lunes, 28 de abril de 2014

Extraños en la noche - capítulo 14 (Final)

Hola Yurifans!

Por fin vuelvo a tener vida 2.0, que ya andaba por la calle pálida y temblorosa, parecía yonki. En fin, no les entretengo más, con ustedes la continuación de Extraños en la noche, historia 100% Rizzles :D

Mil gracias a Isles por permitirnos publicar su historia en el Baulito,

Extraños en la noche
Autora: Isles
Capítulo 14

A//N: Siento mucho que este cap sea tan corto. Y esta vez sí estoy de acuerdo con algunas de ustedes: es corto. Gracias por la paciencia y la espera… como algunos saben, estoy acostumbrándome al trabajo/nuevo horario.

Besos y gracias como siempre por leer

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La noche se había vuelto más fresca y el sonido de las criaturas de la noche las envolvían. Jane tenía sus ojos cerrados, escuchando, con una sonrisa dibujada en sus labios.
—¿En qué estás pensando? —Escuchó a la rubia susurrar, mientras movía los dedos sobre la piel de su brazo, haciendo dibujos invisibles, provocando que se estremeciera.
La sonrisa en los labios de Jane parecía brillar e iluminaba su rostro. Giró su cabeza lentamente para mirarle a los ojos. Era consciente que Maura no había despegado su mirada de ella desde que se besaron. Había podido sentir su mirada sobre ella, estudiando cada centímetro de su rostro, y se preguntaba qué era lo que pensaba cuando la miraba de esa forma. Podía imaginarse su sonrisa, podía escucharla; era como si hubiera querido reír pero se mordiera los labios para no hacerlo. Pero ahora lo hacía y sí lo veía. Era suficiente para alumbrar ese pequeño mundo que habían encontrado lejos de la ciudad y el bullicio que era tan característico de ella. Era la sonrisa más hermosa del mundo; lo había pensado desde el primer instante que la vio. Y tenerla tan cerca de ella, ahí, entre sus brazos, sintiendo su respiración y viéndose reflejada en el brillo de sus ojos, era un sueño hecho realidad.
—Disfrutar de tenerte cerca. Aquí conmigo. Pensaba que las estrellas no tienen comparación. —Se rio al escuchar el sonido de inquisición que emergió de la garganta de la mujer a su lado. No necesitaba preguntar para saber cuál sería su siguiente pregunta—. No tienen comparación contigo.
—Jane eso...
                —Uhm. —Gimió al sentir cómo labios de la morena la callaban, y sucumbió dejándose llevar por labios hambrientos por ella.
Sus manos se movían lentamente, sintiendo cada centímetro que era posible tocar sin que la ropa se interpusiera en sus caminos. Labios se movían al mismo tándem, disfrutando de la suavidad y el sabor de cada una.
—Jane —susurró en un suspiro cuando Jane soltó el labio inferior que previamente sostenía entre los suyos.
                —¿Hmm? —susurró con los ojos cerrados, lamiéndose el labio inferior, degustando los rastros que quedaban de Maura.
                —No sería mejor si… —pausó por un instante, acariciando la mejilla de Jane con ternura—. Si regresáramos —susurró casi inaudible, pero Jane escuchó perfectamente; tan bien que era como si lo hubiera gritado.
                Jane abrió los ojos y buscó su mirada para confirmar sus dudas.  No estaba preparada para encontrarse con la mirada desnuda de Maura; su corazón dio un vuelco y pudo haber jurado que olvidó cómo respirar por varios segundos.
                —¿Segura? —Se sorprendió de escucharse a sí misma preguntar. Había estado insegura de poder ser capaz de pronunciar una simple palabra como esa ‘segura’. Necesitaba saber si lo estaba.
                Maura asintió lentamente y para no dejarle rastros de dudas, la besó en los labios, pausadamente, disfrutando una vez más de esos labios que había resistido por tantas semanas. El beso se fue tornando más apasionado y necesitado con cada segundo que transcurría entre ellas.
                —Uhmm. —Se separó con un gemido ahogado—. ¿Vamos?
                —Sí. —Se incorporó sentándose, echando de menos el calor de la morena al instante.
                Jane se bajó primero y la ayudó a bajarse. Maura quedó entre su cuerpo y la parte trasera de la camioneta, y no pudo contenerse a dejar otro beso sobre los labios rosados de la rubia antes de guiarla hasta la puerta. El camino a su apartamento, aunque no muy lejos, se sintió como si estuviera al otro lado del país. Sus manos se habían encontrado y entrelazados, y Jane se preguntaba si Maura tenía los nervios a flor de piel como se sentía ella. No podía mirarla a los ojos, así que mantuvo la mirada hacia el frente, en el tráfico. Mientras tanto, Maura acariciaba lentamente con su pulgar la mano de Jane, mirándola de reojo de vez en cuando.
                —P… pasa. —Se mordió el labio al escuchar cómo había tartamudeado al abrir la puerta de la entrada.
                Maura sonrió al percibir el nerviosismo en la voz de Jane; el mismo que sentía ella.
                —Jane… —susurró, esbozando una gran sonrisa. Jane continuó hablando sin hacer mucho sentido, que si Jo estaba que si no estaba, que si estaba muy desorganizado… y continuó así hasta que fue Maura esta vez la que la calló con un beso.
                Un gemido emergió de la garganta de la morena al sentir la lengua de Maura, y recuperando la confianza estrechó el cuerpo esbelto de la rubia al suyo, rodeando su cintura con sus brazos. Maura se dejó guiar paso por paso hasta la habitación, quitando con manos diestras las barreras de ropa que impedían el descubrimiento de la piel que una vez conoció.
                —Eres tan hermosa —susurró Jane, tomando un momento para observar a la mujer que tenía enfrente de ella vistiendo solo con una falda y un sostén negro; los zapatos habían quedado en alguna parte de la sala, olvidados.
                Todo era diferente esta vez. Y las dos lo sabían. Esta vez no habría apuros.
                Maura extendió la mano, tirando suavemente de ella para apoderarse una vez más de sus labios, desabrochando el pantalón de Jane, desesperándose al no poder lograrlo. La morena sonrió sobre sus labios y la ayudó, quitándoselos antes de deshacerse de  su falda y el resto de su ropa.
                —Maur —suspiró sobre sus labios cuando sus pieles se reunieron una vez más.
                Jane cubrió la mano de Maura que acariciaba su mejilla, apenas rozándola. Cuando separó sus labios para decir otra palabra más, fue detenida al sentir el dedo índice de la mujer sobre ellos.
                —No palabras… muéstrame…
                Con una sonrisa en sus labios, Jane besó el dedo que la había acallado unos segundos atrás.
                En un movimiento imprevisto, Maura volteó sus cuerpos, quedando encima de la morena que la miró boquiabierta antes de recuperarse de su sorpresa inicial, colocando sus manos en las caderas de la rubia, disfrutando de la vista. Sus manos acariciaron lentamente la piel del abdomen de Maura, sintiendo como se estremecía con sus roces y caricias. Maura cerró los ojos, disfrutando y sintiendo de las caricias, abriendo los ojos cuando sintió que su sostén era descartado. Jane se incorporó, sentándose y acariciando la espalda desnuda de la rubia, apoderándose de sus labios con pasión antes de bajar por la piel de su cuello, besándola y mordisqueándola.
                Maura sonrió al sentir que Jane retomó el control al colocarse encima de ella. Su cuerpo fue explorado una y otra vez, los jadeos, gemidos y susurros llenaron la habitación. Cuerpos se movieron al mismo ritmo, sintiendo la misma pasión.
                —Shhh —había susurrado Maura cuando hizo que el cuerpo de Jane se estremeciera debajo del suyo, y besó las lágrimas que se deslizaron por su rostro, antes de susurrar palabras a su oído que calmaron a la morena que se aferró a su cuerpo, abrazándola con fuerza a ella.

                Sus ojos comenzaron a abrirse lentamente y su vista comenzó a aclararse poco a poco. Ese no era su techo, pensó y todas las imágenes de la noche anterior fluyeron en su mente. Una sonrisa apareció en sus labios pero flaqueó cuando los recuerdos de su primer despertar después de una noche de pasión con la morena regresaron a su mente. Tenía que hacerlo; tenía que mirar a su lado y comprobar que estuviera allí. El no sentirla con su cuerpo, la tenía con el corazón en la boca. Giró su cabeza lentamente, encontrándose con una cama vacía. Se sentó, sosteniendo la sabana a su cuerpo, cubriendo su desnudes, buscando con la mirada esperando encontrarse con alguna nota.
                “No puede ser…” pensó. No podía hacerle lo mismo otra vez… no sería capaz… no después de la noche que habían tenido. Ya no eran unas desconocidas, ya no era Nueva York… ya habían sentimientos incluidos.
                Se levantó de la cama y miró el suelo al sentir la frialdad al contacto con sus pies descalzos. Frunció el ceño, pensativa,  y ladeó la cabeza; estaba segura que su ropa había terminado en el suelo la noche anterior. Con la mirada recorrió la habitación hasta dar con ella, encontrándola doblada sobre una silla. Con el puño sostuvo con más fuerza la sabana alrededor de su cuerpo y dio unos pasos, deteniéndose al escuchar la puerta crujir y abrirse. Jane entró sosteniendo una bandeja con desayuno.
                —¿Jo te despertó, verdad? Le dije que no ladrara…—decía, entrando en la habitación, solo vistiendo una larga camisa blanca, dejando la bandeja con el desayuno sobre la mesita al lado de la cama para acercarse a Maura que se había quedado inmóvil  en el mismo lugar—. Buenos días, dorm… ¿Maur, qué pasa? —preguntó preocupada al ver que no reaccionaba y las lágrimas brotaban de sus ojos de una forma descontrolada—. Maur… —La abrazó con fuerza a su cuerpo, entendiendo la causa de las lágrimas de la mujer—. Quería despertarte… —susurró a su oído sin dejar de acariciar su espalda tiernamente—. No era mi intención que despertaras sola… no quería eso…
                —Jane. —Se separó apenas unos centímetros, lo suficiente para mirarle a los ojos—No te disculpes… —Miró de reojo la bandeja con el desayuno, que imaginó que le tomó un tiempo en preparar— Es un detalle muy lindo… Solo que no te vi y pensé que…
                —Que se había repetido —terminó diciendo Jane, limpiando con su dedo pulgar las huellas de las lágrimas—. Eso no volverá a pasar nunca más
                —Lo sé. —Sonrió, mirando a la morena a los ojos.
                Jo entró en el cuarto y corrió hasta los pies de Maura para olisquearla.
                —Ahí está la razón de tu despertar —gruñó Jane— Parece que le gustas —sonrió entonces al ver que la perrita movía su cola, feliz—. Eso es bueno porque te verá más seguido. —Al sentir la mirada de Maura, la miró y sonrió— ¿Qué?
                —Más seguido —repitió con una sonrisa.
                —Sí
                Maura sonrió aún más. Jane sostuvo su mano y la llevó de regreso a la cama para que comiera el desayuno.
                —¿Qué tan seguido? —preguntó unos minutos después, antes de tomar otro sorbo del café.
                Jane ladeó la cabeza con una sonrisa pícara. Maura interpretó esa sonrisa y dejó la taza a un lado antes de agarrar en su puño la camisa blanca de Jane y atraerla hacia ella para besar sus labios con intensidad…

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N/A: Este ha sido el capítulo final... pero no se preocupen que habrá epílogo. 

5 comentarios:

  1. Lo que me emocioné al ver que se subió el cap :'D lástima que aquí termine, pero fue excelente.
    Me encanta la forma en la que escribes *0*

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  2. E P Í L O G O!!


    PD. fue hermoso gracias :3

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  3. Que buena historia me gusto gracias por compartirla esperare el epilogo ^_^

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  4. Que buena historia me gusto gracias por compartirla esperare el epilogo ^_^

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  5. Veo la serie desde su primera temporada e imaginarme a Rizzoli & Isles así Wow! Me encantó este fic,que bien escribís. Ojalá en la serie pasarán un poco de esto,sabés? Jajaj

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