miércoles, 22 de febrero de 2012

Tenshi no pocket (Un ángel en el bolsillo)

Hola holita!!!

Hoy estrenamos fic!! Y como no podía ser de otra manera de nuestras Natsuki y Shizuru ¿Por qué será que no nos cansamos nunca de ellas?
(Voz de fondo): Porque Shizuru es una guarrilla!!
-Cállate Himeko!! Que aquí la más guarrilla de todas eres tú!
Himeko: Pa loca tú calva!!(?)
-Será *****....
En fin a lo que íbamos, este fic está escrito por Ricchan, sí, esa desequilibrada que anda por todos lados, aunque está un poco desaparecida últimamente.... jajajaja con todo mi cariño Ric ya lo sabes :D Según ella parecía que estaba colocada o borracha cuando lo escribió, y yo lo creo porque hay momentos de la historia en las que me parto de risa, por eso me encanta, tengo un par de comentarios míos de esos wenos de final de capítulo ;P Nah, en serio, muchas gracias Ricchan por tu colaboración y por esta genial historia! :)

Bueno os dejo con el primer capítulo, que lo disfrutéis!!


Tenshi no pocket (Un ángel en el bolsillo)

Capítulo 1. ¡Sorpresa!

Sonidos jadeantes, pies descalzos sobre la tarima y el eco era lo único audible en ese lugar. Las gotas de sudor caían por su rostro, su pelo estaba ya empapado, pero aún le quedaban 10 minutos. Puñetazos y patadas al aire, saltos y piruetas que ejercitaba día a día para que no se le olvidaran. Cada jornada se pasaba tres horas, después de las clases en el gimnasio. Habían pasado dos meses desde el Festival Ikusahime, dos meses después de haber muerto y vuelto a resucitar, pero la princesa de hielo parecía tan fría como siempre.

Natsuki Kuga mantenía su concentración en un individuo imaginario, alguien a quien golpeaba con toda su fuerza.

-¡Kuga-san! – dijo una dulce voz desde la puerta, el sonido que la devolvió a la realidad - ¡Es hora de cerrar el gimnasio! – y miró la hora en el reloj que se encontraba en una de las paredes del lugar.

-¡Lo siento, Yukino! Se ve que perdí la noción del tiempo… - dijo mientras caminaba hacia la chica de gafas, la cual también se movía.

-No te preocupes. – contestó la frágil muchacha dándole una toalla limpia a la otra joven para que se secara el sudor. - Tate- kun te espera fuera.

-¿Él ha vuelto al Club de Kendo, no? – preguntó Natsuki con la toalla en la cara.

-Sí – respondió Yukino y ambas caminaron hacia los vestuarios. – Finalmente Takeda-san consiguió hacerle regresar, pero el pobre se pasó como un mes o así para volver a tener el nivel que tenía cuando lo dejó… En cambio tú creo que has mejorado.

-Gracias…. ¿Qué sabes de las demás? – indagó Natsuki mientras se desnudaba y se metía en la ducha.

-Haruka-chan se queda en Fuuka hasta que yo comience la universidad y después no sé qué hará…Yo espero que se quede a mi lado…pero también quiero que tenga la oportunidad que se merece…

-Te comprendo… - y abrió el grifo de la ducha.

-¡De Akira-kun sé que aún está en Estados Unidos junto con Takumi-kun y de su hermana ya sabes!- continuó Yukino alzando un poco la voz para que Natsuki lo pudiera escuchar.

-¡Sí ella por fin está con Tate!.

-¡Así es!. ¡Nao y Miyu están al frente de la iglesia. Yukariko-san ha dado a luz a mellizos. Akane y Kazuya-kun han pasado el verano juntos al sur de Japón y no sé de las demás!

-¡Mikoto se ha ido a pasar el verano con Reito, así que volverá dentro de poco hecha toda una dama! – las chicas se rieron y después sólo se escuchó el rumor del agua correr. Tras unos minutos, la joven de añiles cabellos salió de la ducha ataviada con una toalla que cubría su cuerpo y otra en la cabeza. Yukino se dio la vuelta para que Natsuki se vistiera con calma. Después se peinó, tomó sus cosas y ambas se fueron del gimnasio.

Fuera del edificio estaba esperando Tate con una bolsa de deporte sujeta sobre su hombro por el shinai. Natsuki se reunió con él y Yukino cerró el edificio y se despidió de ellos sacudiendo el brazo.

-Hola Tate.

-Hola Kuga.

-¿Por qué no te vas directamente a casa en vez de esperar por mí?

-Porque Mai me ha pedido que no te deje sola y a mí me da igual volver antes o después a casa. – Natsuki sonrió.

-Esta mujer y su afán de proteger…

-Sí, ya lo sabes: le falta Takumi y Mikoto, así que le quedamos tú y yo y como yo soy un chico, supone que eres tú quien necesita más protección…. Aunque creo que es al contrario… – ambos sonrieron.

-¿Vas a ir a verla al Café?

-Sí y de paso quiero salir a cenar con ella porque hace mucho que no cenamos juntos.

-¡Uy! ¿Así en plan romántico con velas y flores?

-No, va a ser en plan pobre con hamburguesas, un par de refrescos y un servilletero en el medio. – dijo Tate con mala cara.

-Al menos sales a cenar con ella y no importa dónde sea, sino, cómo sea la cena.

-Sí, lo sé. Las hamburguesas no es lo mejor para una cena de pareja…

-No me refiero a eso. No me refiero a lo que cenéis, sino a cómo lo paséis juntos y creo que lo pasaréis muy bien. – Tate se sorprendió por lo que le decía Natsuki, pero sonrió asintiendo con la cabeza, dándole la razón.

-Gracias Kuga-san.

-No. Gracias a ti por acompañarme y dale un beso a Mai de mi parte, pero en la mejilla – dijo Natsuki subida ya en su moto y con el casco a punto de ponérselo.

-Lo haré. Conduce con cuidado. Hasta mañana.

-Hasta mañana.

Y Natsuki se fue, mientras Tate regresaba despacio a la residencia de la academia.

Curva tras curva, con la luna en el cielo, iluminando el casco de Natsuki que escondía su preciosa melena azulada. El puente de Fuuka, aquél que un día fuera destruido, se emerge imponente de nuevo sobre el mar, iluminándolo con sus luces, mientras el estrellado cielo se refleja en él. Del resto de HIME’s no hablaron porque ya conocían su paradero. Shiho había decidido dejar ir a Tate. Midori continuaba de aventura en aventura entre Egipto, Perú, Yucatán y allí donde hubiera ruinas de algún templo o cualquier otra cosa que le supusiera interés.

Todo estaba tranquilo, aunque resultaba muy raro tener tanta calma después de tantos años de miedo, desconfianza y odio, pero lo que sobraba era tiempo para acostumbrarse a ello.

La puerta del garaje se abrió de forma automática y ella entró al edificio. El rugido de la moto era todavía más fuerte con la reverberación de las paredes del parking.

Una vez aparcada en su sitio la moto, apagó el motor, se quitó el casco y se lo llevó consigo cuando abandonó el lugar por una puerta de metal.

Caminó durante diez minutos sin pensar en nada, sólo en que necesitaba comer y dormir.

En la puerta de su apartamento había una figura esperando junto con varias maletas.

Era una figura alta, en posición firme con las manos cruzadas sosteniendo un bolso. Estaba ataviada con un abrigo gris, unas botas hasta cerca de la rodilla y un gorro con visera en la cabeza.

-¿Shizuru?

-Hola Natsuki – y la nombrada abrazó a la primera con efusividad y gran alegría.

-¿Qué haces aquí? No esperaba que vinieras hoy…- dijo Natsuki mientras abría la puerta de su piso. –¡ Pero pasa! – Shizuru cogió una de las maletas y la introdujo en el apartamento. Natsuki cogió la otra y también la metió para adentro. Después se quitó el abrigo y fue al sofá. La morena se fue a la cocina.

-¡Shizuru! Tengo té…emh… rojo, negro y verde… ¿Cuál quieres tomar?

-Ara… Pues…negro, por favor.- respondió Shizuru. Por su parte, Natsuki sacó una tetera de un armario y de otro, un par de tazas. Después regresó con la otra joven.

-Y ¿Qué haces aquí? Pensé que volverías mañana y que irías a la residencia.

-Sí, lo sé, eso fue lo que te dije en el último mensaje que te mandé, pero decidí volver hoy. Como el tren se retrasó, cogí tarde el ferri y llegué aún más tarde a Fuuka. Pensé que seguramente, siendo la hora que es ya no me dejarían entrar en el recinto, así que le dije al taxista tu dirección y aquí estoy - contestó Shizuru sonriendo. Natsuki todavía continuaba con la sonrisa de cuando la vio apostada en su puerta. El sonido de la tetera avisó de que el té ya estaba listo.

-Me alegro de que ya estés de vuelta… - comentó Natsuki cuando se levantaba del sofá.

La menor de ambas sirvió el té y se lo llevó a Shizuru; para ella se hizo un poco de cacao.

-¿De dónde venías?

-Vengo de la academia. Uso el gimnasio para continuar entrenándome… Ahora no tengo que luchar contra nada, pero no quiero olvidarme de todo lo que sé.

-¿Y te dejan usar a ti sola el gimnasio?

-Sí. Le pedí permiso a Haruka. Ella me dijo que lo consultara con Yukino y ambas me dieron el permiso, siempre que no joda algo y que lo mantenga limpio porque se supone que lo uso después de que todos los clubes hayan acabado de usarlo.

-Y ¿cómo vas con los estudios?

-Bien. Ya sabes que me presenté a los exámenes extraordinarios hace un par de días y creo que me fue bien. Aún no me han dado la nota, pero creo que bien.

-Eso es genial. Al parecer mis apuntes y libros te ayudaron.

-Sí.

-Siento no haber estado a tu lado en esos momentos. – indicó Shizuru con sonrisa amarga.

-No digas eso. Sabes que no es verdad. Me dejaste tus apuntes, tus libros y te preocupaste por mí antes y después de los exámenes. – apuntó Natsuki mirando hacia su amiga.

-Sí… pero me hubiera gustado estar aquí en persona, ayudándote a estudiar mejor y explicándote lo que no entendieras.

- Shizuru…me ha ido bien así que no te preocupes…

-Está bien… - y sorbió un trago de su té. Luego cerró los ojos y se echó hacia atrás, recostándose en el respaldo del sofá. Natsuki simplemente la observó. –Hace frío.

-Sí; esta semana han bajado las temperaturas…

-Está caliente…- detalló Shizuru tras unos segundos en silencio y mirando hacia el interior de la taza. –Lo necesitaba…

-¿El té? – pregunto sorprendida Natsuki.

-No. Volver aquí… - y dio otro sorbo a su té.

-Yo también necesitaba que regresaras… Te eché de menos…

-Yo también a ti, Natsuki y mucho. – La morena sonrió y extendió su mano sobre el sofá. Shizuru la miró y la tomó entre la suya apretándola y acariciándola con el dedo pulgar. Después ninguna de las dos dijo nada durante un rato.

La de cabellos pardos terminó su té y puso la taza sobre la mesa del salón.

-No sabes lo mucho que te eché de menos…- comentó la de rúbeos ojos abrazando a la otra chica. Ésta correspondió el abrazo.

-Me hago una idea…- contestó la menor de ambas.

-¿Te molestaría que permaneciera así un poco?

-No, no me importa.

-Ookini…

Ambas se mantuvieron en silencio durante un largo rato. Tiempo en que Shizuru se acomodó sobre el cuerpo de Natsuki y ésta bebía lentamente su cacao que estaba muy caliente.

La respiración profunda de la de cobrizos cabellos avisaba a la otra joven de que dormía. Natsuki no se atrevió a moverse por temor a despertarla; en su lugar, prefirió mirar un rato más a la nada, mientras se le ocurría qué hacer.

La de ojos claros miró al reloj que brillaba en el DVD y sintió cómo las gotas de agua comenzaban a golpear los cristales del ventanal que estaba detrás del sofá.

Parecía hacer más frío y un molesto hormigueo recorría el brazo que estaba por encima de Shizuru, lo que indicaba que estaba dormido.

El sueño comenzaba a hacer acto de presencia sobre sus párpados los cuales comenzaban a hacerse pesados.

Se levantó despacio, depositando el cuerpo de Shizuru sobre el sofá. Le quitó los zapatos y fue a su cuarto por una manta con que cubrió a la joven que continuaba durmiendo. Después regresó a su habitación, se puso el pijama y se acostó.


Continuará....

2 comentarios:

  1. Eyyy Black gracias por publicarlaaaa!!!! (dando weltas por todos lados como una loca)

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  2. Cuando suben el siguiente ????? Me muero de curiosidad Jajajajaja \(//∇//)\

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