martes, 3 de mayo de 2011

Shizuru-san & Natsuki-san - Capítulo 8

Hola Bauler@s!

Espero disfruten de la continuación de este fanfiction.

SHIZURU-SAN & NATSUKI-SAN
Autor: HauR
Capítulo 8.

De no ser porque Sayuri comenzó a brincar sobre nosotras, lo más seguro es que no me hubiese despertado sino hasta mañana, una gran pérdida de tiempo si me lo preguntan, de no ser por Sayuri y el mal estado de Natsuki, probablemente hubiese ocupado mi día en actividades mucho más productivas. Dormí sobre Natsuki casi toda la mañana, su brazo izquierdo rodeando mi cintura, mientras que mi rostro reposaba en la base de su cuello. Donde me encontraba, podía aspirar su dulce fragancia sin ninguna restricción, Natsuki era consciente de lo que hacía, no se incomodó, no me rechazó; no recuerdo ningún otro día en mi vida en el que me sintiera satisfecha con tan sólo estar así.

Natsuki se incorporó primero, pidiéndome una disculpa por no poder seguir a mi lado y tener que atender a Sayuri. Traté de seguirles pero ella no me lo permitió, me pidió que descansara un rato en lo que ella preparaba algo rápido para comer. Quedé tan sorprendida que ni siquiera tuve tiempo para objetar su idea, por un momento pensé que estaba llevando la vida de casada que tanto había deseado. Tengo una hija, una mujer salvaje en la cama, aunque ésta no me toque todavía, pero de eso ya me encargaré, por de pronto era lo de menos.


Decidí darme un regaderazo rápido para despabilarme en lo que ellas jugaban en la cocina, desde aquí podía escuchar las risas infantiles de Sayuri, a quien nunca antes había visto tan relajada. Sayuri nunca conoció a su padre o al menos no a una edad en donde pudiera recordarle, existen fotos, fotos que mi okasan le enseñó durante su estancia en el okiya, pero por mi parte no tiene ninguna memoria de él, debí matarle en vez de meterlo preso, así me hubiese deshecho por completo de su pútrida presencia. Estoy segura de que le hubiese hecho un favor al mundo, aunque no quise dejar sola a Sayuri, tal y como mi madre lo hiciera cuando yo nací.

En cuanto Kiyo fue apresado, viví un penoso proceso judicial. Okasan estaba furiosa, había mancillado el buen nombre de su casa, había metido a la cárcel al hijo de uno de sus clientes más poderosos, había destrozado un matrimonio que era benéfico para todas las partes, había rechazado la vida de una maiko. Con el divorcio, una generosa parte de la fortuna de los Fujino me fue entregada, sin embargo Kyoko-okasan se encargó de que el dinero pasara a formar parte de su cuenta personal, todo por el okiya, dijo ella. Con lo poco que me quedó continué mis estudios, ingresé a la universidad como me había planteado originalmente, aunque en las tardes tenía que cumplir con mis obligaciones con la casa, seguía asistiendo a los eventos de mayor importancia del okiya, seguía siendo una maiko. Nunca me convertí en una geisha debido a que no terminé con mi formación como era debido, pero eso no quita el hecho de que aprendí las artes mucho mejor que la geiko oficial del okiya. A pesar de no contar con la categoría de una geisha, tenía la simpatía y la popularidad de la gran mayoría de los clientes.

Kyoko-okasan me presionó una y mil veces para continuar con el Karyukai, incluso me chantajeó conque si yo no seguía con obligaciones en el okiya, tendría que dejarle a Sayuri para pagar mi deuda. Pero yo no era la misma de antes, había perdido mi inocencia, mi bondad, mi humanidad, todo para convertirme en una bestia que arremetería con aquel que se interpusiera en su camino, inclusive mi okasan pagaría el caro precio de su osadía. Como maiko, estaba enterada de cosas que no cualquier otra estudiante del okiya sabía, en mis manos se encontraban muchos de los oscuros secretos de Kyoko-okasan, razón por la que no continuó presionándome como antes, mas no significaba que se haya convertido en una persona benevolente.

En cuanto tuve la oportunidad de partir de Kioto, huí, aún si eso significaba dejar a Sayuri en el proceso. Pensé que con el tiempo las aguas se calmarían y podría regresar por ella para vivir juntas, aunque algo en el fondo me decía que terminaría cometiendo el mismo error que mi propia madre. De no ser por la amenaza de Kyoko-okasan, con seguridad me hubiese olvidado de mi propia hija.

Natsuki y Sayuri se encontraban en la mesa, al verlas juntas, podrías jurar que eran madre e hija. Sayuri es mucho más parecida a Natsuki que a mí, pese a ser su madre biológica. A veces al ver a Natsuki, pienso que estoy viendo a mi madre o como debiera haberse visto a la edad de ella. Tal vez mis rasgos pertenecen a la familia de mi padre, quien se rumora era un gaijin. Decidí entrar en escena, saludándolas a ambas mientras me servía té en mi taza, probablemente Natsuki supuso que no le obedecería y lo preparó junto con su desayuno. Me senté a la mesa sin hacer ningún comentario, sólo me dediqué a observarlas mientras escuchaba la incesante voz de Sayuri quien mareaba a Natsuki. Kuga se reía con mi hija, jugaba con ella, verles así me hacía sentir una opresión en el pecho que no entendí el por qué de ese sentir. No en ese momento.

- "¿Cómo estuvo?" - Preguntó Natsuki al ver que había bebido todo el contenido de la taza.
- "No lo hubiese hecho mejor"
- "Probablemente no" - A veces cuando eres arrogante, también eres linda, ¿lo sabías?
- "Mamá, Natsuki no quiere salir"
- "Natsuki tuvo un accidente, ¿no ves que está toda magullada?"
- "¿Natsuki te sientes mal?" - Preguntó con genuina consternación.
- "Un poco mareada"
- "Eso es porque te golpeaste muy fuerte la cabeza, pero no has querido ir al doctor" - Insistí con el tema de la salud.
- "No insistas Fujino, unos cuantos golpes no van a matarme"
- "Bien Kuga, se hará como tú digas" - Terminé la conversación no muy contenta, Natsuki se sonrió ampliamente al haber ganado, de nuevo, nuestro efímero debate.
- "Siempre es como yo digo" - Ok, aquí tu arrogancia no me gusta.

Parcialmente disgustada, me levanté de la mesa y me dirigí hacia la tarja de la cocina para lavar los platos. Tallé la vasija con brusquedad en un vano intento por mitigar mi molestia, ni siquiera me di cuenta de que Natsuki estaba a mis espaldas. Me tomó por los hombros y casi rompo la fina taza que comprara en Kioto, simplemente no me esperaba que se me acercara de esa manera.

- "Shizuru, tenemos que hablar"
- "¿De qué se trata?" - Pregunté tratando de que mi voz no sonara nerviosa.
- "Es sobre lo de anoche..." - Al fin.
- "Mamá, están tocando a la puerta"
- "Espera, no abras..." - Fue demasiado tarde, Sayuri había ido hacia la entrada y en ese momento me di cuenta de que no le pasé el cerrojo a la puerta, tal y como Natsuki me había advertido.
- "¿Quién eres tú?"

Una pequeña silueta se encontraba en la puerta, un figura que no había visto desde que me mudé a Tokio. En mi puerta se encontraba la presencia de una persona que jamás pensé a volver a ver en mi vida, al menos no en Tokio, no en mi casa, no saludando a mi hija y mucho menos...

- "¡Cómo está tu cabezota Kuga!" - No saludando tan efusivamente a mi Natsuki.
- "Araña, te dije que no vinieras aquí"
- "Nadie me siguió"
- "Disculpen..." - Me entrometí - "Me gustaría saber qué demonios hace esta mujer de cascos ligeros en mi casa"
- "¡Oh, no me digas que la mujer más sexy de Kioto y más aclamada por los grandes señores de Gion es tu protegida..."
- "Cierra la boca Nao"
- "Yuuki Nao" - Pronuncié lentamente - "Prostituta de cuarta, sal de mi casa ahora"
- "¿Prostituta? No" - Dándose aires de grandeza la muy idiota acompletó -"Cortesana, una puta es barata y mis servicios son muy caros, ¿no Kuga?"
- "¿Me vienes a cobrar?" - Qué está pasando aquí - "Tú no tienes madre"
- "¡Kuga!" - Le metí un buen codazo a Natsuki, quien parecía olvidar que habían niños presenciando la escena.
- "La gran Kuga Natsuki, heredera de la técnica Kuga de Fuuka, golpeada por una geisha" - Estúpida enana - "Esto sí que ha valido la pena"
- "Exijo una explicación, ahora" - Sentencié.

Yuuki Nao se presentó un buen día en el okiya de mamá Kyoko, dijo provenir de Niigata, decía querer aprender todo lo necesario para dedicarse al Karyukai. El okiya se encontraba en una de sus peores crisis, las geishas habían perdido su prestigio desde la Segunda Guerra Mundial, sin embargo en la actualidad cada vez éramos menos. Mamá le propuso una prueba de su interés en dedicarse a una disciplina tan completa como lo era ésta, así que le puso ceros a su reclutamiento. Nao era una mujer muy bella, algo menuda para las exigencias de mamá pero con una sonrisa muy sugerente que con seguridad atraería a los clientes.

Los principales obstáculos eran que Nao no era una jovencita, otro era que no tenía dinero para pagar su entrenamiento y conseguir en menos de dos días a undanna, era simplemente una proesa. Nao aseguró que conseguiría el dinero en menos de 24 horas, y si le llevaba el efectivo a Kyoko-okasan, la matriarca no le buscaría más peros a su entrada al okiya. Kyoko, segura de que la misión era imposible, aceptó el trato, incluso hubo un convenio sobre ello. La llegada de Nao al okiya causó gran expectación entre las jóvenes maiko, pues si lo lograba seguro se convertiría en una leyenda urbana.

En aquellos días yo me encontraba mayormente en la universidad, recién iniciaba una licenciatura en derecho. Las maiko más jóvenes me ayudaban a cuidar de Sayuri, quien era todavía muy pequeña. Recuerdo que Nao se hizo famosa no sólo por obtener el dinero en el tiempo pactado, sino también porque le tiró sus credenciales a Kyoko-okasan en menos de seis meses. Nao se afilió a una corriente mucho más productiva según ella, incursionó al mundo del Ukiyo, se convirtió en una discípula de las Oiran, abandonando la casa y dejando sin ganancias a una enfurecida Kyoko.

- "Me ha ido bien" - Presumió Nao.
- "Nadie te preguntó eso" - A mí explícame tu relación con Natsuki.
- "¿Eres una yujo?" - Preguntó sorprendida Kuga.
- "¿Tayu? ¡Ja! Si se ve que eres una vulgar hashi" - Espeté despectiva.
- "Espera, ¿existen todavía burdeles de ese tipo?" - Kuga se veía más que interesada en el tema, no me gusta esto.
- "El mundo del Karyukai es fascinante Kuga, recuerda que una mujer debe ser tan flexible como una flor y tan firme como un sauce..." - ¡Esas son las palabras de mamá! Pero esta zorra las está diciendo con un doble sentido de lo más morboso que haya escuchado antes - "Ah, pero tú ya sabías eso de mí" - ¡Qué!
- "Sayuri, ¿por qué no vas a leer un libro por ahí...?" - Sugirió una nerviosa Kuga.
- "Pero esto es interesante, nunca antes había visto a una cortesana de verdad"
- "Sayuri, Yuuki-han no es una cortesana es una..." - Tosió la susodicha - "EX, condiscípula del okiya" - Corregí.
- "¿Eres una geiko como mamá?" - Oh Dios, me está comparando con esta perdida.
- "¡Fujino es una geisha!" - No era así como pensaba relatarte mi vida Kuga.
- "Sayuri, déjanos solas unos minutos, después te explico"
- "No haces nada divertido" - Refunfuñó, desde que pasa mucho tiempo con Natsuki suele imitarla más de lo que debiera.
- "Ya estamos solas, quiero saber tu relación con Natsuki" - Demandé con autoridad.
- "¿Quieres saber? Págame antes, ¿no?" - Esta zorra...
- "Escúchame bien, puta barata..." - Oh sí, con Sayuri lejos mi vocabulario es mucho más crudo.
- "¡Espera Shizuru, yo te explico!" - Natsuki interrumpió justo antes de que le clavara un cuchillo de cocina a esta mujerzuela - "Nao es de Fuuka"
- "¿Fuuka?" - Sabía que no era de Niigata.
- "Entrenó en el dojo del abuelo, fuimos condiscípulas desde la escuela elemental en Fuuka y..."
- "Relájate Kuga, si una confesión necesitas ve a una iglesia" - Dijo la muy puta.
- "Aún no comprendo qué hace esta mujerzuela en mi casa" - Declaré ya harta.
- "Esta mujerzuela te trajo a Kuga sana y salva"
- "¿Ah?" - Me perdí - "¿De qué está hablando, Natsuki?"
- "Pues verás, eso era lo que yo quería explicarte, como decía..."
- "¡Pero qué te ha hecho! Luego dicen que las geishas no son putas..." - Esta imitación de mujer me las pagará...
- "¡Nao!" - Gritó Natsuki - "Shizuru es mi jefa, le devuelvo un favor al súper policía Reito" - ¿Sólo su jefa? Eso dolió.
- "Quieres decir, ¿niño bonito estoy en todo Reito?" - ¿Tú también conoces a Kanzaki-keibu?
- "Es policía, se supone que estoy custodiando a Shizuru"
- "¿No pudo darte una pistola? Casi te matan anoche..." - Un momento.
- "¿Qué pasó anoche?" - Pregunté con severidad - "Ambas, me deben una larga y prolongada explicación"

La versión que Yuuki me contara de anoche sólo corroboró mi teoría, pues yo ya me venía imaginando lo que le había pasado a Natsuki. Anoche Natsuki salió a comprar unos cigarros, la tienda no quedaba muy lejos del departamento, sin embargo ella sabía que la venían siguiendo, así que cogió su moto y se fue en la búsqueda de la tienda más lejana que encontró. Cuando Kuga salió de la tienda, fue interceptada por unos hombres vestidos de salary man, estos intentaron amedrentarla para que se alejara de Sayuri y de mí. Natsuki se defendió, huyó de ellos y arrancó en su moto lo más rápido que pudo, pero otro grupo de matones venían detrás de ella. La sacaron del camino y la moto quedó hecha pedazos. Natsuki se encontraba herida por el accidente y de no ser por Nao, probablemente no la hubiese vuelto a ver.

- "No comprendo qué hacías tú por ese rumbo" - Se dirigió Natsuki a Yuuki.
- "Venía de trabajar"
- "Dirás de talonear"
- "Respeta Kuga, de no ser por mí estarías tres metros bajo tierra y tendrías a tu viuda y a tu hija llorando tu irremediable pérdida"
- "Escucha..."
- "Natsuki, tiene razón" - Intervine en la disputa - "Yuuki-han, te agradezco tus atenciones para con Natsuki, estoy dispuesta a gratificarte por el favor"
- "¿Gratificar?" - Se está haciendo a la digna - "¿Acaso crees que encontré a tu mascota?"
- "Está bien, dime de cuánto estamos hablando..." - Corregí.
- "No ayudé a Kuga por dinero, estamos entre amigas"
- "Conocidas" - Interrumpió Natsuki, quien fue ignorada por Yuuki.
- "Todas de una manera tenemos algo en común, así que considéralo como un favor de condiscípulas"
- "Te lo agradezco Yuuki-han"
- "Bien, si no vas a cobrar entonces conoces la salida"
- "Qué desagradable eres Kuga, entiendo que estés desesperada por tener una sesión de sexo salvaje y pasional con la geisha más candente de Kioto pero..."
- "¡NAO!"
- "No tienes sentido del humor" - Se levantó - "Fujino, mi tarjeta"
- "¿Qué es esto?" - Preguntó Kuga.
- "Ahí se encuentra la dirección de mi negocio, espero verles pronto"

Yuuki se retiró, dejándonos una tarjeta sumamente colorida que incluso olía a perfume. Uno barato por cierto. El negocio se encontraba en uno de los suburbios más rojos de Tokio, en la tarjeta Yuuki se hacía llamar Madame Juliet. El negocio ofrecía servicio de escorts, masajes, danzas y todo lo que necesite un hombre para desestresarse después de una dura jornada laboral. En otras palabras, una casa de Ukiyo.

- "Pinche araña, siempre supe que la putería le sentaría mejor..."
- "Ya tendremos tiempo para discutir sobre tu pasado con Yuuki-han, lo que me interesa saber ahora es lo de anoche"
- "Era lo que pensaba decirte antes de que ella se apareciera en tu departamento..." - Y ahora me pregunto cómo dio con él.
- "¿Por qué me mentiste? Por qué tuve que enterarme de Yuuki-han y no de ti que habías sido víctima de los secuaces de mi ex-marido"
- "Cálmate Fujino, para empezar tú eres la que más misterios tiene"
- "¿A qué te refieres?" - Pregunté indignada.
- "Hasta donde yo sé te estoy custodiando de un hombre del que no sé nada, ni tú ni Reito quisieron soltar la lengua sobre el asunto"
- "Ara"
- "Si ambos me hubiesen dicho que el tipo era tan poderoso jamás hubiese aceptado hacer este favor"
- "Si tú me hubieses dicho que lo de anoche no fue un accidente, te lo hubiese contado todo"
- "Sí claro, hasta tu pasado de geisha" - Respondió con ironía, odio cuando hace eso.
- "No me estás haciendo ningún favor Kuga, no me debes nada, ¿sabes?"
- "Tienes razón, no es mi problema"
- "Yo no te he pedido nada, no te estoy pagando, no te estoy obligando tampoco" - Debí cerrar la boca - "Antes de ti podía perfectamente sola, así que no eres indispensable"
- "¿De verdad?"
- "Absolutamente" - Caramba, qué hice.
- "Bien"
- "Bien"
- "Despídeme de Sayuri, necesito prepararme para trabajar mañana"

Para cuando recapacité de mi irreparable error, Kuga había salido de mi departamento. La idea inicial de correr en su búsqueda desapareció casi al mismo tiempo en que cruzó por mi cabeza. No entiendo cómo unas horas antes, habíamos pasado un momento único en donde ambas nos dejamos de juegos y abrimos nuestros corazones. Hubiese preferido que Natsuki hubiera abierto las piernas pero al menos como estábamos, era casi un hecho que me la llevaría a la cama esta noche. Así que por jugar mal mis cartas y permitir que la razón me ganara, me he perdido de sexo seguro esta noche, me he quedado sin custodio, he perdido el jersey de la apuesta y lo que es mucho peor, he perdido a Natsuki.

La semana inició exactamente igual que la anterior, como todos los lunes, me levanto temprano para llevar a Sayuri al colegio. Cuando salimos del departamento, dirigí una discreta mirada hacia el de Natsuki, esperando tal vez verla por casualidad. Su puerta estaba cerrada, probablemente la susodicha se encuentre aún dormida, estoy segura de que no va a poder ponerse en pie para trabajar, realmente su estado físico es malo. Hago una nota mental para mantener su récord de asistencias impecable, antes de partir al colegio, si ella no llega a tiempo o simplemente no se presenta a Searrs, me encargaría de justificarle la falta. Después de todo, es mi culpa.

Di instrucciones al guardia del colegio de Sayuri de que sólo yo podía ir a buscarla, en caso de que Kiyo tuviera en mente ir por ella o mandar a alguien. Una vez estipulado el trato, me encaminé al trabajo no de muy buena gana. No estaba de humor para lidiar con los problemas diarios de la oficina, no quería ver a nadie, demonios, lo único que quería era salir corriendo con un rumbo desconocido. Al llegar a Searrs, descubrí que para mi sorpresa, Kuga estaba en su cubículo. Tokiha le preparaba un café mientras le reprendía por el 'accidente' con la motocicleta. Ese fue el tópico más importante del día, con eso se dan una idea de lo divertido que resultó.

Quería disculparme con Kuga pero mi orgullo no me lo permitía, ¿por qué tenía que rendirle explicaciones a una idiota como ella? ¿Por qué habría yo de tener que doblar las manos y decirle que la regué? Ella es la subordinada, la que tiene que quedar bien conmigo es Kuga, no yo. Así que estúpida e infantilmente, llegué a la conclusión de que si Kuga no entraba a mi oficina antes de las diez de la mañana a pedirme disculpas, iría a fastidiarla a la suya. A las diez con cinco ya estaba yo ahí, para beneplácito de los ahí presentes.

- "Fujino-san, buenos días" - Saludó Takeda.
- "Buenos días Takeda-san"
- "Buchou, en qué podemos servirte" - Preguntó Tokiha.
- "Supe que tienen a una nueva colaboradora, así que he venido a supervisar que todo esté en orden"
- "¡Con gusto!" - Respondió solícito Takeda - "Hey Higurashi, saluda a Fujino-buchou"
- "Higurashi Akane, gusto en conocerle" - Se presentó con formalidad la nueva integrante del departamento.
- "Mi nombre es Fujino Shizuru, espero que pronto te pongas al corriente para que nuestra empresa sea más eficiente"
- "Cuente con ello, Fujino-buchou"
- "¿Quién le está enseñando el manejo del equipo?" - Pregunté, aunque ya sabía la respuesta.
- "Kuga-san" - Respondió nervioso Takeda.
- "Supe que tuviste un accidente Kuga-han" - Dirigiéndome por vez primera a Natsuki, quien ni siquiera se dignó a mirarme - "Te recuerdo que todo lo que te ocurra fuera del horario laboral, no es problema de la empresa"
- "¿Acaso me estás oyendo llorar?" - Sentí un golpe al estómago, es odiosa cuando está en ese plan.
- "Te lo digo por si empiezas a faltar y excusarte por el altercado..."
- "Fujino, si viniste a joderme mejor intenta de otro modo, aún si tuviera una hemorragia interna vendría a trabajar" - De momento tuve un leve remordimiento de conciencia - "Nada me daría más gusto que morirme trabajando y que mi deceso ocasione la demanda que lleve a la quiebra a esta cárcel" - Aquí dejé de sentir pena y torcí la boca sin ningún reparo.
- "Higurashi tomará tu lugar entonces, nadie te extrañará con seguridad"

No me quedé a ver su expresión después de mi comentario, si le dolió o no es algo que ignoro, pero por una extraña razón no quise seguir más tiempo a su lado. La sola presencia de Natsuki provocaba que mis instintos más naturales salieran a flote, el tenerla cerca potenciaba mis sentimientos. Malos y buenos por igual. En este punto no sabía si la amaba o la odiaba, lo único que deseaba era poseerla y que Kuga sintiera que no podía vivir sin mí. Realmente estaba indignada, estaba despechada y esa era la realidad, una mujer así no puede pensar racionalmente.

En mi estúpido juego infantil, decidí no mucho después de mi encuentro con Natsuki, intentar provocar alguna reacción en ella, cualquiera. Si enojarla era imposible al menos intentaría darle celos. Ciega en mi arrogancia, pensé que si le daba piques con su mejor amiga la tendría en mi oficina de rodillas y suplicando que dejara de dormir con la pelirroja. Grave error. A las doce diecisiete del día, me presenté en la oficina de Kuga y descaradamente flirteé con Tokiha, Kuga continuó con su labor de instruir a la nueva recluta así que fingió demencia todo ese tiempo. Cuando el reloj marcó las doce con cuarenta y cinco minutos, decidí probar movimientos más radicales, me llevé descaradamente a Tokiha a mi oficina.

No necesito entrar en detalles sobre lo que pasó ahí, me la cogí en todas las formas posibles en una oficina, la mujer estaba tan satisfecha que ni siquiera pensó en comer. Estuvimos encerradas cerca de dos horas, tiempo en el que el almuerzo había terminado. A las dos con cincuenta me resigné, subí a la azotea para respirar aire fresco en lo que intentaba ordenar mis ideas. Para mi sorpresa no era la única que estaba ahí, Kuga estaba fumando en el techo del corporativo. Sin decir nada, me acerqué hacia ella, Kuga no reaccionó ante mi presencia, así que supuse que esa era buena señal. En una rápida inspección del panorama, descubrí alrededor de diez colillas de cigarro a los pies de Natsuki, de su cuerpo emanaba el olor del tabaco en una forma exagerada.

El cigarro que Natsuki tenía en la boca estaba apagado, en sus manos se encontraba un encendedor de bolsillo tipo Zippo, con el que se encontraba jugando al abrirlo y cerrarlo indefinidamente. Ignoro si ella era consciente de lo que hacía, Kuga se encontraba viendo a la nada y no veía para cuando diera señas de vida. Cualquiera de las dos posibles opciones eran viables, encendía su cigarro o se daba la media vuelta para irse. Natsuki no parecía decidirse, o quizás soy yo quien piense demasiado sobre esto. Finalmente Natsuki accionó el encendido mecánico del aparato y prendió su cigarro, en este punto decidí intervenir.

- "Supongo que Kuga-han sabe que está prohibido fumar en Searrs"
- "Hay muchas cosas que están prohibidas pero nadie las respeta" - Respondió sin mirarme y con el cigarro en la boca.
- "Por eso existen las jerarquías, Kuga-han" - Natsuki exhaló su apestosa bocanada de tabaco y prosiguió.
- "Oblígame entonces" - Su mirada era asesina, creo que no le había visto esos ojos nunca.
- "De acuerdo" - En un rápido y certero movimiento, le retiré el cigarro de la boca- "La próxima vez que te encuentre fumando, te obligaré a salir del edificio"
- "¿Es una amenaza?"
- "Es una advertencia"
- "Está bien" - Kuga se encogió de hombros y se dirigió hacia la puerta - "Fujino, la próxima vez que te tires a Mai, cierra la ventana, se escucha perfectamente todo lo que hacen desde aquí"

¿Qué fue eso? ¿Fue un consejo o una advertencia? ¿Acaso la fría Kuga Natsuki sintió celos y es por eso que dijo aquello? Luego entonces, Natsuki estuvo todo el tiempo que pasé con Tokiha en mi oficina, fumando aquí en el techo y escuchando lo que hacíamos, ¿fue así? Hay grandes probabilidades también de que sólo lo hubiese dicho para molestarme, después de todo, le reprimí su vicio. Si fue lo uno o lo otro, jamás lo sabré, Natsuki era una tumba cuando así lo decide. Lo único que me queda es desear que en algún rincón de su ser, ella sintiera celos. Mientras meditaba lo ocurrido, me llevé a los labios el cigarrillo que minutos antes, había estado en los de ella.

- "Mamá, ¿no va a cenar Natsuki con nosotras?" - Si yo fuera ella no querría saber de mí.
- "Natsuki está herida, tiene que reponer energías"
- "Pero Natsuki dijo que me ayudaría con mi tarea"
- "Creo que puedo hacer un trabajo decente en esos menesteres, Sayuri-chan" -Propuse con ironía.
- "Ella prometió dormir conmigo" - Ara, yo siento igual - "Mamá..."
- "Esta bien" - Me resigné - "Iré por ella, sólo que no te prometo nada"
- "Eres la mejor"
- "No le abras a nadie por favor, no tardo"

No muy convencida de cómo iba a presentarme ante el departamento de Natsuki, me encaminé hacia donde la esquiva Kuga vivía. Toqué a la puerta y no tardó mucho en abrirme, para no perder la costumbre, Kuga me recibió fumando. No me dejó entrar, en la puerta le expliqué del por qué de mi presencia, Kuga no gesticuló mientras hablé con ella, no respondió, sus ojos fríos me miraban con cierta indiferencia. Finalmente se retiró de la puerta y entré a su departamento para continuar con la plática.

Desocupó su sillón para que me sentara, puesto que estaba tapizado de revistas; frente a él se encontraba una mesita de estar llena de botellas vacías de cerveza. Estas botellas han estado aquí desde que recuerdo, a Kuga la limpieza no se le da. La televisión se encontraba encendida, el canal deportivo pasaba el juego del equipo de béisbol local. El volumen del aparato era muy alto, así que tuve que alzar mucho la voz para llamar la atención de Natsuki, quien desde el mediodía ha actuado muy raro. Kuga permaneció impávida en su lugar, sentada en el extremo opuesto del sillón. Lentamente encendió un nuevo cigarro con un cerillo que se encontraba en la mesa.

- "Entonces" - Pregunté para acabar con esta situación.
- "Entonces qué" - Fingió demencia.
- "Vas a la casa o le digo a Sayuri que tú ya no quieres nada con nosotras"
- "Ah, eso" - Continuó fumando - "Que venga, que venga"
- "De ninguna manera, este lugar es muy insalubre para ella" - Pasé un dedo sobre la mesa - "No has hecho limpieza en no sé cuanto tiempo y apesta a cigarro desde afuera"
- "Así que mamá Fujino quiere continuar con la charada de la familia feliz por su pequeña vástaga"
- "¿Por qué otra razón vendría hasta aquí?" - Fingí indignación.
- "Pues por ejemplo" - Apagó el cigarrillo en el cenicero - "Para venir a verme" -Me miró detenidamente por vez primera.
- "Eso quisieras" - Respondí nerviosa, aunque lo disimulé.
- "¿Estás diciendo que viniste a la guarida del lobo para que éste, tan sólo durmiera con caperucita roja?" - Se acercó peligrosamente hacia mí.
- "Kuga, no sé que pase por tu mente pero..." - Tomó mi rostro y lo sostuvo frente al suyo, mirándome retadora.
- "Tal vez no sepas qué pase por mi mente, pero yo sí puedo leer la tuya" -Hundió su rostro en mi cabello al mismo tiempo que aspiraba mi olor - "Tú me deseas"
- "No seas ególatra, no tengo tiempo para esto" - Me levanté de golpe rumbo a la salida, Kuga me jaló del brazo hacia sí.
- "Tengo hambre" - Me recostó en el sillón, mientras me ponía los brazos sobre la cabeza - "Sayuri puede esperar un par de horas para irse a dormir..."
- "Kuga, este juego no es divertido" - Traté de incorporarme, pero Natsuki recostó todo su peso sobre mí.
- "Para mí lo es" - Abrió mi blusa de golpe, sin tomarse la molestia en abrir los botones - "¡Oh, un sostén con broche al frente!" - Lo tanteó con sutileza - "¡Qué conveniente!"
- "No pienses que es por ti"
- "Rompes mi corazón, ¿pero sabes qué?" - Acercó sus labios hacia mi oído -"Pagarás el precio de venir hasta aquí solita" - ¿Clank? ¿Qué fue ese sonido...?
- "¡Kuga!" - Natsuki me esposó, ¡me esposó!
- "Es por si pensabas escapar" - Se sentó sobre mi vientre y sacó un nuevo cigarrillo de su bolsillo.
- "¿Qué es lo que pretendes hacer conmigo?"
- "Pues obviamente no vamos a rezar un rosario" - Soltó una tenebrosa carcajada y encendió su apestoso tabaco.
- "Apágalo" - Ordené, Natsuki hizo caso omiso - "¡Kuga!"
- "¿Por qué?" - Resopló el humo - "Ah ya sé, te recuerdo a tu ex-marido, ¿verdad?" - ¿Qué? - "El tal Kiyo"
- "¿Cómo sabes tú de él?" - ¿Habrá sido Reito?
- "Apuesto a que ustedes se divertían mucho cuando estaban casados" - Me miró de manera lasciva - "Tenerte a su merced debe haberle hecho creer que era un hombre afortunado" - Trazó una línea con sus dedos desde mis labios hasta mi pecho - "En realidad lo era"
- "Si esto es una broma me parece de muy mal gusto lo que estás haciendo"
- "Mal gusto el tuyo por haberte casado con un hombre tan vil como ese" - Sus facciones se endurecieron - "Mira cómo me jodió el rostro..."
- "Entonces..."
- "Tuve el placer de conocerlo en persona, un sujeto fino pero de malos modales" - Escupió su cigarro hacia la alfombra - "Mira que golpearme con una nudillera de metal..."
- "¡Qué!"
- "Pero no te preocupes, no se fue de a gratis, ni él ni los otros"
- "¡Natsuki!" - Quise incorporarme, pero ejerció mayor peso sobre mí y no pude moverme.
- "Es una pena lo que le ocurrió a mi moto, me gustaba esa moto" - Me abrió el broche del sostén - "Pero me gustas más tú"
- "¿Qué es lo que pretendes?"
- "¿Yo? Me voy a divertir contigo un rato, es todo"
- "¿Estás drogada? Porque me queda claro que borracha no estás..."
- "¿Drogada? Un poco mareada por tanto cigarro, tal vez provocada, fumar es un feo vicio"
- "¿Por qué entonces...?"
- "¿Fumo? A Natsuki le gusta mantenerse fría, por eso fuma" - ¿Natsuki? - "Te gusta tener el control, ¿verdad?" - Comenzó a acariciarme el pecho con delicadeza - "Una geisha, jamás lo hubiera pensado"
- "Kuga esto no me..." - Me besó para callarme, si algo bueno tenía Natsuki era que sabía muy bien cómo mantenerme inmóvil.
- "Apuesto a que en tu antigua vida te acostumbraron tanto a complacer a los demás que jamás se te ocurrió el satisfacer tus necesidades" - Este beso me supo a tabaco, desagradable pero agradable al mismo tiempo - "Esta tarde por ejemplo, con Mai"
- "¡Me estabas espiando!" - Lo sabía - "¡Kuga eso fue de muy mal gusto!" - Se echó a reír.
- "No te estaba espiando, te lo dije antes, que los gemidos de Mai se escaparon por tu ventana" - Se puso seria y prosiguió - "Pero volviendo al tema principal" -¿Pues hay uno? - "Como decía, te han mal acostumbrado a hacer tu voluntad, la gente cae rendida a tus pies porque en realidad eres una mujer muy atractiva"
- "Ara, agradezco que Kuga-han me encuentre acorde a sus gustos pero esta no es la manera"
- "¡Ah! Crees que te voy a poseer en mi sillón, ¿verdad?" - Emitió otra carcajada- "Lo siento Fujino-buchou, pero no es mi intención complacerte sino castigarte"
- "¿Tú vas a castigarme a mí?"
- "Por supuesto, hiciste de mi día un verdadero infierno" - Frunció el ceño - "Cogerte a Mai casi en mi presencia fue muy desagradable"
- "¿Celosa?" - Ahora era yo quien se reía.
- "Cuando recién ingresé a Searrs lo primero que pensé fue, 'esa tetona ha de ser un gozo en la cama'" - Eso no era lo que yo quería escuchar - "Después de un par de meses me di cuenta de que llevarte a la cama una mujer así ha de ser un fastidio. Ahora sé que no me equivoqué, ¿sabes que cada vez que te la coges me lo cuenta todo?"
- "No tenía idea" - Nota mental, callar a la pelirroja comunicativa.
- "Lo que pasó en Noboribetsu fue un error, te prometo que no volverá a ocurrir" - Me liberó de las esposas - "La próxima vez que tenga sexo contigo será porque tú me lo has pedido"
- "¿Yo pedírtelo a ti? ¡Jamás!" - Me incorporé muy disgustada - "Ni siquiera me gustas"

Mientras me cerraba la blusa no me di cuenta de que Natsuki se acercó hacia mí por la espalda, me jaló de la cintura y volvió a tirarme en el sillón. Con una mano me inmovilizó a la fuerza mientras con la otra me alzaba la falda hasta la cintura. Traté de soltarme de su agarre pero fue inútil, Kuga había llegado hasta mi femineidad con un toque único.

- "Estás mojada, pero creí que no te gustaba esto"
- "Eres una idiota" - Respondí ofendida, Kuga sabía que no había argumento alguno que pudiera desmentir lo que era obvio.
- "Puedo detenerme si lo deseas, también te puedes ir" - Kuga se posicionó entre mis piernas - "Decide de una buena vez Fujino..."
- "Natsuki..." - Pronuncié su nombre casi en un susurro, Kuga había comenzado a besarme y a lamerme la entrepierna.
- "¿Es ese un sí?" - Un leve mordisco hizo que me llevara la mano a la boca para evitar un vergonzoso gemido de mi parte.
- "Por favor no me tortures así..."
- "Tomaré eso como un sí"

Natsuki dejó de hacer lo que estaba haciendo, antes de que yo protestara me tomó en sus brazos y me cargó. No creí que tuviera tanta fuerza, Kuga no ha de pesar más que yo, aún así me levantó con tanta facilidad que me hizo parecer tan leve como una pluma. Llevé mis brazos hacia su cuello casi de manera involuntaria, acto seguido me besó y nos dirigimos a su habitación. Parece ser que al final, sí tuve mi noche de sexo seguro y salvaje, después de todo.

Continuará...

N/A: ...hasta entonces Ja ne!
_____________________
Ukiyo: Literalmente, mundo flotante, podría ser traducido como el mundo del placer. No necesariamente se refiere al placer sexual, sino a cualquier tipo de entretenimiento. En el periodo Edo este término era muy común, puesto que englobaba servicios como lo eran el sumo, teatro kabuki, geishas, música, danza, pintura y las oiran.
Oiran: Estrictamente hablando de cortesanas y burdeles; engloba a ambos. Hay que tener en cuenta una cosa, una cortesana (oiran), no es lo mismo que una prostituta occidental. El oficio de las oiran no sólo era de placer, pues eran cortesanas bien preparadas, de un nivel cultural elevado. Estaban instruidas en arte, música, caligrafía, danza; tal y como lo eran las geishas. La diferencia entre una geisha y una oiran era principalmente el hecho de que las oiran eran las únicas que podían ofrecer sus servicios sexuales a los clientes. A diferencia de las geishas quienes sólo ofrecían entretenimiento artístico a los clientes. Se supone que un hombre de aquella época, gustaba más de los placeres de las geishas que de las oiran, lo que supone la extinción de las oiran en el periodo actual. Recordemos también que el periodo Edo era mucho más liberal que el de ahora, ya que Japón quedó a la merced de los países extranjeros, tuvo que adquirir una cultura mucho más puritana y retrógrada a la vez.
Tayu-yujo: Eran las cortesanas de más alto rango en aquellos tiempos, yujo es como se les conocía en Tokio.
Hashi: Cortesanas de más baja categoría
Danna: Cliente frecuente de mucho dinero.
Salary man: En la cultura japonesa, así se le conoce a los ejecutivos de una empresa en el famoso idioma japanglish (el término existe aunque no lo crean)

7 comentarios:

  1. ame este capitulo XD gracias!!!!!! espero la conti XD el proximo va estar de muerte!!!!!!!


    yane

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  2. Osea ke si se acordaba de lo ke paso en Fuuka? Pero ke.... es!! HauR me encanta tu historia, la amo, la adoro me he enamorado de ella. Sigueeeee!!!

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  3. jajaja Natsuki estaba que hervía de celos..!! ahora la pregunta es si estaba así por culpa del cigarro [o cualquier otra cosa que se metiera ¬¬] o es mas como una actitud posesiva de "Shizuru es mía, solo mía y nada mas que mía" ^^ ahhh!!! ya quiero que sea Martes..!! jaja otra vez xD
    HauR buena historia ^^ espero el próximo cap :D

    Saludos
    KuroUsagi

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  4. a no pero k malaaa !!!! komo puedez dejarlo justo ahi ?? ezto no ezta bn =( ahora ezperar otra eternidad para deskubrir k droga ze metio ezta vez NAT hahahahaha
    genial fic espero el proximo kapitlo prontoooo ....

    PD ase poko fue el dia de los ninoz azi k kreo k deveriaz darno como regalo el siguiente capitulo de ezte fic noo ?? enzerio k lo agradeseria i kreo no ser la unika :P

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  5. "- Cuando recién ingresé a Searrs lo primero que pensé fue, 'esa tetona ha de ser un gozo en la cama - Eso no era lo que yo quería escuchar -" jajaja me mato esa parte
    - "¿Fumo? A Natsuki le gusta mantenerse fría, por eso fuma" o.O? por que se refiere a ella en 3ª persona xD me muero de curiosidad es muy interesante tu fic HauR, no puedo esperar al siguiente waa es una tortura U.U, y por fin aparecio Nao xD

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  6. como siempre muy buen capitulo, que bien que nat se acuerda de lo que paso en casa de sus padres y no era solo efecto del alcohol, ademas que risa, estaba que moria de celos y esa va hacer una muyyyy buena noche, jajaja

    Att
    Bombom7805

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  7. acaso esa era una segunda personalidad o algo parecido? ...Nat es bipolar?... D=!!!

    ...aunque esa segunda persona parece muy... persuasiva 8D ... esperemos que Shizuru disfrute su encuentro XD

    muchas gracias por el esfuerzo, espero el siguiente capítulo... besos

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