viernes, 3 de septiembre de 2010

Delirium - Capítulo 5



Hello people!

Veamos qué toca postear hoy...mmm ah si, la dosis de Delirium muajaja. 

Espero que disfruten este interesante capítulo y por supuesto, comenten.

Besos!

Autor: Aru
Capítulo 5: En el sitio equivocado

De todos los lugares más incómodos que a Lily se le hubieran ocurrido estar, ése definitivamente era al peor de todos. Un aroma almizclero inundaba la habitación, el mueble en dónde se hallaba sentada era terriblemente incómodo y para finalizar las cuentas, la habitación era un chiquero el cual trataron de limpiar antes de su llegada, pero sin mucho éxito.

Definitivamente, el departamento de James no era ni sombra de lo que solía ser.

Y ahí estaba él, sentado en otro mueble frente a Lily, con una mirada expectante, interrogativa, la de una persona que tiene mucho que decir y no haya por dónde empezar.

A la rubia todavía le retumbaba en la cabeza las escenas violentas pasadas y el mensaje de texto que la había hecho enojar aún más. Fue consciente por primera vez en casi todo el día de la mota de algodón en su mejilla. 

-¿Y?-Empezaba Lily, intentado de que su tono no fuera grosero ni impaciente-¿Me vas a tener toda la noche aquí sin decirme nada?
-Lo siento….; por lo del otro día….-Las palabras del chico estaban cargadas de pesar y arrepentimiento, sus ojos parecían sinceros. Pero Lily se negaba a dejarse rendir por esas disculpas tan fácilmente.-Realmente no sé que me paso…
-Los dos sabemos perfectamente lo que pasó, James-La rubia estaba decidida a ser severa y a que sus palabras fueran ácidas-Llegaste ebrio a mi departamento a las dos de la mañana, quisiste tener sexo conmigo, me negué, discutimos y me golpeaste.- Un fuerte enojo empezaba a emerger de la chica con cada palabra-¿Que fue más o menos lo que no supiste que te pasó? ¿Que no te embriagaste con el licor de siempre?
-Me dejas como un desgraciado cuando lo dices de esa manera-Se defendía James.
-Tal vez es porque ERES un desgraciado-Lily no tenía al hábito de decir malas palabras ni nada que se le pareciese, así que, a pesar de sentirse bien diciéndole eso a James, su boca le sabía a estiércol y lodo.


El chico se quedó callado, inteligente; no se atrevería a contestar aunque así lo quisiese, en vez de eso, se mostró sumiso. Sabía la debilidad de Lily sobre no poder mantenerse enojada con nadie por mucho tiempo, así que sólo era cuestión de unas sinceras disculpas y todo se solucionaría.

-Te pido que me disculpes-Sus palabras eran pastosas.
-Ya no es igual, James. Cuando llegabas tarde a una de nuestra cita, te disculpaba; cuando robabas algo de mi comida, te disculpaba; cuando irrumpías en mi clase, te disculpaba. Pero esto…-Y luego señaló con su dedo la mota de algodón en su cara-Esto se excede de cualquier simple disculpa.

El chico llevó su cara a sus manos -¿Qué puedo hacer para demostrarte que lo siento?- Se oyó ahogado.

-Deja de beber….-Lo miró solemne- Deja de arruinar tu vida con esa porquería… ¿Qué ha pasado contigo…? No eras así…
-Tengo muchas razones para el haber empezado a beber-Empezó James con seriedad   
 “Oh rayos….otra vez no” Pensó Lily con desánimo.
-Si es de lo que creo que es, ya lo hemos discutido bastantes veces-Atajó la rubia severamente.
-No, tenemos que hablar, aclarar las cosas de una vez por todas-Le detuvo James.
-Las cosas ya están claras, James-Luego guardó un fugaz silencio-siempre he pedido tu comprensión y paciencia.
-¿Y acaso tú te has detenido a comprenderme a mí?
A Lily le sorprendió esa elección de palabras.
-No estamos en las mismas condiciones…
-Tienes razón, ¿pero cuánto tiempo he sido tu novio? Ya hace casi seis años…Ya deberíamos haber-
-Para-Ordenó Lily con dolor en su voz, de alguna manera se sentía traicionada, terriblemente incomprendida.
-He tratado de ayudarte a superar lo que te pasó en tu niñez,  pero siento que lo que he hecho ha sido inútil.-Insistió.

De verdad que la situación de Lily no era nada fácil, viejas heridas sangrantes que aún no habían cerrado, la ahogaban y estrangulaban todas las noches, sin poder dejarla vivir su vida a plenitud.

Sabía por completo que James, un muchacho con una crianza y una familia normal, nunca comprendería el horror que había sido la vida de Lily, a quién le molestaba enormemente que fingiera entenderlo. 
   
-El tiempo que tengas como mi novio no tiene nada que ver-Decía la rubia cobriza.-Aún no estoy lista
-¿Qué?-James empezaba a perder la paciencia de a poco-¿Llevamos años de noviazgo y aún no estás lista?
Esas palabras empezaron a hacer enojar a Lily. Mientras que el muchacho parecía negar cualquier objeción de la chica.
-No, no estoy lista, James-la rubia no quería mencionar, revivir esos hechos de lo que trataba huir. Lo menos que necesitaba era utilizarlos para una tonta discusión.
-Por el amor de Dios Lily, tienes veintiún años ¿Cuánto más tiempo necesitas?-La impaciencia y el enojo empezaba a mermar entre los dos.
-¡El tiempo que necesite!-La rubia se paró, decidida a irse-Y si no eres capaz de comprenderme, entonces no tenemos nada que hacer juntos-Pero fue detenida por la mano del chico en su brazo.
-Tienes que superar lo que pasó Lily, eso fue hace once años… ¿Acaso pretendes estar sin amor toda tu vida? Si sigues así vas a quedarte sola, ¡completamente sola!-La frustración que James dejaba ver de sí mismo era sincera, pero más que cualquier cosa, era víctima de su propio instinto.- ¡Supéralo!

Lily no había escuchado palabras más insensibles en toda su vida. Estaba realmente furiosa, toda la distancia que había permitido que se acortara entre ella y James, sólo había servido para herirla al justo momento de esa pelea, sus miedos surgían en odio e ira que iban tomando la forma de una bestia peligrosa. Sus ojos, además de furiosos, se mostraron cristalinos, con el llanto a punto de brotar; se dio la media vuelta con brusquedad, liberándose del agarre del chico.

-¿Qué lo supere? ¿Me dices que lo supere? ¿Así, nada más? ¿Cómo si fuera algo que simplemente pudiera dejar pasar?-Avanzó con paso peligroso hacia el muchacho, dispuesta a sacar sus garras y atacar para matar, James retrocedió ante al avance de la rubia-¡ME VIOLARON, James! ¡Me violaron! ¡Cuando sólo tenía diez años! ¡Mi propio padre! ¡Mi propio padre! –Sus palabras fueron acompañadas de un llanto que hacía años había querido salir.

El castaño quedó estupefacto ante la dolorosa reacción de la rubia, a quien nunca había visto tan voluble ni tan desprotegida e indefensa.

Lily trató de recobrar la compostura y bajar su tono de voz, pero no logró disimular su voz quebrada ni ronca por los gritos y el llanto.

-Mi vida fue un infierno, James-Decía ahora, mas tranquila, más cortante, más fría- ¿Sabes lo que es no poder dormir en las noches…? ¿Con terror a que alguien se deslizara dentro de tu cama para tocarte? ¿Qué te dijera que si hacías ruido ibas a morir? ¿Tenerle siempre miedo a la oscuridad y a las personas? ¿Sabes…en tu perfecta vida y familia funcional…lo que es ese miedo…? Dímelo….por que yo no lo creo…

Las lágrimas que brotaban ahora de sus ojos amielados eran de una profunda rabia e impotencia. Nunca se había atrevido a contarle todo lo sucedido al chico, pero, como había temido en un pasado, no pudo controlar el impulso rabioso y el haber soltado todo aquello que tenía por dentro que la carcomía por dentro.

De repente Lily se sintió benevolente, dándole una oportunidad al chico de argumentar algo, pero esas declaraciones por parte de la chica lo habían dejado sin una barrera protectora. El tiempo de prórroga acabó, y Lily se dispuso a continuar.

-Eso pensé…-Concluyó cuando el castaño no le hubo respondido su última pregunta. Luego tomó aire para continuar nuevamente, sin ganas de comérselo vivo como en los primeros momentos, pero con un deseo de darle una lección y algo en qué pensar y reflexionar.- Me citas a tu casa, te disculpas por algo que estoy segura, en el futuro volverá a pasar y luego intentas culparme de que su vicio alcohólico es porque no hemos tenido sexo.

Absolutamente patético. Luego continuó.

-Si piensas que la culpable de todo esto soy yo, estás mal. Aquí no hay ningún culpable, sólo una chica con temor a ser tocada y un hombre que cree que para existir tiene que follar. Mala combinación.

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“Si me atrapan estoy jodidamente muerta”

Shane saltaba a toda velocidad por los techos de los edificios mientras que un grupo de licántropos le pisaban los talones, hambrientos y deseosos de matar a esa desgraciada pelirroja que estaba tan cerca de ellos, que casi podían olerle la desesperación.

La persecución había durado por lo menos veinticinco kilómetros sin parar en los que todo había sido un juego de “ojalá que te tropieces”

Shane estaba seriamente preocupada, la oscuridad desoladora en la que se había adentrado hacía momentos atrás, le estaba dando paso a las cada vez mas nítidas luces citadinas, y sus oponentes jamás le darían la oportunidad de devolverse, ahora sólo quedaba una dirección que recorrer: hacia adelante.

Estaba consiente de que en cualquier momento sería derribada, sólo podía esperar escuchar el motor de la motocicleta acercarse a ella, hasta ese momento, algo se le ocurriría.

Su cansancio ya era bastante grande y sus energías se agotaban rápidamente. Un ferviente enojo surgió de su cabeza y trató de imprimirle un nuevo esfuerzo a su marcha.

De repente se dio cuenta de que los licántropos no se darían por vencido tan fácilmente. Shane era una presa tan codiciada y anhelada entre los lobos, que éstos llegarían hasta el fin del mundo con tal de tener su cabeza entre sus dientes, harían lo que fuera con tal de destruir a aquella persona que representaba tanto rencor y esclavitud en ellos. Definitivamente, Shane no sólo era una amenaza para su raza, sino también un demonio que debía ser destruido, la reencarnación de Lucifer.

Los licántropos hacía rato ya se habían dado cuenta de la pérdida de energía de su oponente, y sus sentidos deleitaron lo que podría ser el pronto fin de la vampiro.

 Shane no quería desperdiciar inútilmente las balas de la Sig saguer intentando dispersar a los lobos, había calculado ya once posibles opciones de escape de no darse el apoyo por parte de Alice, de las cuales, seis necesitaban por lo menos veinte balas. Veinte balas que no tenía.

Podía sentir la pistola volverse cada vez más pesada en su mano, y sus brazos y piernas más torpes, sus sentidos empezaban a abandonarla.

Maldición…necesito sangre, o me desmayaré

Y de repente, la fortuna de seguir andando dejó de sonreírle…

Sólo pudo observar un tubo mal colocado y el cómo su cuerpo caía al vacío del edificio mientras unas garras se apresuraban ante ella. 

Oh rayos… Se dijo mientras protegía su cuerpo en el aire con sus brazos ante la fuerza de nueve licántropos.
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El rayo resonaba por toda la carretera, con un ronroneo que exhalaba desespero. Las dos figuras rubias iban a toda velocidad sobre el asfalto negro, mientras que sus mentes corrían más rápido que la misma moto.

Gracias a que casi no había autos en la carretera, Alice se las arreglaba muy bien para maniobrar a toda velocidad. Will, sujetado a la espalda de su hermana, estaba más preocupado por el hecho de que la mínima piedra que se tropezara con ellos en el camino,  los haría chocar.

Mientras, el rastro del desastre que dejaban los lobos en el camino era fácil de seguir, pocos edificios soportaban las fuerzas que sus garras aplicaban, dejando a su paso canales que calaban en el concreto.

-Estamos cerca-Se dijo Alice, luego de sentir las Casulls nuevamente cargadas dentro del pesado bolso.

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El silencio que se cernía sobre la habitación sólo se podía cortar con una moto cierra. Lily se las había empañado para controlar sus lágrimas y sus arcadas por el llanto. De alguna manera, su cuerpo y su mente se encontraban ambivalentes. Quería irse con todas sus fuerzas, pero anhelaba con el mismo ahínco oír unas disculpas por parte de James.

-Yo…de verdad….no sé qué decir….; lo siento….-El chico arrastraba las palabras, incapaz de verse en esa situación y de pensar en lo que tenía que hacer o que decir. Estaba totalmente perdido.

Lily se cansó de esperar palabras que nunca llegaron y se resignó por última vez.

-Esto será todo-Sentenció la rubia con tristeza en su voz, antes de colocar su mano en el pomo de la puerta, para por fin irse, para olvidar lo sucedido y para dejar de ver a James. Ésas palabras había sido suficientes para echar bajo tierra todo el incidente de esa noche, para resignarse a la posibilidad de poder cambiar y al hecho de que ya no serían capaz de verse a los ojos una vez más. Lily abrió la puerta lentamente, aún sin digerir su ataque de hacía unos momentos, incapaz de creerse que había dicho todas esas cosas en voz alta; pero a pesar de todo, lo que más parecía sentirle, era la separación con el castaño, una persona que hacía estado con ella tanto tiempo, que se había vuelto casi una parte de ella que no podría dejar. Una vez mas, una tristeza indescriptible colmaba su vida.

Pero su cuerpo y su mente se distanciaron a miles de kilómetros, cuando sin avisar, sin verlo venir, sin estar prevenida, una explosión voló la pared izquierda del edificio, disparando como cohetes polvo y escombros que hicieron que perdiera la noción de la situación. El impacto del choque, hizo que tanto como Lily como James, salieran disparados tres metros; fueron rudamente amortiguados por la pared contigua.

Pesadamente y sin saber lo que estaba pasando la rubia abrió los ojos y de entre tanto polvo, pudo distinguir con horror algo que su mente tardó en procesar.

Detrás de la nube de polvo que rápidamente se iba dispersando Lily pudo observar a cinco…siete…Ocho…nueve bestias que no supo reconocer, amontonadas sobre una persona, moliéndola a golpes. Los puños de los lobos subían y bajaban con tanto fervor y ahínco, que empezaron a agrietar el suelo bajo el cuerpo al que estaban masacrando.

Los sentidos de Lily se perdieron y un frío inundó su cuerpo y alma, hasta el punto en que las lágrimas salieron solas, el terror y el pánico se apoderando de ella. Sólo podía echarse para atrás, llorando y tratando de ahogar un grito desgarrador, mientras su piel y carne empezaban a sentir las heridas hechas por el impacto. Lloraba sin cesar, rogando que todo eso fuera un sueño, todo pasaría, despertaría en su habitación y empezaría de nuevo su día. Sujetó su cabeza con las manos, y cerró los ojos con fuerza, esperando despertar, que el dolor desapareciera poco a poco y que los gruñidos y jadeos fueran desapareciendo. 

Pero sus plegarias fueron interrumpidas y su cuerpo se descongeló al notar la mano ensangrentada de James que sujetaba su blusa, éste se encontraba tumbado en el suelo, con el rostro oscurecido de sangre.

-¡James!-Dijo en un grito sordo y ronco, casi inaudible, sus ojos se abrieron como platos. El muchacho había recibido todo el daño de la explosión; parecía tener una pierna rota.
-Huye….la…puerta….-Soltó como pudo, de su boca empezó a destilar sangre.

 Entonces como pudo, Lily empezó a intentar socorrerlo, ignorando que tenía a sólo dos metros la puerta a su salvación.

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-¡Se han estrellado contra ese edificio!-Señaló Will, a lo que bajaban de la motocicleta a un lado de la calle, importándoles muy poco que fuera a ser de ella. Las Casulls gemían por acción, lloraban por estar en las manos de su dueña.

Los dos rubios tensaron sus cuerpos, todas las armas cargadas, preparándose para una pelea en jaula en la que no se podría hacer la gracia de alejarse, esquivar ni hacer mayor movimiento.

Sus mentes corrían a mil por segundo: Nueve licántropos, un vampiro, dos humanos armados, posibles civiles habitantes de la residencia y policías en camino, muchos, muchos policías. Había que actuar rápido si querían que la situación no terminara como en el peor de los casos calculados, así que no se imputaron en subir las escaleras a dos y tres escalones por zancadas.

Para asustar a los posibles inquilinos       que quisieran hacerse los valientes y salir a ver qué pasaba en el último piso, los rubios detonaron dos y tres balazos de advertencia, con un peligroso trasfondo que anunciaba:

 “Si subes, estás muerto”

Cuando hubieron subido casi en su totalidad, se dieron cuenta del tropel de gente que salía en pijamas del edificio, asustadas y confundidas. Ni Alice, ni Will se dejaron ver de la gente, ya que siguieron su acenso a toda velocidad.

Llegaron al pasillo central que dividía las habitaciones y se dieron cuentas antes que nada que todos los departamentos, menos uno, estaban ya vacíos. Se dirigieron con armas en mano al umbral que se hallaba cerrado y con una patada hicieron volar la puerta.

En ese momento sólo se oyó una lluvia de disparos ensordecedora.

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Por un desgraciado tubo, había tropezado y resbalado por el borde de un edificio, cosa que por ningún motivo se pasó por alto.

Mientras su cuerpo caía al vacío, un lobo arremetió contra ella, y con una zarpada descomunal la disparó hacia un lado, haciéndola estrellar contra una pared.

Lo siguiente que supo fue que no sentía el cuerpo y que tenía a nueve licántropos encima, dándole la paliza de su vida.

Como pudo sostuvo un pedazo de madera en su mano y con un rápido movimiento hizo que fuera a parar al ojo de un lobo. Aprovechó la fugaz distracción y se incorporó a velocidad del rayo, agarró el hocico de uno y con una fuerza descomunal lo trituró entre sus dedos.

Trató de escapar del tumulto que tenía encima y se escabulló como pudo hasta tener mejor visión de las cosas. De verdad, que no sentía su cuerpo, se movía por inercia y por movimientos sugeridos. Su cara se había vuelto una sola mancha de sangre que no dejaba de escurrir, mientras que sus extremidades llenas de moretones temblaban y suplicaban.

Necesito sangre…  

Estaba trabajando con las últimas reservas que tenía, pero de ninguna manera, se dejaría vencer por esos perros.

Los ocho lobos restantes corrieron hacia Shane, ésta se preparó nuevamente para el golpe, habiendo calculado ya sus siguientes seis movimientos con los cual acabaría con tres. Pero justo en el instante antes de dejarse recibir los golpes, un estruendo a su izquierda hizo que la puerta principal volara y seguidamente una lluvia de balas se cerniera sobre la escena.

Alice y Will entraron apresuradamente por el umbral sin dejar de descargar disparos. Los licántropos parecieron confundidos y se dispersaron para esquivar las balas, pero las predicciones de Alice habían sido correctas, no tenían espacio para maniobrar demasiado. Gracias a eso fueron capaces de asestarle la muerte a dos de ellos, dejando sólo seis.

Los hermanos se hicieron con las Casulls y con rápidos reflejos fueron a parar a manos de Shane.

De vuelta a la pelea

Con una puntería digna de un francotirador sin mira, la pelirroja fue capaz de matar uno de un solo balazo en la cabeza. Dos licántropos de dieron cuenta de la amenaza y corrieron hacia Shane.

Como en una ocasión ya sucedida esa noche rápidamente se posicionó debajo de uno de ellos y una bala traspasó su cabeza desde abajo. Con el mismo movimiento, soltó una de las armas, para atravesar el pecho del segundo, desgarrando el corazón con su mano.

Will en cambio tenía a un lobo justo encima de él, sostenía su mandíbula con toda la fuerza que podía mientras buscaba la manera de cómo clavarle algo en la garganta. No le dio mucho tiempo a reaccionar cuando Alice lo mató con tres disparos en la cabeza a quemarropa.

Los cuerpos revolotearon de adrenalina, preparados al siguiente ataque, sus mandíbulas tensadas y sus sentidos en alerta, los tres se incorporaron rápidamente, listos para la siguiente mordida o la siguiente zarpada, pero para su inmensa sorpresa, nada ocurrió. Los dos restantes se las habían empañado para escapar bajo la vista de los tres chicos.

En la habitación, sólo quedó polvo y jadeos; sangre y cadáveres de licántropos que ya habían perdido su transformación, pero ninguno de ellos era Marcus.

Luego de uno segundos, el cuerpo de Shane por fin se rindió y calló al suelo, sostenida por una pared, sus músculos temblaban y su corazón latía a mil, la cabeza le daba vueltas.

Alice corrió en su ayuda mientras que Will inspeccionaba la zona y el agujero que se había producido por la pelea.

-Nada, los muy desgraciados huyeron-Resopló el rubio, agotado, mientras se agachaba a inspeccionar a Shane, mientras que Alice rompía sus vestiduras, en busca de alguna mordida.

Al ver el cuerpo de la pelirroja, la rubia no pudo evitar asustarse de sobre manera, el torso, brazos y piernas de Shane eran una sola mancha roja y morada, llena de rasguños y zarpazos que habían abierto carne.

-Sangre, dame sangre-Articuló la vampiro como pudo.

Alice no vaciló ni por una décima y tomó el cuchillo de caza y se cortó la muñeca, llevó la herida llena de sangre a la boca de Shane.

Ésta empezó a beber pesadamente, y los rubios fueron testigos de algo verdaderamente impresionante que si bien, habían presenciados muchas veces ya, no dejaba de ser algo realmente increíble.

A medida de que la vampiro bebía cada sorbo de la sangre de Alice, su cuerpo tomaba nuevas fuerzas, sus moretones desaparecían y sus heridas se fundían; pudieron oír un traqueo en el interior del pecho de Shane, en dónde sus costillas rotas volvían a soldarse a su cuerpo, y su pulmón perforado se cerraba. Su quijada, rota en tres puntos, volvió a ser una y el corte en su cara desapareció.

Si bien sus heridas desaparecieron, la pelirroja no bebió tanto como para hacer desaparecer el dolor en su cuerpo.

Lamio la herida de Alice y ésta se curó, la pálida rubia la miró preocupada.

-Si estás mejor, hay que irnos, ya mismo-Advirtió al oír a las sirenas acercarse a lo lejos.

Shane se levantó pesadamente y luego un leve sonido escondido llamó su atención. Los tres se giraron con sorpresa al darse cuenta de que no eran los únicos en la destruida habitación.

En ese mismo instante el corazón de Lily dio un vuelco al darse cuenta de que había provocado ruido al intentar escapar con James a cuestas  por una hendidura en la pared que daba al corredor.

Su cara de terror se agravó cuando sintió cómo las tres peligrosas figuras atrás se incorporaban y se dirigían hacia ella.

La furia que sentía Shane en ese momento era incomparable; dos humanos, dos humanos habían presenciado lo que nadie que valorara su vida debía presenciar. Por un error de cálculo, la situación había terminado fatal y ahora, estaban en serio riesgo de ser desvelados a la luz pública, con policías en camino y sin la certeza de que alguien no hubiera visto la persecución por los techos. A la pelirroja le enfurecía el darse cuenta de que un fallo en sus planes había causado un efecto mariposa de tamaños descomunales y para empeorar las cosas, dos humanos.

Sentía ira hacia su persona, ira hacia los hechos y hacia esos dos seres a los cuales estaba a punto de asesinar.

Se acercó a paso amenazador hacia Lily con pistola en mano y con su mano libre la tomó por el cuello y la aprisionó contra la pared sin dejar de aplicar presión con sus dedos, se sentía realmente frustrada y enojada. James por otro lado, cayó al suelo de lleno cuando la rubia se vio incapaz de sostenerlo.

 Pero el corazón de Shane dio un pálpito al reconocer el rostro que tenía entre sus garras. 

¿Lily Rossenberg?

Al mismo tiempo, la rubia también sintió un vuelco al corazón a lo que hubo reconocido a la vampiro.

Imposible… ¿Shane Taylor?

Una tercera persona, Alice, fue víctima de la sorpresa cuando vio a Lily al rostro.

-No puede ser…es…

Las rubias se vieron mutuamente.

¿Qué está pasando aquí?

La cabeza de Lily era un solo lío, incapaz de creerse lo que estaba viviendo, esa noche infernal que el destino había decidido que debía vivir.

Ahora Shane se sentía más enojada que nunca, no podía creer que de las millones de personas que habitaban en Londres, precisamente tenía que ser Lily la que estuviese en ese sitio. Su mente, como de costumbre, formulaba miles de posibles opciones de decisiones a tomar y sus posibles desenvolvimientos con sus finales. La mejor opción: matarla y terminar con los testigos.

Apretó el arma en su mano y con la fuerza de su otro brazo alzó aún más el cuerpo de Lily, apretando más su cuello.

De repente, la vampiro pudo sentir unas manos que aprisionaban su pie.

-De…déjala…-Esforzaba James. La pelirroja soberbia miró al chico sin soltar a Lily del agarre de su mano, como observando a una basura y luego fijó sus ojos azules en su cuerpo masacrado, analizando sus heridas, viendo a través de él e inspeccionando el interior de su cuerpo. Contó mentalmente las heridas y llegó a una conclusión.

Levantó la Casull cromo y sin dejar de verlo apuntó directamente a su cabeza. Lily al ver esto, entró en pánico y empezó a forcejear, intentando impedir lo que estaba a punto de ocurrir, pero el brazo de Shane era impresionantemente fuerte.

Sin decir nada, Shane haló el gatillo mientras una aterrorizada Lily gritaba de desesperación.

La cabeza de James acompañó a su cuerpo en el suelo y dejó de aplicar presión al pie de Shane; el disparo había sido limpio y certero, una muerte bastante considerada.

La rubia cobriza empezó a llorar desconsoladamente a lo que sentía la fría boquilla del arma en su cien.

Su vida oficialmente había terminado, y en lo más profundo de su ser, se lamentó el haber nacido, el haber ocupado un lugar en ese mundo; ya que todo de su existencia había sido dolor y sufrimiento; tan grandes, que estaba segura pocos podían haber podido soportar.

Si lo pensaba mejor, estaban a punto de hacerle un favor, si todo salía como debía ser, pronto se reuniría con su madre y con James, ¿en el cielo o en el infierno? Realmente le importaba un comino.

Pero ahora lo que más le molestaba, era el hecho de haber tratado de superar sus traumas, sólo para que una asesina la matara de una forma tan inhumana. Todos esos psicólogos, terapeutas y su familia adoptiva. ¿Todo eso…para terminar así? Un odio empezó a emerger sorpresivamente en ella y abrió los ojos, para encontrarse con la muerte cara a cara, sin temores.

Se dio cuenta de que su verdugo era una hermosa chica de ojos fríos y expresión peligrosa. Jamás se imaginó, ni un millón de años, que irónicamente, sería Shane Taylor la que acabara con su vida.

-¿Qué esperas? ¡Mátame! ¡No te tengo miedo!-La mirada temple de Lily no impedían que las lágrimas brotaran, pero de verdad, estaba resignada, rendida de todo y de todos.

A Shane esto pareció molestarle y aumentó la presión de su agarre. Estaba a punto de aniquilarla pero… ¿por qué no lo hacía y ya? Realmente había algo que impedía que le atravesase los sesos con un balazo, su dedo se encontraba indeciso en el gatillo.

Matarla será lo mejor….será lo mejor… Se repetía en su mente para terminar de halar el gatillo, de verdad que era lo mejor, pero ciertamente no estaba segura de querer hacerlo.

La chica que tenía en su poder había calado un pequeño rasguño en su mente…algo en ella se le hacía terriblemente familiar. Algo en su ser, en su mirada.

-¡Shane! ¡Hazlo!-Le gritó Alice cuando se dio cuenta de que la policía había llegado y se disponía a entrar al edificio, pero Shane aún seguía atrapada en lo que debía hacer y en lo que quería.-¡Shane!

La pelirroja gruñó, dejando ver a Lily sus largos colmillos y una expresión sumamente amenazadora.

Por un momento sus ojos chocaron entre sí, y sus miradas intercambiaron muchas cosas.

Shane pudo ver en ella algo que la dejó helada; su mente dio un vuelco cuando se hubo dado cuenta.

…Sus ojos…Esos ojos…

Miles de sentimientos y visiones encontradas que Shane no pudo controlar, brotaron de su mente, haciéndola perder la concentración. Soltó a Lily de su agarre y se sujetó la cabeza con las manos, la rubia empezó a toser mientras se apoyaba en el suelo.

-Maldita Sarah…-Gruñía para sí misma. Ahora era el turno de su corazón volverse un nudo, incapaz de hacerle daño a la rubia.
-¡Shane!-Apuraba Alice, Will sólo guardaba silencio.
-¡Silencio!-Ordenó la pelirroja con severidad. Retomó el control nuevamente y volvió a tomar con firmeza su arma. Volvió a tomar con brusquedad a Lily y luego la miró por unos instantes.

La rubia estuvo segura entonces, de que nunca sería capaz de ver en otras personas ojos tan hermosos, enigmáticos y peligrosos como los de Shane. De repente, no se sintió tan amenazada por esa mirada que se encontraba fija ante ella.  

Lily pudo haber jurado que estaba soñando por millonésima vez en esa noche ya que, sin advertirlo, sintió como los rotos labios de Shane atrapaban los suyos en un seco beso con sabor a sangre. 

La boca de la pelirroja monopolizó la de la rubia, y mientras ésta forcejeaba y gemía, tratando inútilmente de separarse, sintió como raramente su mente era vaciada y sus fuerzas la abandonaban, su respiración se volvió pesada y fue perdiendo la fuerza, seguidamente de eso, sólo prosiguió oscuridad, oscuridad que se cernió ante sus ojos, mientras que lo último que vislumbró antes de caer, fueron esos fríos ojos viéndola desfallecer, una mirada llena de rencor que le caló en lo más profundo de su mente.

Por fin, el dolor de su cuerpo se desvaneció.    


Continuará...

5 comentarios:

  1. gracias por este nuevo capitulo, me encanto, esa pelea fue emicionate, el pasado de Lily me dejo sin palabras pobresita y ese novio ya me estaba cayendo mal, menos mal que ya esta fuera de juego, y por otro lado cual sera la relacion que tiene shane con Lily por que algo hay por hay, y ese beso no pense que se iba a dar en semejante situacion, definitivamente esta historia es fastantica, gracias por escribirla y por dedicar tiempo en subirla, estare esperando la conti.

    bombom7805

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  2. Woow que increibleeee!!!!!! nunca pense que las cosas feran a ser asi!! esto se esta poniendo weno! felicidades a la autora, espero el proximo cap ^^

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  3. D:!!! pero que paso!!!

    D8!!!

    no tienen idea de lo ansiosa que estoy por el proximo capitulo...increible en verdad...

    me encanto el capitulo

    gracias por su trabajo

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  4. Por fin comento este fic por el q estoy loca loca aunq no se note. Felicidades a la autora y gracias akari por pu publicarlo, ansiosa por el siguiente cap.

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