lunes, 18 de junio de 2012

Delirium - Capítulo 13



Autora: Aru

Capítulo 13: Shane y Lily. Parte 2

-¿Bram Stoker? ¿El escritor de Drácula?
Así es…
-¿Tú… llegaste a conocer a Abraham Stoker?
-¿Conocerlo?-Río Shane con algo de desagrado-El desgraciado vivió en nuestro castillo con un tiempo… Sin mencionar que salvé su vida…
-No… puedo creerlo…-Lily había leído “Drácula” años atrás, cuando una pasión temporal por la lectura gótica hizo estragos en sus pasatiempos. Pero realmente era muy diferente y difícil el asimilar o más bien, digerir el hecho de que la hermosa chica que estaba sentada a su lado había conocido a tal autor en persona.
-Entonces te encantará oír el resto de la historia…-Sonrió Shane algo vehemente, mientras daba un sorbo de su bebida. Sabía que había dado en el blanco con la rubia, el llamar su atención con tal anécdota era un golpe certero que aseguraba que la distancia entre ellas se acortaría un tanto.
-Por favor, cuéntame.-Dijo con emoción en sus ojos, sin poder disimular su enorme interés ante el relato que si bien parecía aún demasiado fantasioso para ella, bien valdría la pena escucharlo.
-En las edades en donde Stoker era aún un joven escritor sin mucho que perder, tuvo la suerte de encontrarse con el profesor Arminius Vámbéry en un pub de Hungría, para ese entonces era bien famoso por su intelecto, conocimientos en lenguas orientales y mitologías extranjeras. Asombrado con poder conocer a tal figura intelectual, Stoker no pudo evitar la tentación de invitarle una copa para  charlar, y así fue.

Mientras comentaban sobre los diferentes relatos e historias que había escuchado el profesor por lo alto de Europa mientras viajaba, éste no pudo evitar hacer referencia a una criatura poderosa y malvada que se decía habitaba en los Montes Cárpatos de Rumania. Stoker sintió inmediata simpatía hacia la historia y Vámbéry con mucho gusto contó todo lo referente a la casi leyenda; había escuchado relatos de cómo la gente le llamaba al ser Vlad Draculea, una persona con extraños poderes que dormía de día y vivía de noche, su único alimento era la sangre humana, podía convertirse en murciélago o en niebla, y que la única manera de mantenerle a raya era con crucifijos, ajos y agua bendita...

En esa charla Bram Stoker por fin encontró la inspiración que necesitaba, y la aventura que pedía a gritos su corazón. 

No pasó mucho tiempo cuando encontró la manera de viajar a Transilvania, legendario lugar en donde se decía habitaba ese súper ser, y convencido totalmente de que algo de esa leyenda debía ser cierto.

Al llegar, de inmediato preguntó la manera más segura de viajar a los Montes Cárpatos, en ese entonces era un sitio peligroso para los que no conocían la zona y cómo andar en ella. Llegar allá desde Transilvania tomaba más o menos dos días a pie, y se propuso conseguir un caballo y acercarse a su destino lo más que pudiera durante el día y regresar a la ciudad antes del atardecer, cuestión de familiarizarse y aprender del entorno.

Siguió esa rutina al menos un mes, abarcando distancias cada vez más largas en menos tiempo, y cuando al fin se sintió listo, partió un amanecer.

 Cuenta que pasó más días viajando que lo esperado, por supuesto, era otoño y la lluvia y el frío en los Montes eran bastante inclementes. Como sea, el mal clima y la impaciencia le hicieron perderse de la ruta que había rotulado en el mapa y se vio obligado a vagar en busca del camino de regreso. Aturdido y confundido por la niebla que se cernía en esa época, no se le ocurrió otra cosa que sentarse en el suelo, ahí, esperando que un milagro pasase o su muerte llegara a mano de los lobos, lo que ocurriera primero.
Y es ahí es donde entramos nosotros..-

Shane  se paró en seco, y Lily salió del trance en el que la historia la había sumergido.

-¿Eh? ¿Por qué te detienes?-Dijo con algo de impaciencia, comiendo otra rebanada de su casi ya olvidado pastel. La pelirroja sonrió.
-Tengo sed-Se paró ágilmente y esquivando a la multitud de personas, pudo pedir una botella de agua y regresar relativamente rápido. Para ese entonces ya la rubia había devorado cada trozo de su postre y sólo se limitaba a retozar, a la espera de la narración de tan interesante relato de la vida real. Esos pocos momentos se convirtieron en una eternidad para ella, y hasta sintió que la vampiro se sentaba en cámara lenta. Ésta destapó la botella sin mucha prisa y bebió casi todo su contenido de una sola sentada.
-El café me da sed, ¿a ti no?-Soltó, burlándose de Lily por su impaciencia, con una sonrisa pícara dibujada en los labios. La rubia sólo frunció el ceño e hizo una mueca con su boca.-Esta bien, está bien…, continúo.-Luego se aclaró la garganta.- El anochecer llegaba rápido en esa temporada, y a las cinco de la tarde ya me encontraba yo haciendo mis rondas con mi grupo.

Salíamos a patrullar, buscando cualquier vestigio de un ataque licántropo; nos encontrábamos cinco personas comandadas por mí, y nuestros perros. La noche era normal, la visibilidad era casi nula pero nuestros otros sentidos y el conocimiento de nuestro terreno nos respaldaban. Estábamos realmente aburridos ¿Sabes? No había pasado mucho desde hacía tiempo y el hacer rondas de vigilancia se había convertido más en un paseo nocturno que en una estrategia de alerta.

De repente los perros empezaron a olfatear, y sin avisar comenzaron a correr, en busca del origen de ese olor, olor que interpretamos como una señal de licántropos cerca. Nos pusimos en alerta y seguimos el rastro junto con nuestros canes. No tardamos mucho, no más de una hora, cuando entre las gigantes rocas encontramos una fogata que llevaba tiempo apagada y unos metros más escondido, se hallaba Stoker, completamente envuelto en sábanas y una piel de lobo, casi alucinando del hambre y cansancio. Al verlo, el primer impulso de mi compañero era matarlo, pero lo detuve al ver varios libros con títulos interesantes en ellos, referentes todos a las leyendas de vampiros. 

Supuse que matarlo sin averiguar exactamente lo que hacía en ese lugar con esas leyendas de vampiros, sería algo tonto. Los humanos, en especial los habitantes de Transilvania y pueblos contiguos no se atrevían a rondar por ese sitio, conocían muy bien las historias y para ese momento el folklore era más que suficiente para asustar y alejar a un campesino, sin  mencionar que la persona que intentara recorrer los Montes no sobreviviría por los inmensos peligros y terreno traicionero. Entonces ¿Qué pretendía ese hombre al arriesgar su vida así por un par de historias? ¿Cuál era su propósito? Y si de tener propósito se tratase ¿Valía la pena morir por ello? Quería las respuestas a esas preguntas, así que decidí llevárselo a mi padre y que decidiera qué hacer con él.      

 Cuando llegamos a nuestro castillo Charles se espantó mucho al ver que traía conmigo a un humano inconsciente, esa reacción fue bastante positiva ante el enojo que mi padre sintió más tarde cuando fui a entregarle la noticia.-

Shane rió un poco al acordarse de todo lo que le dijo su padre esa noche.

-Bien, luego de exponerle mis puntos y de echarle un vistazo a los libros y notas que Stoker llevaba consigo, mi curiosidad se le contagió, y decidió dejarlo vivir, esperar a que despertara y ver qué pasaba….
Confieso de que ni yo misma estaba segura de lo que pasaría…

Como sea, despertó, y luego de comer y charlar un poco conmigo, se le concedió una audición con mi padre para decidir si viviría o sería comida para los perros. Bram le explicó las razones de estar allí y los riesgos por lo que había pasado para encontrar el castillo, el hecho de que quería hacer un libro inspirado en nosotros y comprobar si las historias eran ciertas. Mi padre se impresionó mucho al saber que los humanos le llamaban Vlad Draculea, un supuesto hombre despiadado empalador; eso definitivamente llamó su atención.

Sin embargo, no estaba dispuesto a permitir que Stoker escribiera sobre nosotros, así que el humano se las ingenió para convencer a mi padre de que no haría un libro delatando a la raza vampírica, sólo un relato “ficticio” sobre un personaje que él crearía y que no representaría ninguna amenaza a nuestro anonimato. Un poco maravillado ante la perspicacia y perseverancia de Abraham, mi padre accedió; con la única condición de quedarse un mes en el castillo para que la gente que lo había conocido en Transilvania lo diera por muerto.   

Desde un principio la idea no caló en mí, sabía que Stoker no soportaría la tentación de escribir su increíble aventura. Un largo y peligroso viaje, una experiencia cercana a la muerte y el descubrimiento de toda una cultura paralela a la humana, son cosas con las que todo escritor quiere vivir para relatar. Insistí a mi padre que debíamos acabar con él, que no era seguro para nosotros, sin embargo no fue escuchada.  

En todo ese mes de estancia aprendió nuestra cultura, nuestras fortalezas y debilidades. Aprendió que si bien no podíamos convertirnos en niebla o en murciélagos, y vivir en ataúdes, teníamos una imponente fuerza, éramos débiles ante la luz y vivíamos de sangre.

Finalmente llegó el día de su partida, y el invitado de mi padre, mi prisionero, partió hacia Transilvania, esperando llegar.

No volvimos a saber más de él, si había llegado a la ciudad o muerto en el camino, hasta que en los años siguientes obtuve su libro: “Drácula”, que de hecho aún conservo en un estante de mi estudio.-

Lily de inmediato recordó aquella primera edición antigua y vieja que había tenido en sus manos cuando hurgaba los gustos literarios de Shane. Y por supuesto, no dijo nada.

-Imagina mi sorpresa al encontrar plasmada en esas páginas la aventura que el mismísimo Stoker había vivido dentro y fuera de nuestro castillo, sólo que un poco más alterada y con diferentes nombres… El desgraciado había llamado a mi padre “Conde Drácula”, extraño ser que mantuvo a Jonathan Harker como invitado y como prisionero, que succionaba sangre de vírgenes y cosas así…

-Qué impresionante…-Fue lo único que Lily pudo esbozar ante tal relato. No sabía qué más decir.
-Ése libro, esa historia…, transcendieron el tiempo y nos convirtieron lo que somos hoy en día: protagonistas de otros miles de libros, películas y series de tv…

Hizo una breve pausa, algo enojada por recordar tales hechos y de cómo Bram Stoker se le fue de las manos es su momento, cuando debió matarlo. Pero exhaló un suspiro para dejar los recuerdos atrás nuevamente.      

-¿Sabes qué?-Inició con nuevos ánimos- Hemos estado sentadas aquí mucho rato, deberíamos caminar un poco-

Shane vislumbró la reluciente calle llena de brillos y gente, y miró a Lily con sus ojos celestes suplicantes, ésta no lo pensó mucho antes de otorgarle la razón a la vampiro.

Salieron del cálido establecimiento, al frió brillante del exterior, donde todo pintaba de dorado y esplendor. Por un momento, la rubia volvió a perder su mente en ese lugar, aún encantada por toda aquella belleza navideña.

Los empujones constantes de las personas que pasaban por el lugar la sacaron de su ensimismamiento y se encontró a sí misma arrastrada varios metros más allá ante la ola humana inclemente. Por instantes se preocupó al no divisar a la hermosa pelirroja en el sitio donde la había dejado; miró a su alrededor sin querer gritar aún el nombre de la vampiro, y antes de poder hacer otra cosa más que mirar por encima de las cabezas, sintió como una mano tomaba la suya amablemente, Lily volteó la mirada inmediatamente y un alivio la embargó cuando vio que era Shane, con los ojos más brillantes y hermoso que la rubia había visto jamás. Por un instante se perdió en su bella y vehemente sonrisa adornada con unos labios seductores, su rostro pálido remarcaba los bordes iluminados de su cabello, casi como un halo de luz, de inmediato sintió algo de vergüenza al darse cuenta de que se había perdido por un instante en la belleza de Shane. Esperó que su maquillaje hubiese ocultado lo que seguro era un sonrojo en sus mejillas.

-Acabo de encontrar algo con lo que nos divertiremos-Dijo la pelirroja con la mirada más risueña que jamás se pudo ver en ella-Ven.
Y sin soltarla de la mano, la llevó casi al final de la calle, frente a un establecimiento en cuya fallada superior se encontraba una gran arma dibujada en neón. Lily de inmediato sintió extrañeza.
-¿Una… armería?-Preguntó con una ceja alzada ante la idea de diversión dentro de un sitio lleno de pistolas y demás.
-No, algo mejor que eso.-Su sonrisa se agrandó un poco más-Un salón de tiro.       
 -Un salón de…? No.-Cortó en seco-De ninguna manera pondrás un arma en mis manos.
-Vamos, será divertido, te enseñaré a disparar…
-Ya he dicho que NO.-Lily parecía decidida a retirarse, brazos cruzados y ceño fruncido, cuando impresionantemente la detuvo otra nueva mirada de la pelirroja: la de perrito. Aquellos ojos suplicantes con esas largas pestañas. La rubia lo admitía, esa cara funcionaba muy bien dentro de las facciones de Shane.
-Por favor…-Suplicó la vampiro casi de rodillas.

Había que ver que Shane mostraba naturalmente toda una nueva faceta de su personalidad a Lily, aquella que no era fría y arrogante, y eso, definitivamente las impresionaba a las dos, en especial a la rubia, quién tenía un estigma de lo que la vampiro era, el cual se venía desgastando desde el camino de Londres a Cambridge.

La ojimiel realmente no se había dado cuenta hasta ese mismo instante que, verdaderamente Shane podía ser realmente encantadora.

Pasó su palma por su rostro, resignándose ya a esos ojos que le pedían a gritos ceder, y con un profundo suspiro soltó un: Si.

Dar el la aprobación y entrar al establecimiento fueron la misma cosa. Y como su imaginación se lo planteó, la rubia no encontró más que un tosco y desabrido “lobby”, en donde se hallaban un escritorio que iba de una pared a otra, un señor tras la pieza, un sofá viejo y sucio y una puerta en donde estaba el salón de tiro como tal.

Shane cruzó el umbral con tres pasos y si dar muchos rodeos alquiló un arma, tres cartuchos, y dos lentes protectores; a continuación le hizo un ademán a Lily para entrar a la habitación contigua.

Al pasar, vieron una enorme habitación dividida en dos: la parte de los tiradores, separada en pequeñas taquilla, y la parte de los blancos, que era por mucho, el salón más largo que Lily jamás había visto. El lugar estaba medio lleno con hábiles hombres que parecían todos diestros en la disciplina de disparar. Concentrados en sus tiros, no se percataron de las dos hermosas mujeres que entraban.

Pero un alto hombre rubio que parecía ya había acabado sus cartuchos y se disponía a irse, se paró casi en seco al ver a Shane acercarse hacia él y sus ojos se entornaron casi imperceptiblemente. La vampiro se dio cuenta de con quién se había topado e hizo caso omiso ante la reacción del hombre, fingiendo que no lo conocía, más sin embargo éste le dedico una leve reverencia al bajar la mirada respetuosamente ante la vampiresa para luego marcharse sin mediar una palabra. Éste gesto no fue pasado por algo por Lily.

-¿Quién es él? Lo conoces?
-No… ha de haberme confundido con alguien más…-Mintió Shane, lo suficientemente convincente como para que su rubia compañera le creyese.-Ven, nos toca la taquilla ocho-Continuó, para despejar la atención.
La pelirroja aprovechaba cualquier excusa para poder tomar la suave y delicada mano de Lily, la cual al tacto le hacía sentir un leve estremecer en el estómago. La dirigió hacia el pequeño cubículo.
-Póntelos-Le indicó, facilitándole los lentes. La rubia se los colocó y Shane tuvo que aguantar una carcajada que casi le salió sola al ver cuán gigantes quedaban en el delgado rostro de Lily.-Te quedan… lindos…-Esforzó la pelirroja más sin embargo la rubia se dio cuenta de la verdad al ver esa expresión burlona que sí caracterizaba a Shane.
-Si… me lo he de imaginar-Soltó con una mueca de descontento.
-Ten un momento-Sin prestarle mucha atención a los sentidos de la rubia, la pelirroja depositó el arma en las delgadas manos, mientras sacaba una coleta de su bolsillo para recogerse el cabello en una cola de caballo.
-Wow, no pesa tanto como pensé-Dijo la rubia, zarandeando el arma de arriba abajo para comprobar su peso.
-Claro que no, ésa es de plástico, y dispara balas de goma. Sería peligroso un lugar que presta armas de verdad a desconocidos.-A continuación la sexy chica empezó a desabotonarse su camisa, para dejarse en franelilla. 
-Ya veo-Alegó Lily impresionada de que las armas de plástico existieran, e impresionada igualmente por el cuerpo de Shane-Ehm… ¿Por qué te has quitado la camisa?
-Que ¿Acaso te pongo nerviosa?-Bromeó la pelirroja con una sonrisa seductora fingida. El corazón de Lily dio un leve brinco, pero volvió a su lugar rápidamente.
-Es en serio.
-Porque las mangas no me dejan apuntar bien-Aclaró antes de hacer enojar a su hermosa compañera. Lily sólo asintió en señal de haber entendido.

A continuación la pelirroja se preparó para disparar, se colocó sus lentes protectores, cargó el arma y una vez ajustada la lejanía del blanco, adoptó la postura típica del tirador. La rubia se colocó justo tras ella, un asiento de primera fila.

El mundo de Shane de desvanecía a su alrededor cuando de disparar se tratase. Sus músculos se tensionaban, sus pupilas se dilataban, su respiración instintivamente se volvía más lenta; esa clase de control mental y corporal más una increíble precisión, le hacían una verdadera maestra tiradora. Un título que había obtenido a lo largo de cientos de años practicando el uso de armas de fuego.

Finalmente disparó, y el centro de la diana se volvió un pequeño hoyo, por donde pasaron dos balas más casi sin rozar los bordes. Su destreza era inigualable y Lily quedó estupefacta ante tal perfección. Ciertamente ni ella misma sabía lo que era un buen tirador, no sabía qué se necesitaba saber para serlo, pero estaba segura de que Shane superaba esos estándares por mucho.

Vio cómo la pelirroja pisaba un pedal para hacer al blanco alejarse, mucho más de donde estaba en un principio. Cuatro disparos salieron del cañón, y Lily quedó nuevamente asombrada ante la precisión perfecta de Shane. Entornó sus ojos, y se acercó mucho más a ésta, intentando descifrar cómo lo hacía.

La vampiro entonces se enderezó, removió los anteojos de su rostro y estiró su arma a Lily con una sonrisa apacible y algo satisfecha, como si algo en ella que necesitaba salir hubiese sido vaciado.

-Tu turno-Dijo mientras Lily tomaba el arma extrañada y era arreada al sitio de disparo por la pelirroja.
-Yo…Yo no sé cómo hacerlo-Se encogió de hombros ante ésta nueva experiencia, algo nerviosa.
-Bueno, entonces te enseño-Replicó Shane antes de que su compañera pudiese decir algo más al respecto, y presionó el pedal hermano del primero para acercar el blanco a una distancia generosa; la tela de la diana fue cambiada por una sin hoyos.-Primero, debes sacar el cartucho, que ya está vacío. Empuja ese seguro de ahí y pon tu otra mano bajo el mango.   
 
Y así lo hizo Lily, y de inmediato su mano sintió el cartucho depositarse en su palma. Lo retiró.

-Bien, ahora mete este cartucho, y jala el puente con fuerza hacia ti. Entonces el arma ya estará cargada- Obediente, Lily hizo exactamente lo que se instruyó, y se sorprendió así misma cargando un arma y de que por lo menos ya sabía algo sobre ellas.
-Las armas cargadas se apuntan hacia abajo cuando no tienes pensado disparar aún, es una medida de seguridad, en caso de que una bala se te escape; pero tranquila, así se le dice cuando aprietas el gatillo sin querer. Bueno, ya estás lista para disparar.

Lily se medio se posicionó, tratando de imitar la postura que hacía instantes Shane había adoptado. Sintiéndose ridícula al ver esos ojos celestes clavados en ella, su rostro se sonrojó.

-Tienes una buena postura para ser la primera vez-Alabó un poco la tiradora para que su compañera dejara sus tensiones.-Separa un poco más las piernas, una más adelante que la otra; ahora inclina un poco tu cabeza hacia la derecha. Si, así. Tu hombro tiene que rozar tu mejilla. Agarra el arma firme en tu mano y con la otra sostén la parte baja del mango, esto es para darte la estabilidad que necesitas para apuntar. Una vez hecho todo esto estás lista para disparar, pero-
Y antes de poder decir otra cosa más, una bala salió sorpresivamente del cañón del arma y como acto reflejo la rubia echó un gritillo al aire ante la sorpresa de haber disparado por accidente. Los hombres dejaron por un instante lo que hacían para asomar sus miradas extrañadas a las chicas. Shane sólo se limito a sonreír algo apenada por el pequeño disturbio de Lily, digno de una principiante.
-Ésta es su primera vez-Excusaba frente al público masculino quién, comprendiendo los pequeños incidentes de cualquier primerizo, sólo rieron un poco antes de volver a su actividad.-Bien Princesa, no ha pasado nada-Sonrió alentadoramente al ver la intensidad de la vergüenza de su compañera.-Lo que iba a decirte era que eso de cerrar un ojo para apuntar mejor es un mito. Sólo es válido ante la utilización de una mira, fuera de eso, los dos ojos tienen que estar abiertos, así ves mucho mejor. Ahora, colócate en posición, toma tu tiempo para apuntar y dispara.  

Aunque para Shane fuera cosa de niños el adoptar toda la técnica para manejar el arma correctamente, a Lily no se le hacía fácil ni mínimamente, en especial con la pelirroja totalmente concentrada en ella. Sentía que era analizada y estudiada por esos ojos árticos, y el hecho de no figurar en los altos estándares de la vampiro, le ponía realmente tensa.

Lo cierto era que Shane no podía quitarle la mirada de encima a Lily por razones muy lejos de su perspectiva. Simplemente le parecía irresistible, delicada, hermosa, femenina, astuta, inteligente, inquebrantable. Todas esas facultades que la vampiro siempre había sabido apreciar en una mujer, la rubia parecía tenerlas todas juntas, y eso era algo que definitivamente le hacía desvariar de vez en cuando cuándo estaban a solas. Su instinto seductor le había rogado actuar desde el principio de la velada; ese impulso por inquirir, seducir, encantar para conseguir un cuerpo era muy difícil de controlar. Muy dentro de sí moría por tener a Lily en su cama, ese cuerpo perfecto debía ser el mejor de todos los trofeos.

Y de repente una pregunta la asaltó con un fuerte hormigueo. ¿Cómo podría ser Lily en la cama?

Ciertamente fue una pregunta que la hizo acelerarse un poco, y ese pedazo pervertido de su mente comenzó a actuar. Sin controlarlo, imaginó gemidos, expresiones, palabras, movimientos, sudor y mucho, mucho calor.

“Rayos…” Pensó la pelirroja como si tuviera en frente un néctar de la vida el cual no pudiera probar. Si, definitivamente moría por tener algo de eso.    
  
Sin embargo y sorpresivamente para Shane, no todo era sexo, su sed no se limitaba al placer carnal que significaba tener su cuerpo a merced de sus condenas caprichosas. Sentía un aprecio por Lily que no había sentido casi por nadie más, ese respeto que sólo se gana una mujer valiosa; la esencia intocable de su ser, sus opiniones, sus gustos, su sentido de lo correcto.  Todo se conjugaba perfectamente para hacer de la rubia lo que era. Y el sentimiento que eso acarreaba en Shane era lo que no podía descifrar aún. Había sido la primera vez que encontraba una mujer así, tan fuerte y hermosa a la vez. Tal vez su mescolanza de sentimientos y emociones se debía al fuerte impacto que Lily causaba en la vampiro, el extraño deseo de querer saber más de ella, ser más cercana y estar más presente en sus pensamientos.  

El sonido del cañón hizo que despertara de su ensimismamiento y al notar que la rubia ya había bajado el arma, asomó sus ojos y vio un pequeño orificio en la marca más alejada del centro.

-Vaya, lo has hecho bastante bien.-De verdad que ese disparo había hecho a los ojos blanquecinos entornar-Demasiado bien tomando en cuenta que es tu primera vez.-Luego miró a la ojimiel con algo de entusiasmo.

Lily hizo varios tiros más, tratando de seguir fielmente las indicaciones de Shane, pero se dio cuenta que no era algo fácil. Los siguientes dos tiros no fueron tan precisos como el primero, y sus ojos se llenaron de frustración y algo de rabia a causa de su perfeccionismo empedernido que no deba permiso a los errores. 
   
-Demonios-Soltó entre dientes luego de alzar la mirada para comprobar sus resultados en la diana, Shane sólo estaba recostada a la pared, admirando hasta las rabietas de la rubia-¿Qué estoy haciendo mal?
La pelirroja sólo sonrió y se acercó a su compañera.
-Lo haces todo bien, lo que sucede es que tu brazo derecho no imprime la fuerza necesaria para aguantar la explosión del cañón, y al disparar, la bala sale más arriba de lo que  apuntaste. Inténtalo de nuevo, pero tienes que contener el arma.

Lily se puso en posición nuevamente y disparó, pero la bala, tal como lo explicó Shane, había salido más alta de lo que calculó. 

-Me cuesta aguantar la explosión-Dirigió sus frustrados ojos miel a la cara de la vampiro, apretando sus dientes y frunciendo su seño hasta todo lo que daba.
-Bueno, si me lo permites, puedo ayudarte-Sonrió Shane al ver tal magnitud de la molestia por algo que simplemente era por diversión. Fue entonces que se dio cuenta de que Lily tomaba todo en serio, y, como toda perfeccionista, tenía que hacerlo bien, así se tratase de disparar un arma por primera vez.

La rubia lo pensó por unos momentos, no se le ocurría una manera en que su compañera pudiese ayudarle, se arriesgó a darle un “está bien” sólo por la curiosidad de ver qué salía de eso. Pero ciertamente pudo predecir cualquier cosa, menos lo que haría a continuación. Con su esbelto cuerpo, Shane prácticamente envolvió a Lily, ubicándose detrás de ella y ayudándole con sus brazos a sostener el arma, y a pesar de que el pálido rostro se encontraba más atrás que el de ella, percibía un leve y apacible aliento rozar su mejilla. El sentir sus cuerpos tan cerca y ese olor a cuero y noche que le erizaba la piel, hizo que se enrojeciera violentamente y que su corazón empezara a querer salir de su pecho con enormes tumbos. No entendía la traición de su cuerpo ante los estímulos de la vampiresa. ¿Era acaso que realmente se sentía atraída hacia Shane?

No le dio mucho tiempo de pensar en ello cuanto una grave voz a su espalda la hizo salirse de su propia mente.

-Dispara cuando quieras, yo sostendré.

Y como pudo la rubia, apuntó y disparó. Impresionantemente el arma no se movió ni un milímetro dentro de las cuatro manos y Lily se sorprendió al darse cuenta de la fuerza de la fuerza que tenía su compañera.  
 
-Lo lograste-Sonrió Shane, liberando a Lily de su abrazo-Un tiro casi perfecto.
El “tiro casi perfecto” era lo menos que pensaba la rubia en ese momento. Estaba preocupada, realmente preocupada de lo que aparentemente sentía por la rompecorazones pelirroja.

Nunca había tenido tal sensación antes, ese corazón acelerado, los nervios, el enrojecimiento; de verdad sentía algo por la vampiresa y eso era una cosa que realmente representaba un problema, ya que jamás, desde que había visto a Shane por primera vez en los campos de su escuela, se le habría ocurrido que podría llegar a sentir algo por ese tipo de personas egocéntricas y sin un dejo de humanidad ni interés por el prójimo.

¿En qué momento el desprecio se había transformado en peligrosa simpatía? 

Shane no era para nada el tipo de personas que le atraerían a Lily, sin embargo la pelirroja se las había ingeniado para hacerla decaer un poco; algo en esos suspicaces ojos celestes, su inteligencia, amabilidad y atención habían sido suficientes como para quebrantar ese enorme muro dentro de la rubia, pero pese a eso,  no estaba dispuesta a ceder.  

Ahora el único sentimiento que se apoderaba de ella era el de preocupación.

   -Lo siento… parece que te he incomodado-Disculpó Shane algo avergonzada al ver el enrojecimiento de las tersas mejillas. No había tenido la intención de hacerla incomodar, y el hecho de romper la barrera del espacio personal, fue casi que un impulso.
   -No, no, tranquila-Rescató la rubia a tiempo mientras ponía mechones de cabello tras su oreja-Sólo que no estoy acostumbrada a tener a alguien tan cerca.

Ese comentario tomo a Shane por sorpresa. Definitivamente no se esperaba que alguien con la belleza de Lily pudiera ser tan ajena a la cercanía física. Algún baboso pudo querer algo con ella alguna vez, un beso, un abrazo, una caricia. ¿Ni siquiera eso?

-Oh pues, lo siento, dos veces-La pelirroja sonrió tanto con sus labios como con sus ojos, y el celeste resplandeció. Lily le devolvió tal gesto sincero de vergüenza con una réplica legítima de esa sonrisa.  

La noche continuó y por fin dejaron el salón de tiro atrás.  Pasearon por las calles adornadas de dorado, rojo y verde. La música y el esplendor saturaban sus sentidos y hacía al frío aplacar. Bromearon de aquí allá con las cosas curiosas que encontraban a su paso: bufandas de lentejuelas, licor de maní, medias de lana con ositos y cascabeles, máscaras y muchas otros objetos más.

Poco a poco, Shane iba descubriendo toda una parte que no conocía de la rubia; aquella que reía y sonreía sin administrar, la que jugaba y tonteaba, la que decía cosas que dejaban ver sus debilidades femeninas. Esa parte que era la verdadera esencia de la Lily y que la vampiresa por fin podía ver en todo su esplendor. Las luces parecían formar un aura hermosa frente al dorado ángel y de alguna manera, ya los pensamientos de la pelirroja no eran tan carnales como al principio. Había algo en la dulzura natural de Lily, que simplemente hipnotizaba y encantaba a Shane.

Estaba acostumbrada a chicas sensuales, despreocupadas y atrevidas; las que al igual que ella se sentían cómodas en la noche, en ese ambiente que arremetía contra sus dignidades. Las que lo daban todo por una ansiada noche pasional con la ojiceleste, ese ser sexual  y místico que sin saber cómo, hechizaba con sus ojos dentro de las sábanas de una cama. 

Ése tipo de mujeres fáciles rondaban la ostentosa vida de Shane. Sin embargo al encontrarse tal obstáculo en frente como lo era Lily, la tempestad dorada había sacudido su talento para seducir y representaba un desafío que valía a cambio toda y cada una de las chicas con las que se había acostado.

Sin embargo no era ni la ocasión ni el propósito que Shane tenía planeado para esa noche. Guardaría sus extraños pensamientos fuera de lo común para más tarde, cuando tuviera tiempo de analizarlos con un buen vaso de whisky.

Luego de disfrutar del momento otra hora más, ya habían culminado de observar todo lo habido en la feria.

-¿Nos vamos ya?-Sonrió Shane cuando se hubo dado cuenta que la música y las personas comenzaban a disminuir rato a rato. La rubia dio un rápido vistazo a su alrededor y asintió.

Poco después ya se hallaban instaladas en el cómodo interior del Saleen camino nuevamente a Londres. Lily, sintiéndose más segura en su entorno actual y al lado de Shane, se tomó la pequeña libertad de hurgar un poco los gustos musicales de la vampiresa; ubicó el control remoto del estéreo y lo encendió.

-Veamos que tan fina eres para la música-Dijo Lily medio retadora. La pelirroja sólo rió un poco.
 -Tanto como tú lo eres para la poesía.
Apretó el botón de reproducir y de inmediato una tonada muy familiar comenzó a sonar.
-¡Pink Floyd!-Reconoció Lily al instante.
-Vaya… Parece también tienes buen gusto para la música-Sonrió Shane, incrédula de que a la dulzura dorada le gustara el Rock n´ Roll.

Lily comenzó a pasar las canciones, sólo oyendo de ellas unos segundos.

-The Beatles…, Rolling Stones…, Oasis…, The Doors, The Who…, Guns n Roses, Queen, Nirvana…
-Vaya, me has dejado REALMENTE impresionada. Eres toda una conocedora del Rock.
-Es por mi madre, escuchaba estas bandas todo el tiempo-Respondió Lily. Y luego pasó la canción, de inmediato una poderosa guitarra eléctrica saltó por todo lo alto en el interior del auto, y la rubia sintió como la mano que sostenía el control era retenida por la de Shane.
-¡No la quites! –Dijo emocionada-¡Amo esa canción!-Y entonces la poderosa vampiresa comenzó a cantar al unísono que la pista “Highway to Hell”.
-Vaya, te gusta mucho AC/DC, ¿no?
-Es mi banda favorita.

Lily comenzó a disfrutar de la irreverente melodía mientras reía ante una Shane mona que no dejaba de cantar la canción tanto como su voz como con su cuerpo.

Y una vez terminada la canción siguieron disfrutando de las canciones posteriores con más tranquilidad. Las dos parecían haberse por fin sentido a gusto completamente  la  una con la otra, y una leve y casi imperceptible sonrisa asomaba por sus labios.

Esa noche Lily había quedado sorprendida, no, más que sorprendida, impactada ante lo amena y divertida que era la vampiro luego de que el momento incómodo pasaba. Ése carácter altanero y soberbio, concluyó, era sólo la fachada superficial que la pelirroja usaba para sorprender.  Esa vehemencia que había observado desde el primer día que la vio en el campus se había esfumado esa noche, mostrando ante los ojos de Lily, a una persona que era mucho más de lo que aparentaba.

Definitivamente, ésta Shane le gustaba mucho más.

-Ah, se me olvidaba. Quiero llevarte a un último lugar. ¿Sigues de ánimo? -Interrumpió Shane los pensamientos de Lily.
-¿A dónde?
-Una sorpresa-Rió la conductora-Te gustará. ¿Te animas o no?
-Vaya, otra sorpresa… Está bien, vamos.
-Perfecto-La sonrisa se agrandó un poco más-Sé que te encantará conocer a Midnight.
-¿Quién es Midnight?-Preguntó la rubia al instante.
-No te lo diré, ya pronto lo verás.
-¿No puedes darme aunque sea una pista?
-No. Sólo te recomiendo que cambies tus zapatos. A dónde vamos quizás se te dificulte andar con tacón algo. En el asiento trasero tengo un par de tenis que te quedarán.

Y sin ánimos de preguntar para no ser rebotada, hizo caso sin alguna objeción. Cambió sus zapatos y sus pies agradecieron enormemente el suave interior acolchonado de los Adiddas.

Siguieron conduciendo por la autopista principal, hasta que a unos 15 kilómetros antes de llegar a Londres, Shane tomó un camino separado, igual de pavimentado, pero mucho más pequeño. Se adentró con el Saleen campo adentro y así siguieron por unos treinta minutos. Al tiempo que avanzaban, caminos largos que daban a granjas comenzaron a aparecer y el Saleen tuvo que bajar su velocidad gracias al terreno algo rustico. Pasaron otros quince minutos antes de que Shane divisara por fin la entrada que estaba buscando. Lily pudo observar una hermosa entrada llena de fuertes troncos de árboles despojados ya de sus hojas que a pesar de la oscuridad, se veían imponentes ante sus presencias. A un lado del camino, un letrero adornaba el umbral: “Golden Milkhouse”. 

El auto entró y recorrió el camino cuesta arriba hasta llegar al pico de la elevación. A su vista se alzó entonces una hermosa casita campestre que emanaba luz dorada.

-Bien, no están dormidos.-Shane, como lo había hecho muchas veces esa noche, volvió a sonreír, mientras Lily mantenía un semblante de insoportable incertidumbre y curiosidad.

Shane se estacionó cerca de la casa y pidió a Lily que esperase unos momentos dentro del auto. Luego esta vio como la pelirroja tocaba la puerta de madera. Se abrió, y el hombre que apareció tras ella pareció muy feliz al verla, le abrazó con mucha estima, entonces salió una mujer, quién también la abrazó. Las dos personas hablaron unos segundos con Shane para luego mirar por encima de su hombro, hacia el Saleen. Lily se dio cuenta de que ya sabían que estaba ahí dentro. Los tres entraron a la casa, y en menos de algunos segundos salió Shane con un manojo de llaves en mano. Abrió la puerta del lado de Lily.

-Madame.

 La invitó a salir con una reverencia mientras extendía elegantemente su mano como apoyo.

Lily la tomó y al salir miró a su alrededor. Un vasto campo verde que se extendía más allá de su vista. Supo de inmediato que ese lugar debía ser sumamente hermoso de día. 

-Ven, te presentaré a unos amigos.-Sin darse cuenta caminaron de la mano directo a la casa, sin embargo no entraron., los dos dueños estaban esperándolas en el umbral.
-Lily, te presento a Lizzy-Lily extendió su mano que fue rápidamente recibida por las cálidas y risueñas de la señora bajita y gordita, sus cachetes rosados remarcaban su sonrisa.
-Mucho gusto-Asintió suavemente la rubia con su cabeza, elegante.
-¡Válgame Dios!-Rió pomposa- Es toda una dama, Señorita Shane. Muy hermosa, muy hermosa.
Lily enrojeció de inmediato.
-Y él es Tom. Su esposo y dueño de esta propiedad.
-Un placer conocer a tan bella y educada señorita-El hombre apretó manos con Lily, mucho más apacible que su mujer- ¿Desean pasar y beber una taza de té caliente?
-No, gracias-Rechazó la rubia con sus modales a todo dar.
-Sólo venimos a ver a Midnight. Las presentaré-Dijo Shane risueña refiriéndose a Lily.
-Oh bueno, vienen en buen momento, hoy la he bañado.-Sonrió el hombre.

De inmediato la vampiresa tomó nuevamente la mano de su acompañante y a ésta no pareció molestarle en lo absoluto, una leve sonrisa inconsciente se coló por sus labios. La guió hasta lo que parecía un granero. El manojo de llaves por fin tuvo su utilidad y sirvieron para abrir varios candados enormes que bloqueaban la entrada de doble puerta.

Shane empujo suavemente las dos puertas a lo que se abrieron a medias. Entró.

-Ven, pasa. Sólo déjame encender las luces.

Lili pasó, algo temerosa de la oscuridad que luego fue desvanecida por  unos luminosos focos en la parte más alta del techo. Y cuando por fin pudo ver con claridad, se dio cuenta de que no era un granero, sino un establo.

Ante sus ojos, se extendieron una docena de cuartillos de los cuales cuatro de ellos estaban ocupados por caballos. 

-Sígueme…

Shane avanzó delante de ella y llegó hasta el último espacio que por lo que pudo ver rápidamente estaba vacío.

-Hey Midnight-Saludó Shane con ternura viendo por encima de la puertecilla. Hablaba bajo, como quién no quiere despertar a un bebé. Luego los ojos celestes se dirigieron hacia los dorados.-Aquí está, acércate-Invitó la pelirroja, e imitando lo mismo que había hecho ésta, se alzo un poco en la punta de sus pies para ver hacia el interior del espacio.

Su mirada se maravilló tanto como la de Shane, al ver la hermosa yegua blanca que se levantaba gustosa de su lecho ante la visita de su dueña. Al estar de pie, Lily pudo observar su hermosa crin blanca que se alargaba hasta sus hombros, su liso pelaje pálido y su enorme altura. Sus largas pestañas eran encantadoras
De inmediato, Midnight le dedicó un roce de trompa al rostro de Shane, en señal de haberla extrañado.

-Hola hermosa-Saludó Shane como si le estuviese hablando a un amor eterno. Tomó la cabeza de la yegua entre sus manos y comenzó a acariciarla.-Vengo a presentarte a alguien muy especial-Luego sonrió con una dulzura que hizo al corazón de Lily retumbar y enrojecerse levemente.
-Midnight, ella es Lily. Lily, ella es Midnight- Presentó. Y la yegua, casi como si pudiese entenderle a su dueña, extendió su nariz para acariciar la mejilla de la rubia.
-El placer es todo mío-rió un poco Liy ante la belleza del animal. Acaricio la enorme quijada, mientras Shane mimaba el cuello.
-Vamos a sacarla a dar una vuelta ¿Te parece?
-Sólo si me dejas llevarla.
-Por supuesto -La vampiro colocó entonces las riendas a la yegua y ésta salió tranquilamente de su lecho ante la guía de su dueña-Ten, toda tuya.-Depositó las cuerdas en las manos de Lily y juntas, salieron del establo.
-No saldrá corriendo o algo así ¿No?-Preocupó la rubia a último minuto.
-No…, ella es muy dulce. Si caminamos juntas no irá a ningún lado.
Comenzaron a caminar, aparentemente sin ningún rumbo.
-¿Cómo es que conoces a éstas personas? ¿Cómo es que tienes una yegua? Debiste haberlo mencionado…-Comenzó a hablar Lily.
-Hace unos cinco años esta granja iba a ser subastada, ya que Tom no poseía el dinero suficiente para pagar en totalidad los derechos de propiedad, y para esos tiempos estaba interesada en poseer alguna de las tierras de por aquí. Al principio pensé en comprar ésta, pero al darme cuenta que los dejaría a ellos dos en la calle, decidí donarles lo que les hacía falta para conservar la granja. Y como agradecimiento, me obsequiaron a Midnight cuando nació.
-Ya veo… ¿Y por qué Midnight?
-Ella nació una noche de luna llena, justo a las 12:00am… Así que me pareció un buen nombre…  Recuerdo que nos impresionamos mucho al ver que era tan blanca como el marfil, tan pequeña y frágil…, ahora mírala, es toda una belleza.

Al parecer, Shane tenía un amor por los animales que a simple vista no se notaba.

Siguieron paseando, recorriendo tranquilamente todo el lugar hasta ir más allá de la delimitación, hacia un claro que mantenía por lo alto una impresionante vista de Londres. Y ahí, colocada solitariamente, una vieja banca de parque.

Dejaron a Midnight pastando un poco y decidieron como última parada de la noche, sentarse un rato a observas las luciérnagas intermitentes de la capital inglesa.

La vista era maravillosa, relajante y casi irreal. A pesar del clima, la belleza no era opacada  por el cielo invernal. Ahí, sentadas desde ese lugar que parecía casi un trono, se sentía como si el mundo llegase sólo hasta donde se alcanzaba ver el horizonte, y nada más que ahí fuese tan maravilloso como esa sensación de libertad que otorgaba admirar desde lejos.

-Este lugar debe ser hermoso en primavera-Soltó vagamente Lily a lo que la brisa acarició su piel en ese momento en que las palabras estaban un poco de más. Exhaló un leve suspiro que le dijo muchas cosas a Shane, quien sólo se limitó a observar y maravillarse con lo delicada que la rubia podía ser.

Apartó sus ojos celestes y los posó sobre la impresionante vista nocturna que se cernía frente a ellas. Le hacía recordar su hogar, las pocas cosas hermosas que había disfrutado y visto, la riqueza casi inexistente del mundo y lo placentero de una buena compañía.

Muchas cosas pasaban por su mente en ese momento; acababa de darse cuenta que Lily hacía surgir en ella una Shane que no conocía y eso era un trago medio amargo para ella.

-Lo más hermoso que se me puede ocurrir de llevar una vida tan larga, es el poder ver cosas increíbles-La brisa seguía siendo impresionantemente sosegadora-No imagino los lugares en donde debiste haber estado, las personas, las experiencias…. En esa parte te envidio demasiado.
-Vaya que sí…-Sonrió Shane algo nostálgica-He vivido muchas cosas a lo largo de mi vida, he conocido tierras y gente impresionantes….-Luego su mirada decayó un poco- Pero era joven, arrogante…y  no supe apreciar las cosas en su momento.
-¿Joven y arrogante dices?
-De las peores. A mis “dieciséis” años creía que sin mí la tierra no podía girar, todo me valía poco, hacía lo que quería y dejó de importarme mis deberes y responsabilidades. Eso me conllevó a varios problemas con mi padre.

Y de repente Lily se dio cuenta de que nunca había escuchado la palabra “padre” saliendo de la boca de Shane; en realidad, muy dentro de sí, no se imaginó nunca un ser de autoridad y presencia superior al de la vampiro, no se imaginaba a nadie dándole órdenes, imponiéndole control. Era casi como si imaginara que la pelirroja había surgido de la tierra, siendo el ser imponente que ya era; y una enorme curiosidad mermó casi de inmediato. 

-¿Cómo era tu padre?

A Shane la pregunta le cayó algo por sorpresa y se exaltó levemente, revolviéndose un poco en su sitio y sintiendo los recuerdos llover en su mente. ¿Cómo describir a su padre? El único a quién ella había temido y respetado, el único que pudo doblegarla. No le diría eso a Lily, de ninguna manera, aunque ciertamente, su carácter  y liderazgo debían ser los elementos que predominasen en una buena descripción de él.

-¿Cómo describirlo….? Mmm…. Verás, mi padre era de ese tipo de personas que cuando entran a una habitación sientes su presencia, su poder -La pelirroja trataba de reunir las palabras exactas y entonces comenzó a ayudarse con sus manos, ademanes de aquí para allá, puntualizando palabras, haciéndolas valer-…Casi sentías que podía congelar el tiempo con su mirada ¿Sabes? y parecía que con sólo verte podía saber todo sobre ti, desnudándote, analizando capa por capa tu comportamiento…

Lily escuchaba a Shane con toda su atención, pero por más que tratara no podía dibujar en su mente a aquél magnífico ser. Las palabras eran claras, los conceptos precisos y detallados, sin embargo por mucho que la pelirroja intentase hablar y hablar, a la ambarina sólo se le podía armar una figura mental de todo ese monólogo de descripciones, y era la de Shane.

O la vampiro se estaba describiendo a sí misma, o su padre y ella habían sido como dos gotas de agua. Tal vez si, tal vez no. Lo cierto era que muy probablemente todavía Shane no se había dado cuenta de tal hecho.
 
 -Era muy estricto, pero se aseguraba de darme un poco de espacio para mí misma… Con el tiempo aprendí a admirarlo y respetarlo…
-¿Te pareces a él?-Preguntó Lily, y al ver la mirada un poco confusa de Shane, aclaró-Físicamente, me refiero…
-Bueno, supongo que si…-Miró al cielo, rememorando  la imagen de su padre para notar algún parecido-Tengo su cabello rojo, su quijada, sus ojos y sus labios; también la altura y muchas expresiones faciales…
“Y el carácter” Pensó la rubia para sí misma, sonriendo un poco y notando que verdaderamente Shane pudo haber sido una copia de su padre.

Realmente a la rubia se le venían a la mente un millón de preguntas sobre la vida de Shane, pero sabía que sería grosero iniciar un interrogatorio que le hiciese parecer una averiguadora, en vez de esa elegía sus preguntas cuidadosamente, intentando de que fuesen lo menos invasiva posible, pero que de alguna manera esclarecieran varias de sus curiosidades.

-¿Cómo era la vida de un vampiro en ésa época? 
-Dura-Dijo Shane sin pensar-Bastante dura. Excluyendo ya el asunto de los estratos…
-Estratos-Interrumpió Lily, al parecer ese término en específico había llamado su atención.
Shane soltó una mueca y se rascó la nuca.
-Hmm… no es algo sencillo de explicar…-Alegó con un dejo de fastidio, al parecer, no queriendo revelar mucho.
-Tengo toda la noche si a tiempo te refieres-Soltó Lily inmediatamente con un dejo decidido.

La pelirroja se tomó un momento para pensar y acomodar sus palabras para lo que sabía sería una explicación algo tediosa de exponer y de entender.

-Desde que existimos, la vida de los vampiros siempre ha girado en torno a la sangre.
-Como alimento.
-No, no sólo como alimento, sino también como una herramienta de poder y estatus social-Hizo una breve pausa para pensar nuevamente, y prosiguió- A los vampiros nos dividían en tres estratos: los “sangre sucia”, el renglón más bajo, humanos normales convertidos por la mordedura de otro vampiros, les llamaban así porque eran relativamente débiles en comparación con los otros dos tipos; mediana fuerza, mediana resistencia y sentidos no tan afinados…, lo que ustedes humanos y las películas de ficción denominarían un “sirviente vampiro”. En nuestra comunidad eran principalmente eso, sirvientes.

Lily no decía una sola palabra; inmersa en la explicación de Shane, su intención era sólo la de escuchar.

   -Luego estaban los “Puros”, vampiros raros y escasos, descendientes directos de sangre del primer estrato, la realeza vampírica. Extraordinaria fuerza, reflejos, instintos, sentidos, inteligencia…; una sangre que era muy codiciada entre nuestro universo social.

   Finalmente se encuentra el primer renglón, del cual un sólo vampiro podía formar parte: el vampiro “Imperial”, rey por derecho de todos los vampiros. Su sangre era la sangre definitiva. Hacía de su cuerpo y mente el mecanismo más perfecto jamás visto, poseía todas las características y mucho más;  e incluso… la inmunidad ante la luz solar.

-El vampiro perfecto…
 -Exacto. Pero cumplir con los requisitos que un vampiro necesitaba para convertirse en el Imperial no eran nada fáciles, así que era considerada una hazaña preparada sólo para los destinados de sangre pura.

Y de repente algo hizo a la rubia caer en cuenta. Algo que no había notado antes, pero ahora le golpeaba la cara como un balde de agua fría.

-¿Tu padre… era el vampiro Imperial?
-Así es.
-Y eso te convierte a ti en…
-… Una vampiro de sangre pura, descendiente del gran Lord Noktus Derogan Valerious y heredera legítima de la sangre Imperial…

Por unos instantes Lily se sintió como en una clase de sueño loco e increíble. ¿Acaso oía bien? ¿Acaso su mente ataba los cabos correctamente?

-Entonces el hombre del cuarto de tiro…  Eres una princesa, y lo de hace un rato ha sido una reverencia… ¿o me equivoco?
-Sí, se podría decir que si… Ese hombre que vimos hace rato era un vampiro, un antiguo sirviente de mi padre que ha sobrevivido todos estos años, cosa que me sorprende en realidad.
-Impresionante, es demasiado increíble como para ser cierto-Lily estaba anonada, pero lo suficientemente lúcida aún como para no demostrarlo completamente ante Shane, quién parecía un poco incómoda y extrañada por la reacción de la rubia.-Y entonces… ¿Cómo es que no te has convertido en la vampiro Imperial?-Continuó, más tranquila.
-Ya por sí solo, optar por la posibilidad de ser la heredera al puesto no era nada sencillo, bueno o prometedor, Princesa-Paró por un momento, rememorando todas las cosas horribles que tuvo que pasar desde su infancia para poder llegar a donde había llegado, un sentimiento áspero y familiar de odio y frustración se coló desde su corazón hasta revivir en su rostro.-A los candidatos se nos obligaba a pasar por un entrenamiento ritual cuyo objetivo era eliminar a los menos aptos, para dejar a los más fuertes…

La rubia no pudo evitar sentir esas palabras como si animales se tratasen, estratos, peleas, sangre. Los vampiros eran bestias con forma humana. Su impresión por lo contado anteriormente no había parado, pero al escuchar decir a Shane tales cosas con un tono amargo en su voz le hizo a saber que ese momento en su pasado le había marcado de forma importante.

-No tienes que seguirme contando si no deseas hacerlo-Argumentó comprensiva, respetando el espacio personal de la vampiro.
-Descuida, no es como si no lo hubiese superado ya. –Sonrió la pelirroja con algo de tristeza. Se dispuso a continuar-Mi padre, tuvo varios hijos con mujeres humanas distintas, miembros de su harén.

   Toda descendencia directa del Imperial gana automáticamente el privilegio de ser entrenado y “competir” para relevar al Imperial actual, al ser en efecto, potenciales vampiros de sangre pura.

-¿”Potenciales vampiros”?-Se paró en seco Lily-¿Acaso no nacen siendo lo que son?
-Todos los vampiros puros nacemos como humanos, herencia de nuestra madre humana. Más en nuestros genes se encuentra un poder dormido, transmitido a nosotros por el Imperial, el cuál es despertado al ser mordido por él.
-Ustedes son humanos hasta que su padre los muerde…-Le parecía impresionante.
-Es alguna clase de mecanismo de activación…
-¿Que sucede luego que son “activados” a vampiros?-Shane vio los ojos confundidos de Lily, cómo su ceño se fruncía levemente, cómo inclinaba un poco su cabeza y caía un mechón rubio de su cabello, deslizándose suave por su hombro hasta caer completamente. Le fascinaban esa clase de gestos en la rubia, esas maneras delicadas de moverse, de expresarse, de ser.

A pesar de estar en una atmósfera totalmente distinta y de estar hablando de un tema que Shane nunca se imaginó contarle a Lily, ésta no podía evitar admirarla en secreto.

-Luego de pasar a ser puros-Continuó, preparándose para por fin contar la parte cruda de la historia, arriesgándose a que Lily viera a su raza como una sin alma y sin compasión…, y quizá fuese así-, somos sometidos a una estricta educación y entrenamiento físico por décadas...

Observó a Lily con detenimiento, preguntándose si estaba haciendo bien al descubrir tantas cosas, pero había algo, algo en ese rostro tan solemne que era muy especial, que le incitaba a confiar, que le inspiraba a hablar… Suspiró con tono resignado y algo cansado, tratando de acomodar las palabras en su boca tan bien como podía, y de no parecer tan tensa como realmente estaba.

-Lo siguiente que voy a contarte no es mágico, ni glorioso… No es nada parecido a lo que has visto en las películas o en los libros. No es un relato con finales felices, de perdón o redención. Sino un legado de sangre y violencia, traspasado de generación en generación por las leyes de los vampiros… necesito que entiendas esto antes de poder decir algo más.
-Entiendo.-Los sentidos de Lily estaban atentos a cada mínima palabra que emanaba de la boca de Shane y por su tono de voz y mirada solemne entendía que estaba algo preocupada por como la rubia pudiese reaccionar. Sabía que la vampiro no quería que Lily la viese como una salvaje sanguinaria ni que algo cambiase entre ellas dos para mal. Shane intentaba abrirse un poco, en un intento de retroalimentación mutua.  
-Será mejor que te cuente esto como una historia personal, será más fácil de explicar para mi…-Argumentó justo antes de perderse en sus pensamientos. Lily no objetó, sólo se dispuso a asentir y a escuchar.

Esa noche en particular era demasiado fría para tener una batalla, la ventisca azotaba los árboles, el suelo susurraba ante sus pies contra la nieve, la neblina impedía la visibilidad formando a su alrededor una inmensa nube espesa. Sin embargo ahí estaba, respirando aceleradamente, caminando sigilosamente y midiendo cada movimiento de su oponente.

Los despojos de batallas anteriores se hacían presentes en ella, pruebas de sus victorias: cortes, magulladuras y moretones. El acero de su arma era inclemente y preciso, fuerte y rápido. Pero a pesar de ser diestra en el arte de matar, el temblor en la base de su espalda, la adrenalina corriendo por sus venas, sus pupilas dilatadas y piel erizada probaban el aún no poder controlar a la perfección los privilegios de su poderoso cuerpo. Estaba agotada. 

-Yo seré quien retorne con gloria ante el Imperial y nuestra gente-Bramaba el chico. Shane no respondió.

El joven arremetió entonces contra la pelirroja como lo había hecho una docena de veces en esa pelea. La espada se acercó peligrosamente al cuello de la vampiro, quién pudo escapar del corte a último segundo, con un ágil movimiento se alejó de él y lanzó una estocada que fue esquivada, seguidamente bloqueó un golpe de su adversario y ésta lo regresó, causando un daño en las costillas del chico.

Se separaron nuevamente para recuperar el aliento. La pelirroja se mantenía impasible y silenciosa. Atenta a cualquier señal de debilidad, de cualquier desliz.

Nuevamente las espadas chocaron una vez, una segunda, una tercera, cuarta y quinta, todas siendo esquivadas. Finalmente Shane lanzó una zarpa con su arma que tajó el muslo de su adversario y este alzó un grito de dolor que estremeció la oscuridad del bosque. Sangre empezó a emanar a chorros de su pierna mientras se alejaba como podía del amenazante acero de Shane.

-¡Tú...! ¡Tú! ¡No me matarás!-Bramaba el chico con voz quebrada, intentado sostenerse en pie, respirando agitadamente y blandiendo su espada como podía. Shane se enderezó, perdiendo su posición de ataque y dejando su arma de lado. Caminó hacia el chico con tranquilidad, con esos ojos de daga que apuñalaban el alma.

El muchacho echó para atrás mientras apuntaba a la vampiresa con voz temblorosa. En sus ojos se empezó a entornar el miedo, el cual hizo que se levantara en un impulso doloroso, arremetiendo contra la pelirroja en un intento desesperado por herirla. En un suave y rápido movimiento el arma cambió de dueño y su filo fue a dar a la espalda del chico, haciendo otro brote de sangre. Éste se volteó de inmediato, totalmente herido, agotado y desesperado.

Miró a Shane directo a los ojos, y lágrimas de frustración y enojo comenzaron a salir de sus ojos.

-Tú no vas a matarme….-Gruñó entre dientes mientras negaba con la cabeza. Las lágrimas no paraban de desbordar.-Tú no… ¡Vas a matarme!

Corrió desesperadamente hacia una Shane inmóvil, y le clavó un puñetazo en la cara como un último intento de agredirla.

La pelirroja no se movió ni un milímetro, sólo estaba parada allí, con el puño de su adversario en su cara, sin decir ni hacer nada.

El chico entones rompió en llanto, decepcionado y resignado ya de que ése lugar sería su tumba, y de que ese golpe, había sido un regalo de Shane antes de morir.   

  Y entonces el sonido del acero retumbó, electrizando el cielo y haciendo la sangre correr por la hoja, los ojos árticos miraron a los verdes de su oponente y con ligereza y rapidez sacó el arma de sus entrañas, sólo para sostenerlo entre sus brazos y depositarlo en la suave nieve con lentitud. Rasgó parte de su manga y limpió el sudor y la sangre que emanó de su boca.

-Yo… nunca quise… ser parte de esto…-Dijo a duras penas, sintiendo el dolor inhumano esparcirse por todo su cuerpo. Por fin, dio unas últimas arcadas, y murió en brazos de Shane.    
 -Descansa, hermano -Dijo Shane casi es un susurro- Tu sufrimiento ha terminado.

Habían pasado casi diez años desde que la pelirroja fue sometida a dejar su hogar y a luchar contra sus otros once medio hermanos para permanecer viva. Casi diez años desde la primera vez que puso su mente y cuerpo a prueba; la primera vez que había sobrevivido y la primera vez que había matado. Con el pasar del tiempo sus ojos adoptaron esa mirada penetrante, fría y calculadora. El desarrollo del placer cuando batallaba y su instinto de supervivencia se intensificaron con cada noche invernal que pasó en los helados bosques de Rumania, valiéndose por sí misma. Finalmente, la víspera de su regreso ya había llegado. 

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Fríos y peligrosos años fuera de casa le habían construido gran parte de su personalidad inteligente y despiadada. Se había ido de su clan como una joven inexperta y diez años después retornaba gloriosa, siendo  vencedora y merecedora de su título como Helena Derogan Valerious, princesa  y heredera de Noktus Imperial.

Todo su clan se encontraba en el templo del castillo en lo alto de los muros, las rosas rojas marcaban honrosas la ocasión, una alfombra pulcra se extendía desde el interior del castillo hacia el exterior donde le aguardaba la luna y un grandioso homenaje a los pies del trono privilegiado donde su padre se hallaba sentado. A su lado, la hermosa madre de la pelirroja.

Shane respiró profundamente dentro del castillo, evitando que una lágrima rodara por su mejilla. Hacía diez años ése era el lugar que había tomado con sus hermanos la noche antes de emprender su peligroso viaje, y ahora todos se encontraban muertos, menos ella. La Elegida. La Merecedora.  La Prometida.

Finalmente salió solemne hacia el exterior, portando con honor la armadura que le acompañaría durante toda su vida. Sentía su peso al caminar, el frío rozando su piel, las miradas de todos puestas en ella y los llantos desconsolados de las madres que tuvieron que soportar las muertes de sus hijos una vez Shane apareció ante  las puertas del derecho.

Para ella, el tiempo corría lento en esa ocasión, observó todo y a todos hasta que finalmente sus ojos se posaron en los azules de su madre, quien le miraba aliviada y triste a la vez, Shane entendía por qué, y ese hecho le carcomía las entrañas enormemente.

Llegó finalmente a los pies de su imponente padre, y se arrodilló ante él. Éste la miró, sin alguna expresión en su frío y duro rostro, pero en sus ojos emanaba una pequeña chispa de orgullo.

Ésa fue a noche en que el destino prometió a Helena Derogan Valerious, el liderazgo y máximo poder y honor otorgado a la vida de un vampiro. Ella sería la destinada a ser la próxima Imperial.                         
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-Finalmente, el último requisito para convertirse en tal poderoso ser era beber la sangre del vampiro Imperial, y del mismo modo, la del licántropo Imperial.

Ante la mirada tan profunda de Lily que significaban tantas cosas, Shane prosiguió.

-Los licántropos también gozan de la misma jerarquía que nosotros, también poseen un Imperial… Y conseguir su sangre significaba el riesgo más peligroso de afrontar para un destinado. Es otra de las razones por la cual hemos batallado por milenios. Así como yo debía beber sangre del licántropo para convertirme en líder, el hijo de él necesitaba beber la sangre de mi padre para convertirse en el próximo Imperial de su raza…

   Al pensar en todas esas cosas… recuerdo la mirada triste de mi madre… Ella nunca quiso ése futuro para mí, pero el obedecer los deseos y decisiones de Noktus era más una obligación. Mi pobre madre, sufrió tanto por mi culpa…

-¿Puedes hablarme sobre tu madre?

El rostro de la vampiro simplemente se desvaneció en una expresión sombría espontánea pero que fue disfrazada rápidamente por una sonrisa algo nostálgica, cargada de recuerdos y dolor.

-Mi madre era… simplemente hermosa. Un ser hermoso…; pero falleció unos años después de mi llegada.- Las palabras fueron escasas, pero cargadas de muchas cosas.
-Lo siento… no debí…
-Descuida-Rio Shane para amenizar un poco el ambiente-, es natural que quieras satisfacer tus dudas, respeto eso. No te preocupes.
-¿Tu madre fue muy valiosa para ti?
-Uno de los pocos recuerdos bellos que tengo acerca de mi vida, es mi madre…-Por primera vez, la pelirroja entristeció sus ojos. Ciertamente no conocía a Lily lo suficiente como para hablar de su difunta madre, pero definitivamente había algo en esos fieles ojos ambarinos que le hacían confiar en ella, quien la miraba con cierta y extraña compresión. De repente, no se sintió ni sola ni con una extraña.-Tenía la sonrisa y los ojos azules más hermosos y cálidos que te puedas imaginar. Ella lo sanaba todo, lo resolvía todo, lo amaba todo… 

Lily sintió de repente un temblor conocido en la base de su estómago, entornó sus ojos disimuladamente, sintiéndose bruscamente identificada y encantada con Shane.

¿Sabes cuándo sientes que esa persona especial siempre te protegerá? ¿Siempre tendrá la respuesta para todo? ¿Siempre te apoyará…?

  Shane ciertamente no esperó alguna respuesta, pero se sorprendió al ver que la rubia la miraba como quién ha tenido una madre así. Se sorprendió por la respuesta.

-Si, sentía exactamente lo mismo cuando estaba con mi madre…  ella también falleció, de cáncer…  cuando yo era sólo una niña…

Para Lily el contar algo de su vida tan privada era algo nuevo y desconocido para ella, ni siquiera James había sabido alguna vez algo del asunto de su madre.  Sin embargo en ese momento,  no se sintió como imagino, asustada o incómoda. Más bien, algo aliviada de poder compartir con alguien sus mismos sentimientos.

-Vaya, siento mucho tu pérdida-Irrumpió Shane-  Tu rostro cambió cuando te referiste a ella…; debió ser  muy preciada para ti…
-Mi madre lo era todo para mi, y a pesar de todos éstos años la extraño muchísimo…

Por un momento sus miradas se cruzaron delicadamente diciéndose mucho y callando poco a la vez. La pelirroja de repente sintió que una ola de sentimientos se le venían encima a lal tiempo  que observaba a la rubia presa de sus propios recuerdos estancados durante tanto tiempo. Decidió callar y esperar. Esperar que Lily diera su segundo paso, su más esperado y necesario paso.

-Cuando era pequeña, -Comenzó a duras penas, aún indecisa de si seguir hablando. Las palabras rosaban amargas por su garganta-confieso que mi vida fue un infierno: padre alcohólico sin una buena o estable situación. No tenía un bueno hogar donde vivir, buen vecindario ni amigos mucho menos-La rubia trababa de no parecer muy sombría con una ligera sonrisa de decepción en su rostro- En esos tiempos mi madre era mi único apoyo, mi única amiga…

Sus palabras la llevaron a rememorar una situación que marcó por siempre su memoria y su ser. Inhaló una gran bocanada de aire y se preparó para hablar…

“Shanon se levantó de su cama adolorida, su fiebre le carcomía el cuerpo y ciertamente los medicamentos no le hacían sentirse mejor. Sin embargo, había algo que superaba con creces el malestar de su cáncer, y era al escuchar a su pequeña hija entrar a toda prisa por la puerta principal, subir las escaleras y cerrar el umbral de su cuarto con un portazo. Salió de su habitación caminando pesadamente y al irse acercando a esa envejecida puerta pintada de blanco no pudo evitar sentir un poco de angustia, los llantos de Lily se escuchaban más fuertes que los de cualquier otro día.

-Lily…cariño-Tocó levemente la puerta con tres golpecitos luego de averiguar que estaba cerrada con cerradura.

Entre los llantos de la desconsolada niña se oyó muy claramente-¡Vete!

-Vamos, si abres  la puerta y me dejas hablar contigo te aseguro que te sentirás mejor.
-¡He dicho que te vayas!-Siguió sollozando.

Shanon no pudo evitar soltar una mueca de fastidio ante la terquedad de su niña, pero sabía cómo hacer para doblegar a la rubia.

-Como quieras, no hables conmigo, pero me quedaré aquí parada justo en frente de tu puerta a esperar que quieras tener contacto humano… aquí parada con mi malestar, mi enfermedad carcomiendo mi alma-Y la mujer empezó a hacer ruidos exagerados y fingidos de dolor-¡Ah! ¡Como me duele! ¡Ahhhh! ¡Dios¡ ¡Voy a morir aquí!

Como era de esperarse la puerta sonó con un suave clack y lentamente el umbral dejó ver la delicada figura de una pequeña Lily, tierna, con ojos enormes tapados por anteojos y ligeramente despeinada.
 
-Ya te he dicho que no juegues con tu enfermedad sólo para conseguir algo de mi…-Soltó tranquilamente pero refunfuñona; no miraba a su madre a los ojos, estaba enojada y frustrada. Sus anteojos empeñados en lágrimas y sus mejillas y nariz totalmente enrojecidas hacían entender que la situación no era la misma de siempre.

Luego de dejar pasar a su madre y estar ya recostadas en la pequeña cama, un poco más cómodas, Lily se refugió en el regazo de su madre y ésta empezó a peinar suavemente el cabello de su hija con su mano.

-¿Puedes decirme que sucedió?-Comenzó Shanon con voz condescendiente-¿Otra vez ese abusivo de Billy Johnson y sus amigos?
La pequeña calló por unos instantes.
-…Ellos me dijeron que era fea y que por eso nadie quería ser mi amigo. Que cuando fuese grande no me casaría ni tendría un bonito hogar…, que me quedaría sola porque…

La madre esbozó una sonrisa alentadora y comprensiva de esas que sólo ellas saben hacer-Nena… Esos niños no saben lo que están diciendo… Algún día serás una hermosa chica con un enorme éxito y ¡todos los hombres que te miren quedarán enamorados de ti!  Tú…!-
-¡Me dijeron que me quedaría sola porque ibas a morir!-Interrumpió Lily con un bramido de angustia y miedo que desembocó nuevamente en lágrimas, y fue entonces que Shanon entendió las verdaderas razones de su hija para tal llanto-Dijeron que hic… sus padres lo… comentaban todo…hic el tiempo…,  que pronto… morirías… hic.

La pequeña rubia se hundió en el pecho de su madre y se aferró a ella, intentando de alguna manera desesperada el no sentir, no saber, no esperar el que su madre no estaría con ella tanto tiempo como merecía estarlo.

Ante ésta reacción Shanon no lo pensó dos veces y abrazó a su hija fuertemente, firme y esperanzadora; una débil sonrisa se coló en sus labios, y se preparó para lo que en algún momento ella sabía que tendría que decirle a la pequeña Lily.

-Cariño,…-La señora se separó un poco de su hija y con su mano alzó suavemente el mentón de su niña la cual no dejaba de llorar. Removió los anteojos del pequeño rostro y los hizo a un lado de la cama.
-Solo mírate…-empezó hablando bajo, como aquél que cuenta un íntimo secreto, admirando a su hija.-hermosos ojos miel, cabello rubio, rosadas mejillas ¿Cómo pueden decir esos niños que eres fea? No saben absolutamente nada… Tú Lily, algún día te convertirás es una gran y hermosa mujer, harás cosas importantes, lo sé, y tendrás muchos amigos…, amigos que te apreciarán por ser un valioso ser humano; encontrarás el amor y vivirás una vida plena y completa…-Sus ojos mantenían una mirada hermosa, llena de brillo maternal y esperanzas para un futuro que a pesar de no ser seguro, asomaba verdaderamente en el horizonte de su hija-. Tienes toda una vida por delante para equivocarte, aprender de tus errores y volver a levantarte, Lily. No dejes que Billy Johnson y su pandilla de perros falderos te diga lo contrario. Algún día regresarás a este lugar siendo mucho más que ellos, y se arrepentirán de sus palabras.  

Un breve silencio se hizo en el cuarto.   

-Quédate conmigo hasta que eso suceda…-Las últimas plegarias de su hija se perdieron camino al cielo y Shanon sintió un golpe devastador el su pecho que hizo que lagrimas quisieran brotar por sus ojos, más las contuvo como pudo para seguir hablando. Sabía que su pequeña no estaba lista para quedarse sin ella, de hecho, nadie nunca está listo para perder a su madre, pero ¿Cómo hablar sobre la muerte? ¿Cómo le diría a su hija que no estaría con ella por mucho tiempo más? ¿Cómo aliviar a su pequeña de ese inmenso dolor?
 -Sabes que eso es lo que desearía más que cualquier cosa en éste mundo, verte crecer y superar todo obstáculo que se interponga que tu camino…-Extendió sus brazos en un firme lazo maternal que rodeó a su pequeña-Pero la vida ha dicho que no puede ser así-Ante esas palabras su pequeña casi inició un tercer llanto, pero fue rápidamente atajado por su madre, quien con sus manos alzó la mirada de la rubia y ésta pudo ver una suave y leve sonrisa en su rostro- La muerte no es mala, Lily.

Es en sí misma es una parte fundamental de la vida y todos llegaremos a ella algún día… Yo no planeé morir, pero lamentablemente el destino ha querido que así fuese, y lo acepto.-Miró a su hija y la recostó en su regazo. -La muerte sólo significa el fin de tu cuerpo, Lily, mas no de tu espíritu…

-¿Siempre… estarás conmigo?-La pequeña rubia parecía un poco confusa, pero algo en su tono de voz representaba un hilo de esperanza.
-Por supuesto-Alegó su madre de inmediato, un poco mejor-. A pesar de que mi cuerpo desaparezca y dejes de verme y oírme, no significa que no estaré a tu lado; no representa el hecho de que no puedas hablar conmigo en tus pensamientos o en tus sueños… Siempre y cuando me guardes en tu corazón, ten por seguridad que no darás un paso adelante sin que yo esté ahí para ayudarte a lograrlo.   
  
Lily por fin soltó una pequeña sonrisa, demostrando estar un poco mejor y aliviada. Se limpió los ojos con sus pequeñas manos.

-Promete que nunca me dejarás sola…
Su madre le devolvió la sonrisa y selló la promesa con un abrazo y un beso en la frente.
-Ni en un millón de años algo hará que deje de acompañarte en tu camino. Ni en un millón de años...

Por fin, todo parecía estar de nuevo en paz tanto dentro de la hija como de la madre, y las dos se quedaron abrazadas por un largo rato, ahí, en esa pequeña y vieja cama, dentro de ese desteñido cuarto, dejando el atardecer colarse por la ventana y caer suave y lentamente sobre sus cuerpos, esperando que ese momento nunca terminase y que, de alguna manera, Shanon pudiese cumplir su promesa de nunca irse.”  

Lily descubrió repentinamente como algunas lágrimas escaparon de sus ojos, rodando ágilmente por su mejilla. Se sintió avergonzada de quebrarse de tal forma frente a Shane, rió algo apenada con voz ronca y nariz tapada mientras limpiaba su llanto con sus manos.

-Lo siento, el hablar de ella me pone algo sentimental-Orgullosa retiró su mirada para recuperar un poco la compostura-Me he de ver como una tonta…

Shane suavizó esos celestes ojos y sonrió un poco, enternecida por esa historia y por ver cómo a pesar del pasar de los años Lily no había sido capaz de dejar atrás el recuerdo de su madre, el cual seguía tan vivo como ella misma.

-No te vez como una tonta. Sino como una persona que extraña a su ser más querido…

Ya habiendo recogido un poco su rostro de llanto y respirar hondo, sus ánimos volvieron a subir y recobró una pequeña fuerza de ninguna parte.

-Luego de ese día todo fue bien durante unos meses. Estaba de mejor humor, su dolor y malestar habían cesado un poco… Por ese momento estuve tranquila; hasta que repentinamente recayó y en noviembre murió…
-Lo siento…; debió ser realmente duro para ti.
-El peor día de mi vida…, recuerdo que sentí que me golpeaban la cabeza con un bat de beisbol, que me atropellaba un camión, algo así… ese sentimiento de estar como en un sueño y querer despertar es lo más horrible del mundo.
-Si… sé lo que se siente-Comenzó Shane, entendiendo su dolor. Pero decidió intentar hacer algo al respecto para aliviar ese sentimiento.- ¿Pero sabes?-Comenzó animada- Apuesto lo que sea a que ella está justo aquí, a nuestro lado, acompañándote. Puedo sentirlo…,  puedo sentir esa mirada que me echan todas las madres que protegen a sus hijas, quiere matarme, lo sé.

Lily rió un poco ante tal ocurrencia.

-Casi escucho en mi oreja “si intentas algo con ella encontraré la forma de matarte!”

 La rubia siguió riendo.  De verdad que lo necesitaba.

-Tranquila señora Shanon, soy un alma pura, lo juro. No intento nada, sólo que su hija no me odie…

La rubia paró un poco su risa para descansar.

-Bueno, he de admitirlo Taylor, esta noche te has lucido. De alguna manera te las has arreglado para que cambien un poco mi opinión sobre ti.

Shane soltó una enorme sonrisa.

-Con “un poco” me basta. Todo lo demás me lo he ganado en hacerte reír. Puedo ser una idiota cuando necesites despejar un poco tu mente.

Un relinchar suave de Midnight en la cercanía advirtió que ésta aún se encontraba rondando el lugar, a la espera de Shane y Lily.

La pelirroja volteó para ver a su yegua con una expresión de felicidad.

-¿Has oído Midnight? Ha dicho que se ha divertido conmigo ¿No es eso genial?

La yegua, nuevamente como si pudiese entender a su dueña, relincho otro poco asintiendo con su cabeza y removiendo un poco la tierra con su pata.

-Que inteligente es…-Se sorprendió Lily.
-Inteligente, creo que trata de decirnos que tiene frío. La temperatura está bajando, eso significa que habrá una nevada quizás para mañana. Deberíamos irnos.
 -Está bien, vamos…

Se pararon de la solitaria banca, tomaron a la yegua, y caminaron de regreso al establo.

Shane se despidió de Midnight, prometiéndole volver muy pronto. Luego devolvieron las llaves del establo y Tom y Lizzy, algo tristes por la corta visita de su salvadora, les dijeron adiós. 

El camino de regreso se hizo tan corto que Lily sintió que la casa apareció en un pestañar, al igual que un cansancio por tantas emociones esa noche.

Esa noche el Saleen dormiría fuera de la cochera. El portón eléctrico se cerró tras ellas y bajaron del auto, como quién se baja de una montaña rusa. Caminaron juntas y se detuvieron frente a la entrada principal de la casa, sin abrir la puerta.

-De verdad te lo agradezco… hacía mucho tiempo que no me divertía así…
Los ojos celestes quedaron totalmente sin parpadear ante la expectativa.
-Así que… No te molestaría volver a salir conmigo en otra ocasión…?
-Si es otra noche como esta…, claro que me encantaría volver a salir contigo…-
-¿Sabes? Me ha hecho muy feliz el por fin poder verte sonreír. Era una de las cosas que me tenía preocupada...-Sinceró Shane, apartando un poco su vista ante la sorpresiva vergüenza que le provocó esa confesión-Sabía que no te simpatizaba, pero ahora estoy algo aliviada. Disculpa si digo cosas precipitadas.
Lily sólo sonrió, dulce.
-Creo que me apresuré al juzgarte, fue injusto de mi parte y me disculpo por eso. Hoy me has mostrado una parte de ti que no conocía, y de verdad que me ha gustado bastante.-Al igual que Shane, Lily se avergonzó un poco de decir esas palabras
-Me gustaría que una salida como éstas se repitiera pronto…, he disfrutado mucho tu compañía-Nuevamente, los ojos celestes se abrieron amorosamente, mostrando tras ellos una sincera sonrisa.
-A mi…-Lily se paró un poco tras pensar lo que su corazón quería que dijese, por un momento su cerebro le indicó que no siguiera,  pero su garganta pidió a gritos aclamar la verdad-A mi… también me gustaría volver a tener una cita contigo…

Un sonrojo inexplicable colmó los dos rostros, y ambos pechos sintieron su corazón querer salir con violentos tumbos. De repente, ya no había tanto frío.

Por unos instantes, unas décimas de segundo, las dos miradas se suavizaron, viéndose fijamente, y tantos los cálidos y fuertes ojos dorados, como los fríos celestes transformaron su brillo en uno expectante, perdiéndose en la profundidad de los otros. Un silencio de instantes se hizo ante la serenidad de esa noche.
Shane miró a Lily fijamente, sus ojos eran hermosos, sus mejillas, su cabello, su esencia embriagante. Luego se concentró en sus labios, detallándolos con detenimiento, seductores y perfectos labios rojos que incitaban sus sentidos.

Lily se encontraba hipnotizada ante el perfume de Shane que emanaba de su cuello, queriendo irremediablemente anclarse en el, los ojos celestes parecían perdidos en su rostro, la pálida y tersa piel, la cascada roja que caía hacia un lado de su fuerte rostro y finalmente, sus labios. Un deseo salido desde lo más profundo de su ser quiso probar esos labios.   

Por unos instantes, el tiempo se detuvo para las dos, y sin pensarlo, casi como un acto que clamaban sus cuerpos y sus almas, la distancia entre sus rostros se fue acortando lentamente.

Ese momento con el que Shane había fantaseado tantas veces por fin estaba sucediendo. ¿El plan? Al demonio el plan, lo único que rondaba su cabeza era degustar el dulce sabor, sentir la suavidad de Lily.
Todo pareció perfecto. Las dos iban a obtener lo que querían de la otra, hasta que algo subido del infierno llegó.

El umbral se abrió violentamente  con un ruido espantoso que asustó a los dos chicas, dándose cuenta de lo que estaban a punto de hacer y separándose al instante, con las caras más rojas que un tomate.
Justo en la entrada se encontraba una Alice, lívida de la rabia que aparentemente y gracias al cielo, no se había percatado de que Shane y Lily iban, en efecto, a besarse.

-¿¿¿Dónde estabas???-Aseveró con la mirada a Lily, casi como queriéndola matar con los ojos, pero al mismo tiempo ignorando su presencia.- ¿Has visto la hora? Te he estado esperando toda la noche.
-Santo Cielo Alice, casi nos matas de un susto-Regañó Shane con las mejillas enrojecidas de vergüenza y molestia.

Lily estaba ida, no podía creer lo que estuvo a punto de hacer hacía unos instantes. Su asombro la tenía muda e impactada, tanto, que la presencia de Alice y sus malos tratos resbalaron en ella sin mucho esfuerzo. Su mente corría a mil por hora, mientras que su corazón estaba tan acelerado que pensaba explotaría. Su rostro se encontraba pintado de un violento rojo que parecía arder ante la situación.

-Yo… estoy cansada, me iré a la cama-Dijo sin mirar a Shane. Ésta desvió su atención de Alice y le dedico a Lily una rápida mirada de todo un poco: vergüenza, preocupación, miedo, disculpas; que no llegaron a ella puesto que en un abrir y cerrar de ojos ya estaba dando las buenas noches a Will y a Charles desde las escaleras, subió rápidamente y mientras Alice se dedicaba a llevar por el brazo a Shane hacia el interior de la casa, dirigiéndola hacia la sala de estar.

Sus miradas se encontraron. Y la vampiresa vio en Lily más que sólo vergüenza: preocupación, que era remarcada por sus mejillas completamente rojas. Intentaron decirse un “lo siento” sin palabras y cuando la rubia hubo subido por completo las escaleras a toda velocidad y cerrar la puerta de su habitación tras ella.
Shane repasó inmediatamente lo que había sentido ante la presencia de la rubia, aquel sonrojo, aquél impulso de tomar sus labios, la forma que en se perdía en su mirada. A Shane sólo se le coló un pensamiento.

Rayos… estoy en problemas…

Continuará...

17 comentarios:

  1. *Corre por las paredes* ¿Por qué siempre nos dejas así? Es demasiado interesante.
    *Muere*

    Soy muy fan de esta historia...solo en caso de que no se haya notado.
    Por cierto, la ilustración de lujo. Muchas gracias Aru.

    Y Akari, muchas gracias por postearlo.

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  2. o dios xq tanto esperary lo dejas de esa manera T.T..... igual gracias por seguir la historia.. te amo aru y espero que la sigas asi xq te seguire hasta el infinito y mas alla....(kachi madre tierra)

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  3. Aru que revelador capi, muchas gracias por seguir con la historia.

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  4. oh me encanta, a valido cada segundo de espera, peroooooooooo no demores mucho para la conti porfavor.

    anak7

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  5. Ahhhh por qué nos haces sufrir T^T
    Muy bueno el capitulo, esperare con ansias el próximo T^T aunque te demores una vida en publciarlo T^T
    You're the Best!!!

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  6. Este capítulo me ha dejado sin palabras en la boca… ahora se va viendo la relación que hay entre Lily y Shane sinceramente me encanta el giro que está llevando, no imaginaba la historia que cargaba “helena” y al fin ambos personajes se están abriendo… el final me dejo aún más impresionada por los pensamientos de Shane, solo me queda decir gracias Aru por deleitarnos con Delirium y al blog por publicarla…
    P.D: la ilustración estuvo perfecta realmente se nota la esencia de los personajes ;)

    Salu2

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  7. simplemente hermosoo!! valio la pena tanto tiempo de espera
    si asi de geniales seran los siguientes caps porfavor tomate tu tiempo! jaja me encanta soy tu fan!

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  8. ohhhh dios mioooo esto es puuuro arte me ha encantado esto aparte de un fic deberia ser un libro y despues de ser un liiibro best seller deberia pasar a pelicula y creo q sino estoy mal ganaria muuchos oscars mas que angelia jolie bn ella podrias estar en la pelicula ajaja pero me sali del tema, que me parece fascinante este fic me tiene enganchadicima solo espero el proximo capitulo.
    muuchas grax grax por tener una imaginacion tan amplia y crear esto
    XOXO

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  9. Woooow muy buena historia ¿muy buena?EXCELENTE dios es que es imposible no dejar de leerla o,..,o es como una adicción je je no nos dejes así ;_; ¡sufriendo! Eres muy buena escribiendo de verdad se nota el esfuerzo, la imaginación y todo lo que conlleva hacer este hermoso y gran trabajo. Estaré esperando la continuación con mucho entusiasmo ^^
    Saludos de Chile - Vicki

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  10. Ahhh! creo que me va a dar algo... pf! no, creo que mi corazón no lo resisti... *Kuro muere por un ataque cardio-cerebral(¿?)* jajajaja xD!

    Por dios, esto fue la morte del magnifico!!! Lo juro Aru, eres increíble. Cada vez que termino un capitulo y pienso "Rayoz, esto no puede ser mas cardíaco" llega el siguiente capitulo y entonces lloro, rió, suspiro, grito al monitor (xD haha tengo problemas), me paro, me siento y me vuelvo a parar el doble de veces que en el anterior.

    Me encanto el capitulo. La nostalgia que transmite Shane y Lily a la hora de contar sobre su pasado, la sensación homicida que experimente a la hora de la interrupción de Alice y eh de admitir, aquí entre nos, que contuve la respiración cuando estaban por besarse xD! jaja fue de lujo :D

    Aru sigue con esto y por favor no tardes con el otro cap, te lo pido de rodillas >.<!

    Saludos
    KuroUsagi

    PD. Ja! no creas que me eh olvidado de Charles, aun tengo curiosidad por saber que es ;)

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  11. Que capitulo tn maravilloso. este fic es maravilloso.
    De verdad que la historia atrapa y los personajes estan tan bien pensados que casi crees que son reales.
    Te felicito Aru por una GRAn obra maestra como lo es Delirium.
    Y Akari por supuesto, por publicarla.

    La ilustración ha quedado fantástica, muero por ver muchas mas... *--*

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  12. me fascina tu fan fic es muy buenisimo, me atrajo desde la primera vez y es algo adictivo jeje
    muchas gracias por los capitulos :)

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  13. Oh cielos!
    Me ha encantado, ahora cada una sabe más sobre la otra, sobre todo Lily, creo que ésta vez Shane logrará su objetivo gracias a la ayuda de Lily... pero mierda! por qué tenían que interrumpirles el beso X_x bueno, por lo menos están conscientes de hacia dónde van sus sentimientos... jojojo

    gracias por el esfuerzo a todo el staff y colaboradores =) espero la actualización

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  14. ¡¡¡Eres malvada!!!
    Me tienes al borde del colapso de mi vida con esta ansiedad de saber qué pasa con esta historia (llanto, desborde e histeria).
    En verdad, escribes tan bien que se vuelve adictivo y el síndrome de abstinencia es un mal que tú no quisieras pero que vivimos ante la ausencia prolongada de tus atualizaciones... ¡Snif!
    Me estoy desahogando.
    Bueno, ahora, un poco más tranquila, pues felicitarte por la gran historia que estás desarrollando. Me ha encantado este capítulo, sobre todo porque se han producido tantos momentos de tensión entre ambas que ya comienzan a sentirse de una manera distinta, ya no solo como una atracción.
    Espero, sinceramente, que estés lo mejor de la vida en todos los aspectos para que puedas actualizar pronto xD jajajaja
    Un gran saludo y tendré que seguir esperando a que te acuerdes de tus ansiosas seguidoras :3

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  15. ...
    Madre mia...al fin...
    Tenia ya en el pensamiento que esta seria otra de esas
    historias que te fascinan pero que no terminan...gracias a
    dios me quitastes ese pensamiento de la cabeza y te animo
    como todas las que seguimos tu historia a que sigas
    fascinandonos con tu manera de escribir este fan fic
    ...

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  16. OOOOOOOHHHH.!!!!! Por favor, termina la historia, en verdad es bastante impactante y me ha gusto lo leído hasta ahora, PORFAAAAAAAAAAAAA..... siempre me dije que no leyera una historia sin terminar pero me en carrete muy rápido y cuando me di cuenta ya la estaba casi terminando, que historia tan buena, pero esta casi a la mitad, le falta lo mejor.... y lo dejaste en una parte muy impactante, no seas tan mala con las lectoras :( te lo suplico.

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