martes, 31 de mayo de 2011

Shizuru-san & Natsuki-san - Capítulo 12

Hola,

A lo que vinimos, directo y sin miramientos... (eso sonó a peli porno de acción :P) cof cof es decir, a leer el penúltimo capítulo de este apasionado fanfiction, veamos qué pasará con nuestras protagonistas y sobretodo con la pobre Natsuki, que confieso no me caía del todo bien al inicio XD vale, lo confieso, soy Shizurista (?) pero le he tomado mucho cariño a la princesa de hielo en esta historia.

SHIZURU-SAN & NATSUKI-SAN
Autor: HauR
Capítulo 12.

- "¿No te lo dije? ¡Te lo dije!" - Me duele todo - "Esa mujer sería tu ruina, esa mujerzuela"
- "Mamá me siento mal..."
- "Claro pero no haces caso, vas tras ella cual perro faldero y a mí que me lleve el diablo" - Dramática.
- "Mai no se tiene la culpa de esto" - Aunque si lo pensamos desde un sentido práctico y lógico, probablemente sí sea responsable de mi desgracia.
- "No me contradigas Kuga Natsuki" - Jesús, me llamó por mi nombre completo, está que arde la señora - "Es una fortuna que Nao-chan esté aquí" - ¿Nao-chan? Pffff
- "Tía Saeko, creo que Natsuki necesita descansar, apenas salió de terapia intensiva"
- "Te la dejaré pasar por ahora, regreso en una hora espero que hayas meditado tu errante conducta"
- "Sí mamá" - Lárgate y deja de estar jodiendo por una buena vez, carajo.
- "Nao-chan, regreso en un parpadeo"
- "Tráeme una hamburguesa de contrabando en cuanto regreses mami"
- "¡Eres...!" - Aporreó la puerta y se fue hecha una furia.
- "Nao, mi mamá no me quiere"
- "Por algo será"
- "Por qué chingados le dijiste, todo hubiera sido perfecto sin que la llamaras" -Ahora sí me va a obligar a volver a Fuuka.
- "Era necesario, los médicos no querían autorizar ningún tratamiento sin la presencia de tus padres"
- "Soy mayor de edad"
- "Y una solterona..."
- "Gracias araña, me haces sentir mejor"

Recapitulemos, aparentemente fui apuñalada en vez de Shizuru o al menos eso fue lo que me dijo Nao porque no tengo ningún recuerdo de ello. Supongo que el golpe en la cabeza ha de haberme afectado la memoria porque todo lo ocurrido aquella fatídica noche en el tugurio de Madame Juliet, fue borrado de mi banco de memoria cual vulgar formateo de un disco duro. Según la araña, la puñalada estuvo cerca de punzar mi corazón, a escasos centímetros según el reporte médico. Los médicos hicieron una intervención muy oportuna, la cual me salvó de morir desangrada puesto que el imbécil de Kiyo, prácticamente dibujó una línea desde mi esternón hasta mi costado izquierdo.

Los gastos de hospitalización fueron pagados por la familia Fujino, quien para evitar el escándalo, gastó miles de yenes para callar a los medios. La versión oficial fue la siguiente, una redada policiaca en un sitio de placer, terminó en un zafarrancho en donde afortunadamente no hubo heridos. Sí como no, ¿y yo qué? El punto es que a mamá se le dijo algo similar, supuestamente yo estaba en el sitio dando rienda suelta a mis instintos más bajos ahí, pero un hombre me atacó por estar cortejando a su 'dama'. Nao dijo que la herida me fue hecha con una botella de vidrio, pero realmente, ¿a quién le importaba con qué fuera hecha? Mamá simplemente no tomó muy bien el que saliera del clóset de esta manera.

Hasta donde yo sé, todo terminó bien, ignoro qué haya sido de Kiyo, ignoro qué haya sido de Reito, poco me importaba realmente. A decir verdad, en estos momentos sólo hay una persona en la que he estado pensando desde el momento en que abrí mis ojos en el hospital, Shizuru. La mujer de ojos color carmesí que ha enloquecido mi vida y la ha transformado en una cómica versión de un mal drama televisivo, la mujer que me volvió loca, la que me enseñó a amar. Es una pena que esa mujer no haya puesto un pie en el hospital, según Nao, Fujino cogió a su hija y se fue sin decir adonde. Ingrata, después de todo lo que pasé por ella se va tan campante como si nada hubiera ocurrido, como si no le importara en lo absoluto. Bien Natsuki, te lo mereces por pendeja.

Los días transcurrieron lentos y fastidiosos, mamá se quedó conmigo en el hospital hasta que fui dada de alta. Afortunadamente se fue en cuanto Nao le aseguró que ella estaría conmigo el tiempo que mi incapacidad durara, claro que esa era una mentira descarada, pero Saeko se la tragó. En cuanto Nao me llevó a mi departamento descubrí varios detalles, primero, estaba limpio y ordenado, incluso el lugar entero cargaba un familiar olor a lavanda. Lo segundo fue lo peor, las cosas de Fujino no estaban, nada de ella salvo su olor, había quedado en el lugar. Inconscientemente al entrar al edificio, no pude evitar el voltear al cuarto enfrente del mío, el que se supone que ella habitara. Estaba vacante. A punto estuve de llorar pero me contuve bien, no quería que Nao se regocijara con la humillante imagen de mi flaqueza.

- "Mira Kuga, te dejaron un regalo"
- "¿Mmm?"

En la mesa de la cocina había una caja junto con una nota, escrita con la perfecta caligrafía de Shizuru. El mensaje decía lo siguiente: "Perdóname Natsuki" Eso fue todo, no hay un te quiero, no hay un hasta luego, no hay un poco de consideración por parte de la mujer por la que arriesgué todo, por la que casi pierdo la vida, por la que perdí la dignidad, por la que cambié mi estilo de vida, mi solitaria andanza por la vida, por la que había decidido comenzar de nuevo desde cero y vivir a su lado una historia de cuento de hadas. Sabía desde el inicio que esas eran patrañas, los cuentos de hadas, eran para los retardados. La culpa la tengo yo por dejar que en vez de que el lobo se coma a caperucita roja, dejé que ella se chingara al lobo al final de la historia. Fujino, ojalá que te mueras.

- "K-kuga..." - Genial, Nao me está viendo llorar - "Espera, esto..."
- "¡Déjame!"
- "No espera, siéntate; no mejor, acuéstate"

Ahogada en mi miseria, aventé de un manotazo la caja que se encontraba junto a la nota, la cual apreté con fuerza en mi puño para después romperla en mil pedazos. Cuando la caja cayó al suelo notamos que había en su interior una yukata color violeta con un estampado de hojas de maple chino. Era el mismo vestuario que tenía la niña de la pintura de Alyssa, al verlo, sentí deseos de quemarlo.

2 Meses después...

- "¡Natsuki, qué demonios haces aquí!"
- "A mí también me da gusto el verte Mai"
- "Se suponía que no regresarías hasta el otro mes, ¿estás loca?"
- "Estoy harta de estar en casa encerrada y sin hacer nada"
- "Pero estar aquí es..."
- "Si te digo que estoy bien estoy bien"
- "Bueno, si tú lo dices"

No quería seguir en casa porque lo único que he hecho en ese lugar es pensar en Shizuru una y otra vez, torturando mi mente hasta enfermarme. Si seguía un minuto más ahí perdería la razón. Ni siquiera la compañía de Nao ni la de Alyssa, han sido motivo suficiente para alegrar un poco mi miserable vida. Creo que necesito mi rutina nuevamente para intentar recuperar mi vida como era antes.

A mi reincorporación al sistema burocrático de nuestro país, descubrí algunas cosas nuevas. Akane-san realmente se había vuelto eficiente y fue transferida a otra oficina, Takeda ya no era un solterón, Harada no volvió a fastidiarme nunca más y menos ahora, puesto que el lugar que ocupara antes Fujino, lo ocupaba Senoh Aoi. En una de mis idas obligatorias al sanitario, me di de bruces con Suzushiro-shachou, quien no más verme y me jaló del brazo con destino a su oficina. Ahí hablamos o más bien, me gritó que no tenía nada qué hacer en Searrs, que había sido desición del presidente general de la compañia el que yo volviera hasta el año nuevo. Me pregunto qué demonio o qué ángel estará de mi lado, para que mi propia empresa me tratara con tanta amabilidad. Esta pregunta se respondería pronto, pero nunca me imaginé que fuese tan repentinamente.

- "Hola Natsuki" - Me saludó una figura que entró sin tocar a la oficina de la jefa.
- "Alyssa, ¿qué haces aquí?" - Cuestioné a mi rubia salvadora en los últimos dos meses de pesadilla.
- "¿Kuga, conoces a Alyssa-chan?" - ¿Alyssa-chan?
- "Natsuki es mi vecina"
- "Así que es por eso..." - Se rascó la barbilla la rubia gigantona.
- "¿Qué pasa?" - Pregunté al no entender lo que estaba viendo.
- "Alyssa es presidente general de Searrs en Tokio" - Respondió como si nada la gigantona.
- "También somos primas" - Comentó como cualquier cosa mi vecina, quien resultaba ser mi jefa.
- "Ya veo" - Respondí en medio de mi estupidez, esto sí que no me lo esperaba.
- "Esperaba una reacción más vigorosa de tu parte" - Obervó Alyssa, ¿qué creía, que gritaría de la emoción?
- "Me has visto la cara todo este tiempo" - Alcancé a contestar - "Qué culera eres"
- "Tú no deberías estar aquí, ven, te invito a tomar té" - Odio el té.

Alyssa había cambiado su vehículo por un Altima, daba igual, me había quedado en shock en los quince minutos anteriores. Todo lo que salía de sus labios se escuchaba para mí igual; bla, bla, bla. Entre su explicación, el viaje, el dolor en mi pecho y mi hambre, tan sólo alcancé a entender que su abuelo era el jefazo de Searrs, muriendo él la empresa se dividió en la compañia de Osaka, la cual es administrada por el papá de Alyssa y la de Tokio, que por mientras es administrada por Suzushiro. Por supuesto, la intención es que Alyssa tome el control de ambas empresas a futuro. Me lo dijo tan tranquilamente como si me estuviera dando la hora, por otro lado, mi cerebro no procesaba bien toda la información que estaba asimilando tan de golpe.

Quise reclamarle pero Alyssa dijo que no tenía caso, ella no pensaba decirme nada porque simplemente quería tener una amiga que no se sintiera miserable por ser ella una bella heredera. No lo inventé, esas fueron sus palabras, casi la madreo en el auto. Alyssa simplemente sonrió y continuó manejando sin decirme a dónde no dirigíamos, hasta que mi cheto identificó la ruta que mi joven jefa, condujera.

- "Estamos yendo a la galería"
"- ¡Ah! Natsuki tiene buena memoria" - Pinches seguros eléctricos, ya no puedo aventarme a la calle - "Soga-san me contactó esta mañana, me dijo que consiguió mi encargo"
- "Déjame adivinar, Soga-san te consiguió otra de esas raras pinturas"
- "Excelente Natsuki, se ve que me conoces bien" - Sólo de eso hablas - "Por supuesto que cuando me lo dijo no me la podía creer, estaba extasiada" -Búscate un novio, en serio - "Fujiyama-sama volvió a pintar"
- "¿En serio?" - Fui tan sarcástica que hasta Alyssa gruñó, imitando malamente mis hábitos.
- "Según Soga-san ésta es una pintura diferente, es cómo decir, más madura..." - ¿Me está ignorando?
- "¿Erótica?" - Sugerí con humor, Alyssa sólo soltó una carcajada.
- "No exactamente, quizás lo entiendas cuando la veas"
- "No comprendo esa manía tuya de llevarme a ver estas cosas cuando sabes que me fastidian"- Sí, a estas alturas le tengo la suficiente confianza a Alyssa para decirle descaradamente que su arte me emociona casi igual que el trabajo.
- "Kuga, creo que cambiarás tu manera de pensar en cuanto te dejes conquistar por Fujiyama-sama"
- "Seguro"

Nos estacionamos en la sección de minusválidos, acto que provocó mi primer gran berrinche del día, Alyssa me ignoró ya acostumbrada a tener que lidiar con mis cambios de humor. Como si tratara a su abuelita, me tomó del brazó y me llevó hasta la oficina del director de la galería. De no ser porque todavía me duele un huevo la herida, hubiese echado a correr, en vez de eso hice nada. Arrastré los pies hasta que el tal Soga-san nos llevara hasta su más nueva adquisición, la pintura del famoso Fujiyama Kozuke, el artista que tanto admira Alyssa.

- "Esta es" - Dijo el director, yo estaba petrificada.
- "¡Kawai!" - Gritó Alyssa mientras se llevaba las manos al rostro cual quinceañera.
- "Esa..." - Pero qué coños es esto.
- "Son idénticas" - El director comenzó a verme muy feo confirmando lo que yo ya venía pensando en cuanto vi la pintura.
- "Me lleva la putísima, esa vieja soy yo..."

No puede ser, esto es imposible, no hay manera alguna de que esto esté ocurriendo, no después de tanto tiempo. Como una loca continué caminando rumbo al estacionamiento sin escuchar los gritos que Alyssa pegaba a mis espaldas, simplemente esto no podía ser. La dichosa pintura del aclamado artista de kansai, era la de una mujer de cabello cobalto, ojos verdes y con la misma pinche yukata que Fujino me dejara en mi casa antes de partir. A su lado, se encontraba la viva imagen de Sayuri, quien se aferraba al cuerpo de la otra fémina con una enorme sonrisa. El fondo de la pintura, se encontraba decorado por los mismos árboles que componían el paisaje de Shikotsu; los cuales por el color rojizo que tenían probablemente evoquen al otoño. Una fila demanjushage se encontraba delante de las figuras. ¿El nombre de la pintura? "En brazos de la vida eterna"

- "¡Natsuki espera por favor!" - Continuó gritando inútilmente mi nombre la rubia, yo seguí mi camino sin molestarme en voltearla a ver.
- "¡Lo sabías!" - Espeté - "Tú sabías perfectamente todo este tiempo quién ha pintado esos estúpidos cuadros y todavía así..." - Me lleva el carajo, esta niña me ha tomado el pelo.
- "Si te detuvieras y me dejaras explicarte..."
- "¡Explicarme qué!" - Me paré en seco, creo que la gente comenzó a vernos raro - "¿Que todo este tiempo te has burlado de mí? Has de haberte divertido mucho"
- "No Natsuki esa nunca fue mi intención"
- "¡Por qué no me dejan en paz!"

En un momento de histeria, caí al suelo y me eché a llorar, no me culpen por ello, la exagerada reacción meloldramática puede ser explicada con un razonamiento lógico. Hubo luna llena y en esos días, suelo ser un poco más sentimental. Alyssa me rescató de mi bochornoso momento para llevarme de nuevo al auto, me ofreció su pañuelo y en cuanto me vio más tranquila insistió con el tema de la pintura.

- "No sabía la identidad del autor desde el inicio" - Comenzó - "Sólo lo sospechaba pero no tenía la seguridad de que Shizuru-san era en realidad Fujiyama Kozuke"
- "Esa idiota..." - Soplé mi nariz con grosería.
- "El apellido Fujiyama era el mismo del okiya de donde Shizuru-san provenía, es una casa muy famosa en Kioto"
- "Ahórrate la explicación, no quiero saber nada de la vida de Shizuru" - Dije ya más compuesta.
- "Shizuru-san te amaba, te ama Natsuki, ¿no puedes verlo?"
- "Hace mucho que no sé de ella, no, no puedo verlo"
- "Te pintó, yo sé que tú no gustas de estas cosas pero hasta un niño se da cuenta de ello..."
- "¡Qué quieres que te diga!" - Interrumpí - "Shizuru se fue y es todo lo que sé"
- "No se fue porque no te amara, si no porque tenía miedo de que te hagan daño"
- "¿Eso te dice el cuadro?" - Pregunté con ironía.
- "No" - Frunció el ceño ante mi mofa - "Hablé con ella antes de que parta, le vi dejarte la yukata que perteneció a su madre, Natsuki..."
- "A callar, no quiero oír esto"
- "Shizuru-san estaba llorando, no quería dejarte"
- "Pero lo hizo" - Contesté con amargura - "Shizuru se fue sin siquiera despedirse"
- "Soga-san me dio la dirección de Fujiyama Kozuke"
- "Bien por ti" - Corté en el acto - "Ahora podrás pedirle que pinte esos hermosos cuadros de tu amado kansai"
- "Está en Gion, vive en el okiya" - De momento mis manos me parecieron más interesantes que nada - "Trabaja como una más de la casa"
- "Está donde debe estar porque quiere estar" - ¿A mí qué coños me importa?
- "¡Eres una necia!" - Exclamó enojada, nunca la había visto molesta - "¿Quieres estar lejos del amor de tu vida?"
- "Fujino no es el amor de mi vida"
- "¡Oh por favor!" - Giró los ojos melodramáticamente, casi me río por su gesto- "Está bien, tú lo pediste" - Suena mal esto - "O vas por ella o te despido"
- "¡Qué!"
- "Sabrás que no estoy obligada a incapacitarte por el tipo de accidente en el que te viste involucrada"
- "Eso es un asqueroso chantaje" - Gruñí - "¡Qué bajo has caído!" - Traté de recobrar algo de dignidad, fue inútil.
- "Lárgate a Kioto y deja de causar lástima aquí"
- "¿Qué pasa si...?"
- "¿Qué pasa si qué?" - Cortó enseguida.
- "¿Qué pasa si ella no quiere verme?"

-0-
Después de tres horas de interminable viaje por tren, finalmente llegué a mi destino, Gion, Kioto. Con un mapa en la mano, vestida de jeans, chaqueta de cuero, mi gorro de los Giants de Yomiuri, una mochila en el hombro y con mucha flojera, anduve cual turista en la ciudad natal de Shizuru. La gente de aquí es por de más rara, es desconfiada y a duras penas te responden una pregunta, por ejemplo, ¿sabe dónde está la calle Shinmonzen? La gente baja la cabeza, mira a otro lado y se va dejándote con la palabra en la boca. Luego dicen que ellos son la base de la cultura japonesa, son igual de groseros que la gente de la metrópoli, sólo que más refinados.

Después de dar vueltas y vueltas como por media hora, llegué a la parada del camión de Chion In, para descubrir que había una estación de metro mucho más cercana que la parada del tren de donde me bajé. En la esquina de la calle, había una posada en donde unas mujeres vestidas como geishas repartían volantes, supuse que alguna de esas chicas me orientarían para llegar a mi destino y si no, al menos tendría un lugar donde caer en la noche. En cuanto me acerqué ambas mujeres dieron tres pasos para atrás, así que tuve que entrar a la posada para pedir informes.

- "Buenas"
- "Bienvenido sea..." - La vieja casera me miró de arriba a abajo - "Ush"
- "¡Oiga!"
- "No hay cuartos" - ¿Cree que no puedo pagar?
- "No vine por un cuarto, necesito informes"
- "¿Me ves cara de guía de turistas?" - Estoy indignada - "Hay una caseta de policía no muy lejos de aquí, vete que das mal aspecto"
- "¿No se supone que ustedes son la gente más refinada de Japón?"
- "Y por deshacernos de gente como tú tenemos esa fama" - Contestó la vieja viéndome por debajo del hombro.
- "Vieja mamona" - ¡Oh, ese rostro valió el día!
- "Maleducada, seguro eres una de esas bárbaras provenientes de la ciudad, por eso se han perdido las tradiciones y buenas costumbres"
- "¡De qué buenas costumbres hablas vieja! Si me has tratado con la punta del pie"
- "He hecho bien"
- "Yo sólo quería saber dónde queda el ochaya de Kyoko-san"
- "¿Qué demonios quieres tú en ese fino lugar?" - Sonrió burlona - "No me digas que buscas trabajo"
- "Ese es asunto mío" - Muy molesta me di la media vuelta y me dispuse a salir del lugar.
- "Espera" - La mujer me detuvo - "La casa de té se encuentra cerrada a esta hora, dudo que te dejen entrar"
- "Entonces esperaré hasta que abran" - Respondí convencida.
- "A menos que seas un hombre o una mujer con mucho dinero, no te dejarán entrar ahí"
- "Tengo dinero" - Mentí.
- "El ochaya de Kyoko-han, al igual que muchos sitios del viejo barrio, se rigen por el sistema ichigensan okotowari. A menos que alguien te lleve no te atenderán"
- "Oh" - Me quité la gorra y me limpié el sudor de la frente - "Un cuarto" -Pronuncié - "Buscaré un lugar en dónde quedarme y pensaré qué hacer luego"
- "Regresa por donde veniste mejor, éste no es tu lugar"
- "No voy a regresar" - No sin antes haber visto a Shizuru.

Salí de la posada siguiendo el sabio consejo de la vieja, en busca de la caseta de policía que se encontraba no muy lejos de donde me encontraba. Un oficial me indicó el lugar en donde el ochaya se encontraba y tal y como la señora de la posada me dijera, el lugar se encontraba cerrado. Preguntando con las vecinas ellas me dijeron que era un lugar muy privado, sólo algunas personas tenían acceso a él. Les pregunté si sabían dónde se encontraban las geishas y me dijeron que no tenían idea, eso fue una mentira pero ya ni hablar.

Adolorida por el esfuerzo físico realizado, decidí sentarme en la terminal de camiones de Kioto, donde acompañé mis medicamentos con una fría lata de Coca-Cola. Al mirar hacia el exterior me percaté de que ya estaba anocheciendo, traté inútilmente de buscar algún hostal u hotel barato cercano a donde me encontraba, sin éxito alguno. Fue así como regresé a la posada de la vieja mujer de esta mañana. Para mi fortuna, ella no se encontraba en la recepción sino una joven muchacha. Le pagué por una noche en el cuarto más austero que tenían (que por cierto me costó huevo y medio) y me guarecí en él. En la comodidad de mi habitación decidí darme un buen baño para reposar las energías en lo que intentaba entrar a la casa de té de Kyoko-san. Fragué un diabólico plan en donde escalaba la pared del vecino para entrar al patio del ochaya, pero luego recordé que, si el simple hecho de cargar la mochila me estaba matando de dolor, escalar estaba fuera de consideración.

La entrada, la simple y llana entrada al ochaya de Kyoko-san tenía el ridículo precio de 800,000 yenes. ¡Me compro una casa de esas que las instituciones le venden a los trabajadores con ese dinero! ¿Pero qué carajo hace Shizuru allá adentro por ese precio? Ha de ser muy buena en su trabajo para que la matrona cobre por la entrada a la casa de té, esa exorbitante cantidad. Multipliquen el precio de entrada por persona sin tomar en cuenta los 'servicios especiales' que las chicas ofrecen. Válgame, creo que he desperdiciado mi vida en Searrs.

Completamente desmoralizada por la terrible noticia que recibí, decidí salir de mi habitación y caminar sin ningún rumbo fijo para conocer el lugar. Sin querer, mis pies me llevaron a la puerta del ochaya de Shizuru, en el pasillo en donde me encontraba, observé a la distancia cómo hombres y mujeres de clase alta, entraban sonrientes para presenciar el espectáculo que en el recinto se ofrecía. De mi bolsillo saqué mi caja de cigarros para descubrir que sólo me quedaban cuatro, me fumé uno ahí y decidí que viendo no conseguiría nada. Me perdí en el laberinto de Gion y decidí realizar una parada técnica en un izakaya, si al menos no vería a Shizuru esta noche, me conformaría con una buena borrachera en el lugar. Todo lo que pueda beber por dos horas, ¡Ja! Se ve que no conocen a Kuga Natsuki.

Entrada la madrugada, por supuesto, toda borracha; decidí entrar a la fuerza a la casa de té de la mamá de Shizuru. Naturalmente, fui echada a puntapiés del lugar, no sin antes ser golpeada por los grandulones de la entrada. Esa noche llegué a la conclusión que ha sido gracias a Shizuru, que he recibido mil y un palizas. Desde que ella entró a mi vida no ha habido un sólo momento en donde yo no termine madreada. Este cuento moderno de hadas no me gusta, tal vez debería darme por vencida.

-0-
- "Oye, oye muchacha"
- "Bleght..."
- "¡Despierta!" - La vieja de la posada, qué demonios hace en mi cuarto - "Me debes tres días de renta"
- "¿No puede esperar a que yo baje a comer?"
- "Son las cuatro de la tarde, ¿pretendes dormir todo el día?" - Respondió cruzándose de brazos.
- "Me duele la cabeza"
- "Tienes media hora para pagarme o de lo contrario..."
- "Sí ya sé, me sacará a golpes, ya comí mucho de eso"

Con un andar trastabillante, decidí bajar a la recepción para entregar lo que fuera lo último que me quedaba de dinero. Inclusive bajé ya con mis cosas en busca de un templo donde dormir gratis o de perdida, pasar la noche en algún solitario parque. La dueña del lugar se puso en mi camino antes de que yo saliera de ahí, obstruyendo el paso.

- "Ya le pagué" - Protesté.
- "¿A dónde crees que vas?"
- "Veré si convenzo al del izakaya para que me preste su teléfono, necesito dinero" - Mamá no me va a perdonar esto.
- "Te dije desde el inicio que te regresaras a tu casa, tú no tienes nada qué hacer en Gion"
- "Sí, ya me di cuenta"
- "¿Entonces?"
- "Pero no puedo irme aún"
- "Sólo estás ocasionando problemas muchachita loca, tienes suerte de que no te hayan metido presa"
- "Hn" - Gruñí, mientras encendía mi último cigarrillo pensando que éste sería mi gran almuerzo del día.
- "¡Está prohibido fumar aquí!"
- "Lo siento, tengo hambre"
- "Eres..." - La mujer gesticuló de una manera muy graciosa para finalmente despotricar de nuevo - "¡Gah" - Je, Je, Je - "Sayo, lleva a esta terca a la cocina y dale algo de comer"
- "Sí señora" - Respondió una de las chicas que volanteaba en la entrada.
- "Me estás causando muchos problemas" - Vociferó mientras desaparecía de mi vista.

Como un animal, engullí con toda grosería los deliciosos manjares que Sayo-san me ofrecía en la cocina de la posada. La comida tradicional de Kioto es realidad un arte culinario más vistoso que sabroso, para mi paladar fue lo más insípido que haya comido antes; pero fue gratis por lo tanto me supo a gloria. Sayo-san me observó de pies a cabeza sin hacer mayor comentario, me preguntó si me había gustado la comida a lo que respondí que sí. Hizo una reverencia y me invitó a salir, o sea, decentemente me dijo: lárgate zángano.

Ya que al parecer, éste sería mi último día de turista y el primero de trabajos forzados; porque a huevo tendría que buscar un trabajo hasta que pueda ver a Shizuru; decidí dar un paseo hacia el templo conocido como uno de los tesoros nacionales de Japón, Chion In. Aclaro, no soy budista pero un poco de ayuda divina no me caería nada mal en estos momentos tan difíciles. Con fé y devoción pedí a cualquier eminencia celestial ilumine mi camino para que pueda aguantar la golpiza que recibiría el día de hoy para entrar a ver a Shizuru, eso o sacarme la lotería sin comprar boleto.

Así que como lo he estado haciendo en los últimos días desde mi llegada a Kioto, esperé pacientemente a que la gente comenzara a entrar en el exclusivo ochaya de paredes rojas. Preparé mis piernas para pegar la carrera directo hacia la puerta y justo antes de que lograra salir corriendo, una arrugada mano me detuvo, provocando que con la aceleración inicial, me golpeara la cara contra el piso.

- "¡Vieja!" - Vociferé, que esta mujer me sigue cual cuervo negro.
- "Otra vez estás cometiendo actos muy estúpidos" - Me reprendió mientras me sobaba la nariz - "¿Cuándo entenderás que sólo estás perdiendo el tiempo?"
- "No estoy perdiendo el tiempo" - Me incorporé con mis últimas fuerzas - "Ver a Shizuru nunca será pérdida de tiempo"
- "Ven conmigo"
- "No iré a ningún lado"
- "No podrás pasar nunca por ahí, hay otra entrada en la calle de atrás" - Jamás me pasó eso por la mente.

Seguí a la vieja de la posada un poco titubeante, no entendía por qué de momento tanta amabilidad, luego me pasó por la mente que a lo mejor quería raptarme para vender mis órganos. Pero viéndola bien no parecía el tipo de persona que necesitara dinero. Para empezar, tenía un negocio propio y además no cobraba nada barato, el kimono que ahora llevaba se veía que era de los buenos y no de los chafa. Un vestuario de seda de color azul marino y con un estampado en hilo de oro; no, la mujer no era nada pobre.

En una inspección todavía más minuciosa de la vieja, destacaba su porte al caminar, su erguido aunque arrugado cuello, levantado con soberbia. En cierta forma me recordaba a Shizuru, aunque físicamente no se le parecía en nada. Esta mujer pasaba de los cincuenta, su cabello se encontraba negro (obviamente pintado) y corto, de rostro redondo y de baja estatura. Después de media calle recorrida con ella me percaté de que no estábamos solas, un par de gorilas nos seguían. La vieja simplemente continuó su camino con la misma altiveza con la que iniciara su estudiado andar.

En la calle de atrás, había una entrada, tal y como la vieja me dijera. Claro que, la entrada no se encontraba sola, otro par de gorilas estaban ahí, la vieja les dijo algo y enseguida se hicieron a un lado. Entramos por la puerta trasera para toparme con un pasillo enorme, la vieja me hizo una seña de que la acompañara hacia al final del corredor. Sentí algo de desconfianza pero ya estaba adentro, lo único que tenía que hacer ahora era buscar a Shizuru para largarme de aquí.

- "Kuga-han" - ¿Cómo? - "Eres famosa entre las muchachas del okiya"
- "¿Yo famosa?"
- "Por supuesto, no creas que Shizuru no nos habló de ti"
- "No comprendo"
- "Hemos hecho apuestas inclusive, para saber en cuánto tiempo te cansarías y regresarías a Tokio" - La vieja se detuvo y me miró a los ojos - "Perdí 5000 yenes por tu culpa"
- "Lo lamento" - Respondí sin entender de lo que la vieja me estaba hablando.
- "No lo lamentes" - La vieja siguió su camino hasta que llegamos a una habitación en donde Sayo-san y la otra muchacha de la posada se encontraban, ambas vestidas igual de elegantes que la vieja.
- "Kyoko-okasan" - Reverenciaron a la vieja ambas mujeres... ¿Kyoko-okasan?
- "Arreglen a Kuga-han, tienen media hora"
- "Sí mamá" - Respondieron al unísono.
- "¡Espera ahí vieja!" - Intervine - "¿Cómo que arreglen a Kuga-han...?"
- "Vas a pagar la comida que te invité esta tarde" - Vieja zorra - "Entretendrás a un cliente esta noche"
- "¡A mí nadie me talonea!" - Golpeé la puerta mientras gesticulaba - "¿Dónde está Shizuru?" - Pregunté - "¡Shizuruuuuuu!"
- "Shizuru no está aquí, la verás en su momento" - Con una mirada les indicó a sus muchachas que me metieran al cuarto - "Hablaremos en cuanto te alisten"
- "Vieja zorra"
- "Kuga"

No continué el duelo de miradas con la vieja matriarca del ochaya por el simple hecho de que, mal que mal, estaba adentro. Si bien tendría que jugar sus reglas eso no significaba que no aprovecharía mi estancia en el lugar para buscar a Shizuru. Así que me dejé hacer por las muchachas según las órdenes de Kyoko-san. Me llevaron al baño y me pidieron que me jabonara el cuerpo, accedí a sus deseos para finalmente sentirme muy incómoda. Ninguna salió del baño mientras me desvestía. Es más, en el momento justo en que bajaba mis pantalones ambas abrieron los ojos como platos y estaban a la expectativa.

- "¡Qué!" - Grité incómoda.
- "Nada" - Respondieron como mellizas las mentecatas, riéndose muy estúpidamente.

Decidí ignorar el extraño comportamiento de las chicas y continué con mi labor, pateé los pantalones a un rincón y procedí a retirarme la pantaleta. Nuevamente los ojos se les desorbitaron pero esta vez no me dejé amedrentar, de un sólo jalón me quité la ropa interior y cual fuera mi sorpresa, que una aplaudió y la otra hizo una mueca.

- "Te lo dije" - Dijo una.
- "Rayos" - Respondió la otra.
- "Me debes 1000 yenes"
- "¿Qué apostaron?" - Pregunté estúpida.
- "Yo le aposté a Sayo a que sí eras mujer" - ¡Qué! ¿Pensaron que era hombre?
- "Es que Fujino-sama..." - Oh claro, Shizuru tuvo que ver con este embrollo.
- "Shizuru qué" - Gruñí.
- "Nada" - Respondieron para continuar con sus estúpidas risillas de niñas bobas.

Por más que hice intento alguno por saber sobre el paradero de Shizuru, ninguna me dio información sobre ella, es más, no volvieron a hablar más que entre ellas. En cuanto me bañé, me pusieron un fino kimono aunque no era un modelo muy juvenil que digamos. Un austero kimono color negro, lleno de estampados de flores de cerezo en colores blanco y rosa. Un obi color violeta ceñía mi cintura, dejé que ambas chicas peinaran mi cabellera pero no les permití el pintarme ni prenderme el pelo como las demás geishas. Cuando Kyoko-san escuchó las acusaciones de sus subordinadas, torció la boca, me pidió que al menos me prendiera ligeramente el cabello con una peineta de carey.

El dolor en el pecho comenzó a aumentarme, probablemente por la presión que el kimono ejercía sobre mi herida. Es que no se cómo le hacen las demás para mantenerse tan erguidas, si este pinche traje ha de pesar casi lo mismo que yo. A duras penas avancé por el mismo corredor por donde entré, en el otro extremo se encontraba una puerta que daba directamente al ochaya. Al entrar pude ver lo que hace varios días no se me permitía, la muchedumbre disfrutaba en distintos salones la música, la danza y todas esas gracias conque las chicas de Kyoko-san amenizaban la velada. La algarabía por donde se le viera.

Seguí a Kyoko-san hasta lo que parecía un salón privado, ahí le pregunté qué era lo que esperaba que yo hiciera con su cliente, cometiendo el error (ella) de preguntarme sobre mis habilidades especiales. Con exagerada honestidad, decidí responderle que me puedo beber una botella de sake en menos de un parpadeo. La matriarca no me contestó, simplemente se dio la media vuelta mascullando improperios. En cuanto se retiró, aproveché el momento para buscar con la mirada a Shizuru, pero todas las mujeres estaban maquilladas, dudo mucho reconocer a Shizuru de entre la muchedumbre. Seguro su hermosa cabellera ha sido ocultada por una horrible peluca, con el espantoso tocado tradicional de las geishas.

Sin gracia alguna, decidí tirarme al piso boca arriba en un vano intento por recobrar el aliento. Abrí las piernas y cerré los ojos tratando de relajarme. El ruido no era molesto, pero sí incómodo. Un grupo de hombres entretenidos por mujeres profesionales. En cierta forma, me recordaba a aquel episodio que pensé quedó extinto en mi memoria, la fatídica noche en el burdel de Nao. Exhalé profundamente hasta que escuché que alguien entraba al salón, intenté incorporarme pero fue inútil, el pecho me dolió como la chingada y tan sólo conseguí perder todavía más la compostura. Una figura cuyo rostro no pude ver al estar a contraluz, mostró consternación al verme tirada y adolorida en el tatami del lugar. Una voz melódica y dulce que pensé que no volvería a escuchar.

- "Ara, en esa posición Natsuki pide a gritos que la haga mía aquí mismo"
- "Shizuru"

Continuará...

N/A: Me gustó esta parte, debo reconocer que no tuve corazón para acabar el fic, pero prometo que en el próximo capítulo tendremos el desenlace (que será bastante corto a mi parecer)
_______________________
manjushage: Mejor conocida como manjusaka o para los japoneses, higanbana. Es en realidad una flor venenosa que se da de manera silvestre y por lo general se le encuentra en los cementerios. Es conocida como la flor del equinoccio de otoño y es precisamente la imagen que se ve en mi perfil.
ochaya: Casa de té, sólo que es en estos sitios generalmente se suministran geiko, sake y comida para los clientes.
ichigensan okotowari: Es un sistema en donde no puedes entrar a algún lugar (casa de té o restaurant) si no has sido previamente presentado por algún cliente del lugar. Esto se supone que es para afianzar las relaciones entre el negocio y el cliente.
izakaya: Es un bar en donde también sirven comida, muy común después de una jornada laboral de infierno.
tatami: Es un tipo de alfombra (sólo que hecha de paja), que viene siendo la unidad de medida en las casas japonesas hoy por hoy.

8 comentarios:

  1. Pero porke caraj**** se lo haran pasar tan mal? Ay mi Natsuki TT_TT espero el proximo capi con ganas y tristeza porke se termina TT_TT me encanta la historia!!!

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  2. xk?!?!?!??!?!?!
    XK NO KONTINUASTEE X''''''''(((((
    IKEZU!!! ;_ ;
    k morro, Akari lo puede leer antes k nosotras!!!

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  3. jajaja pobre Natsuki, creo que su estadía en kioto no ha sido del todo placentera, jeje aunque si se espera un poco, creo que Shizuru puede hacer que se le olvide todo lo ocurrido xD! jajaja muy buen capitulo!!! wiii!! ya quiero que sea martes de nuevo... pero no quiero que se acabe el fic T----T!

    Me encanto tu historia HauR. Hubo momentos en los que me partía de risa y otros en los que no sabia si llorar o gritar ^^ jaja

    Un saludo
    KuroUsagi

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  4. pense que en este se terminaria todo xD ... aunque siempre es bueno un capitulo mas jajaja pone a uno mas interesado xD ...
    te ha quedado muy interesante, no esperaba que saliera shizuru sino otra persona ...
    Espero la proxima semana para leer el ultimo de esta historia que en un principio me parecio medio rarita jeje
    saludo : )

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  5. Pobre Nasuki, le pasa de todo, jajaja mamá Kuga es la onda!!! jajaja Kyoko o-O tuvo compación de Nat, ya quiero que sea martes muy bueno tus fics HauR

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  6. "Ara, en esa posición Natsuki pide a gritos que la haga mía aquí mismo" no supero esa parte.
    Espero con ansias el gran desenlace ;)

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  7. esta buenisimo jajaja!
    no he parado de reirme.. me dejaste con una sonrisa de la emocion!

    aaaa!! amo las martes

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  8. pobre Natsuki, todo lo que ha pasado....
    aunk mori con su comentario: luego me pasó por la mente que a lo mejor quería raptarme para vender mis órganos....
    estuvo genial...

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