Autora: Aru
Capítulo 13: Shane y Lily. Parte 2
-¿Bram Stoker? ¿El escritor de
Drácula?
Así es…
-¿Tú… llegaste a conocer a
Abraham Stoker?
-¿Conocerlo?-Río Shane con algo
de desagrado-El desgraciado vivió en nuestro castillo con un tiempo… Sin
mencionar que salvé su vida…
-No… puedo creerlo…-Lily había
leído “Drácula” años atrás, cuando una pasión temporal por la lectura gótica
hizo estragos en sus pasatiempos. Pero realmente era muy diferente y difícil el
asimilar o más bien, digerir el hecho de que la hermosa chica que estaba
sentada a su lado había conocido a tal autor en persona.
-Entonces te encantará oír el
resto de la historia…-Sonrió Shane algo vehemente, mientras daba un sorbo de su
bebida. Sabía que había dado en el blanco con la rubia, el llamar su atención
con tal anécdota era un golpe certero que aseguraba que la distancia entre
ellas se acortaría un tanto.
-Por favor, cuéntame.-Dijo con
emoción en sus ojos, sin poder disimular su enorme interés ante el relato que
si bien parecía aún demasiado fantasioso para ella, bien valdría la pena
escucharlo.
-En las edades en donde Stoker
era aún un joven escritor sin mucho que perder, tuvo la suerte de encontrarse
con el profesor Arminius Vámbéry en un pub de Hungría, para ese entonces era
bien famoso por su intelecto, conocimientos en lenguas orientales y mitologías
extranjeras. Asombrado con poder conocer a tal figura intelectual, Stoker no
pudo evitar la tentación de invitarle una copa para charlar, y así fue.
Mientras comentaban sobre los
diferentes relatos e historias que había escuchado el profesor por lo alto de
Europa mientras viajaba, éste no pudo evitar hacer referencia a una criatura
poderosa y malvada que se decía habitaba en los Montes Cárpatos de Rumania.
Stoker sintió inmediata simpatía hacia la historia y Vámbéry con mucho gusto
contó todo lo referente a la casi leyenda; había escuchado relatos de cómo la
gente le llamaba al ser Vlad Draculea, una persona con extraños poderes que
dormía de día y vivía de noche, su único alimento era la sangre humana, podía
convertirse en murciélago o en niebla, y que la única manera de mantenerle a
raya era con crucifijos, ajos y agua bendita...
En esa charla Bram Stoker por fin
encontró la inspiración que necesitaba, y la aventura que pedía a gritos su
corazón.
No pasó mucho tiempo cuando
encontró la manera de viajar a Transilvania, legendario lugar en donde se decía
habitaba ese súper ser, y convencido totalmente de que algo de esa leyenda
debía ser cierto.
Al llegar, de inmediato preguntó
la manera más segura de viajar a los Montes Cárpatos, en ese entonces era un
sitio peligroso para los que no conocían la zona y cómo andar en ella. Llegar allá
desde Transilvania tomaba más o menos dos días a pie, y se propuso conseguir un
caballo y acercarse a su destino lo más que pudiera durante el día y regresar a
la ciudad antes del atardecer, cuestión de familiarizarse y aprender del
entorno.
Siguió esa rutina al menos un
mes, abarcando distancias cada vez más largas en menos tiempo, y cuando al fin
se sintió listo, partió un amanecer.
Cuenta que pasó más días viajando que lo
esperado, por supuesto, era otoño y la lluvia y el frío en los Montes eran bastante
inclementes. Como sea, el mal clima y la impaciencia le hicieron perderse de la
ruta que había rotulado en el mapa y se vio obligado a vagar en busca del
camino de regreso. Aturdido y confundido por la niebla que se cernía en esa
época, no se le ocurrió otra cosa que sentarse en el suelo, ahí, esperando que
un milagro pasase o su muerte llegara a mano de los lobos, lo que ocurriera
primero.
Y es ahí es
donde entramos nosotros..-
Shane se paró en seco, y Lily salió del trance en
el que la historia la había sumergido.
-¿Eh? ¿Por qué te detienes?-Dijo
con algo de impaciencia, comiendo otra rebanada de su casi ya olvidado pastel.
La pelirroja sonrió.
-Tengo sed-Se paró ágilmente y
esquivando a la multitud de personas, pudo pedir una botella de agua y regresar
relativamente rápido. Para ese entonces ya la rubia había devorado cada trozo
de su postre y sólo se limitaba a retozar, a la espera de la narración de tan
interesante relato de la vida real. Esos pocos momentos se convirtieron en una
eternidad para ella, y hasta sintió que la vampiro se sentaba en cámara lenta.
Ésta destapó la botella sin mucha prisa y bebió casi todo su contenido de una
sola sentada.
-El café me da sed, ¿a ti
no?-Soltó, burlándose de Lily por su impaciencia, con una sonrisa pícara dibujada
en los labios. La rubia sólo frunció el ceño e hizo una mueca con su boca.-Esta
bien, está bien…, continúo.-Luego se aclaró la garganta.- El anochecer llegaba
rápido en esa temporada, y a las cinco de la tarde ya me encontraba yo haciendo
mis rondas con mi grupo.
Salíamos a patrullar, buscando
cualquier vestigio de un ataque licántropo; nos encontrábamos cinco personas
comandadas por mí, y nuestros perros. La noche era normal, la visibilidad era
casi nula pero nuestros otros sentidos y el conocimiento de nuestro terreno nos
respaldaban. Estábamos realmente aburridos ¿Sabes? No había pasado mucho desde
hacía tiempo y el hacer rondas de vigilancia se había convertido más en un
paseo nocturno que en una estrategia de alerta.
De repente los perros empezaron a
olfatear, y sin avisar comenzaron a correr, en busca del origen de ese olor,
olor que interpretamos como una señal de licántropos cerca. Nos pusimos en
alerta y seguimos el rastro junto con nuestros canes. No tardamos mucho, no más
de una hora, cuando entre las gigantes rocas encontramos una fogata que llevaba
tiempo apagada y unos metros más escondido, se hallaba Stoker, completamente
envuelto en sábanas y una piel de lobo, casi alucinando del hambre y cansancio.
Al verlo, el primer impulso de mi compañero era matarlo, pero lo detuve al ver
varios libros con títulos interesantes en ellos, referentes todos a las
leyendas de vampiros.
Supuse que matarlo sin averiguar
exactamente lo que hacía en ese lugar con esas leyendas de vampiros, sería algo
tonto. Los humanos, en especial los habitantes de Transilvania y pueblos
contiguos no se atrevían a rondar por ese sitio, conocían muy bien las
historias y para ese momento el folklore era más que suficiente para asustar y
alejar a un campesino, sin mencionar que
la persona que intentara recorrer los Montes no sobreviviría por los inmensos
peligros y terreno traicionero. Entonces ¿Qué pretendía ese hombre al arriesgar
su vida así por un par de historias? ¿Cuál era su propósito? Y si de tener
propósito se tratase ¿Valía la pena morir por ello? Quería las respuestas a
esas preguntas, así que decidí llevárselo a mi padre y que decidiera qué hacer
con él.
Cuando llegamos a nuestro castillo Charles se
espantó mucho al ver que traía conmigo a un humano inconsciente, esa reacción
fue bastante positiva ante el enojo que mi padre sintió más tarde cuando fui a
entregarle la noticia.-
Shane rió un poco al acordarse de
todo lo que le dijo su padre esa noche.
-Bien, luego de exponerle mis
puntos y de echarle un vistazo a los libros y notas que Stoker llevaba consigo,
mi curiosidad se le contagió, y decidió dejarlo vivir, esperar a que despertara
y ver qué pasaba….
Confieso de
que ni yo misma estaba segura de lo que pasaría…
Como sea, despertó, y luego de
comer y charlar un poco conmigo, se le concedió una audición con mi padre para
decidir si viviría o sería comida para los perros. Bram le explicó las razones
de estar allí y los riesgos por lo que había pasado para encontrar el castillo,
el hecho de que quería hacer un libro inspirado en nosotros y comprobar si las
historias eran ciertas. Mi padre se impresionó mucho al saber que los humanos
le llamaban Vlad Draculea, un supuesto hombre despiadado empalador; eso
definitivamente llamó su atención.
Sin embargo, no estaba dispuesto
a permitir que Stoker escribiera sobre nosotros, así que el humano se las
ingenió para convencer a mi padre de que no haría un libro delatando a la raza
vampírica, sólo un relato “ficticio” sobre un personaje que él crearía y que no
representaría ninguna amenaza a nuestro anonimato. Un poco maravillado ante la
perspicacia y perseverancia de Abraham, mi padre accedió; con la única
condición de quedarse un mes en el castillo para que la gente que lo había
conocido en Transilvania lo diera por muerto.
Desde un principio la idea no
caló en mí, sabía que Stoker no soportaría la tentación de escribir su
increíble aventura. Un largo y peligroso viaje, una experiencia cercana a la
muerte y el descubrimiento de toda una cultura paralela a la humana, son cosas
con las que todo escritor quiere vivir para relatar. Insistí a mi padre que debíamos
acabar con él, que no era seguro para nosotros, sin embargo no fue
escuchada.
En todo ese mes de estancia
aprendió nuestra cultura, nuestras fortalezas y debilidades. Aprendió que si
bien no podíamos convertirnos en niebla o en murciélagos, y vivir en ataúdes,
teníamos una imponente fuerza, éramos débiles ante la luz y vivíamos de sangre.
Finalmente llegó el día de su
partida, y el invitado de mi padre, mi prisionero, partió hacia Transilvania,
esperando llegar.
No volvimos a saber más de él, si
había llegado a la ciudad o muerto en el camino, hasta que en los años
siguientes obtuve su libro: “Drácula”, que de hecho aún conservo en un estante
de mi estudio.-
Lily de inmediato recordó aquella
primera edición antigua y vieja que había tenido en sus manos cuando hurgaba
los gustos literarios de Shane. Y por supuesto, no dijo nada.
-Imagina mi sorpresa al encontrar
plasmada en esas páginas la aventura que el mismísimo Stoker había vivido
dentro y fuera de nuestro castillo, sólo que un poco más alterada y con
diferentes nombres… El desgraciado había llamado a mi padre “Conde Drácula”,
extraño ser que mantuvo a Jonathan Harker como invitado y como prisionero, que
succionaba sangre de vírgenes y cosas así…
-Qué impresionante…-Fue lo único
que Lily pudo esbozar ante tal relato. No sabía qué más decir.
-Ése libro, esa historia…,
transcendieron el tiempo y nos convirtieron lo que somos hoy en día:
protagonistas de otros miles de libros, películas y series de tv…
Hizo una breve pausa, algo
enojada por recordar tales hechos y de cómo Bram Stoker se le fue de las manos
es su momento, cuando debió matarlo. Pero exhaló un suspiro para dejar los
recuerdos atrás nuevamente.
-¿Sabes qué?-Inició con nuevos
ánimos- Hemos estado sentadas aquí mucho rato, deberíamos caminar un poco-
Shane vislumbró la reluciente
calle llena de brillos y gente, y miró a Lily con sus ojos celestes
suplicantes, ésta no lo pensó mucho antes de otorgarle la razón a la vampiro.
Salieron del cálido
establecimiento, al frió brillante del exterior, donde todo pintaba de dorado y
esplendor. Por un momento, la rubia volvió a perder su mente en ese lugar, aún
encantada por toda aquella belleza navideña.
Los empujones constantes de las
personas que pasaban por el lugar la sacaron de su ensimismamiento y se
encontró a sí misma arrastrada varios metros más allá ante la ola humana
inclemente. Por instantes se preocupó al no divisar a la hermosa pelirroja en
el sitio donde la había dejado; miró a su alrededor sin querer gritar aún el
nombre de la vampiro, y antes de poder hacer otra cosa más que mirar por encima
de las cabezas, sintió como una mano tomaba la suya amablemente, Lily volteó la
mirada inmediatamente y un alivio la embargó cuando vio que era Shane, con los
ojos más brillantes y hermoso que la rubia había visto jamás. Por un instante
se perdió en su bella y vehemente sonrisa adornada con unos labios seductores,
su rostro pálido remarcaba los bordes iluminados de su cabello, casi como un
halo de luz, de inmediato sintió algo de vergüenza al darse cuenta de que se
había perdido por un instante en la belleza de Shane. Esperó que su maquillaje
hubiese ocultado lo que seguro era un sonrojo en sus mejillas.
-Acabo de encontrar algo con lo
que nos divertiremos-Dijo la pelirroja con la mirada más risueña que jamás se
pudo ver en ella-Ven.
Y sin soltarla de la mano, la
llevó casi al final de la calle, frente a un establecimiento en cuya fallada
superior se encontraba una gran arma dibujada en neón. Lily de inmediato sintió
extrañeza.
-¿Una… armería?-Preguntó con una
ceja alzada ante la idea de diversión dentro de un sitio lleno de pistolas y
demás.
-No, algo mejor que eso.-Su
sonrisa se agrandó un poco más-Un salón de tiro.
-Un salón de…? No.-Cortó en seco-De ninguna
manera pondrás un arma en mis manos.
-Vamos, será divertido, te
enseñaré a disparar…
-Ya he dicho que NO.-Lily parecía
decidida a retirarse, brazos cruzados y ceño fruncido, cuando
impresionantemente la detuvo otra nueva mirada de la pelirroja: la de perrito.
Aquellos ojos suplicantes con esas largas pestañas. La rubia lo admitía, esa
cara funcionaba muy bien dentro de las facciones de Shane.
-Por favor…-Suplicó la vampiro
casi de rodillas.
Había que ver que Shane mostraba
naturalmente toda una nueva faceta de su personalidad a Lily, aquella que no
era fría y arrogante, y eso, definitivamente las impresionaba a las dos, en
especial a la rubia, quién tenía un estigma de lo que la vampiro era, el cual
se venía desgastando desde el camino de Londres a Cambridge.
La ojimiel realmente no se había
dado cuenta hasta ese mismo instante que, verdaderamente Shane podía ser
realmente encantadora.
Pasó su palma por su rostro,
resignándose ya a esos ojos que le pedían a gritos ceder, y con un profundo
suspiro soltó un: Si.
Dar el la aprobación y entrar al
establecimiento fueron la misma cosa. Y como su imaginación se lo planteó, la
rubia no encontró más que un tosco y desabrido “lobby”, en donde se hallaban un
escritorio que iba de una pared a otra, un señor tras la pieza, un sofá viejo y
sucio y una puerta en donde estaba el salón de tiro como tal.
Shane cruzó el umbral con tres
pasos y si dar muchos rodeos alquiló un arma, tres cartuchos, y dos lentes
protectores; a continuación le hizo un ademán a Lily para entrar a la
habitación contigua.
Al pasar, vieron una enorme
habitación dividida en dos: la parte de los tiradores, separada en pequeñas
taquilla, y la parte de los blancos, que era por mucho, el salón más largo que
Lily jamás había visto. El lugar estaba medio lleno con hábiles hombres que parecían
todos diestros en la disciplina de disparar. Concentrados en sus tiros, no se
percataron de las dos hermosas mujeres que entraban.
Pero un alto hombre rubio que
parecía ya había acabado sus cartuchos y se disponía a irse, se paró casi en
seco al ver a Shane acercarse hacia él y sus ojos se entornaron casi
imperceptiblemente. La vampiro se dio cuenta de con quién se había topado e
hizo caso omiso ante la reacción del hombre, fingiendo que no lo conocía, más
sin embargo éste le dedico una leve reverencia al bajar la mirada
respetuosamente ante la vampiresa para luego marcharse sin mediar una palabra.
Éste gesto no fue pasado por algo por Lily.
-¿Quién es él? Lo conoces?
-No… ha de haberme confundido con
alguien más…-Mintió Shane, lo suficientemente convincente como para que su
rubia compañera le creyese.-Ven, nos toca la taquilla ocho-Continuó, para
despejar la atención.
La pelirroja aprovechaba
cualquier excusa para poder tomar la suave y delicada mano de Lily, la cual al
tacto le hacía sentir un leve estremecer en el estómago. La dirigió hacia el
pequeño cubículo.
-Póntelos-Le indicó,
facilitándole los lentes. La rubia se los colocó y Shane tuvo que aguantar una
carcajada que casi le salió sola al ver cuán gigantes quedaban en el delgado
rostro de Lily.-Te quedan… lindos…-Esforzó la pelirroja más sin embargo la
rubia se dio cuenta de la verdad al ver esa expresión burlona que sí
caracterizaba a Shane.
-Si… me lo he de imaginar-Soltó
con una mueca de descontento.
-Ten un momento-Sin prestarle
mucha atención a los sentidos de la rubia, la pelirroja depositó el arma en las
delgadas manos, mientras sacaba una coleta de su bolsillo para recogerse el
cabello en una cola de caballo.
-Wow, no pesa tanto como pensé-Dijo
la rubia, zarandeando el arma de arriba abajo para comprobar su peso.
-Claro que no, ésa es de
plástico, y dispara balas de goma. Sería peligroso un lugar que presta armas de
verdad a desconocidos.-A continuación la sexy chica empezó a desabotonarse su
camisa, para dejarse en franelilla.
-Ya veo-Alegó Lily impresionada
de que las armas de plástico existieran, e impresionada igualmente por el
cuerpo de Shane-Ehm… ¿Por qué te has quitado la camisa?
-Que ¿Acaso te pongo
nerviosa?-Bromeó la pelirroja con una sonrisa seductora fingida. El corazón de
Lily dio un leve brinco, pero volvió a su lugar rápidamente.
-Es en serio.
-Porque las mangas no me dejan
apuntar bien-Aclaró antes de hacer enojar a su hermosa compañera. Lily sólo
asintió en señal de haber entendido.
A continuación la pelirroja se
preparó para disparar, se colocó sus lentes protectores, cargó el arma y una
vez ajustada la lejanía del blanco, adoptó la postura típica del tirador. La
rubia se colocó justo tras ella, un asiento de primera fila.
El mundo de Shane de desvanecía a
su alrededor cuando de disparar se tratase. Sus músculos se tensionaban, sus
pupilas se dilataban, su respiración instintivamente se volvía más lenta; esa
clase de control mental y corporal más una increíble precisión, le hacían una
verdadera maestra tiradora. Un título que había obtenido a lo largo de cientos
de años practicando el uso de armas de fuego.
Finalmente disparó, y el centro
de la diana se volvió un pequeño hoyo, por donde pasaron dos balas más casi sin
rozar los bordes. Su destreza era inigualable y Lily quedó estupefacta ante tal
perfección. Ciertamente ni ella misma sabía lo que era un buen tirador, no
sabía qué se necesitaba saber para serlo, pero estaba segura de que Shane
superaba esos estándares por mucho.
Vio cómo la pelirroja pisaba un
pedal para hacer al blanco alejarse, mucho más de donde estaba en un principio.
Cuatro disparos salieron del cañón, y Lily quedó nuevamente asombrada ante la
precisión perfecta de Shane. Entornó sus ojos, y se acercó mucho más a ésta,
intentando descifrar cómo lo hacía.
La vampiro entonces se enderezó,
removió los anteojos de su rostro y estiró su arma a Lily con una sonrisa
apacible y algo satisfecha, como si algo en ella que necesitaba salir hubiese
sido vaciado.
-Tu turno-Dijo mientras Lily
tomaba el arma extrañada y era arreada al sitio de disparo por la pelirroja.
-Yo…Yo no sé cómo hacerlo-Se
encogió de hombros ante ésta nueva experiencia, algo nerviosa.
-Bueno, entonces te
enseño-Replicó Shane antes de que su compañera pudiese decir algo más al
respecto, y presionó el pedal hermano del primero para acercar el blanco a una
distancia generosa; la tela de la diana fue cambiada por una sin
hoyos.-Primero, debes sacar el cartucho, que ya está vacío. Empuja ese seguro
de ahí y pon tu otra mano bajo el mango.
Y así lo hizo Lily, y de
inmediato su mano sintió el cartucho depositarse en su palma. Lo retiró.
-Bien, ahora mete este cartucho,
y jala el puente con fuerza hacia ti. Entonces el arma ya estará cargada-
Obediente, Lily hizo exactamente lo que se instruyó, y se sorprendió así misma
cargando un arma y de que por lo menos ya sabía algo sobre ellas.
-Las armas cargadas se apuntan
hacia abajo cuando no tienes pensado disparar aún, es una medida de seguridad,
en caso de que una bala se te escape; pero tranquila, así se le dice cuando
aprietas el gatillo sin querer. Bueno, ya estás lista para disparar.
Lily se medio se posicionó,
tratando de imitar la postura que hacía instantes Shane había adoptado.
Sintiéndose ridícula al ver esos ojos celestes clavados en ella, su rostro se
sonrojó.
-Tienes una buena postura para
ser la primera vez-Alabó un poco la tiradora para que su compañera dejara sus
tensiones.-Separa un poco más las piernas, una más adelante que la otra; ahora
inclina un poco tu cabeza hacia la derecha. Si, así. Tu hombro tiene que rozar
tu mejilla. Agarra el arma firme en tu mano y con la otra sostén la parte baja
del mango, esto es para darte la estabilidad que necesitas para apuntar. Una
vez hecho todo esto estás lista para disparar, pero-
Y antes de poder decir otra cosa
más, una bala salió sorpresivamente del cañón del arma y como acto reflejo la
rubia echó un gritillo al aire ante la sorpresa de haber disparado por
accidente. Los hombres dejaron por un instante lo que hacían para asomar sus
miradas extrañadas a las chicas. Shane sólo se limito a sonreír algo apenada
por el pequeño disturbio de Lily, digno de una principiante.
-Ésta es su primera vez-Excusaba
frente al público masculino quién, comprendiendo los pequeños incidentes de
cualquier primerizo, sólo rieron un poco antes de volver a su actividad.-Bien
Princesa, no ha pasado nada-Sonrió alentadoramente al ver la intensidad de la
vergüenza de su compañera.-Lo que iba a decirte era que eso de cerrar un ojo para
apuntar mejor es un mito. Sólo es válido ante la utilización de una mira, fuera
de eso, los dos ojos tienen que estar abiertos, así ves mucho mejor. Ahora,
colócate en posición, toma tu tiempo para apuntar y dispara.
Aunque para Shane fuera cosa de niños
el adoptar toda la técnica para manejar el arma correctamente, a Lily no se le
hacía fácil ni mínimamente, en especial con la pelirroja totalmente concentrada
en ella. Sentía que era analizada y estudiada por esos ojos árticos, y el hecho
de no figurar en los altos estándares de la vampiro, le ponía realmente tensa.
Lo cierto era que Shane no podía
quitarle la mirada de encima a Lily por razones muy lejos de su perspectiva.
Simplemente le parecía irresistible, delicada, hermosa, femenina, astuta,
inteligente, inquebrantable. Todas esas facultades que la vampiro siempre había
sabido apreciar en una mujer, la rubia parecía tenerlas todas juntas, y eso era
algo que definitivamente le hacía desvariar de vez en cuando cuándo estaban a
solas. Su instinto seductor le había rogado actuar desde el principio de la
velada; ese impulso por inquirir, seducir, encantar para conseguir un cuerpo
era muy difícil de controlar. Muy dentro de sí moría por tener a Lily en su
cama, ese cuerpo perfecto debía ser el mejor de todos los trofeos.
Y de repente una pregunta la
asaltó con un fuerte hormigueo. ¿Cómo podría ser Lily en la cama?
Ciertamente fue una pregunta que
la hizo acelerarse un poco, y ese pedazo pervertido de su mente comenzó a
actuar. Sin controlarlo, imaginó gemidos, expresiones, palabras, movimientos,
sudor y mucho, mucho calor.
“Rayos…” Pensó la pelirroja como si tuviera en frente un néctar de
la vida el cual no pudiera probar. Si, definitivamente moría por tener algo de
eso.
Sin embargo y sorpresivamente
para Shane, no todo era sexo, su sed no se limitaba al placer carnal que
significaba tener su cuerpo a merced de sus condenas caprichosas. Sentía un
aprecio por Lily que no había sentido casi por nadie más, ese respeto que sólo
se gana una mujer valiosa; la esencia intocable de su ser, sus opiniones, sus
gustos, su sentido de lo correcto. Todo
se conjugaba perfectamente para hacer de la rubia lo que era. Y el sentimiento
que eso acarreaba en Shane era lo que no podía descifrar aún. Había sido la
primera vez que encontraba una mujer así, tan fuerte y hermosa a la vez. Tal
vez su mescolanza de sentimientos y emociones se debía al fuerte impacto que
Lily causaba en la vampiro, el extraño deseo de querer saber más de ella, ser
más cercana y estar más presente en sus pensamientos.
El sonido del cañón hizo que
despertara de su ensimismamiento y al notar que la rubia ya había bajado el
arma, asomó sus ojos y vio un pequeño orificio en la marca más alejada del
centro.
-Vaya, lo has hecho bastante
bien.-De verdad que ese disparo había hecho a los ojos blanquecinos entornar-Demasiado
bien tomando en cuenta que es tu primera vez.-Luego miró a la ojimiel con algo
de entusiasmo.
Lily hizo varios tiros más,
tratando de seguir fielmente las indicaciones de Shane, pero se dio cuenta que
no era algo fácil. Los siguientes dos tiros no fueron tan precisos como el
primero, y sus ojos se llenaron de frustración y algo de rabia a causa de su
perfeccionismo empedernido que no deba permiso a los errores.
-Demonios-Soltó entre dientes
luego de alzar la mirada para comprobar sus resultados en la diana, Shane sólo
estaba recostada a la pared, admirando hasta las rabietas de la rubia-¿Qué
estoy haciendo mal?
La pelirroja sólo sonrió y se
acercó a su compañera.
-Lo haces todo bien, lo que
sucede es que tu brazo derecho no imprime la fuerza necesaria para aguantar la
explosión del cañón, y al disparar, la bala sale más arriba de lo que apuntaste. Inténtalo de nuevo, pero tienes
que contener el arma.
Lily se puso en posición
nuevamente y disparó, pero la bala, tal como lo explicó Shane, había salido más
alta de lo que calculó.
-Me cuesta aguantar la
explosión-Dirigió sus frustrados ojos miel a la cara de la vampiro, apretando
sus dientes y frunciendo su seño hasta todo lo que daba.
-Bueno, si me lo permites, puedo
ayudarte-Sonrió Shane al ver tal magnitud de la molestia por algo que
simplemente era por diversión. Fue entonces que se dio cuenta de que Lily
tomaba todo en serio, y, como toda perfeccionista, tenía que hacerlo bien, así
se tratase de disparar un arma por primera vez.
La rubia lo pensó por unos
momentos, no se le ocurría una manera en que su compañera pudiese ayudarle, se
arriesgó a darle un “está bien” sólo por la curiosidad de ver qué salía de eso.
Pero ciertamente pudo predecir cualquier cosa, menos lo que haría a
continuación. Con su esbelto cuerpo, Shane prácticamente envolvió a Lily,
ubicándose detrás de ella y ayudándole con sus brazos a sostener el arma, y a
pesar de que el pálido rostro se encontraba más atrás que el de ella, percibía
un leve y apacible aliento rozar su mejilla. El sentir sus cuerpos tan cerca y
ese olor a cuero y noche que le erizaba la piel, hizo que se enrojeciera
violentamente y que su corazón empezara a querer salir de su pecho con enormes
tumbos. No entendía la traición de su cuerpo ante los estímulos de la
vampiresa. ¿Era acaso que realmente se sentía atraída hacia Shane?
No le dio mucho tiempo de pensar
en ello cuanto una grave voz a su espalda la hizo salirse de su propia mente.
-Dispara cuando quieras, yo
sostendré.
Y como pudo la rubia, apuntó y disparó.
Impresionantemente el arma no se movió ni un milímetro dentro de las cuatro
manos y Lily se sorprendió al darse cuenta de la fuerza de la fuerza que tenía
su compañera.
-Lo lograste-Sonrió Shane,
liberando a Lily de su abrazo-Un tiro casi perfecto.
El “tiro casi perfecto” era lo
menos que pensaba la rubia en ese momento. Estaba preocupada, realmente
preocupada de lo que aparentemente sentía por la rompecorazones pelirroja.
Nunca había tenido tal sensación
antes, ese corazón acelerado, los nervios, el enrojecimiento; de verdad sentía
algo por la vampiresa y eso era una cosa que realmente representaba un
problema, ya que jamás, desde que había visto a Shane por primera vez en los
campos de su escuela, se le habría ocurrido que podría llegar a sentir algo por
ese tipo de personas egocéntricas y sin un dejo de humanidad ni interés por el
prójimo.
¿En qué momento el desprecio se
había transformado en peligrosa simpatía?
Shane no era para nada el tipo de
personas que le atraerían a Lily, sin embargo la pelirroja se las había
ingeniado para hacerla decaer un poco; algo en esos suspicaces ojos celestes,
su inteligencia, amabilidad y atención habían sido suficientes como para
quebrantar ese enorme muro dentro de la rubia, pero pese a eso, no estaba dispuesta a ceder.
Ahora el único sentimiento que se
apoderaba de ella era el de preocupación.
-Lo siento… parece que te he incomodado-Disculpó Shane algo avergonzada
al ver el enrojecimiento de las tersas mejillas. No había tenido la intención
de hacerla incomodar, y el hecho de romper la barrera del espacio personal, fue
casi que un impulso.
-No, no, tranquila-Rescató la rubia a tiempo mientras ponía mechones de
cabello tras su oreja-Sólo que no estoy acostumbrada a tener a alguien tan
cerca.
Ese comentario tomo a Shane por
sorpresa. Definitivamente no se esperaba que alguien con la belleza de Lily
pudiera ser tan ajena a la cercanía física. Algún baboso pudo querer algo con
ella alguna vez, un beso, un abrazo, una caricia. ¿Ni siquiera eso?
-Oh pues, lo siento, dos veces-La
pelirroja sonrió tanto con sus labios como con sus ojos, y el celeste
resplandeció. Lily le devolvió tal gesto sincero de vergüenza con una réplica
legítima de esa sonrisa.
La noche continuó y por fin
dejaron el salón de tiro atrás. Pasearon
por las calles adornadas de dorado, rojo y verde. La música y el esplendor
saturaban sus sentidos y hacía al frío aplacar. Bromearon de aquí allá con las
cosas curiosas que encontraban a su paso: bufandas de lentejuelas, licor de
maní, medias de lana con ositos y cascabeles, máscaras y muchas otros objetos
más.
Poco a poco, Shane iba
descubriendo toda una parte que no conocía de la rubia; aquella que reía y
sonreía sin administrar, la que jugaba y tonteaba, la que decía cosas que
dejaban ver sus debilidades femeninas. Esa parte que era la verdadera esencia
de la Lily y que la vampiresa por fin podía ver en todo su esplendor. Las luces
parecían formar un aura hermosa frente al dorado ángel y de alguna manera, ya
los pensamientos de la pelirroja no eran tan carnales como al principio. Había
algo en la dulzura natural de Lily, que simplemente hipnotizaba y encantaba a
Shane.
Estaba acostumbrada a chicas
sensuales, despreocupadas y atrevidas; las que al igual que ella se sentían
cómodas en la noche, en ese ambiente que arremetía contra sus dignidades. Las
que lo daban todo por una ansiada noche pasional con la ojiceleste, ese ser
sexual y místico que sin saber cómo,
hechizaba con sus ojos dentro de las sábanas de una cama.
Ése tipo de mujeres fáciles
rondaban la ostentosa vida de Shane. Sin embargo al encontrarse tal obstáculo
en frente como lo era Lily, la tempestad dorada había sacudido su talento para
seducir y representaba un desafío que valía a cambio toda y cada una de las
chicas con las que se había acostado.
Sin embargo no era ni la ocasión
ni el propósito que Shane tenía planeado para esa noche. Guardaría sus extraños
pensamientos fuera de lo común para más tarde, cuando tuviera tiempo de
analizarlos con un buen vaso de whisky.
Luego de disfrutar del momento
otra hora más, ya habían culminado de observar todo lo habido en la feria.
-¿Nos vamos ya?-Sonrió Shane
cuando se hubo dado cuenta que la música y las personas comenzaban a disminuir
rato a rato. La rubia dio un rápido vistazo a su alrededor y asintió.
Poco después ya se hallaban
instaladas en el cómodo interior del Saleen camino nuevamente a Londres. Lily,
sintiéndose más segura en su entorno actual y al lado de Shane, se tomó la pequeña
libertad de hurgar un poco los gustos musicales de la vampiresa; ubicó el
control remoto del estéreo y lo encendió.
-Veamos que tan fina eres para la
música-Dijo Lily medio retadora. La pelirroja sólo rió un poco.
-Tanto como tú lo eres para la poesía.
Apretó el botón de reproducir y
de inmediato una tonada muy familiar comenzó a sonar.
-¡Pink Floyd!-Reconoció Lily al
instante.
-Vaya… Parece también tienes buen
gusto para la música-Sonrió Shane, incrédula de que a la dulzura dorada le
gustara el Rock n´ Roll.
Lily comenzó a pasar las
canciones, sólo oyendo de ellas unos segundos.
-The Beatles…, Rolling Stones…, Oasis…, The
Doors, The Who…, Guns n Roses, Queen, Nirvana…
-Vaya, me has dejado REALMENTE
impresionada. Eres toda una conocedora del Rock.
-Es por mi madre, escuchaba estas
bandas todo el tiempo-Respondió Lily. Y luego pasó la canción, de inmediato una
poderosa guitarra eléctrica saltó por todo lo alto en el interior del auto, y
la rubia sintió como la mano que sostenía el control era retenida por la de
Shane.
-¡No la quites! –Dijo
emocionada-¡Amo esa canción!-Y entonces la poderosa vampiresa comenzó a cantar
al unísono que la pista “Highway to Hell”.
-Vaya, te gusta mucho AC/DC, ¿no?
-Es mi banda favorita.
Lily comenzó a disfrutar de la
irreverente melodía mientras reía ante una Shane mona que no dejaba de cantar
la canción tanto como su voz como con su cuerpo.
Y una vez terminada la canción
siguieron disfrutando de las canciones posteriores con más tranquilidad. Las
dos parecían haberse por fin sentido a gusto completamente la una
con la otra, y una leve y casi imperceptible sonrisa asomaba por sus labios.
Esa noche Lily había quedado
sorprendida, no, más que sorprendida, impactada ante lo amena y divertida que
era la vampiro luego de que el momento incómodo pasaba. Ése carácter altanero y
soberbio, concluyó, era sólo la fachada superficial que la pelirroja usaba para
sorprender. Esa vehemencia que había
observado desde el primer día que la vio en el campus se había esfumado esa
noche, mostrando ante los ojos de Lily, a una persona que era mucho más de lo
que aparentaba.
Definitivamente, ésta Shane le
gustaba mucho más.
-Ah, se me olvidaba. Quiero
llevarte a un último lugar. ¿Sigues de ánimo? -Interrumpió Shane los
pensamientos de Lily.
-¿A dónde?
-Una sorpresa-Rió la
conductora-Te gustará. ¿Te animas o no?
-Vaya, otra sorpresa… Está bien,
vamos.
-Perfecto-La sonrisa se agrandó
un poco más-Sé que te encantará conocer a Midnight.
-¿Quién es Midnight?-Preguntó la
rubia al instante.
-No te lo diré, ya pronto lo
verás.
-¿No puedes darme aunque sea una
pista?
-No. Sólo te recomiendo que
cambies tus zapatos. A dónde vamos quizás se te dificulte andar con tacón algo.
En el asiento trasero tengo un par de tenis que te quedarán.
Y sin ánimos de preguntar para no
ser rebotada, hizo caso sin alguna objeción. Cambió sus zapatos y sus pies
agradecieron enormemente el suave interior acolchonado de los Adiddas.
Siguieron conduciendo por la
autopista principal, hasta que a unos 15 kilómetros antes de llegar a Londres,
Shane tomó un camino separado, igual de pavimentado, pero mucho más pequeño. Se
adentró con el Saleen campo adentro y así siguieron por unos treinta minutos.
Al tiempo que avanzaban, caminos largos que daban a granjas comenzaron a aparecer
y el Saleen tuvo que bajar su velocidad gracias al terreno algo rustico.
Pasaron otros quince minutos antes de que Shane divisara por fin la entrada que
estaba buscando. Lily pudo observar una hermosa entrada llena de fuertes
troncos de árboles despojados ya de sus hojas que a pesar de la oscuridad, se
veían imponentes ante sus presencias. A un lado del camino, un letrero adornaba
el umbral: “Golden Milkhouse”.
El auto entró y recorrió el
camino cuesta arriba hasta llegar al pico de la elevación. A su vista se alzó
entonces una hermosa casita campestre que emanaba luz dorada.
-Bien, no están dormidos.-Shane,
como lo había hecho muchas veces esa noche, volvió a sonreír, mientras Lily
mantenía un semblante de insoportable incertidumbre y curiosidad.
Shane se estacionó cerca de la
casa y pidió a Lily que esperase unos momentos dentro del auto. Luego esta vio
como la pelirroja tocaba la puerta de madera. Se abrió, y el hombre que
apareció tras ella pareció muy feliz al verla, le abrazó con mucha estima, entonces
salió una mujer, quién también la abrazó. Las dos personas hablaron unos
segundos con Shane para luego mirar por encima de su hombro, hacia el Saleen.
Lily se dio cuenta de que ya sabían que estaba ahí dentro. Los tres entraron a
la casa, y en menos de algunos segundos salió Shane con un manojo de llaves en
mano. Abrió la puerta del lado de Lily.
-Madame.
La invitó a salir con una reverencia mientras
extendía elegantemente su mano como apoyo.
Lily la tomó y al salir miró a su
alrededor. Un vasto campo verde que se extendía más allá de su vista. Supo de
inmediato que ese lugar debía ser sumamente hermoso de día.
-Ven, te presentaré a unos
amigos.-Sin darse cuenta caminaron de la mano directo a la casa, sin embargo no
entraron., los dos dueños estaban esperándolas en el umbral.
-Lily, te presento a Lizzy-Lily
extendió su mano que fue rápidamente recibida por las cálidas y risueñas de la
señora bajita y gordita, sus cachetes rosados remarcaban su sonrisa.
-Mucho gusto-Asintió suavemente
la rubia con su cabeza, elegante.
-¡Válgame Dios!-Rió pomposa- Es
toda una dama, Señorita Shane. Muy hermosa, muy hermosa.
Lily enrojeció de inmediato.
-Y él es Tom. Su esposo y dueño
de esta propiedad.
-Un placer conocer a tan bella y
educada señorita-El hombre apretó manos con Lily, mucho más apacible que su
mujer- ¿Desean pasar y beber una taza de té caliente?
-No, gracias-Rechazó la rubia con
sus modales a todo dar.
-Sólo venimos a ver a Midnight.
Las presentaré-Dijo Shane risueña refiriéndose a Lily.
-Oh bueno, vienen en buen
momento, hoy la he bañado.-Sonrió el hombre.
De inmediato la vampiresa tomó
nuevamente la mano de su acompañante y a ésta no pareció molestarle en lo
absoluto, una leve sonrisa inconsciente se coló por sus labios. La guió hasta
lo que parecía un granero. El manojo de llaves por fin tuvo su utilidad y
sirvieron para abrir varios candados enormes que bloqueaban la entrada de doble
puerta.
Shane empujo suavemente las dos
puertas a lo que se abrieron a medias. Entró.
-Ven, pasa. Sólo déjame encender
las luces.
Lili pasó, algo temerosa de la
oscuridad que luego fue desvanecida por
unos luminosos focos en la parte más alta del techo. Y cuando por fin
pudo ver con claridad, se dio cuenta de que no era un granero, sino un establo.
Ante sus ojos, se extendieron una
docena de cuartillos de los cuales cuatro de ellos estaban ocupados por
caballos.
-Sígueme…
Shane avanzó delante de ella y
llegó hasta el último espacio que por lo que pudo ver rápidamente estaba vacío.
-Hey Midnight-Saludó Shane con
ternura viendo por encima de la puertecilla. Hablaba bajo, como quién no quiere
despertar a un bebé. Luego los ojos celestes se dirigieron hacia los
dorados.-Aquí está, acércate-Invitó la pelirroja, e imitando lo mismo que había
hecho ésta, se alzo un poco en la punta de sus pies para ver hacia el interior
del espacio.
Su mirada se maravilló tanto como
la de Shane, al ver la hermosa yegua blanca que se levantaba gustosa de su
lecho ante la visita de su dueña. Al estar de pie, Lily pudo observar su
hermosa crin blanca que se alargaba hasta sus hombros, su liso pelaje pálido y
su enorme altura. Sus largas pestañas eran encantadoras
De inmediato, Midnight le dedicó
un roce de trompa al rostro de Shane, en señal de haberla extrañado.
-Hola hermosa-Saludó Shane como
si le estuviese hablando a un amor eterno. Tomó la cabeza de la yegua entre sus
manos y comenzó a acariciarla.-Vengo a presentarte a alguien muy especial-Luego
sonrió con una dulzura que hizo al corazón de Lily retumbar y enrojecerse
levemente.
-Midnight, ella es Lily. Lily,
ella es Midnight- Presentó. Y la yegua, casi como si pudiese entenderle a su
dueña, extendió su nariz para acariciar la mejilla de la rubia.
-El placer es todo mío-rió un
poco Liy ante la belleza del animal. Acaricio la enorme quijada, mientras Shane
mimaba el cuello.
-Vamos a sacarla a dar una vuelta
¿Te parece?
-Sólo si me dejas llevarla.
-Por supuesto -La vampiro colocó
entonces las riendas a la yegua y ésta salió tranquilamente de su lecho ante la
guía de su dueña-Ten, toda tuya.-Depositó las cuerdas en las manos de Lily y
juntas, salieron del establo.
-No saldrá corriendo o algo así
¿No?-Preocupó la rubia a último minuto.
-No…, ella es muy dulce. Si
caminamos juntas no irá a ningún lado.
Comenzaron a caminar, aparentemente
sin ningún rumbo.
-¿Cómo es que conoces a éstas
personas? ¿Cómo es que tienes una yegua? Debiste haberlo mencionado…-Comenzó a
hablar Lily.
-Hace unos cinco años esta granja
iba a ser subastada, ya que Tom no poseía el dinero suficiente para pagar en
totalidad los derechos de propiedad, y para esos tiempos estaba interesada en
poseer alguna de las tierras de por aquí. Al principio pensé en comprar ésta,
pero al darme cuenta que los dejaría a ellos dos en la calle, decidí donarles
lo que les hacía falta para conservar la granja. Y como agradecimiento, me
obsequiaron a Midnight cuando nació.
-Ya veo… ¿Y por qué Midnight?
-Ella nació una noche de luna
llena, justo a las 12:00am… Así que me pareció un buen nombre… Recuerdo que nos impresionamos mucho al ver
que era tan blanca como el marfil, tan pequeña y frágil…, ahora mírala, es toda
una belleza.
Al parecer, Shane tenía un amor
por los animales que a simple vista no se notaba.
Siguieron paseando, recorriendo
tranquilamente todo el lugar hasta ir más allá de la delimitación, hacia un
claro que mantenía por lo alto una impresionante vista de Londres. Y ahí,
colocada solitariamente, una vieja banca de parque.
Dejaron a Midnight pastando un
poco y decidieron como última parada de la noche, sentarse un rato a observas
las luciérnagas intermitentes de la capital inglesa.
La vista era maravillosa,
relajante y casi irreal. A pesar del clima, la belleza no era opacada por el cielo invernal. Ahí, sentadas desde
ese lugar que parecía casi un trono, se sentía como si el mundo llegase sólo
hasta donde se alcanzaba ver el horizonte, y nada más que ahí fuese tan
maravilloso como esa sensación de libertad que otorgaba admirar desde lejos.
-Este lugar debe ser hermoso en
primavera-Soltó vagamente Lily a lo que la brisa acarició su piel en ese
momento en que las palabras estaban un poco de más. Exhaló un leve suspiro que
le dijo muchas cosas a Shane, quien sólo se limitó a observar y maravillarse
con lo delicada que la rubia podía ser.
Apartó sus ojos celestes y los
posó sobre la impresionante vista nocturna que se cernía frente a ellas. Le
hacía recordar su hogar, las pocas cosas hermosas que había disfrutado y visto,
la riqueza casi inexistente del mundo y lo placentero de una buena compañía.
Muchas cosas pasaban por su mente
en ese momento; acababa de darse cuenta que Lily hacía surgir en ella una Shane
que no conocía y eso era un trago medio amargo para ella.
-Lo más hermoso que se me puede
ocurrir de llevar una vida tan larga, es el poder ver cosas increíbles-La brisa
seguía siendo impresionantemente sosegadora-No imagino los lugares en donde
debiste haber estado, las personas, las experiencias…. En esa parte te envidio
demasiado.
-Vaya que sí…-Sonrió Shane algo
nostálgica-He vivido muchas cosas a lo largo de mi vida, he conocido tierras y
gente impresionantes….-Luego su mirada decayó un poco- Pero era joven,
arrogante…y no supe apreciar las cosas
en su momento.
-¿Joven y arrogante dices?
-De las peores. A mis “dieciséis”
años creía que sin mí la tierra no podía girar, todo me valía poco, hacía lo
que quería y dejó de importarme mis deberes y responsabilidades. Eso me
conllevó a varios problemas con mi padre.
Y de repente Lily se dio cuenta
de que nunca había escuchado la palabra “padre” saliendo de la boca de Shane;
en realidad, muy dentro de sí, no se imaginó nunca un ser de autoridad y
presencia superior al de la vampiro, no se imaginaba a nadie dándole órdenes,
imponiéndole control. Era casi como si imaginara que la pelirroja había surgido
de la tierra, siendo el ser imponente que ya era; y una enorme curiosidad mermó
casi de inmediato.
-¿Cómo era tu padre?
A Shane la pregunta le cayó algo
por sorpresa y se exaltó levemente, revolviéndose un poco en su sitio y
sintiendo los recuerdos llover en su mente. ¿Cómo describir a su padre? El
único a quién ella había temido y respetado, el único que pudo doblegarla. No
le diría eso a Lily, de ninguna manera, aunque ciertamente, su carácter y liderazgo debían ser los elementos que
predominasen en una buena descripción de él.
-¿Cómo describirlo….? Mmm….
Verás, mi padre era de ese tipo de personas que cuando entran a una habitación
sientes su presencia, su poder -La pelirroja trataba de reunir las palabras
exactas y entonces comenzó a ayudarse con sus manos, ademanes de aquí para
allá, puntualizando palabras, haciéndolas valer-…Casi sentías que podía
congelar el tiempo con su mirada ¿Sabes? y parecía que con sólo verte podía
saber todo sobre ti, desnudándote, analizando capa por capa tu comportamiento…
Lily escuchaba a Shane con toda
su atención, pero por más que tratara no podía dibujar en su mente a aquél
magnífico ser. Las palabras eran claras, los conceptos precisos y detallados,
sin embargo por mucho que la pelirroja intentase hablar y hablar, a la ambarina
sólo se le podía armar una figura mental de todo ese monólogo de descripciones,
y era la de Shane.
O la vampiro se estaba
describiendo a sí misma, o su padre y ella habían sido como dos gotas de agua.
Tal vez si, tal vez no. Lo cierto era que muy probablemente todavía Shane no se
había dado cuenta de tal hecho.
-Era muy estricto, pero se aseguraba de darme
un poco de espacio para mí misma… Con el tiempo aprendí a admirarlo y
respetarlo…
-¿Te pareces a él?-Preguntó Lily,
y al ver la mirada un poco confusa de Shane, aclaró-Físicamente, me refiero…
-Bueno, supongo que si…-Miró al
cielo, rememorando la imagen de su padre
para notar algún parecido-Tengo su cabello rojo, su quijada, sus ojos y sus
labios; también la altura y muchas expresiones faciales…
“Y el carácter” Pensó la rubia para sí misma, sonriendo un poco y
notando que verdaderamente Shane pudo haber sido una copia de su padre.
Realmente a la rubia se le venían
a la mente un millón de preguntas sobre la vida de Shane, pero sabía que sería
grosero iniciar un interrogatorio que le hiciese parecer una averiguadora, en
vez de esa elegía sus preguntas cuidadosamente, intentando de que fuesen lo
menos invasiva posible, pero que de alguna manera esclarecieran varias de sus
curiosidades.
-¿Cómo era la vida de un vampiro
en ésa época?
-Dura-Dijo Shane sin
pensar-Bastante dura. Excluyendo ya el asunto de los estratos…
-Estratos-Interrumpió Lily, al
parecer ese término en específico había llamado su atención.
Shane soltó una mueca y se rascó
la nuca.
-Hmm… no es algo sencillo de
explicar…-Alegó con un dejo de fastidio, al parecer, no queriendo revelar
mucho.
-Tengo toda la noche si a tiempo
te refieres-Soltó Lily inmediatamente con un dejo decidido.
La pelirroja se tomó un momento
para pensar y acomodar sus palabras para lo que sabía sería una explicación
algo tediosa de exponer y de entender.
-Desde que existimos, la vida de
los vampiros siempre ha girado en torno a la sangre.
-Como alimento.
-No, no sólo como alimento, sino
también como una herramienta de poder y estatus social-Hizo una breve pausa
para pensar nuevamente, y prosiguió- A los vampiros nos dividían en tres
estratos: los “sangre sucia”, el renglón más bajo, humanos normales convertidos
por la mordedura de otro vampiros, les llamaban así porque eran relativamente
débiles en comparación con los otros dos tipos; mediana fuerza, mediana
resistencia y sentidos no tan afinados…, lo que ustedes humanos y las películas
de ficción denominarían un “sirviente vampiro”. En nuestra comunidad eran
principalmente eso, sirvientes.
Lily no decía una sola palabra;
inmersa en la explicación de Shane, su intención era sólo la de escuchar.
-Luego estaban los “Puros”, vampiros raros y escasos, descendientes
directos de sangre del primer estrato, la realeza vampírica. Extraordinaria
fuerza, reflejos, instintos, sentidos, inteligencia…; una sangre que era muy
codiciada entre nuestro universo social.
Finalmente se encuentra el primer renglón, del cual un sólo vampiro
podía formar parte: el vampiro “Imperial”, rey por derecho de todos los
vampiros. Su sangre era la sangre definitiva. Hacía de su cuerpo y mente el
mecanismo más perfecto jamás visto, poseía todas las características y mucho
más; e incluso… la inmunidad ante la luz
solar.
-El vampiro perfecto…
-Exacto. Pero cumplir con los requisitos que
un vampiro necesitaba para convertirse en el Imperial no eran nada fáciles, así
que era considerada una hazaña preparada sólo para los destinados de sangre pura.
Y de repente algo hizo a la rubia
caer en cuenta. Algo que no había notado antes, pero ahora le golpeaba la cara
como un balde de agua fría.
-¿Tu padre… era el vampiro
Imperial?
-Así es.
-Y eso te convierte a ti en…
-… Una vampiro de sangre pura,
descendiente del gran Lord Noktus Derogan Valerious y heredera legítima de la
sangre Imperial…
Por unos instantes Lily se sintió
como en una clase de sueño loco e increíble. ¿Acaso oía bien? ¿Acaso su mente
ataba los cabos correctamente?
-Entonces el hombre del cuarto de
tiro… Eres una princesa, y lo de hace un
rato ha sido una reverencia… ¿o me equivoco?
-Sí, se podría decir que si… Ese
hombre que vimos hace rato era un vampiro, un antiguo sirviente de mi padre que
ha sobrevivido todos estos años, cosa que me sorprende en realidad.
-Impresionante, es demasiado
increíble como para ser cierto-Lily estaba anonada, pero lo suficientemente
lúcida aún como para no demostrarlo completamente ante Shane, quién parecía un
poco incómoda y extrañada por la reacción de la rubia.-Y entonces… ¿Cómo es que
no te has convertido en la vampiro Imperial?-Continuó, más tranquila.
-Ya por sí solo, optar por la
posibilidad de ser la heredera al puesto no era nada sencillo, bueno o
prometedor, Princesa-Paró por un momento, rememorando todas las cosas horribles
que tuvo que pasar desde su infancia para poder llegar a donde había llegado,
un sentimiento áspero y familiar de odio y frustración se coló desde su corazón
hasta revivir en su rostro.-A los candidatos se nos obligaba a pasar por un
entrenamiento ritual cuyo objetivo era eliminar a los menos aptos, para dejar a
los más fuertes…
La rubia no pudo evitar sentir
esas palabras como si animales se tratasen, estratos, peleas, sangre. Los
vampiros eran bestias con forma humana. Su impresión por lo contado
anteriormente no había parado, pero al escuchar decir a Shane tales cosas con
un tono amargo en su voz le hizo a saber que ese momento en su pasado le había
marcado de forma importante.
-No tienes que seguirme contando
si no deseas hacerlo-Argumentó comprensiva, respetando el espacio personal de
la vampiro.
-Descuida, no es como si no lo
hubiese superado ya. –Sonrió la pelirroja con algo de tristeza. Se dispuso a
continuar-Mi padre, tuvo varios hijos con mujeres humanas distintas, miembros
de su harén.
Toda descendencia directa del Imperial gana automáticamente el
privilegio de ser entrenado y “competir” para relevar al Imperial actual, al
ser en efecto, potenciales vampiros de sangre pura.
-¿”Potenciales vampiros”?-Se paró
en seco Lily-¿Acaso no nacen siendo lo que son?
-Todos los vampiros puros nacemos
como humanos, herencia de nuestra madre humana. Más en nuestros genes se
encuentra un poder dormido, transmitido a nosotros por el Imperial, el cuál es
despertado al ser mordido por él.
-Ustedes son humanos hasta que su
padre los muerde…-Le parecía impresionante.
-Es alguna clase de mecanismo de
activación…
-¿Que sucede luego que son
“activados” a vampiros?-Shane vio los ojos confundidos de Lily, cómo su ceño se
fruncía levemente, cómo inclinaba un poco su cabeza y caía un mechón rubio de
su cabello, deslizándose suave por su hombro hasta caer completamente. Le
fascinaban esa clase de gestos en la rubia, esas maneras delicadas de moverse,
de expresarse, de ser.
A pesar de estar en una atmósfera
totalmente distinta y de estar hablando de un tema que Shane nunca se imaginó
contarle a Lily, ésta no podía evitar admirarla en secreto.
-Luego de pasar a ser
puros-Continuó, preparándose para por fin contar la parte cruda de la historia,
arriesgándose a que Lily viera a su raza como una sin alma y sin compasión…, y
quizá fuese así-, somos sometidos a una estricta educación y entrenamiento
físico por décadas...
Observó a Lily con detenimiento,
preguntándose si estaba haciendo bien al descubrir tantas cosas, pero había
algo, algo en ese rostro tan solemne que era muy especial, que le incitaba a
confiar, que le inspiraba a hablar… Suspiró con tono resignado y algo cansado,
tratando de acomodar las palabras en su boca tan bien como podía, y de no
parecer tan tensa como realmente estaba.
-Lo siguiente que voy a contarte
no es mágico, ni glorioso… No es nada parecido a lo que has visto en las
películas o en los libros. No es un relato con finales felices, de perdón o
redención. Sino un legado de sangre y violencia, traspasado de generación en
generación por las leyes de los vampiros… necesito que entiendas esto antes de
poder decir algo más.
-Entiendo.-Los sentidos de Lily
estaban atentos a cada mínima palabra que emanaba de la boca de Shane y por su
tono de voz y mirada solemne entendía que estaba algo preocupada por como la
rubia pudiese reaccionar. Sabía que la vampiro no quería que Lily la viese como
una salvaje sanguinaria ni que algo cambiase entre ellas dos para mal. Shane
intentaba abrirse un poco, en un intento de retroalimentación mutua.
-Será mejor que te cuente esto
como una historia personal, será más fácil de explicar para mi…-Argumentó justo
antes de perderse en sus pensamientos. Lily no objetó, sólo se dispuso a
asentir y a escuchar.
“Esa noche en particular era demasiado fría para tener una batalla, la
ventisca azotaba los árboles, el suelo susurraba ante sus pies contra la nieve,
la neblina impedía la visibilidad formando a su alrededor una inmensa nube espesa.
Sin embargo ahí estaba, respirando aceleradamente, caminando sigilosamente y
midiendo cada movimiento de su oponente.
Los despojos de batallas anteriores se hacían presentes en ella,
pruebas de sus victorias: cortes, magulladuras y moretones. El acero de su arma
era inclemente y preciso, fuerte y rápido. Pero a pesar de ser diestra en el
arte de matar, el temblor en la base de su espalda, la adrenalina corriendo por
sus venas, sus pupilas dilatadas y piel erizada probaban el aún no poder
controlar a la perfección los privilegios de su poderoso cuerpo. Estaba
agotada.
-Yo seré quien retorne con gloria ante el Imperial y nuestra
gente-Bramaba el chico. Shane no respondió.
El joven arremetió entonces contra la pelirroja como lo había hecho una
docena de veces en esa pelea. La espada se acercó peligrosamente al cuello de
la vampiro, quién pudo escapar del corte a último segundo, con un ágil
movimiento se alejó de él y lanzó una estocada que fue esquivada, seguidamente
bloqueó un golpe de su adversario y ésta lo regresó, causando un daño en las
costillas del chico.
Se separaron nuevamente para recuperar el aliento. La pelirroja se
mantenía impasible y silenciosa. Atenta a cualquier señal de debilidad, de
cualquier desliz.
Nuevamente las espadas chocaron una vez, una segunda, una tercera,
cuarta y quinta, todas siendo esquivadas. Finalmente Shane lanzó una zarpa con
su arma que tajó el muslo de su adversario y este alzó un grito de dolor que
estremeció la oscuridad del bosque. Sangre empezó a emanar a chorros de su
pierna mientras se alejaba como podía del amenazante acero de Shane.
-¡Tú...! ¡Tú! ¡No me matarás!-Bramaba el chico con voz quebrada,
intentado sostenerse en pie, respirando agitadamente y blandiendo su espada
como podía. Shane se enderezó, perdiendo su posición de ataque y dejando su
arma de lado. Caminó hacia el chico con tranquilidad, con esos ojos de daga que
apuñalaban el alma.
El muchacho echó para atrás mientras apuntaba a la vampiresa con voz
temblorosa. En sus ojos se empezó a entornar el miedo, el cual hizo que se
levantara en un impulso doloroso, arremetiendo contra la pelirroja en un
intento desesperado por herirla. En un suave y rápido movimiento el arma cambió
de dueño y su filo fue a dar a la espalda del chico, haciendo otro brote de
sangre. Éste se volteó de inmediato, totalmente herido, agotado y desesperado.
Miró a Shane directo a los ojos, y lágrimas de frustración y enojo
comenzaron a salir de sus ojos.
-Tú no vas a matarme….-Gruñó entre dientes mientras negaba con la
cabeza. Las lágrimas no paraban de desbordar.-Tú no… ¡Vas a matarme!
Corrió desesperadamente hacia una Shane inmóvil, y le clavó un puñetazo
en la cara como un último intento de agredirla.
La pelirroja no se movió ni un milímetro, sólo estaba parada allí, con
el puño de su adversario en su cara, sin decir ni hacer nada.
El chico entones rompió en llanto, decepcionado y resignado ya de que
ése lugar sería su tumba, y de que ese golpe, había sido un regalo de Shane
antes de morir.
Y entonces el sonido del acero
retumbó, electrizando el cielo y haciendo la sangre correr por la hoja, los ojos
árticos miraron a los verdes de su oponente y con ligereza y rapidez sacó el
arma de sus entrañas, sólo para sostenerlo entre sus brazos y depositarlo en la
suave nieve con lentitud. Rasgó parte de su manga y limpió el sudor y la sangre
que emanó de su boca.
-Yo… nunca quise… ser parte de esto…-Dijo a duras penas, sintiendo el
dolor inhumano esparcirse por todo su cuerpo. Por fin, dio unas últimas
arcadas, y murió en brazos de Shane.
-Descansa, hermano -Dijo Shane
casi es un susurro- Tu sufrimiento ha terminado.
Habían pasado casi diez años desde que la pelirroja fue sometida a
dejar su hogar y a luchar contra sus otros once medio hermanos para permanecer
viva. Casi diez años desde la primera vez que puso su mente y cuerpo a prueba;
la primera vez que había sobrevivido y la primera vez que había matado. Con el
pasar del tiempo sus ojos adoptaron esa mirada penetrante, fría y calculadora.
El desarrollo del placer cuando batallaba y su instinto de supervivencia se
intensificaron con cada noche invernal que pasó en los helados bosques de
Rumania, valiéndose por sí misma. Finalmente, la víspera de su regreso ya había
llegado.
____________________________________________
Fríos y peligrosos años fuera de casa le habían construido gran parte
de su personalidad inteligente y despiadada. Se había ido de su clan como una
joven inexperta y diez años después retornaba gloriosa, siendo vencedora y merecedora de su título como
Helena Derogan Valerious, princesa y
heredera de Noktus Imperial.
Todo su clan se encontraba en el templo del castillo en lo alto de los
muros, las rosas rojas marcaban honrosas la ocasión, una alfombra pulcra se
extendía desde el interior del castillo hacia el exterior donde le aguardaba la
luna y un grandioso homenaje a los pies del trono privilegiado donde su padre
se hallaba sentado. A su lado, la hermosa madre de la pelirroja.
Shane respiró profundamente dentro del castillo, evitando que una
lágrima rodara por su mejilla. Hacía diez años ése era el lugar que había
tomado con sus hermanos la noche antes de emprender su peligroso viaje, y ahora
todos se encontraban muertos, menos ella. La Elegida. La Merecedora. La Prometida.
Finalmente salió solemne hacia el exterior, portando con honor la
armadura que le acompañaría durante toda su vida. Sentía su peso al caminar, el
frío rozando su piel, las miradas de todos puestas en ella y los llantos
desconsolados de las madres que tuvieron que soportar las muertes de sus hijos
una vez Shane apareció ante las puertas
del derecho.
Para ella, el tiempo corría lento en esa ocasión, observó todo y a
todos hasta que finalmente sus ojos se posaron en los azules de su madre, quien
le miraba aliviada y triste a la vez, Shane entendía por qué, y ese hecho le
carcomía las entrañas enormemente.
Llegó finalmente a los pies de su imponente padre, y se arrodilló ante
él. Éste la miró, sin alguna expresión en su frío y duro rostro, pero en sus
ojos emanaba una pequeña chispa de orgullo.
Ésa fue a noche en que el destino prometió a Helena Derogan Valerious,
el liderazgo y máximo poder y honor otorgado a la vida de un vampiro. Ella
sería la destinada a ser la próxima Imperial.
_________________________________________
-Finalmente, el último requisito
para convertirse en tal poderoso ser era beber la sangre del vampiro Imperial,
y del mismo modo, la del licántropo Imperial.
Ante la mirada tan profunda de
Lily que significaban tantas cosas, Shane prosiguió.
-Los licántropos también gozan de
la misma jerarquía que nosotros, también poseen un Imperial… Y conseguir su
sangre significaba el riesgo más peligroso de afrontar para un destinado. Es
otra de las razones por la cual hemos batallado por milenios. Así como yo debía
beber sangre del licántropo para convertirme en líder, el hijo de él necesitaba
beber la sangre de mi padre para convertirse en el próximo Imperial de su raza…
Al pensar en todas esas cosas… recuerdo la mirada triste de mi madre…
Ella nunca quiso ése futuro para mí, pero el obedecer los deseos y decisiones
de Noktus era más una obligación. Mi pobre madre, sufrió tanto por mi culpa…
-¿Puedes hablarme sobre tu madre?
El rostro de la vampiro
simplemente se desvaneció en una expresión sombría espontánea pero que fue
disfrazada rápidamente por una sonrisa algo nostálgica, cargada de recuerdos y
dolor.
-Mi madre era… simplemente
hermosa. Un ser hermoso…; pero falleció unos años después de mi llegada.- Las
palabras fueron escasas, pero cargadas de muchas cosas.
-Lo siento… no debí…
-Descuida-Rio Shane para amenizar
un poco el ambiente-, es natural que quieras satisfacer tus dudas, respeto eso.
No te preocupes.
-¿Tu madre fue muy valiosa para
ti?
-Uno de los pocos recuerdos
bellos que tengo acerca de mi vida, es mi madre…-Por primera vez, la pelirroja
entristeció sus ojos. Ciertamente no conocía a Lily lo suficiente como para
hablar de su difunta madre, pero definitivamente había algo en esos fieles ojos
ambarinos que le hacían confiar en ella, quien la miraba con cierta y extraña
compresión. De repente, no se sintió ni sola ni con una extraña.-Tenía la
sonrisa y los ojos azules más hermosos y cálidos que te puedas imaginar. Ella
lo sanaba todo, lo resolvía todo, lo amaba todo…
Lily sintió de repente un temblor
conocido en la base de su estómago, entornó sus ojos disimuladamente,
sintiéndose bruscamente identificada y encantada con Shane.
¿Sabes cuándo sientes que esa
persona especial siempre te protegerá? ¿Siempre tendrá la respuesta para todo?
¿Siempre te apoyará…?
Shane ciertamente no esperó alguna respuesta, pero se sorprendió al ver
que la rubia la miraba como quién ha tenido una madre así. Se sorprendió por la
respuesta.
-Si, sentía exactamente lo mismo
cuando estaba con mi madre… ella también
falleció, de cáncer… cuando yo era sólo
una niña…
Para Lily el contar algo de su
vida tan privada era algo nuevo y desconocido para ella, ni siquiera James
había sabido alguna vez algo del asunto de su madre. Sin embargo en ese momento, no se sintió como imagino, asustada o
incómoda. Más bien, algo aliviada de poder compartir con alguien sus mismos
sentimientos.
-Vaya, siento mucho tu
pérdida-Irrumpió Shane- Tu rostro cambió
cuando te referiste a ella…; debió ser
muy preciada para ti…
-Mi madre lo era todo para mi, y
a pesar de todos éstos años la extraño muchísimo…
Por un momento sus miradas se
cruzaron delicadamente diciéndose mucho y callando poco a la vez. La pelirroja
de repente sintió que una ola de sentimientos se le venían encima a lal
tiempo que observaba a la rubia presa de
sus propios recuerdos estancados durante tanto tiempo. Decidió callar y
esperar. Esperar que Lily diera su segundo paso, su más esperado y necesario
paso.
-Cuando era pequeña, -Comenzó a
duras penas, aún indecisa de si seguir hablando. Las palabras rosaban amargas
por su garganta-confieso que mi vida fue un infierno: padre alcohólico sin una
buena o estable situación. No tenía un bueno hogar donde vivir, buen vecindario
ni amigos mucho menos-La rubia trababa de no parecer muy sombría con una ligera
sonrisa de decepción en su rostro- En esos tiempos mi madre era mi único apoyo,
mi única amiga…
Sus palabras la llevaron a
rememorar una situación que marcó por siempre su memoria y su ser. Inhaló una
gran bocanada de aire y se preparó para hablar…
“Shanon se levantó de su cama adolorida, su fiebre le carcomía el
cuerpo y ciertamente los medicamentos no le hacían sentirse mejor. Sin embargo,
había algo que superaba con creces el malestar de su cáncer, y era al escuchar
a su pequeña hija entrar a toda prisa por la puerta principal, subir las
escaleras y cerrar el umbral de su cuarto con un portazo. Salió de su
habitación caminando pesadamente y al irse acercando a esa envejecida puerta
pintada de blanco no pudo evitar sentir un poco de angustia, los llantos de
Lily se escuchaban más fuertes que los de cualquier otro día.
-Lily…cariño-Tocó levemente la puerta con tres golpecitos luego de
averiguar que estaba cerrada con cerradura.
Entre los llantos de la desconsolada niña se oyó muy claramente-¡Vete!
-Vamos, si abres la puerta y me
dejas hablar contigo te aseguro que te sentirás mejor.
-¡He dicho que te vayas!-Siguió sollozando.
Shanon no pudo evitar soltar una mueca de fastidio ante la terquedad de
su niña, pero sabía cómo hacer para doblegar a la rubia.
-Como quieras, no hables conmigo, pero me quedaré aquí parada justo en
frente de tu puerta a esperar que quieras tener contacto humano… aquí parada
con mi malestar, mi enfermedad carcomiendo mi alma-Y la mujer empezó a hacer
ruidos exagerados y fingidos de dolor-¡Ah! ¡Como me duele! ¡Ahhhh! ¡Dios¡ ¡Voy
a morir aquí!
Como era de esperarse la puerta sonó con un suave clack y lentamente el
umbral dejó ver la delicada figura de una pequeña Lily, tierna, con ojos
enormes tapados por anteojos y ligeramente despeinada.
-Ya te he dicho que no juegues con tu enfermedad sólo para conseguir
algo de mi…-Soltó tranquilamente pero refunfuñona; no miraba a su madre a los
ojos, estaba enojada y frustrada. Sus anteojos empeñados en lágrimas y sus
mejillas y nariz totalmente enrojecidas hacían entender que la situación no era
la misma de siempre.
Luego de dejar pasar a su madre y estar ya recostadas en la pequeña
cama, un poco más cómodas, Lily se refugió en el regazo de su madre y ésta
empezó a peinar suavemente el cabello de su hija con su mano.
-¿Puedes decirme que sucedió?-Comenzó Shanon con voz
condescendiente-¿Otra vez ese abusivo de Billy Johnson y sus amigos?
La pequeña calló por unos instantes.
-…Ellos me dijeron que era fea y que por eso nadie quería ser mi amigo.
Que cuando fuese grande no me casaría ni tendría un bonito hogar…, que me
quedaría sola porque…
La madre esbozó una sonrisa alentadora y comprensiva de esas que sólo
ellas saben hacer-Nena… Esos niños no saben lo que están diciendo… Algún día
serás una hermosa chica con un enorme éxito y ¡todos los hombres que te miren
quedarán enamorados de ti! Tú…!-
-¡Me dijeron que me quedaría sola porque ibas a morir!-Interrumpió Lily
con un bramido de angustia y miedo que desembocó nuevamente en lágrimas, y fue
entonces que Shanon entendió las verdaderas razones de su hija para tal
llanto-Dijeron que hic… sus padres lo… comentaban todo…hic el tiempo…, que pronto… morirías… hic.
La pequeña rubia se hundió en el pecho de su madre y se aferró a ella,
intentando de alguna manera desesperada el no sentir, no saber, no esperar el
que su madre no estaría con ella tanto tiempo como merecía estarlo.
Ante ésta reacción Shanon no lo pensó dos veces y abrazó a su hija
fuertemente, firme y esperanzadora; una débil sonrisa se coló en sus labios, y
se preparó para lo que en algún momento ella sabía que tendría que decirle a la
pequeña Lily.
-Cariño,…-La señora se separó un poco de su hija y con su mano alzó
suavemente el mentón de su niña la cual no dejaba de llorar. Removió los
anteojos del pequeño rostro y los hizo a un lado de la cama.
-Solo mírate…-empezó hablando bajo, como aquél que cuenta un íntimo
secreto, admirando a su hija.-hermosos ojos miel, cabello rubio, rosadas
mejillas ¿Cómo pueden decir esos niños que eres fea? No saben absolutamente
nada… Tú Lily, algún día te convertirás es una gran y hermosa mujer, harás
cosas importantes, lo sé, y tendrás muchos amigos…, amigos que te apreciarán
por ser un valioso ser humano; encontrarás el amor y vivirás una vida plena y
completa…-Sus ojos mantenían una mirada hermosa, llena de brillo maternal y
esperanzas para un futuro que a pesar de no ser seguro, asomaba verdaderamente
en el horizonte de su hija-. Tienes toda una vida por delante para equivocarte,
aprender de tus errores y volver a levantarte, Lily. No dejes que Billy Johnson
y su pandilla de perros falderos te diga lo contrario. Algún día regresarás a
este lugar siendo mucho más que ellos, y se arrepentirán de sus palabras.
Un breve silencio se hizo en el cuarto.
-Quédate conmigo hasta que eso suceda…-Las últimas plegarias de su hija
se perdieron camino al cielo y Shanon sintió un golpe devastador el su pecho
que hizo que lagrimas quisieran brotar por sus ojos, más las contuvo como pudo
para seguir hablando. Sabía que su pequeña no estaba lista para quedarse sin
ella, de hecho, nadie nunca está listo para perder a su madre, pero ¿Cómo
hablar sobre la muerte? ¿Cómo le diría a su hija que no estaría con ella por
mucho tiempo más? ¿Cómo aliviar a su pequeña de ese inmenso dolor?
-Sabes que eso es lo que
desearía más que cualquier cosa en éste mundo, verte crecer y superar todo
obstáculo que se interponga que tu camino…-Extendió sus brazos en un firme lazo
maternal que rodeó a su pequeña-Pero la vida ha dicho que no puede ser así-Ante
esas palabras su pequeña casi inició un tercer llanto, pero fue rápidamente
atajado por su madre, quien con sus manos alzó la mirada de la rubia y ésta
pudo ver una suave y leve sonrisa en su rostro- La muerte no es mala, Lily.
Es
en sí misma es una parte fundamental de la vida y todos llegaremos a ella algún
día… Yo no planeé morir, pero lamentablemente el destino ha querido que así
fuese, y lo acepto.-Miró a su hija y la recostó en su regazo. -La muerte sólo
significa el fin de tu cuerpo, Lily, mas no de tu espíritu…
-¿Siempre… estarás conmigo?-La pequeña rubia parecía un poco confusa,
pero algo en su tono de voz representaba un hilo de esperanza.
-Por supuesto-Alegó su madre de inmediato, un poco mejor-. A pesar de
que mi cuerpo desaparezca y dejes de verme y oírme, no significa que no estaré
a tu lado; no representa el hecho de que no puedas hablar conmigo en tus
pensamientos o en tus sueños… Siempre y cuando me guardes en tu corazón, ten
por seguridad que no darás un paso adelante sin que yo esté ahí para ayudarte a
lograrlo.
Lily por fin soltó una pequeña sonrisa, demostrando estar un poco mejor
y aliviada. Se limpió los ojos con sus pequeñas manos.
-Promete que nunca me dejarás sola…
Su madre le devolvió la sonrisa y selló la promesa con un abrazo y un
beso en la frente.
-Ni en un millón de años algo hará que deje de acompañarte en tu camino.
Ni en un millón de años...
Por fin, todo parecía estar de nuevo en paz tanto dentro de la hija
como de la madre, y las dos se quedaron abrazadas por un largo rato, ahí, en
esa pequeña y vieja cama, dentro de ese desteñido cuarto, dejando el atardecer
colarse por la ventana y caer suave y lentamente sobre sus cuerpos, esperando
que ese momento nunca terminase y que, de alguna manera, Shanon pudiese cumplir
su promesa de nunca irse.”
Lily descubrió repentinamente
como algunas lágrimas escaparon de sus ojos, rodando ágilmente por su mejilla.
Se sintió avergonzada de quebrarse de tal forma frente a Shane, rió algo
apenada con voz ronca y nariz tapada mientras limpiaba su llanto con sus manos.
-Lo siento, el hablar de ella me
pone algo sentimental-Orgullosa retiró su mirada para recuperar un poco la
compostura-Me he de ver como una tonta…
Shane suavizó esos celestes ojos
y sonrió un poco, enternecida por esa historia y por ver cómo a pesar del pasar
de los años Lily no había sido capaz de dejar atrás el recuerdo de su madre, el
cual seguía tan vivo como ella misma.
-No te vez como una tonta. Sino
como una persona que extraña a su ser más querido…
Ya habiendo recogido un poco su
rostro de llanto y respirar hondo, sus ánimos volvieron a subir y recobró una
pequeña fuerza de ninguna parte.
-Luego de ese día todo fue bien
durante unos meses. Estaba de mejor humor, su dolor y malestar habían cesado un
poco… Por ese momento estuve tranquila; hasta que repentinamente recayó y en
noviembre murió…
-Lo siento…; debió ser realmente
duro para ti.
-El peor día de mi vida…,
recuerdo que sentí que me golpeaban la cabeza con un bat de beisbol, que me
atropellaba un camión, algo así… ese sentimiento de estar como en un sueño y
querer despertar es lo más horrible del mundo.
-Si… sé lo que se siente-Comenzó Shane,
entendiendo su dolor. Pero decidió intentar hacer algo al respecto para aliviar
ese sentimiento.- ¿Pero sabes?-Comenzó animada- Apuesto lo que sea a que ella
está justo aquí, a nuestro lado, acompañándote. Puedo sentirlo…, puedo sentir esa mirada que me echan todas
las madres que protegen a sus hijas, quiere matarme, lo sé.
Lily rió un poco ante tal
ocurrencia.
-Casi escucho en mi oreja “si
intentas algo con ella encontraré la forma de matarte!”
La rubia siguió riendo. De verdad que lo necesitaba.
-Tranquila señora Shanon, soy un
alma pura, lo juro. No intento nada, sólo que su hija no me odie…
La rubia paró un poco su risa
para descansar.
-Bueno, he de admitirlo Taylor,
esta noche te has lucido. De alguna manera te las has arreglado para que cambien
un poco mi opinión sobre ti.
Shane soltó una enorme sonrisa.
-Con “un poco” me basta. Todo lo
demás me lo he ganado en hacerte reír. Puedo ser una idiota cuando necesites
despejar un poco tu mente.
Un relinchar suave de Midnight en la cercanía advirtió que
ésta aún se encontraba rondando el lugar, a la espera de Shane y Lily.
La pelirroja volteó para ver a su
yegua con una expresión de felicidad.
-¿Has oído Midnight? Ha dicho que
se ha divertido conmigo ¿No es eso genial?
La yegua, nuevamente como si pudiese
entender a su dueña, relincho otro poco asintiendo con su cabeza y removiendo
un poco la tierra con su pata.
-Que inteligente es…-Se
sorprendió Lily.
-Inteligente, creo que trata de
decirnos que tiene frío. La temperatura está bajando, eso significa que habrá
una nevada quizás para mañana. Deberíamos irnos.
-Está bien, vamos…
Se pararon de la solitaria banca,
tomaron a la yegua, y caminaron de regreso al establo.
Shane se despidió de Midnight,
prometiéndole volver muy pronto. Luego devolvieron las llaves del establo y Tom
y Lizzy, algo tristes por la corta visita de su salvadora, les dijeron
adiós.
El camino de regreso se hizo tan
corto que Lily sintió que la casa apareció en un pestañar, al igual que un
cansancio por tantas emociones esa noche.
Esa noche el Saleen dormiría
fuera de la cochera. El portón eléctrico se cerró tras ellas y bajaron del
auto, como quién se baja de una montaña rusa. Caminaron juntas y se detuvieron
frente a la entrada principal de la casa, sin abrir la puerta.
-De verdad te lo agradezco… hacía
mucho tiempo que no me divertía así…
Los ojos celestes quedaron
totalmente sin parpadear ante la expectativa.
-Así que… No te molestaría volver
a salir conmigo en otra ocasión…?
-Si es otra noche como esta…,
claro que me encantaría volver a salir contigo…-
-¿Sabes? Me ha hecho muy feliz el
por fin poder verte sonreír. Era una de las cosas que me tenía
preocupada...-Sinceró Shane, apartando un poco su vista ante la sorpresiva
vergüenza que le provocó esa confesión-Sabía que no te simpatizaba, pero ahora
estoy algo aliviada. Disculpa si digo cosas precipitadas.
Lily sólo sonrió, dulce.
-Creo que me apresuré al
juzgarte, fue injusto de mi parte y me disculpo por eso. Hoy me has mostrado
una parte de ti que no conocía, y de verdad que me ha gustado bastante.-Al
igual que Shane, Lily se avergonzó un poco de decir esas palabras
-Me gustaría que una salida como
éstas se repitiera pronto…, he disfrutado mucho tu compañía-Nuevamente, los ojos
celestes se abrieron amorosamente, mostrando tras ellos una sincera sonrisa.
-A mi…-Lily se paró un poco tras
pensar lo que su corazón quería que dijese, por un momento su cerebro le indicó
que no siguiera, pero su garganta pidió
a gritos aclamar la verdad-A mi… también me gustaría volver a tener una cita
contigo…
Un sonrojo inexplicable colmó los
dos rostros, y ambos pechos sintieron su corazón querer salir con violentos
tumbos. De repente, ya no había tanto frío.
Por unos instantes, unas décimas
de segundo, las dos miradas se suavizaron, viéndose fijamente, y tantos los
cálidos y fuertes ojos dorados, como los fríos celestes transformaron su brillo
en uno expectante, perdiéndose en la profundidad de los otros. Un silencio de
instantes se hizo ante la serenidad de esa noche.
Shane miró a Lily fijamente, sus
ojos eran hermosos, sus mejillas, su cabello, su esencia embriagante. Luego se
concentró en sus labios, detallándolos con detenimiento, seductores y perfectos
labios rojos que incitaban sus sentidos.
Lily se encontraba hipnotizada
ante el perfume de Shane que emanaba de su cuello, queriendo irremediablemente
anclarse en el, los ojos celestes parecían perdidos en su rostro, la pálida y
tersa piel, la cascada roja que caía hacia un lado de su fuerte rostro y
finalmente, sus labios. Un deseo salido desde lo más profundo de su ser quiso
probar esos labios.
Por unos instantes, el tiempo se detuvo para las dos, y sin
pensarlo, casi como un acto que clamaban sus cuerpos y sus almas, la distancia
entre sus rostros se fue acortando lentamente.
Ese momento con el que Shane había fantaseado tantas veces
por fin estaba sucediendo. ¿El plan? Al demonio el plan, lo único que rondaba
su cabeza era degustar el dulce sabor, sentir la suavidad de Lily.
Todo pareció perfecto. Las dos iban a obtener lo que querían
de la otra, hasta que algo subido del infierno llegó.
El umbral se abrió violentamente con un ruido espantoso que asustó a los dos
chicas, dándose cuenta de lo que estaban a punto de hacer y separándose al instante,
con las caras más rojas que un tomate.
Justo en la entrada se encontraba una Alice, lívida de la
rabia que aparentemente y gracias al cielo, no se había percatado de que Shane
y Lily iban, en efecto, a besarse.
-¿¿¿Dónde estabas???-Aseveró con la mirada a Lily, casi como
queriéndola matar con los ojos, pero al mismo tiempo ignorando su presencia.-
¿Has visto la hora? Te he estado esperando toda la noche.
-Santo Cielo Alice, casi nos matas de un susto-Regañó Shane
con las mejillas enrojecidas de vergüenza y molestia.
Lily estaba ida, no podía creer lo que estuvo a punto de
hacer hacía unos instantes. Su asombro la tenía muda e impactada, tanto, que la
presencia de Alice y sus malos tratos resbalaron en ella sin mucho esfuerzo. Su
mente corría a mil por hora, mientras que su corazón estaba tan acelerado que
pensaba explotaría. Su rostro se encontraba pintado de un violento rojo que
parecía arder ante la situación.
-Yo… estoy cansada, me iré a la cama-Dijo sin mirar a Shane.
Ésta desvió su atención de Alice y le dedico a Lily una rápida mirada de todo
un poco: vergüenza, preocupación, miedo, disculpas; que no llegaron a ella
puesto que en un abrir y cerrar de ojos ya estaba dando las buenas noches a
Will y a Charles desde las escaleras, subió rápidamente y mientras Alice se
dedicaba a llevar por el brazo a Shane hacia el interior de la casa,
dirigiéndola hacia la sala de estar.
Sus miradas se encontraron. Y la vampiresa vio en Lily más
que sólo vergüenza: preocupación, que era remarcada por sus mejillas completamente
rojas. Intentaron decirse un “lo siento” sin palabras y cuando la rubia hubo
subido por completo las escaleras a toda velocidad y cerrar la puerta de su
habitación tras ella.
Shane repasó inmediatamente lo que había sentido ante la
presencia de la rubia, aquel sonrojo, aquél impulso de tomar sus labios, la
forma que en se perdía en su mirada. A Shane sólo se le coló un pensamiento.
Rayos… estoy en
problemas…
Continuará...
*Corre por las paredes* ¿Por qué siempre nos dejas así? Es demasiado interesante.
ResponderEliminar*Muere*
Soy muy fan de esta historia...solo en caso de que no se haya notado.
Por cierto, la ilustración de lujo. Muchas gracias Aru.
Y Akari, muchas gracias por postearlo.
o dios xq tanto esperary lo dejas de esa manera T.T..... igual gracias por seguir la historia.. te amo aru y espero que la sigas asi xq te seguire hasta el infinito y mas alla....(kachi madre tierra)
ResponderEliminarAru que revelador capi, muchas gracias por seguir con la historia.
ResponderEliminaroh me encanta, a valido cada segundo de espera, peroooooooooo no demores mucho para la conti porfavor.
ResponderEliminaranak7
Ahhhh por qué nos haces sufrir T^T
ResponderEliminarMuy bueno el capitulo, esperare con ansias el próximo T^T aunque te demores una vida en publciarlo T^T
You're the Best!!!
Este capítulo me ha dejado sin palabras en la boca… ahora se va viendo la relación que hay entre Lily y Shane sinceramente me encanta el giro que está llevando, no imaginaba la historia que cargaba “helena” y al fin ambos personajes se están abriendo… el final me dejo aún más impresionada por los pensamientos de Shane, solo me queda decir gracias Aru por deleitarnos con Delirium y al blog por publicarla…
ResponderEliminarP.D: la ilustración estuvo perfecta realmente se nota la esencia de los personajes ;)
Salu2
simplemente hermosoo!! valio la pena tanto tiempo de espera
ResponderEliminarsi asi de geniales seran los siguientes caps porfavor tomate tu tiempo! jaja me encanta soy tu fan!
ohhhh dios mioooo esto es puuuro arte me ha encantado esto aparte de un fic deberia ser un libro y despues de ser un liiibro best seller deberia pasar a pelicula y creo q sino estoy mal ganaria muuchos oscars mas que angelia jolie bn ella podrias estar en la pelicula ajaja pero me sali del tema, que me parece fascinante este fic me tiene enganchadicima solo espero el proximo capitulo.
ResponderEliminarmuuchas grax grax por tener una imaginacion tan amplia y crear esto
XOXO
Woooow muy buena historia ¿muy buena?EXCELENTE dios es que es imposible no dejar de leerla o,..,o es como una adicción je je no nos dejes así ;_; ¡sufriendo! Eres muy buena escribiendo de verdad se nota el esfuerzo, la imaginación y todo lo que conlleva hacer este hermoso y gran trabajo. Estaré esperando la continuación con mucho entusiasmo ^^
ResponderEliminarSaludos de Chile - Vicki
Ahhh! creo que me va a dar algo... pf! no, creo que mi corazón no lo resisti... *Kuro muere por un ataque cardio-cerebral(¿?)* jajajaja xD!
ResponderEliminarPor dios, esto fue la morte del magnifico!!! Lo juro Aru, eres increíble. Cada vez que termino un capitulo y pienso "Rayoz, esto no puede ser mas cardíaco" llega el siguiente capitulo y entonces lloro, rió, suspiro, grito al monitor (xD haha tengo problemas), me paro, me siento y me vuelvo a parar el doble de veces que en el anterior.
Me encanto el capitulo. La nostalgia que transmite Shane y Lily a la hora de contar sobre su pasado, la sensación homicida que experimente a la hora de la interrupción de Alice y eh de admitir, aquí entre nos, que contuve la respiración cuando estaban por besarse xD! jaja fue de lujo :D
Aru sigue con esto y por favor no tardes con el otro cap, te lo pido de rodillas >.<!
Saludos
KuroUsagi
PD. Ja! no creas que me eh olvidado de Charles, aun tengo curiosidad por saber que es ;)
Que capitulo tn maravilloso. este fic es maravilloso.
ResponderEliminarDe verdad que la historia atrapa y los personajes estan tan bien pensados que casi crees que son reales.
Te felicito Aru por una GRAn obra maestra como lo es Delirium.
Y Akari por supuesto, por publicarla.
La ilustración ha quedado fantástica, muero por ver muchas mas... *--*
me fascina tu fan fic es muy buenisimo, me atrajo desde la primera vez y es algo adictivo jeje
ResponderEliminarmuchas gracias por los capitulos :)
Oh cielos!
ResponderEliminarMe ha encantado, ahora cada una sabe más sobre la otra, sobre todo Lily, creo que ésta vez Shane logrará su objetivo gracias a la ayuda de Lily... pero mierda! por qué tenían que interrumpirles el beso X_x bueno, por lo menos están conscientes de hacia dónde van sus sentimientos... jojojo
gracias por el esfuerzo a todo el staff y colaboradores =) espero la actualización
¡¡¡Eres malvada!!!
ResponderEliminarMe tienes al borde del colapso de mi vida con esta ansiedad de saber qué pasa con esta historia (llanto, desborde e histeria).
En verdad, escribes tan bien que se vuelve adictivo y el síndrome de abstinencia es un mal que tú no quisieras pero que vivimos ante la ausencia prolongada de tus atualizaciones... ¡Snif!
Me estoy desahogando.
Bueno, ahora, un poco más tranquila, pues felicitarte por la gran historia que estás desarrollando. Me ha encantado este capítulo, sobre todo porque se han producido tantos momentos de tensión entre ambas que ya comienzan a sentirse de una manera distinta, ya no solo como una atracción.
Espero, sinceramente, que estés lo mejor de la vida en todos los aspectos para que puedas actualizar pronto xD jajajaja
Un gran saludo y tendré que seguir esperando a que te acuerdes de tus ansiosas seguidoras :3
por favor siguela!
ResponderEliminar...
ResponderEliminarMadre mia...al fin...
Tenia ya en el pensamiento que esta seria otra de esas
historias que te fascinan pero que no terminan...gracias a
dios me quitastes ese pensamiento de la cabeza y te animo
como todas las que seguimos tu historia a que sigas
fascinandonos con tu manera de escribir este fan fic
...
OOOOOOOHHHH.!!!!! Por favor, termina la historia, en verdad es bastante impactante y me ha gusto lo leído hasta ahora, PORFAAAAAAAAAAAAA..... siempre me dije que no leyera una historia sin terminar pero me en carrete muy rápido y cuando me di cuenta ya la estaba casi terminando, que historia tan buena, pero esta casi a la mitad, le falta lo mejor.... y lo dejaste en una parte muy impactante, no seas tan mala con las lectoras :( te lo suplico.
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