Delirium - Capítulo 1

Hola Bauler@s!

Feliz inicio de semana, espero que les sea leve pero a la vez productiva.

Algo tarde, pero creo que el contenido está para el horario (como sino pudieran leerlo mañana con el cafecito, mientras inician el día XD). 

Bueno, a ver, hoy comenzaré a publicar una colaboración de Aru esperamos que la disfruten. 

Sólo un detallito antes, dejaré que ella lo explique mejor:

Advertencia, directa de su autora: Este fic puede ser nocivo para la salud mental y pose un alto contenido de lenguaje ofensivo, sexo y violencia.

Para mayores de 18 años.

Lea bajo su prudencia.

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Autor: Aru

Capítulo 1: Ojos cortantes

Una bala atravesó sin inmutar la cabeza del muchacho, dejando tras de él una mancha de sangre y sesos que cubrieron toda la pared de ladrillos.

El cuerpo cayó al suelo de lleno, mientras una chica aún suspendía su desert eagle hacia donde se había ubicado la cabeza del muchacho. 

-Maldito bastardo- Gruñó Shane con enojo, y escupió sangre de su víctima que había caído en su boca-Me das asco.

El cuerpo con un dejo de vida se retorció por los choques eléctricos de su cerebro mientras que la pelirroja posó sus ojos rencorosos sobre él, y sin decir nada, apunto nuevamente su arma y le asesto cuatro balazos más. El cuerpo dejó de moverse. Sarah lo observó nuevamente con desprecio, como si de una basura maloliente se tratase y soltó un bufido de soberbia. Había tenido un encuentro violento con él, y aún así, no se mostraba alterada de ningún tipo, ni sudada, jadeante agotada; sólo molesta.

Sacudió la pesada arma que no suponía ninguna carga para ella en su mano, y la despojó de sangre mientras repasaba su lucha en su mente, repitió la sacudida con su abrigo negro y la impermeabilidad hizo que una lluvia de sangre se suspendiera con un rápido movimiento.

El callejón de Londres era oscuro y solitario, pero más que todo húmedo, Shane odiaba la humedad, quizás por eso su malhumor.

 -¿Sabes?-Dijo con calma al cadáver mientras se disponía a quitarse su ropa ensangrentada-Tengo un examen mañana, y no pude estudiar por estar detrás de su sucio rastro-Se quitó todo hasta quedar en ropa interior, el frío de esa noche era insoportable, así que cogió su bolso ágilmente y se dispuso a sacar su cambio.-Cada vez que tengo algo importante que hacer aparece una manada de ustedes, ¿acaso tiene sexo todos los días todos contra todos o que? Rayos-Se quejó.

El cuerpo yacía mirando directamente a Shane con sus ojos sin vida. Ésta se quedó vacilante por unos momentos.

-La verdad es que te tengo envidia-Comentó de la nada.

Una vez que se hubo cambiado completamente de ropa, guardó todo en su bolso y miró por última vez al chico, era guapo, de buena cara y buen físico. Sonrió a manera de sentirse victoriosa, como siempre.

En las paredes del callejón estaban tatuadas marcas de lucha, balazos sin asestar, garras y colmillos, los basureros doblados y muros agrietados, la escalera de emergencia del edificio abandonado vuela añicos, ventanas rotas, y mucha, mucha sangre.  Esa pelea había sido dura, pero divertida y refrescante, en un retorcido sentido.

-Sigamos con este baño de sangre –Se dijo Shane con una expresión dura. Y salió del oscuro callejón, dejando atrás esa espantosa escena con una calma fuera de contexto. Como si dejara atrás un duro turno de trabajo en una tienda de textiles.  

Cuando hubo salido a la calle principal, notó que estaba sola, excepto por un carro estacionado en la esquina de la calle. Sus planes de tomar el metro la abandonaron en seguida.

Suspiró, y se dirigió hacia el vehículo.

-No tenias que venir a recogerme-Dijo con desdén una vez que hubo entrado a la calidez del auto. Una mujer con proporciones perfectas la miró con el rabillo del ojo, y respondió con un vago: "como quieras" Mientras seguía leyendo sus notas desde el asiento del conductor.

La mujer era hermosa y sensual, sus piernas cruzadas podían enloquecer a cualquier hombre y aunque vestía ropa común, vaqueros y una camiseta,  era imposible evitar disimular su pecho. "Vaya ropa para una modelo" pensó la pelirroja por el atuendo de su piloto con un fugaz vistazo.

Shane como siempre, pasó por alto la ignorada, las piernas y los pechos y recargó su cabeza en la ventana, visualizando su cálida cama con un suave suspiro. El cansancio ya se hacía visible en ella, eran las cinco de la mañana, aún no amanecía y tendría que llegar a la casa antes de que eso sucediese. Aparte de todo eso, tenía hambre.

“Quiero sangre… mucha sangre” Deseó, sin sadismo en su haber, mencionó esas palabras en su mente con deleite y apetito.

-Maldición…-Soltó Alice con una voz…calenturienta, sin aparentemente ningún motivo. 

Cerró la carpeta con los documentos, Shane salió de su ensimismamiento, y miró a la mujer con sus penetrantes ojos celestes-Bueno, ahora queda tu último enfrentamiento-Dijo un poco enrojecida, su voz se tornó en un ligero tonito forzado.

La pelirroja soltó un respingo irónico.

-Ya quisiera yo que ese fuera el último-Luego endureció su mirada y miró hacia la ventada-Este infierno no tiene fin…

Alice guardó un pequeño silencio meditativo que no duró mucho. Empezó a frotar sus piernas una contra la otra y apretó los puños, su rubor aumentó el doble y empezó a tornarse jadeante.

-Sabes que tienes que hacerlo...-Dijo forzosamente. Sarah notó este cambio de hablar y volteó a ver a la sonrojada rubia.

-Vaya... ¿tan rápido?-Sonrió a medias con seducción en el interior de sus ojos.

-Cállate- Resopló Alice con impotencia, era inútil intentar resistirse- Listo, ya. Bebe mi sangre-sentenció sin ánimos de escuchar una protesta

-Vaya, eres de las difíciles ¿no?-Bromeó Shane. Alice sólo la fulminó con la mirada mientras resoplaba. 

La rubia no dijo nada y se abalanzó sobre su copiloto y le plantó un profundo beso, sin ninguna timidez o cohibición. La ojiazul no se molestó en sorprenderse o excitarse, ni siquiera en cerrar los ojos, sólo dejó que el beso terminara, entendiendo cómo se había producido esa extraña reacción.

Luego de que a Alice se le acabara el aire soltó a la pelirroja de sus labios.

-Es un mal momento-Sentenció Shane, preocupándose ya por el pronto amanecer.

-Es más que obvio que tienes hambre-Dijo Alice, totalmente excitada-No...Puedo controlarme

-Pronto será de día, así que hay que irnos ya-La pelirroja veía a una chica totalmente dispuesta a todo, pero su mirada era impasible como la de un maniquí, sus temples ojos celestes, casi blancos, brillaban en la noche, y su postura tranquila y dominante hacía de ella la chica más sensual e irresistible que muchos pudiera haber tenido la suerte de contemplar; la manera en que su cabello caía sobre su rostro y cuerpo, remarcando las suaves y perfectas líneas de su perfilada cara, las armoniosas y casi musicales curvas de su esbelto y musculoso cuerpo, el color pálido de su piel y el rojo de sus seductores labios eran foco de miradas donde quiera que fuera. Sarah era una muchacha como ninguna.

-No tenemos tiempo para esto...-Volvió a decir la pelirroja. Pero fue callada por Alice cuando tomó la mano de Shane y la colocó sobre uno de sus senos. La chica levantó una ceja.

-No...Puedo soportarlo, vamos, hazlo de una vez-Enojó Alice, toda roja y agitada.

La nariz de Shane no pudo evitar sentir aquél aroma que le parecía tan seductor, pero aún así, no se movía del asiento del copiloto. Pensó por unos momentos.

-Esta bien-Dijo por fin- pero no haré absolutamente nada...

Shane era una persona que no podía evitar ser malvada, le gustaba ver a la gente doblegarse ante ella.

Siempre que una chica reaccionaba así, le encantaba hacerla sufrir un poco.

La pelirroja no dijo nada y hecho para atrás el espaldar del asiento; cruzó los brazos detrás de su cabeza y miró a Alice.

-Te dije que no haré nada- Sonrió con cinismo.

La rubia no emitió palabra alguna, salió del espacio del conductor y se sentó en las piernas de Sarah. Se agachó y empezó a besarle el cuello, a tocarla y a frotar su cuerpo contra el de ella; intentaba desesperadamente provocarla, aunque daba pocos resultados, la ojiazul no reaccionaba, esperando algo diferente aparte de la monótona incitación corporal.

Todo iba lento hasta que Alice notó una lágrima de sangre en la base del cuello de la pelirroja, cerca de la clavícula, era una mancha de sangre considerablemente grande como para pasarla por alto. La rubia no dijo nada y lamió la sangre aun fresca, su sadismo momentáneo hizo levantar su cabeza y mostrarle la lengua repleta de sangre a Shane. Ésta la miró con extrañeza, pero luego resolvió que debía ser del ser al que acababa de asesinar. Sonrió; la sangre de los homúnculos no era para nada apetitosa, pero el gesto había sido original. Se levantó del asiento a medias, colocándose a escasos milímetros de la cara de Alice.

-Sádica-Le dijo, y luego le arrebató la sangre de la lengua de la rubia con su boca. 

Shane se incorporó y miró fijamente a su compañera luego de haber terminado el "traspaso de sangre".

-No vayas a moverte tanto-Susurró y sin decir nada más clavó sus colmillo en su cuello. Alice exhaló un grito de excitación y como si alguien estuviera lamiendo su sexo, no pudo evitar retorcerse de placer.

Shane la sostuvo con fuerza y la encerró entre sus brazos para evitar tanto agite, sus colmillos habían dejado una herida profunda y bebía aquella deliciosa sangre como si fuera un bebé a quien están amamantando, Mientras que Alice, experimentaba un placer sexual que no se comparaba con ningún otro, estaba al borde de la locura, como si todo su cuerpo ardiera sólo con la mirada de la vampiro. Gemía como loca mientras sentía la juguetona lengua en su cuello, y también su respiración.  El oído de Shane se agudizó al sentir un ruido que provino desde afuera, cerca de donde se encontraban, lo ignoró.

Las manos de la pelirroja no pasaban del abrazo aprisionador, no toqueteaba ni acariciaba;  su curiosidad era nula.  -Por favor-Gimió Alice, enloquecida de tanto placer-Más….más….

Deseaba mucho más que el que sólo bebiera su sangre, su cuerpo hervía ante los deliciosos estímulos de Shane, indescriptibles para aquél que había tenido la fortuna de disfrutarlos; una vez estado en el poder de la vampiro, no había posibilidades de salir de sus penetrantes ojos azul blanquecino sin sentir una corriente de electricidad entre las piernas.

Y Alice era ambiciosa, deseaba que Shane le hiciera el amor.

La pelirroja ignoró las peticiones dichas, y luego de sentir como su “novia” tenía un orgasmo, dejó de beber y lamió la herida, la cual en seguida se cerró.  Alice se quedó jadeando, intentando recuperar el aliento, dejó caer su cabeza en la penumbra que se cernía entre el cuello y el hombre de Shane, ésta la abrazaba todavía, mirando con cautela el espejo retrovisor.

Otra vez se oyó otro ruido.

Los músculos de ambas se tensaron y la vampiro endureció su mirada, sus ojos se tornaron felinos y una sombra apareció en su pensamiento.

Alice se quitó de inmediato del regazo de la pelirroja y tomó su lugar en el asiento del piloto. Sólo pudo ver como ésta sacaba su Desert Eagle del bolso y le cargaba una bala. Alice sonrió.

-No tardes mucho- Le dijo con dulzura. Posando su cabeza ladeada y sus manos encima del volante.

-No lo haré-Dijo con un semblante divertido mientras salía del auto con pistola en mano.

El hombre, aunque ebrio, corría con todas sus fuerzas por la calle en cualquier dirección que estuviera contraria a ese auto. Acababa de ver algo que aún no podía digerir y sabía plenamente, que el alcohol no tenía nada que ver con ello. Estaba aterrorizado.

Sus ojos se abrieron como platos  al ver a Shane amparada en la oscuridad a unos metros frente a  él, en plena calle. El impacto fue tal, que el hombre desfalleció y calló al suelo, asustado.

La pelirroja fue acercándose casualmente hacia él mientras que sus ojos celestes reflejaban oscuridad, irónicamente, haciéndolos brillar intensamente.

Ante el terror, el hombre habló con voz quebrada y tropezada.

-Tu….tu estabas-…..eres un…… -Casi lloraba.

Cuando la pelirroja hubo llegado serenamente hacia él, se agachó lentamente hasta tener sus ojos a su altura, contemplando el terror a carne viva, reflejado en los brumosos ojos de su victima.

-¿Soy un qué…?-preguntó Sarah con curiosidad mientras clavaba esos ojos de puñal en el hombre. Una suave y cínica sonrisa se curvó en sus rojos labios.

-Tu….-Tu…no eres…..-no eres humana…..-Contestó, tratando de alejarse poco a poco de su amenazante. -¡Estabas bebiendo su sangre!-Soltó el desconocido en un impulso.- ¡DEMONIO!

Shane sonrió apacible y bajó la mirada. ¿Por qué la gente insistía el llamarle demonio? Era despectivo e insultante. Volvió a ver al hombre y se levantó, apuntó su arma directamente a su cabeza.

-Soy mucho peor que eso-Sonrió con soberbia y sus ojos destellaron ante el cromo de la Tokyo marui.

Lo último que escuchó Shane de ese ser fue un: “¡POR FAVOR NO!”

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Alice cerró los ojos con complacencia cuando escuchó el disparo no tan lejos, curvó una ligera sonrisa. Pocos momentos después entró Shane al vehículo.

-¿Nos vamos a casa?-Dijo Alice de manera casual mientras se volvió a ver a su compañera con la misma sonrisa.

-Si, estoy muerta-Declaró ésta con cansancio entregándose por completo al suave y cómodo abrazo del asiento. 

El increíblemente ostentoso Nissan gt-r 2020 negro se encendió y  se fundió con la noche en la distancia, dejando atrás dos cuerpos sin vida, amparados por la oscuridad y la desidia que envolvía al sombrío barrio. 

…Al día siguiente ninguna de las dos muertes fue avistada en el noticiero…

Continuará...