jueves, 23 de enero de 2014

El Pacto. Cap 16 - Despertar

Hola Bauler@s!!! Lamento mucho la demora, pero como he explicado anteriormente, me mudé por fin a casa y cambié mi línea telefónica y no vean el desastre existencial que he tenido con el internet (Akari no sé como puedes sobrevivir tú sin él). Y como bien les había dicho, después de una jornada agotadora en el trabajo, sobrevivir con mis perros y sus odiseas fantásticas a la hora de darles medicinas, pues he venido a dejarles el siguiente capítulo de El Pacto. Gracias a todas nuestras seguidoras y seguidores y hasta la siguiente :)



El Pacto. Cap 16 - Despertar


"No es que sea un ente ni un ser especial, es sólo que existo desde antes de enterarme".


  Jessie despertó a la misma hora de siempre. Y su rutina siguió tal cuál hasta presentarse a la hora del desayuno. Rumbo al comedor un ligero zumbido se hizo presente en sus oídos. Música, podía escucharla sin reparo alguno. Sonaba de un modo contagioso. Reconoció la sala vacía con el gran espejo al fondo. La sala de baile. Esa de donde en una ocasión miró a Jamie salir.


  La curiosidad le movía. Fue consciente del movimiento de abrir la puerta y sentir el sonido de la música llegar claramente a sus oídos. Era un sonido envolvente.  Un cuerpo suave y ligeramente andrógino se movía al ritmo de la música.  El trasero de Jamie. ¿O quién demonios era en esa ocasión?

Baby
I know you're asking me to stay
Say please, please, please, don't go away
You say I'm giving you the blues


  Reconocía esa canción. Sólo lo pensó antes de ver a Jamie bailar con un frenesí que no conocía. Su cuerpo parecía moverse con una facilidad apremiante y desconocida para ella.  ¿Desde cuando una persona podía tener un cuerpo tan flexible?


  Continuó mirándole bailar hasta que la canción terminó.  Jessie lo sabía. La persona frente a ella era Jamie. La primera Jamie. ¿Qué demonios estaba ocurriendo allí? Esa persona no era Helena.


- ¿Ocurre algo, Jessie? - preguntó su voz - pareciera que has visto a un fantasma.
- Algo así - contestó ella.
- Eso… ¿es bueno o malo?
- No lo sé realmente - contestó con sinceridad.
- Bueno, entonces no te molesta que continué ¿verdad? - preguntó mientras Jessie notaba por primera vez el control en sus manos.


  La música empezó nuevamente mientras Jamie se iba acercando hacia ella de forma lenta. Las notas las conocía también. La voz de George Michael empezó a llenar la habitación en ese momento mientras Jamie se plantaba frente a ella.  Jessie sonrió apenada mientras su mirada se detuvo en la boca de Jamie para leer sus labios por debajo de la canción.



I won't bore you with the details, baby
I don't even wannna waste your time
Let's just say that maybe
You could help to ease my mind
Baby, I ain't Mr. Right



  Jamie tomó sus manos mientras se acercaba a ella y empezaba a bailar nuevamente. Jessie no podía evitar saber que le miraba fijamente sin dejar de cantar esa canción. Pero era diferente. Jamie era en verdad bastante divertida. Eso le quedaba claro por fin. Su silueta era la de una chica.


- ¿Por qué George Michael? - preguntó Jessie.
- ¿Por qué no? - preguntó Jamie a su vez.
- Yo pregunté primero - contestó divertida.
- Realmente tiene buenas canciones ¿no lo crees? Pero si te interesa alguna otra...déjame ver...no sé cuál decidir puesto que no recuerdo lo que había en esa lista - contestó Jamie mientras se encogía de hombros.
- Entonces no sabes si hay alguna mejor - rió Jessie.
- Cariño, te aseguro que esta canción es excelente - Jamie hacía un movimiento demasiado sexy en ese momento.
- ¿Dónde está Helena? - preguntó Jessie en ese momento.


  El cuerpo de Jamie se detuvo bruscamente mientras le miraba fijamente. Jessie se dió cuenta que no se había esperado esa pregunta.


- Por estos días - comenzó  a decir por fin -  le daré unas vacaciones a Helena - contestó con una sonrisa - para que no me extrañes tanto. ¿Por qué me has hecho esa pregunta si sabes que soy yo?
- Tú no eres Helena - contestó Jessie mientras le acariciaba la mejilla - eres...diferente…


  Un ligero sonido de exasperación salió de la boca de Jamie mientras le tomaba la mano.

- ¿Importa mucho, Jessie? o en resumidas cuentas…¿qué tiene de especial que por este momento sea realmente yo?
- ¿Realmente tú?
- Olvídalo - cortó Jamie de forma seca mientras le daba continuar a la siguiente canción.


  Jessie se quedó un momento sin poder formular palabra. Conocía esa canción. Negó en ese momento mientras movía la cabeza y continuó tras Jamie que le había dejado atrás mientras se plantaba frente al espejo y comenzaba a bailar nuevamente. Y a todo esto ¿por qué demonios Jamie se encontraba bailando?


- Si no tienes otra cosa de qué hablar, Jessie, debo pedirte que abandones este lugar - sonó rudamente la voz de Jamie mientras continuaba bailando.


  Jessie salió de allí furiosa mientras topaba bruscamente contra un muro.  Se frotó la cara mientras alzaba los ojos. Los divertidos ojos oscuros de Jamie Stéphanos  le miraban con curiosidad.

- ¿Tuviste una mala racha, verdad? - sonó su voz - Ven conmigo, dejémos al demonio de tazmania en lo suyo - continuó mientras cerraba la puerta - Me la llevo… - le susurró a Jamie chica que les miraba por el espejo.


  Caminaron despacio por el pasillo  mientras Jessie no podía dejar de mirarle.


- En este momento me siento salido de una puerta dimensional - le dijo mientras le sonreía.
- Lo siento...es que en verdad son…
- ¿Idénticos? - le acompletó la frase - si, lo somos aunque en realidad seamos hombre y mujer - en nuestra niñez hubiese funcionado perfecto para cada fechoría. Sólo que por diversas causas ya no pudimos hacerlo.
- ¿Qué es lo que pasa con ella? - preguntó Jessie por fin - cuando creo entender algo, todo escapa a mi entendimiento a la siguiente ronda. Estoy por volverme loca.
- Creo que la culpa de ello es mía - susurró - yo fuí quien le pidió a Helena suplantarme.


  El comedor se encontraba esperando por su llegada. Tras acomodarse y esperar el servicio escuchó a Stéphanos darle una indicación a María.


- Hoy se retrasará un poco. Está de genio ¿Puedes encargarte de ello?
- Por supuesto que sí. Será un placer atenderle - susurró Maria a su vez mientras se retiraba.


  Stéphanos empezó a beber su café. Y como en antaño, Jessie parecía revivir la escena anterior de un tiempo atrás. Sólo que la primera diferencia radicaba en que éste Jamie bebía el café completamente hirviendo, mientras la Jamie del salón prefería tener hielo a su disposición.


- Mi padre fue un tipo egocéntrico y controlador. Tanto Helena como yo crecimos en condiciones diferentes. Ella fue tratada de forma muy baja por el hecho de ser mujer - Jessie enarcó una ceja - sí, es como piensas, mi padre fue un machista incorregible. Gracias a ello tengo a la hermana que conoces. Un verdadero estuche de monerías, debido al maltrato que sufría en su condición, creció y creció en una condición desmesurada. Al final de su vida, Nikos Andreakis se vió superado por el monstruo que había creado.
- Suena de mucha ficción - contestó Jessie con sinceridad.
- Así es. Yo mismo hubiera deseado que no fuese realidad - contestó Stéphanos mientras bebía.


  Jessie le miró. Parecía mucho más pálido de lo normal. De hecho era la primera vez que le veía en una mañana. Si no fuese porque no existían, hubiese creído que era un vampiro. Excesivamente blanco. Excesivamente muerto. Se reprendió mientras borraba ese último comentario de su mente.




- ¡Quién demonios se cree que es? - bufó Jamie mientras se dejaba caer de rodillas - A veces...realmente quiero…
¿Quieres? Andreakis, sigues siendo voluble a tus emociones.
- ¿Estoy tan lejos Momo? ¿Realmente nunca podré alcanzar mi ambición?
La chica Jessie prefiere a tu otro yo, según parece.
- Lo sé, pero ¿cómo puedo evitarlo? Gracias a tí, soy capaz de seguir con vida, y gracias a ella puedo sostenerme en pie - susurró mientras se miraba en el espejo - puedo recuperar mis piernas otra vez...volver a sentirme...viva…


  
  Jamie se dejó caer de espaldas mientras miraba el techo.  Se levantó y salió del lugar para dirigirse a su habitación. Se encerró en la ducha y tras dejar caer el agua sobre sí, se miró nuevamente. su cuerpo empapado con la ropa no le daba un mejor aspecto.


- ¿Qué demonios estoy haciendo? - susurró - ¿qué demonios estoy haciendo?


  Se desvistió lentamente mientras miraba la piel de sus piernas. Las cicatrices que tiempo atrás le causaban tanto dolor se encontraban menos visibles. Se refugió en la ducha y tras recostarse con la nuca apoyada al borde de su tina un largo rato después, su cabello empezó a crecer, tan largo, tan sedoso y tan rubio como tiempo atrás.



- Deberías dejar de pensar estupideces, hermanita. Suenas tan infantil que verdaderamente me enfermas.
- Lo que yo haga con mi vida, no debe importarte en absoluto, Julieta.
- Oh pero da la casualidad que me importa. Después de todo, la única al mando soy yo. Si quieres seguir con tu patética existencia moralista, deberías pensarlo mejor - le dijo Julieta mientras le acariciaba la cara- después de todo, no somos hermanas carnales ¿qué tendría de malo?
- Nada. Sólo la condición de que no me interesas - contestó Sara con frialdad.
- Esa mirada…¡Esa maldita mirada! - respondió Julieta mientras estrellaba lo primero que encontraba en la pared - Pero escúchame bien Sara, algún día, algún maldito día tú y tu maldita moral serán mías y no pondrás objeción alguna. ¿O acaso sigues intentando ligar con la chica con la que hablas cada noche?
- ¿Me has estado espiando? - la furia de Sara no tenía límites.
- Eso no es necesario, salir al balcón y hablar de esa forma no es un secreto precisamente.


  Sara le miró con intensidad en esos ojos verdes mientras cerraba el puño y notaba algo caliente en las manos. Salió del despacho mientras se encerraba en su cuarto y únicamente hasta ese momento se dió cuenta que había cerrado las manos tan fuerte que sus uñas le habían hecho sangrar.

- Momo…
¿Si?
- Momo ¿qué  puedo hacer?
Sal de aquí Andreakis, es lo mejor que puedes hacer. Pronto ocurrirán cosas por al cuáles es mejor no quedarse en la cercanía. Regresa a donde perteneces.
- No quiero verlo.
Es comprensible, pero vaya que él querrá verte.
- ¿Nikos? - soltó una risa despectiva - ni cuando el infierno se congele.
¿En verdad? Pues que coincidencia...parece que precisamente en este momento está nevando allí.
- ¿Qué quieres decir?
Ve, mi joven Andreakis. Es mi único consejo.



- Y después de ello, Nikos me reconoció y mis padres murieron dos meses más tarde…
No era algo que pudieses evitar Andreakis.
- ¿Es así Momo? ¿No había forma de detenerlo?
No que yo supiera - contestó la voz de Momo.


  Sara se sumergió en la bañera mientras dejaba escapar el aire. Se sentó después de unos minutos mientras miraba una vez el techo de su habitación. Estaba decorado con estrellas. Sólo los que habían estado alguna vez allí sabían que al anochecer, esas estrellas brillaban.


- Es hora de salir...no quiero hundirme en la bañera.


 Tomó una de las toallas que estaban allí y se recogió el cabello y tras envolver también su cuerpo con una, salió de la habitación y se encontró con María que servía su desayuno. Le sonrió al verla.

- ¿Desea que le ayude? - preguntó María con voz emocionada - No quiero que se fatigue.
- ¿Te gusta? - preguntó Sara - Por fin puedo sostenerme en pie.
- Mi joven señora - susurró María - es tan gratificante para mí verla así de nueva cuenta.
- Lo sé.
- ¿Cuánto tiempo durará esta vez? - se aventuró María a preguntar.
- No lo sé - contestó Sara con sinceridad - Ha pasado tanto tiempo. María…¿puedes darme mi teléfono celular?

  María asintió y cumplió la petición de Sara rápidamente. Después de un largo rato, salió de la habitación discretamente.

  Sara se miró nuevamente. Había mantenido esa apariencia una hora aproximadamente. sontió mientras se miraba. Su esbelto cuerpo vestido con la ropa de chico que últimamente frecuentaba. Se fotografió una y otra vez de diferentes maneras con su cabello suelto  y sujeto. Al final decidió dejarlo así. Cada vez que la esencia de su huésped abandonaba su cuerpo, podía ser realmente ella mucho más.  Sonrió mientras tomaba las llaves y decidía abandonar el cuarto. En esos momentos le importaba realmente nada que Jessie le viera. Se estaba cansando de fingir ser alguien más.


  Llegó hasta su estacionamiento y miró sus llaves. Las había confundido. Había tomado otras de las que pensaba pero sonrió. Daba igual, conduciría ese auto de coleccionista que cuidaba tanto. Era hora de salir a correr.


  Encendió el motor y salió del lugar tras exhibir una gran sonrisa sin importarle más alrededor. De lo que no se percató en ese momento, era en que había alguien más que había planeado salir ese día.

- ¿Sara…?

5 comentarios:

  1. O.O! me perdi por un momento @.@ es que tanto cambio marea xD esta genial T.T quiero el otro dios soy adicta a leer u-u no me culpen, pero esta super me dejan en suspenso, que ara jessie? wuaa!! *corriendo como loca* ok... u.u me calmo, etto cada cuanto es que postean un nuevo cap?

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  2. que buen cap Kit Kat, definitivamente tenes el toque para escribir.
    no sabes cuanto espere la conti. espero leerte pronto.
    cuidate

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  3. Virgen María del perpetuo socorro, wuajajajajajajaja esto fue emocionante XD gracias!!!

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  4. Me perdí en eso de la mitad por un momento pensé que Andrakis se había clonado o algo así yo que se historias mías :3 jajaja. Pero lo e vuelto a leer y termine super anciosa por el siguiente cap. GRACIAS!!!!!!

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  5. Querida escritora, sigo y no sigo la historia lol

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