poseído.

Los sentidos de Abraham se abrieron, sus intereses se volcaron completamente hacia lo que ese hombre estaba diciendo. Sus músculos se tensaron.

-Deseo ser uno de ustedes.-Por fin, una leve sonrisa rompió su cara.
-Bien, entonces es un trato.-Sonrió el hombre.-France, haz los honores por favor.

France sin inmutar rompió su guardia y se acercó al hombre sin decir nada, éste lo miró algo expectante. Luego lo tomó rudamente por los hombros de su camisa, y con una fuerza sobre humana lo alzó.

-¡¿Qué es esto?!-Gruñó.
-¿Qué? ¿Piensas que alguien como tu podría ser transformado en vampiro? ¿Merecedor de llevar nuestra sangre pura? Nada de eso… mi raza tiene sus estándares, Abraham. He decidido convertirte en algo más… acorde a tu estirpe.
-¡¿Qué?!-El hombre rubio era incapaz de moverse, de zafarse del agarre de France. Y fue entonces cuando sintió una poderosa mordida que sintió que desgarraba su carne. La sangre comenzó a brotar de la herida y fue soltado abruptamente al suelo.

France volvió a su sitio mientras Abraham veía como de su herida brotaba la sangre que se esparramaba rápidamente por el suelo. Volteó a ver al hombre que lo miraba con una sonrisa en el rostro.

Inmediatamente, sintió como su herida comenzaba a quemar, como si de un hierro rojo se tratase, un ardor agonizante que comenzó a esparcirse por todo su cuerpo. Comenzó a gritar de dolor.

-Ah, una cosa que se me olvidaba decirte: la transformación siempre duele un poco. Pero tranquilo, parará en pocos momentos…

Abraham sentía como si todo su cuerpo estuviese sumergido en aceite hirviendo, tirado ahí en el suelo sin siquiera poder enfocar bien, alzo su brazo, sólo para ver cómo de éste brotaban venas latientes. Su dolor empezó a impedirle siquiera gritar, y mientras se retorcía en el suelo de dolor, sintió como algo dentro de él comenzó a transformarse. Su corazón que latía a mil se estabilizó y de repente, algo en su piel explotó, haciéndola caer a pedazos, mientras que en su lugar aparecía una espesa capa de pelaje negro.

Comenzó a crecer, sus brazos y piernas se ensancharon. Su rostro se deformó al igual que su voz, y comenzó a brotar un hocico y dos orejas caninas.

Muy pronto el cambio culminó, y la bestia se quedó tirada en el suelo.

-Vamos, levántate. –Ordenó el hombre.

Abraham movió una oreja en dirección a la voz y pesada mente se levantó de suelo.

-Muy pocos licántropos resultan ser de pelaje negro. Eso es una sorpresa.

Abraham se había convertido en un feroz licántropo negro como la noche, una vez que su hubo incorporado por completo, volteó la mirada hacia la tres personas tras él y soltó un gruñido desenfrenado, sus ojos amarillos brillaron ante las velas, y con conciencia cegada se disputo a atacar. Inmediatamente France lo detuvo con sus manos y lo sometió, arrojándolo nuevamente al suelo.

-Eso es lo problemático de alguien recién convertido: el salvajismo. Vamos Abraham, contrólate.-Dijo el hombre, que no se había movido ni un milímetro ante el casi ataque del lobo.

El licántropo no dejaba de intentar forzar instintivamente el agarre del pacífico France, hasta que poco a poco, fue recuperando el control. Su respiración se normalizó, y volteó a ver a France.

-Muy bien, parece que ya se ha calmado un poco. Puedes soltarlo.

France obedeció y retomó nuevamente su lugar junto a su amo. El lobo se incorporó nuevamente y una vez consciente, miró sus manos, peludas, pesadas, inmensas, luego sus brazos, su pecho, sus piernas. Sentía como el poder corría por sus venas, se sentía como un Dios.

-Bien Abraham. Espero que estés satisfecho con el cambio.

Los ojos amarillos del lobo quedaron fijos en los del hombre. Su nariz olfateó levemente y dirigió su mirada hacia la chica aún postrada, hizo un leve movimiento instintivo hacia ella que contuvo inmediatamente, gruñó sin darse cuenta.

-Ah, cierto… Necesitas tu primera comida. Bueno, eso podemos resolverlo.- Con una mano paró a la mujer hipnotizada. Acercó su rostro a su oído-Espero que seas de provecho-Susurró.

La tomó del brazo y la arrojó hacia Abraham, se incorporó con amenidad.

-Buen provecho-Le dijo y señaló a la chica.

El lobo de inmediato la vio, y sin inmutarse, se dispuso a devorarla. La sangre se esparció pos todo el piso, los huesos tronaban, la carne cedía.

El hombre observaba como Abraham probaba su primera comida con desespero. Una sonrisa se coló nuevamente en sus labios. Satisfecho por tener ya los elementos necesarios para actuar. Todo iba de acuerdo a su plan.

-Que comience la función.

 Continuará...

Y por último, una excelente ilustración de Shane y Lily. 










21 comentarios:

  1. WOWWW.. me encanto, no hay palabras para explicar lo que siento en este momento jeje... siiiiiiii al final se besaron!!...
    bueno, gracias por subir este capitulo, no saben cuanto lo estaba esperando!!!!!!!!!!!!!!...
    también quiero decir que me encanto la ilustración de Shane y Lily.
    esperare el prox. cap de delirium.. saludos! =)

    ResponderEliminar
  2. Cuando vi que había actualización de delirium...i come!

    ResponderEliminar
  3. me encantooo esta muy buena..espero el siguiente capitulo pronto..y te felñicito escribes muy bien sigue asi :D

    ResponderEliminar
  4. El capitulo fue de lo mejor, se desvela un poco mas el misterio entre la relacion shane-anna-sarah, y el beso!!! me intriga saber como se desarrollara su relacion despues de eso.

    Espero y continues por que escribes genial.

    PD. la ilustracion es buenisima!!! :)

    ResponderEliminar
  5. Excelente, excelente capítulo.
    Estuve arañándome la cara con desesperación y nerviosismo a cada palabra, felicidades Aru, nuevamente me has dejado un manojo de dudas y la cabeza un lío porque la trama es tan envolvente que ahhhh, en fin, gracias.

    Gracias a Akari por postearlo :D

    ResponderEliminar
  6. Esto de verdad es genial, debo decir que encontré su blog por casualidad y la primera historia que leí fue Café a París y dije no creo traumar me tanto, y paso, de hecho reviso este blog con mucha regularidad esperando a que actualicen capítulos de esa historia, entonces entro ayer y vi este capítulo y sólo lo leí por curiosidad porque no tenía nada más que hacer, y wow me enganche aún sin entender mucho, busque los demás capítulos y me los aventé en un día todos, de verdad esta historia es buenosisima, los personajes detallados, sinceros y mientras avanza la historia menos caóticos y mostrando facetas interesantes sin perder su esencia, los amo!! el único pero que le pongo es que vi las fechas de publicación de cada capítulo y por lo que veo tendré que esperarme medio año para saber que sigue... A la autora, tienes un gran talento, no cualquiera sabe formar tan buenos personajes y casi darles vida, casi puedo verlas, casi creo que son reales y eso es de verdad lo que marca de una buena historia a una excelente historia... mis felicitaciones y espero el siguiente capítulo con ansias

    ResponderEliminar
  7. Woow!!! me encantó éste cap, por fin Lily y Shane se besaron, lo esperé con tantas ansias por tanto tiempo... Deseo ver ahora qué pasará con su relación, cómo proseguirán luego de haber dado ese paso tan importante. Esperaré la conti con muchas ganas, por favor Aru, no nos dejes esperar tanto :( Te felicito por tu excelente escritura que tanto nos encanta, la ilustración estuvo maravillosa!

    ResponderEliminar
  8. QUE GRAN CAPITULO!! *w* me encanta los que has escrito hasta ahora de delirium lleva una gran historia y mucho drama es genial tenia mucho esperando este capitulo revisaba constantemente para ver si ya habías subido pero bueno, valió la espera :3 espero que sigas así muy buen fic tienes talento, me gustaría que me recomendaras algún otro trabajo tuyo

    ResponderEliminar
  9. Impresionante, me encanta la manera que tienes de narrar la historia.
    Sinceramente maravilloso el capitulo, tengo ganas de que publiques el siguiente ya porque este deja con unas ganas muy fuertes de seguir leyendo. Has cortado en un momento como describirlo cariñosamente... horriblemente interesante.
    Al cerrar el capítulo desde dos puntos de vista y los dos cerrarlos tan condenadamente bien me hace sufrir.
    El beso, el ansiado BESO, llevo esperando por un simple beso capítulos, tengo ganas de ver como sigues desarrollando la relación entre las dos... y más ahora que oscuros tiempos se acerca, o eso parece...
    Muchísimas gracias por tan... fantástica? (siento que se queda corto, pero me cuesta describirla de lo buena que es a mi parecer) historia, sigue con ella por favor si no, mucha gente, yo incluida nos quedaremos sin tan hermoso pasatiempo como es leer este maravilloso relato. Espero con entusiasmo el siguiente capitulo. Gracias otra vez!!!!
    ヽ(*≧ω≦)ノ ♥

    ResponderEliminar
  10. Hace poco vi que se actualizo.... y en ese momento SENTÌ MORIR, llevaba esperando mucho y ya casi perdía la esperanza. Tenía muchos trabajos pero aun así saque tiempo y valió la pena, se ve prometedora. Si aprecias a tus lectoras y lectores, termina la historia y no nos hagas esperar tanto :( Quedamos pendientes de la próxima actualización con ansia y de nuevo FELICITACIONES, La historia es una de las mejores q he leído :D

    ResponderEliminar
  11. ya quiero la conti!!! T^T en verdad que me urge saber mas de esta maravillosa historia...please!!!!!! no nos dejen asi T^T

    ResponderEliminar
  12. QwQ me pone triste el ver que aun no le han continuado a esta genial historia me gustaría saber que pasa después *-* espero que le sigan >:3 muy buen trabajo mis felicitaciones a la autora >w</

    ResponderEliminar
  13. Hola me gustaría sader cuando continuaran con esta bella historia

    ResponderEliminar
  14. Muero por saber que pasará a continuación. ..

    ResponderEliminar
  15. Piensas continuarlo?. Seria una lastima que no lo hicieras. No deberías decepcionar a tus lectores, muchos llevamos mas de 1 año esperando que termines esto y por lo menos yo hablo por mi cuando digo que eres muy buen@ en lo que haces. Pdta: que buena obra tienes talento pero necesitamos un final

    ResponderEliminar
  16. cuando saldra el siguiente cap T---T ya no aguanto por saber que va a pasar con ellas :3

    ResponderEliminar
  17. porque?! no la continuan?! uwu yo quiero mas cap. uwu nunca comento...y eso que me eh leido casi todos los fics del baul , publicaaa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Probablemente sea porque no le comentan lo suficiente a la autora. Después de todo de ahí sacamos nuestro feedback.

      Eliminar
    2. ohhh relamente quede enamorada de este fic uwu es una pena que la utora no lo continue

      Eliminar
  18. Por favor quiero seguir leyendo esta hermosa historia... Llevo esperandola viendo la pagina siempre por nuevas noticias y con la esperanza de un nuevo capítulo de delirium es increíble como me llevas a ese mundo de vampiros, el desarrollo de cada personaje la relación de cada uno... Por favor no me prives de tu escrituras y esa habilidad para escribir no dejes de hacerlo eres impresionante Aru. El baúl es mi ricon favorito no dejen nunca de actualizarlo, sus historias todo es hermoso... Muero por historias nuevas (El pacto esta increíble quiero mas) gracias por hacer este espacio para todo aquellos lectores amantes de las hermosas historias como estas y muchas más. Aru bebe vuelve quiero mas de delirium y nuevas no me puedes dejar así. Bueno es la primera ves que me animo a escribir solo quiero que sepan que son increíbles y las amo... Xoxo

    ResponderEliminar
  19. Acabó de unirme a las fila de personas que esperan continuación, alta historia,atrapante...más que eso adictiva.

    PD:me duelen los ojos por estar leyendo toda la noche del sábado...y la tarde del domingo xD

    ResponderEliminar

Agradecemos y nos hace feliz que te animes a comentar, por favor al manifestar tu opinión recuerda hacerlo con tolerancia, recordando que no todos pensamos igual. Las críticas deben ser constructivas, siempre en un marco de respeto.

Las administradoras del blog se reservan el derecho de borrar cualquier comentario que resulte ofensivo.

Al comentar recuerda que estás mejorando tu cutis y reafirmando tus glúteos ^^