viernes, 25 de mayo de 2012

Tenshi no pocket (Un ángel en el bolsillo) Cap. 5

Holaaaa!!! Paso a dejaros otro capítulo de esta historia escrita por nuestra querida Ricchan.

Que lo disfruteis!!

Tenshi no pocket (Un ángel en el bolsillo)

Autor: Ricchan

Capítulo 5. Ayuda

 

En el mismo lugar donde había ocurrido el fatídico accidente en el cual Saeko Kuga perdió la vida, se hallaba Natsuki mirando al mar. Un coche paró tras ella y un hombre de cabello atado con una coleta descendió del vehículo. La peliazul se giró. 

-Pensé que no volvería a verte.

-Yo pensé lo mismo, Yamada-san. 

-Bien ¿Para qué me necesitas? 

-Necesito armas y que me lleves en coche hasta Kioto.
 
-Muy bien pero tendrás que darme un par de días para conseguirlas. 

-Tiene que ser antes. 

-Como mucho puedo conseguírtelas en un día… día y medio. 

-Yamada cuando digo que tiene que ser antes, es que tiene que ser en menos de un día. 

-Está bien, pero te costará dinero. 

-No me importa. 

-¿Dónde quieres que te las deje?

-¿Cuándo las puedes conseguir?

-…Quizás en un par de horas…

-Dentro de un par de horas te espero aquí. Trae la furgoneta porque vamos a llevar la Ducati. 

-Hasta dentro de dos horas. – respondió Yamada y la dejó sola en aquel saliente. Ella se dio la vuelta y continuó mirando al mar con odio. Unos minutos después se puso el casco y regresó a casa. 

La policía aún se encontraba allí. Habían venido forenses y demás técnicos para investigar lo ocurrido. Uno de los policías le tomó declaración y se fueron. Ella se quedó en el apartamento. Tomó un bolso de viaje y lo llenó con algunas prendas. Desenchufó los aparatos eléctricos y marchó del lugar. 

Mientras se dirigía a hacia su motocicleta, sonaba su móvil. 

-¡Kuga! ¿Dónde estás? ¡Has vuelto a faltar! – exclamó Fumi desde el otro lado del teléfono.

-La secuestraron…

-¿Qué? 

-¡Qué tienen a Shizuru! 

-Kuga… no hagas locuras… espera….

-¡¿A qué?! ¡¿A que la maten?! 

-¡Natsuki, por favor…! ¡Nosotras te podemos ayudar…!

-No quiero que nadie entre en esto… Es cosa mía. – fue lo último que dijo. Después apagó el móvil. 

Fumi colgó el teléfono. Respiró hondo y posó su mirada sobre la mesa. Su gesto era serio. 

Unos golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos. La directora mandó pasar a la persona que golpeaba la puerta.

Era un profesor que decía que una clase se hallaba desatendida. Inmediatamente, la gakuenchou acompañó a ese profesor hasta el aula mencionada. 

Ella entró en la clase y puso orden. Luego preguntó a los alumnos quien era su profesor o profesora a esa hora. Todos respondieron que Ahn Lu. 

Fumi llamó a Yukino para que buscase a Ahn Lu, pero ésta había desaparecido por completo. La directora se quedó en el aula como una profesora hasta que terminó la hora, pensando la causa de que la mujer de ojos grises no se hallara por ninguna parte. Pensó que quizás la habían secuestrado a ella también, pero eso no pudo haber sido, pues no existía nada que la uniera a Natsuki y Shizuru ni al resto de chicas. En cuanto le fue posible, regresó a su despacho y allí se encontró a Miyu y un montón de aparatos electrónicos sobre su mesa. 

-¿Qué es esto? – dijo tomando asiento y cogiendo un aparato en su mano para mirarlo más de cerca.

-Desde hace unos días llevo notando la presencia de estos aparatos. Su número fue en aumento día a día. 

-¿Qué son?

-Micrófonos. Algunos se quemaron. Fueron los que produjeron el cortocircuito que provocó el apagón de esta mañana; otros los he desarticulado yo misma. – La cara de Fumi fue de sorpresa y una tremenda sensación de malestar mezclado con nervios y comprensión la invadió. Se sentó en su silla en estado de shock. 

-Suzushiro…Construcciones Suzushiro….- dijo Fumi en bajo y marcó un número de teléfono. Al otro lado respondió Yukino. 

-¡Kikukawa-san! ¡Las cámaras ocultas que fueron instaladas en el edificio por Haruka-san ¿Conoces la clave?!

-Sí ¿Por?

-Mira que han grabado en estos días y llámame. Hazlo ahora mismo. 

-Sí, Directora. 

Yamada estaba esperando por Natsuki en el saliente de roca donde había quedado hacía dos horas. 

Natsuki llegó deprisa al lugar y entre los dos subieron la moto a la furgoneta y después marcharon.

En un furgón que portaba publicidad de una empresa, iban Tsubaki y Nishiki riéndose, mientras escuchaban la radio. 

En el compartimento trasero se hallaba el cuerpo de una joven sobre una manta. La chica estaba maniatada e inconsciente. 

El furgón seguía su trayecto por una carretera con dirección al aeropuerto de Sapporo.

Yamada y Natsuki se encontraban en la bahía de Fuuka cambiando las cosas que llevaban en la furgoneta a un barco.

-Como ya te dije en la furgoneta, pero estabas ida: iremos en este barco hasta Hokkaido. Allí cogeremos un furgón, meteremos todo esto en él. Tú irás detrás en la Ducati. Desde allí cogeremos la Ruta 478 que es una autopista que nos llevará a Kioto.

-Vale. 

-¿Por qué quieres armas? ¿No tienes esas pistolas que te salen de las manos y ese lobo metálico?

-Ya no. 

-Entiendo. Como ya has visto en esos bolsos tienes dos recortadas, cuerdas y dispositivos de vigilancia ¿Los sabrás usar?

-Sí. 

-¿Crees que sola podrás hacer lo que tienes en mente?

-No me queda otro remedio. 

-Yo podría ayudarte.

-No. Me saldrías aún más caro. – sonrió muy levemente Natsuki.

-Tienes razón. – se dibujo una leve sonrisa en los labios de Yamada.

Y ya no dijeron más. El barco se alejaba a alta velocidad, mar adentro… 

-¿Fumi-san?

-Dime Yukino ¿Qué has averiguado?

-Poca cosa. Alguien destruyó los circuitos de las cámaras. La última imagen que se ve es de hace una semana. La profesora de tecnología, Ahn Lu sacando algo de una mochila a altas horas de la noche. Ella mira la instalación de la luz y luego hacia el techo y paredes. Tras eso, las cámaras dejan de funcionar. 

-Gracias Yukino. – contesta la directora – Esa puta zorra de Ahn Lu nos la ha clavado pero bien. 

A pesar del ruido del barco y de la radio que sonaba, Natsuki se quedó dormida en un camastro del interior del navío. En sueños veía cosas que esperaba no fueran reales sobre Shizuru…

Un agudo dolor de cabeza la despertó. Su boca estaba seca y se encontraba mareada. Levantó levemente sus párpados y observó que se hallaba en una especie de cuarto diminuto de color blanco roto. Sintió escozor en sus muñecas y tobillos y comprobó que se debía a cuerdas que la mantenían sujeta al somier de la cama. 

-Ya se despierta. – y enseguida reconoció el acento de aquella voz, pues era el mismo que el suyo propio. – ¿Tienes sed? – Shizuru giró la cabeza hasta donde procedía la voz. Aún mareada sólo pudo asentir. –¡Junya, tráele agua! – impuso Nishiki. Tsubaki abandonó el cuarto y regresó a los pocos minutos con un vaso de agua. Después salió de nuevo fuera. -¿Sabes el dinero y el tiempo que hemos perdido buscándote?  Eres muy lista para ser una zorra tan joven. 

Shizuru no dijo nada y le dio la espalda. 

-¿Te comió la lengua el gato? No importa… mejor si no hablas. No me gusta conversar con las entregas. 

-Ara… Cualquiera lo diría… no has callado nada. – respondió Shizuru incorporándose levemente en la cama y con calmado tono. 

-¡Qué agudo sentido del humor! ¿Aún lo conservas? 

-¿Hay alguna razón para no hacerlo? 

-…Normalmente… la gente que está en tu lugar no para de llorar, implora que les dejemos libres… incluso algunas personas son capaces de hacernos algunos “favores” para que les soltemos. 

-¡Por favor! – dijo Shizuru en tono irónico.

-Pero tú conservas la calma y no te rebajas…Eres toda una dama Kioto-ben: fría, calculadora, elegante, astuta…

-¿Toda una Fujino? 

-Para nada. Tu padre no es tan inteligente. 

-Muy cierto. Si lo fuera, yo no estaría aquí. 

-No estés tan segura de eso…

-¿Qué? 

Nao, Yukino y Miyu se hallaban en el despacho de Fumi en la casa de Mashiro, cada una sentada en una silla. Se mantenían en silencio. 

La cyborg estaba impávida, mirando hacia el frente. Yukino observaba a Nao de vez en cuando con su característica timidez y ésta por su parte, miraba a la ventana con el mismo gesto cínico de siempre. 

La directora hablaba por teléfono. Tras unos minutos colgó el aparato. 

-Según la policía: esta mañana dos hombres entraron en el apartamento de Natsuki y se llevaron a Shizuru. 
– las chicas, exceptuando Miyu, se sobresaltaron. – Kuga fue vista hace varias horas por los policías que le tomaron declaración y después no se sabe más. – explicó con gran seriedad y preocupación Fumi.

-Esa loca seguro que se fue en busca de su novia. – advirtió cínicamente Nao. 

-Sí. El problema es que no sabemos si ha encontrado alguna pista y la sigue o simplemente se ha ido sin rumbo porque según la policía: el piso se hallaba casi impoluto, sólo la puerta del baño había sido destrozada y había un ordenador tirado en el suelo del mismo baño y roto. – informó la directora. 

-…Ehm… Quizás la pista esté en ese ordenador.- señaló Yukino tímidamente.

-Puede que sí, pero la policía no nos dejará acceder a las pruebas jamás… - indicó la mujer de pelo rosa pálido. Las chicas permanecieron calladas unos segundos. 

-Las pruebas se pueden robar. – sugirió Nao casualmente. 

-¿Qué? - ¿Qué? – exclamaron sorprendidas Fumi y Yukino. 

-Que la pasma guarda las pruebas y que éstas pueden ser robadas. – indicó de nuevo la pelirroja. 

-Para eso necesitamos saber en qué lugar se hallan esas pruebas para robarlas y además necesitamos acceder a comisaría y no es fácil. – avisó la de cabello rosado. 

-Es muy sencillo. Tenemos a Miyu. -  apuntó Nao.

-Y la policía guarda los informes policiales en bases de datos digitales. Solo habría que hackear los ordenadores de la policía y saber en qué almacén están las pruebas. – propuso Yukino. 

-¡Chicas sois geniales! – soltó la de pálido cabello. Nao y Yukino sonrieron. – Tenemos que ponernos a trabajar ahora mismo. 

Shizuru salió del jet privado en el que había llegado a Kioto. Era de madrugada. El aeropuerto se hallaba iluminado y había mucho ruido a causa de aviones que aterrizaban y otros que despegaban. El rostro de la joven estaba desencajado. Le habían obligado a ponerse un kimono que tapaba con sus mangas las ataduras que apretaban sus muñecas. Bien pegados a su lado, Tsubaki y Nishiki que impedían toda escapatoria; no le quedaba más remedio que hacer lo que ellos le decían. 

Los secuaces de Kobayashi condujeron a Shizuru a un coche azul metalizado de alta gama y desaparecieron por las calles de Kioto. 

Yamada y Natsuki habían llegado bien entrada la madrugada al puerto de Hokkaido. Allí les esperaba un furgón plateado que cogieron y con él se dirigieron hacia la Ruta 478 que les llevaría a Kioto. 

A pesar de haberse acostado bastante tarde, Himeno Fumi se había despertado muy temprano. Miraba el calendario y observó que hoy era el día en que tocaba examinarse y pensó qué hacer: si cambiar de día la fecha de los exámenes o hacer algo para que Natsuki pudiera presentarse a ellos, pero cambiar ahora la fecha sería una putada para el resto de los alumnos. Pensó durante unos minutos y se le ocurrió una idea que ella creía buena. Después se preparó el desayuno, hoy sería un largo día y deberían planear todo muy bien.
Natsuki y Yamada llegaron a Kioto al amanecer y fueron directos a la posada. 

Fueron recibidos por un anciano delgado y alto que les acompañó hacia sus cuartos. Los cuartos de los hombres estaban en la derecha y los de las mujeres a la izquierda. Nada más llegar a sus cuartos, cayeron rendidos en sus respectivas camas. 

En la misma ciudad, pero unos kilómetros más al este, Shizuru se hallaba en una casa antigua propiedad de la familia Kobayashi, encerrada en un cuarto. 

Continuará...

1 comentario:

  1. santos cielo..... hasta ahorita me vengo ancontrando este fic!!

    y dejame decirte que esta muy bueno-------


    por favor no tardes en actualizar!!!!!!!!!


    amy-kun

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