El Diario de Lea - Bloqueo

Buenas madrugadas Bauleras. Llego con el primer material extra del cómic. Un pequeño relato que nos muestra un poco más de la interacción de Lea y Claudia. Este material extra (se viene más, claro) ayudarán con datos que no se pueden poner de improviso en el cómic actual, pero ayudarán a su entendimiento. Espero les guste.
Teorías, conclusiones, conspiraciones, ya saben, en los comentarios.

- Ali Dagos.

Bloqueo

La noche estaba algo fría y, hasta cierto punto, algo silenciosa. Tal vez solo podían oírse a lo lejos los cantos de grillos y de las aves de la madrugada. Tal vez también se escuchaba el ligero martilleo de las teclas de una computadora, la cual estaba definitivamente mucho más cerca que los grillos y las aves.

- ¿Sigues trabajando? - La voz de Claudia se escuchaba apagada y somnolienta, típica del desuso. Frotó sus ojos en ánimo de sentirse un poco más despierta - No has dormido en toda la noche... ¿amor?

- Tengo un bloqueo - respondió la figura de Lea, ennegrecida por el contraste de la luz del monitor - pero debo presentarlo en unos días.

Lea pudo escuchar tras de sí el sonido característico de la tela rozando otro material,  y al momento pudo notar unas manos pequeñas y delicadas que hacían ligera presión sobre sus hombros. A su nariz llego el ligero perfume de la crema para manos que su novia siempre usaba. Siempre un aroma entre cítrico y suave como la vainilla.

- Estás demasiado tensa - unos labios se acercaron a su oído derecho y susurraron - tal vez si no intentaras forzarlo... las 'cosas' fluirían...

Se sentía bien, al mismo tiempo que un ligero cosquilleo atravesaba el cuello de Lea. Solo dejando escapar un ligero suspiro pasó a preguntar - ¿Acaso intentas seducirme mientras intento trabajar? - intentando usar la voz más neutral posible.
- No... - dijo Claudia, casi escondiendo su rostro entre el cuello y el hombro de Lea - Intento darte... perspectiva. Ya sabes, una nueva...la mía.
- Ohhh - Continúo Lea con su voz neutral - ¿Y eso qué sería?
- Trabajas demasiado, amor.

Lea rió de buena gana apartando con suavidad a Claudia, quien se separó con una pequeña sonrisa cómplice en sus labios.

- Sabes porque lo hago. Necesito que el diseño sea impecable, pero la verdad es que es terrible cuando los clientes...

- ... Se ponen creativos- completó Clau al tiempo que giraba la silla de Lea y se sentaba sobre sus piernas - ¿Aún no te han pedido que le añadas al diseño algo como un 'azul fresco que se sienta tropical'? - Lea sonrió ante la ocurrencia.
- No gatita, aún no han pedido eso, pero no debería sorprenderme si lo hacen - Claudia no contestó. Miró por unos breves segundos a Lea, directamente a sus ojos. Suspiró y acomodó su cabeza en el hombro de Lea.
Ninguna de las dos dijo nada por algunos minutos. Solo se escuchaba el sonido de los grillos y de las aves.

Lea sintió que la respiración de Claudia se hacía cada vez más tranquila. Se había quedado dormida en su brazos.
- Clau... Clau... gatita - susurró Lea - no puedes dormirte así, te lastimarás el cuello... - Clau contestó con un pequeño quejido de protesta, pero se acurrucó nuevamente sobre el hombro de Lea y la abrazó.
- ¿Vendrás a dormir ahora? - dijo con la voz tenue y arrastrada - ¿vendrás a dormir conmigo? - Claudia entreabrió ligeramente sus ojos que brillaban de forma particular contra la luz de la computadora.
Lea miró con el rabillo del ojo derecho su computadora. Miró a su pequeña pelirroja acomodarse nuevamente entre su hombro y su pecho. En sus labios se dibujó una sonrisa cálida.

Lea levantó en sus brazos a Claudia, no era muy difícil, era pequeña y no pesaba demasiado.
La puso en su cama y besó su frente. Se sentía muy feliz.
Apagó la computadora mientras sentía el cansancio en sus ojos.