Que lo disfruteis!!
Tenshi no pocket (Un ángel en el bolsillo)
Autor: Ricchan
Capítulo 5. Ayuda
En el mismo lugar donde había ocurrido el
fatídico accidente en el cual Saeko Kuga perdió la vida, se hallaba Natsuki
mirando al mar. Un coche paró tras ella y un hombre de cabello atado con una
coleta descendió del vehículo. La peliazul se giró.
-Pensé que no volvería a verte.
-Yo pensé lo mismo, Yamada-san.
-Bien ¿Para qué me necesitas?
-Necesito armas y que me lleves en coche hasta
Kioto.
-Muy bien pero tendrás que darme un par de
días para conseguirlas.
-Tiene que ser antes.
-Como mucho puedo conseguírtelas en un día…
día y medio.
-Yamada cuando digo que tiene que ser antes,
es que tiene que ser en menos de un día.
-Está bien, pero te costará dinero.
-No me importa.
-¿Dónde quieres que te las deje?
-¿Cuándo las puedes conseguir?
-…Quizás en un par de horas…
-Dentro de un par de horas te espero aquí.
Trae la furgoneta porque vamos a llevar la Ducati.
-Hasta dentro de dos horas. – respondió Yamada
y la dejó sola en aquel saliente. Ella se dio la vuelta y continuó mirando al
mar con odio. Unos minutos después se puso el casco y regresó a casa.
La policía aún se encontraba allí. Habían
venido forenses y demás técnicos para investigar lo ocurrido. Uno de los
policías le tomó declaración y se fueron. Ella se quedó en el apartamento. Tomó
un bolso de viaje y lo llenó con algunas prendas. Desenchufó los aparatos
eléctricos y marchó del lugar.
Mientras se dirigía a hacia su motocicleta,
sonaba su móvil.
-¡Kuga! ¿Dónde estás? ¡Has vuelto a faltar! – exclamó
Fumi desde el otro lado del teléfono.
-La secuestraron…
-¿Qué?
-¡Qué tienen a Shizuru!
-Kuga… no hagas locuras… espera….
-¡¿A qué?! ¡¿A que la maten?!
-¡Natsuki, por favor…! ¡Nosotras te podemos
ayudar…!
-No quiero que nadie entre en esto… Es cosa
mía. – fue lo último que dijo. Después apagó el móvil.
Fumi colgó el teléfono. Respiró hondo y posó
su mirada sobre la mesa. Su gesto era serio.
Unos golpes en la puerta la sacaron de sus
pensamientos. La directora mandó pasar a la persona que golpeaba la puerta.
Era un profesor que decía que una clase se
hallaba desatendida. Inmediatamente, la gakuenchou acompañó a ese profesor
hasta el aula mencionada.
Ella entró en la clase y puso orden. Luego
preguntó a los alumnos quien era su profesor o profesora a esa hora. Todos
respondieron que Ahn Lu.
Fumi llamó a Yukino para que buscase a Ahn Lu,
pero ésta había desaparecido por completo. La directora se quedó en el aula
como una profesora hasta que terminó la hora, pensando la causa de que la mujer
de ojos grises no se hallara por ninguna parte. Pensó que quizás la habían
secuestrado a ella también, pero eso no pudo haber sido, pues no existía nada
que la uniera a Natsuki y Shizuru ni al resto de chicas. En cuanto le fue
posible, regresó a su despacho y allí se encontró a Miyu y un montón de
aparatos electrónicos sobre su mesa.
-¿Qué es esto? – dijo tomando asiento y
cogiendo un aparato en su mano para mirarlo más de cerca.
-Desde hace unos días llevo notando la
presencia de estos aparatos. Su número fue en aumento día a día.
-¿Qué son?
-Micrófonos. Algunos se quemaron. Fueron los
que produjeron el cortocircuito que provocó el apagón de esta mañana; otros los
he desarticulado yo misma. – La cara de Fumi fue de sorpresa y una tremenda
sensación de malestar mezclado con nervios y comprensión la invadió. Se sentó
en su silla en estado de shock.
-Suzushiro…Construcciones Suzushiro….- dijo
Fumi en bajo y marcó un número de teléfono. Al otro lado respondió Yukino.
-¡Kikukawa-san! ¡Las cámaras ocultas que
fueron instaladas en el edificio por Haruka-san ¿Conoces la clave?!
-Sí ¿Por?
-Mira que han grabado en estos días y llámame.
Hazlo ahora mismo.
-Sí, Directora.
Yamada estaba esperando por Natsuki en el
saliente de roca donde había quedado hacía dos horas.
Natsuki llegó deprisa al
lugar y entre los dos subieron la moto a la furgoneta y después marcharon.
En un furgón que portaba publicidad de una
empresa, iban Tsubaki y Nishiki riéndose, mientras escuchaban la radio.
En el compartimento trasero se hallaba el
cuerpo de una joven sobre una manta. La chica estaba maniatada e inconsciente.
El furgón seguía su trayecto por una carretera
con dirección al aeropuerto de Sapporo.
Yamada y Natsuki se encontraban en la bahía de
Fuuka cambiando las cosas que llevaban en la furgoneta a un barco.
-Como ya te dije en la furgoneta, pero estabas
ida: iremos en este barco hasta Hokkaido. Allí cogeremos un furgón, meteremos
todo esto en él. Tú irás detrás en la Ducati. Desde allí cogeremos la Ruta 478
que es una autopista que nos llevará a Kioto.
-Vale.
-¿Por qué quieres armas? ¿No tienes esas pistolas
que te salen de las manos y ese lobo metálico?
-Ya no.
-Entiendo. Como ya has visto en esos bolsos
tienes dos recortadas, cuerdas y dispositivos de vigilancia ¿Los sabrás usar?
-Sí.
-¿Crees que sola podrás hacer lo que tienes en
mente?
-No me queda otro remedio.
-Yo podría ayudarte.
-No. Me saldrías aún más caro. – sonrió muy
levemente Natsuki.
-Tienes razón. – se dibujo una leve sonrisa en
los labios de Yamada.
Y ya no dijeron más. El barco se alejaba a
alta velocidad, mar adentro…
-¿Fumi-san?
-Dime Yukino ¿Qué has averiguado?
-Poca cosa. Alguien destruyó los circuitos de
las cámaras. La última imagen que se ve es de hace una semana. La profesora de
tecnología, Ahn Lu sacando algo de una mochila a altas horas de la noche. Ella
mira la instalación de la luz y luego hacia el techo y paredes. Tras eso, las
cámaras dejan de funcionar.
-Gracias Yukino. – contesta la directora – Esa
puta zorra de Ahn Lu nos la ha clavado pero bien.
A pesar del ruido del barco y de la radio que
sonaba, Natsuki se quedó dormida en un camastro del interior del navío. En
sueños veía cosas que esperaba no fueran reales sobre Shizuru…
Un agudo dolor de cabeza la despertó. Su boca
estaba seca y se encontraba mareada. Levantó levemente sus párpados y observó
que se hallaba en una especie de cuarto diminuto de color blanco roto. Sintió
escozor en sus muñecas y tobillos y comprobó que se debía a cuerdas que la
mantenían sujeta al somier de la cama.
-Ya se despierta. – y enseguida reconoció el
acento de aquella voz, pues era el mismo que el suyo propio. – ¿Tienes sed? –
Shizuru giró la cabeza hasta donde procedía la voz. Aún mareada sólo pudo
asentir. –¡Junya, tráele agua! – impuso Nishiki. Tsubaki abandonó el cuarto y
regresó a los pocos minutos con un vaso de agua. Después salió de nuevo fuera.
-¿Sabes el dinero y el tiempo que hemos perdido buscándote? Eres muy lista para ser una zorra tan joven.
Shizuru no dijo nada y le dio la espalda.
-¿Te comió la lengua el gato? No importa…
mejor si no hablas. No me gusta conversar con las entregas.
-Ara… Cualquiera lo diría… no has callado
nada. – respondió Shizuru incorporándose levemente en la cama y con calmado
tono.
-¡Qué agudo sentido del humor! ¿Aún lo
conservas?
-¿Hay alguna razón para no hacerlo?
-…Normalmente… la gente que está en tu lugar
no para de llorar, implora que les dejemos libres… incluso algunas personas son
capaces de hacernos algunos “favores” para que les soltemos.
-¡Por favor! – dijo Shizuru en tono irónico.
-Pero tú conservas la calma y no te
rebajas…Eres toda una dama Kioto-ben: fría, calculadora, elegante, astuta…
-¿Toda una Fujino?
-Para nada. Tu padre no es tan inteligente.
-Muy cierto. Si lo fuera, yo no estaría aquí.
-No estés tan segura de eso…
-¿Qué?
Nao, Yukino y Miyu se hallaban en el despacho
de Fumi en la casa de Mashiro, cada una sentada en una silla. Se mantenían en
silencio.
La cyborg estaba impávida, mirando hacia el
frente. Yukino observaba a Nao de vez en cuando con su característica timidez y
ésta por su parte, miraba a la ventana con el mismo gesto cínico de siempre.
La directora hablaba por teléfono. Tras unos
minutos colgó el aparato.
-Según la policía: esta mañana dos hombres
entraron en el apartamento de Natsuki y se llevaron a Shizuru.
– las chicas,
exceptuando Miyu, se sobresaltaron. – Kuga fue vista hace varias horas por los
policías que le tomaron declaración y después no se sabe más. – explicó con
gran seriedad y preocupación Fumi.
-Esa loca seguro que se fue en busca de su
novia. – advirtió cínicamente Nao.
-Sí. El problema es que no sabemos si ha
encontrado alguna pista y la sigue o simplemente se ha ido sin rumbo porque
según la policía: el piso se hallaba casi impoluto, sólo la puerta del baño
había sido destrozada y había un ordenador tirado en el suelo del mismo baño y roto.
– informó la directora.
-…Ehm… Quizás la pista esté en ese ordenador.-
señaló Yukino tímidamente.
-Puede que sí, pero la policía no nos dejará
acceder a las pruebas jamás… - indicó la mujer de pelo rosa pálido. Las chicas
permanecieron calladas unos segundos.
-Las pruebas se pueden robar. – sugirió Nao
casualmente.
-¿Qué? - ¿Qué? – exclamaron sorprendidas Fumi
y Yukino.
-Que la pasma guarda las pruebas y que éstas
pueden ser robadas. – indicó de nuevo la pelirroja.
-Para eso necesitamos saber en qué lugar se
hallan esas pruebas para robarlas y además necesitamos acceder a comisaría y no
es fácil. – avisó la de cabello rosado.
-Es muy sencillo. Tenemos a Miyu. - apuntó Nao.
-Y la policía guarda los informes policiales
en bases de datos digitales. Solo habría que hackear los ordenadores de la
policía y saber en qué almacén están las pruebas. – propuso Yukino.
-¡Chicas sois geniales! – soltó la de pálido
cabello. Nao y Yukino sonrieron. – Tenemos que ponernos a trabajar ahora mismo.
Shizuru salió del jet privado en el que había
llegado a Kioto. Era de madrugada. El aeropuerto se hallaba iluminado y había
mucho ruido a causa de aviones que aterrizaban y otros que despegaban. El
rostro de la joven estaba desencajado. Le habían obligado a ponerse un kimono
que tapaba con sus mangas las ataduras que apretaban sus muñecas. Bien pegados
a su lado, Tsubaki y Nishiki que impedían toda escapatoria; no le quedaba más
remedio que hacer lo que ellos le decían.
Los secuaces de Kobayashi condujeron a Shizuru
a un coche azul metalizado de alta gama y desaparecieron por las calles de
Kioto.
Yamada y Natsuki habían llegado bien entrada
la madrugada al puerto de Hokkaido. Allí les esperaba un furgón plateado que
cogieron y con él se dirigieron hacia la Ruta 478 que les llevaría a Kioto.
A pesar de haberse acostado bastante tarde,
Himeno Fumi se había despertado muy temprano. Miraba el calendario y observó
que hoy era el día en que tocaba examinarse y pensó qué hacer: si cambiar de
día la fecha de los exámenes o hacer algo para que Natsuki pudiera presentarse
a ellos, pero cambiar ahora la fecha sería una putada para el resto de los
alumnos. Pensó durante unos minutos y se le ocurrió una idea que ella creía
buena. Después se preparó el desayuno, hoy sería un largo día y deberían
planear todo muy bien.
Natsuki y Yamada llegaron a Kioto al amanecer
y fueron directos a la posada.
Fueron recibidos por un anciano delgado y alto
que les acompañó hacia sus cuartos. Los cuartos de los hombres estaban en la
derecha y los de las mujeres a la izquierda. Nada más llegar a sus cuartos,
cayeron rendidos en sus respectivas camas.
En la misma ciudad, pero unos kilómetros más
al este, Shizuru se hallaba en una casa antigua propiedad de la familia
Kobayashi, encerrada en un cuarto.
Continuará...
santos cielo..... hasta ahorita me vengo ancontrando este fic!!
ResponderEliminary dejame decirte que esta muy bueno-------
por favor no tardes en actualizar!!!!!!!!!
amy-kun