lunes, 10 de marzo de 2014

El Pacto. Cap 18 - Reencuentro

Ehhh Bauler@s!!!

Bueno, hoy después de tanto reaparezco y ha sido por causas totalmente naturales. Es decir, el cansancio y la pereza han desaparecido momentáneamente y a pesar de la pena que me embarga por la muerte de mi pc (odio que me pase eso ), ya era hora de subir esta continuación.  No me queda nada más por ahora, solo: Hasta la próxima chicos y chicas :)



Cap 18  Reencuentro


   Cuando tu voz, tu olor y tu tacto se fusionan con mis sentidos, es cuando entiendo que estás aquí.





  El retumbar de los latidos hacía eco en sus oídos. Ella lo sabía. Y no podía responderse porqué.  Quizá era porque el cuerpo de Sara se encontraba semidesnudo en esa cama, cubierto únicamente por las blancas sábanas.


  Su mirada recorrió la silueta femenina que se vislumbraba, y a pesar de tropezarse de forma inconsciente contra el sillón, Sara permaneció impasible. Jessie se acercó mucho más, y no supo porqué se sintió con la confianza de sentarse y mirarle. El rubio cabello le caía por el rostro y en la curva de sus homóplato izquierdo notó esa pequeña mancha de forma extraña que tenía en la piel. Recordó que mucho tiempo atrás, Sara le confió que era una mancha familiar. Esa era una de las razones que nunca le había dado a interpretar un posible parentesco entre esas dos Nelson, porque Julieta no la tenía en ninguna parte de su cuerpo.

  
  Estaba tan absorta que no se dió cuenta que en el fondo de ese rincón había alguien más. Una ligera brisa entró por la ventana y el olor del mar se filtró ligeramente. La figura que se encontraba sentada se incorporó y al hacerlo, Jessie fue consciente de su presencia. Dió un ligero respingo antes de ponerse rápidamente de pie y mirar hacia atrás.


- ¿Quién…?


  Dejó la frase sin terminar porque era más que evidente que conocía a esa persona.  La alta figura de Stéphanos se plantó frente a ella. Aunque no entendía muy bien que le había pasado. Se notaba ligeramente cetrino. Antes estaba tan blanco como un papel, pero ahora su piel era un poco extraña. ¿Estaría enfermo?


- Puede decirse que si - le contestó - estoy enfermo.
- ¿Eh? - Jessie se mostró confundida. ¿Le había leído el pensamiento?
- Jajajaja. Tu rostro, se mostraba extraño - respondió Stéphanos.
- Yo…
- ¿Te gusta? - preguntó - Es muy hermosa ¿no crees?


  Jessie tardó un poco en reaccionar que hablaba de Sara. Dió un pequeño suspiro mientras pensaba rápidamente que responder. ¿En todo caso, qué hacía él en la habitación de Sara? ¿Acaso ellos…? No, No. Se reprendió mentalmente. No podía pasar nada de esas cosas.



- Ella es…
- Mi hermana menor - respondió sin duda - creo que ya te lo había dicho.
- Entonces son dos personas diferentes... - dijo Jessie de forma determinada.


  Stéphanos le miró seriamente sin intención de responder. Caminó frente a Jessie y se sentó en la cama.



- Es hermosa ¿no te parece? -  preguntó nuevamente. Su mano retiró un mechón que caía sobre su rostro - Mi existencia es innecesaria mientras ella esté bien  - continuó Stéphanos mientras tomaba una parte de su cabello y lo olía.  Jessie entró un momento en conflicto mental. ¿Ellos eran…?


  El se levantó en ese momento cuan alto era y se plantó frente a ella.  Parecía mirarle con un interés que nunca había mostrado. Las manos de ella estaba sudando, no sabía que pasaba pero algo dentro de ella le decía que la persona frente a sí no era normal. Sus oscuros ojos le parecían más grandes de lo normal, no, eran sus pupilas, no estaban normales y sabía que no era por efecto de la falta de luz.


- ¿Sabes quién es ella, verdad? - preguntó con una voz profunda.
- Sara - respondió Jessie después de asentir.
- No - respondió Stéphanos - Ella es mi hermana menor y por lo tanto, todo lo que le ocurra me compete. Cuida de no dañarle Jessie.


  Stéphanos dijo lo último de una forma amenazante antes de acercarse a Sara y darle un suave beso en los labios. Jessie se llevó la mano a la boca de forma instintiva. Pero ese hombre no hizo nada más y se retiró de la habitación dejando a Jessie totalmente confundida.


  Ahora realmente no sabía que pensar. Estaba saliendo apenas de su estupor cuando un ligero ruido en la cama le hizo voltear. Sara Nelson se estaba despertando. Y ella no sabía que hacer en ese momento.


  Jessie volvió la vista rápidamente para mirar a Sara, quien se estaba apoyando en las manos  para incorporarse y quedarse sentada en la cama. Y Jessie sintió el calor subir por su rostro. Sara se había detenido lentamente al percatarse que no estaba sola, pero al hacerlo, la sábana que cubría su cuerpo resbaló por el dejando visible sus senos.  Jessie no sabía qué hacer en ese momento. Intento decir algo pero las palabras simplemente no salían de su boca. Tartamudeo tratando de decir algo para recibir una mirada iracunda.



- Sal...de aquí…




  Dió un largo suspiro mientras continuaba pensando que decir. Tras esa puerta Sara se había enfadado con ella y no era la forma en la que había imaginado un reencuentro. Se repetía una y otra vez que debía disculparse. Si, lo mejor era disculparse. Se armó de valor nuevamente y tocó a la puerta.

- Adelante - respondió la voz desde el interior del cuarto.

  
Jessie giró el picaporte suavemente y entró en la habitación. Ahora estaba completamente iluminada mientras una persona se acomodaba un chaleco. Avanzó unos pasos más hasta pararse tras ella y antes de hacer nada más se detuvo mientras miraba la espigada figura de Sara Nelson frente a sí. Y sólo ella sabía cuanto había extrañado a esa mujer.  Su suave figura le dió un vuelco a Jessie dentro de sí. Un porte delicado y femenino en esas ropas masculinas.


- Sara…


  Y tal como había previsto, la persona ante ella se volvió.


- Ha pasado mucho tiempo, Jess.


  Jessie se plantó frente a ella. No recordaba que Sara tuviese esa altura. Antes de separarse  y perder el contacto Jessie juraría que tenían la misma estatura. Y ahora estaban de igual manera, con la excepción de que Jessie tenía puestas unas botas de tacón pequeño y Sara unos zapatos como los de…¿Jamie?

  ¿Le estaría haciendo una jugarreta? No, la voz y el rostro, la figura y esos ojos, eran los mismos de antaño. No había error. La chica frente a sí era la mismísima Sara Nelson.


- ¿En verdad eres tú? - Jessie quería tocarle. Asegurarse de que era Sara la persona que tenía frente a sí.
- Lamento haber desaparecido tanto tiempo… - soltó Sara tras un largo suspiro - Es sólo que...tuve cosas que hacer…y con respecto a lo de hace un rato…
- Perdóname, no fue mi intención que ocurriera eso, pero estaba tan emocionada…

 
  Jessie no continuó, sólo se dió cuenta que el rostro de Sara era inexpresivo. Y a pesar de su dulce tono de voz, eso no calmó la sensación de la chica morena de que algo no andaba bien.


- Ha pasado mucho tiempo Jess - repitió nuevamente - y no has cambiado en absoluto. Me he enterado de muchas cosas tuyas en este tiempo que he estado...fuera - sonrió - pero prefiero que me la cuentes tú ¿Te apetece algo? - preguntó mientras  se subía las mangas de la camisa blanca hasta los codos.
- Creo que cualquier cosa estaría bien.
- Sigues comiendo lo primero que encuentras ¿verdad? - la sonrisa de Sara esta vez era real - pero hace años que no como pasta - y lo decía seriamente - así que hoy será todo rápido y ligero ¿vamos?



  Jessie sonrió y asintió con rapidez. Hacía tanto tiempo que no miraba a Sara cocinar. La chica por la que muchos matarían, pensó mientras la esperaba en la puerta. Sin embargo, la mirada de Sara que Jessie no podía ver en ese momento se notó levemente oscura mientras cerraba su habitación.


  Una cena tranquila, si se podía decir eso, acompañada de las cosas más inusuales que Sara podía hacer, ya que nunca seguía mucho las reglas de comida, pero en esa ocasión, la pasta fue acompaña de un Chianti que realzaba su sabor.  Fue la primera comida que realmente le agrado al cien por ciento en ese lugar. Le contó a Sara toda su penuria con Julieta y como había ido a parar allí. Le habló de Jamie y de Helena, aunque en esos momentos no estaba segura de nada y sobre todo le habló de Stéphanos. Continuaron hablando hasta trasladarse a la sala, donde Jessie se sentó en un sofá y Sara en el suelo, como tiempo atrás. Parecía tan despreocupada.


- El dijo que eres su hermana - le dijo de forma incrédula - pero no comparten el mismo apellido aunque se parezcan - dejó sin finalizar esa frase. Esperando a ver la respuesta de Sara.
- Es un vino estupendo ¿verdad? - contestó a su vez mientras miraba la copa con el contenido  rojizo en su interior - el dulce olor que desprende me embriaga - dió un suspiro - ¿Qué es lo que quieres preguntar, Jessie? Nunca te he visto darle vueltas a un tema tantas veces - contestó con seriedad mientras sus verdes ojos miraban a su acompañante.
- Yo… no estoy segura de que es lo que pasa en esta casa en realidad - dijo con sinceridad - muchas veces no entiendo en absoluto que es lo que sucede y otras veces simplemente me parece que estoy enloqueciendo.
- Ya veo - le contestó a su vez - Quizá todo lo que piensas realmente ocurre - se sentó junto a ella - después de todo ¿cuanto hay de mentira en lo que has visto y cuanto de realidad?
- Eso depende de una sola cosa.
- ¿Qué cosa es? - preguntó Sara intrigada.
- ¿Qué relación hay entre ustedes?
- No entiendo que quieres decir.
- Lo que quiero preguntar - dió una pausa intentando acomodar sus palabras - ¿Cómo se relacionan Jamie, Stéphanos, Helena y tú? - soltó por fin mientras la miraba.
- Stéphanos es mi hermano - contestó Sara sin vacilación - De los otro no sé que quieres decir.
- ¿Qué? - Jessie se detuvo un momento mientras miraba a Sara.  Ella no había titubeado en absoluto al responderle a Jessie - quieres decir… ¿que no sabes de qué te estoy hablando?
- Jessie, no he estado aquí estos días, así que no puedo responderte a esto. Eso es algo que sólo Stéphanos puede responderte, yo ignoro a quienes has conocido antes de que llegara aquí aparte de mí, pero te aseguro que no entiendo qué quieres decir.
- ¡Pero son iguales a tí!
- Debe haber un error - contestó Sara nuevamente con esa tranquilidad - Los únicos Andreakis somos él y yo.
- Pero tú eres Sara Nel…
- No me menciones nunca más ese apellido - le interrumpió Sara. Jessie se quedó ligeramente confundida mientras miraba a Sara con la mano crispada sobre la copa de cristal - Yo soy una Andreakis. No me denigres con ese sucio apellido...con el apellido...de esa mujer - contestó antes de ponerse de pie.
- Entonces…
- Jessie, no entiendo realmente qué quieres decir. Pero creo que es más que evidente que los nombres que has mencionado es de los únicos con ellos que vivimos en esta casa - respondía Sara mientras dejaba la copa en la mesita del centro.
- ¿Qué quieres decir?
- Me has preguntado por Jamie.
- Así es - contestó Jessie sin captarlo o sin querer aceptarlo aún.
- El único Jamie en esta casa es Stéphanos. Su nombre es Jamie Stéphanos.
- ¿Y quién es Helena? - preguntó  Jessie aunque estaba imaginando la respuesta.
- ¿No es obvio ello? - preguntó con un ligero fastidio en la voz - Yo soy Sara Helena Andreakis.
- Pero te he hablado de…
- Creo que… no puedo explicarte lo que yo no sé. Pero por ahora sólo estamos él y yo, te lo aseguro.


  Jessie asintió mientras bebía un sorbo nuevamente. Su mirada se encontraba recorriendo el perfil de Sara, quién miraba su copa y empezaba a pararse.

- ¿Ocurre algo? - preguntó Jessie.
- No - contestó ella - sólo quiero salir a caminar…¿te apetece venir? - le preguntó mientras le tendía una mano.



  Su caminata transcurrió con normalidad, no había algo que enturbiase la escena, a pesar de notar esa silueta en una de las ventanas. Jessie sabía que Stéphanos las miraba desde la distancia. La luz se apagó un rato después y ya no sabía si continuaba allí. Tampoco era que importara mucho.


  


  Pero mirar a Sara con los pies desnudos en la arena y en el agua le daba una sensación de irrealidad.  “¿Cuanto hay de mentira en lo que has visto y cuanto de realidad?”  Eso es lo que había dicho anteriormente. Jessie no dejaba de darle vueltas a aquella frase. La naturalidad de la misma no hacía más que demostrarle que era mentira.  Miró nuevamente a Sara. Y por primera vez en la vida, supo que Sara Nelson, Helena Andreakis o quien fuera, le estaba mintiendo.



   Sara dió media vuelta para mirarle detenidamente.  Jessie notaba que su sonrisa era real, disfrutaba ese momento, pero cuando hablaba con ella, Sara le ocultaba cosas ¿ sería normal? ¿qué era lo que escondía? 


- ¿En qué piensas, pequeña Jessie? - tonteó mientras se inclinaba ligeramente hacia ella. Tenía razón, esa no era la estatura de Sara, era una persona mucho más alta. 
- Estoy pensando en cuanto has crecido... - soltó.
- Ahhh. Se ve bien ¿no? - contestó de forma divertida mientras se miraba los pies - me agrada esta estatura, así que me quedaré con ella - rió - no hay forma en que peuda remediarlo.
- ¿Cómo es que...?
- ¿Cómo lo logré? Ah bueno, durante mi accidente sufrí fractura en ambas piernas, así que no sé qué pasó en realidad. Pero no te lo recomiendo, es tremendamente doloroso y la rehabilitación...toma años - esto último lo dijo de forma ausente.
- Ese fue el motivo de que desaparecieras ¿verdad?
- Algo así - titubeó - la verdad no quería que nadie me viera en ese estado tan lamentable.


  
   Jessie recordó la silla de ruedas en la habitación, así que era de ella. ¿Cuanto tiempo Sara se encontró recluida en ese lugar? Había estado tan cerca y nunca lo había pensando.


- No pareces convencida - le interrumpió la voz de Sara - ¿qué ocurre Jessie?
- Realmente no me siento tranquila - contestó con sinceridad - Sé que eres Sara, pero ha pasado tanto tiempo que ya no sé como tratarte ni que quieres en realidad.


   Sara se acercó a Jessie mientras reía de forma divertida.

- Nunca te lo dije antes - contestó antes de darle un ligero beso en los labios, tomando a Jessie completamente desprevenida - pero ¿eso responde tu pregunta? O si necesito decírtelo más claro Jessie, lo único que quiero desde hace años, eres tú.


"Eso fue directo, Andreakis ¿Pero estás segura de lo que haremos? Una vez que ello suceda, no podrá detenerse" - sonó la voz de Momo en el interior de la mente de Sara.
Haré lo que deba hacer - le respondió Sara a Momo de la misma manera - ¿No estás feliz Momo? Es algo que nos beneficia a los dos.
"La humana es lo que me preocupa. Tiene ideas que no concuerdan con la nuestra".
No deberías preocuparte por ella. Después de todo, mi cuerpo y mi alma están sujetas a mi decisión. Y cuando decido algo, no hay forma de que pueda detenerme ¿no es así, Thanatos? - pensó nuevamente mientras se voltebaba para mirar a la ventana sumida en completa oscuridad.



   Jessie no entendió que pasaba, pero la mirada de Sara hacia la habitación de Stéphanos, estaba llena de melancolía y cierta tristeza.

10 comentarios:

  1. Me encanta esta historia y creo que Sara es re linda

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  2. Wooooooooooooooooooooooow, Dios amo esta historia TTwTT el siguiente cap. muero por leerlo. gracias :3

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  3. vaya de verdad que ya moría por leer este capitulo *Q* y no podría haber esperado más >:D simplemente genial muy bien *^* ya quiero leer el siguiente xD gracias >w</ y sigue así me encanta esta historia

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. jajaja gracias por sus comentarios, apenas he podido medio revisar cada cosa que escribo porque mi línea de internet está peor que un caracol y me cancela las páginas que no vean :S

    Katia, por allí vas, si te fijas :
    Sara = Helena (Hypnos) = Jamie (Momo) Esto quiere decir, que Sara es Helena cuando la controla Hypnos y Jamie cuando la controla Momo. Mientras no está bajo ninguna influencia sigue siendo Sara.

    Jamie Stéphanos es él mismo y su versión menos emocional es cuando está bajo el control de Thanatos, quien es hermano de Hypnos :)

    Y con todo esto, Sara y Stéphanos son realmente hermanos de sangre.

    Espero haber aclarado tus ideas ^^

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  6. Mi kokoro esta en paz, al fin entiendo muchas cosas~

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  7. Mi kokoro esta en paz, al fin entiendo muchas cosas~

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