“Hay
una cosa absolutamente cierta, por cada presa siempre hay un cazador.
Aunque algunas veces no se sabe quien caza realmente a quién. Es por eso
que me enferma mirar a gente que aparenta ser cordero cuando es un
depredador en potencia. Odio ser la única persona que lo sabe, mientras
las demás ríen a su alrededor”.
Cap .3
Jamie le tomó del brazo y se retiró del lugar. Afortunadamente para
Jessie, Imogene se encontraba más atareada revisando la lista de
visitantes de Josh Kafka para notarlo. El ascensor era algo tan
rutinario y ella se sentía mucho mejor ajena a toda esa gente. Nunca le
había agradado ir a ese lugar. Y ahora que lo pensaba, suponía que
Julieta coqueteaba con más de medio mundo no por tener informes ni
favores, sino por placer. Aparte de ello, ahora pensaba tranquilamente
¿qué informes le eran tan interesantes a Julieta allí?
- Pareciera que te han comido la lengua los ratones - le interrumpió una voz.
- Lo siento - se disculpó - Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que pisé este lugar.
- Mmm. ¿Lo visitabas frecuentemente? - preguntó Jamie con vacilación.
- Julieta - dió un suspiro - venía regularmente a hablar con Imogene en forma privada, nunca supe para qué.
- Ah, la secretaria de Kafka. Es una cosa bastante fea en comparación tuya, no entiendo que le atraía - soltó indiferentemente.
- Gracias - le concedió Jessie - pero creo que es bastante atractiva.
- Si te gustan los hombres entonces debe serlo - musitó Jamie mientras se encogía de hombros.
- ¿Qué?
- Qué si te gustan los hombres así debe ser - respondió nuevamente.
- Imogene...¿es un hombre?
-
¿Qué más podría ser? - preguntó Jamie mientras la miraba con esos ojos
negros - Esa espalda ancha, los pies grandes, las piernas de esa manera y
las caderas estrechas...por supuesto, le gustan las chicas.
- ¿Perdón?
Jamie dio un largo suspiro mientras despegaba su espalda de la pared
del ascensor y se acercaba a ella. Inconscientemente Jess dió un paso
atrás y su espalda llegó al frío de la pared contraria.
- Dije - susurró Jamie - que le gustan las chicas.
Por
primera vez Jessie miraba detenidamente su boca. Era una boca bonita,
labios que no eran gruesos ni delgados, justo en el término medio; de
color rosa, natural. Tenía unos dientes perfectos, sin duda había pasado
muchas horas con el dentista. Se parecía tanto a la boca de... su
rostro se vio repentinamente lleno de color.
- ¿Encontraste algo que te guste? - preguntó Jamie con la voz totalmente divertida por la situación.
Jessie le miró detenidamente mientras bajaba la cabeza y miraba atentamente a otro lugar tras disculparse.
- Lo siento, es sólo que no entiendo qué pasó.
- Bueno, entonces no hay porque disculparse - sonrió Jamie mientras sus labios se curvaban sensualmente hacia un lado.
Jessie recordaba a una persona más con la boca y la sonrisa de
aquella forma. Maldita sea. Se repetía una y otra vez. ¿Por qué
recordaba precisamente a Sara en ese momento?
El ascensor llegó a la planta baja y se dirigieron hacia la
recepción, de donde Jamie tomó su gabardina y la sombrilla que había
dejado allí para encaminarse directamente a la salida y al
estacionamiento.
El sonido de un auto al asegurarse se escuchó en ese momento y Jamie
se plantó directamente frente a Jessie. Ésta iba a preguntarle qué
pasaba cuando notó que jamie le hacía una seña de silencio con los
labios mientras le entregaba su gabardina. Jessie fingió ponérsela y en
ese instante escuchó la voz de Julieta.
- ¿Estás segura que ella no ha venido el día de hoy?
Jessie notaba que la voz de Julieta se notaba con un timbre exaltado,
e imaginaba que con quién hablaba era precisamente Imogene.
- Bien, si Josh Kafka ha comunicado que se tomará el día libre...
Y como se encontraba caminando, Jessie pronto dejó de escuchar que
era lo que continuaba diciendo. Su mirada se concentró en esa figura,
era de un caminar tan sexy que los hombres que estaban en el
estacionamiento no dejaban de mirarle el trasero tras dedicarle un
saludo y ella dejarlos atrás. Aunque reconocía que ella tampoco podía
dejar de mirarlo.
No supo porqué, pero el silencio fue algo que notó enseguida. La
actitud y el semblante de Jamie mostraban una expresión que Jessie no
podía definir. Intentaba descifrar que pasaba por su mente en ese
instante, ya que su mirada se encontraba concentrada en Julieta pero con
una actitud probablemente desdeñosa y feroz. Jessie no podría
definirlo.
- ¿Ocurre algo? - le preguntó.
- ¿Cómo puede encontrarse tan tranquila después de todo lo que ha hecho?
- ¿Mande?
Jamie volteó a ver a Jessie mientras su mirada inexpresiva dejó escapar una ligera sonrisa antes de contestar.
- Nada. ¿Nos vamos?
Jessie se quedó mirando a Jamie, quién nuevamente lucía una sonrisa
esplendorosa en ese rostro. Un rostro excesivamente parecido. Si, Jamie
se parecía tanto a Sara.
Y como ella, tenía excesiva cortesía. Y por su figura, era viable
haber notado que atraía muchas miradas cuando iba caminando. Entendía a
las mujeres Era una cosa extraña tanto magnetismo. Y aún así, se tomaba
su tiempo para abrir y cerrar la puerta para ella y de recordarle el
cinturón de seguridad.
- ¿Te parece comer en la casa? María prepara una pasta estupenda - le dijo mientras sonreía con una expresión bastante amplia.
- ¿Me estás invitando a comer? - le preguntó Jessie con una mirada un tanto inquisidora.
-
Si, por supuesto. Hoy es viernes, así que no tengo nada que hacer...por
lo menos ahora. Será genial compartir la comida con alguien.
- Bueno...yo estaba pensando en buscar un lugar donde quedarme y un trabajo ¿recuerdas?
- ¡Oh! Por eso no te preocupes, tengo una propuesta que puede resultarte interesante.
-
Una propuesta interesante... - repitió Jess - ¿Qué tipo de propuesta? -
preguntó recelosa. Si, había visto esa película donde un adinerado
sujeto le proponía a alguien un acostón millonario que terminó en algo
devastador emocionalmente ¿Cómo se llamaba esa película? Una propuesta
pervertida...no, no era así...Una propuesta peligrosa...
- Una propuesta indecorosa - terminó Jamie mientras no lograba ocultar la sonrisa divertida de ese rostro.
- ¿Qué?
-
Tienes la mala costumbre de hablar en voz alta cuando tienes miedo - le
explicó a Jessie - vas a tener que quitártela - terminó mientras reía
abiertamente.
- Suponía que hablaba..pero siempre pensé que lo hacía en voz demasiado baja.
- ¡Oh! entonces es que tengo las orejas muy grandes.
- No deberías tenerlas - contestó con cierta decepción.
- Es para escucharte mejor.
- No soy caperucita.
- Bueno, yo tampoco soy un lobo feroz - contestó Jamie.
El recorrido a casa de Jamie fue bastante lento, era final de
temporada y llovía demasiado por ese lugar. Jessie divagó un rato en su
pasado. Era bachiller. Una del montón. No era perseguida por chicos ni
chicas, podía sentarse y el mundo pasaría a su lado sin notar que estaba
allí. Pero ella no.
Sara Nelson. De semblante triste y serio. con la piel aceitunada y el
rubio cabello con sus suaves rizos cayendo sobre sus hombros. Jessie
quedó sorprendida cuando por equivocación en una de sus tantas lagunas
ocasionales entró en la sala equivocada. Sara se encontraba saliendo del
lugar y la colisión fue imposible de evitar.
Los libros que Sara llevaba cayeron al suelo y esta fue presurosa a
levantarlos a la par de Jessie, quien al contacto con sus manos, no pudo
evitar mirar sus ojos.
Y Jessie se sintió abrumada. La intensidad de aquellos ojos era embriagante. Eran de un verde intenso.
Habían pasado tantos años de aquello y Jessie lo recordaba como la
primera vez. Mientras Sara era conocida en todo el colegio, Jessie se
enteraba por vez primera de su existencia y se sentía intimidada por su
cercanía. Y aunque Jess no lo notara Sara se sentía atraída hacia ella,
porque la chica desconocida no trataba de caerle bien, como ella misma
le había explicado a Jessie con el tiempo.
Con el tiempo, averiguó que Sara tenía una media hermana aunque vivía
sola. No tenía padres, pero si un fideicomiso bastante amplio que
cubría suficiente de su vida para que ella viviese sin hacer nada hasta
su muerte.
Día con día la comunicación entre ambas se hacía más y más intensa.
Sabía que le encantaba la música clásica, aunque no la estudiase en
absoluto. Tenía una colección de discos LP, de esos discos gigantes
antiguos que se reproducían en cosas más antiguas aún. Esos LP se
encontraban llenos con música de antaño, o como le decían en ese
entonces, de viejillos. Sin embargo, Sara Nelson convertía cada sesión
en algo exótico y embriagante. Jessie podía permanecer horas escuchando
esas pastosas melodías mientras la voz de Sara retumbaba en sus oídos.
Y un día tan inesperado como común, Sara...
- Tienes la mala costumbre de soñar despierta también ¿cierto?
- ¿Eh?
-
Lamento interrumpirle en su viaje al plano astral, señorita, pero creo
que hemos llegado - contestó Jamie alegremente mientras bajaba de su
auto y cerraba la puerta tranquilamente.
André asistió a Jessie mientras ésta salía del auto.
-
André, Jessie se quedará con nosotros, ¿podrías bajar sus cosas por
favor? ¡Ah! Y que María esté enterada de la situación para los
respectivos detalles.
- Como usted ordene - contestó André mientras asentía y se encaminaba a continuar con la indicación de Jamie.
Jessie recorrió por segunda vez ese camino que el día anterior no
pudo notar y por vez primera contempló detenidamente sus alrededores. En
la puerta había una hermosa decoración con vitral en la cuál podía
apreciarse una hermosa imagen de una chica atacada a unas rocas. No
había estudiado mucho de ello, pero entendía precisamente que la imagen
era una referencia a Andrómeda.
Su mente recorrió hasta el momento en que Imogen llamó a Jamie para
que pasara con Kafka. Claramente había escuchado Andreakis. ¿Qué tipo de
apellido era ese? Jamás lo había escuchado y por lo tanto, no sabía
absolutamente nada de Jamie. La comida y una charla relativamente amena
fue transcurriendo fácilmente mientras la tarde se acercaba.
¿Quién era esta persona? y sobre todo ¿por qué le ayudaba tanto?
Jamie le condujo hacia una puerta, la que abrió ante una mirada
sorprendida de Jessie. El interior se encontraba lleno de algunos
cuadros que ella había visto en el museo de Louvre, sabía que eran
imitaciones, pero la calidad era estupenda. También había fotografías de
la torre de Pisa, el Coliseo, la Sagrada Familia y algunas otras que no
lograba descifrar. Eran tan grandes como un cuadro. En el techo se
encontraban algunas cosas colgantes, que Jessie reconoció como las
réplicas de los diseños encontrados en los libros de Leonardo da Vinci. Y
tras todo ello, un ventanal enorme, a cuyo lado se encontraba una mesa.
Jessie entendió que se encontraba en el estudio de alguien que quizá
era un diseñador.
Jamie corrió completamente las cortinas y el sol reveló los elegantes
colores que adornaban cada cosa colgando del techo. Le mostró una silla a
Jessie, quien se sentó tranquilamente mientras Jamie tomaba asiento
justo frente a ella.
-
Mi nombre es Jamie Andreakis - comenzó lentamente mientras Jessie
apenas se acomodaba - quizá no te suene de absolutamente nada, pero
pronto sabrás muchas más cosas de mí. Poseo una gran red de empresas y
tomaré posesión de ellas en algunos días.
- Entiendo - contestó Jessie- ¿cómo encajo yo en esto?
- Bueno, mi red de empresas necesita de una buena campaña publicitaria. He sabido de tu trabajo en la empresa de Nelson y...
- Espera - interrumpió Jessie - había pasado por alto que no sé de donde nos conoces y porqué estás haciendo esto.
-
No te confundas Jessie - cortó - soy una persona de negocios, así que
una de mis conocidas me invitó a lo que sería la boda de ustedes y desde
luego me habló de su trabajo. El resto fue simplemente investigar -
contestó antes de abrir un cajón y sacar un sobre manila que le tendió a
Jessie.
Jessie revisó el contenido del sobre mientras dejaba escapar un largo
suspiro. Sólo eran fotos de las personas que trabajaban en la empresa,
así como los proyectos que habían encabezado y los contratos obtenidos.
Su nombre y currículum aparecían en primera plana.
- De acuerdo...Jamie...¿qué es lo que me estás proponiendo?
La sonrisa de Jamie se hizo demasiado grande en ese momento, por lo
que Jessie anticipó que no sería algo fácil. André entraba en ese
momento con un par de vasos de cristal. Jessie tomó uno y sorbió
despacio el contenido.
- Trabaja para mí dos años. Al final de ese contrato, yo me encargaré de que seas dueña de tu propia empresa.
- ¿Qué? - contestó Jessie mientras su voz se ahogaba en su garganta.
- Te ofrezco una empresa, a cambio de que trabajes para mí dos años.
- Esa es una propuesta demasiado increíble para ser verdad.
- Bueno, no tengo por costumbre mentir si es lo que te preocupa.
-
No me estoy refiriendo a eso...es sólo que me propones un contrato en
el que únicamente yo salgo ganando...y eso...no es un negocio en
absoluto.
-
¡Oh! en realidad no sabes cuál es el punto fuerte en este negocio
-sonrió - Si mis cálculos son correctos, con la publicidad que hagas
correctamente mis inversiones se verán más que retribuidas para un
período de cinco años...con lo que perder una cantidad relativamente
pequeña, no será nada para mí.
- ¿Y la promoción de tus empresas, las quieres aquí?
-
En efecto - contestó mientras le daba la espalda y miraba por la
ventana - Claro que la que debe decidir eres tú - prosiguió mientras le
miraba de reojo - Vivir dos años a mi sombra puede ser algo difícil.
- ¿A tu sombra? No entiendo.
-
Creo que entiendes perfectamente, Jessie - Jamie había abandonado la
pose anterior para plantarse frente a ella mientras mantenía sus manos
dentro de los bolsillos del pantalón - Durante dos años, permanecerás
conmigo cinco días a la semana, sólo te daré dos días de descanso,
correré con todos tus gastos, pero relativamente hablando, serás parte
de mi familia y ser parte de mi familia no admite fugarse sin mi
consentimiento.
- Eso suena bastante...
-
Sé como suena, pero es una condición que necesito. Puedes mirarla en un
contrato si te parece. Le pediré a Kafka que lo elabore cuando me des
tu consentimiento.
Jessie miró ese rostro detenidamente. La orgullosa forma en la que
Jamie mantenía elevado su mentón le demostraba que estaba en la mejor
posición de mantener sus condiciones y que muy poca gente le llevaba la
contraria. Dos años era algo largo, pero a fin de cuentas pudiera ser no
tan perjudicial.
- ¿Me permitirás pensarlo? - soltó mientras su mirada castaña sostenía la intensidad de los negros ojos de Jamie.
-
Claro que si, sonrió Jamie. Ahora, tengo algunas que atender, así que
puede que no nos veamos hasta mañana, eres libre de recorrer la casa
pero te sugiero no interrumpirme por nada del mundo. Cualquier cosa
puedes encargársela a María, ella siempre está pendiente de todo.
-
De acuerdo - sonrió Jessie mientras abandonaba el lugar y Jamie miraba
los últimos destellos del sol por la ventana. Al desaparecer complemente
Jess, los párpados de Jamie se cerraron lentamente mientras daba un
hondo respirar.
Presionó el botón que cerraba nuevamente las cortinas y una luz tenue se encendió tras decir unas palabras.
- Has empezado, Andreakis - sonó una voz ligeramente divertida.
- Algún día tenía que hacerlo - contestó Jamie con la voz más aguda que antes.
- Oh, cierto. Así era desde el inicio - continuó la voz - aunque has tardado mucho.
-
Lo sé, pero tenía mis motivos - respondió Jamie tras sentarse en el
sillón frente al escritorio. Tú mejor que nadie lo sabes, Jamie - y rió
ligeramente.
- Es tan difícil ser tú - recibió como respuesta.
-
Cierto, es tan difícil ser yo - contestó a su vez Jamie mientras abría
lentamente los ojos. Su mirada era ligeramente diferente y en vez de sus
oscuros ojos, la mirada de Jamie lucía un hermoso verde enmarcado en
esos ojos que minutos antes eran negros. Se incorporó lentamente de su
asiento mientras con su nueva mirada recorría el paisaje nuevamente -
Jamie es Jamie, no importa como se vea, siempre será Jamie...aunque no
sepas que Jamie es - decía mientras sonreía ligeramente.
“Frío.
Hace frío. Estoy empezando a dejar de sentir mi cuerpo. Tengo sueño, es
casi imposible poder tenerlos abiertos. Tengo mucho sueño...no puedo
más.”
“Claro que puedes. Si los cierras, morirás”.
“¿Quién eres tú? No puedo verte...”
“Alguien de por aquí y por allá...”
lunes, 11 de febrero de 2013
7 comentarios:
Agradecemos y nos hace feliz que te animes a comentar, por favor al manifestar tu opinión recuerda hacerlo con tolerancia, recordando que no todos pensamos igual. Las críticas deben ser constructivas, siempre en un marco de respeto.
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Al comentar recuerda que estás mejorando tu cutis y reafirmando tus glúteos ^^
Interesante muy interesante ¿Que es Jamie? Muy buen capitulo
ResponderEliminargenial la historia, me tienes enganchada. Un saludo
ResponderEliminarGracias a ustedes dos por pasarse y leerlo :)
ResponderEliminarNo puedo describirte muy bien qué es Jamie, pero cn el resto de la trama se entenderá :)
ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, quiero saber que pasaaaa.... me encanto este fic, tiene muy buena trama.. sos una genia KiT KaT.. espera con MUCHAS ansias el prox. cap..!! =)
ResponderEliminarmuy bueno el fic, no se pero creo que me gusta demasiado el personaje de jamie. ademas creo que es su Ex
ResponderEliminarGracias rulito y anak, espero que también les guste el capítulo 4, empezaremos ya a revelar el meollo del asunto y lo que viene jajajaja. Besos :)
ResponderEliminarUhuhuh había olvidado algunas cosas y releer el fic me hace sentirme emocionada!! Querida escritora por favor lleva esta increíble historia a wattpad! Me encanta!
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