viernes, 3 de abril de 2015

El Diario de Lea - Príncipe

Buenas buenas nuevamente. Les traigo otro material extra de el Diario de Lea. Espero lo encuentren lo tierno que yo lo encontré al escribirlo. Esta vez vamos más por un pasaje de la niñez de Lea.
Espero les guste.
Felices Pascuas.
Ali Dagos

*Puedes leer el anterior pasaje extra aquí*


Príncipe

- ¡Vamos niños!
Lea caminaba de la mano de su hermana, Emmanuelle, que a su vez caminaba de la mano de su madre. Su hermano Zacarías iba delante de todas ellas acelerando el paso, saltando y corriendo... y desacelerando a cada mirada de mamá.
Era sábado. Era un día en el cual podían darse un respiro de toda la ajetreada semana. Era un día, principalmente para pasar tiempo con mamá y que ella pudiera estar con sus niños sin preocuparse de cualquier llamada inesperada del trabajo.
El parque no estaba muy lejos y como siempre, Lea había llevado una pelota para jugar, una pelota azul que tenía desde que tuvo memoria.


Lea era muy inquieta, muy curiosa. A sus 6 años ya había tenido más de sabe Dios cuantas caídas y una fractura en la muñeca izquierda, lo cual resultaba a veces muy tedioso para Sybill, su madre, pues no podía estar con ella el tiempo que quisiera para cuidarla.

Sybill veía desde una banquita en el parque a sus hijos correr y jugar, también deseaba que su padre estuviera ahí para verlos. Que estuviera ahí para ver a sus 'princesitas' y su 'muchachote', que estuviera para enseñarles tantas cosas que ella sentía que les iba a faltar. Pero Julián Levesque se había ido hace dos años de sus vidas y el vacío aún se sentía, sobretodo cuando la más pequeña de todos, aún preguntaba por su padre de vez en cuando, aunque esto era cada vez menos frecuente.
La pelota azul que pasó velozmente cerca de ella, sacó a Sybill de sus pensamientos. Vio acercarse a Lea corriendo hacia ella, persiguiendo la pelota. Zacarías y Emmanuelle venían tras ella.
- ¡Mamá, mamá. Hay un nido en ese árbol y hay polluelos ahí! - dijo la más pequeña con la voz un poco aguda de emoción - Emmi y Zac los vieron también ¡Ven a verlos!
- Es cierto - dijo Zac señalando el árbol - casi les doy con la pelota... pasó muy cerca.
- Les dije que tuvieran cuidado - replicó Emmanuelle.
- ¡Ven a verlos! - repitió Lea, casi como una súplica.
- Sólo son aves, tonta - dijo Zac, con ánimos de molestar a su hermana - hay muchas aves en el mundo.
- Zac... - Sybill miró a sus hijos más pequeños como advertencia, antes de que comenzaran una pelea. Se levantó de la banca y siguió a sus hijos hasta el árbol en cuestión.
- Le pegué a esa rama - dijo Zac, señalando una rama cercana a un pequeño niño - pero juro que no fue a propósito Ma.
- Solo tengan cuidado ¿sí?
- Sí - respondieron Zac y Emmanuelle. Sybill volvió el cuerpo para buscar a Lea y la niña no estaba. Solo estaba el balón azul.
- ¿Y Lea?
- ¿Será que cada vez que alguien no la mira, ella desaparece? - dijo Emmanuelle con un tono de exasperación. Seguro era irritante a veces seguir a su pequeña hermana.
Buscaron por un par de minutos a los alrededores, cuando vieron la melena castaña de Lea cerca de un árbol más lejano. Lea miraba a un hombre de la mano de su hija pequeña (de la edad de Lea probablemente) con mucha curiosidad.
Sybill gritó el nombre de su hija y esta se volvió y corrió a su familia, pero volvió su cabeza un par de veces para ver como el hombre y su hija salían del parque.
Jugaron un rato más, antes de decidir que era hora de ir a comer algo.
Lea tomó la mano de su madre, mientras sus hermanos caminaban unos pasos adelante de ellas. Sybill pudo notar que su pequeña hija tenía una interrogante desde que vio al hombre y a la niña en el parque. Luego de unos minutos de caminar en silencio (a excepción de la conversación de Emmanuelle y Zacarías) la pequeña Lea parecía estar determinada a preguntar algo sin más.

- Mamá...
- Si, Lea, dime.
- Esa niña que iba con su padre, la de cabello rojo... ¿era una princesa? - No era la pregunta que Sybill esperaba, pero se animó a responderle de la manera más simple a su hija.
- Todas las niñas son princesas, hija. Emma y tú, son mis 'princesitas' ¿sabes?
- Ah - asintió Lea con un sonido un poco seco, pero que parecía estar satisfecha con la respuesta y de ya estar pensando en otra cosa.
Al cabo de un minuto, Lea tiró suavemente de la mano de su madre para que la mirara.
- Mamá...
- Si, Lea.

- Y yo... yo ¿Podría ser un príncipe?


(Sé que les puede dar curiosidad ver como era Lea de pequeñita. Sí, tenía el cabello muy muy largo).

3 comentarios:

  1. Oh dios *0*, eso fue muy lindo, gracias por este extra :3

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  2. Un principe!!!!! <3 . <3
    eso fue demasiado tiernoooO!!!
    esperare x mas xB

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  3. Kyaaa que tierno espero con ancias el proximo capitulo del diario de Lea , si no mal recuerdo es el 26 porfis sube el proximo capitulo♡♥

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